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TaeSic: Secret Love. por SkySound

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Notas del fanfic:

Bueno, la Web creo que esta inundada de TaeNy y YulSic, yo prefiero mil veces el TaeSic, aunque no desprecio los otros dos.

Este fanfic esta basado en las vidas reales de los personajes, dejando volar sólo un poco la imaginación entre la relación de Jessica y TaeYeon.

Notas del capitulo:

Es un oneshot, me hubiese gustado escribir algo largo de ellas por que me encantan, pero preferí algo más concreto y concentrado.

 

—     Lo acepté — La voz de Jessica rompió el silencio sutilmente, sonando en un tono bajo y vacío.

—     ¿Qué…? — El ceño de TaeYeon se frunció el confusión y completo desagrado. — ¿Y qué se supone que pasará con… ‘Esto’? ¿Cuál es tu plan, Jessica? — Insistió la mayor de las dos mientras daba un par de pasos al frente hasta quedar cara a cara con la princesa del hielo.

—     El plan… —  Respondió Jessica mirando con un aire de aflicción los ojos de la más baja entre ambas, para luego simplemente terminar por girarse, darle la espalda y fingir que revisaba algunos papeles del escritorio. —El plan es que no hay ningún plan Taengo… Estaré trabajando en Japón todo el tiempo que el drama requiera. — Continuo Jessica, mientras trataba de hacer que su voz sonase firme y fuerte.

Aunque era conocida como la princesa del hielo, sólo TaeYeon sabía que era el sobrenombre más paradójico del mundo tratándose de Jessica, quien en el interior era una joven sensible, lado que no podía ser visto por cualquier persona; pero que a la pequeña líder le había permitido dejar ver.

—     ¿Te irás? ¿Sólo así? ¿Qué pasará con todo? No lo comprendo Jessica — TaeYeon persistía, rodeó incluso el escritorio hasta quedar frente a Jessica, buscando en su mirada las respuestas que la joven Jung no le daba.

—     He pedido ya la autorización correspondiente, tengo el permiso, no estoy abandonando el grupo Taengo, sólo trabajaré unos meses en Jap… — Jessica hablaba con la voz luchando por no cortársele, sin embargo se vio interrumpida cuando las manos de TaeYeon sostuvieron sus muñecas firme e inesperadamente.

Jessica se atrevió a alzar la vista hacía la joven líder, aun cuando sus ojos empezaban a reflejar un brillo especial, uno que ni la alegría o cualquier emoción positiva generaba, si no, todo lo contrario. Aquel brillo natural, predecesor del llanto.

—     Taeng… — Tomó el habla de nuevo la menor, pero TaeYeon le robó la palabra.

—     No estoy hablando de la compañía, no estoy hablando del comeback, no estoy hablando si quiera del grupo. — Sentenció TaeYeon mirando con fijeza sus ojos, mientras que sus manos se deslizaban de las muñecas de Jessica hasta sus manos, buscando entrelazar sus dedos con los de ella. — Estoy hablando de ti, y de mí.

Ante lo dicho por la mayor de ambas, la segunda no pudo retener más su fragilidad, frunciendo las cejas en tristeza, sus cristalinos ojos no soportaron más y dejaron caer un par de vagas lágrimas.

TaeYeon reaccionó instantáneamente al ver llorar a la pequeña princesa, sin dudarlo, se devolvió, rodeando una vez más el escritorio, quedar a su lado, Jessica la recibió y como si lo hubiesen ensayado, ambas se abrazaron con fuerza. Dejando que ese abrazo le quitase a Jessica toda la vergüenza de llorar, dejándose caer en el llanto, escondiendo el rostro en el hombro de TaeYeon, quien sólo pudo cerrar los ojos dejando ligeras caricias en la espalda de la más alta.

