-SUÉLTAME, NO ME TOQUES!!!!- estos eran los gritos que se escuchaban a lo lejos. Ya estaba atardeciendo y todas las personas de aquella aldea regresaban a sus hogares a excepción de dos niños en medio del parque central.
- YA TE DIJE QUE NO ME TOQUES!!!- siguió gritando el mayor de los niños, un menor de 9 años de tez blanca como la nieve y de pelo negro, un negro realmente profundo al igual que sus ojos los cuales no expresaban mas que odio y desprecio.
Para algunos esta escena parecería graciosa pero para aquellos niños se estaba rompiendo una amistad que parecía irrompible, y sobre todo sus corazones se destrozaban a cada segundo que pasaba. El mas lastimado de los dos era el menor de ellos, un niños de aproximadamente 6 años de una cabellera amarillo brillante, su piel algo bronceada y tres tiernas marquitas en cada cachete haciéndolo parecer un bello Kitsune. Pero lo que mas destacaba de este infante eran sus hermosos ojos azules como el cielo o el mar, pero en ese momento eran opacados por grandes lagrimas que salían sin control.
-Sasuke- musitaba el pequeño rubio intentando acercarse a su viejo amigo el cual lo seguía alejando.- Sasuke!!!- decía desesperado
sin escuchar al menor, el azabache lo empujo lo suficientemente duro para que el pequeño kitsune callera al suelo. Esto no hizo mas que aumentar los sollozos del rubio hasta convertirlos en un llanto inigualable, mas al moreno no le importaba, por lo contrario, este miraba al oji-azul con rencor y con todo el odio que sentía en ese momento dijo algo que terminaría de romper al rubio
-aléjate de mi maldito SANGRE IMPURA- y con estas palabras se alejo corriendo sin mirar atrás mientras que el rubio quedo en shock.
Era una mañana como otra cualquiera en la aldea de Konoha, y en la mansión Uchiha se despertaba un joven de 19 años y anuqué recién se levantaba cualquiera quedaría enganchado con aquella hermosa vista, una piel pálida perfecta, ojos negros como la noche al igual que su cabello, facciones realmente sensuales y un cuerpo perfectamente formado lo hacían ver realmente sexy. Lo único que arruinaba la vista era la expresión de su rostro y no era para menos, este estaba malhumorado acusa del sueño que había tenido. No había algo que odiase mas que recodar aquella pelea infantil, pero la “pesadilla” era casi diaria. Y para aumentar su enfado fue no mas ver la hora que era, su reloj marcaba las 6:30 de la mañana y este detestaba madrugar.
Bajo como alma llevada por el diablo y se sentó en la mesa de la cocina. Quien lo había despertado a tal hora era su hermano mayor itachi, un hombre de unos 25 años muy parecido al joven Uchiha pero este tenia cabello largo y recogido con una coleta además de una ojeras realmente marcadas, pero no lo hacían menos bello que su hermano menor. Ambos vivían solos en aquella gran mansión y tenían una relación como cualquier otra pareja de hermanos, se querían, eso era seguro, pero se divertían molestando al otro.
-ototo, que es esa expresión, ni siquiera son las siete y ya tienes ese rostro- decía divertido el Uchiha mayor- será que quien te puso así fue N…-
-no digas ese maldito nombre!!!- lo detuvo el joven antes de que terminara de hablar, lanzandole una mirada aterradora.
- bueno eso no es importante- siguió itachi- te desperté temprano ya que llamo Lady Tsunade, quiere verte por una misión importante.
Al escuchar esto el menor desayuno rápidamente para luego alistarse. No tardo mucho ya que realizar misiones para su aldea era su trabajo, y era muy bueno en esto.
Mientras caminaba a la oficina de Tsunade-sama observaba como la aldea que tanto amaba no había cambiado desde que era pequeño, mas bien no había cambiado desde hace ya muchas décadas pues la aldea buscaba mantener sus tradiciones intactas. Con la modernización del mundo muchas aldeas desaparecieron y así los clanes que los conformaban. Pero Konoha se negó ha desaparecer y se aislaron del mundo hasta que todos ignoraron su existencia.
La aldea no existía a los ojos de la sociedad, pero muchos de sus servicios eran usados alrededor del mundo, desde de empresas fantasmas y compañías en diferentes ámbitos hasta sicarios y guardaespaldas. Con el paso del tiempo el mercado era mas competido y Konoha requería una ventaja y así es como la pureza de los clanes se convirtió en regla. Entre mas pura la sangre del clan, entre menos personas “normales” estuvieran en su árbol familiar, mas dotes tenían las personas, llegando a tener en extraños casos habilidades sobre humanas heredadas de sus antepasados. Entonces el relacionarse con una persona fuera de la aldea era algo inimaginable y mas si esta persona pertenecía a otra aldea. Las pocas aldeas que aun persisten eran enemigas pues todas prestan los mismos servicios sumándole odios y rencores guardados a través del tiempo.
Pronto el azabache llego a su destino encontrándose con su equipo, grupo formado ya hace muchos años y quienes juntos ya habían cumplido cientos de misiones. Este era el ultimo en llegar, inclusive su sensei, la persona mas impuntual que conocía ya estaba en la oficina // esto debe ser algo serio// pensó el oji-negro.
continuara....