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ღ*~*~…P A R H E L I O…. ~*~*ღ por xxDeiChAnXDD

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Notas del fanfic:

Es una historia con algo de fantasía,  y está dedicada a la parejita más hermosa de SHINee, porque fue de ellos mi inspiración. JONGKEY <3

Notas del capitulo:

MIREN LA PORTADA *-----*  --> [PORTADA]

 *3*  si estas leyendo esto, significa que le distes una oportunidad a esta historia :D  -se emociona y comienza a brincar y saltar @A@-

1) nose si esta historia sea del agrado total de todos, pero  fue  algo que soñé, y es verdad!   Y fueron varias veces @__@ ….Wueno la primera parte,  Asi que debía o DEBIA escribirla ….lo anote en una hoja para que no se me olvidaran los detalles y esas cosas,

al principio  no sabía cómo plasmarla, porque no sabía que aquel evento sea real, porque como lo digo lo vi en mi sueños… después averigue en google XD, y si existía … como sea~

 

No sé si tendrá acogida, no sé si les sea de su agrado , pero  la subiré  completa, sin importar que, porque  el hacerlo me ha sido todo un reto, ya que es algo que no estOY habituada a escribir,  :/ ..  No será muy larga puesto que ya la tengo medio terminada~ …

Como sea no aburro más :)  y espero les guste ^^

>

[Imagen de portada]

 

La inocencia infantil debería ser  como un rayo que no cesa,  integral en el viaje  y sedienta de aventuras en un codicioso anhelo de juegos  y pasatiempos,   forastero de las decisiones e inoportunidades de una  pestilente vida adulta. Las campanas  vibrantes anuncian el tiempo que pasa, y se escurre por nuestras manos y como aves silenciosas se posan en nuestras mentes todos los recuerdos vividos.  Dejando la infancia como una reliquia permanente en nuestro cerebro, en un lugar vacío y reservado, entre las cenizas de un pasado que no vuelve, y un futuro que no cesa de atormentar al presente incauto.

 

- abuelo, cuéntame otra de esas historias  fantásticas- hablaba un pequeño niño de tez morena,  de unos 4 años de edad, mientras  estaba sentado en las piernas de  su ancestro.

-está bien pequeño,  te contare todas las que sean necesarias, pero si me prometes algo-

-¡ok!- dijo con una sonrisa en los labios.

-pase lo que pase, sea cual sea el problema que te ocurra…  nunca dejes que muera el niño que habita en tu interior…- dijo el mayor señalando el pecho del pequeño JongHyun, al ver la confusión del menor, porque no entendía esas palabras, trató de aclararlas – es decir,  nunca olvides  sonreír,  vive por tus sueños y  anhelos,  para que tu  vida sea como una aventura,

-¡siempre seré el mismo, abuelo, lo prometo!-  Dijo con determinación ante lo cual el mayor sonrió y prosiguió a contarle  al niño otra de esas tantas historias, que con mucho gusto  escucharía.

 

Se   hunden  las ganas, los sueños y  las vanas ilusiones, naufragando sin descanso sobre el espejismo  de lo que un día quiso ser y negó a hacerlo, al final las promesas son momentáneas y no duran para siempre, pueden ser rotas tras una leve desviación de la línea de tiempo, en aquella que el pilar de su casa “padre” perdiera la conexión con el mundo y muera en un trágico accidente cuando Jong solo cursaba  con 16 años,  así queda olvidado el pasado, como un velo  de densa niebla  de despedida,  olvidado el pacto, mientras la quimera del presente desvía  sus pasos hacia la realidad.

 

[Presente].

.

.

 

Una de sus  manos  se movía lentamente  sobre el ligero viento que pasaba  a toda velocidad  entre sus dedos,  mientras con la otra sostenía el volante,  para conducir rectilíneamente sobre aquel sendero, sobre aquellas lisas calles  rodeadas de frondosos árboles,  mientras el día soleado le abría paso  a medida que llegaba a su destino.

Le gustaba tanto  ese sentimiento  de estar  inmerso  en sus propios pensamientos , en calma  completamente perdido del mundo real  escuchaba a una de sus bandas favoritas en la radio de su BMW negro, mientras que su propia voz hacía de coro  a sus artistas,  una gafas negras cubrían sus  oscuros ojos , sus cabellos negros  un tanto revueltos  danzaban libremente con el  viento  ya que traía el capo de su carro  abierto, convirtiendo a su automóvil en un refinado  deportivo,  las horas que llevaba manejando se esfumaron  a medida que  avanzaba   hacia  su nuevo hogar,   Daegu,   de pronto las casas comenzaron a aparecer, la bienvenida de esa ciudad no era tan gloriosa como la de  su ciudad de origen,  Seúl, pero no estaba nada  mal, un  par de minutos continuo su camino,   cuando  llego  a su destino, apago la radio y su mente se vio envuelta en los recuerdos de horas anteriores, antes de salir de su antigua casa.

 

~FLASHBACK~

-     Hijo, sé que es una buena inversión pero ¿no deberías de reconsiderarlo?, tu hermana ha estado muy enferma, los médicos aun no descubren que es lo …- aquella mujer no terminó de hablar porque fue interrumpida por la voz de su hijo.

-     ¡Trabajo es trabajo!,  ¡es tu prioridad “hijo” ocúpate de las cosas de tu padre,  mientras tengamos lo que nos corresponde y luchemos por lo que es nuestro, nada malo va  a pasar! , ¿no fueron esas tus palabras, las que me dijiste desde que murió  papá?, -

-     …….- un silencio  provino de la boca de dicha mujer al escuchar atenta como su descendiente, repetía al pie de la letra, las palabras que hace años se había encargado de dejarle en claro a su  hijo.

-     No tengo tiempo que perder, la inversión con el tío  Kim Ung-Yong es muy buena, viajare mañana por la mañana, - dijo  sin una pisca de emociones, pero  al ver la melancólica  mirada de su progenitora,  se doblegó un poco  mientras acariciaba la cabeza de su anciana madre –vendré cada dos veces a la semana a hacer  la auditoria de la empresa y ver cómo van las cosas, hasta entonces estarán a cargo de mi mano derecha Choi Minho, debo irme ahora, cuida mucho de Kim SoDam.- se  refería a su hermana, a quien la llamaba por su nombre, como si fuese otro socio de trabajo y no su sangre, tal vez el cambio drástico que tuvo que vivir a corta edad lo volvió como era ahora, un ser un poco frio, distante y calculador  hasta con su propia familia .

