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Lo que siento por ti. por NEY OTAKU

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Notas del fanfic:

Te lo prometi Eduardo !!! y aquí lo tarigo.

Un  2min para ti

Para mis lectores quienes me siguen en mis drmas cursis jaja

Espero y la  ternura de Taemin se els pegue y no linchen al señor Choi.

San!!!!!!!!!!!   Siwon nos protega y les recontraque guste :)

Notas del capitulo:

Hey, yo aqui de nuevo, trayéndoles un 2min más jojo

Esta vez no hice tanto drama -o eso espero-

Este fic esta totalmente dedicado a un apersona a la que yo quiero mucho, porque me escuhas, porque me apoyas, porque me aconsejas y me siges en mis locuras e.é.

Porque te lo prometí y aunque llegó algo tarde, es todo para ti.

Para mi amigo Eduardo, alias "Jess 19", felicidades por que cumpliste años y de ragalo, aqui tienes al 2min  -le manda besos-

Con cariño para ti y por los sueños locos y pervertidos que tenemos del 2min -lo mira-

Espero y también a mis lectores les agrade.

 

Lo que  siento por ti.

 

-¡Eres un tonto  Nickhun!

Taemin dijo con lágrimas en los ojos, corriendo lejos de su novio.

-¡Taemin espera! –y lo persiguió.

Lo siguió por todo el parque donde quedaron  de verse. En dónde Nickhun un chico de 20 años había citado a su novio Lee Taemin  de solo quince, para hablar de ellos, de su situación actual, de sus formas de amar, de sus maneras de llevar su relación, más que nada, de lo que  sentían ambos o dejaron de sentir.

Se habían conocido en el autobús, un día que casualmente ambos tomaron el mismo transporte a casa. El más  grande se sentó al lado del menor, con solo una mirada le robo totalmente la atención, sin malas intenciones simplemente comenzó una charla que los hizo buenos amigos.

Esta tarde Nickhun decidió decirle lo que en verdad pensaba. Taemin le caía de maravilla, como un hermano menor, con el tiempo empezaron a conocerse mejor y,  algo más surgió, algo que ilusiono al menor e hizo que su corazón joven  sintiera por primera vez el difícil camino del amor.

Sin embargo el mayor, se había cansado de la situación, se había cansado de tener todo el tiempo a Tae  de tras de él, buscándolo por donde sea, persiguiéndolo, haciendo berrinche por  cualquier situación  y peor aún sus celos hacia todas las chicas que se le acercaban.

¿Pero es normal, no? Taemin es joven y todavía hay muchas cosas que no logra comprender.

Como hoy. Nickhun lo esperaba sentado en una banca de dicho parque, una chica se acercó para preguntar su hora, como lo haría cualquier persona.  Taemin los vio y como se lo indicaba su mente de adolescente, vio miles de situaciones menos a dos personas hablando tranquilamente en un parque. Le grito a ella, le grito a él, les grito a los dos, con las mejillas infladas y la voz ronca.

Estaba decidido a dejarle claro a quien sea que ese chico era “suyo” y que nadie tenía derecho a hablarle. Nadie podía tocarlo sin su permiso, nadie podía mirarlo  respirar cerca de él. ¿Cómo podría llamarse  a ese sentimiento? ¿Posesión? ¿Egoísmo? ¿Locura? Tal vez todo lo anterior, menos Amor. Pero esa era la idea de Amor de Taemin. Entre más cerca pudiese tenerlo nada podría separarlos, uno para él otro, en todos los sentidos.

Pero el mayor se hartó, estaba asfixiado,  ahogándose con la sola presencia de su joven novio. Lee Taemin, para él era muchas cosas, hermoso, lindo, tierno, sin duda amoroso, peor extremadamente posesivo y celoso.  Necesitaba gritar lo que sentía de una buena vez y esa escena de celos fue el remate, la excusa perfecta para escupir todo eso en verdad piensa. Lleno de coraje solo lo dijo.

Que era muy chico para entender el amor.

Que para él su relación no fue, nuca será, nada seria, pues solo lo vio siempre como un chico bonito, solo una bonita pieza de colección que podía presumirse con sus amigos, algo para exhibir. Y si había algo para lo que era realmente bueno era para las caricias nocturnas, y cabe a aclarar que nunca llegaron a más.

 

Tan inexperto…Inmaduro…Inseguro…Tonto…

 

Solo un chiquillo de 15 años que creo un mundo en donde ellos en verdad tenían algo serio. Pero que la realidad era que nadie podría querer a un “mocoso consentido y berrinchudo” cómo lo era él.  Lo dijo tan molesto, tan desesperado, tan rencoso. Básicamente le grito, que lo dejara en paz, porque el “Juego se había terminado”

 

“Juego”

 

La palabra que ocasiono las lágrimas, la ira y el corazón roto de un chico que creyó en el amor por primera vez.  Se sintió como si en verdad no valiera nada. Lo único que pudo hacer, fue gritar un gran “Te odio” con las lágrimas en los ojos y correr hacia cualquier lugar, no importaba hacia donde llegara. Solo quería irse lejos.

Ciertamente Taemin amaba demasiado a su hyung, le había entregado  cerca de un año de relación en la que tuvo que luchar en contra de los pensamientos de quienes lo conocían y no. Al ser menor de edad, sus padres desaprobaban la  relación de su hijo con  alguien mayor. Bastante trabajo les costó asimilar que su pequeño y único hijo fuera gay. No había día en que le repitieran que lo que sentía no era amor, que a su edad no podría entender lo que realmente significaba amar y que por eso el único nombre que se le podía dar a lo que sentía hacia Nickhun, se llama capricho.

Hasta ese entonces no entendía y no quería entender nada, pero ellos tenían tanta razón, la suficiente para que ahora se sintiera exactamente como ellos lo clasifican.

 

Inmaduro, inexperto, caprichoso.

 

A un seguía corriendo, aunque sus piernas le suplicaban que parara, su mente ordenaba que la carrera siguiera. Cansado, con sentimientos de dolor, y decepción, era lo suficiente para que corriera hasta el otro lado de la cuidad si era posible. El sentimiento de querer desaparecer lo había en vuelto junto a la confusión y el dolor en  su corazón.

Llegó hasta  la parte final del parque, donde  solo hay una pequeña vereda formada por quienes pasan en la misma línea, lo demás estaba cubierto por pasto de un verde brillante,  con los árboles y arbustos alrededor que cubrían el terreno pues era una sección que muy poca gente visitaba.  Pero idónea para pensar y alejarse del ruido.

 

Pero el universo conspiro  para que más sucesos se presentaran.