—     No llores, está bien, son sólo unos meses lejos. — La actitud de TaeYeon cambio de reclamo a comprensión, como si el llanto de Jessica hubiera activado el cambio en ella. — Además… Quizá pueda ir a visitarte, las dos en Japón ¿Lo imaginas? Podríamos hacer muchas cosas. — La pequeña líder parecía empezar a asimilar la decisión de la que hace sólo unos momentos no estaba de acuerdo, con tal de hacer sentir bien a Jessica. — Japón, tiene muchos lugares romant… — Y ahora, Jessica se atrevió a interrumpir a TaeYeon, tratando de ahogar su llanto.

—     No Taengo, no quiero que me visites… — Negó ligero, mientras empuñaba la camisa de la mayor por su espalda.

—     Pero… — TaeYeon iba a hablar de nuevo cuando Jessica le interrumpió una vez más.

—     ¿Lo has notado? Tú y yo… Somos chicas. — Sentenció Jessica, con la voz un poco ahogada por llorar.

—     Hemos hablado antes de eso, ahora no puedes… — Y una vez más, Jessica impidió que la mayor hablase.

Aunque ciertamente, TaeYeon y Jessica habían tocado el tema sobre el género, y a Jessica jamás le terminaba por convencer, pero se engañaba así misma con las ideas de TaeYeon sobre que ya estaban en un tiempo diferente, que muchos países incluso aceptaban legalmente esa clase de relaciones.

—     Corea es nuestro país, no Brasil, no Suecia, no Noruega ¿Entiendes eso? — Dijo en un tono algo frustrado, sin atreverse a deshacer el abrazo entre ambas, incluso reforzando más la unión. — Y no somos solo dos chicas normales que tienen ‘algo’, somos un par de idols de fama internacional ¿Lo has pensado? —Continuó la menor de ambas, dejando que las yemas de sus dedos se hundiesen en la fina espalda de la líder. — La compañía, el resto de las chicas, los fans, los periodistas, todos… Jamás lo dejarían ser, no podríamos ser… Nunca Taengo, nunca.

Cada palabra de Jessica, debilitaba la esperanza de TaeYeon, sin embargo, cuando concluyó su dialogo la menor, la joven Kim aún tenía un par de gotas de ilusión, se mordió el labio inferior, sin darse cuenta cuando sus ojos se habían enrojecido apenas un poco también, empañados por el deseo de llorar.

—     Es cierto, sé que es verdad… Soy consciente del peligro, sé lo que podría pasar si vamos en serio con esto, lo supe desde el primer beso. — Asintió TaeYeon mientras cerraba los ojos y ladeaba un poco su rostro para que sus labios consiguieran tocar la mejilla ajena. — Siempre lo supe… Y aun así, estoy dispuesta a pasar por ello, sé que al final… valdrá la pena.

Quería retractarse, quería olvidar todo sobre el contrato para grabar un drama el Japón, quería decirle que si a todo lo que la mayor deseara, pero Jessica se lo había pasado viviendo así, tomando decisiones a base de sus emociones, de sus sentimientos por TaeYeon. Y ahora había tomado la primera decisión que iba en contra de eso, se había determinado por ser objetiva y dejar de lado esa relación sin futuro.

La princesa de hielo cerró los ojos con fuerza, y cuando los abrió y se giró, tenía el rostro lloroso de TaeYeon justo al lado, quería besarla, secar sus mejillas, darle la razón. Una lucha interior se debatió dentro suyo y tras reunir toda su fuerza de voluntad, fue soltando lentamente a la mayor hasta deshacer el abrazo y apartarse de la de menor estatura.

—     Lo siento Taengo, yo… No pienso igual. — Dijo Jessica con la voz totalmente quebrada, los ojos cristalinos y el pecho tratando de no dejarse llevar por el inconsistente sentido de su afligida respiración.

TaeYeon sólo quedó ahí de pie, mirando al suelo, como si en él pudiera haber una explicación a lo que acababa de oír, a lo que estaba por suceder.