-     Hijo… ¡Qué he hecho contigo! -musitó,  mientras unas cristalinas lagrimas salían de sus orbes, un poco tarde para ser derramadas.

-     No te eches la culpa madre, este mundo está lleno de desgracias. Si seguía siendo como antes, la vida se hubiese encargado de comerme vivo, gracias a ti abrí los ojos y me di cuenta de cuan mierda puede llegar a ser la existencia, discúlpame por lo de mi hermana, se pondrá mejor,  ahora si debo irme, te llamaré cuando llegue-

 

~~END FLASHBACK~~

 

Estacionó su carro a los pies de una lujosa y bizarra casa, reviso su reloj un par de veces como corroborando que no había llegado tarde,  se bajó de su automóvil  y se aproximó a la entrada. Antes de tocar aquella  puerta,  esta sorpresivamente se  abrió dejando a la vista a un  anciano de alrededor  de 70 años, dar la bienvenido al muchacho de tez morena.

 

-     ¡JongHyun! Hijo, pensé que nunca llegarías- saludaba,  animadamente   el abuelo de aquel muchacho mientras los atrapo entre sus brazos, para brindarle un fraternal abrazo del cual el menor respondió gustoso,  retirándose las gafa  para poder observar mejor de aquella escena.

-     abuelo,  se me ha hecho un poco tarde, espero no te haya dado complicaciones,-

-     oh no claro que no, mi vuelo está programado para las 6pm- alzó la manga de su sweater para ver su reloj y corroborar que aún falta bastante

-     ¡entra hijo ¡-  lo hizo pasar a la casa, la cual se mantenía completamente intacta, casi  inerte como la última vez que había venido,  aunque eso fuera hace más de 22 años, cuando aún era un mocoso  de 4 años,  miraba embelesado aquella  casona,  decorada con lujosos muebles un tanto  excéntricos  y  extraños adornos  extravagantes con diseños peculiares   y un tanto tétrico, tal como era de esperarse de su abuelo,

-      ¿te gusta?-

-     mmm. …- dejo salir mientras pensaba en las palabras correctas, para expresarse - es típico de ti abuelo, es raro, inusual pero, agradable… esta igual como la recuerdo- rio con una sonrisa perruna y realmente adorable.

-     ¡pues ahora que será toda tuya, deberás cuidarla hijo!…- le entregó unas  llaves a su nieto.

-     ¡estará en buenas manos, abuelo!… no sé por cuanto estaré trabajando acá,   pero mientras se hacen los trámites para que  la empresa Kim tenga cedes aquí, estaré por estos alrededores,…- dijo mientras comenzó a caminar en  línea recta  inspeccionando la librera que estaba en la sala

-     haz sabido manejar muy bien la herencia de tus padres- lo hizo parar, para que JongHyun quedara de frente a  él- mírate nada más,  eres todo un empresario   con una gran responsabilidad sobre tus hombros,  el negocio nunca estuvo mejor desde que  tu padre y tú tomaron el mando,  pero… me pregunto si esto es lo que realmente querías…- dijo, y JongHyun desvío la mirada mientras hacia una sonrisa un tanto forzada, fingiendo  palabras que nadie creería.

-     a veces hay que hacer muchos sacrificios en esta vida ¿no crees?- respondió  el menor mientras tocaba una pintura costosa que ocupada media pared  del vestíbulo

 

-     lo sé, eras muy joven cuando tu padre murió,  tuviste que renunciar a tus propios sueños… y cargaste con una responsabilidad ajena antes de tiempo- dijo con un tono de tristeza y melancolía.

-     ¡está bien!,   hice lo que tenía que hacer, después de todo, de sueños y estupideces no  se vive, las personas ahora se mueven con el dinero y la fortuna… si tienes eso, no te hará falta nada-  dijo seco  y un poco antipático, ya que aquella conversación ya  se veía monótona y lo estaba empezando a aburrir , por otro lado el mayor capto los sentimientos del su nieto y prefirió callar, sabía que este se manejaba un temperamento fuerte, pero  eso cambiaria,  tal vez  al volver a esta casa, recordaría un poco, como era él de pequeño,  y tal vez vuelva a ser como era antes, y si eso no lo hacía cambiar, algo más poderoso que  lo material, lo quitaría de su solitaria vida.

 

 

JongHyun era un joven muy empeñoso  y trabajador,  además de ser inteligente y tener una excelente posición económica pues dedicaba su vida al trabajo de su empresas, la industria de  la familia Kim, era uno de los imperios económicos más grandes que tenía Corea del sur, JongHyun  era  el accionistas mayoritario de todas las cadenas de hoteles Kim,  su empresa   estaban extendiéndose a diferentes  ciudades,  lejos de Seúl, entre  ellas Daegu,   y esa era la razón del  porque ahora su nuevo habitad sería esa ciudad, y del por qué cambio de casa.

 

Su abuelo  iba a abandonar Corea para pasar  su vida en Canadá, donde había conocido a una dulce mujer, en esos tantos viajes de turismo que realizaba, aquella fémina  era cercana a su edad  y  era ella con quien había deseado pasar el resto de su vida, era una decisión que había tomado hace algún tiempo atrás, por lo que ahora JongHyun era el dueño de sus propiedades aquí, por ser el mayor de sus nietos, debido a que  ya  no tenía  descendiente a quien heredar,  por su puesto sabía que sus bienes estarían en buenas manos, ya que todo lo que tocaba ese muchacho se volvía exitoso.  

