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Coffe Shop por ritsuka10

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Notas del capitulo:

Los looks con los que me los imagino son 

Zelo
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bang
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HimUp http://park-m-i-bap.tumblr.com/image/59206831319

daeJae
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Los anillos el num 10 http://image.dhgate.com/albu_257649425_00-1.0x0/46-style-316l-titanium-steel-jewelry-10pairs.jpg

DaeHyun observaba con tranquilidad el rostro de su compañero, se veía tan angelical como trataba de esconderse de los rayos del Sol que se lograban filtrar, era tan perezoso, sintió que se pegaba más a su pecho, acaricio sus mejillas redondas, bostezo con sueño, no pego los ojos durante toda la noche, tenerlo tan cerca y no poderlo tocar fue una tortura, su sueño se esfumo al verlo dormir, era la primera vez en su vida que se desvelaba para ver a una persona hundirse en los brazos de Morfeo, no había estado antes con otra persona compartiendo cobijas sin tocarlo, con Jae era diferente, distinto, era tan puro, tan inocente, que temía corromperlo como lo estuvo haciendo en las semanas pasadas, provoco que torciera sus valores, sus lazos, que mintiera, que engañara solo para pasar las noches en sus brazos.


—No soy una buena  persona, tiendo lastimar a los que me rodean. —Comentaba pegado a sus labios absorbiendo su aroma.— A veces sencillamente dudo que tenga sentimientos, no te quiero ver llorar por mí.


Beso esos labios, era la primera vez que tenía miedo a que desapareciera, que fuera un sueño, lo abrazo, quería irse muy lejos, llevárselo con él, que no se enterara  de su pasado, de la cruel persona que  llegaba a ser cuando se lo proponía, le aterraba pensar que Jae podría llegarle a temer como esa noche en la cual agradecía a los cielos por haberse detenido, pero estuvo en el límite y solo tal vez lo hubiese hecho, lo deseaba, no le importaba lastimarlo, marcarlo como su propienda, ese maldito hobbie que tenia de jar una huella en sus presas, en sus víctima, le hubiera poseído, no de una manera cordial sino una bruta, una salvaje, como se lo hizo a ella cuando se enteró que solo lo usaba, que era una mentira cuando decía que lo amaba, si la persona que tenía en sus brazos se enteraba de eso lo más seguro es que huiría de él, una lagrima rodo por su mejilla, admitía que se había enamorado de él, tapo su boca con la palma de su mano, era la primera vez que lloraba de esa manera, de esa que ardía en el pecho quemándolo todo, destrozándolo, hiriéndolo, los minutos pasaron hasta que se quedó dormido por un instante, ahogado en sus recuerdos,  sintió unos labios en su frente.


—Buenos días bribón, tengo hambre.—Comentaba con un puchero  el pelinegro.—Vamos a preparar algo.


—¿Sabes cocinar?—Cuestionaba poniéndose de pie a lo que el menor negaba.—Creo que moriremos de hambre porque yo tampoco se.


Ambos soltaron una risa, el castaño abrazo por la espalda al pelinegro mientras se dirigían a la cocina, coloco su barbilla en su hombro mirando con tranquilidad, adoraba ese contacto de sus manos sobre las caderas del más joven, sintiéndolo tan suyo.


—Pues vamos a intentar hacer algo comestible.—Hablaba inteligentemente Jae sacando algunas cosas de la alacena.— He visto algunos programas, lograremos sobrevivir.


—Rápido, tengo hambre.—Decía con pucheros el castaño pegado a la espalda del más joven.—Eres mi esposa ideal, eres hermoso, rico, inteligente, me quiero casar contigo.


El pelinegro soltó una risa ante tal muestra de ternura, ante esa declaración, amaba a DaeHyun  no importaba nada, si debía lastimar a personas, ser odiado, rechazado por engañar a Bang estaba dispuesto a enfrentarlos a todos por él, era un egoísta, por elegir su felicidad sobre los demás, se giró para levantar su ceja y después besar esos labios, sencillamente lo amaba. Bang sentía como el chico en sus brazos se removía al escuchar que tocaban la puerta, lo pego mas a su pecho impidiendo que se levantara, beso su oreja, entre lazo sus manos, olía a miel, tan dulce, tan cálido, beso su nuca, su espalda, abrió los ojos encontrándose con esa piel blanca.