 

Tropezó con una piedra y callo hasta arrastrarse por la tierra dejando un rastro muy visible, causándole varios raspones en codos, rodillas y parte de  su rostro.  Trato de incorporarse pero las fuerzas le faltaban, sus ojos se cristalizaron, estaba molesto consigo mismo por a ver tropezado de una manera tan chusca. Sus brazos trataron de levantar su cuerpo pero tambalearon, cayendo inevitablemente de nuevo al suelo donde pensó en ese momento era mejor quedarse. Después de intentar dos veces y no conseguirlo decidió dejar las cosas así.

-          No te rindas todavía…

Una voz ronca lo saco de sus pensamientos  pesimistas. Alzo la mirada y vio a un chico parado frente a él, con las manos en los bolsillos y una mirada relajada. Frunció el ceño y pego la cara a la tierra.

-¡Deja me…! -le grito. En este momento no quería hablar de nada, ni con nadie. En este momento todo le fastidiaba y lo hería, todo era caos y desorden. Todo era una completa basura…

-¿Y pretendes quedarte ahí para que otros tropiecen contigo y caigan por tratar de evitarte…?

-¡Lárgate! - le repitió con lágrimas en los ojos. Su llanto comenzó a hacerse más fuerte y sus jadeos hicieron acto de presencia.

El chico se agacho para mirarlo más de cerca. Unos segundos así y luego rio. La pareció tierno el acto de ese pequeño, sollozar sobre la tierra en medio de un lugar donde nadie podría verlo. Aun así le preocupo la razón por la que estaba ahí. ¿Qué pudo haberle pasado para devastarlo de esa forma?  Se preguntó.

-Oye…-acaricio el cabello castaño  del chico. Agradable sensación para él,  no creyó haber tocado antes  cabellos tan sedosos y  brillantes.

-Déjame…-apenas pudo decir. El llanto ya se había apoderado de su garganta y voz.

Sintió como unas manos lo tomaron por debajo de sus brazos y lo alzaron despacio hasta quedar frente a frente con quien amablemente le ayudo a pararse, la persona que  ahora  lo ve fijamente, sin parpadear.  Le dio un manotazo para que lo soltara de una vez. Arrugo las cejas y le tiro una mirada de furia. En su boca se formó un puchero. Las lágrimas seguían cayendo, sentía ardor en todos los lugares donde se raspó e intuía que su cara y cuerpo estaban llenos de tierra.

“Genial, humillado y sucio”

Fue lo que pensó. Parecía no bastar con el rechazo que minutos antes recibió, ahora tenía que mostrarse tan patético frente a  un desconocido, que mirándolo detenidamente supo que era mayor que él. Le sorprendió lo alto que era y los ojos tan grandes que tenía, pero también del bonito brillo que reflejaban. El alto  seguía observándolo, tan calmado y sin decir nada, lo que termino por desesperarlo.

-¿Qué?   -pregunto  grosero-   Si vas a reírte ríete de una vez y déjame en paz…sé que me veo como un tonto...vamos ríete…

Lo seguía mirando. Sin decir nada aun, lo que  molesto más a Taemin.

-¡Babbo! -grito al pasar junto a él y empujarlo con sus pequeñas manos.

-¡Joven Choi!

Se escuchó en los alrededores. Ambos miraron hacia lo lejos un hombre de traje elegante ir hacia su dirección. El alto tomo la mano del menor y lo arrastro hacia los arbustos  que se encontraban  a su lado, donde los árboles cubrían todo y apenas unos rayos de sol se colaban para iluminar lo que parecía un escondite perfecto.

Dejo caer a Taemin sobre el pasto sin darle oportunidad de nada, este soltó un gemido de dolor pues su cuerpo aun tenia los remanentes de su carrera por todo el parque y la caída de momentos atrás. Tapo su boca con una de sus manos para impedir que hiciera algún ruido, se colocó sobre él, aprisionándolo con el cuerpo.

-Shss no hagas ruido o nos descubrirá -le susurro, muy muy cerca.

-¡Joven Choi!

Dijo de nuevo aquel extraño a pocos pasos de ellos. Taemin vio como el chico se pegó a un más  a él dejando su cabeza reposar en él espacio entre su cuello. Estaban en una posición poco convencional,  donde si cualquier persona los viera pensaría que estaba haciendo cosas “indebidas”

“Humillado, sucio y ahora acosado”

Tenía ganas de empujarlo para que lo dejara libre, pero las fuerzas no eran las suficientes.

-¡Por favor salga…su padre lo está buscando…Joven Choi…!

Aquel hombre seguía gritando por todo el lugar. A Taemin le pareció que estaba desesperado, su voz delataba la preocupación. Supuso que la persona que buscaba es el chico que tiene sobre él. Choi…era lo único que  hasta ahora sabia del joven acosador, porque a sus ojos eso era, un acosador de chicos de 15 años que son bateados por sus novios más grandes que ellos y con los corazones rotos por un mal de amores. O eso es lo que su imaginación le creo en su cabecita.

Lo minutos pasaban, la búsqueda del joven Choi seguía  y Taemin ya se había acostumbrado a estar en esa posición, con la boca sellada y un peso extra sobre él. El calor corporal del alto lo relajaba y desparecía el dolor de sus heridas, respiraba el olor del  perfume caro que emanaba de su cuello, y la suavidad de su piel “condenado niño rico”  llego a su cabeza. Sentía como el  cabello semi ondulado de color marrón  acariciaba sus mejillas, sumergiéndolo en un sueño profundo; miraba hacia el cielo y solo veía como las ramas de los árboles se mecían de un lado a otro…adormeciéndolo, entrecerrando sus ojos, desapareciendo la tensión que lo invadía.

Pensó que sería estupendo poder tener acceso a esta sensación todo el tiempo.  La sensación de protección y calidez que  nunca sintió cuando estaba con su ahora exnovio. La pelea de horas antes se había borrado de su mente y su corazón estaba calmado, sus latidos parecían seguir el ritmo de su acompañante, sincronizándose para poder hablar  como si fueran viejos amigos.

-Parece que se ha ido…

Su voz lo regreso a la tierra. El chico se levantó despacio hasta quedar sentado sobre su cadera.

-¿Estas bien? Discúlpame por a ver hecho eso…

Taemin lo vio desde  abajo, con los ojos bien abiertos. La figura frente a él parecía brillar  con los rayos de sol. Como si fuera una especie se estrella que pocos podían ver por a las mañanas. Se preguntó cómo alguien con los ojos tan grandes podía emitir tanta serenidad  en su mirada.  Sacudió la cabeza para desaparecer esos pensamientos.  Hasta ahora noto que estaba atrapado por las piernas del alto. Se ruborizo al sentir el choque de sus caderas, más porque le agradaba “assh deja de pensar en eso Taemin.”

-Sí, estoy… ¡auch!...-se quejó al tratar de incorporarse.

Nuevamente fue ayudado a levantarse. Con un abrazo desde su cintura hasta al  agarre de unos fuertes brazos que pego ambos cuerpos. Taemin se sonrojo todavía más al tener así de cerca esos lindos ojos brillocitos .