 

Sabía que su nieto tenia a cargo las empresas,   sabía que a pesar de que Jong  tenga  todo lo monetariamente posible para una lujosa vida, libre de necesidades, ser muy listo, todo un estereotipo alto para cualquier mujer que desee desposarlo, por otro lado aquel anciano también sabía qué desde hace años  su nieto no era igual, tal vez la muerte de su padre le hizo dar un giro a su vida y  se acostumbró a ese vivir rodeado de papeles,  atrás de un escritorio,  llenando balances, contrato y de más, tanto que la llama de su vida se había extinguido casi por completo, convirtiéndolo en un maniquí de la sociedad, del dinero, en una persona cerrada, analizadora, meticulosa, dejando  en polvos al antiguo JongHyun, aquel que no se cansaba de ver la vida desde otro punto de vista,  aquello que lo hacía único y especial,  fuera de lo real, aquel que creía que tan solo con creer en algo las cosas podrían cambiar.

 

Cansado de tanta monotonía  que su vida podría resultarle, día y noche,  aquella que llevaba  como cruz sobre sus hombros y no lograba deshacerse,  y viendo la oportunidad de este nuevo negocio decidió alejarse  por un tiempo de las ruidosas calles de Seúl, y es a partir de aquí, que una mágica historia envuelve a nuestro protagonista, JongHyun.

 

[JONGHYUN POV]

-     Abuelo,¿ tiraras esto también?- dije  mientras recogía un extraño candelero todo alargado y amorfo de un tacho que decía  “cosas para regalar” –no es natural de ti que te deshagas de tus cosas-

-     Pues esta casa es tuya ahora,  sino quieres botarla no lo hagas. – dijo mientras tiraba otros cachivaches en otro de esos tachos- además  te digo un secreto- se acercó hasta mí, para susurrarme cerca del oído un – “es mágica”- dijo posando sus  orbes  en las mías, con una cálida sonrisa, a la cual yo respondí con otra,

-     Abuelo, no creo en esas tonterías, será mejor que tú tampoco, - dije esto y volví a tirar aquel artefacto de vuelta  al tacho donde lo había sacado

-     JongHyun de pequeño creías en la magia- dijo con algo de desilusión

-    ¡Tú lo has dicho!,  de pequeño- dije mientras le daba la espalda,  iba tras  el  equipaje del abuelo,  el chofer vendría a la 4 para llevarlo al aeropuerto,  le había insistido en que yo lo podía llevar,  pero se negó rotundamente, mi  abuelo sí que era testarudo,  eso me  hacía recordar a mi padre – además ya estoy grande para esas cosas- dije un poco expectante ante la mirada del viejo

-     Nunca uno es muy grande o muy chico para creer  en las fantasías, y las cosas nunca resultan ser como parecen- dijo al viento aquel anciano, quería decírselo a su nieto pero este ya se había ido, así que sus palabras solo volaron por ahí, sin ser escuchadas.

Al cabo de unos minutos llego el chofer, me había percatado que  el abuelo cargaba consigo  un extraño libro, en  todo el tiempo que llegue a su casa,  sentí curiosidad y me atreví a preguntar

-     ¿y ese libro? –

-     ¡oh, este!, pensé que nunca lo preguntarías,- dijo gozando, ya que sabía cuan detallista era su sobrino- te gusta leer verdad, espero que eso no haya cambiado en ti- yo asentí, si algo tenía razón el viejo, amaba leer.  Mas si eran historias de mis artistas favoritos, aquella afición a la lectura creo que lo herede de él, pues solo los  dos en la familia lo compartíamos-  Es muy bueno,  lo he acabado de leer hace un par de días, supongo que será mi último obsequio de mi parte para ti, ¡sé que te gustará!- me tendió su libro y yo lo sostuve con una de mis manos.

 

Quede mirando aquel objeto  y me percate que era algo antiguo, o por lo menos su diseño así lo era, de color café, un poco abultado de páginas cuyos filos eran dorados, no tenía título, cosa que me pareció aún más interesante que su apariencia arcaica, me perdí un poco admirando el exterior de aquel libro, que en un abrir y cerrar de mis ojos ,mi abuelo ya se había subido al auto y este estaba en marcha,  yo fui atrás de él. Pero  al ver que no se detenía, pare de correr, así sin más se fue, sin despedidas o un hasta pronto.

 Era típico de él, no le gustaban ese tipo de cosas, supuse entonces que en algún otro momento  volvería a ver a mi querido viejo.

 

Entre a la casa, y quede viendo hacia la inmensidad, era demasiado grande  para una sola persona, ¿tal vez mi abuelo se habría vuelto un poco loco, por tanta soledad y a eso se debía el extraño decorado que había proporcionado a su casa?, en fin,  dejo aquel libro que llevaba consigo sobre una mesa en todo el centro de la sala. Y comencé a explorar el lugar.

 

 

El vestíbulo era muy grande, adornado de un simpático recibidor dorado con espejo, cuyas patas  parecían  ramas de árboles, algo un poco grotesco para mi gusto, a lado de este, unos muebles  que parecían ser hechos del mismo material, solo que estos tenían adornos de hojas en las patas.

 

La sala era amplia , un LCD de 84 pulgadas adornaban casi toda la pared  del compartimiento, a un lado del TV unos woofers alargados y unas lámparas retorcida y de formas extrañas,  lo muebles tapizados de cuero con rombos negros y blancos, todo el piso de la casa era de mármol puro, tan cristalino que se podía ver el reflejo de todo, otros adornos tan típicos y estrambóticos que el viejo solía comprar.

 

Seguía la cocina, muy elegante, costosa, pero simpáticamente normal, no tenía diseños raros ni nada, solo un imperfecto reloj en forma de gato colgando en una pared, al volver al recibidor, subí por las escaleras, eran   unas escaleras  rectilínea que se abría al llegar a la mitad, en dos lados ambos dirigían al segundo piso, donde estaban las habitaciones, habían cinco en total,  todas amuebladas aunque no tuviesen a quien recibir, escogí una al azar, fue la que estaba más al fondo, creo que era porque era la más amplia.

 

El baño  estaba  en tonalidades de blanco y azul, dando un aspecto marino al lugar, una enorme bañera rectangular, que más parecía una pequeña piscina que una simple bañera, siquiera de tres metros  de largo, la pared del baño cerca al yacusi estaba pintada como las olas del mar, unos pequeños floreros, lavabo, entre otras decoraciones. 