—Debo abrir tal vez sea el desayuno que pedí.—Comentaba con tranquilidad el pelirrojo girándose.—Prometo solo me paro arecibir la comida y regreso a tu lado.


—Pero ponte algo, no quiero que el camarero te ve así.—Comento pícaramente el mayor recorriendo su cuerpo a lo que el menor se sonrojo.— Aunque pienso seriamente pasarme a disfrutar el postre.


El mayor gruño cuando recibió un pequeño golpe en su hombro, lo libero del agarre para después taparse de pies a cabeza, Zelo rio ante el acto infantil del mayor, cada día lo conocía mas y se daba cuenta lo perfecto que era, se colocó su ropa, olía a él, a esa varonil colonia que se penetraba por sus fosas envolviéndolo, sus pantalones le quedaron justos, era mucho más delgado que él, su camisa le quedo algo grande pero era perfecta, una extraña emoción lo albergo al darse cuenta que usaba la ropa de su hyung, se animó abrir la puerta con una sonrisa.


—¿Por qué tardabas tanto?—Cuestionaba V con un puchero dejando pasar al resto BTS.—Vinimos a desayunar contigo.


—Les dije que la habitación de Zelo tenía la mejor vista.—Gritaba emocionado Jimin asomándose a la terraza.— Se nota que el sujeto se quiere acostar contigo, mira te trata como un príncipe.


Todos rieron ante el comentario saliendo a ver el mar que lucía esplendoroso desde esa terraza hasta el momento nadie había posado su vista en la cama.


—Yo también quiero un novio millonario.—Gritaba emocionado J Hope.—Debe estar viejo y feo para tener tanto dinero.


—Bueno, se veía de buena forma cuando iba por ti, ¿Es el de la moto?—Ahora le cuestionaba el maknae interesado.—Tal vez este muy feo, ¿O estas saliendo con dos?


Todos rieron, el pelirrojo solo tenía las mejillas sonrojadas, no sabía que hacer parecía que nadie se daba cuenta del bulto que estaba en la cama ya que estaban entretenidos con la vista, menos Rap que lo miraba de abajo hacia arriba, tan detalladamente que sintió un frio congelar su piel, fue cuando trato de taparse el cuello, el pelinegro no pasó desapercibido ese movimiento notó como la piel blanca de ese joven estaba marcada, algunos  mordiscos, la ropa que usaba era claramente no era su estilo, continuo con su investigación visual, detectando que en la cama alguien estaba envuelto, se giró para ahora ver los ojos de Suga quien también se había dado cuenta que Zelo no estaba solo.


—Chicos creo que es mejor que nos vayamos.—Comentaba nervioso Suga jalando emocionados a los más pequeños.— Vamos mejor al buffet del restaurant.


—No hay que pedir a la habitación así  que para que el sujeto gaste.—Decía entre risas Jin.—La inocencia de nuestro Zelo vale mucho así que no vayas a ser tan fácil, que le cueste al viejo rabo verde.


—Sí, el que quiere azul celeste que le cueste.—Secundaba Ji abrazando al pelirrojo quien solo miraba la cama nervioso.—¿Que tienes?¿ te hizo algo el pervertido?


El resto se acercó al más alto, es cuando cayeron en cuenta lo que usaba, de lo colorado que se encontraba, de las marcas en su cuerpo, del bulto que había en la cama, miraron el reguero de ropa, Rap tomo por el cuello a un par de asombrados jóvenes para comenzar huir de la habitación, de un segundo el lugar se quedó vacío.


—Crees que nos haya escuchado.—Decía Ji pegado a la puerta.—No debimos dejarlo solo ¿si le hace algo?


—Ya lo que le podía hacer se lo hizo a noche, ¿viste su cuello?—Comentaba intrigado V.—Rayos tuvimos la oportunidad de conocerlo, y ¿si volvemos a entrar?