-¿Por qué te escondías? -dijo desviando la mirada con las mejillas encendidas…

-Porque no quiero regresar a casa todavía…-el menor frunció el ceño

-Ese señor dijo que tu padre te buscaba… ¿Escapaste de casa?...

-Jaja algo así pequeño…-le sacudió el cabello, sonriendo como si nada- solo salí a tomar aire…y llegue hasta aquí. Por cierto ¿Cómo te llamas?...

-Porque debería decirte eres un extraño…-lo miro con desconfianza, sus ojos subían y bajaban analizándolo de pies a cabeza…

-Jaja te ves gracioso pequeño…-de nuevo una sonrisa y el nerviosismo de Taemin empezaba a invadir su cuerpo haciéndolo temblar en las manos.

-Yah!!! No te rías rana…tonta rana…

-Oh ¿crees que está bien insultar a tu hyung?...

-Ahsss- bufó. 

-Está bien…para que no sea un desconocido para un chico tan bonito como tú…Mi nombre es Choi Minho estudiante de  universitario  de 19 años -extendió su mano para saludar formalmente - es un gusto…

Taemin dudo por unos segundos pero de alguna manera sentía que podía confiar en esta persona. No parecía ser un degenerado o un loco, mucho menos un delincuente. Su solo presencia emanaba mucha tranquilidad y eso era algo que nunca habían visto en alguien.

Lentamente alzo la mano y la estrecho con la de Minho.

-Soy Lee Taemin…estoy en secundaria y…tengo 15 años…

-Aigo!!! Tan pequeño y dulce…-apretó las mejillas del menor como si de un bebe se tratara. Cosa que desconcertó a Taemin y lo hizo enfurecer.

-Yah!!! -grito desesperado, con  cara roja como un tomate y el ceño fruncido -suéltame…acosador…

-Jaja vamos pequeño no digas eso…-Minho hizo un  puchero al mil porciento de ternura y  Taemin no pensó poder vivir después de eso.

Lo vio con la boca hecha un moñito y sus grandes ojos parpadeando.  Se quedó tieso tratando de soportar toda la carga de ternura y los kilos de azúcar que invadía su cuerpo aun sin a ver consumido dicho alimento. Cerró los ojos despacio para evitar el contacto visual. El alto solo lo miraba actuar escondiéndole la mirada, aun atrapado por sus brazos, rodeando la delgada figura del menor.

-AH!!!! Déjame, déjame, déjame, quiero ir a casa…

Taemin empezó a patalear y a darle golpecitos en el pecho. Con los ojos cerrados  y moviendo la cabeza de un lado a otro.

-Calma, calma…

Trato de controlarlo pero el berrinche sobre pasaba sus fuerzas. La paciencia se le agotaba y el estrés lo estaba invadiendo. Él solo trato de ser dulce y amable con el menor, para hacerlo sentir mejor, reconoce que fue su error hacerlo de esa forma pues solo logro alterarlo, aun así estaba desconcertado por las lágrimas de hace un rato.

-HEY!!! -le llamo con voz autoritaria haciendo que dejara los golpes a su persona - de veras que eres tan berrinchudo…que inmaduro eres…

La cara de Minho mostraba su obvia desaprobación a sus actos. La cara dulce de hace rato desapareció para dejar a un joven molesto, muy enojado.  Pero dentro de la oración  que el alto le había dicho segundos atrás, estaban las palabras más dolorosas que a su corta vida ya el estaban dejando un complejo.

“Tan berrinchudo e Inmaduro”

Había conseguido que Taemin recordara su incidente hace rato. Las lágrimas inundaron sus ojos, amenazando con derramarse ya, empezó a jadear. Hipidos que inundaron el lugar. Un extraño no tenía que ir y recordarle todo lo que a diario sus padres y su exnovio le recordaban.  Su cara se puso roja y el llanto comenzó como si no tuviera fin.

-Buaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Se escuchó, estaba seguro hasta el otro lado de la cuidad.

-Oye…no hagas eso…

Minho le hablaba pero sus palabras eran totalmente reprimidas. Ahora la culpa lo había invadido y lo peor es que no sabía el motivo. No buscaba la manera de calmarlo. Pensó en algo, aunque no sabía si era lo más adecuado, pero no tenía otra idea.

-Taemin…

Llamo con voz fuerte, al ver que ni siquiera le dedicaba una mirada opto por poner en marcha su plan. Le tomo el rostro con las manos y rápidamente coloco sus labios sobre los del menor. Callando el llanto de inmediato y dejando petrificado al chico.

Taemin creyó por un minuto estar soñando, pero un cosquilleó en el estómago y  sentir esos labios moverse sobre los suyos le aseguro que todo era real. Dejo de moverse para disfrutar de esa sensación. No sabría explicar con exactitud todas esas emociones que estaba experimentando, su cuerpo dejo la tensión para pasar a una relajación increíble.

Sus manos aflojaron el agarre de la camisa de Minho, las lágrimas ya no salían pero algunas todavía resbalaban por sus mejillas. Entre cerraba los ojos para la final cerrarlos por completo.

 

Parecía que habían pasado horas, pero no, solo fueron segundos.

 

Minho se separó lentamente para ver el rostro de Taemin, sonrío, por esa ternura emanada en él, porque aún mantenía sus ojos cerrados y boca medio abierta, con los cachetes colorados y húmedos. Pensó en que al menor le iba bien esa imagen de chico inocente, realmente lindo cuando se sonroja. Llevó ambas manos a su rostro para limpiar con su dedo pulgar esas lágrimas rebeldes que no querían secarse.

Abrió los ojos, para toparse de nuevo con esa sonrisa…

-Ahora si estás más tranquilo…por favor no me vuelvas a asustar de esa forma…

Taemin sintió claramente como el corazón bombeaba más rápido de lo normal, todo  a su alrededor se transformó, no sentía nada, no podía ver ni sentir algo que no fuera Minho, más porque  lo tomo de la mano, entrelazo sus dedos y lo llevo fuera de aquel lugar, que ahora para él, se volvió mágico.

 

El lugar donde había recibido su primer besó, ha de decir, de verdadero amor.

Dónde, estaba seguro, había encontrado a la persona correcta…para él.

 

 

Pasaron seis meses…en los que tuvo la oportunidad de conocer mejor a Minho. El tiempo suficiente para conocer su casa, la impresionante mansión en la que vivía; para conocer la Universidad en la que estudiaba medicina para ser un gran doctor, para conocer sus sueños y deseos, para involucrarse en su vida, con sus amigos y conocidos…incluso con el mayordomo, aquel hombre que lo buscaba desesperado en aquel parque, un hombre agradable y muy amistoso, el que cuida a su joven amo con devoción.

