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Boliche por pri_sasukelove20

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Notas del capitulo:

 

Hola queridos lectores. La idea surgió esta mañana, ayer fui  a un lugar de estos y escribí todo el comienzo como lo he vivido yo, ja, ja, a excepción del lemon XD la pasé bien, en fin espero les guste. Recién termino de escribirlo.

(Personajes de Masashi)

 

Boliche

Era un ambiente bastante oscuro y excitante. La gente danzando a su propio ritmo en compañía de amigos o solos en busca de una liberación que sus cuerpos ansiaban luego de un día tan pesado. La vida en sí, era muy complicada. Necesitaban relajarse y soltar aquello que más anhelaban hacer en una noche descontrolada. Nada mejor que un boliche, lleno de personas de su misma edad, fumando, bebiendo, besándose con completos desconocidos sin pudor alguno. Para él, eso era vida. Eso significaba estar vivo.

No era la primera vez que asistía a uno de esos lugares prohibidos según sus padres. Dada su molesta opinión, el no dejarle ir ya con dieciocho años recién cumplidos, debía mentir y que su hermano mayor le cubriera la espalda en su ausencia. Daba gracias a Dios por semejante hermano, le amaba por eso. Y en entonces que, al estar en puerta con otras cientos de personas en la fila, esperó impaciente poder ingresar al recinto más popular y recién inaugurado de su ciudad. Claro sin olvidar traer con él algo muy importante, su documento de identidad, debido a su cara de niño, lastimosamente sabían confundirlo con un menor de edad. Aunque parecía ser que tenía sus ventajas, se imaginaba tener treinta y parecer de veinte años, eso sería alucinante.

Faltaba poco para entrar, la fila disminuía delante de él pero aumentaba a sus espaldas. Cada vez más cerca de la entrada y dos personas mayores decidían si dejaban a entrar a alguien o no. Podía escuchar con claridad el sonoro volumen de la música. Amaba la música en los bailes, amaba que le pegaran al cuerpo tan descaradamente y siempre había uno o más aprovechándose de la multitud a su alrededor para tocar algo de su cuerpo. Su trasero. Siempre le habían manoseado su trasero, no sabía que podía tener de interesante eso, pero bueno en gustos no había nada escrito.

Algo interesante que debía destacarse sobre él. No bailaba con mujeres, odiaba que le pegasen como lapas a él o le persiguieran por el escenario sin darle paz. Lo esperaban hasta fuera del baño, y es que, reconocía que era todo un adonis, pero este romeo tenía una falla en particular. A él, Sasuke Uchiha le iban los hombres. Lástima por ellas de ilusionarse con alguien que jamás vería más allá de sus molestas miradas.

—Documento-pidió el adulto impidiendo entrar.

—Sí, tome-se la entregó en la mano. El mayor leyó en silencio su contenido y le miró fugazmente.

—Muy bien, pasa-le cedió lugar por la puerta entregándole su DNI y con una media sonrisa ingresó al mundo que tanto le gustaba y le hacía olvidar por momentos el trabajo pesado que ejercía en la empresa de su padre.

Impactante. Apenas había espacio para poder caminar, entrometiéndose entre parejas o amigos conversándose al oído por el alto volumen de los parlantes distribuidos en diferentes sectores del lugar. A un lado en el suelo, otros ubicados sobre soporte en las paredes, retumbando y usados como asiento. Vio unas escaleras que conducían a la segunda pista, subió y admiró de los escalones toda la multitud enloquecida abajo. Saltando, aplaudiendo, levantando sus manos en lo alto, eran uno con la música. Música electrónica. Remizada. Llegó e inspeccionó la segunda pista, un poco más pequeña que la de abajo y más espacio. Más que todo, era usado para conversar o besarse. Aunque también poseía una barra para beber. Tenía de todo lo que imaginara. No era de emborracharse, tenía un excelente control ante el alcohol.

