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Coffe Shop por ritsuka10

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Sus cuerpos seguían bajo ese hechizo provocado por la música, cenaron deliciosamente platicando de cualquier banalidad, de cosas triviales, sus miradas estaban fusionadas, no perdían de vista cada gesto de su contrario, inmersos en su burbuja que olía a flores, era interesante ver como dos personas tan diferentes podían complementarse de esa manera, sus manos entrelazadas, sus labios pegados, sonrisas tontas saliendo sin pedir permiso solo sumergiéndolos en la magia de amor, la música se terminó ambos jóvenes salieron del lugar, el rubio se portó como un caballero todo el momento, JongUp solo hacía gestos inocentes ante sus actos, sus labios se encontraron en aquel lujoso ascensor.


—¿A dónde vamos? —Cuestionaba el peliazul quien era arrinconado en una esquina. —No quiero pasar la vergüenza del Hotel una vez más.


—Vamos Sr Kim adoraste ese lugar. —Le decía el mayor con burla comenzando a desabotonar esa camisa. —No cariño iremos a un lugar donde no nos molesten.


El ascensor se abrió caminaron por el pasillo llegando a una puerta antes de abrirla el rubio se colocó a la espalda del más joven para tapar sus ojos.


—Hoy comienza una nueva vida para nosotros. —Hablaba pegado a su oído. —Quiero estar a tu lado el resto de mi vida, no hay más dudas en mi corazón.


El peliazul se sintió morir por esas palabras colándose a sus huesos, escucho como la puerta se abría su pareja lo guio para después dejarlo ver el interior del departamento había un sillón en el centro, lo leds color turquesa iluminaban el interior había un arreglo de flores blancas iluminadas con lámparas azules, dando la impresión de estar bajo el mar, el mayor lo giro para que sus miradas se fusionaran, entrelazo sus manos.


—Tu primera vez fue desastrosa. —Le comentaba con sus frentes pegadas. —Trato de recompensarte, que este sea el inicio de todo.


—Te equivocas mi primera vez fue perfecta. —Le decía besando la punta de su nariz. —Porque fue contigo.


El rubio lo cargo llevándolo al sillón donde termino de desabotonarle la camisa, admiro ese magnífico cuerpo moldeado a mano, sus fuertes brazos, le quito la camisa dejándolo desnudo del dorso automáticamente él también se quitó el abrigo, la camisa, no tenía un cuerpo tan marcado y su blanca piel contrastaba con la del menor.


—Adoro el color de tu piel, es como la nieve en diciembre llenando todo de paz. —Comentaba el menor acariciando ese cuello frente a él. —Eres perfecto aun no puedo creer que te fijaras en alguien como yo.  


—Shh, eres hermoso, mira esa cadera, esas piernas. —Le decía pícaramente quitándole el pantalón. —Pero debo admitir que me vuelve loco tu sonrisa, esa es la razón por la que te amo, nunca dejes de sonreír.


El peliazul estaba desnudo delante de su hyung, no tenía pudor, le excitaba la manera que lo veía, como lo devoraba al recorrerlo de pies a cabeza para él tener sexo con el mayor no era cosa del otro mundo, lo disfrutaba, se había vuelto adicto a que lo poseyera, ahí el pervertido era él, solo él, de un movimiento quedo arriba del rubio con sus piernas aprisiono sus caderas, el solo contacto de ese pantalón con su piel desnuda lo llevaba al borde de la locura, una mano recorriendo su bien formado cuerpo lo elevaban por los cielos, esa era su droga, ese vertiginoso aire que lo envolvía.


—¿No lo soportas verdad? —Le decía el mayor mordiéndole el labio al peliazul. —Pídemelo como un buen niño.


—Quiero que este dentro de mí. —Gritaba groseramente a lo que el mayor negó moviendo su dedo.


—Dije como un buen niño, debes aprender a respetar a tus mayores.


De un giro nuevamente el peliazul quedo apresado entre el sillón y el rubio quien con la punta de su lengua fue delineando cada musculo de su cuerpo, succiono con devoción esos dos botones rosas que sobresalían en el pecho, lo acaricio a tal grado que su pantalón se volvió incomodo así que se lo quito, las luces azules hacían contraste con ese cabello, con esos ojos cerrados, los gemidos fueron más sonoros, el contacto de sus pieles desnudas aumentaban el calor, se besaron hasta quedarse sin aliento.