 

De las cinco habitaciones,  una era un  salón diferente,  parecía construido en pura madera,  reposaba una enorme chimenea,  unos acogedores sillones, un equipo de música, y otros tantos instrumentos  musicales como un piano de roble, un chelo,  guitarras en vitrinas,  algunos instrumentos colgando en la paredes  como un extraño saxofón y  violines.

 

Había una pequeña puerta que llevaba hacia un puente  de madera, al exterior de la casa, el mango del puente estaba hecho de ramas de árboles, era pequeño de unos   5 o  6 metros de largo al terminar el puente había una pequeña casita de árbol, donde  recordé que jugaba en mi infancia,  memorias del pasado vinieron a mi como si hubiera tenido un deya vú, no seguí avanzando por que aquello hacía daño, empeñarme en revivir esos momentos en los cuales creía que  la vida era tan buena para ser verdad, caí en cuenta que este mundo era  una completa mierda, y que era demasiado retorcido tanto  que  no quedaba  espacio para las ilusiones vanas, ni los sueños.

 

Salgo de aquel lugar y me adentro en mi cuarto, me doy un baño, sumergiéndome en las profundidades de aquella magnifica bañera, dejo mi mente libre de tormentos, habrán pasado minutos en los que deje mi cerebro apagado, y caí dormido, el sonido proveniente de mi celular me saca de  mi siesta,  contesto, era mi madre, le avise que había llegado bien, se me había olvidado por completo llamarla.

 

Me vestí, y baje  a la primera planta, donde estaba  un pequeño despacho que estaba junto  a la sala común,  saque  la laptop y empecé a hacer mi trabajo, había  pasado unas horas trabajando,  cuando las luces comienzan a parpadear, pienso que es mi cansancio y restriego los ojos, pero al abrirlos comienzan a parpadear de nuevo,  me levanto del sillón donde estaba sentado y antes de salir del despacho las luces se apagan quedando toda la casa en completa oscuridad, uso mi celular como una linterna, para llegar a uno de los grandes ventanales ahora cubiertos por las cortinas, asomo mi cabeza por la venta y ¡oh Mi sorpresa! que las dos  casas a mi alrededor si tenían electricidad,  tome una linterna con mayor potencia y baje al sótano, al revisar los fusiles, estos olían a quemado, tal vez esa era la causa de mi desgracia.

 

Abro las cortinas para que entre la luz lunar al interior de la sala y me dejo caer en esos muebles rombotizados,  gracias a que las ventanas eran muy grandes podía observar el cielo estrellado  y la luna en todo su esplendor, coloco mis pies sobre la mesa  céntrica de la sala, y al hacerlo suena un “poom” , aquel libro que reposaba ahí desde que yo lo deje, había terminado en el suelo, lo recogí, me pareció curioso y como ya no podía hacer mi trabajo, quería leerlo, más si mi abuelo me lo había recomendado.

 

Al empezar a levantarlo, sosteniéndolo  solo  por  uno de sus lados, la otra  pasta se abre dejando caer algo metálico al piso, observo ese objeto brillante titiritar antes mis ojos y lo tomo con mi otra mano, aquello era una cadena con una llave colgando como un relicario, ¿una llave?¿ Para qué?  . En ella tenía escrito con letras muy pequeñas casi inentendibles “ belong to you”.  Eso era muy extraño ya que aquel libro no tenía puesto un seguro o un candado, se podría abrir fácilmente, tal vez  a mi tío se le había olvido  darme aquello, tal vez era la llave de una habitación en especial o de alguna caja fuerte, no lo sabía, así que me la  guarde en los bolsillos de mis pantalones,  ya que me había parecido curioso y se veía como un objeto valioso.

 

 Me acomode nuevamente  en el sillón y empecé con mi lectura, mi reloj marcaban la 8 pm, aquella lectura toda fantasiosa  me envolvió por completo, tanto que  no pude parar de leer hasta que la última hoja del libro acabo, era de ese tipo de novelas muy irreales y típicas, llenas de magia y fantasías como las contadas por su tío años atrás, no sabría decir con exactitud en que momento habré caído rendido en los brazos de Morfeo, pero al abrir mis parpados  no era la luz lunar que alumbraba mi vista sino la del sol naciente, lo más extraño aun, era que no me acordaba en que momento llegue a mi cuarto , pues había amanecido en la cama, sea como fuera seguramente habría estado ebrio del sueño que no me fije bien  cuando lo hice.

 

Me levante de la cama, fui al baño a asearme y cepillarme los dientes, saque un par de ropa acomodadas en el closet, al parecer la servidumbre ya había llegado, pues mis ropas hasta el día de ayer permanecían en las maletas, los empleados de la casa eran puertas afuera, así lo prefería,  delicadamente un “toc toc”  sonó en la puerta de mi habitación,

-     Adelante,-

-     Disculpe señor, el desayuno está listo, ¿prefiere comer en el comedor o  en su habitación?-

-     En el comedor estaría bien,  ¿eres Jung Hye Young verdad?-

-     Sí, señor. Ahora colocare los platos en el comedor- asentí, al voltear mi cabeza  hacia el velador en busca de mi celular, veo aquel libro que leí anoche, y a un lado de este un extraño cofre, que no había visto antes, de echo parecía nuevo, porque cuando decidí que esa sería mi habitación aquel adorno no estaba  puesto ahí.

 

Camine unos cuantos pasos hasta llegar a aquel velador y tome ese pequeño cofre un poco más grande que mi mano, lo intente abrir pero  me era imposible, entonces  como  unas luces  de  flashes del recuerdo que invadieron mi mente,  apareció dentro de mi memoria, aquella llave, tome mis pantalones  de la noche anterior busque en los bolsillos dicha llave pero no la encontré, situación curiosa en la que me vi envuelto y si no fuera por una llama del celular que estaba en el otro velador  hubiera seguido jalándome los pelos , preguntándome  dónde diablos estaría la dichosa llave.

 

-     Aja…  si… claro… enseguida.- colgué el celular, baje las escaleras,  desayune un poco  apurado y Salí de mi nueva casa, no sin antes indicarle a la sirvienta que si encontraba una cadena con una llave colgando que la deje en mi habitación y me haga saber dónde estaba, me embarque en el auto, y conduje por minutos hasta llegar al centro de Daegu,  en el cual se encontraba   la construcción del nuevo hotel  que nuestra cadena iba a inaugurar. 