Pero por ahora no tenía intención de tomar, buscaba una pareja. Alguien que se adaptara a sus perfectos gustos. Era exigente en cuanto apariencia. No podía ser cualquiera. La mejor manera de encontrarlo era internándose en la pista de abajo y dejarse mover por el ritmo, sus movimientos sensuales hacía caer a cualquiera. Hombre, mujer, pero hombres era lo que buscaba. Un sexy muchacho de su edad. Bajó a la pista de abajo y se acomodó en el centro. Comenzó a moverse, a contornear sus caderas, levantar sus brazos en lo alto y mezclarse con la multitud disparatada. Y no tardó en sentir como se le apoyaban en la espalda imitando un movimiento de penetración, un trasero pegado al suyo de adelante hacia atrás. Volteó a ver a su compañero, pero fue una gran decepción. No era atractivo en lo más mínimo, y estaba borracho, su mirada perdida se lo indicaba. Se apartó sin esfuerzo alguno y siguió esperando por ese ser que le volvería loco en una sola noche.

Pasado media hora y sin suerte, estaba decidido a bailar solo y ya mostraba cara de malhumor. La iluminación le enceguecía por segundos, era maravillosa la mezcla de colores pero también irritaba bastante la vista. Con la idea de finalmente tomar algo fue empujando al resto para salir y llegar a la barra, lo que parecía imposible cabe destacar. Se había llenado más de lo que imaginaba. Entonces, entre tropiezos y pisotones por parte de los demás, le pecharon contra la espalda de otro muchacho. Debido a que iba a caer inevitablemente, se aferró al cuello del desconocido por instinto.

—¿Eh…? ¿Qué rayos…?-escuchó su voz repentina.-¿Estás bien? Oye…-sintió que se desasía de su agarre y le tomaba de ambas manos, fue que, en ese momento, cuando levantó su mirada y vio entre flashes sus increíbles y hermosos ojos azules, supo que, lo había encontrado.

—Eres muy guapo-soltó sin pensar.

—Ah, gracias-se sonrojó, le soltó las manos y se le quedó mirando igual que el otro azabache-¿Vienes a menudo aquí?-habló a su oído.

Sentir ese cálido aliento en su piel fue casi un orgasmo para Sasuke. Así que, como era típico de él, iba a tomar todo aquello que deseaba en ese instante. En este caso, sus suculentos labios, sin saber su nombre ni su procedencia, se abalanzó a su boca y no le dio tiempo a nada. Le tomó de la nuca, y sin importarle el resto, cerró sus ojos fundiéndose en un candente beso donde su lengua entró traviesa en la cavidad del otro chico. Estupefacto al inicio, excitado al final por su atrevimiento, el blondo le correspondió cerrando sus ojos y apretándole la ancha espalda en un fuerte abrazo de oso. Sacó su lengua para poder degustar la ajena y sin penas de por medio, ponerse caliente con solo sentir la saliva de ese extraño muchacho en su propia boca.

Y nadie le importaba lo que ellos hacían. Uno venía ahí a divertirse y pasarla bien en compañía o solo. Con las luces apagándose y recorriendo pocos sitios, y la cantidad de personas distraídas en su propio mundo con o sin alcohol en sus venas, nadie estaba interesado en ver una pareja de hombres besándose con ahínco. Eso es lo que Sasuke amaba de los boliches nocturnos.

Una última lamida en sus labios, se separó agitado del blondo, sus ojos desbordaban un intenso brillo rojizo. Pasó su lengua por sus labios húmedos degustando lo último del rubio impregnado en su piel. Todavía pegados, abrazados uno al otro, se miraron por varios segundos más, el pelinegro supo lo que acontecería luego y sonrió de medio lado. Se estremeció con aquella repentina caricia de su chico desconocido, se le acercó hundiendo su nariz, su boca en su cuello, sintió como aspiraba su aroma de ese caro perfume masculino que usaba para salir. Luego sus labios chupando una pequeña porción de piel para hacerle un chupón que le quedaría hasta el amanecer, la simple idea le hacía ponerse duro. No estaba nada mal para una noche de sexo, le apretó la cabeza, hundió su mano en esos sedosos cabellos dorados y dejó que hiciese lo que le diera en gana.

Sentía que era su víctima y él su sexy vampiro, que tonterías, eso que no había bebido nada de alcohol aún. Pero claro, su orgullo estaba en juego en todo caso, y el no sería el pasivo. De ninguna manera lo permitiría, pero esperaba una acción clara del rubio para tomarlo y hacerlo suyo definitivamente. Solo una pista que le diera a entender que le deseaba tanto o más que él. Y fue cuando esa boca dejó de marcarlo y susurrar una vez más a su oído.