—Por favor hyung hazme el amor. —Grito desesperado el menor mientras una oleada de placer recorría su cuerpo. —Acepto que soy el Sr Kim.


—Te dije que tú eras mi esposa. —Comentaba el rubio limpiándose algo blanco de sus labios. —Ahora es momento de recompensarte por ser tan buen chico.


JongUp se aferró a esa blanca espalda llenándola de rasguños esa era su forma de vengarse por el dolor de placer que sentía en su cuerpo,  nuevamente sus cuerpos se fusionaban, pero siempre era como la primera vez, deliciosamente perfecta, se mordieron, se besaron, se entregaron al placer, a la locura. El aire se volvía más frio el castaño se acercó a la chimenea que estaba en la sala y la encendió el pelinegro fue por unas mantas a una de las habitaciones junto con algunos cojines los acomodo al frente de la chimenea que comenzaba a calentar el lugar de pronto sintió como unas manos se colocaban en su cadera se giró para encontrarse con los bellos ojos de su amante, acaricio los mechones blancos que ahora tenía.


—Me gustan, te hacen ver más salvaje. —Decía el pelinegro logrando que su amante se sonrojara. —Eres extremadamente sexi, tus labios, tus ojos, tu voz, eres el combo.


—Claro, eres todo un suertudo. —Trataba de evadir esos ojos ya que lo hacían sentir nervioso. —Aunque debo admitir que tú eres muy bello, tu rostro es perfecto, la mejor combinación.


Sus labios se unieron en un beso, inocente, sin pretensiones, el mayor estaba decidido a cumplir su promesa, no lo tocaría hasta que su amante se lo pidiera, lo tomo del dorso para levantarlo y lanzarlo entre los cojines ahí se puso encima de él, acaricio su cachetes, sus labios con la punta de su dedo, delineando cada rasgo, cada gesto, adoraba la manera que inflaba los cachetes, cuando pestañeaba por sus lentes de contacto, su risa tonta, ese aire de inocencia que lo rodeaba, coloco su cabeza en ese pecho, lo necesitaba, quería que lo mimará.


—Debo contarte un secreto sobre mi pasado. —Dijo mordiéndose la lengua, tenía miedo al rechazo. —No soy pobre, la verdad vengo de una familia adinerada solo que pelee con mi padre y decidí rebelarme aunque la verdad solo me fui lejos de él ya que sigo dependiendo de su dinero.


—Lo sospechaba. —Soltó de golpe el pelinegro provocando que el mayor se levantará para verlo a los ojos. —Solo mírate, el lugar donde vives, el auto, tu ropa, los chicos de Infinite, eso era más que obvio.


DaeHyun no soporto tanta ternura así que lo beso, deseaba abrir su corazón a ese pequeño, que supiera sus miedos, sus temores, que limpiara sus heridas con sus labios, se sentó abrazándose a sus piernas dándole la espalda a su pareja, no quería ver su rostro cuando le contara lo que a nadie le había platicado.


—Mi padre es una persona poderosa siempre estuve rodeado de mucha gente que mentía diciendo que me amaba, que me quería por quien era, pero todo era mentira. —Decía escondiendo su rostro. —En la escuela llegaba escuchar comentarios de los que se decían mis amigos, ellos me odiaban, envidiaban mi posición, decían que era un idiota, un tarado que me dejaba dominar por ellos…


El silencio se apodero de la habitación solo el aire golpeando las ventanas se escuchaba al fondo, Jae jalo a su compañero para que recostara su cabeza en sus piernas, miro como el joven se tapaba con sus manos impidiéndole ver su rostro, acaricio su cabello invitándolo a seguir.


—Enfurecía ante sus palabras fue entonces que capte que la gente que me rodeaba lo hacía por temor o por ambición, desde entonces decidí nunca confiar en la gente, tenía montones de amigos pero solo los usaba y desechaba a mi antojo, prefería lastimarlos antes de que me hirieran. —Su voz se volvió quebrada, las lágrimas salieron de sus ojos pero seguía cubriendo su rostro. —Nunca me enamore de alguien, no dejaba que pasaran sobre mi barrera, tuve tantas novias, novios, amantes que me es difícil recordar el número, soy un golfo por así decirlo, solo fingía quererlos por un tiempo y después seguía con otra u otro.   