Rap movió la cabeza llevándose a su impertinente compañero, no estaba preparado para conocer a su rival, bueno ya no creía que fueran enemigos ya que claramente Zelo había elegido al ganador,  Suga solo volteaba a ver la puerta, ciertamente él también tenía curiosidad por conocer a ese extraño, esperaba que no fuera un pervertido o algún matón, suspiro resignado. Zelo se sentaba en el borde de la cama, no estaba muy seguro como reaccionaria su pareja, las palabras de sus amigos eran en broma sabía que el mayor era especial, de pronto sintió que lo arrastraban bajo las cobijas.


—No estoy tan viejo o ¿Si? además soy muy guapo.—Decía con un puchero que ciertamente no iba con ese varonil rostro.— Me agradan tus amigos pero les voy a partir a cara a Ji, Rap y al otro.


—¿Por qué a Rap? —Cuestionaba interesado el menor viendo como Yong se ponía encima de él. —Es un buen líder y una agradable persona.


YongGuk chasqueo lengua molesto, esa era la razón porque deseaba golpear al líder de BTS, porque despertaba la admiración de su pequeño, mordió su labio inferior, logrando un quejido por el menor, deslizo sus manos por el borde del pantalón comenzando a desabrocharlo, acaricio esa blanca piel, se había vuelto un adicto a tocarla, a besarla, el solo tocarlo lo volvía loco, se abrió paso con la lengua entre esos sonrosados labios quienes gustosos les daban la bienvenida. Zelo levanto su cadera para sentir la inevitable excitación del mayor, en su corta vida jamás se había visto muy interesado en la palabra sexo, casi nunca se sintió interesado hasta hace un par de horas, cuando lo experimento con la persona que amaba, se obsesiono con la idea, con el sentimiento, con la emoción de ser poseído, claramente compaginaba con el mayor en cualquier sentido, musicalmente, artísticamente, idealmente, físicamente, nacieron para estar juntos. Un rubio jugaba con la espalda de su amante, regaba besos por cada rincón, se encontraban recostados en ese cómodo sofá, el peliazul se encontraba boca abajo logrando contener las risas que le provocaban esas caricias, sentir la piel desnuda de su hyung encima de la suya era exquisitamente maravilloso.


—Vamos a preparar algo para desayunar. —Lograba articular el menor al sentir como esos finos dientes blancos se clavaban en su hombro. —Ya es tarde.


—No sé tú, pero yo estoy comiendo mi platillo favorito. —Le contestaba pegado a su oreja, mordisqueándola. —No tengo ganas de cocinas así que vamos a un lugar digno para nosotros.


El rubio se levantó dejando ver su blanca desnudez, estiro su mano invitando a su compañero para que se dirigieran al baño, el menor acepto sonrojado aún no se lograba acostumbrar a lo pervertido que llegaba a ser su novio, sonrió ante esa palabra, era verdad ahora ese chico le pertenecía, a él, solamente a él, por un momento pensó en su padre, en su madre, conocía perfectamente a sus progenitores, una punzada apareció en su pecho, si se llegaban a enterar de esa relación estaba seguro que los separarían, él seguía siendo menor de edad y claramente las actividades que hacía con su ahora pareja no serían bien vistas por su padre, era un buen hombre pero estaba apegado a las reglas, a las normas, a las buenas costumbre que reinaban en Corea, claramente enterarse que su hijo se acostaba con un hombre que era mayor que él sumándole que ahora frente a la sociedad eran hermanos, sencillamente no lo lograría entender. Se abrazó más a ese cuerpo que lo apresaba en los azulejos de ese enorme baño, el agua recorría sus cuerpo, enredo más sus piernas, no deseaba que lo separaran de él. YoungJae seguía jugando con su compañero, la pareja logro preparar algo decente para comer, el mayor no dejaba de pellizcar esas esponjosas mejillas, haciendo burla debido a que se parecía a una ardilla, esos momentos juntos eran maravillosos, decidieron salir a caminar un poco, no sin antes darse un baño, el castaño tuvo que contener las enormes ganas que tenia de meterse a esa habitación para hacerle el amor, cumpliría su promesa de no tocarlo hasta que el menor se lo pidiera, cuando lo vio salir en ese conjunto negro un nudo se instaló en su garganta, era simplemente hermoso, ese cabello, esos ojos, lo jalo de la mano para besar sus labios, con el sabor en su boca se dirigió al baño para darse una ducha muy fría, al estar los dos listos se dispusieron a explorar la zona, llevaban una cesta, con algunos bocadillos, una manta, el mayor la cargaba mientras que su mano libre iba entrelazada a la del más joven quien no dejaba de sorprenderse ante tanta belleza, el aire puro colándose en su pecho, los dulces rayos del Sol, en su rostro,  los arboles verdes rodeándolo, se sentía tan libre, que en cualquier momento extendería sus alas para volar.


