Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El pacto de la Almeja. por Dark_Huntress

[Reviews - 15]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

hola chicas desde hace mucho que no me pasaba a actualizar este fic, pero bueno me vi unas cosas de tritones, me lei otras y puff me dije, tengo que actualizar, me relei el manga de donde me inspire tambien y sip aqui tenemos actualizacion.

Capitulo3.

 

Ese tritón que me salvo

Aparece en mis sueños

Noche tras noche

Recibo sus besos

Ese ángel que me cedió

Sus dones preciados

Ha venido a reclamarlos

Mucho se ha asombrado

Al oír la respuesta

Yo sólo quiero estar a su lado.

 

Pov Dino.

 

Y entonces lo veo, él me recuerda al angelical ser que salvo mi vida y me doto de fuerza y habilidades, pero no, es él, no puede serlo, se trata de una chica que al parecer se casara con ese joven bien parecido, que lindos se ven. No puedo evitar pensar en mi bella fantasía. Ah mi alodola ¿Dónde estarás? Me retiro a mi recamara e intento dormir, pero no logro conciliar el sueño, así que me dirijo a un bar para beber un poco.

No soy bebedor asiduo, pero esta noche  necesito un poco de vino. Al llegar pido una copa de un tinto italiano que servido en esa copa gótica semeja la sangre, manjar de los vampiros. Pero esta vez no es esa la criatura que busco fascinado, si no una sirena, un tritón que me hechizo con su canto y su belleza.

Cierro los ojos recordándole y bebo un par de sorbos saboreando el etílico elixir cuando mis sentidos perciben una presencia y un dulce aroma a mar profundo invade mis fosas nasales, abro los ojos revelando ante mi la imagen de un chico con Yukata él es… ¡Acaso es la novia! Realmente es mi sirena, mi sirena que ahora tristemente es de otro.

—Hola— Digo tímidamente.

Él me mira y luego sonríe.

—Te encontre.

— ¿Me buscabas?

— Sí, pero hubieras aparecido horas antes de que…

Él me enseña su anillo de bodas.

— ¿Tu eras la novia?

Él asiente luego me mira furioso y reclama.

—Me viste y no evitaste la boda.

—No sabía que querías, No sabía que eras tú.

— ¿Sabes quien soy? ¿Qué soy?

—Creo que eres mi fantasía o alucinación, mi sueño, mi musa, mi poema, mi nube, mi alondra, mi sirena.

—Tritón no sirena, seré doncel pero niña no.

Me sorprende que él lo admita tan abiertamente.

— ¿Qué es doncel? —Él enrojece y desvía la mirada, se ve adorable.

—No es de tu incumbencia.

—Ya, mira sé que esto tampoco lo es pero ¿porque no estas con tu esposo en la noche de bodas?

—Tsk, golpee a ese herbívoro cuando quiso tocarme y lo saque de mi cuarto, Luego me escabullí por una ventana y estoy aquí. No quiero noche de bodas.

—Humm, se ve que no con él, pero que tal conmigo.

 

 

 

 

Pov Hibari.

 

Entonces lo miro asombrado, pero le sonrió lujurioso antes de decirle.

—Podría ser si logras seducirme.

Él me mira un poco sorprendido, pero después me regala una sonrisa seductora y se acerca a mí, susurra en mi oído “dalo por hecho” y sé que me he sonrojado. Él tiene ese efecto en mí,  yo creo que realmente deseo estar a su lado, pero no pienso mostrarme tan urgido.

—Entonces vienes a que te una muy buena noche de bodas.

Sonrió ladino ante su comentario, acaso él realmente cree que soy fácil o es que reconoce esa atracción magnética que se da entre los dos, ese deseo que mis pupilas tratan de ocultar, bueno una cosa es que en efecto le desee y otra muy distinta lo sería el que en efecto me fuese a la cama con él tan fácilmente.

—Wao eres un herbívoro pervertido.

—No realmente, pero tú eres demasiado bello, y con riesgo a que me des un bofetón te confieso que has sido el dueño de mis sueños eróticos desde hace mucho.

—interesante y… ¿Cómo lo hacías con un tritón? Porque sabias lo que era y no que podría tener piernas y lo otro.

El rubio se sonrojo.

—Vamos dime ¿en qué clase de parafilia pensabas?

—Nada de eso, bueno yo soñaba que te besaba y frotaba tu cola con una toalla hasta que tus piernas surgían y todo lo demás…Y entonces yo… Bueno, ya sabes  te tomaba y tú lo disfrutabas tanto como yo.

—Oh, sí que tienes mucha confianza.

—Tú salvaste mi vida, sé que fue por algo.

—Tal vez sólo quise ser altruista.

—Sé que me diste poder.

—Sí, humm, hablando de eso, tal vez necesite que me lo devuelvas, tú… ¿lo harías?

—Claro, es tuyo, sé que me lo diste por algo, pero si ya quieres recuperarlo sólo dime que tengo que hacer.