DaeHyun trato de levantarse se sentía tan sucio, tan poca cosa frente a ese perfecto ser, sabía que Jae solo había amado a una persona, que siempre vivieron un amor puro, bueno eso es lo que siempre decía Niel, que la relación de Bang y Jae era de esas que nacían en los cuentos de hadas, en ese donde solo importaban sus corazones, quiso huir pero unos brazos lo regresaron a su lugar, se sentía avergonzado, tal vez la única relación sana que llego a tener fue con Minzy pero al enterarse de todo la abandono, la lastimo.


—¿Me estás diciendo que te has acostado con personas que ni siquiera recuerdas sus nombres? —Hablaba lentamente el menor a lo que el castaño asentía. —¿Eso me debe importar? No lo creo, me siento inmensamente feliz por lo que me has dicho porque eso quiere decir que seré el primero en dormir a tu lado, porque tal vez yo he podido atravesar esa barrera, tus palabras en vez de herirme me hacen sentir especial.


—Eres un tonto. —Grito entre sollozos no le importo que lo viera llorar. —Te voy a lastimar siempre termino por hacerlo ¿Qué pasa si me estoy engañando y no has pasado sobre esa barrera?


YoungJae se sintió un poco herido por esas palabras pero no se movió tomo entre sus manos ese mojado rostro, las lágrimas salían de sus ojos sin su permiso, comenzaba a sollozar como un niño, acaricio la punta de su nariz con su propia nariz, le regalo la mejor de sus sonrisas, entrelazo sus manos.


—Me acerque a ti no por tu dinero, ni por el poder de tu padre, si eres pobre no me importa, si tienes millones en el banco tampoco me incumbe, no le temo a tu apellido, no estoy contigo para usarte, he regresado por ti, por DaeHyun, por el chico que ama comer cheescake, a quien le da miedo las alturas, un cobarde sin igual, aquel que tiene un acento de Busan encantador. —Le hablaba mirándolo a los ojos. —Claro que he sobrepasado tu barrera porque me has contado un secreto que nadie más conocía, te doy permiso de lastimarme, de herirme, de matarme de dolor porque no importa lo que pase te seguiré amando.


Unió sus labios con los del mayor quien no podía ante tanta bondad, ahí estaba Jae entregándole su corazón, su alma, para que hiciera lo que deseara, lo abrazo de la cadera, ahora más que nunca no podía perderlo, lo quería para él, ambos se recostaron encima de las cobijas quedando frente a frente, se acariciaban mutuamente sus rostros, besaban los dedos de los contrarios, sus miradas estaban fusionadas.


—Quiero que todo comience bien entre nosotros, no quiero más mentiras, he decidido terminar con YongGuk, tal vez me odie pero creo es lo mejor. —Soltaba de golpe el menor. —Pero necesito que te quedes conmigo porque perderé todo, necesitare tus brazos para seguir adelante.


—Estaré a tu lado, yo también quiero comenzar de cero contigo, hacer bien las cosas. —Respondía el castaño jalando al pelinegro para guardarlo en sus brazos. —Te quiero YoungJae.


El pelinegro sintió que su corazón estallaría de emoción ante esas palabras, era la primera vez que lo decía con todas sus letras, lo quería, le correspondía, era inmensamente feliz, agradecía el consejo de su hermano deseaba que él también se reconciliara con su querido Shishimato. DaeHyun aún no podía creer que dijera esas palabras pero estaba contento de haberlas pronunciado debido que su amante no dejaba de sonreír, se removía como un niño cuando es felicitado por hacer un buen trabajo, sabía que aún quedaba la apuesta de JR pero hablaría con él, le contaría la situación, ahora no estaba dispuesto a perder a la persona que amaba por una tontería del pasado.  Sus miradas estaban entrelazadas, el joven de piel blanca tenía el dorso desnudo su pecho subía y bajaba con rapidez, sus mejillas estaban sonrojadas al ver que su amante se encontraba sin camisa, alzo las manos para tocar ese pecho, recorrer con su dedo esas abdominales, esos brazos, era perfecto, cada uno de sus gestos, el sabor de su piel, el sonido de su voz, sus labios se vieron apresados por un demandante beso, su boca se vio invadida por una hambrienta lengua, la falta de aire los separo.