—Mira ese lugar es perfecto para descansar. —Comentaba el mayor señalando una base de un frondoso árbol, el pasto lo rodeaba, no muy lejos de un pequeño arrollo. —Anda, ya me canse además tengo un poco de sueño.


—Deja de hacer esos pucheros se supone que el lindo soy yo. —Le respondía el pelinegro mirando maravillado a su pareja se dirigieron al sitio colocando la manta, Dae se recargo en el árbol mientras tenía a Jae recargado en su pecho, beso su cuello. —Quiero que me toques.


El mayor abrió los ojos como plato no se esperaba tan repentina petición observo como el pelinegro se giraba quitándose el chaleco, la camisa, quedando desnudo de la parte superior, sus labios se vieron invadidos por una lengua ansiosa, unas manos se colaban por debajo de su camiseta llegando hasta el borde de su pantalón, su piel se electrifico al contacto, él también deseaba hacerle el amor, pero esta vez diferente a las anteriores, porque ahora conocía su corazón, descubrió que desde hace mucho tiempo el menor ya vivía ahí sin pagar renta, se giró quedando arriba,  se quitó la camisa, dejando ver su bien formando pecho, su abdomen, se inclinó para tomarlo por barbilla, lo volvió a besa, ahora de distinta manera, calmado, sin prisas, tenían toda la eternidad para estar junto.


—Moría porque me tocaras, te quiero pero también admito que me encanta que me acaricies. —Decía con los labios pegados al castaño, notando como se quedaba desnudo ante él. — Me siento libre entre sus brazos, nunca pensé querer a alguien tanto, siento que podía morir en este momento.


—No lo digas en broma. —Decía con voz entrecortada el mayor pegado a ese cuello mientras se abría camino entre los muslos del menor. —Quiero que te quedes a mi lado para siempre.


El pelinegro se aferró a esa espalda clavando sus uñas, sentía como las oleadas de placer llegaban a su cabeza, el cielo claro encima de ellos, sus cuerpos frotándose con ansia, con hambre,  su grito fue callado por una desesperada boca, se hundía en el orgasmo que cada estocada le propinaba, eso era hundirse en la  lujuria. Al ver saciada su hambre ambos chicos se abrazaban, Jae descansaba en ese amplio pecho, solo llevaba puesto el pantalón así que podía continuar disfrutando de esos morenos brazos desnudo, le regalo un par de besos, Dae acariciaba los muslos desnudos de su amante quien solo llevaba unos boxers y la camisa puesto, cerraron sus ojos, dejándose llevar por la calma del lugar, sus mejillas se sonrojaron al recordar como antes sus gritos inundaban tan apacible sitio.


—Sabes, yo fui el culpable de la muerte de Nam. —Soltó fríamente el pelinegro entrelazando sus dedos, necesitaba sacar lo que tanto tiempo llevaba escondido en su pecho, amaba a DaeHyun así que sería honesto con él, desnudaría su alma. —Desde niño estuve enamorado de Guk pero cuando Nam se murió todo nuestro amor se pudrió, Nam lo mancho con su muerte por que ahora sé que me quede a lado de Guk por culpa.


—¿Por qué creer que tú fuiste el culpable? —Cuestionaba interesado siempre tuvo curiosidad por saber sobre el gemelo mayor, parecía ser un misterio, nadie lo nombraba, todos evitaban es tema. —Cuéntame que sucedió.


