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Psycho-Pass drabbles por Neko_Elle

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Notas del capitulo:

Hola bellas personas!

he vuelto con otra historia que una vez más no parece un drabble XD pero espero les guste.

KouMaki.

Broma.

Hacía tiempo que Sasayama Mitsuru estaba más que aburrido, realmente pensaba que estos últimos meses su vida se había vuelto rutinaria y tediosa, todo era escuela-casa-trabajo de medio tiempo, a veces ni si quiera había oportunidad de ir a algún buen cabaret o a algún pub. Lo único que de vez en vez lo sacaba de su rutina era jugarle alguna broma a Ginoza, sin embargo, incluso el hecho de que Ginoza fuera siempre su víctima ya era rutinario de por sí.

Él tenía un amplio círculo de amigos, y aunque sabía que no todos se llevaban bien entre ellos, en ocasiones le gustaba organizar reuniones con todos a la vez ya sea en alguna casa o algún sitio para divertirse, con suerte y a veces pasaba algo interesante, por lo que decidió hacer lo mismo esta vez, pero en un bar. Invitó a beber a su mejor amigo y compañero de bebida Shinya, a su víctima favorita "Gino-sensei" como solía llamarlo, a la chica que había saltado grados Akane, a su jocoso kouhai pelirrojo Shuusei, a su pareja lésbica favorita Kunidzuka y Karanomori quienes siempre eran blancos de sus manoseos, y para hacer la noche interesante invitó a Makishima, un joven reservado que no se llevaba del todo bien con el grupo, pero que al igual que los gatos con los perros, gustaba de pasearse en frente de aquellos que no lo toleraban, y como no podía dejarlos de lado, ya que a donde fuera Makishima siempre iban otros dos, invitó a Touma el autodeclarado "amor de la vida de Makishima" y al estudiante de intercambio Choe Guseong. Había quedado con todos para ir a un bar-restaurant donde los que quisieran podían beber o comer, incluso había algunos juegos y karaoke disponible, ideal para lo que buscaba.

Al llegar todos se sentaron con sus "regulares grupos de amigos" lo cual para Sasayama no era nada interesante, así que decidió invitar la primera ronda de bebidas para ver si con eso se arreglaba el humor. Todos sin excepción comenzaron a beber y así continuaron, para diversión de Sasayama quien por primera vez veía a algunos de ellos ebrios pudo ver escenas como: a Karanomori intentando besar a la pobre estudiante nueva que intentaba a como podía zafarse de la situación, mientras un divertido Shuusei comía y colocaba cosas encima de Ginoza, quien había caído dormido a causa del alcohol. Por otro lado el mesero Mido-chan se les había unido usando el Karaoke y Kunidzuka cantaba a dueto con él comenzando a hacer striptease, pudo ver también como Makishima se había quedado también dormido en el regazo de Choe Guseong quien estaba distraído grabando con su celular las tonterías que hacían todos, posiblemente para chantajearlos después, tan ocupado estaba que no se había dado cuenta que Touma estaba intentando desabrocharle el pantalón al de ojos ambar, de repente Shinya le gritó al pervertido que dejase en paz al albino, para sorpresa de todos, pues era bien sabido que Kougami y Makishima no se llevaban bien. Luego se pudo ver como el coreano comenzó a pelearse a golpes con el otro castaño por lo que estaba haciendo, mientras Kougami, cuidaba abrazando el ya medio consciente Makishima quien intentaba ahora besar al moreno, ahora el que estaba grabando era Shuusei pues le había parecido una escena más divertida que seguir poniendo cosas encima de Ginoza.

Luego de unos momentos él dueño del bar los sacó a todos del local, en vista de que ambos castaños se irían a algún lugar a seguir peleando y de lo interesante de la situación comenzó a pensar en algo divertido, pues algunos de ellos apenas podían sostenerse. Decidió enviar a las chicas a casa en un taxi, mientras le pedía a Kagiri que se llevara a Gino-sensei o que llamara a su padre para que viniese a recogerlo, pero que no lo dejará solo hasta entonces, los castaños para entonces ya se habían ido, por suerte para él, ya que para lo que había maquinado eso era necesario. Sujetó a Makishima, pasando uno de sus brazos por sus hombros para ayudar a caminar al albino quien ya estaba despierto más no por ello menos ebrio, y le pidió a Kougami que lo ayudara del otro lado, para que así entre los dos pudiesen llevarlo más fácilmente. El moreno, no muy contento con ello, lo hizo de todas maneras, se detuvieron en una tienda de conveniencia a comprar un par más de botellas de alcohol y se fueron rumbo al departamento del moreno. Mientras iban caminando Sasayama iba más que divertido con las tonterías que iban diciendo el moreno y el albino:

- Me sorprendió que vinieras a mi rescate Kougami- dijo el albino arrastrando algunas vocales.