 

El día había pasado sin novedades, regrese a mi casa, en mi ausencia, los circuitos habían sido cambiado y tenía trabajo pendiente, partía mañana a Seúl  a hacer unas gestiones de trabajo, dicho asuntos del cofre y la llave quedo olvidado,  habían pasado dos días desde que regrese de Seúl.

 

Estaba tan cansado, que apenas pude apagar la laptop en la cual había estado trabajando durante horas, mi cuerpo me pesaba, y mis ojos lentamente se iban cerrando sin siquiera llegar a mi alcoba, la casa estaba en completo silencio, soledad y sombras, me tumbe en la cama desgastado por completo, la luz de la luna se asoma levemente  por un  espacio  a medio cerrar de las cortinas,  y tiene como  destino  aquel velador donde reposaba un simpático cofre,  si el stress no estuviera dándome  un paliza, lo habría tomado, pero lentamente mis parpado se fueron cerrando  y a lo lejos  la noche tocaba un mono-ritmo de canción de grillos que me terminaron por arrullar.

 

Esa noche al dormir tuve un sueño, de esos que funden tus pensamientos y devoran el tiempo, aprisionando la realidad dejándome en un estado de “stand by “ entre el mundo de los sueños y de la vida real. Dentro de aquella visión mental, yo Caminaba  paso tras paso sobre un piso mojado, lo sabía porque escuchaba el chasquido del agua golpear ante la suela de mis zapatos, todo estaba oscuro , pero por alguna razón  esas siniestras sombras  sumergían mis entrañas  agradablemente, tanto que me asustaba  lo   satisfactorio que me resultaba estar  en ese lugar,  unas luces   fugaces sucumben  a lo lejos, encandelillan mis ojos y  obligan a poner  mi antebrazo sobre mi frente, para poder cubrir un poco esa fosforescencia,  no sabía a donde iba, o a  donde estaba, solo unas voces  resonando en mi cabeza  palabras inentendibles . En un abrir y cerrar de ojos estaba en otro lugar…

 

Una habitación, como la de una aula de clases, solo que todo era  blanco y pulcro  desde el piso, bancas de estudio, pizarra, no habían ventanas, ni puertas, yo me encontraba  sentado en un pupitre  que estaba justo en el centro, cuando intente levantarme, no pude, parecía como si estuviese pegado a la silla,  de tanto forcejear,  me perdí unos segundo mientras batallaba con aquel asiento, pero luego termine dándome por vencido,  al levantar mi vista hacia el frente , me encontré que ya no había más pupitres a mi alrededor y solo era yo el único en esa inmensidad, en ese espacio reluciente y blanco de mis sueños y justo al frente de mí , había aparecido por arte de magia, un pequeño ser  pletórico, de pequeña estatura, de un metro o algo más, con apariencia de niño, cabello pelirrojo y orbes negras como el carbón, sonreía con sus fauces de neón,  mientras me miraba en vigilia , y sin decir ni una sola palabras

-     ¿se supone que estoy soñando verdad?- le pregunte a ese pintoresco ser que vestía una camisa de rallas negras con blanco , unos pantalones rojos rotos, y andaba descalzo,

-     Puede ser que sí, o  puede ser que no-

-     ¡ah, no trates de jugar conmigo mocoso,  yo sé bien que esto es un sueño!-

-     ¡Pues si estas tan seguro, entonces , no deberías de preguntarme algo que es más que obvio, después de todo solo soy un producto de tu imaginación!- decía mofándose del mayor- y antes que nada, no me digas mocoso, dime Minnie- dijo con esa misma sonrisa posada en sus labios, con la que lo había recibido

-     ¡Si eres producto de mi imaginación, entonces  yo te diré como guste, así que te seguiré diciendo mocoso!, ¿ok?, ¿que se supone que hago aquí?-

-     ¿Quién eres, JongHyun?- dijo el menor sin   responder la pregunta anterior del pelinegro

-     ¡Te pregunte qué hago aquí! ¿Por qué me respondes con otra pregunta? ¡primero respóndeme la que te hice?- dije enfadado, ante la atenta mirada del pequeño, quien se quedó en silencio, como esperando a que respondiera a la pregunta que le había hecho,  después de unos minutos en silencio,  entendí que  aquel niñato no diría nada, así que, baje la guardia, después de todo solo era un sueño,

-     Yo soy Kim JongHyun el hijo mayor de Kim Sang Hyun, nací en Seúl, tengo 26 años de edad, soy el  accionista mayoritario y por ende gerente general de las empresas Kim, vivo actualmente en Daegu, siempre he sido apegado al trabajo de forma  rectilínea, guiando al camino  del éxito a las empresas de mi padre, ¿algo más?-

-     Si, ¡no te pregunte Qué eras, sino quién eras!

-     … no entiendo a lo que quieres llegar, ¿acaso no es lo mismo?-

-     Eres una persona que dejo a un lado su propia felicidad, para servir y ser útil a los demás,  eres una persona callada, que tiene miedo a la soledad,  y a la muerte, que dejo de creer en sus propios sueños y  cegado por el dinero  te has convertido en una persona manipuladora, controladora, pensado que mientras  tengas todo lo que te corresponde , tendrás la felicidad completa,   tu vida es como un parhelio,  simulando ser el ser el centro de todo, pero no eres más que una  proyección de lo que debería ser tu eje,  siempre alejándote de lo que debería ser tu fuente de luz,  dedicándote  a cosas alternas y no te das tiempo para  tu propia vida, negándote a la oportunidad de un sentimiento tan puro, como las mismas ganas de vivir.-

-     ¡Aja! Ahora me volví completamente loco- dije sorprendido  al ver como aquel personaje imaginario daba al cierto con cada una de sus palabras -Sigo sin entender, ¿esto es un sueño?-

-     Sí, pero no por mucho

JongHyun  comenzaba a volverse loco, dentro de su propia narcosis… estaba sentado en un único pupitre blanco, dentro de una sala completamente  pulcra e inhóspita, cuando de repente encima de aquella mesa había aparecido una pequeña hoja.