—Tu nombre, quiero tu nombre-jadeó.

—Sasuke, Sasuke Uchiha.

—Sasuke-susurró-Soy Naruto, dime Naruto.

—Naruto…-susurró viéndole al rostro entre aquellos brillantes destellos de luz-¿Podríamos…?

—SÍ-respondió de inmediato cortándole la frase-Quiero hacerlo contigo.

Eso fue un rotundo sí. Una clara señal, era lo que tanto estaba esperando, el rubio era una maravilla. Con prisa, tomó su muñeca y fueron alejándose del resto a empujones y sin soltarse del otro. Fácilmente uno podía perderse en ese mar de gente y tardar en volver a reencontrarse. Sasuke vislumbró a lo lejos varias parejas besándose con pasión, imaginó ser él y el rubio y sintió una punzada en su parte baja. Debía apresurarse. Los baños eran su único refugio, entró con el oji-azul, analizaron con la mirada las cabinas. Vieron a dos chicos abandonar el lugar, de inmediato cerró con pestillo la puerta. Y rogó porque nadie los interrumpiera por un buen rato, tan solo una hora al menos, para poder satisfacer sus necesidades con el rubio de infarto.

—¿Y si quieren entrar?-preguntó de la nada.

—Tendrán que aguantarse-jadeó abalanzándose a la boca de Naruto. Una vez más probar sus labios rosas y suaves, y ese sabor mentolado le hizo perder la poca cordura que le restaba.

El otro chico no se quedó atrás, se pegó contra la pared por la fuerza de Sasuke en él, abrazándole, recorriendo con sus manos cada parte de su cuerpo. A pesar del frio en el exterior, no iban para nada abrigados, el moreno vestía un pantalón ligero negro, zapatillas deportivas, una musculosa también negra con una calavera que le hacía ver sus fuertes brazos. Como accesorios, una cadena con una cruz de plata, y unas pulseras de cordón negro que no lo hacían lucir para nada afeminado. Su compañero rubio vestía una playera naranja ceñida al cuerpo al igual que su pantalón blanco y zapatillas negras. Llevaba como accesorio un cinturón suelto de cuero marrón oscuro con tachas, una fina cadena de plata con la inicial de su nombre.

Sasuke no tardó en quitarle la playera y dejarla tirada en el suelo,  Naruto repitió lo mismo quedando con la parte de arriba descubierta. El moreno procedió a besar su pecho y llevarse uno de sus pezones a la boca, chupándolo con gula. Podía escucharse de fondo la música, las risas y murmullos, con todo ese escándalo era imposible escuchar sus gemidos. Podían gritar cuanto quisiesen. De manera que cuando Sasuke poseyó al rubio contra la pared, nadie escuchó sus gritos de placer. Entró en él con tanta violencia y salía como estaba acostumbrado a hacer, Naruto en ningún momento se quejó o le reclamó, no, amaba el sexo duro que le estaba dando el azabache.

Los brazos le temblaban al igual que las piernas, no sabía con certeza cuanto podría estar de pie tocando los azulejos del baño. Sentía que pronto perdería las fuerzas y caería rendido al suelo. Gemía el nombre de Sasuke continuamente con cada estocada en su interior, con esa mano masturbando expertamente su miembro hinchado y chocando con el frio de la pared. Era una mezcla deslumbrante. Pero lo que más le ponía a Naruto, eran los gemidos de Sasuke contra su oído, su aliento cálido chocar contra su cuello.

—Ah, ah, ah, ah, ah, voy a…-intentó advertir a su compañero.

—Sasuke… por favor, vente dentro de mí.

—Bi-bien…-dejó de masturbarle y le tomó de las caderas, su pene salió una vez más y se hundió en la entrada rosada del blondo con más profundidad. Embistió, y siguió embistiendo, la mente se le puso en blanco en instantes, y un chorro caliente salió y llenó las entrañas del otro chico.

—¡Aaaah, Sasuke!

Soltó un último gemido de sus labios manchando los azulejos con su propio semen. Comenzó a dejarse derrumbar al piso frio y sucio, pero el moreno le retuvo contra su cuerpo. Lo volteó y le abrazó a su pecho. Y ambos, pudieron escuchar el latido acelerado de sus corazones y sus respiraciones intentando relajarse.