- No era por ti, no quería ver como Touma te practicaba sexo oral- dijo molesto.

- Ah, entonces no querías ver como otro hombre me practicaba sexo oral, no sabía que te interesaba tanto –dijo entre risas el albino.

- ¡Qué no es por ti!- le espetó molesto, llegando por fin al departamento y abriendo a cómo podían la puerta- ya cállate, no quiero escuchar tu charla de borracho – agregó no muy convincente, pues estaba más o menos en el mismo estado; en eso el albino le plantó un beso al moreno, que le correspondió haciendo el beso más profundo y comenzando a acariciarle la espalda.

Para Sasayama estos dos no se odiaban, era más bien una relación muy pasional, que estaba a punto de explotar. Como aun estaba sosteniendo una parte del peso del albino y el par no dejaba de besuquearse, se sintió un poco incomodo así que optó por decir:

- Bueno, Kou te dejo a Maki-chan para que tengas sexo salvaje con él – vio la mirada reprobatoria del moreno, que ya había dejado de besarse con el albino, aunque este último estaba prendido de su cuello- ok, no. Pero ¿no querrás que me lleve al monstruo besucón, o sí? Sabes que yo si me lo tiro –nuevamente sintió una mirada gélida por parte del azabache- mejor dejaré esto por aquí- mencionó dejando las botellas de alcohol extra que habían comprado y colocando sin que el moreno se diera cuenta un par de cámaras –Me despido, cuando Maki-chan esté en condiciones ya se irá a su casa –decidió no recordarle que podía llamar al coreano para que se lo llevara, pues era de esas oportunidades que no se volvían a presentar con facilidad.

- Espera, ¿no me vas a dejar solo aquí con él, cierto? No me suelta- dijo intentando jalar de la camisa al otro, para alejarlo de sí.

- Si quieres me quedo a beber, quizá con más alcohol Maki-chan se vuelva a quedar dormido y ya no te moleste.

No sabiendo que más hacer accedió, para Sasayama era bastante divertido ver como el moreno se quejaba del albino, pero no lo soltaba en ningún momento ni hacía más intentos por alejarlo de él, por su parte el de hebras plateadas estaba abrazado y acurrucado al moreno, plantándole besos de cuando en cuando por toda la cara y el cuello, sin recibir objeciones del otro, todo eso quedando grabado en el celular del castaño.

- Deja de grabarnos- sentenció molesto- ya veo porque el coreano ese, siempre anda cuidando que este tipo no se meta en problemas y evitando que beba alcohol.

- ¿Cómo sabes eso?- inquirió el castaño curioso.

- Porque lo he visto- respondió espontaneo. Para el castaño eso había sido en extremo divertido, pues el moreno, sin darse cuenta acababa de admitir que le prestaba más atención de la que le gustaría al albino.

Luego de algunos minutos, el castaño se dirigió al baño, dejando solos al día y la noche. El albino, quien estaba sentando entre las piernas de Kougami, empezó a rozar sus glúteos con la entrepierna del azabache, que no tardó mucho en reaccionar a aquella incitación.

- Deberías ya admitir que te atraigo más de lo que te gustaría, Kougami, he visto como me miras cuando crees que no me percato que estás ahí –le susurró al oído. El moreno le sujetó del cabello, recargando la cabeza nevada en su hombro y exponiendo el delicioso cuello, que comenzaba a tentarle.

- Tú no me atraes –dijo firme, deslizaba sus dedos por aquel níveo cuello. Kougami, sentía su intimidad friccionarse con aquel delicioso montículo por debajo de la ropa, sin pensarlo giró con fuerza la cabeza del otro para así devorar la boca ajena mientras a como podía se deshacía de las prendas inferiores – Más bien, es al revés, siempre estás intentando llamar mi atención, Makishima…

- Sólo me gusta hacerte enojar- susurró por último, a modo de réplica.