Jessica tomó sus cosas del escritorio, las introdujo en su bolsa y caminó hacía la puerta limpiándose las lágrimas con las mangas de su chaqueta de mezclilla negra. Abrió la puerta, miró de reojo a TaeYeon quien seguía inmóvil en el sitio donde Jessica le había dejado.

La menor esperaba que la pequeña líder dijese algo, algo más listo que venciera a todos los demonios interiores que tenía, que venciera los prejuicios, el miedo a ser rechazada por la sociedad, el miedo a perder todo lo que había conseguido sólo por ‘una aventura adolescente’. Pero TaeYeon sólo permaneció de pie ahí, sin ser capaz si quiera de moverse.

Las grabaciones para el drama que Jessica protagonizaría en Japón, empezaron tan sólo un par de semanas después. Todas las chicas excepto TaeYeon, mostraban gran emoción cuando la veían en televisión, los fans estaban muy agradecidos y complacidos con el trabajo de Jessica, la popularidad del grupo crecía, tal y como Jessica había esperado. El trabajo en Japón había conseguido maravillas. Aun así no podía sacarse de la mente a TaeYeon.

—     Y… ¡Corte! — Se escuchó una voz grave y firme al fondo del set, de pronto la escena perfectamente armada se desarmo, con cada camarógrafo, equipo técnico y actor tomaban posiciones diferentes, más relajadas y naturales.

—     Lo ha hecho increíble Jessica. — Dijo un hombre alto, joven y bastante atractivo; el actor que compartía el protagónico con Jessica en el drama.

—     Gracias, me he esforzado. — Respondía la princesa de hielo mientras que casi instantáneamente al corte, un grupo de maquillistas se acercaban a ella para deshacer el rastro de llanto que la joven Jung acababa de interpretar.

 

      Las escenas de llanto se le facilitaban tanto… Bastaba con pensar en TaeYeon.

—     A propósito… — Un tercer hombre entro a la conversación yendo donde Jessica, entregándole un pequeño sobre. — Esta noche festejaremos la emisión del capítulo final, aquí está la invitación, hora y fecha del sitio.

—     La verdad no tengo ánimos de…  — Antes de que Jessica respondiera que no estaba para celebraciones, el director volvió a hablar.

—     Espero no falte, ciertamente el éxito se lo debemos principalmente a usted, su presencia es esencial.

—     Ah… Vale, creo que… Iré entonces. — Asintió la joven Jung, produciendo una pequeña reverencia al hombre de cabello grisáceo y bigote escaso.

 

El día pasó, el cielo empezaba a oscurecerse y la hora de la celebración se acercaba, Jessica había se había acordado con un vestido negro de noche, elegante y fino. El cabello ondulado, cayendo en suaves ondas por sus hombros descubiertos. Sus piernas cubiertas sólo hasta la mitad de sus muslos, ceñido por la cintura y discreto por el escote. Como siempre, procurando cada detalle en ella, para lucir como una verdadera princesa.

Un coche la llevó hasta el hotel donde se realizaría la celebración, uno de los más lujosos de toda la capital del país Nipón, según decía el sobre, el festejo se realizaría en uno de los auditorios del hotel, pero al llegar uno de los empleados del hotel le indicó que tan sólo faltaba ella para iniciar y que él se encargaría de guiarla.

A Jessica le pareció extraño que ella fuese la última en llegar, no podía creer que el resto fuera tan puntual, creyó que era simple detalle de japoneses, así que le restó importancia y se dejó llevar por el empleado. Subiendo y subiendo pisos por el ascensor, podía ver como cada número se iluminaba de forma ascendente, en breve llegarían al punto más alto de aquel monumental edificio y aquello la dejaba muy consternada.

—     Es aquí, señorita Jung. — Dijo el empleado mientras salían del ascensor y señalaba con la mano la puerta habida a final del pasillo, parecía una habitación más.

