Otro día más en el que me quedé solo en casa con Jonghyun...
Minho, según me dijo, tenía que ir a comprar con Taemin, escusa que no se la creía ni él... y mucho menos yo, aparte le oí decir: "Hoy hay luna llena... no volveremos hasta mañanaaaa~" mientras que empujaba a Taemin casi por las escaleras.
Y luego Onew se fue al KFC para saciar su hambre de pollo, eso ya era más normal.
En fin, me senté en el sofá mirando la tele que seguía apagada, pensando en pasar nuestras esperadas "vacaciones/días libres’’ allí, cuando apareció Jonghyun algo tímido... "¿¿Tú tímido?? Me estás asustando... ¿qué habrás hecho esta vez, perro?" pensé mientras se acercaba a mi.
- Key...Amm.. - hizo una pausa y removió su cabeza y pelo con las manos, algo que me dejó confuso. Al terminar, igual que si aquel movimiento le hubiese cambiado de humor, se sentó en el sofá a mi lado sonriendo decidido.
- Jonghyun... ¡Bipolaridades a mi no! ¿eh?- le reproché serio provocándole una risa de babo.
- Olvida eso.. ¿Qué tal si hoy nos vamos de acampada?
- Espera... Espera... ¡¿QUE?! - la idea de estar durmiendo en un sucio bosque no me agradaba lo más mínimo.
- Vamos Key… No me seas diva~ - Lo miré con odio por el comentario.
- Estúpido perro.. - murmuré cabreado.
- ¡Perfecto! ¡Vamos a prepararlo todo! -se levantó rápidamente y sin darme tiempo a contestar corrió a su habitación sacando su mochila preparada de antemano y dejándola en la puerta para luego ir a mi cuarto.
- Oh Jjong... ¡¡Ni se te ocurra entrar ahí!! - demasiado tarde. Empecé a oír cómo mi ropa y mis cosas tocaban el suelo con rapidez por culpa de Jonghyun.
Cuando me dispuse a entrar él salió con mi mochila y cerró la puerta tras de si impidiéndome entrar.
- Jonghyun... déjame entrar. - abrió la puerta. Sonrío divertido poniendo mi supuesta mochila en mi mano.
- Adelante jejeje - se apartó de mi camino.
Abrí la puerta y deseé no haber visto nada, cogí la ropa que llevaría puesta con cuidado de no pisar la del suelo y salí con rapidez de allí. Dormir en un cuarto tan desordenado tampoco era de mi gusto, así que al final acepté su propuesta de ir de acampada solo por no ver el desorden. Maldito perro pulgoso y desordenado... siempre se salía con la suya.
12 minutos de tratar de alegrarme y 25 de viaje mas tarde, llegamos al bosque en el que pasaríamos la noche y después de montar la tienda y de que empezara a anochecer nos sentamos frente la hoguera que hizo Jonghyun, asando unas nubes pinchadas en palos.
- ¡Key!
- ¿Qué? -le contesté sin ganas.
- ¿Contamos historias?
-¡No! - le corté sobresaltándolo. - Sabes que odio tus historias de miedo sobre muertos vivientes...
- Jajajaja ¿Te dan miedo los muertos? - se acercó peligrosamente a mi rostro, el suyo se alumbraba con las agitadas llamas de la hoguera, mientras expresaba una sonrisa curiosa y sus ojos brillantes se fijaban en mis labios de vez en cuando. Eché mi cabeza hacia atrás por la cercanía.
- Sí… - dije inseguro.
- Pues no deberían. - se apartó de mi, mirando el fuego serio y tomando entre sus manos una taza, llenándola de chocolate caliente que había traído en un termo, para degustarlo poco a poco sin apartar su mirada de las llamas.
Le miré desconcertado. Él se limitó a reírse agachando la cabeza.
- ¿Qué tiene tanta gracia? - le pregunté mosqueado. No me contesto, se levantó de su sitio tirando el poco chocolate que quedaba en su taza al fuego, el cual aumento de altura por unos momentos y luego dejó caer su taza al suelo.
Miraba al cielo nocturno, exactamente donde se distinguían pequeños rayos de la luz del sol reflejada en la luna intentando traspasar la nube negra que la ocultaba con descaro. Cuando la nube dejó libres pequeños pero intensos rayos de luz lunar, Jonghyun se dio la vuelta pasando por delante de los rayos. Sus ojos se volvieron amarillos brillantes en la oscuridad acechándome hasta llegar a lo mas profundo de mi alma. Me mostró una sonrisa burlona y aterradora desesperada en hambre que sus colmillos deseaban saciar, podía oír los latidos rápidos que mi corazón emitía a causa de la adrenalina, bombeando sangre asustada por los vasos sanguíneos, ya que en ese momento su sentido del oído estaría mas desarrollado (con unas orejas puntiagudas y peludas en la parte superior de su cabeza) su estatura había aumentado, ahora era mas alto que yo y una gran cola a juego con su aun cabello humano se movía de un lado a otro detrás suyo, siendo la continuación de su columna vertebral ahora más erguida que antes...
