Por fin después de tanto tiempo aquella relación que empezó con odio y continuas peleas había evolucionado. Y nadie podía estar más feliz que ellos.
Naruto y Sasuke eran una pareja como pocas pues al conocerse el conocido amor a primera vista se fue por la alcantarilla, el moreno solo vio a un rubio ruidoso, torpe y muy tonto con grandes aspiraciones, el rubio solo vio a un moreno de cara bonita muy amargado que se creía superior a todo el mundo.
Y con esa primera impresión se la vivieron los primeros años de preparatoria, a pesar de sus diferencias era obvio que no podían estar sin picarse el orgullo uno al otro, con el tiempo no solo eran enemigos, también eran amigos pues pasaban mucho tiempo juntos, peleando, pero juntos, se conocían muy bien y eran capaces de coexistir en un buen ambiente lleno de emoción.
Sin embargo en quinto semestre ocurrió su primera gran pelea, duraron separados más de dos meses sin hablarse, se olvidaron siquiera de que ocasiono la pelea… pero gracias a eso se dieron cuenta de que no podían estar mucho tiempo sin el otro. El rubio extrañaba la seriedad y el cierto control que el moreno le brindaba a su vida, además de su bonita cara y esas sonrisas que solo él lograba sacarle. El moreno extrañaba al ánimo y alegría que el rubio le daba, lo llenaba de diversión pero sobretodo le daba vida, además extrañaba las sonrisas luminosas del rubio.
Y con esa gran separación se descubrió lo que sería su gran amor…
Ahora a punto de terminar la universidad llevaban ya tres años de noviazgo y el rubio estaba más que dispuesto a dar el siguiente paso. El moreno también pero él era hasta cierto punto más discreto y sutil con su dobe.
-Por fin, lo tengo todo listo Ino- dijo el rubio de nombre Naruto a su prima Ino –Estoy listo para pedirle al teme que sea mi esposo´ttebayo- dijo lleno de decisión.
-Kyaaa!!! – se emocionó Ino como toda chica en espera de la felicidad de sus amigos, sobretodo de su primo, después de todo en la universidad era por demás conocido el romance y relación de los chicos más guapos del lugar.
Naruto tenía ya 22 años de edad, alto hasta el metro ochenta, de complexión musculada pero no exagerada, de cabellos rubios largos a ambos lados de su cabeza asemejando el peinado de su padre Minato, de echo eran muy parecidos, sus mejillas marcadas con sus tres bigotitos lo hacían ver como un zorro astuto, sobre todo a la hora de jugarle alguna broma a su teme. Era muy apuesto, sobre todo por sus ojos azules y cabello dorado, el chico por el que las chicas babeaban y quería eliminar a Sasuke del mapa, el capitán del equipo de futbol americano.
Sasuke en cambio tenía 22 años a punto de cumplir los 23 pues era mayor que el rubio pero solo en edad, pues Sasuke tenía una estatura menor de metro sesenta y ocho y una complexión muy delgada, estaba en buena condición pero su complexión seguía siendo muy fina, era el más listo de la universidad aparte de ser el presidente del equipo de investigación de ingeniería. Un chico sin duda muy guapo, aunque más bien se podría decir que era bonito, pues sus facciones eran finas, su piel blanca contrastando a la perfección con sus ojos negros, llenos de misterios y su cabello negro con destellos azules suave como la seda.
Todos en la universidad los comparaban como la representación del jin y el jan. Uno rubio el otro moreno, uno de tez blanca el otro bronceado, los ojos azules del cielo despejado y los ojos de la noche más fría, la personalidad alegre y desinhibida contra la personalidad seria y tranquila. Sin duda tal para cual.
Ino suspiro de manera soñadora –Por fin después de tantos años, la historia de amor llega a un momento lleno de alegría cuando las dos almas predestinadas se unen- se emocionó la chica.
Naruto solo le sonrió, ya su prima le había contado de la historia de amor que se corría en la universidad sobre él y su querido teme, claro que no fue tan fantasiosa pero si muy romántica, por lo menos desde su punto de vista, esperaba que su teme le tuviera cariño a todas sus peleas de antaño. A esas alturas se seguían peleando pero ya no tan infantilmente ni con los puños.