—     ¿Eh…? ¿Está seguro? Yo, vengo a…— Jessica no parecía convencida en absoluto, ni si quiera escuchaba música o algo que incentivara que estaba en el lugar correcto.

—     Sí, es aquí, me han dado las indicaciones estrictamente.

La princesa del hielo dudo de nuevo, pero aquel hombre parecía que se quedaría ahí hasta que entrase, así que exhaló ligero y camino hasta aquella puerta, pensó en tocar primero, pero considerando que la esperaban sólo giró la manilla y se adentró, encontrándose con una habitación sumamente lujosa y un silencio que la hizo temblar.

En su mente pasaron las ideas más escalofriantes de todas ¿Por qué la citarían en una habitación de hotel? ¿Qué sentido tenía? No quería quedarse a averiguarlo, sin embargo, al fondo de la habitación, podía ver un par de puertas abiertas de par en par, puertas que daban con el aire libre y una hermosa terraza que sólo en películas había tenido la oportunidad de ver, y ahí, de espaldas pudo verla…

—     Taengo-ah…— Sus labios temblaron, pensaba que los meses de no verla, de no oírla, de no saber nada de ella la hacían delirar.  Pero sus pies se movieron solos y empezaron a andar hasta quedar a escasos pasos de esa pequeña figura.

Aunque sólo podía ver sus castaños cabellos caer por su espalda, sus hombros desnudos, su ceñida cintura, aquellas pálidas piernas que dejaban mirar de forma casi sensual aquel vestido blanquecino.

Jessica no podía creerlo, pero entonces, TaeYeon se fue girando hacía ella, si una sonrisa hubiese estado en los labios de la mayor se habría lanzado a abrazarle en seguida, pero no. El rostro de TaeYeon era serio e inexpresivo.

—     Me han enviado a por ti. — Hablo la pequeña líder en un tono casi seco, mirando sin mayor gracia a Jessica. —La compañía pensó que sería mejor si te volvieses a Corea con una de las chicas, por eso estoy en Japón.

—     Ah… Ya veo, te han elegido a ti… — Bajó la mirada sintiendo como su corazón se estrujaba con fuerza bajo su pecho.

—     No. — Respondió TaeYeon mientras empezaba a caminar hasta Jessica, haciendo sonar los tacones de sus zapatos y llegar hasta Jessica, sostenerle con delicadeza el mentón y alzarle el rostro. — Yo pedí venir.

El cuerpo de Jessica tembló ante aquella confesión ¿TaeYeon había solicitado ser quien viniera por ella? ¿No la habían asignado? ¿Había escuchado bien?

—     Pe… Pero… Yo creí que…— Los ojos de Jessica denotaban sorpresa, confusión y aún algo de tristeza, no estaba segura de que pensar.

Sin embargo, Taeyeon no necesitaba oírla, no quería hacerlo, había pasado meses sin querer tomar sus llamadas, responder sus mensajes, ver si quiera aquel drama que las había ‘separado’. En ese momento todo lo que quería era tenerla, sin hablar, sin peleas de moral, de sociedad, nada.

Con la mano libre, la mayor sostuvo la cintura de la contraria y la atrajo a su propio cuerpo, para que ambas femeninas y delicadas figuras quedasen completamente juntas, sus muslos, su vientre, su abdomen, su busto y finalmente sus labios. TaeYeon no espero, solamente cerró los ojos y pegó su boca a la de la menor, dejando sobre ella lentas y suaves caricias labiales. Jessica por su lado no pudo negar aquel acto, cerró los ojos dejando que una rauda lagrima se le escapase al compactar los parpados y siguió con torpeza los movimientos labiales que TaeYeon había iniciado.