- ¿¿Jong...Jonghyun?? - pregunté con los ojos abiertos de par en par, no recibí más respuesta de él que una terrorífica sonrisa, enseñando sus brillantes colmillos y un gruñido animal que retumbó por todo el bosque haciendo volar a gran cantidad de aves que fueron interrumpidas en sus horas de descanso.
No grite...
No podía, simplemente no podía.
Me miró con esa carita de perrito confuso que a veces le salía (y que en ese instante era real).
Se puso a cuatro patas desprendiéndose de lo poco que le quedaba de humano. Acercó su hocico en mi brazo haciéndome cosquillas con su nariz y se auto-acarició pasando su cabeza por debajo de mi mano y cerrando sus ojitos canidos color amarillo.
Era agradable el tacto en su pelaje marrón oscuro, y aunque a él le resultara más placentero que a mi, me abracé a su cuerpo escuchando su profunda respiración y su pulso que cada ve se relajaba más. Al contrario del mío. Estaba aterrado. Y lo único que se me ocurría era tratarlo como a un perrito temiendo que se enfadara y acabara conmigo.
- Grrr... - note que su cuerpo vibró con su gruñido. - Kibum...
Abrí los ojos asustado. ¿Me había hablado? Esa bestia que ni si quiera aparentaba tener sentimientos, acababa de decir mi nombre.
- ¿Qu.. qué? - tartamudeé apoyando mi rostro en su pelaje canela con la mirada perdida. Giró su cabeza, apoyándola en mi costado para luego forzarme a tumbarme en el suelo boca arriba obligándome a quedar debajo suyo, provocándole una sonrisa bastante horrible, mostrándome de nuevo esos afilados dientes.
- ¿Sigues teniendo miedo a los muertos…? - me rujió. Abrí mi boca para contestarle pero ese animal que tenía encima mío perdió fuerza, tamaño y... pelo, miré al cielo en busca de la luna y efectivamente las nubes la habían vuelto a ocultar. Dejándome debajo de aquel chico de cabello marrón, de voz angelical y con pocos restos de su camiseta que le ayude a comprarse el día en el que grabamos Dream Girl, ocultando su torso.
Jadeó mirándome cansado y sonrió, sonrisa que me asustó a pesar de que volvía a parecer humano.
- Vamos a la tienda... - lo entendí como una propuesta. Gran error.
- ¿Como? Jonghyun.. No…-más tarde comprendería que a un hombre lobo negarle algo después de su transformación era como incitarle más.
- Grrr... -su sonrisa desapareció y otra vez estaba su cara de hambre que me comía con la mirada. - ¡¡Vamos ahora!! -Gritó, aunque a mi me pareció otro rugido animal. - Auuuuuuuuuuuh!!! - echó su cabeza hacia atrás aullando al cielo y me cogió rápidamente en brazos y eso que era más bajito que yo. Me medio lanzó al interior de la tienda de campaña. Entrando él también, cerrando la cremallera que tenia como puerta con demasiada rapidez, creo que llegó a arrancar el agarre de la cremallera.
Me paré en la pared de tela de la tienda observando a mi compañero en el grupo que ahora parecía más una bestia.
- ¡¡Jonghyun!! ¡¡Déjame salir!! - le grité inútilmente, sacó sus garras rápido, rasgó mi camiseta y despedazo mis pantalones a zarpazos. Él miedo volvía a invadir mi cuerpo medio desnudo ante aquel animal. Se lanzó encima mío sujetándome con sus fuertes garras clavadas en mi pecho contra el suelo, empezaba a notar algo húmedo fluir de allí y deslizarse por mi torso. Se deshizo de la última prenda que nos quedaba sin que yo me diera cuenta pues tenía los ojos cerrados y mi mente estaba concentrada en el dolor de mi pecho por sus afiladas garras.
Pero hubo algo que me hizo abrir los ojos de golpe y sentir la necesidad de gritar, a pesar de que tenía un gran nudo en la garganta, fue el sentir a Jonghyun penetrarme con fuerza de una sola vez.
- Mmm... - Gimió.