—Eres encantadoramente bello. —Decía el mayor mordiendo los botones rosas que sobresalían en esa piel blanca. —Nunca había deseado tanto a una persona como lo hago por ti, me has vuelto loco.


El pelirrojo mordía su mano al sentir como esos labios torturaban su cuerpo, se sentía inexperto anhelaba complacer a su pareja, llevarlo al placer que él experimentaba en ese momento que el mayor tocaba una parte sensible de su cuerpo, nunca había experimentado esas oleadas que llegaban a su cabeza provocando que se retorciera entre las cobijas, dejo e morder su mano para gemir sonoramente, le excitaba escucharse así mismo, era como encontrarse con sí mismo, disfrutando bajo ese varonil cuerpo, una lengua en sus muslos lo llevaron al límite de la tortura, enredo sus blancas manos en ese cabello corto negro, ahora estaba completamente desnudo pero no sintió pena sino todo lo contrario se descobijo para que su amante lo admirara más, con sus propias manos comenzó acariciar su propia piel, mordiéndose los labios.


—Por favor deja de hacer eso, no puedo soportarlo. —Le decía excitado el mayor al notar como el chico de piel blanca gemía cuando se auto tocaba. —He vivido engañado no eres un inocente niño como pensaba.


—Quiero sentirte dentro de mí, quiero que me ahogues en el placer. —Decía sensualmente besando los labios de su amante, tomo su mano para guiarla a su entrepierna. —No temas, prometo que no llorare hyung, seré buen chico, solo hazme el amor hasta el amanecer.


Bang no soporto tanto erotismo, su lado perverso salió a la luz nunca se había sentido tan deseoso de hundirse en alguien como en ese momento lo quería, se deshizo de la última prenda que usaba, estaba a su límite, acaricio sus muslos, beso su abdomen, esa piel blanca brillaba como las perlas ahora más que nunca que estaba bañada por el sudor,  todos sus paradigmas fueron destruidos al fundirse en ese cuerpo, esa sensación de calidez llego a su cuerpo, observo sus ojos pero no vio lagrimas solo un gesto de molestia que poco a poco se fue convirtiendo en placer, su voz se mezclaba con la del más joven, sumergidos en el vaivén de sus caderas, de sus cuerpos frotándose mutuamente, la luna brillaba al horizonte encima de mar, llenándolos de luz, hacer el amor y el sexo ¿Qué diferencias había entre esas dos palabras? Tal vez venían conjuntas, porque ellos en ese momento tenían sexo salvaje inundados por el amor que latía en sus pechos, Bang tenía arañada la espalda mientras que el joven de piel blanca  estaba tapizado de mordiscos, era la primera vez para ambos, ya que fueron descubriendo sensaciones jamás explotadas, sus cuerpos se recorrieron cientos de veces, se auto conocieron, se complementaron al primer contacto, al primer beso, a la primera caricia,  eran dos gotas de agua fusionándose, volviéndose una, más fuerte, más poderosa, sus voces mezcladas, un grito que desato una tormenta en esas cuatro paredes trayéndoles paz y ganas de comenzar una vez más, era su primera vez pero no por eso sería la última. JongUp tenía los ojos cerrados tratando de controlar su respiración se encontraba en un extremo del sillón con una sábana cubriendo la parte baja de pronto escucho varios clics a l abrir los ojos de encontró con su sonriente novio quien no paraba de fotografiarlo.


—¿Qué rayos haces? —Le cuestionaba tapándose con la sabana pero su pareja la jalaba. —¿En verdad eres un pervertido?


—Amo sacar fotos a las cosas bellas. —Decía entre sonrisas tratando de sacar más fotos de la cara sonrojada de su amante. —Por favor tuyas tengo casi unas mil.