-En serio Naruto, será maravilloso, sus fans gritaran de alegría- dijo Ino, hasta parecía más animada que él –Tu solo déjamelo a mí, les organizare la mejor boda de todos los siglos no se arrepentirán, kyyaaa!! Me estoy emocionando de solo imaginármelo-
Naruto sudó una gotita y se puso de pie, estaban ambos en su habitación, mientras él revisaba tareas de la universidad su prima había ido a llevarle unos sándwiches y él le soltó la noticia, de inmediato ella se apuntó a preparar su boda, y ¿Por qué no dejarla? Después de todo los padres de Ino tenían una agencia de flores y de bodas.
-De acuerdo Ino, ¿Por qué no vas a por los catálogos mientras yo termino mis deberes?- le sugirió para que saliera de su cuarto, no que la esté corriendo pero necesitaba verificar unas cosas.
-Espera Naruto ¿Cuándo se lo vas a decir? ¿Cuándo se lo pedirás? ¿Cómo lo harás?- preguntó la chica tomándolo de las manos para que no se le escapara.
-Eh…. – Naruto apartó la mirada un poco sonrojado, claro, era la primera vez que haría algo como eso y la verdad no tenía nada de experiencia en esas cosas –Estaba pensando en una cena romántica, ya sabes- dijo el rubio.
-Mooo- dijo Ino –Eso es de lo más cliché- dijo un tanto desilusionada, pero entonces una idea se le vino a la cabeza –Pídeselo en el baile de fin de semestre- dijo muy contenta –Le pediré a Hinata-chan que te abra un espacio en el programa, se lo pedirás delante de todos ¿qué mejor forma de declararte? Que todo mundo se entere- dijo con emoción
-Eh, no creo que le guste, ya sabes que él es tan reservado y…- dijo el rubio dudoso, pensar en pedírselo al teme a solas era una cosa, pero delante de la universidad era otra cosa, temblaba de solo pensarlo
-Tonterías, le encantará, yo lo sé, por fin esas chicas que intentaron encerrarlo en el baño en segundo semestre por ser tu novio lloraran- dijo Ino con firmeza sin darle tiempo a réplica –Eres el capitán del equipo de futbol, esto no será nada complicado, tú lo amas, él te ama, habrá boda y luna de miel todos felices- dijo Ino para luego salir corriendo.
Naruto se quedó de piedra ¿qué acababa de ocurrir?
Parpadeo un par de veces, ahora gracias a su prima su declaración se volvería pública, no tenía problema con ello pero su Sasuke…
Se sentó en la silla de su escritorio y de uno de los cajones sacó una cajita negra, la abrió mostrando la sortija que contenía, era de oro blanco con un zafiro engarzado. Había estado ahorrando desde hacía un año para poder comprarla. Era muy parecida a la joya que su padre le había dado a su madre cuando le pidió matrimonio. Su madre Kushina que había fallecido cuando él tenía 10 años, su padre Minato se hizo cargo de él desde entonces, aun cuando la depresión por la pérdida de su esposa estuvo a punto de hundirlo la manita de su hijo Naruto aferrada a la suya le recordó que todavía tenía por quién vivir.
Desde entonces Minato se convirtió en el padre del siglo, lo amaba, lo cuidaba, lo protegía, siempre estaba al tanto de él. Saco adelante a su hijo y a las empresas que fundaron con ayuda de su padrino Jiraiya, Namikaze corp. Sólo por él Minato aprendió a ser papá y mamá a la vez, hacía los deberes de la casa, hacia la comida, le revisaba sus tareas e iba a las juntas de la escuela. Y ahora después de tantos años de crianza por fin su hijito dejaría el nido.
Suspiró y miró la joya –Oka-san, por fin le pediré matrimonio a Sasuke-teme, seguramente ya lo esperabas ¿verdad? Recuerdo que cuando éramos niños vivíamos en el mismo vecindario y me encantaba llevarlo de la mano a todos lados, lástima que nos separamos y cuando nos reencontramos nos llevamos de la patada- sonrió divertido al recordar esas peleas de preparatoria, sin duda habían vivido mucho tiempo separados, muy apenas recordaba sus momentos junto de la infancia.