Descubrió que tenía padres que lo amaban mucho, que tenía todo lo que una persona podría desear en su vida, tenía comodidades y lujos que nunca imagino algún día tener.

Minho es de esos pocos chicos que lo tienen todo y son grandes personas de corazón. Regalando sonrisas hasta con los empleados de la  casa, siendo amable con quien fuera, incluso si eran personas desagradables.

Porque es guapo, amistoso, sincero,  fuerte, dedicado…porque es como es…Choi Minho…

No tenía mucho que pensar, él es perfecto. Taemin siempre pensó que no le faltaba nada, que es feliz así como es, a diferencia de él, que tiene que vivir con los regaños de sus papás por las cosas que hace o dice, seguían diciendo que era un adolescente inmaduro que no sabía nada de la vida y que si seguía así nunca encontraría el su camino…y tienen razón, lo es, pero había algo más, algo que lo hizo diferente y único, encontró una razón, un motivo que seguir, un modelo al que imitar.

Después de aquel beso, del que nunca preguntó porque lo habían besado…y esos lazos de amistad que había construido con Minho…

Supo desde ese día, que lo amaría siempre.

Porque había algo diferente en él. Algo que las demás  personas no tenían.

Tal vez era su sonrisa, tal vez eran sus ojos, o su voz; el toque de sus manos en su cabeza, las caricias en las mejillas, las cargadas en la espalda, los helados compartidos, los paseos al centro comercial, las palabras dulces y amorosas…

Podría ser todo.

Podría ser nada.

La realidad es que es Minho, y Taemin lo quiere, todo.

 

La verdad es que Taemin quiere confesar lo que siente, quiere decirle seriamente a Minho que en su corazón solo hay una persona a quien ama con  intensidad, y ese es él. La persona que le alegra el día no importa el clima que haya, el chico que lo deja ir a dormir a su casa cuando discute con sus padres, quien le permite refugiarse en sus brazos cuando quiere llorar por que sus compañeros de clase se burlan por dicen ellos, parece una chica. Él que lo deja dormir en la misma cama en esos días de soledad.

Minho, el que lo deja asaltar el refrigerador de su enorme cocina, y organizar peleas de comida con las empleadas y solo sonríe ante el desastre que resulte de ello. Porque le dice palabras de apoyo, porque le gusta el calor de su cuerpo cuando se dan un abrazo o  sus manos acarician sus mejillas.

Porque Minho le presentó a sus amigos y les presume que su “amado niño” es el más hermoso que existe sobre la faz de la tierra y cuando fue presentado a sus padres lo tomo de la mano, pareciendo más la declaración de una relación de noviazgo que de  amistad.

Ama  a Minho, porque es un aprovechado que toma cualquier oportunidad para besarlo, lo hace sonrojar y enmudecer, le roba el aliento y lo hace desear que vaya más allá  subiéndole la temperatura y le dispara las hormonas a cada momento.

Por semanas ha estado planeando la forma adecuada de declararse. Quería parecer maduro con eso,  que sus palabras sean tomadas con seriedad y esperaba ansioso sus sentimientos sean correspondidos.

 

Recostado en su cama, con el teléfono en la mano y con las piernas cruzadas. Trata de marcar el número de Minho para arreglar una cita el día de hoy, ya que es sábado, una visita al parque de diversiones, ir a comer algodones de azúcar o hotdogs y una visita a la rueda de la fortuna serian el escenario perfecto.

Se repite mentalmente que tenga el valor de marcar, porque no es la primera vez ni la última que lo haría. Cierra los ojos memorizando cada palabra que quiere decir. Lo dice tantas veces que mientras habla marca el número, la línea se escucha por varios segundos, el seguía hablando, hasta que su voz masculina le eriza la piel,  su mente queda en blanco por ello.

 

-¡Hola! Taemin! pasa algo…

-…- hubiese querido decir “Si hyung, pasa que quiero salir contigo hoy así que no hagas planes para la tarde porque te declarare mi amor”. Pero en vez de eso, solo se puso rojo de la nada y empezó a tartamudear.

-¿Taemin?...

-H…hyung…hoy…en…donde  ya sabes, para divertirnos…

-¿Ah? No entiendo lo que dices…

-El algodón…con los perros…

-¿Qué?...

-Tú…yo…la rueda…

-¿Pequeño todavía estas despertando? Jaja…

 

“tun, tun, mi corazón  no deja de hacer tun, tun”

 

-Hyung!!!  -Grito-  tal vez nosotros podremos…ir...juntos

-Taemin-ah…-dijo en tono dulce…- ¿estas queriendo decir, que quieres una cita conmigo?...

-Bueno…no es exactamente así -empezó a jugar con sus dedos y su voz se volvió más melosa, nervioso porque estaba haciendo, la primera vez que él invitaba a su hyung a algún lado.

-Si salir juntos no es una cita…entonces para que quiero salir…

-H…hyung es que…

-No tenía planes hasta que tú me llamaste, pero como no es una cita tal vez debería salir con una de mis amigas de la universidad…no sé ir al cine a ver algo romántico…en la oscuridad, ya sabes esas cosas que a las chicas  les encanta…podría ser que nos tomemos de la mano y quien sabe tal vez nosotros…

Sin aire, sin palabras, frustrado.

-¡Sí, sí, lo es, es una cita! -grito a todo pulmón para luego taparse la boca con su mano libre y sonrojarse al instante.

-Bien, entonces te recogeré a las seis...bye Taeminnie…

El sonido de la llamada cortada retumbaba en su mente como campanas. A veces sentía que Minho jugaba malévolamente con sus pensamientos. Orillándolo a hacer cosas que ni él se imaginaba hacer.

Pero al final estaba contento de que saldrían juntos.

Miro su reloj en la pared marcando las cuatro de la tarde. Salió de la cama de un brinco, dirigiéndose a su closet, sacando ropas de él, aventándolas en el suelo. Quería verse  bonito, presentable, verse como el ángel que Minho siempre de decía que parecía.

 

Minho toco la puerta de la casa de  los Lee, una modesta  y linda casa con flores en el jardín delantero. La puerta se abrió dejando ver a un Taemin bien arreglado y algo tembloroso, pregunto si se sentía bien, el menor asintió. La  madre del chico apareció con una enorme sonrisa en los labios, saludando de  esta forma al mejor amigo de su pequeño. Como siempre lo hacía desde que lo conoció.

Le dio la bendición a su hijo antes de que este cruzara la puerta, cosa que avergonzó al menor, el alto solo rio bajito. Se despidieron con la promesa  de no regresar tan tarde, después de todo Taemin aún era muy pequeño para estar fuera tanto tiempo por la noche.

-Te vez lindo…

-Gracias…hyung…

Minho tomo de la mano a Taemin hasta llegar a su coche, le abrió la puerta como todo en caballero. Tae lo miro y sonrío.