Pronto, la pequeña líder impuso mayor deseo en aquel tierno beso, cerrando el puño contra la cintura de Jessica, empujándola un poco, haciéndola retroceder mientras su beso se pintaba más cálido, igual de lento, pero más intenso, más húmedo, menos desvergonzado.
Jessica retrocedió hasta que su espalda golpeó la fría pared, TaeYeon empujó más su cuerpo al de ella, introduciendo una de sus piernas entre las de ella, subiendo apenas un poco la rodilla para que esta tuviera contacto con la entrepierna de la menor, produciendo que en medio del beso la princesa del hielo dejará escapar de sus labios un agudo y ahogado gemido.

—     T…Taengo… — Habló entre besos, provocando que la mayor se apartará sólo un poco de ella, cambiando el rumbo de sus labios hacía uno de los hombros descubiertos de la princesa del hielo. — Esta… Esta es la primera vez que… Estamos en un hotel, a solas…

—     Lo sé…— TaeYeon detuvo los pequeños besos que depositaba en el hombro de Jessica y ladeó el rostro para verla. — Esta noche… — Se fue irguiendo hasta dejar los labios rosando la oreja de Jessica. — Te haré el amor. — Susurró con tanta delicadeza como sensualidad.

Aquel comentario hizo que las piernas de Jessica flaquearan, que desde su espina dorsal naciera el peor de los escalofríos, que inexplicablemente había dejado su cuerpo ardiendo al expanderse.

—     T…Taengo, pe… Pero… Nosotras… — Jessica titubeó con el rubor en las mejillas y el calor del cuerpo entero impidiéndole hablar elocuentemente. — Lo… Lo que hablamos…

—     No me importa. — Respondió TaeYeon segura, dejando un cortó beso sobre la oreja de Jessica y luego descender los labios, usando una de sus manos para apartarle los cobrizos cabellos a Jessica del cuello y dejarlo totalmente libre, para así empezar a degustar esa zona de su piel.

La joven Jung cerró los ojos con fuerza y llevó una de sus manos hasta cubrir su boca, los labios y lengua de TaeYeon tenían ese increíble poder de hacerla querer emitir los quejidos más vergonzosos que según Jessica, podrían existir.

Las manos de TaeYeon descendieron hasta dar con la cintura de Jessica, bajando lento hasta sus caderas, y luego hasta dar con sus muslos, acariciándolos con demasiada propiedad, con descaro, con el deseo que había contenido todos estos meses. Su rodilla subió más, empujándose contra la intimidad de Jessica, empezando a dar sucesivos e inofensivos golpecitos contra la parte más sensible del cuerpo de la chica.

—     A…Ah… T…Tae… Taeng… Y…Yo…yo… — Jessica trataba de hablar, pero no conseguía decir nada que tuviera sentido, sus labios íntimos ardían cada vez más cuando la rodilla de TaeYeon se presionaba contra aquel botón que hacía derramar todo su placer.  

—     No sabes… No tienes una idea… — Murmuró TaeYeon sobre el cuello de Jessica. — Cuan excitante es oírte intentar hablar, mientras todo lo que quieres hacer es gemir.

No podía negar aquellas palabras, si, quería hacer ruido, quería hacerla saber a través de su voz, lo bien que la hacía sentir. Esa actitud dominante en la mayor la volvía loca, la descontrolaba y la hacía fantasear demasiado. Pero ambas estaban acostumbradas a no hacer ruido. Besarse a escondidas, tocarse en lugares oscuros y pequeños, y ahora tenían a su merced una suite de lujo, que no tenían que compartir con nadie más que con ellas mismas, sin importar el ruido que hicieran, sin procurar no desacomodar tanto la ropa. Ahora mismo eran libres de hacerse y deshacerse tal y como ellas lo desearan.