-Espero estés donde estés, estés feliz por mí y por Sasuke- dijo el rubio mirando la joya –A veces me gustaría que estuvieras aquí conmigo, pero no te preocupes, tengo a papá y es el mejor papá del mundo, me alegro que se quedara conmigo- sonrió feliz, no quería que su mamá se entristeciera en el cielo.
Detrás de la puerta Minato sonrió mientras una lágrima de alegría recorría su mejilla, la secó con la manga de su playera de manga larga, curioso por el ruido de los gritos de Ino había ido a ver que sucedía en la habitación de su hijo y escuchó lo del matrimonio y de la manera tan tierna a la que le hablaba al recuerdo de su esposa.
-Definitivamente Kushina estaría orgullosa y muy feliz Naruto- dijo el rubio mayor para luego retirarse y empezar a preparar la cena para su revoltoso hijo adicto al ramen.
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Ino llegó prácticamente corriendo a la casa de Hinata, casi tira la puerta y salió disparada a la habitación de la chica, encontró a la morena en su cama tirada mirando una revista de anime comiendo pockys con sus audífonos puestos escuchando música.
Como no le haría caso gracias a sus audífonos, la rubia fue y se le tiró encima a la morena sacándola de su mundo otaku.
-AAAAHHH!!!! LOS POCKYS!!!- gritó la morena preocupada por que los mencionados fueran aplastados.
-Lo siento Hinata pero tu comida chatarra tendrá que esperar- dijo Ino en cuanto dejó de hacerle la plancha –Tengo algo importantísimo que decirte- dijo la rubia emocionadísima.
Hinata se quitó los audífonos, apagó el reproductor, arrojo la revista a algún lugar y tomó los pockys en su custodia antes de que la rubia los fuera a herir de verdad.
-¿Qué puede ser más importante que perder el tiempo? ¿Acaso Sakura por fin reveló que su cabello es color caca?- dijo algo aburrida, no le gustaba que se metieran con sus pockys.
-Mejor aún- dijo Ino dando saltitos en la cama -¡¡Naruto por fin se lo dirá!!!- gritó de emoción, la morena se paralizó ante eso con un pocky a medio comer -¿Hinata? ¿Estás bien?- preguntó la rubia sacudiéndola un poco.
-¡¡Kyaaaa!!!- reaccionó Hinata aventando los pockys por algún lado (Pockys: T.T) -¡No lo puedo creer! ¡Por fin!- gritó la morena emocionada saltando en la cama como Ino -¿ya supiste cuando, como y donde lo hará? ¡¡Tenemos que tenerlo todo en video, fotos, poster, pancartas, lo que sea!!- dijo la morena eufórica.
-En el baile de fin de semestre, en el gimnasio y tú les va a hacer un lugar en el programa – dijo Ino
Hinata se sonrió –Se ve que me conoces como para dar por hecho que los acomodaré en el programa- dijo confiada –Tu déjamelo a mí, es un gran evento, por fin mi primo se va a casar con aquel que tanto tiempo lleva como dueño de sus suspiros- dijo emocionada y saltando de la cama –Llamaré al coordinador ahora- dijo corriendo al teléfono.
-Claro aquí te espero- dijo Ino para luego sentir como su celular vibraba -¿alo?- preguntó contestando su celular.
“Ino, soy Naruto”
-Ah, hola, ¿Cómo está mi primo favorito?- dijo Ino de lo más campante recuperando los pocky de debajo del escritorio de Hinata
“Exactamente igual que hace una hora que te fuiste sin darme la oportunidad de decirte que quiero que lo guardes en secreto, no quiero que el teme lo sepa antes de tiempo ¿sí?” dijo el rubio
Ino asintió –Ay primo ¿a quién le voy a decir?- dijo y de inmediato Hinata apareció.
-Ya le dije a mi coordinador que le va a decir al secretario y al director que le va a decir a…mghfu- ya no pudo seguir porque Ino le embutió los Pocky en la boca para que dejara de hablar y la fuera a escuchar su primo.