 

-      “Características física”- leí en voz alta - ¿Qué es esto?

-      Un pequeño juego, de pequeño te gustaba hacer este tipo de acertijos, solo debes idealizarte a alguien y escribir las características que deba tener como perfil  aquella persona

-      ¿Idealizar a alguien?- repití las palabras del menor-¿Cómo un tipo ideal?

-      Si, podría ser..

 

Sobre aquella hoja había  solo una hilera de  pocas palabras y un espacio para llenar cada una, piel, ojos, Cabello, Altura, Contextura. Parecía como una encuesta, examen o algo así, de repente apareció una pluma a lado de esa pequeña hoja, miro a todos lados como buscando una cámara escondida, que me diga  que estaba dentro de una broma de sus empleados, pero no, no había nada, tome la pluma con recelo y empecé a escribir.

 

-Piel… mmm-  pensé detenidamente- ¿blanca? analizó la respuesta, pues me gustaban las mujeres blancas, ¡aha!- “Piel blanca como el marfil– anote sobre aquel papel.

...Con unos cuantos lunares adornando su cuerpo, muy pocos, un lunar detrás de la oreja se le hacía muy sexy, también que sea sensible y tenga un aroma característico, fue lo que pense, pero no lo anote..

 

-Ojos oscuros,-  que parezcan de caricatura, ni muy rasgados ni muy pequeños, normales, con pestañas contorneadas,  largas  y negras.

-Cabello mmm ¡definitivamente claro, un rubio o castaño!-

-Contextura: delgada-  escribió,  para luego pensar  “y con un buen trasero”le gustaban las mujeres con una buena retaguardia y “pechos exagerados”.  Vuelta solo lo medite pero escribí

-labios mmm… rosado, un poco gruesos y acorazonados,  -  ya que los finos que parezcan un hilo no le iban para nada.

-Otros mmm…- ¿Qué podría poner? Ah!-  extrovertida, divertida, Arrogante "Señorita dependiente" , que su voz sea capaz de apartar cualquier angustia en mi ser  que sea suficiente un solo gesto, y una sonrisa  de su parte para estremecer todo a su paso, -decidída, algo caprichosa como un niña engreída, pero más que nada que su corazón se ilusione y ame como el de un niño, y que me pueda dar tres hermosos hijos.

 

-      ¡Termine!- avise, a lo que deje la pluma sobre el mesón, vi como aquella hoja se  iba flotando en los aires, como haciéndole burla a la gravedad, luego fue tomada por aquel engendro miniatura, este la leyó y luego sonrió,

-      El destino, no estaba tan errado después de todo.- musitó, y eso me dejo más confundido que antes, luego aquel viejo cofre que observe antes de caer rendido en Morfeo,  apareció de la nada y el muchacho pelirrojo me extendió la mano como esperando a que le entregue algo, yo lo mire curioso y pregunte

-      ¿Qué?-

-      Mira en tus bolsillos- acto seguido dirigí mis manos a los bolsillos y en el derecho encontré un objeto familiar lo saque del interior, para apreciarlo , era aquella llave que se había caído del libro sin título que mi tío me había  regalado, la tomo y abro el cofre con ella, algo muy obvio , coloco aquel papel en su interior, este se desvaneció  por completo,  junto con aquella llave, unos segundo después el mismo cofre desapareció y las luces de la habitación fosforescente donde me encontraba comenzaba a parpadear.

 

Una bruma  se hizo presente  y trajo consigo una oscuridad que me cegó, a lo lejos escuchaba el pitar del despertador,  alce una de mi manos hacia el velador cerca de mi cama para apagar aquel ruidoso aparato,  luego abrí los ojos con pesadez,  recordaba ese sueño tan vivo, como si hubiese sido real, desvié mi mirar hacia aquella consola donde había visto por última vez ese cofre, pero para mi sorpresa ya no se encontraba, me levante rápido para buscar por los alrededores, a pesar que pregunte a los empleados, nadie me daba razón de aquello, y por mi desespero de encontrar un objeto inexistente, empezaron a rumorar que tal vez había perdido la cordura,  me deje de tantas pendejadas y deje que un buen baño  libere todas las tenciones de mi cabeza,

 

El día había pasado como cualquier otro, ya era de tarde y  estaba  regresando a casa, conduciendo por las no tan transitables vías de Daegu sobre  mi BMW, antes de llegar a mi casa, debía pasar por toda el área comercial,  “el gran centro de la ciudad” donde se podía observar algunas personas caminando, entrando a los locales cercanos, viviendo una vida aparentemente plena,  sentí hastió, no era de negar que me había vuelto una  persona egocéntrica, desconfiada, malhumorada, así que “aquella” situación de falsa plenitud no iba del todo conmigo.

 

A lo lejos pude observar el parque  de la catedral, era un hermoso   jardín  de algunos metros de largo,  con frondosos árboles  armonizando dicho paisaje, recordé como solía ir a jugar ahí, perderme  en esas aventura sin fin que su mente podría crear,  solo con la imaginación, no sabría decir en qué momento fue que estacione mi carro  y mi cuerpo lentamente caminaba  hacia esa zona, no habían muchas personas,  aquel lugar lucia intacto, como la última vez que estuve ahí, camine y camine,  observando lo presente  para compararlo con lo que había visto en mi niñez, en mi pasado. ¡Y si! todo lucia igual o incluso mejor que antes,  llego a su  lugar favorito, donde dicho parque tenía una conexión con un tranquilo riachuelo,  y se podía ver el horizonte en todo su  fulgor.

 

Al ver esa imagen, mi mente me jugo una mala broma,  rápidamente evoque  recuerdos de mi niñez,  como si fueran flashes fugaces,  las imágenes iban y venían,  recordé  lo bien que se sentía sonreír, estar libre de tenciones, estar entregado al mundo de los juegos, sin  ningún tipo de preocupaciones, en conclusión  todo lo bueno de ser niño.