YoungJae se acomodó más en ese pecho, se aferró a él, como si de un niño pequeño se tratara, un nudo se atoraba en su garganta, jamas conto lo que había sucedido con el mayor de los Bang, nadie supo que su primera vez había sido con él, temía que Dae se decepcionara de él, pero debía decirlo, para por fin ser libre, para por fin aceptar que ese accidente no solo termino con la vida de Nam sino con el inmenso amor que un día sintió por YongGuk, respiro con calma, cerró los ojos encontrando el valor suficiente para dar el paso, para por fin soltar la mano de su primer amor, para aceptar que su amor no tuvo el mejor destino, que tal vez en otra vida se pudieran reencontrar con otro rostro.  


Narración de Jae


Siempre tuve la extraña disposición a elegir a YongGuk sobre el resto, trataba de engañarme diciendo que solo era porque confiaba en él, pero la verdad es que siempre me gusto, conforme fuimos creciendo la amistad de los cuatro se hizo más fuerte, nos conocíamos a la perfección, éramos jóvenes ricos que solo trataban de pasarla bien, pero poco a poco me fui dando cuenta que las competencias entre los gemelos por llamar mi atención eran cada vez más agresivas, más extremas YongNam me llenaba de mimos, invitándome a fiestas, me dejaba tomar alcohol, me consentía, me abría un mundo nuevo, adentrándome a clubs donde claramente no sería aceptado, de esa manera tan rebelde que lo caracterizaba llamaba mi atención. YongGuk era diferente, él siempre me detenía cuando la ocasión lo ameritaba, cuidándome cuando las copas se me pasaban, cuando me volvía imperativo por los pops, cuando alguien me molestaba en los clubs, regañando a su hermano mayor, deteniendo mis locuras, siendo mi conciencia aunque no necesitaba llamar mi atención porque siempre lo miraba a él, por encima de HimChan, de Nam, siempre era él. —El menor suspiro, una delgada sonrisa se dibujó en sus labios. —Anhelaba decirle que me gustaba pero no tenía el suficiente valor así que solo discretamente tomaba su mano cuando regresábamos de una fiesta cuando íbamos sentados en los asientos de atrás, Nam manejando, HimChan de copiloto, mi mundo era perfecto, tenía a  tres maravillosos chicos cuidando de mí  uno de ellos era la persona que siempre había amado pero conforme nuestra atracción fue más obvia Nam se volvió más errático, me  raptaba para saltarme las clases, quería pasar todo el tiempo conmigo, me cuidaba demasiado, sus enfrentamientos con Guk era más violentos, ya no eran berrinches de niños, estuvieron tantas veces agarrarse a golpes que me canse de eso por eso decidí hablar con él. Nos citamos en el mirador donde siempre jugábamos de niños, el tenía una hermosa sonrisa en sus labios.


—¿Por qué la urgencia? —Exclamaba emocionado abrazándome por la cintura. —¿Te morías por verme?


—Namie sabes que te quiero mucho. —Trataba de formular lentamente mi golpe, no debía haber más mentiras. —Pero solo te veo como mi hermano mayor, sabes que estoy enamorado de Guk y pienso declarármele.


Solté de golpe anhelaba tanto que el mayor me abrazara y me digería que me apoyaba, que sería como su cuñado de ahora en adelante, que todas mis tontas ideas solo fueran fantasías, que me comprobara que él no estaba enamorado de mí, que yo solo malinterprete sus acciones, pero mira el dolor en sus ojos, la frustración, deshizo el abrazo, se removió furioso.


—Estas mintiendo a quien amas es a mí, lo sé lo miro en tus ojos. —Decía en estado de shock, me sujeto de los hombros para besarme, lo arrempuje con mis manos. —Jae tu eres mío, no entiendes que yo te amo.


—Perdóname pero no puedo mandar en mi corazón, sé que no es fácil para ti pero me le voy a declarar a Guk. —Quería hablar con la verdad, él se lo merecía porque en verdad amaba a Guk. —Lo siento.


Baje la cabeza sentí como se tensaba haciendo más fuerte su agarre, me lastimaba pero de cierta manera me lo merecía por ser tan cruel, tomo mi mejilla para mirarme a los ojos.