“Entonces cuento contigo Ino, gracias eres la mejor” y luego colgó
“Mierda” se dijo Ino mentalmente y luego sonrió “Ya que”
“Pockys los extrañe tanto” pensaba Hinata abrazando a los mencionados (Pockys: :D)
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Sasuke estaba tranquilamente en el salón de la universidad exponiendo frente a la clase de “Ingeniería de los Materiales” las propiedades de los materiales dúctiles y frágiles y los tratamientos térmicos de éstos.
En eso se escuchó un gran alborotó fuera del salón, Sasuke no le tomó importancia, estaba centrado en su exposición y en la evaluación del sensei Kakashi que lo miraba casi sin pestañear atento a sus errores.
Pero eso no evito que la puerta se abriera de golpe.
-¡¡KAKASHI POR FIN!!!- un grito masculino eufórico reconocible a la distancia, se trataba de Gai-sensei el coordinador de eventos deportivos –NARUTO LE VA A HACER LA PREGUNTA A SASUK…- se detuvo al ver la cara de Kakashi de “La cagaste” y miró al frente donde estaba Sasuke, la expresión de éste era un poema, estaba aturdido, no sabía que decir, su mente en blanco mientras el sonrojo se apoderaba de sus mejillas
“Naruto… mi dobe”
Y Lo que nunca nadie se esperó ni en un millón de años, Sasuke Uchiha se desmayó…
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Al anochecer se encontraba en su hogar, su hermano había ido por él y prácticamente fue llevado por toda la universidad en brazos por su hermano, se imaginaba las caras de las chicas al ver al apuesto Itachi Uchiha cargar en brazos a su más que guapo hermano Sasuke… se alegraba tanto de haber estado inconsciente.
Cuando despertó Itachi estaba muy preocupado pero le sonrió amablemente mientras le daba de comer, lo quería y cuidaba tanto desde la muerte de sus padres hacía 8 años. Afortunadamente en ese tiempo Itachi acababa de cumplir los 19 años y pudo hacerse cargo de su hermanito de 14.
Sin embargo antes de poder decir nada Hinata llegó azotando puertas y gritándole a Itachi las buenas nuevas creyendo que Sasuke aún seguía en la universidad, los ojos de Itachi se volvieron rojos al instante y abandono la habitación probablemente para planear algún asesinato, seguramente de un rubio muy ruidoso y novio de su adorable hermano menor. Hinata se puso roja y le suplicó que no dijera nada y que cuando Naruto hiciera la pregunta actuara lo mejor posible, aún en shock por no creerlo asintió y ahora estaba pensando en cómo reaccionaría cuando llegara aquel día.
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Los días siguientes ambos chicos no pudieron verse pues tenía muchos trabajos por fines de semestre solo se escribían un poco por el Facebook de vez en cuando, Naruto se encargaba de siempre hacerle saber lo mucho que lo amaba y Sasuke no podía evitar sonrojarse mientras una sonrisita afloraba de sus labios, apenado, aun estando a solas.
Finalmente el gran día llegó…
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Sasuke estaba en el gran gimnasio de la universidad donde se estaba llevando a cabo en ese momento el baile de fin de semestre, todo estaba bellamente decorado, los alumnos bien vestidos, las mujeres en vestidos de brillantes colores, los hombres en traje galante y alguno que otro destrampado haciendo lo que se le viniese en gana.
La música era buena, el ambiente tranquilo, con el sentimiento de unas largas y merecidas vacaciones después de un semestre de arduo trabajo.
A pesar de todo Sasuke estaba algo nervioso, sabía que el dobe hablaría con él ahí, frente de todo mundo y ¿para qué negarlo? Estaba esperándolo con ansias sin embargo no veía al dobe por ningún lado. La noche pasada le había hecho prometer que se verían en el gimnasio a las 10:00 pm cuando empezaba lo bueno de la fiesta, pero no lo veía por ningún lado.
“¿dónde estás dobe?” se preguntó angustiado.