Le miro asombrado, él ha dicho sí y así tan fácil, pensé que me diría que no o pondría algún pretexto, sé que los humanos siempre buscan el poder y los dones que le di no son nada rechazables así que por que…

— ¿Lo dices en serio? ¿Realmente me lo devolverías? ¿Acaso no te gustan tus habilidades?

—Sí mío caro, si lo deseas te lo devolveré, por supuesto que me encantan los dones que me otorgaste y como no, pero son tuyos, si los necesitas de vuelta con gusto te los daré.

—Sabía que eras especial.

Me acerco a él y beso su mejilla.

De inmediato me giro y sigo tomando de mi copa. Entonces él solo se acerca más y siento su aliento rozar mi cuello.

— ¿puedo preguntar por qué te has casado con un hombre que no deseas?

—Un estúpido pacto, pero no quiero estar con él.

Comento bajito, pero no lo suficiente, pues no sólo él me ha oído, si no otros dos que recién han entrado al bar.

 

Fin del pov.

 

—Una pena joven Vongola, pero su esposo si quiere estar con usted.

—Por eso lo llevaremos con el décimo.

—Tch, no me llames Vongola, soy Hibari, y no pienso ir, acaso van a obligarme, quiero verlos intentarlo, no  iré tras ustedes.

—Si no nos acompañas de buena gana te llevaremos por la fuerza.

Dijo un peliblanco acercándose de forma amenazadora.

—Oya, oya, el Vongola se eligió un chico rebelde, me gusta, tiene estilo.

—Mukuro deja de morbosear al esposo del décimo y ayúdame a llevarlo con su marido.

—kufufufu Gokudera no exageres, sé que no puedo tocar pero que me impide mirar.

El moreno les escuchaba con el ceño fruncido, dejo su copa y se bajó de la silla donde estaba, de inmediato puso una postura de combate y saco sus armas. Un brillante y duro par de tonfas.

—Ya cállense herbívoros, los morderé hasta la muerte a ambos.

En eso el rubio se colocó en medio de los tres chicos impidiendo la pelea.

—Jóvenes por favor cálmense.

—No te metas rubio.

—No me digas que también te gusta el bomboncito, no te culpo es apetecible pero ya tiene dueño.

—Él es una persona no una cosa, así que no es pertenencia de nadie, les sugiero que se vayan por donde vinieron si no quieren tener problemas.

—Ja, ¿acaso te crees tan fuerte como para derrotarnos a los dos?

—No se olviden de mí, yo me puedo defender solo y soy capaz de derrotarles a ambos.

Dino intercepto de nuevo a los chicos que eintentaron golpearse.

—Aquí no habrá ninguna pelea, si lo intentan van a pasar el resto del viaje detenidos.

— ¿Y quién eres tú para decidir eso?

—El capitán de este barco, el cual está a mi mando y tengo plena jurisdicción de lo que pase en él, o se calman o los envió al camarote celda.

Ante esas palabras ambos jóvenes apretaron los puños enojados y se quedaron quietos un momento considerando sus opciones. Dino volvió a hablar para terminar de convencerlos.

—Soy lo suficiente fuerte para llevarlos a todos a confinamiento, pero por si acaso necesitara ayuda, hay todo un grupo de marinos y grumetes a mis órdenes. Les sugiero sigan con su viaje de forma pacífica y no se metan en los problemas de pareja, este joven volverá  a su camarote cuando lo decida y si así lo quiere por su propio pie, de lo contrario yo mismo le asignare uno nuevo donde pueda estar tranquilo hasta el término del viaje.

Los subordinados del capo Vongola le mirtaron con odio y se retiraron.

—Al décimo no le gustara esto, pero respetara la ley del navío, aunque si yo fuese usted me cuidaría cuando estuviese en tierra.

—No tengo miedo de Tsunayoshi Vongola por muy capo que sea.

Respondió el rubio sorprendiendo a los jóvenes.

—Entonces ha de ser muy idiota, usted no tiene idea de lo que es la mafia.

—Oh, por el contrario la conozco demasiado bien por desgracia.

Una vez los jóvenes se hubieron ido Kyoya comento.

—No necesitaba tu ayuda, pude defenderme solo.

—Lo sé mi sire…Tritón.

Se corrigió al ver la mirada amenazante del joven.

—Entonces…

—Sólo quise hacerlo, no me gustaría ver a nadie golpearte ni tan siquiera intentarlo, además yo tengo tus habilidades así que temí que…Bueno que te hicieran falta.

—Es porque tienes mis dones que te sentías tan seguro de poderlos derrotar a ambos.

—En parte, pero también soy fuerte por cuenta propia, creme llevo a cuestas un entrenamiento infernal, así que creo que aun sin tus poderes habría podido arreglármelas con ellos.

—No pienso volver al camarote del Vongola, era en serio de que puedes conseguirme un lugar.

—Sí, debe haber uno o dos camarotes desocupados, o también podrías pasar la noche conmigo.

Comento seductor el italiano.

—Ya te estabas tardando, está bien iré a tu camarote.

Dijo el pelinegro tomando una botella de vino más del bar antes de salir de este seguido del rubio.

 

Notas finales:

Espero les haya gustado y que creen en el proximo habra lemon n.n.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).