—Te demostrare que a quien amas es a mí. —Dicha esa frase me volvió a besar, le di una cachetada para salir corriendo.


Desde ese día estuvo distante de mí, sé que necesitaba tiempo, yo trataba de mil maneras de hacerle ver a Guk mis sentimientos, lo invitaba a estudiar conmigo, me portaba bien, fue cuando comencé a recibir mensajes de su celular, en ellos decía lo mucho que me amaba, que no tenía el suficiente valor para declararse de frente pero anhelaba verme, quedamos en una cita, yo moría de los nervios, me arregle lo más perfecto que podía, sería lo noche más perfecta de mi vida, por fin mi gran sueño se haría realidad, al llegar a ese enorme lugar sentí mi corazón latir, velas adornaban la terraza, la música, aunque estaba un poco oscuro podía ver una figura parada a mitad de la pista con un ramo de rosas, todo era como sacado de una película, me acerque, estaba tan nervioso, lo primero que me ofreció fue una copa de vino, era extraño en él pero no me importo, celebraríamos, la tome de un solo sorbo, mi boca estaba seca por la emoción, me invito a bailar, su colonia era tan fuerte, siempre la ame, pero algo de duda nacia en mi pecho, las mariposas no volaban en mi estómago,  una copa más, un ronda de baile, termino un poco desorientado, beso mis labios, correspondí extasiado.


—Te quiero, te quiero. —Su grave voz resonaba en mi mente, me elevo al cielo, el alcohol en mi sangre con el bombeo de sangre en mi corazón me hicieron perderme. —Quiero que seas mío, para siempre.


—Yo también te quiero YongGuk-hyung—Me beso una vez más, acaricio mi espalda, lentamente fue más salvaje, mordió mi labio, acaricio mi rostro con ansia, estaba tan ciego. —Estoy dispuesto a lo que sea para demostrarte mi amor.


Era un tonto ilusionado, nuevamente una copa más me fue servida, la tome desesperado, anhelaba complacerlo en cualquier sentido, mi primer amor, no recuerdo que paso después solo sé que terminamos en el cuarto de una habitación, él sobre mí, acariciándome, gritándome una y otra vez que me amaba, me sentía en el cielo, por el alcohol por sus manos, porque mi primera vez  sería con la persona que siempre había amado, grite su nombre cuando me sentí morir, beso mis ojos, no recuerdo nada más solo sus labios moviéndose, no entendía sus palabras, solo él encima de mí. Cuando desperté me encontré desnudo en ese cuarto, mi cabeza dolía, me sentía un poco incómodo, amaba a Guk pero deseaba no haber estado tan borracho, mire esa espalda, la delinee con delicadeza, es cuando me di cuenta de mi error, las lágrimas salieron de mis ojos, no era justo, lo golpee una y otra vez, él se despertó para mirarme a los ojos, me sujeto de las muñecas colocándose encima de mí.


—Vez no hay diferencia entre él y yo. —Me dijo con una sonrisa intentando besarme una vez más. —Puedes amarme, si lo intentas.


—¿Cómo pudiste hacerme eso? —Le grite furioso, golpee su pecho con rabia ahora no era digno para Guk. —Te odio, te odio, te odio.


Como pude me zafe de ese agarre tome mi ropa aun envuelto en las cobijas pero él era más fuerte más rápido, estaba furioso me arrincono en la pared, estaba tan dolido, tan lastimado, era mi culpa por no haber distinguido que no era Guk, pero el alcohol, la emoción me inundaron.


—No me puedes abandonar, mírate crees que mi hermano te va querer. —Me escupía furioso. —Solo me tienes a mí.


—Deseo que te mueras, que te pudras en el Infierno. —Le gritaba abofeteándolo hasta que logre hacerle un rasguño en la cara. —Te odio deseo que te mueras.


