Mi Tifón.
Poco había pasado desde lo de Akihiko, me la pasaba lloriqueando en los rincones sin poder encontrarle sentido a lo que era mi vida, se había vuelto rutinaria, vacía, bueno más de lo que ya era, todo lo hacía por inercia, incluso Miyagi lo había notado, lo amaba tanto que dolía, lo único que me quedo fue el recuerdo de sus manos frías, y mi corazón totalmente roto, púes mis sentimientos nunca serían correspondidos.
Pensé muchas veces que si alguna vez Akihiko y yo estábamos juntos, al menos en esa forma, él entendería mis sentimientos, aquella tarde la tenía libre y no me apetecía volver a mi departamento para recordar lo sucedido, camine un par de horas antes de llegar a un parque, se notaba que yo no encajaba ahí, púes todos reían, mientras mis ojos se anegaban de lágrimas, nadie me molestaría supuse, pero que suerte la mía, alguien tenía que intentar matarme con un cohete, grite asustado al ver esa cosa frente a mí, estuvo a pocos centímetros de golpear mi cabeza, después de eso un joven alto de ojos azules obscuros, cabello de igual color, delgado y muy alto se me acerco mirándome directamente a mis ojos, de un manotazo limpie mis lágrimas, causando sorpresa en el chico frente a mi.
- Soy Kusama Nowaki un placer conocerte.-Dijo tomando mi mano para arrastrarme con él, estaba confundido y molesto con aquel muchacho, quién demonios se estaba creyendo?, me llevo a sentarme con una bola de ancianos que de seguro no hacían nada en su día a día, que equivocado estaba, todos eran grandes empresarios, ¿Pero quién eres Kusama Nowaki?, me pregunte, me contaron que aquel muchacho era huérfano y que hacía donaciones al parque para mantenerlo aún con vida, en ese momento no me interesaba en lo más mínimo, al pasar una tarde semi entretenida decidí irme, me despedí como es debido y empecé a caminar a casa, dándome cuenta pronto que alguien me seguía.
- Necesitas algo???- Pregunté girándome a encarar a aquel muchacho.
- Me preocupa, porque hace un rato estabas llorando.-Eso solo me hizo fruncir el ceño molesto..
- No tiene nada que ver contigo.-Dije de forma hosca.
- Me dijeron que eras estudiante de la Universidad T, me podrías enseñar???- Preguntó aquel chico como si de verdad me importara.
Así seguimos un rato más mientras más me acercaba a casa, lo único que logro sorprenderme fue su insistencia y ese “Solo necesito a Hiro san”, trate de deshacerme de él, púes era una persona bastante volátil y le dije que me dejara en paz, yo no tenía por qué sacrificar mi tiempo con ese chico, tenía que hacer mi tesis y además no me daba la gana, ya bastante molesto le cerré la puerta en la cara, pero olvide mi llave afuera, como si romperme el corazón no fuera suficiente, aquel chiquillo se llevaba mi llave, decidí irme a dormí en pro de mi poca cordura que me quedaba, a la mañana siguiente ese oji azul me despertó, dándome un susto de muerte hasta que menciono el desayuno, olía tan delicioso que no pude seguir insistiendo en que se fuera.
Después de un rato conversando con él, me di cuenta de que era un chico sumamente trabajador, y muy bueno, tal vez demasiado, por lo que no quería tener que enseñarle es porque sus manos son iguales a las de él, no podía permitirme perder mi cordura una vez más, pero estaba bien, supongo que mesto me ayudaría a superar lo pasado.
A medida que pasaba el tiempo iba conociendo cada vez más a Nowaki, se estaba adentrando en mi vida rápidamente, sabía que era un joven que luchaba por sobrevivir en este mundo tan hostil, a pesar de que tenía 6 trabajos, aún buscaba la manera de obtener una carrera, al principio pensé que no era muy listo por pedirme enseñarlo, pero como me estaba acostumbrando a lo que sucedía con Nowaki, falle, él era sumamente inteligente, me planteaba si de erdad aquel Tifón se parecía a Akihiko y mi respuesta cada vez era más elocuente, él no se parecía en nada a Bakahiko, como sea, ya había acabado la Licenciatura y al ser muy bueno en el área en que me especialice me pidieron quedarme ahí la maestría, era una gran oportunidad para mí, pero lo que me hizo más feliz que me dieran aquella noticia, fue aquel “Increíble, no esperaba menos de Hiro san” tan sincero por parte del oji azul, me descolocaba demasiado su personalidad.
Una tarde me quede dormido mientras Nowaki se duchaba, no lo planee ni nada, al sentir sus manos por mi cabello creí que era Akihiko, claro que solo fue un momento, el toque era diferente, el momento en el que desperté me encontré con los labios de Nowaki sobre los míos, no pude reaccionar de otra forma más que creyéndolo loco por aquello, cuando empecé a tratar de racionalizar todo alguien toco a mi puerta, y era nada menos que Akihiko, preguntándome si estaba bien, que no me había visto y demás, no pude aguantarle la mirada, aún me dolía lo que había pasado, estaba a punto de llorar cuando una mano se posó sobre mis ojos y una voz sedosa pero al mismo tiempo altiva y posesiva sonó junto a mi oído..