Todo un hombre respetuoso, otra cosa más que admirar de Choi.

Todo el camino  charlaron de lo que les había sucedido en el fin de semana. De los nuevos apodos que le habían impuesto a Taemin en la escuela a cerca de su apariencia, de que si en verdad se pusiera un vestido nadie imaginaría que fuera un chico. Cosa que al menor solo le provoca querer golpearlos, inflado los cachetes del coraje y dejando a Minho con más sonrisas de  las que creyó ver este día.

Mira su sonrisa y le dan ganas de reír de gozo y felicidad.

Llegan al parque de diversiones, dejando al auto en un buen lugar.

Caminan juntos hacia  la entrada, pero el mar de gente hace que  Taemin pierda su camino y lo separan del alto,  lo ve desde lejos, frente a él y gracias  a una chica que tropezó con él perdió totalmente el contacto visual. Siente como su corazón palpita rápido sin saber qué hacer. La chica se disculpa y le pregunta si está bien, el asiente, mira de un lugar a otro y no lo encuentra.

Se desespera.

-¿Cómo te llamas?

-Taemin...yo...venía con alguien…

-Oh! Estás perdido…

 

La chica sonríe y lo toma de la mano, acto que lo tomo por sorpresa, sintió como ella lo arrastraba hacia la caseta donde estaban un par de policías, entendiendo que lo dejaría ahí para encontrar a  sus familiares.

-No…por favor… yo no estoy solo…mi hyung…

-No tengas miedo cariño…ahora encontraremos a tu familia…-le revuelve el cabello y aprieta su mejilla.

Tae quiere zafarse de su agarre pero no puede. No piensa en otra cosa que no sea en Minho y en que apareciera para sacarlo de ese lío. Siente miedo, porque no está, está molesto porque así de fácil se ha perdido.

-Disculpa…el viene con migo.

Y como por arte de magia apareció el joven Choi, con la respiración agitada, acercándose lentamente hasta tomarlo de su mano y hacerle entender a la chica que ya podía soltarlo. Taemin apenas siente el toque de la piel cálida de Minho  se lanza hacia él y lo abraza, dejando reposar su cabeza en su pecho fuerte y fornido. Deja escapar pequeños sollozos, siente vergüenza por las lágrimas que salen en segundos mojando la camisa carmín de Minho, lágrimas causadas por el temor de perderse, más que nada por no volver a verlo.

Eso jamás.

-Lo siento Taemin, fui descuidado…me entretuve mirando  hacia los juegos y no me di cuenta de cuando te había quedado muy atrás.

Le acaricia el cabello para tranquilizarlo, pero las lágrimas seguían  cayendo y los hipidos no paraban. Lo toma del mentón y alza su cabeza, siente ternura de esa imagen frágil del menor, siente ganas de besarlo ahí, lo haría, lo iba hacer, porque se fue acercando más y más dejando su aliento chocar con los labios de  Tae.

Taemin lo esperaba ansioso, sabía lo que Minho haría, lo que siempre hace cada que  siente que no puede dejar de llorar, el truco mágico que lo clamaba y lo dejaba más enamorado.

-Hola…

La voz de la chica los interrumpe, el menor se queda con la mirada hacia el rostro de Minho pero este…solo sonreía hacia ella. Lo desconcertó. Un beso interrumpido por la voz de una mujer a la que le sonrió solo como lo hace con él.

-Tu…tu eres Choi Minho, ¿cierto?

-Ah! Tú, tu eres Yuri…-sonríe nuevamente, no, so solo eso, está feliz por ella.

-Sí, Yuri de la escuela elemental…tú amiga…

 

Como si fuera cosa del destino, un destino muy ensañado, Minho siente que explotaría de la felicidad al encontrar a  su amiga, porque aunque  acababa de encontrar a su pequeño después de un susto como el de que se extraviara, el reencuentro con ella fue, maravilloso.

Cosa contraria a lo que pensaba Taemin, porque arruino la perfecta escena que estaba  a punto de suceder, porque después de eso, Minho solo tenía temas de conversación con ella, pasearon los tres, comieron juntos,   en cada juego ella decía que tenía miedo y tomaba del brazo al alto, le pedía que estuviera a su lado, que subieran a tal juego o compraran tal recuerdo.

Tae rodaba los ojos y bufaba cada vez que Yuri hablaba en su tono de bebé  para convencer a Minho de que hiciera tal cosa y lo peor de todo es que su amigo no la detenía, la trataba con tanto cariño que  le molestaba, le  hartaba.

Es tan melosa, tan dulce, le molestaba que fuera más alta que él, que sus ojos sean así de redonditos y brillantes, su cabello largo castaño era demasiado sedoso y  su complexión llamaba mucho la  atención de todos.

No negaría que era bonita, pero la desteto en esas pocas horas que estuvieron juntos, más porque se dio cuenta de algo importante,  ella y Minho, encajaban uno al otro, los rumores de las chicas a su alrededor lo murmuraban, pensando siempre que tenían algo que ver uno con el otro.

Taemin miraba a su alrededor y se daba cuenta de que las parejas de novios eran de hombre y mujer, nunca de chicos.

Mientras veía como Minho ayudaba a Yuri a subir a una de las canastas de la rueda de la fortuna, pensó en que nunca le había preguntado a su hyung si su gusto iba realmente hacia los chicos. Él siempre es sociable y tiene todo tipo de amistades, hombres y mujeres, no había acepción.

Daba por hecho que le correspondería a sus sentimientos, por la forma en que lo trataba, porque el entendía  que a si le demostraba cuanto lo quería. Con los abrazos, las palabras, los besos.

Nunca había visto a Minho actuar así con otra chica, no, otra persona, que no fuera con él. Siempre es amable, pero con ella, eras demasiado amable.

La odio más por ello. Por el simple hecho de ser mujer.

 

Adiós declaración…Gracias Yuri noona por estropearme los planes.

 

El resto de la tarde-noche, solo se trató de Minho y Yuri. Lee Taemin, solo era una persona más.

 

No por mucho tiempo.

 

Tal vez ese día los planes de Taemin no salieron como esperaba. Pero ideo otra forma de decir lo que sentía, porque seguía en pie con su declaración de amor. La presencia de esa chica bien lo desconcertó  y lo hizo dudar, pero se aferró a sus sentimientos y a la esperanza de que Minho le correspondiera.

Pensó una y otra vez en lo que debía hacer y llegó a la conclusión de que por Minho haría lo fuese, no  importaba lo que tuviera que hacer, incluso, si eso lo llegará a convertirse en lo que todos le decían que parecía y que desde ese día se dio cuenta que le faltaba.

Minho el hombre más seductor que había conocido, el que le roba el aliento en cada sonrisa, necesitaba a su lado a una novia adecuada a él y ese era el problema lo de  “la novia”.