—     M… Más… M…Más suave… Taeng… M…Más s…suave… P…por… Por fav… — Pedía Jessica recostada en aquella inmensa cama boca arriba, con la mano izquierda aferrada a las sabanas, apretándolas con fuerza como si quisiera arrancarlas, mientras que la mano derecha la usaba para morder sus nudillos, liberando ahí toda la tensión sexual que estaba conteniendo. Trataba de mantener sus ojos abiertos, trataba de no perder de vista como el cuerpo desnudo de TaeYeon iba y venía contra el suyo por encima, pero no podía, de pronto sus ojos se cerraban con fuerza, cada vez que sentía como aquel pequeño botón ya rígido suyo y ajeno chocaban uno con el otro.

La fuerza, la fricción, el modo casi agresivo en que TaeYeon embestía contra Jessica estaba haciendo desfallecer a la menor, casi instantáneamente sus gemidos atraían un orgasmo, luego otro y luego otro. Y aunque TaeYeon sentía lo mismo, aunque su cuerpo ya temblaba tratando de soportar una con otra las cargas eléctricas que producía restregar su sexo contra el de Jessica, quería darle todo a ella, la última gota de su sudor perderla mientras hacían el amor.

 

El sol se filtraba por las cortinas del gran ventanal que poseía la habitación principal de aquella suite, bajo las sabanas podían verse aquellas femeninas y esculturales figuras, abrazadas. Una de ellas estaba despierta ya.

—     Dios me ha jugado una broma pesada contigo… — Murmuró Jessica mientras admiraba el rostro durmiente de TaeYeon. — Hacer que me enamorara de un imposible, que cruel. — Murmuró frunciendo un poco el sueño.

—     Amarte no es imposible… — Dijo TaeYeon sin abrir los ojos, sorprendiendo por completo a Jessica.

—     T…Taengo-ah ¿Estabas despierta? — De nuevo se ruborizo, por hablar suponiendo que nadie la oía.

—     Si fuera imposible, no habríamos amanecido juntas. — continuó TaeYeon dejando ver una sonrisa torpe como respuesta a la reacción de Jessica. — Y no me habrías dejado hacerte todo lo que te hice anoche. — Dijo lo último en un tono pícaro y casi burlón.

—     ¡T…Taengo! — Jessica en seguida la soltó y le dio la espalda, acostándose del otro lado de la cama.

TaeYeon sólo dejo escapar una de sus risas con aire tonto y se apresuró a ir por Jessica, abrazándola desde atrás.

—     No hemos terminado. — Dijo TaeYeon retomando algo de seriedad.

—     ¿Q…Qué? Pero Taengo, estoy muy cansada y tú parece que nunca se te acaba la batería. — Murmuró haciendo un pequeño puchero, acompañado por un tenue rubor.

—     Quiero decir, que tú y yo, seguiremos siendo tú y yo. — Respondió con una sonrisa divertida por la forma en la que Jessica había malinterpretado sus palabras con un asunto de índole sexual.

—     A…ah, eso… Pen…Pensé que… No querrías hablarme más, pensé… Que no te importaba tener nada conmigo, después de todo lo que dije…— confesó Jessica en un tono ligeramente melancólico.

—     Todo lo que dijiste es cierto, no podemos aparecernos por ahí como una pareja más, la compañía, las chicas, los fans, incluso las personas que no son fans, las televisoras, los otros artistas, los periodistas, tu familia, mi familia, nuestros amigos… Ni la mitad de todos ellos nos apoyarían para bien. — Dijo TaeYeon seria.

—     Lo sé…- Jessica tan sólo pudo asentir.

—     Pero… ¿Sabes algo? Las mejores historias de amor, no son públicas… Las mejores historias, son las que no conoce nadie. El amor secreto, es más emocionante.

Sorprendida por sus palabras, Jessica volteó a ver a TaeYeon, le sonrió complice y como si lo hubiesen planeado, ambas rieron juntas al tiempo…

 

Notas finales:

Pues si, en mi mente retorcida TaeYeon y Jessica tuvieron un amor secreto, después tuvieron un desacuerdo y después, aquí en inicios del 2013 como que de nuevo se llevan... 

Espero que les haya gustado, muchas gracias por leer. 


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