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Naruto estaba saliendo de la estación del metro, era ya muy noche pero es que el auto de su padre no quiso arrancar y era caso perdido por lo que decidió irse en metro, su padre no estaba en casa, pero lo alcanzaría en el baile pues iría directamente saliendo de las empresas. Estaba por cruzar el andén cuando un hombre se le apareció.
-¿tiene la hora?- preguntó el hombre, Naruto se detuvo
-Ni idea, se me descompuso el reloj- dijo el rubio desconcertado.
De repente varios hombres lo rodearon.
-Sospecho que no querías saber eso- dijo el rubio retrocediendo.
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Sasuke estaba muy preocupado, había intentado llamar al rubio pero no le contestaba, la operadora lo mandaba al buzón de voz pero eso no servía de nada y la angustia crecía dentro de él.
Llegó la hora de la gran declaración pero nadie encontraba al rubio.
-Hay no, no me digas que se arrepintió- susurró Hinata angustiada al lado de Ino y de Sasuke.
-Por supuesto que se arrepintió- dijo una voz a sus espaldas, todos voltearon encontrándose con una chica de pelo rosa, la líder de las porristas, las chicas plásticas -¿quién querría casarse contigo? Eres un hombre, quizá con cara bonita pero no tienes lo que una mujer debe brindarle a un hombre- dijo la chica con prepotencia.
Hinata la miró con aburrimiento –Ah ¿y tú si lo tienes?- dijo con burla.
-Por supuesto, Naruto seguro se dio cuenta de que debe de estar conmigo y no con un chico tan insípido, líder de los nerds – dijo la de pelo rosa.
Todo el alumnado se había reunido alrededor de ellos atentos a la pelea.
Sasuke no hacía caso, estaba más preocupado por Naruto, pues sentía que algo le había pasado…
-óyeme, nadie se mete con mi primo- dijo Hinata quitándose los aretes dispuesta a romperle algo a esa tabla andante.
-Mi primo jamás estaría con una tabla como tú, aquí la que no tiene lo que un hombre necesita eres tu- dijo Ino sujetando el hombro de la morena para que no se agarrara a golpes a la plasta rosa.
-Miren que la pelea es con el insípido nerd no con ustedes, una loca de las flores y una marimacha otaku- dijo Sakura -¿no vas a decir nada Sasuke?- retó la pelirrosa, segura de que si Sasuke se rebelaba los hombres detrás de ella le darían una paliza.
-No va a venir, te dejo plantado, eres peor que la basura- todos empezaron a burlarse siguiendo a la plasta rosa.
-Sasuke no les hagas caso- dijo Ino intentando calmar a Sasuke pues parecía que le daría algo.
-Él vendrá, estoy segura- dijo Hinata.
-No lo hará- dijo Sasuke y todas las burlas pararon.
-Por lo menos de algo te sirven las neuronas- dijo Sakura burlona.
-Pero él no vendrá porque algo le ha pasado, estoy seguro, e iré a buscarlo- dijo Sasuke determinado para luego salir corriendo de ahí.
-¡¡Sasuke!!- gritaron Ino y Hinata
-¡Será mejor que corras Uchiha! Es una pérdida de tiempo de todos modos, él no te ama- gritó Sakura feliz de la huida del chico.
En la entrada se encontró a Minato que le comunicó que el rubio había tomado el tren porque el auto no funcionó. Sasuke sintió un dolor en su pecho pero continúo su camino hacia la estación de tren.
-¡Naruto! – Gritó Sasuke buscándolo -¡Naruto!- llamó desesperado, pero no veía a nadie, estaba muy asustado hasta que escuchó un quejido.
-Sas… Sasuke- un quejido bajó y adolorido.
-¡Naruto!- gritó el moreno corriendo hacia una columna detrás de ella se encontraba el rubio tendido en el suelo entre bolsas de basura, herido y sucio con muchos golpes –Naruto, por Kami ¿Qué té pasó? ¿Cómo te encuentras?- preguntó angustiado ayudándolo a sentarse bien en el suelo.
-Lo siento Teme, la regué, quería darte una sorpresa- dijo el rubio sonriendo apenada
-Dobe, no tienes por qué hacerlo, además la sorpresa y el susto me lo llevé igual- dijo Sasuke sonriendo un poco.