Llego a la conclusión de que para estar junto a Minho, ser un chico era lo que le frustraba la existencia, en cambio ser una chica, era lo más adecuado, porque es lo que necesitaba, lo que le faltaba para ser perfecto para su Hyung.

Convertirse en una linda chica solo por Minho, ese era el nuevo plan.

Así que se tragó el orgullo y todas las palabras que antes dijo para defender su  hombría se fueron  por el caño.

Sí, tenía la cara y el cuerpo parecido al de una chica y por primera vez se sintió feliz de ello. Esta tarde de viernes hace una llamada a la casa de Minho, hablo con su madre a cerca de una sorpresa para su hijo, tomando como excusa el que  el mayor haya pasado sus exámenes finales con excelentes notas, aunque siempre celebraban esos triunfos hoy sería especial.

-Me parece bien cariño…a Minho le encantara tu sorpresa…

“No sabe cuánto”

-Gracias señora Choi...le prometo no hacer tanto alboroto en su casa…

-Taemin-sshi…tu y yo sabemos que eso no es verdad…-la mujer rio al decir eso.

-Entonces tratare de no hacer mucho desorden…

-No te preocupes amor…ya estoy acostumbrada a él desorden que hacen tú y mi hijo en casa…mientras no quemen todo está bien…-y volvió a reir.

Taemin ama con locura a la madre de Minho, ambos con el mismo carácter y la misma amabilidad que lo caracteriza, igual de hermosos y con presencia. Todo un miembro de la familia Choi.

-No diga eso- haba con su voz dulce de bebe, lo que sabe que a ella le encanta que haga- si yo soy un ángel…

Más risas.

-Bien, jaja, está bien te creo -…- bueno dejare a tu disposición a los empleados, hoy el padre de Minho y yo saldremos a cenar….así que cualquier cosa le dices a ellos ok?...

-Sí…gracias señora Choi…

 

Agradeciendo al cielo que el todo este saliendo a su favor, cuelga el teléfono con una gran sonrisa. Se para sobre su cama y da brincos se emoción y riendo de la felicidad. Su madre lo llama al escuchar el alboroto.

-¿Taemin hijo todo está bien? -toca la puerta una vez y entra.

El menor baja de un salto de la cama y corre a sus brazos, ella no entiende lo que pasa y mira de manera extraña a su hijo,  lo ve contento, más de lo normal. Esos último mes no habían  discutido por nada y eso le agradaba, aunque no dejaba de pensar en el porqué de tanta felicidad.

-¿Todo bien?-preguntó de nuevo para asegurarse.

-Sí mamá…súper bien…

-M…a ver dime,  ¿de casualidad esa felicidad y sonrisas son a causa de Minho?...

Los cachetes de Taemin se pintaron de rojo por esa pregunta, luego sonrió más, mostrando esos blancos dientes a su madre, ella le revolvió el cabello y le dio un beso en la frente. Lo tomo de la mano para ir hasta su cama y hacer que se siente, ella junto a él.

-Taemin…amor…dime… ¿Minho te gusta enserio, verdad?...

-P…porque lo dices mamá…-desvía la mirada hacia el piso y juega con los dedos, su mamá suspira y acaricia su mejilla.

-Porque es obvio, se ve que  te encanta ese muchacho…

-Parece que todos pero no él -hace un puchero- yo lo quiero y quiero decirle que me gusta,  por eso hoy iré a su casa y se lo diré…

-oh…que valiente te has hecho cariño -su madre lo abraza- sabes Taemin me disculpo por las cosas  que antes te dije cuando salías con Nickhun, pensé que todo se volvería un desastre por cómo te comportabas pero ahora me doy cuenta de que vas en serio con Minho…así que tienes todo mi apoyo…

-¡Gracias mamá! -

Tae  la abraza más fuerte, luego la llena de besos y la mira suplicante.

-¿Qué pasa hijo?

-Mamá…necesito un favor…

 

Llegó cerca de dos horas antes de que llegara Minho de la Universidad, hoy como todos los viernes, tenía clases hasta las 9 de la noche y llegaba a casa cerca de las 9:30 pm ya que no le no quedaba lejos de su casa. Llevo todo para su gran sorpresa, con ayuda de las sirvientas preparo un pequeño pastel para la mini celebración, con sus velitas y demás. Todo estaba preparado.

Casi todo…

Dos de las empleadas le ayudaron en su gran sorpresa, estaban los tres en el cuarto de Minho, ellas apenas escucharon el plan del menor, chillaron de la felicidad y dieron saltitos aplaudiendo de la emoción, hasta parecían  más entusiasmadas que él.

-Ahhh joven Lee es usted tan hermoso…-dijo la primera de cabello corto castaño y ojos de gatito, cuando termino de acomodar su cabello largo castaño ondulado.

-No pensé que las pelucas picaran tanto-dijo rascándose la cabeza.

-No se preocupe de todas formas no creo que la peluca valla a estar en su cabeza mucho tiempo…-le contestó la segunda de cabello largo lacio y negro…

-Ah? ¿Por qué lo dices noona?...

-N…no por nada joven, mejor le termino de aplicar el maquillaje…-tomo el estuche de gran tamaño y aplico colores tenues sobre sus parpados.

-Por cierto joven Lee…dígame dónde consiguió tan hermoso vestido…-le pregunto la  primera…

-Ah…es el vestido que mi mamá había confeccionado para una chica que vive en  una residencia, pero parece que no le gusto y le dijo a mamá que ya no lo quería…así que ella lo tenía guardado en su closet…y como no estaba usado yo se lo pedí prestado…

-Ahhh -dijeron a coro.

-Sera un buen regalo -dijo la primera-

-Sí al joven Choi le encantara su detalle -dijo la segunda que dejo el maquillaje y  retocaba sus labios con un labial sabor a fresas.

El tiempo seguía avanzando y le hora indicada llegó, ahora si todo estaba listo. El pastel fue llevado hasta la  habitación de Minho con las velitas ya encendidas, el maquillaje, las zapatillas, la peluca que le causaba comezón, todo estaba arreglado.

Las chicas que le ayudaron a vestirse miraron por la ventana al escuchar el ruido de un auto estacionarse,  le avisaron de la llegada de Minho y lo ayudaron a esconderse  de tras de unas cortinas improvisadas.

Ellas le desearon suerte antes de salir corriendo. El sentía los nervios a flor de piel, y se repetía una y otra vez que todo estaría bien,  respiraba profundo y sostenía la bandeja en  sus manos con el pastel sobre él.

La puerta se escuchó abrirse y sintió como el corazón empezó a palpitar más fuerte de lo normal.

-Taemin, vamos tu puedes…

Se dio ánimos para salir de su escondite, deslizo aquellas cortinas despacio y logro ver a Minho de espaldas quitándose su saco, camino despacio hacia él  tratando de no tropezar con sus zapatillas y se detuvo a una distancia prudente.