- Disculpeme!!! Pero yo me quedare con Hiro san.- En verdad que ese chico estaba loco, después de que Akihiko se fue me dijo que yo le gustaba, que se había enamorado a primera vista de mí y que él podía ser utilizado como el remplazo de Usami san, como es de esperar me molesto porque eso era más o menos lo que le había dicho a Akihiko para que se quedara conmigo y solo había logrado lastimarme a mí, lo corrí sin más diciéndole que no quería volver a verlo jamás.
……
Después de unos días sin Nowaki a mi alrededor, fui a una cafetería a desestresarme, demonios a quién quería engañar, fui ahí porque enfrente estaba la florería en la que trabajaba Nowaki, lo vi interactuar con algunas clientes, al ser un chico alto y bien parecido estaban bastante sonrientes y todavía el estúpido de Nowaki les sonreía, pero que idiota, se supone que me quiere a mí, porque les coquetea, sin más mi mente quedo vacía, así que me había enamorado de Nowaki, que estúpido, suspire mirándolo de nueva cuenta, demonios me había visto, salí de ahí lo más rápido que pude y no miré atrás para poder aclarar mi mente.
No paso mucho para que Nowaki fuera a mi departamento.
- Quería verte.-Susurro después de que pregunté que era lo que estaba habiendo en mi casa.- Cuándo me dijiste que no regrese, me di cuenta de que me aceleré al confesar mis sentimientos debido a que me sentí intimidado por Usami san, de eso me arrepentí. Pero por más que trate, no pude renunciar a ti.
- Pero que es lo que tienes??? Me dices cosas sin sentido desde la otra vez, me molesta!!.
- Pero… Viniste a la florería no???- Me sonroje bastante y él me abrazo, si se había dado cuenta. – Yo estaba muy feliz, Hiro san lo diré otra vez, te quiero.-Susurro esas palabras con suavidad, no quería parecer una colegiala enamorada, pero en verdad me derritió escuchar eso.
- Eres demasiado directo.-Dije dándole la espalda, sabía que no faltaba mucho para que quebrara cada una de mi barreras que había hecho en mi desde hace mucho.
- Te molesta???-Dijo Nowaki un poco dudoso.
- Lo que pasa… es que no estoy acostumbrado.
- Yo haré que te acostumbres, todos los sentimientos que tuviste hasta ahora, refléjalos en mí.-Susurro abrazándome, sin ningún titubeo en su voz, Yo en verdad quería a Akihiko… - Te quiero, Hiro san, te quiero.- Todo eso fue su culpa, porque sus manos eran sumamente cálidas. – Hiro san Te quiero, por eso quiéreme, por favor…
Gire un poco el rostro para mirar a aquel chico, en verdad me gustaba, él me beso tan suave y con tanta devoción que no pude más que rendirme a él, correspondí el beso de igual manera, lento, suave, aunque Nowaki como una ola arrasaba con mi cordura dejándome a su merced, no sabía si me arrepentiría en un futuro, pero ahora aceptaba que lo quería y que aquellos días que no estuvo junto a mí, lo extrañe mucho más de lo que pensé.
Desabrocho mi camisa lentamente sin dejan de besarme, me quitó el pantalón y los bóxer, hizo que me recargara en la cama y el me cubría con su cálido cuerpo, beso mi espalda como si tratara de retener cada parte de mi cuerpo, acercó sus dedos a mi boca y yo sin más empecé a chuparlos, lubricarlos, ganándome el placer de escuchar ese gruñido tan sexy que ahora sabía que podía hacer ese chico.
- Relájate Hiro san.-Dijo con la voz ronca, cargada de emociones y de completa excitación, gemí un poco por la incomodidad de sentirlo dilatarme para él y por el placer que brindaba cada uno de los besos que repartía en mi cuello, cuando creí que estaba a punto de correrme, se detuvo, haciendo que empezara a removerme en busca de más, sonrió contra mí, antes de empezar a entrar en mi cuerpo, dios, era tan diferente a todo lo que había probado, sentía dolor y la euforia que me provocaba todo aque placer al sentir como Nowaki empezaba con embestidas lentas y certeras.
- Nowaki…-Grite cuando encontró aquel punto donde toda mi mente hizo cortocircuito, solo era capaz de gemir y de buscar que hiciera eso de nuevo, llevó una mano a mi cadera y la otra a mi miembro masturbándome, no aguantaría demasiado a ese ritmo tan implacable y la verdad no me importaba, púes Nowaki sabía perfectamente lo que hacía, gemí un par de veces más antes de correrme sobre las sabanas y la mano de Nowaki y el al sentir las presión en su miembro, empezó a moverse más rápido, mordiendo un poco mi hombro al llegar al clímax, Nowaki me puso de lado junto a él sin salir de mí, me abrazo durante toda la noche, susurrándome de vez en cuando que me quería y deslizando esas manos de las cuales ya no podría llegar a pensar en cambiar por nadie.
Me molesta, Nowaki significa Tifón, sin darme cuenta me va envolviendo, me lleva, me descontrola, en cuanto me doy cuenta, estoy cayendo....
CONTINUARA....