-¿Pero qué diablos?- preguntó enojado Kris, mientras todos miraban asombrados como Jongin desaparecía por el pasillo. Las rabietas eran típicas de Sehun y Tao, pero no del moreno. A pesar de su imponente apariencia en el escenario, Jongin aún era un adolescente, y a veces le daba por actuar de una manera muy infantil (no era secreto que le gustaba hacer pucheros para convencer a sus hyungs de que lavaran los trastos por él, o que la cara somnolienta que siempre traía llenaba de ternura a los mayores). Aún así, hacer berrinches y desplantes no eran cosas típicas de él, no era el Jongin de siempre. Algo le pasaba y sólo una persona de entre las once restantes en la sala parecía saber la razón.
Todo comenzó el día de la fiesta de Sehun, Kai estaba emocionado, aún mas que el propio cumpleañero. La razón era que había logrado que las cordinoonas les dieran chaquetas iguales a él y Sehun. Sin embargo, la alegría no le duró mucho, pues cada vez que intentaba acercarse a su mejor amigo, este se juntaba más a Luhan. Pero eso no era lo peor. Lo peor sucedió a la hora de tomar la foto, cuando el maknae le pidió a Luhan que se sentara junto a él, separando así a Kai de su lado. El moreno sintió su cara arder y un extraño sentimiento invadió su cuerpo. No sabía si era rabia, tristeza, dolor o frustración.
Pero lo de hoy fue la gota que derramo el vaso.
Todos se encontraban en la sala principal del dormitorio, la mayoría burlándose de Sehun por la situación embarazosa en la que se vio envuelto el maknae en el aeropuerto, pues al despedirse de Luhan, no se fijó en su camino y terminó tropezando con una fan.
Normalmente el maknae suele hacer rabietas y refugiarse en brazos de Jongin cuando los demás miembros lo molestan, pero esta vez fue diferente. Aprovechando que Yixing se levantó de su asiento, Sehun fue corriendo a los brazos de Luhan –Hyung, ¡diles que se calmen!- decía con voz fingida, haciendo su famoso aegyo fallido. El mayor simplemente se rió de lo adorable que era su dongsaeng mientras dos pares de ojos observaban la escena con disgusto. El ruido de la loza rompiéndose interrumpió el escándalo que se había armado. Al parecer, Kai había tirado su plato de comida, seguidamente se fue a su habitación, con pasos firmes y rápidos.
-¡Maldita sea! ¡Parece que en este lugar no se puede comer en paz! – se escuchó su voz desde el fondo del pasillo, el enojo claramente se notaba en su tono.
Al llegar a su habitación, se tiró sobre su cama, tomando una almohada y presionándola sobre su cara para ahogar un grito furioso. Unos minutos después, cuando se hubo calmado un poco, se sintió estúpido.
“¿Por qué hice eso?” - se preguntaba una y otra vez, sin encontrar una respuesta lógica. Se sentía un tonto porque no tenía muy claro el porqué de sus acciones, pero no podía evitarlo, el enojo se desató en él al ver cómo su mejor amigo se aferraba a Luhan.
-“Se supone que soy tu mejor amigo, ¿por qué no puedo ser yo el que te consuele?”
Decidió subir a la azotea del edificio. Era como su lugar especial, aquél al que acudía cada vez que quería evitar a sus hyungs (y a veces a Sehun). Aunque en el fondo, le gustaba ir ahí porque siempre terminaban yéndolo a buscar. No le gustaba admitirlo, pero disfrutaba la atención que todos le daban, especialmente la atención de Sehun.
Un par de horas después el bailarín principal seguía en la azotea del edificio, nadie había ido a buscarlo. No sabía si se sentía mal porque ninguno de los miembros había ido a verlo, o porque él no se había aparecido, con su sonrisa tímida y sus brazos reconfortantes, su voz suave pidiendo disculpas, esa dulce cara a la cual Jongin no podía decirle que no. Sehun casi siempre era el primero en ir a buscarlo; normalmente después de las discusiones que tenían, era el primero en tratar de solucionar las cosas.
Escondió la cabeza entre las piernas mientras unas lágrimas traicioneras escapaban de sus ojos. De pronto, un ruido lo hizo alzar la vista –Yixing hyung- dijo con la voz quebrada, dejando ver que había estado llorando.
-Jonginnie, ¿Ya se te ha pasado el enojo?- preguntó el mayor mientras se sentaba junto al moreno.
-Hyung duele, duele mucho- dijo mientras se tocaba el pecho- ¿Por qué?- Kai se sorprendió de sus propias palabras, no acostumbraba a hablar de sus sentimientos con nadie y no entendía por qué se sentía tan cómodo contándole esas cosas al mayor. Era como si supiera que en el fondo,Yixing era el único que le entendería.
-Porque para ti él es más que un amigo- El más bajo le limpió las lágrimas que corrían por su rostro- ¿O me equivoco?- le susurró mientras lo atraía a su pecho, envolviéndolo en un reconfortante abrazo mientras una de sus manos trazaban delicadas caricias en su espalda para tranquilizarlo.
Se lo que se siente
-No te preocupes, haremos que nos aprecien y nos miren como nosotros les miramos- le dijo el mayor con una amplia sonrisa, revelando el característico hoyuelo que adorna su mejilla derecha. Jongin le miró con cara de confusión, no tenía muy claro lo que Yixing trataba de decirle.
-El juego apenas comienza, Jonginnie- agregó el mayor, guiñándole un ojo y sonriendo aún más ampliamente. Esta vez, el moreno sonrió de vuelta, algo en la maliciosa mirada de su hyung le decía que las cosas iban a cambiar para bien.
A unos cuantos metros de ahí, un par de pelirrosas miraban la escena
-¿Qué hace TU mejor amigo sobre MI mejor amigo?- le dijo Sehun al mayor, con los celos evidenciados en su tono y el ceño fruncido. No le gustaba ver a su mejor amigo en situaciones tan íntimas con otros, sólo él tenía el derecho de disfrutar a su Jongin de esa manera.
-Querrás decir ¿qué hace TU mejor amigo con MI mejor amigo?- Espetó Luhan, menos agresivo que Sehun, pero igual se notaba la incomodidad en sus palabras.
Sehun estuvo a punto de responderle a Luhan, cuando percibió la imagen de Yixing besando la mejilla a Jongin.
“Esto no puede estar sucediendo”- pensaron ambos pelirrosas.