Minho, no había notado su presencia, de hecho estaba demasiado distraído con sus mismos pensamientos, precisamente sobre Taemin, en el comportamiento que en los últimos días demostraba. Incluso esperaba verlo como cada viernes en su sala charlando con las empleadas del servicio y asaltando su refrigerador con los postres dentro de este. Más aun, por la buena noticia que le mismo le comunico, el haber aprobado sus exámenes con buenas notas, y reconocimientos de sus profesores.

No lo había visto esta semana, solo lo había hablado por teléfono y eso porque el alto lo llamo.

Pensaba en ir a visitarlo, pero primero debía cambiarse, así que tranquilamente quitaba su saco para aligerar  su cuerpo, cuando iba por su camisa blanca escucho  unos ruidos de tras de él.

-M…Minho hyung…

El moreno sonrió al reconocer esa voz, ya sabía el que era cuestión de tiempo para que su pequeño apareciera, volteo lentamente solo para toparse con la imagen más sexi y tierna que esta noche le esperaba.

-Taemin…-apenas pudo pronunciar cuando lo vio.

El menor vestía un bonito vestido corto blanco con un listón rojo atado en moño en la parte de enfrente, justo en su cintura, con unas zapatillas altas acordes al tono del vestido. Vio la peluca castaña medio ondulada obre su cabeza y eso toque de maquillaje que resaltaba su rostro.  Lo miro de pies a cabeza y se sorprendía de lo veía, más allá de sus blancas y torneadas piernas, sus ojo se centraron en la boca de Taemin, la que brillaba en un tono rojo por el labial.

-Hyung felicidades por el resultado del examen…yo…te traje este pastel…

Tae extendió sus manos mostrándole el pastel, el  mayor no lo había notado hasta que lo menciono, estaba demasiado concentrado en su boca que en otra cosa.

-Gracias Taemin -aclaro su garganta y se acercó para tomar el pequeño pastel- es un bonito detalle

Lo mira ahora más cerca y siente el olor a fresas a su alrededor, siente ganas de probar esos labios para confirmar si el olor no engañaba. Taemin sonrió, así justo como para destruirle las neuronas y dejarlo con ansias de tocarlo.

-Taemin, gracias por la sorpresa, yo no me lo esperaba…

-Ya sé hyung, es que hoy quería hacer algo diferente para ti…

-¿Y eso incluye el vestido? Pensé que no te agradaba la idea de parecer una chica…

-Ah! Es que…hay una razón para ello…

-¿Así? -

El mayor lo tomo de la mano y caminaron hasta su cama, dejo el pastel sobre el mueble de madera a un costado, se  sentó junto en la orilla del colchón, dejando a Taemin parado frente a él, donde tenía una buena vista del chico, una excelente vista.

-Ahora sí, dime la razón de tan elegante vestido…

-Es que…yo…tengo largo que decirte hyung…-respira profundo y se toma su tiempo para hablar, siente como sus manos son tomadas y la mirada del alto esta sobre sus ojos- yo…me vestí así por ti…

-¿por mí? -dijo lazando una ceja- ¿qué tengo que ver con el vestido…?

-Es que… ¿recuerdas el día que salimos al parque de diversiones? -el mayor asintió con la cabeza- pues ese día, yo…yo…

-¿tú que?...

-Yo…te iba a decir q…q…

Tae sentido como su cara se iba poniendo roja y la temperatura subía entre más explicaba, pero ya era hora de decirlo, ya no debía guardarse más lo que sentía, así que tomo aire y lo dijo…

-¡Que tú me gustas! ¡Que te quiero! ¡Que quiero que seas mi novio!...

Minho quedo sorprendido ante esa declaración, no dijo nada. Volteo el rostro hacia un costado sin soltar las manos de Taemin, unos segundos más y regreso su atención a la figura delgada frente a él.

-Y para decirme eso tenías que venir vestido de esa forma.

Lo dijo tan normal, como si no tuviera relevancia.

Taemin sintió que incluso se estaba burlando de él, que lo que hizo este día para alegarlo no valió la pena. Se sintió peor que cuando rompió con su ex. Se zafó del agarre en sus manos,  sintió sus ojos aguarse y una lágrima callo por su mejillas, hizo un adorable puchero y sus mejillas se pusieron más  rojas.

Estaba furioso.

-¡Babbo! -le dio un golpe en el pecho- ¡todo esto es por ti! -le grito.

-Taemin…yo…no quise…

-¡No tienes ni idea de todo lo que he tenido que soportar desde que nos conocimos! ¡Todos los días tengo que verte y evitar tirarme a tus brazos!,  ¡Soportar a las chicas que se te acercan y te coquetean!, ¡tu voz y tos toques  y tus besos! ¡¿Qué no sabes que es difícil tener que resistirme a pedirte más?!...

-Tae…por favor…

-Babbo! Babbo! … ¡Incluso es día me dejaste atrás y casi me pierdo, luego te encuentras con esa noona y pasas todo el tiempo con ella cuando fui yo quien pidió una cita contigo!

El mayor lo tomo de las muñecas para evitar los golpes en su rostro.

-¡Por tu culpa estoy así!,  ¡yo creí que nunca me aceptarías como un chico y por eso tuve que hacer esto!

Señalo su vestido. Más lágrimas salían y el aire ya le faltaba, el maquillaje empezaba  a correrse y sus ojos perfectamente delineados ahora estaban manchados. Agachó la mirada y claramente se veía como las gotas de agua caían una  a una.

-Yo…yo pensé en lo que hacía falta para estar a tu lado…-sollozó- y creí que si me veías como a una chica me aceptarías…porque  yo te amo.

Minho apenas asimilaba todo lo dicho y no sabía exactamente qué decir. Ante él, había un Taemin que no conocía, uno que lo sorprendió y lo lleno de puro amor.

-Taeminnie…-lo llamo con voz dulce, pero este no lo miraba- mírame por favor.

Negó la petición y trato de zafarse.

-Tae obedece a tu hyung -demando, pero recibió otra negativa y más forcejeo.

Suspiro.

Lo haló con fuerza hacia él, acercándolo para tenerlo entre sus brazos y posteriormente darle la vuelta y tirarlo sobre la cama. Lo tenía bajo su cuerpo, con los ojos húmedos. Con las piernas medio abierta, él en medio de ellas.

-Taeminnie…de verdad…¿eso es lo que sientes…?...

-Sí…-dijo bajito.

Minho sonrió, se agacho ligeramente para mirar de cerca esos ojos avellana, poso una mano sobre el listón rojo que rodea la cintura de Taemin y lo desató lentamente.

-H…hyung…q…que…

-Me gusta el vestido-susurro sobre sus labios- te ves encantador con él…pero prefiero verte sin nada más que el listón rojo.