Pronto la habitación se llenó de sonidos húmedos, jadeos y extraños rechinidos. Las ropas habían sido desprendidas de ambos cuerpos, que ahora danzaban con un barniz nacarado que les cubría por completo. El moreno insertó la punta de su miembro en la no preparada entrada ajena, el albino jadeaba dolorido por dicha acción, dejando escapar el nombre del otro y arqueando su espalda entre pequeños espasmos, intentando de alguna manera alejar su entrada de aquel potente miembro, mientras el azabache le sostenía por la cintura evitando que se alejara y jalándolo para que al contrario, se ensartara más; todo mientras enredaba sus pies con las lechosas piernas para mantenerlas bien abiertas, dejando a la vista su erecta anatomía.

Algunos minutos después finalmente pudo introducirse completamente en el albino, quien tenía la cabeza gacha intentando ocultar la expresión de dolor y el sonrojo que le embargaba, el moreno al darse cuenta de ello, decidió recostarse y recargar finalmente su espalda en el suelo, mientras seguía incrustado en el interior del albino; ambos se sujetaron las manos, para que así el moreno pudiese darle algo de apoyo y equilibrio al albino que lo cabalgaba dándole la espalda, extendió sus piernas, dejando por fin que el de hebras plateadas llevara el ritmo de las dolorosas y deliciosas embestidas, el joven de nívea pile tenía sus rodillas flexionadas a la altura del pecho, bajaba y subía dolorosamente por aquel falo que al mismo tiempo le estaba prodigando un placer que no había sentido, el moreno que no podía quedarse quieto completamente, con sus pies se daba algo de empuje para levantar y bajar sus caderas, ayudando al albino con las embestidas, aunque a veces parecía que seguía siendo él quien llevaba el ritmo de estas, en vez del copo de nieve. Continuaron así hasta que finalmente ambos llegaron al éxtasis y soltaron sus esencias, el albino cansado recargó su espalda en pecho del moreno, aun permaneciendo unidos.

Algunos minutos después de que sus respiraciones se regularizaran, el moreno rodeó con sus brazos el delgado cuerpo sobre él y giró de manera que ambos quedaran de lado, recargados en el suelo, el azabache acurrucó su rostro en la nuca del otro, aspirando su aroma, y sin quererlo volvió a excitarse, endureciendo su miembro que permanecía aun dentro del albino. Al sentir esto, el de ojos ámbar estaba por reclamarle, pero dentro de sí, el miembro ajeno había vuelto a tocar aquel delicioso punto que hacía su cordura se fuese por la borda, el también volvió a excitarse, pero ambos estaba aun cansados, el moreno comenzó a embestirle así en la posición que estaban mientras el albino le seguía con dificultad el ritmo, pues estaba sumamente cansado, luego de algunos minutos se vino y cayó dormido, por su parte el azabache siguió embistiéndolo hasta que se sació de él y pudo venirse varios minutos después, permaneció aun dentro de él y se quedó dormido también.

El castaño que aun estaba en el baño, cuando dejó de escuchar sonidos se animó finalmente a salir, cuando lo hizo vio la posición en que aquel par se había quedado, un poco molesto no pudo evitar murmurar:

- Par de idiotas ¿cómo se ponen a tener sexo dejándome sin escapatoria en el baño?- con una sonrisa bellaca, sacó su celular y les tomó una fotografía tal cual estaban, fue y sacó una manta y los cubrió antes de irse.

Una vez fuera del edificio, no pudo evitar reír sonoramente por todo lo que había pasado, solo se preguntaba cómo reaccionarían en la mañana aquellos dos, realmente él no esperaba que fuesen a tener sexo, su plan consistía en emborracharlos y que cuando ambos cayesen dormidos, les quitaría la ropa y los metería a los dos en la misma cama, la cámara la había llevado originalmente para captar ese momento, pero en vista de lo que había sucedido se llevó algo aun más divertido para recordar.

El par que yacía dormido en el suelo continuó así hasta la mañana, el albino fue el primero en despertar, se sentía un poco sofocado y pesado así que cuando abrió finalmente los ojos se sonrojó a sobremanera, pues no solo había un par de brazos de hombre que lo rodeaban, sino que también cuando había intentado moverse lo sintió, había "algo" dentro de él, sin quererlo soltó un gemido que no podía identificarse si era de dolor o placer, el sonido gutural despertó al moreno, quien solo pudo ver frente a sí una cabellera plateada que conocía muy bien.

- ¿M-Makishima? – susurró su nombre a modo de pregunta, como queriendo que le negase la realidad frente a sí. El peliplata se sonrojó aun más, pues hasta el momento no había tenido el valor de voltear a ver quién estaba detrás de él, y esa voz tan conocida no podía negar su procedencia.