- ¡¡¡AAAH!!! ¡¡JONGHYUN ME HACES DAÑO!! ¡AHH! SAL!- parecía que mis gritos le habían despertado, cuando vio mi cara de dolor, note que se calmaba, me miraba preocupado con esos ojitos color miel que tenia ahora. Sin mover sus caderas acercó su cara a mi torso y lamió los caminitos de sangre que se habían hecho por culpa de sus garras clavadas en mi cuerpo.
- Lo.. lo siento... - susurró sin dirigirme la mirada.
- Te... te tee.. perdono... - tartamudeé casi a punto de llorar.
- No lo entiendes, verdad? - me dijo serio.
- ¿E... el .. que?
- Lo de la luna llena es un cuento. - lo miré asustado, salió un poco de mi y volvió a entrar bruscamente.
- ¡¡AHH!!... Basta... - pude ver el brillo de su sonrisa y sus ojos llenos de lujuria en aquella inmensa oscuridad.
- No hay marcha atrás Key... - repitió el salir y entrar en mi con fuerza.
- Ahh... Bas... Basta..
- Eres mío… - me susurró al oído haciéndome temblar, volvió a posar su lengua por los rastros de sangre hasta llegar a la herida, retiró sus punzantes garras, absorbió y lamió ese líquido carmesí que no dejaba de fluir. Sentí que me penetraba dos veces más, más fuerte y llegando mas a mi interior.
- Para.. Ahh.. por favor... - dejó de succionar mi herida del pecho para acercar su lengua ami cuello.
- Me gusta el sabor de tu sangre... - se relamió mirando mi aorta que se marcaba en mi cuello cuando lo giré para no mirarle, dejando una vista perfecta de ella. - Quiero más... - dejó de relamerse con mi cuello y volvió a concentrarse en follarme como su mente animal le exigía, colocó mis piernas en su hombros para tenerlo más fácil.
Siguió saciando otra de sus necesidades con mi cuerpo, sacando numerosos gemidos de mi boca, primero de dolor pero acabaron por ser de placer cuando llego a mi punto dulce.
Mi respiración se aceleraba al igual que mi pulso que él disfrutaba escuchando. Gruñía en mi oído de vez en cuando para luego besarme con pasión, nuestras lenguas luchaban entre si, me asuste cuando la mía rozó sus puntiagudos colmillos, pero él siguió el… ‘’ beso’’.
Por muy asustado que estuviera, disfrutaba de lo que me hacía, mi miembro empezaba a doler por falta de atención, Jonghyun se percató de aquello y bajando su mano hasta mi parte intima comenzó a masturbarme. Aquello ya era demasiado para mi, estaba a punto de venirme y por lo visto igual que él, no me dejaba hablar con sus labios sobre los míos, así que me vine en su mano, y después de un sonoro aullido de lobo por su parte, se vino dentro de mi. Salió aun con fuerzas de mi, lamió mi semen de su mano como si no hubiera comido en días y me sonrío.
Lo miré no tan asustado pero jadeante y cansado, gateó hasta colocar sus labios en mi cuello de nuevo.
- Jong.... Jonghyun...
- Me perteneces Key... grrr... solo quiero que me tengas miedo a mi... y no a esos huesos mohosos...- su calido aliento chocaba en mi cuello, deslizó sus colmillos cerca de mi nuca hasta mi garganta.
Lo último que sentí fue su mandíbula sobre mi cuello, clavando su ahora dentadura de lobo en mi garganta impidiéndome respirar y en la vena aorta que hizo que me desangrara.
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¡Ah! y si alguien al que yo le importe una mierda se a preocupado por si he muerto que se este tranquilo... si estuviera muerto no podría estar escribiendo esto, ¿verdad?
-¡Hola Kibumie! - acaba de entrar mi perro asesino a mi cuarto. - ¿Qué estas escribiendo?
- Nuestra historia, babo. - beso sus labios.
- ¿La historia del Lobo y el zorro? jajajaja - bueno, creo que ha quedado bastante claro qué soy ahora,... eso es... un hombre zorro... ¿raro? por supuesto.
Los miembros de SHINee nos comparan con animales ¿No es así? Ahora sabéis porque.
Jajajaja me encanta cuando lo hacemos, nos transformamos y que Minho, Taemin y Onew golpeen nuestra puerta por que nuestros gemidos y aullidos no les dejan dormir.
- Jajajaja eso último me ha gustado. - dice mirando la pantalla de mi ordenador portátil.
- Pervertido...
- Andaa... vamos a la camaa, Kibumie...
- Voy enseguida, Puppy. - le sonrío y me quedo observando como se empieza a quitar la ropa sensualmente arrodillado en la cama para provocarme....
aisss... resiste Key… falta escribir la historia del Toro, el gato y el conejo…
no puedo mas, fin de la historia, ¡Mí lobo me espera!
Firmado: un zorro feliz.