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Tal y como eres por Kuma mo naki

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Notas del capitulo:

Bueno, bueno, pues aquí me encuentro subiendo este nuevo fic. Que no solo es creación mía, sino también de mi chica que me ha ayudado en correcciones y tal. Ella es Blinger hasta la muerte, como yo Locket, y definitivamente queríamos mostraros esta historia sacada de nuestra imaginación.

 

Sentimos que hay muchos fans del JongKey, pero verdaderamente, antes se subían más fics de esta temática, parece ser que ahora el MinKey arrasa, el que totalmente respetamos, como al resto de parejas en SHINee, pero optamos por una historia algo particular con nuestra OTP favorita. Espero que os guste, y de paso decirte que te quiero y gracias por todo, como también deciros a los posibles lectores que muchísimas gracias. Os queremos de todo corazón, y ya nos veremos después de este prólogo con el primer cap, no será en mucho. ~ 

Cantar sin ser escuchado.

Vivir sin ser necesitado.

Observar el mundo... sin ser visto.

 

 

Una y otra vez, la lluvia impactaba contra el cristal de en frente . Los arboles le impedían ver lo que había más allá de esa naturaleza viva, la cual bebía de aquellas transparentes y aún así visibles, gotas de la tarde.

 

 

Sentado en un moqueta de color burdeo con una estantería llena de libros, y de conocimientos, su espalda la aceptaba de buen grado para ser la que acogiese el pesar de los días, de las preocupaciones. Cerró los ojos por un momento al levantar la cabeza y quedarse inmerso en el paisaje, haciéndose más corta su visión, menos nítida y estrecha a medida que sus parpados caían.

Kibum acabó plácidamente dormido entre aquellas paredes, en esa sección de poesía que tanto le recordaba a su abuela quien ya no se encontraba en este mundo. Había aprendido a amar la literatura, los clásicos, odas, poesías, narraciones, cuentos y leyendas, conocía todo lo que su abuela le había enseñado y lo que él siempre había humillado. Fue tan ignorante, su abuela solo quería enseñarle lo que a ella le aportó muchísimas cosas, experiencias emocionales, sentimientos y sueños.

 

 

Por desgracia, él sólo podía ser en sus tiempos un niño con ganas de vivir despreocupado, rebelde e incauto.

 

 

Cuando su abuela murió, Kibum empezó a pasar todas las mañanas y tardes encerrado en esa enorme biblioteca. Sus amistades se consumieron como sus antiguos hobbits, ahora todo era recordar la lectura y con ello a su anciana abuela. Faltaba mucho a la escuela por siempre coger el mismo sitio en el suelo, donde apenas nadie pasaba. Era su 'sección olvidada'

 

 

¿Por qué? Podría ser porque hoy en día todo fuese lo que él antes era, puede que todo el mundo solo tuviese en mente lo mismo.

 

 

''Mentes cerradas..''Ahora se burlaba de lo que él había sido. Y si alguien recordaba su pasado, la mirada que podría congelar el mundo la poseía él en esos instantes, para que así memorizases bien en claro que era algo de desagrado, un recuerdo taboo.

A pesar de siempre andar por las mismas calles, un nuevo libro era encontrado. Aunque en ese pilar que recolectaba para llevarse a su espacio restringido, confirmado y marcado, no podía faltar el libro que siempre leía su abuela.

 

'Obras completas de Shakespeare.'Se sabía casi todas las escenas de memoria, amó el teatro, el romance y se le añadió el gusto exquisito por lo antiguo. Su nariz disfrutaba del olor que desprendían esas hojas en tono marrón desgastado, antiguo, retro que no podía ser lo mismo que viejo. Lo viejo moría, lo antiguo se conservaba, porque resultaría infame el tirar tal obra de arte.

 

Con ese libro a un lado, Kibum dejó reposar el dorso de la mano en el mencionado. Su cabeza caía con pesadez y las luces de la biblioteca se fueron apagando..

  

-¡Un segundo!-Un chico con chaqueta negra, camiseta holgada y pantalones a la altura de sus talones, con hebilla en forma de águila americana, portaba en sus manos el libro equivocado. Ya le dieron la última oportunidad para que recogiese lo que necesitaba, y por eso aceleró sus pasos. Deslizando sus dedos entre las filas que creía, su cabello desaliñado y actitud arrogante le hacían ver como un hombre despreocupado, que vestía con rebeldía y sin peros que le valiesen. -Joder.. ¿donde está ese maldito libro?

Sus pasos siguieron y no veía el suelo que pisaba, anotación que debió tomar ya que le hizo tropezarse con un montón de páginas con cubiertas y frases que no comprendería, al menos la apariencia es lo que daba a entender.

 

-¿Pero qué..?-Apartó con una patada de mala gana un cúmulo de libros que sintió en su pierna, pero se topó por sorpresa con un quejido que seguramente no podía venir de algunos de esos objetos inanimados. Subiendo sobre las manos y sentándose en el suelo, observó a un chico que poco a poco iba tumbándose en el suelo del otro lado al que él había caído.-¿Qué coño?..-Maleducado y grosero, así fue siempre y no le importó golpear de nuevo el pie del joven que descansaba. Este no reaccionaba y parecía estar muerto en el suelo, descansando sin saber como era posible no sentir ninguna molestia por la cantidad de libros que se amontonaban a su alrededor.

  

Iba a dar un aviso al vigilante en voz alta, pero antes de hacerlo se acercó a ver si por casualidad lo reconocía. Fue evidente que no, era rubio, además un rubio llamativo que con su piel le hacía ver frágil, al igual que su cuerpo, quien portaba esa misma sensación. Tenía pecas por el rostro que no creyó reales, sus facciones eran finas y se sorprendió al acto de aquel chico que llevó la punta del pulgar a sus labios.  

Era como un niño pequeño pero con la apariencia de un chico de 14. Al considerarse maduro, teniendo ya 18 años, Jonghyun debería seguramente encargarse de él, despertarlo y comunicarle que ya no eran horas para estar allí, porque sus padres también podrían estar extremadamente preocupados. 

Pero en vez de hacerlo, sólo escupió que se veía como un autentico homosexual, dejando el libro que traía y no llevándose ninguno de vuelta, pues ya los avisos formaban bulla. Metió los dedos en su tupé y lo echó hacia atrás, amarrándose bien la chaqueta sin agradecerle ese favor al vigilante. Era un arrogante, un estúpido sin corazón decían muchos, pero eso realmente a Jonghyun le traía sin cuidado.

 

Puede parecer que ambos son distintos, pero guardan en común una cosa, a ninguno le importaba lo que el mundo llegase a decir de ellos. Eran almas libres, o más bien, solitarias.

 

 

 

Consumiendo las déspotas críticas,

mis sueños han alcanzado a estar tranquilos.

Sin rendirse a la libertad de mi expresión,

encuentro al fin la puerta,

donde hallo la salvación de mi ser.

 


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