El peliazul abrió los ojos para acercarse a su pareja quien le mostro sus capetas, ahí estaba JongUp dormido en medio de la sala, platicando con Ailee, con sus amigos, sentado en una banca escuchando música, semi desnudo en la cama de HimChan, una completamente desnudo, ya no quiso seguir ya que se sentía ultrajado, un gesto de falsa molestia se dibujó en su rostro, el rubio se acercó colocándose a su espalda y sacarse una selca juntos, el menor tenía un puchero mientras el mayor simulaba besarlo en la mejilla, la segunda se miraban a los ojos, la tercera besaban sus labios,  HimChan dejó caer la cámara para continuar beso.


—Sabes me gustaría viajar a Inglaterra para estudiar fotografía, siento que he perdido el tiempo, la música no es lo mío. —Le comentaba acariciando su rostro. —Cuando termines la preparatoria podrías alcanzarme.


—Yo quiero estudiar baile en Los Ángeles. —Soltaba acomodándose en el pecho de su pareja. —Recuerda que solo estoy aquí de paso.


El rubio sintió una opresión en su pecho, lamentablemente eso era verdad su estancia en Corea solo era por un semestre ahí no estaba su vida, lo abrazo más a él, nunca fue apegado a algo iba a la universidad por ir, no sentía alguna afición por algo, bueno solo por la fotografía y últimamente se había obsesionado con ser profesional había escuchado que en Inglaterra había un Instituto perfecto, deseaba ir a ese lugar, comenzar algo nuevo.


—En Los Ángeles también hay buenas universidades de fotografía ¿No? —Cuestionaba inocentemente. —Podría irme a estudiar a ese lugar para seguir cuidando de ti.


—¿En verdad? ¿Dejarías todo por mí? —Contestaba emocionado el peliazul mirándolo a la cara. —Te quiero, te quiero, mi hermoso hyung pervertido.    


Sus labios se encontraron, comenzaron a jugar, a reír, era sencillamente perfecto el momento, el inicio de una nueva relación, de un amor, algo que ambos buscaban desesperadamente y que fueron a encontrar en la persona que menos creían. DaeHyun y YoungJae jugaban con sus manos, no dejaban de admirarse mutuamente, acariciando sus rostros, fusionándose en esa mirada donde decían todo, no había palabras que lograran abarcar lo que sus corazones sentían, sus manos se entrelazaron cada uno beso las de su compañero sin separar la mirada, el calor de la fogata los inundaba pero en su interior existía una llama, no de pasión, ni de deseo, solo una que hace que miles de mariposas florezcan y salgan de su interior.


—¿Por qué huiste de tu padre? —Cuestionaba inocentemente jugueteando con su nariz. —Puedes confiar en mí, prometo no juzgarte.


—Solo descubrí que no era el hombre que yo creía, me decepciono o mejor dicho me di cuenta que mi vida era una mentira. —Contestaba escondiéndose en los brazos de su amante. —Quiero huir lejos, muy lejos, comenzar de cero, hacer mi propio camino.


Jae sonrió al ver como su pareja lo besaba en el cuello, no eran aquellos cargados de deseo, de pasión, sino de ternura, de cariño, le comenzó hacer cosquillas a lo que el pelinegro comenzó a reírse como un tonto.


—¿No te gustaría huir a Francia? —Comentaba entre risas el menor, Dae lo miró con duda. —Mi padre me regalo un departamento así que he decidido estudiar la Universidad en ese país ambos podríamos trabajar en algún comerci, vivir juntos, podemos conseguir una beca, iniciar de cero.


—¿Lo harías por mí? —Cuestionaba enternecido a lo que el pelinegro asentía. —Claro, quiero huir contigo, te quiero, te quiero mi hermoso cachetón.


El pelinegro inflo sus mejillas a lo que su pareja le pellizco para después besarlo, ambos continuaron haciendo planes de su futura vida juntos, deseaban que sus caminos se mantuvieran unidos el resto de su vida, porque habían olvidado su pasado, desconocían su presente y solo soñaban con su futuro, uno sin remordimientos, uno lleno de alegrías, de risas, de buenos momentos, lejos de su fatal inicio, querían alejarse de todo aquello que los lastimaba, DaeHyun deseaba huir de sus errores, de esas mentiras que si Jae conocía lo despresaría, lo que le hizo a Minzy, a lo que se dedicaba su padre, la apuesta con JR, estaba sucio, manchado, y ese ángel frente a él con la única pena que cargaba era haber engañado a su primer novio, beso sus labios, lo sujeto tan fuerte que casi lo lastimaba, no quería perderlo porque sencillamente se desmoronaría sin él, no había vida sin él, sin sus ojos, sin sus labios, sin su voz, lo necesitaba porque lo amaba. JunHong se removía divertido en las cobijas sus piernas estaban enredadas con las del pelinegro aunque ambos estuvieran desnudos no se sentía intimidado, ni apenado, es como si se conocieran de mucho tiempo, que la vergüenza quedaba atrapada, unos gruesos labios se apoderaban de su blanco cuello.