-Minho…

Lo calló con un beso en sus rojos labios. Le hizo abrir la boca y dejarlo meter la legua, jugando despacio y saboreando el sabor a fresas del labial.

-Justo como pensé -le susurro  cuándo dejo su boca.

-Minho hyung q…

-Tae…gracias por sentir todo eso…me haces realmente feliz, me disculpo por todo eso que te hice pasar, te admiro por decirme que me amas y por esta agradable sorpresa que me has dado.

-Entonces…

-Es obvio, tú también me gustas, siempre me has gustado, desde ese día que te conocí…

-Minho…-lloró más ahora de felicidad.

El alto coló su mano en  su espalda y bajo el cierre lentamente, abrió sus ojos en par cuando  sus piernas eran tocadas de arriba hacia abajo y sus hombros eran descubiertos poco  apoco. Llevo las manos hacia la orilla de su vestido al ver como se alzaba por la  manos agiles de su hyung.

-No…-lo reprendió-  no esperes que te deje con el vestido puesto después de lo que has hecho…es bonito, pero yo quiero ver debajo de la tela…

Las mejillas del menor se encendieron, no pudo hacer nada contra las palabras del mayor, solo se dejó querer, dejo que los labios de Minho recorrieran cada parte de su piel, succionando su cuello, dejando marcas rojas…

Provocando gemidos que no sabía que eran capaces de escaparse de su boca.

Minho le quito todo, la peluca, las zapatillas, la ropa interior, lo dejo indefenso, y sumiso. Recorrió con su lengua las partes sensibles,  mordió sus pezones erectos y los succionaba como un dulce.  El pequeño se retorcía a cada momento, apretaba las sabanas a su costado para tratar de no moverse pero le era imposible.

Lo beso lento y pausado, comiéndose sus labios rosados y jugosos.

Se quitó la camisa y los pantalones, lento, para que Taemin lo viera, para que entendiera lo que estaban a punto de hacer. Las pequeñas manos del chico subieron hasta los pectorales marcados  y tocaron con pena, pero las manos del moreno tomaron las suyas hasta llevarlas a su boca, dejo un beso en ellas y las deslizo en su cuello. Le dio a entender, que podía tocar todo lo que quisiera, que le era permitido hacer lo que gustara.

Le sonrió dulcemente y se acercó para besarlo, besos cortos y sonoros.

Abrió sus piernas para posicionarse, se quitó el bóxer que clara mente le estorbaba, pues su miembro ya pedía ser liberado, tomo las piernas blancas llevándolas hasta su cintura. Tomo entre sus manos la hombría de Taemin y lo masajeo despacio, los gemidos aparecieron  y el sudor de sus cuerpos los pegaba más.

-Taemin…todo estará bien…

Le introdujo sus dedos en su entrada, masajeo en cada dedo me entraba,  el tiempo suficiente para que estuviera listo.

Taemin se quejaba por la sensación extraña en su interior,  atrajo el cuerpo del moreno hacia el para poder abrazarlo,  alterándolo  son su respiración cálida sobre su cuello, con sus roces y el movimiento lento.

Minho lo miro a los ojos, beso su boca, retiro sus dedos de su entrada, ya era el momento, de que se pertenecieran uno al otro.

Su miembro entro lento para no lastimarlo. Tae cerró los ojos, pero una lágrima se escapó demostrando lo doloroso  que era tener algo tan grande dentro de él. Su cuerpo empezó a ser embestido primero lento…luego más rápido.

El sonido de ambos cuerpos fusionándose era algo nuevo. El calor corporal subió tanto que sentía que se estaba quemando. El cuerpo el hormigueaba  y la espalda le empezó a punzar haciendo que arqueara la espalda.

Se llamaban entre sí.

Minho.

Taemin.

Una y otra vez.

Cuando sintieron que todo les daba vuelta y que nada podría callar sus gemidos,  se dio el toque final que lo hizo casi gritar sus nombres, la habitación se llenó de voces y respiraciones agitadas.

Minho lo abrazo, giro un poco para salir de él y besar su frente. El pecho le subía y bajaba, así como su corazón latía rápido, más rápido de lo normal.

Taemin se escabullo hasta llegar a esos labios esponjosos,  rodeo su cuello con sus brazos y se acercó, para besarlo, para decirle que nunca se alejaría y que sin importar lo que pasara se tenían uno al otro.

Minho le susurro “No sabes cuánto te amo”

A  lo que le fue respondido: “Lo sé, yo siento lo mismo”

 

 

El tiempo pasa y la gente crece, se hacen más amigos y se conocen nuevas personas. Pero hay cosas que gustosamente siguen adelante, sentimientos que se quedan y promesas que hacen para toda la vida.

Taemin esperaba fuera de la escuela, impaciente por quien lo recogería a la hora indicada. Con su bolso cruzado y su ipod en mano, escuchaba la canción de un grupo conocido de música con sus audífonos blancos, tarareaba y movía los dedos al compás de la música.

A lo lejos vio llegar un deportivo negro acercase. Camino hacia la orilla de la calle, justo donde se estacionó y sonrió al ver al conductor.

-Creí que no vendrías…

-¿Crees que te dejaría solo con todos esos vigilándote? -dijo señalando a unos chicos que estaban unos pocos metros de  él.

-Son mis compañeros de clase…-dijo sereno.

-No me importa…no me gusta…ahora sube que se nos hace tarde mi madre te quiere en casa para que la ayudes con la cena.

-Celoso -entro al auto con una sonrisa de satisfacción  al ver la expresión de Minho cuando dijo aquello- es la verdad- afirmo.

-Y pensar que eras tú quien me celaba cuando ibas en secundaria…

-Aprendí a controlarme…la universidad te cambia, tu pasaste por esto  Doctor Choi-rio. Taemin se acercó y lo tomo por el rostro para besarlo.  Ya no era un chico inmaduro y sabía  cómo actuar ante sus emociones…

-waaa estas tan celoso Hyung…

…bueno a veces no…

Taemin ya tenía 22 y Minho 26…entre risas y caricias se decían lo mucho que se amaban y que el amor que sintieron desde la primera vez que se  vieron no había cambiado en absoluto.

 

 

*Fin*

Notas finales:

waaaa siempre que público me siento de nervios!!!

Comenten si les gusto!!! al igual que el vestido de Tae -se babea-

Niñ@s apoyen apoyen a Taeminnie en el progrma que esta grabando! me chocam essas fans que por sus ganas hacen que hasa deje de grabar solo porque no les gusto esa pareja para él.

Yo no estoy feliz por ello ¬¬, pero eso no quiere decir que no lo apoye, al final es u trabajo y el esta emocionado por gabar! -sufro por ello- pero mi amor por el los supera!!!

Ya dije!!!! -se calma-

Bueno, nos leemos en otro fic

COMENTEN!!!!


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