 

Sonreí, con una sonrisa tan sincera que llevaba mucho tiempo sin mostrar, lástima que no había nadie ahí para obsérvala, sin preocuparme del tiempo o el espacio, mi  mente quedo detenida en ese instante, en ese panorama, deje mi cuerpo caer, y sentarse sobre una banca cerca de ahí,  al cerrar mi ojos podía  sentir la briza embriagadora  pegarme justo en la cara, tan útilmente que arrullaba,  si bien me sentía cansado, tal vez el stress si estaba haciendo estragos en mí, o tal vez debido a sus sueños raros, no había podido descansar correctamente.  

 

Me gustaba  mucho ese hermoso jardín  , era una lugar perfecto y acogedor para una  salida  familiar,  veía a un par de familias pasearse por los alrededores,  los niños, con sus mascotas y todo,  y yo tan solo.

 

Las cristalinas agua de ese riachuelo  reflejaban sobre su superficie  al incandescente sol en toda su expresión, a punto de morir en un ocaso final, pero algo que me llamo la atención fueron dos luces reflejadas paralelamente a un lado del astro rey, iba subiendo  mi vista ante tal maravilloso espectáculo que el cielo me brindaba,  jamás había sido capaz de observar algo así ,era algo nuevo para mí,   no sabía si los demás también lo observarían, mire hacia ambos lados pero las personas a mi alrededor  seguían en sus cosas, unos hablando por celular, otros trotando, y otros simplemente ligando a cualquier chica, parecía como si dicho espectáculo solo fuese hecho para ser yo su espectador, pues era el único que lo vio, volví mi vista hacia ese show  luminoso.

 

~Comprendí que las luces  extras, emergían  a partir de un solo fulgor del astro,   chocando  entre sí, haciéndose gemelas, paralelas,  casi imperceptibles,  casi  inapreciables,   como  las mismas almas pero  tan evidente para mí.~

 

Parecía como si el  Sol   hubiese sido clonado o  tenga  un doble jamás visto, no sabía si existía alguna  explicación científica  para ello, supongo que la abría, seguramente solo sería una percepción visual mía, o algo sugestivo, pero debía reconocer que el gravitar de esos astros  arriba de mi cuerpo , Daban mucho para  interpretar , un acto  fantasioso e irreal, las nubes alrededor eran amorfas, no tenían las formas abultadas de siempre, sino como unos hilos regados sobre aquel lienzo que llamamos cielo, el color azul  del  firmamento había desaparecido y estas nubes de niebla ligera abarcaba toda su extensión,   y a medida que el ocaso  iba terminando , y el  sol  junto con sus copias maltrechas iban a   desaparecer de mi vista, el astro rey  lanza su ultimo resplandor encandilando mi vista, volviéndose  todo blanco, siempre pensé que su brillo no podía ser soportado por la simple vista humana.

 

“Eso fue  lo último que recuerdo….”

 

 

Sentía algo húmedo y pequeño caer en mi cara para luego resbalarse por esta, ¿serian gotas de lluvia?, olía a tierra húmeda, hacia frio, lentamente comienzo a abrir mis parpados, no me había dado cuenta en que momento me había quedado dormido,  las luces del parque encendidas, la luna  sobre mí y las miles de estrellas flotando junto a esta, me dieron a entender que era de noche,  aun me mantenía con la vista firme hacia un horizonte inexistente, la llovizna había empapado ligeramente mi ropa,  me restriego  los ojos,  para después estirarme  aun estando  sentado  en aquel asiento.

Siento  una ligera torticolis, aquella que me estaba matando,  así que muevo lentamente la cabeza  de izquierda a derecha, pero algo andaba mal , vuelvo a girar de nuevo mi cabeza hacia a un lado  y ahí a mi lado derecho , junto a mí, apoyado sobre mi hombro , estaba un muchacho desconocido. 

Paralizado al  observar,  sin poder hablar  e inútilmente intentando mover algún musculo de mi cuerpo,  con los ojos reabiertos,  parpadeando varias veces como si mi visión no fuera clara, restregó  lo ojos porsiacaso este teniendo una ilusión  o aun me encuentre soñando, cosa que no   funciona porque aun seguía viendo al causante de esto.

 

Un joven muchacho de tez tan blanca como la  nieve y cabellos tan rubios como el mismo oro ,  dormía  plácidamente  a mi lado,  con una respiración tan superficial, casi cautelosa, logro levantarme  medio adormitado,  intento  levantarlo  pero el chico parece  tener  un sueño de piedra, al final y después de estremecerlo por los hombros y notar cuan delgado era, lo hice, se despertó casi exaltado, dando un brinco.

 

Fue ahí, cuando  abrió sus parpados y dejo ver esas felinas orbes, fue ahí que me di cuenta de cuan hermoso era,  quede hipnotizado ante su temeraria mirada, antes esas pestañas curvilíneas que bordaban sus ojos, aun lo sostenía por los hombros, él se percató de eso y acto seguido lo solté, él se incomodó por mi forma de observarlo, todo en él era de encanto,  no es que yo tuviera inclinaciones raras o algo así, pero no podía negar que aquel espécimen atraía en demasía.

 

Con su mirada, sus gestos, con aquella sonrisa posada en sus labios, parecía un ser lleno de gracia, o con una maldición:   “quien osase a  verlo  ya nunca os podría olvidar”.

 

Aun así  todo mojado por la lluvia, el cabello medio escurrido me parecía un adolescente muy atractivo, como esos artistas  que salen en la televisión, tal vez y se trataba de uno, pero lo que me intrigaba era porque diablos estaba ahí, sentado a mi lado, y peor aun durmiendo en mi hombro como si fuese él algún conocido mío, tal vez y sería un ladrón, cosa que descarte pues si lo fuera, ya hubiera huido, cerciore mi hipótesis al revisar mis bolsillos y encontrar en ellos mi billetera y demás pertenecías.

 

no sé si fue el destino o simples  circunstancia de la vida  que comienzo  a  llover torrencialmente, con vientos casi huracanados, me levante rápidamente,  y empecé a caminar cuesta abajo pues el lugar donde estaba, era sobre una pequeña loma,  el césped estaba resbaloso por la lluvia,  aun así baje rápidamente sin notar , que mis pasos eran seguidos por aquel desconocido, que hasta hace unos momentos estaba junto a mí,   un “¡espera!” gritó y fue ahí cuando conocí el sonido de su voz, iba muy rápido como para detenerme así que solo gire mi cabeza, y para mi mala suerte aquel muchacho, que con el afán de seguirme, había tropezado con alguna rama errante de un árbol, y cayo de piquete al suelo, me sentí culpable en mi interior,   ya que si me hubiera detenido, tal vez el muchacho no hubiera acelerado el paso y no se hubiese caído.