—Detente, mañana no poder quitarme la camisa cuando quiera nadar. —Le decía con un puchero pellizcando las mejillas del mayor. —Eres un malvado hyung, yo que quería presumir mi piel de porcelana.


—Ese es mi objetivo, yo soy el único capaz de verte desnudo. —Le contestaba con una sensual sonrisa. —¿A quién le quieres presumir tu cuerpo?


El pelirrojo se colocó un dedo en la barbilla simulando pensar en alguien a lo que el mayor lo jalo para quedar encima, el mayor mordió ese rebelde dedo para después besar sus labios.


—Si ese tal Rap se acerca a 5 metros de ti, está muerto el niño—Comentaba frunciendo el ceño. —Nadie puede tocar a mi novio, no sin mi permiso.


—¿Tu novio? —Contestaba ilusionado acariciando esas varoniles facciones. —Explícate.


El pelinegro solo se limitó a besarlo, acaricio su espalda, le hizo cosquillas con sus labios en su estómago,  dieron vueltas por la cama, el Sol amenazaba con salir en el horizonte, nuevamente el menor quedo recostando su cabeza en aquel pecho mientras que Yong le acariciaba el cabello.


—Cuando regrese a Seúl hablare con Jae, no quiero que seas mi amante, no mereces ese título. —Hablaba con varonil voz el mayor. —Tú mereces ser mi novio, quiero presumirte con la gente, quiero que viajemos juntos, ir a cientos de lugares, deseo pasar el resto de mi vida a tu lado.


—Bang me haces tan feliz, te quiero, te amo. —Contestaba levantándose para abrazarlo. —Solo te pido que no dejes que Jae hable primero, convéncelo con tus palabras.


El mayor no entendió esas indicaciones, acaricio ese bello rostro tal vez su pequeño temía que Jae lograra hacerlo cambiar de opinión, pero eso era imposible, amaba a Zelo más que a su propia vida. JunHong beso esos labios, no quería que YongGuk y su hermano pelearan o se lastimaran, quería mantener su amistad intacta, ambos se habían equivocado y tal vez encontraron a su verdadero amor en otra persona, sus labios se volvieron a unir en un desesperado beso, se dio cuenta que cierta parte de su amante había despertado así que se dispuso a complacerlo, porque esa noche no solo descubrió que lo amaba como para pasar el resto de sus vidas juntos, sino que disfrutaba que se hundiera en su piel, habían nacido para complementarse, tan perfecto, tan maravilloso.   

Notas finales:

Gracias por sus reviews!! Espero que no les decepcione el capitulo (es muy corto y no hay lemon) los siento. Tengo un par de avisos que tal vez no sean tan buenos xD.

1. He definido un día para actualizar cada historia, Lunes-Coffe, Miercoles-Sweet Baby, Viernes-OOS. Para llevar un mejor controlor y ustedes no esten con el pendiente y así estan más tranquilas que día se actualizaran los fics :D

2. El fic Rebelion de Matokis he decidido que se quede en pausa, quiero hacer una buena historia y en este momento prefiero enfocarme en OOS, ya que creo merece mi atención (Coffe y Sweet son mas sencillosd de escribir debido a que la trama en más accesible).

3.Quiero comenzar un fic escolar, romantico, comedia, se suponia que Coffe debia serlo pero se transformo en algo distindo a la idea principal así que deseo algo sencillo y no con tanto drama, mi hermana me ha enseñado ultimamente varios animes de este genero (lovely complex,Kimi ni todoke,  Kaichou wa Maid-sama, entre otras) y quiero algo asi, en el futuro podria sorprenderlas.

Que les parecieron las noticias, malas ? malas? por favor haganme saber que les parecio el cap y las noticias :D


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