Kitsune
Desde hacía días que había llamado su atención un usuario extraño en la red, no le conocía, pero le llamaba en demasía. Realmente no sabía si era hombre o mujer, si era joven o viejo, pero algo en su forma de expresarse le había atrapado, así que como el buen hacker que era, decidió investigar un poco más sobre él, algo que no fuera "Nickname: pancake machine" y "ID: ratG+070".
Para su sorpresa, la ubicación del acceso más reciente, provenía del mismo pueblo en el que encontraba oculto en esos momentos (en algún lugar de la prefectura de Kumamoto), sin duda era difícil vivir en los tiempos de Sibyl para alguien como él, que si bien, tal vez para él en especial no era tan difícil pues podía con facilidad hackear los scanners para no tener problemas, pero aun así no dejaba de ser molesto el no poder desplazarse con total libertad por lo limitada de su situación, si se movía demasiado sería detectado.
Ya habían pasado algunos días desde que se había puesto a intentar obtener todo tipo de información de aquella persona misteriosa, pero para su desgracia no había podido obtener demasiada, aunque notó un mensaje oculto en sus comentarios en aquel foro: una invitación, en ella había encontrado palabras extrañas, lo cual seguro serían pistas para encontrarle "cacería de zorros" "Izanagi e Izanami" "festival". Aquella persona ya había detectado si no su actividad, por lo menos el interés que mostraba en él en los foros clandestinos.
La prefectura de Kumamoto era de los pocos lugares que aun poseían zonas rurales y algunas tradiciones antiguas. Precisamente por lo rural de la zona le era fácil moverse, y ahora que aquella persona misteriosa le había invitado para que se encontrasen, le emocionaba de alguna manera. Había logrado averiguar que aquella persona era un joven varón, así que no dejaba de preguntarse si sería atractivo, de ser así lo invitaría a beber o comer algo. Próximamente, estaba por haber un festival al estilo antiguo cerca del templo Kamishikimi Kumanoza, así que decidió que buscaría por la zona cuando llegase el día.
Cuando llegó el día del festival paseó algunos minutos por los alrededores, aun cuando aquel joven le había invitado, realmente no había mencionado lugar ni hora, así que tuvo que darse a la tarea de buscarlo, posiblemente ese era un desafío para él, si bien había notado que sus maneras de pensar eran similares en unos aspectos, el poder encontrarse revelaría que tanto. Supuso que con "cacería de zorros" ser refería a la búsqueda en sí, "festival" era referente al día y finalmente "Izanami e Izanagi" posiblemente tendrían que ver con el lugar, si no recordaba mal, el templo que estaba cerca había sido construido en honor a esas deidades, por lo que lo más apropiado sería buscar por ahí, más sin embargo, temía equivocarse, sí, lo temía, pues realmente anhelaba encontrar a aquella persona.
Después de repasarlo una y otra vez, decidió finalmente dirigirse al templo. Entre más se adentraba al bosque notó que finalmente llegaba a unas escaleras, la escena era maravillosa, el lugar estaba lleno de vegetación, incluso las escaleras eran cubiertas por el verde frescor de la naturaleza, el ambiente era agradable y había una que otra luciérnaga adornando el paisaje, luego, un poco más allá, lo vio…vio a un joven de espaldas con un Yukata, tenía el cabello plateado y algo largo, el cuerpo se veía bastante fino, no había visto su cara aun, pero sin duda se sentía ya atraído.
Tan pronto el joven escuchó pisadas se volvió y pudo ver parado a unos metros de él al castaño. El castaño por su parte se sorprendió un poco al encontrar una máscara de kitsune que cubría el rostro de aquel hombre "así que por eso la cacería de zorros, ¿eh?" pensó para sus adentros, agradeciendo que le facilitara con ello el reconocerlo. Así que a paso lento fue acercándose a él, quien permanecía de pie con los brazos cruzados e inmóviles. Cuando finalmente estuvieron frente a frente, con cuidado le quito la máscara del rostro, revelando con ello unas hermosas pupilas doradas que adornaban a la perfección las suaves facciones, sin poder evitarlo llevó una de sus manos al rostro ajeno y acarició los deliciosos labios con su pulgar, en breve le susurró:
- ¿Has estado tú solo, esperando en este lugar tan enorme?- en la mirada del castaño se reflejaba cierto deseo y aflicción, pero también reflejaba lo mucho que estaba conteniéndose para no abalanzarse encima de él.
- El templo no es tan grande- afirmo el joven con una expresión que el castaño no pudo leer, dejando mientras tanto que el otro continuase acariciando su rostro y cabello.
- Estoy hablando del mundo…- dijo el de hebras avellana, sorprendiendo a sobremanera al albino, el coreano notó un brillo en aquellas orbes ambarinas y fue bajando la mano que tenía en el rostro del joven de plata hasta el cuello, intentando tocar por debajo del Yukata aquella deliciosa piel de mármol; al ver la nula resistencia del otro, lo supo, eran de la misma especie, o al menos una similar- Tu y yo nos parecemos- apenas dijo esto, besó los labios frente a él, encontrando una deseada correspondencia.
Deseo.