 

Debí  a ver seguido corriendo, debí haber llegado a mi auto, encenderlo , conducirlo hasta llegar a mi casa,  luego debí haberme quitado toda esa ropa mojada para no  caer en un refriado, pero todo lo que “debí” haberlo  hecho, ¡no lo hice!.

 

Me desconocía a mí mismo, lo que estaba haciendo era desconcertante incluso para mí, ¡que me importaba si ese muchacho estaba lastimado o no!, ¡ que  me importaba si lloraba porque le dolía la herida o no!, si sangraba o no, nada de eso era asunto mío, nada de eso me traería beneficios, y yo no hacía algo sin tener otra a cosa a cambio, pero ahí estaba, yo  y mi nueva faceta de samaritano,  regreso mi caminar hacia donde yacía sentado aquel pelirrubio, me agacho hasta quedar a su nivel, no conocía ni su nombre,  y ya me había propuesto a ayudarlo,  se sostenía fuertemente su tobillo con su mano, el me quedo viendo, y me miro de un modo, de una forma tan extraña, clavo sus ojos en mí , muy hondos en las ventanas del alma.

 

-     ¿Te duele mucho?- pregunte, el asintió.

-     ¿Por qué me has seguido, no te conozco verdad?- el negó con la cabeza

-     Si no me conoces, entonces ¿¡qué necesidad tenías de salir corriendo de esa manera!?- dije un poco enojado mientras retiraba la mano de aquel muchacho sobre la herida, tenía un raspón no tan superficial, lo suficiente como para hacerle brotar sangre, lo volví a mirar y en sus ojos halle lágrimas, las misma que achicaron mi corazón, sin entender porque  aun seguía ahí, me atreví a preguntar su nombre,

-     Kim ki bum, señor- el respondió, hay estaba de nuevo el dulce sonido de su voz algo destellada por el dolor, yo lo tome entre mis brazos, ¡DIOS,  Cuan delgado era!,  e hice que se apoyara sobre mi hombro para empezar a caminar, el recogió una pequeña mochila del suelo, todo el trayecto lo siguió cojeando y en su cara había mucho gesto de dolor,  a pesar de eso,  el jovencito se dejó guiar, hasta llegar a mi carro, le abrí la puerta y el tomo asiento en el puesto de copiloto, no sabía porque aún me seguía sintiendo culpable, supongo que la culpa se iría un poco si lo llevaba a algún hospital  o a su casa, me subí en mi asiento, una vez adentro y protegidos de toda la lluvia.

 

-     Me llamo Kim JongHyun, por alguna extraña razón me siento culpable por lo que te paso, te llevare a tu casa, así que dime dónde vives- dije seco, el mantenía la vista gacha, y su cuerpo comenzaba a dar leve convulsiones  mientras un titiritero salía de sus dientes,

-    ¡Hey, te encuentras bien!- dije pero él no respondió, alce su cabeza, solo para observar que su rostro se veía sonrojado  y sus parpados estaban cerrados, toque su frente y esta estaba ardiendo, tal vez este ser estaba enfermo,  probablemente sufría de alguna enfermedad mortal o algo infeccioso, pero a pesar de esas ideas pasárseme por la cabeza, no tuve asco, ni repulsión por aquel muchacho,  más bien  tuve temor y miedo de que algo malo le pasara, los truenos y relámpagos  avisaban con caer por doquier, la lluvia imposibilitaba el conducir,  di gracias a Dios porque mi casa estaba solo a unas cuantas cuadras más y  también por llegar sano y salvo ella.

 

Adentre a Kibum a mi  casa, aun me cuestionaba si lo que estaba haciendo estaría bien o mal, después de todo ese mocoso era un simple desconocido, que sabía yo de su pasado o si era ladrón, drogadicto…  aun así las dudas no pudieron más que mi conciencia y  lo subí hasta uno de los cuartos vacíos, justo el que estaba al frente de mí, pues era el segundo más grande de la casa, saque del baño, el botiquín de primeros auxilios,  vendajes, compensas de hielo para aliviar al dolor  e inflamación del tobillo, si no hubiera todo un huracán afuera, lo hubiese llevado a un hospital , pero en estas condiciones atmosférica me era imposible hasta manejar.

No sé cuántas horas pase en vela hasta que aquel Crio despertará,  pero nunca lo hizo y al final el sueño terminó venciéndome, no sin antes percatarme cada detalle de ese chaval que yacía en una de mis camas,

 

 ~Pensar en el acúmulo enorme y perturbador  de las causas que debieron haber coincidido para llegar a esto tan simple, el conocerte.  Parecía que el espacio y la existencia hayan conspirado en mi contra, buscando unir mi alma a una ajena,  porque después de todo, siendo tan largo el tiempo y tan grande el planeta, hubiéramos podido no encontrarnos  jamás, y aun así de los duros peligros que sorteo nuestro azar,  mirad me aquí  cuidando  a un sujeto completamente desconocido que yace dormido como una verdadera deidad, él que se convertiría en un divino tormento y exquisito destino mío.~

 

***************

…Al final de cuenta, dicen que el amor es como la muerte, cuando va a llegar, nadie lo espera….

 

CONTINUARÁ…

Notas finales:

Hola! Gracias por leer este nuevo FF que les he traído  …

La verdad amo mucho esta historia que incluso le hice una edición… [PORTADA]

 Estuve buscando en internet,  imágenes que se asemejen a lo que e descrito de la casa, y aunque no son exactamente iguales, es algo así es a lo que me refería ^^

escaleras,  alcoba  con  puente 

 

Subiré el segundo cap, pronto

:D

 Gracias por leer. ^^ espero me dejen galletitas ~ rvws~  :D para saber si les gusto o no  :D…

Pinkissus  ^3^ <3

 

 

 


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