Esas palabras le dolieron en un momento de debilidad salí corriendo de ese sitio, llegue a mi casa, estaba furioso, me sentía tan culpable, no podía odiar a Nam pero lo que había hecho fue tan bajo, tan sucio, trate de borrar sus marcas de mi piel pero fue inútil, yo amaba a Guk, quería estar con él, mi sueño estaba truncado, HimChan me llamó, no pude ni hablar solo lloraba desconsoladamente, no podría decirle a nadie, me encerré en mi habitación, hasta que en la madrugada mi padre subió contándome que los gemelos Bang tuvieron un accidente, llegue desesperado, corrí por los pasillos, deseaba que quien había muerto fuera Nam y no Guk,  fui una rastrera alimaña por tener esos pensamientos pero lo deseaba, llegue al final, ahí estaba sentado en el piso lleno de sangre, no dejaba de gritar el nombre de su hermano mayor, sentí culpa, lo abrace, llore con él, me fundí en un desesperado abrazo, mi egoísmo termino hiriendo a mi primer amor, ahora todo estaba manchado por sangre, sucio, corroído. Desde ese día me encargue de cuidarlo jamás pregunte sobre el accidente solo sabía que alguien manejaba, que ese alguien perdió el control del auto, que Nam no llevaba cinturón de seguridad y fue a dar sobre el asfalto, que Guk lo vio morir en sus brazos


FIN POV relato


DaeHyun sintió como su pecho era mojado por lágrimas, tenía sentimientos encontrados, por un lado odiaba a ese tal Nam por traicionar de esa manera a Jae por el otro sentía una gran lastima, no fue correspondido, no debió ser fácil tener como rival a su propio hermano, beso esos labios que aún temblaban por el relato, lo guardo en sus brazos, poco a poco comprendía ese raro lazo que lo ataba a Guk. HimChan y JongUp caminaban tomados de la mano por ese enorme centro comercial, ambos usaban gafas oscuras, el menor se sentía poderoso, importante ya que la gente los volteaba ver, algunos curiosos, otros con envidia, se sujetó más del agarre adoraba que lo tratará tan cariñosamente, era un caballero, jalando tiernamente de su mano cuando se quedaba curioso en algún escaparate,  cuando sin previo aviso le besaba las mejillas, los labios, ronroneándole dulces palabras al oído, desayunaron en un lujoso restaurant la mesera no dejaba de coquetearle pero el rubio la ignoraba solo prestándole atención al peliazul.


—¿Qué te parece si vamos al cine? Tengo gana de acurrucarme a tu lado. —Comentaba melosamente el rubio tomando las  manos de su pareja, sus miradas estaban fusionadas olvidaban que estaban en un lugar público. —Sé que te encanta el anime así que te parece ir a ver Titanes del pacifico ¿Quieres que te ruegue?


—Tal vez. —Contestaba el levantando la ceja con duda a lo que el rubio lo tomo de la babilla para besarlo. —Me encanta la manera que llegas a convencerme.


Se levantaron tomados de la mano, el rubio se colocó a su espalda abrazándolo por la cadera de vez en cuando le acariciaba el muslo o sin quieren tocaba su trasero, el pelieazul le contestaba con un codazo o un atrevido beso, parecían dos adolescentes enamorados viviendo su primer amor, entraron a la sala, el más joven se recargo en el hombro izquierdo de su pareja, sus manos estaban entrelazadas sintió los labios de su amante divagar por su cuello,  HimChan al notar que su pequeño estaba fascinado con la película decidió detener sus caricias, era más divertido verlo disfrutar de una película tan fantasiosa, la manera que se movía emocionado en las escenas de peleas, cuando se giraba para comentarle algo sobre el director, o sobre el género, las series es las que se basaba, claramente no entendía ni una palabra así que solo habría su boca con un gesto de sorpresa, se mostraba interesado, eso era lo que hacían los novios, interesarse en los hobbies de sus parejas, quería ser el mejor novio del mundo, al finalizar la película se aferró a él, pidiéndole que se quedaran hasta que todos hubieran salido.


—Nos dejaran encerrados. —Comentaba preocupado el más joven, el mayor lo tomo por la cintura obligándolo a sentarse en su regazo, sus miradas quedaron de frente. —¿Qué te sucede?


—Conozco una salida no te preocupes. —Hablo en tono serio, acaricio las facciones de su pareja aunque la luz era casi nula lo podía ver. —Sabes le temo a dos cosas en la vida, a la oscuridad y a los cambios.