- ¿K-Kougami? –ninguno de los dos dijo o hizo algo más por algunos segundos, hasta que el moreno decidió pararse, el albino que percibió las intenciones del otro replicó al instante.

- No te muev…- antes de terminar la frase el moreno se movió intentando ponerse de pie pero escuchó otro gemido, como el que lo había despertado- Aaah…- el albino llevó sus manos a su boca, intentado evitar que salieran más gemidos, el moreno por su parte observó la blanca espalda y su vista continuó bajando hasta que lo vio y dejó ahí su vista clavada unos segundos, como no pudiendo procesar la imagen. A ambos les dolía la cabeza, producto de la resaca, por lo que en un susurro el azabache contestó.

- Lo siento –dijo sonrojándose y no pudiendo evitar el despertar de su miembro nuevamente, el albino que podía sentir todo en su interior volvió a subir de tono su sonrojo si es que eso era aun posible.

- T-tú…¡te has excitado! – susurró alarmado y molesto el adolorido joven- ¡ni creas, aléjate!- dijo, intentado sacar al moreno de dentro de sí, el azabache a pesar de su excitación salió del cuerpo ajeno y se quedó sentado, no soportando mucho la presión del ambiente, alcanzó sus cigarrillos que estaba en la mesa no muy lejos de ahí y se dispuso a fumar. El de ojos ámbar intentó incorporarse en vano, el dolor que sentía en su parte baja era demasiado, esto sólo hizo que el silenció en la habitación perdurara, era algo muy incomodo.

Hasta que finalmente un poco arto, Kougami se paró y se puso los bóxer que yacían tirados en el suelo y en breve fue por un botellón de agua fría, se la ofreció al albino pegándola a su mejilla, quien con un pequeño espasmo por la diferencia de temperatura, la aceptó sin más y comenzó a beber de ella, el moreno un poco más tranquilo por ver aceptada su ofrenda de paz, se animó a hablar.

- Supongo que es entendible que no puedas pararte –el albino le miró molesto, a lo que el azabache tosió ligeramente y continuó- así qué ¿necesitas que te traiga algo?

- Te agradecería una almohada –dijo con un ligero sonrojo y cubriéndose ligeramente con la manta en el suelo- y algo para la resaca.

El moreno se acercó al de hebras plata y lo tomó en brazos.

- ¿Qué haces?- inquirió con desconfianza

- Te llevo a la cama –vio como el albino arqueaba una de sus cejas con recelo- para que descanses ahí, es mejor que solo una almohada.

Cuando llegó hasta la cama lo depositó en ella y al alejarse no pudo evitar que su vista se posara en los hinchados y sonrosados labios, el albino no pudo evitar tampoco hacer lo mismo, ninguno de los dos estaba seguro si debían o no besarse, no estaba ebrios…de hacerlo ¿qué habría después…?

-/o-/o-/o-/o-/o-/o-/o-/o-

Al día siguiente, el albino llegó junto con el moreno a la universidad, usando la ropa de este último pues en todo el día anterior no había podido volver a su casa por el dolor, aun estaba dolorido, pero sabía que no podía faltar más a la universidad, por más de una razón. Algunas personas observaban con atención a ese par tan opuesto, pues era sabido por la mayoría, lo mal que se llevaban, pero ese día habían llegado ambos no sólo juntos, sino que también, parecía que el moreno iba muy al pendiente del albino. Cuando se adentraron más en el campus se toparon con el castaño que los había llevado a aquella noche de bebidas, Sasayama no tardó en abordarlos con una sonrisa bellaca en su rostro

- ¿Y? –preguntó al fin, el albino y el moreno voltearon a verse con algo de incertidumbre.

- ¿Y qué?- inquirió el moreno al fin.

- ¿Volvieron a hacerlo cuando despertaron por la mañana? – ambos hombres palidecieron cuando el castaño les mostró la foto que les había tomado antes de irse, luego de su palidez, los rostros de ambos se encendieron, no supieron si era por el hecho de que alguien más supiera lo que había pasado entre ellos o por lo plácidamente dormidos que lucían juntos en esa fotografía. Sin duda, ver la actual expresión en ambos rostros, quitaba el aburrimiento de cualquiera.

Notas finales:

Muchas gracias a quienes leen y por sobre todo a quienes me escriben º3º les amodoro mucho!

De donde surgió esta historia? no lo sé XD pero me dio risa escribir lo que planeaba Sasayama y lo que resultó ser.

Espero les haya gustado.

Cuidense y si pueden dejen un rev ; me gusta saber sus opiniones.

bye bye bee~


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