—Fue fabuloso-habló tras unos minutos, aún de pie contra la pared.

—Sí-sonrió sonrojado.

Sasuke se le quedó mirando fijamente y el otro pareció ponerse bastante nervioso por su intensa mirada. Sonrió y juntó sus labios en un suave beso con Naruto, este correspondió gustoso, pero ese intercambio de saliva se volvió más placentero que la primera vez. Y ambos lo notaron, Naruto le abrazó la espalda desnuda y él sonrió sabiendo lo que ocurriría nuevamente. Tocó esos glúteos que le ponían su miembro en lo alto otra vez, con ayuda del blondo, Sasuke se internó en su interior para una segunda ronda.

—¡Ah!

Y escuchar esa hermosa voz no tenía precio en absoluto. Naruto había sido y era hasta ahora, su mejor amante, su compañero de noche, su rubio le daba más placer que ningún otro, y eso que solo había sido una sola sesión de sexo salvaje.

—Naruto…-jadeó-Demuéstrame lo que puedes hacer sentirme… ah, ah, ah-aumentó las estocadas.

Las piernas del de ojos azules rodearon su cadera, era como un koala aferrado a su madre, pero no entraba al caso. De esa manera, la penetración se hacía más placentera y accesible, Sasuke gritó y él también lo hizo. Volvieron a correrse, y sin importar los gritos de afuera que muchos morían por orinar, repitieron una y otra vez hasta saciarse de ellos. Ambos lo sabían, no podrían olvidar esa noche nunca en sus vidas.

Y no querían hacerlo.

...

Al día siguiente todo volvió a la normalidad. A su monotonía. Entró a su universidad, se sentó en su lugar y siendo acosado por las miradas de las mujeres como era de esperarse. Pensó en lo de anoche, en ese maravilloso sitio donde hizo el amor con ese chico del que solo sabía el nombre. Le hizo el amor tantas veces y aun podía sentirlo tocar su piel, mierda, se estaba excitando. Debía dejar de pensar en él, su orgullo no le permitió pedir su número telefónico y Naruto tampoco dijo algo que digamos. No dio pie a nada. No quería involucrarse demasiado, pero lamentablemente no podía dejar de pensar en él.

—Maldita sea.-gruñó molesto.

—Atención muchachos, debo anunciarles algo-habló el profesor entrando al aula.

Miró la ventana como si fuera lo más divertido de todo ese aburrido lugar, sin embargo algo le impidió seguir haciéndolo. Un milagro.

—Tenemos un nuevo estudiante, espero sean buenos con él.

—Naruto Namikaze, un gusto conocerlos-se inclinó respetuosamente.

—Qué guapo es.

—¿Tendrá novia?

—Espero que siga soltero, tiene que ser mío.

—Na-Naruto.

Cuando le miró, cuando finalmente encaró de frente al nuevo estudiante quedó por segundos estupefacto. Las voces de todos sus compañeros eran silencio a sus oídos, y solo él, solo el blondo fue su única visión en ese momento. Y no pudo evitar poner una tonta sonrisa en sus labios, porque para ser franco, estaba realmente feliz de verlo una vez más. Y un milagro que fuese a su escuela y en su mismo salón.

—Siéntate con Uchiha, el chico de allí-señaló el mayor al fondo.

—Sí.-comenzó a caminar a su lugar con su mochila.

Una mirada cómplice por parte de ambos sacó una media sonrisa a los dos. Algo que ignoraba el resto, es que, Sasuke se había enamorado y no tenía idea. Y Naruto, Naruto le conquistaría con todas sus fuerzas.

No por nada se la pasó preguntando a medio boliche sobre su paradero. No por nada, abandonó su otra escuela y se metió a una privada que tendría que pagar por mes. No dejaría que nadie le quitara lo que le pertenecía desde anoche.

—Naruto.

—Sasuke, un placer.

—El placer es mío-sonrió sentándose a su lado, y mientras el profesor empezaba su adorada clase, el dúo por debajo del banco se tomó las manos apretándose. Dando paso así a una hermosa relación.

 

Notas finales:

 

¿Les gustó?

Me dejan comentarios, onegai TT-TT

Como notaran estoy haciendo más escrito que dialogo, espero les haya gustado.


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