-No Sasuke yo quería…- dijo el rubio buscando algo entre sus bolsillos pero no lo encontró –Ah… se lo llevaron- dijo por lo bajo pero Sasuke igual lo escucho sonriendo ante la carita de angustia del dobe, sabía lo que quería decirle, y también lo que iba a darle y a juzgar por su comentario, seguro lo asaltaron por lo que era obvio que ya no tenía la sortija.
Decidió quitar la angustia del rubio y decirle que ya lo sabía y que aceptaba casarse con él porque lo amaba y no quería pasar su vida con alguien más que no fuera él.
-Naruto yo ya…- dijo Sasuke pero Naruto lo detuvo.
-Espera teme- dijo el rubio acercándose a una bolsa de basura de la cual sobresalía una lata de comida, con algo de esfuerzo tomó la lata y le quitó la argolla del abre fácil, luego se medio arrastro de regreso a su posición anterior cerca de Sasuke y con cariño le tomó la mano mostrándole la argolla de aluminio.
-Sasuke, para ser honesto no esperaba decírtelo de esta manera pero no quiero retrasarlo más… ¿te casarías conmigo?- preguntó colocándole la argolla en uno de sus delgados dedos, le quedaba a la perfección, Sasuke era perfecto para él aún con todos sus defectos.
Las mejillas de Sasuke se tiñeron de un leve rosa, él tampoco se imaginó que le preguntara eso en un lugar como ese y con una argolla de aluminio, sin embargo a pesar de todo le pareció perfecto.
-Por supuesto que si dobe- dijo sonriendo para luego besar al rubio, Naruto no replico y pronto correspondió el beso con incluso más amor y pasión, sin embargo se separaron para mirarse a los ojos y sonreír, ahora ya estaban comprometidos y nada les alegraría más… por lo menos hasta el día de la boda.
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Cuando regresaron al baile el rubio se apoyaba en el azabache pues aún le dolían los golpes, sin embargo estaba muy sonriente. Cuando les contó lo sucedido a sus primas y a su padre éstos se preocuparon pero sonrieron al ver la argolla en el dedo de Sasuke, no era la mejor de las argollas de compromiso pero serviría, se amaban y eso era lo que importaba.
Sakura intentó bajarles de su nube pero esta vez nada detuvo a Hinata de darle un puñetazo en la cara, le dejó un ojo morado, los hombres que la respaldaban hicieron el amago de golpear al agresor pero al ver que era Hinata salieron corriendo no por nada ella era la líder del equipo de artes marciales de la universidad.
-Te prometo que te compraré otra argolla´ttebayo- dijo el rubio una vez estuvieron solos en el patio de la universidad mirando las estrellas.
-No importa dobe, ésta es perfecta- dijo Sasuke –No importa el dinero lo que importa es su significado-
Naruto sonrió -¿ya te he dicho cuanto te amo?- dijo feliz para luego volverlo a besar, uno de esos besos en los que le decía cuanto lo amaba y que jamás se separaría de él.
-Yo tampoco lo he dicho- dijo Sasuke al finalizar el beso algo agitado pero no le importó cuando el rubio lo volvió a besar.
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La boda se realizó casi seis meses después de la salida de ambos de la universidad, volviendo de la luna de miel se toparon con el regalo de Minato la cual era su propia casa ya que ambos aún vivían con su familia, pero ahora que estaban casados necesitaban su propio espacio.
Itachi no quería dejar ir a su hermanito pero estaba más ocupado haciendo otras cosas con eh… digamos… Minato.
Al entrar a la casa Naruto insistió en hacerlo cargando a “la novia” lo cual le valió un buen golpe pero eso no importaba porque logró su cometido con un muy sonrojado Sasuke. Trabajaron un par de días en la mudanza pero por fin estaban en su casa.
Un día mientras Naruto buscaba unos papeles para su padre buscó entre los cajones de Sasuke y se encontró con una cajita donde estaba guardada la argolla de aluminio, la argolla de compromiso, de su amor.
Sonrió para luego guardarla e ir a preparar lo que esperaba sería una gran noche demostrándole a su hermosísimo esposo cuanto lo amaba.