JongUp se tensó al sentir como esa cabellera rubia se escondía en el arco de su cuello, sus manos se aferraban más a su cintura, lo acuno en sus brazos, dándole pequeños besos.


—¿Qué me quieres contar? —Hablo a su oído. —Cuéntame que atormenta tanto tu alma.


—Por mi culpa está muerto Nam. —Dijo de golpe aferrándose más a ese escultural cuerpo. —Yo soy el culpable de su muerte.


POV Narración HimChan


Mientras crecíamos más obvio era el cariño que los gemelos Bang le profesaban a YoungJae, compitiendo en todo momento, uno llevándolo por el camino de la diversión, de libertinaje mientras el otro lo cuidaba, lo detenía, haciéndole ver sus errores, creaban una balanza perfecta en la vida del menor, quien obviamente mostraba preferencia por Guk, sus miradas, el roce de sus manos. Yo no quería que nuestras rutinas cambiaran, no me agradaba la idea de ver peleados a mis amigos, que Jae se tuviera que dividir, elegir, porque claramente se armarían dos equipos, ellos, Nam y yo, evitaba de cualquier modo que se dieran cuenta de sus sentimientos pero el mayor de los Bang no podía soportar más, lo deseaba, se le veían en esas orbes cafés cuando lo miraba, la manera que delineaba su cuerpo cuando bailaba, siempre en el segundo piso, vigilándolo, cuidándolo, cazándolo. Un día llego emocionado a clases, me grito que Jae le había enviado un mensaje diciendo que quería verlo.


—Se me va declarar, lo sé. —Gritaba por la ventana agradecí que estuviéramos solos. —Te lo dije Him, que él me prefiere, él será mío, solo mío, ni tú y Guk nos podrán separar.


—A mí no me interesa Jae. —Conteste molesto, mentía, porque en lo más profundo de mí ser yo también lo quería. —No construyas edificios en las nubes, ambos sabemos que a quien quiere es a YongGuk.


El pelinegro tomo sus cosas molesto y se fue, no supe que paso solo que al otro día estaba de un humor de los mil diablos, discutía por pequeñeces con Guk, lo miraba con odio, con furia, su ira aumentaba cada vez que Jae llegaba ignorándolo o siendo frio, sentí un poco de lastima así que no dejaba al pequeño de mi grupo a solas con el menor  de los Bang, sabía que hacia mal tercio, no estaba listo de verlos como novios, los días pasaron, el comportamiento de Nam se volvió más extraño, hasta que llego una tarde cuando salíamos de clases se acercó a mí para susurrarme al oído.


—Jae será mío. —Me dijo con voz segura, mi sangre se helo por el tono que uso. —Nadie nos podrá separar.


—¿Qué diablos tienes planeado? —Le grite cuando veía que se alejaba a paso veloz. —Más te vale no hacerle daño que juro que te parto la cara.


Esa tarde no pude estar tranquilo, algo en mi interior se removía con duda, llame a Jae pero me comentaron que olvido su celular y que había salido, las peores cosas cruzaban por mi mente, quise marcarle a Guk pero no quería que los gemelos pelearan, me quede dormido en mis océanos de dudas, de escenarios pre fabricados, al otro día salí a pasear con alguna chica que tenía en turno pero alguien llamo a mi celular a medio día, era Jae, no paraba de llorar solo decía monosílabos por más que le rogué que se calmara no lo pudo hacer así que de repente colgó, llame a su casa pero no me dejaron entrar a verlo, que el chiquillo no quería visitas, como pude logre convencer a la ama de llaves, subí a su habitación, estaba completamente dormido, su cuarto era un desastre, hui de ese lugar, sabía a quién pedirle explicaciones, llegue a su club, furioso, lo tome por el cuello, ahí tenía su sonrisa de satisfacción.


—¿Qué le hiciste? Diablos Nam es nuestra maknae debemos cuidar de él. —Le grite molesto, Nam era como mi hermano mayor, lo respetaba, lo admiraba. — Te juro que te voy a matar si lo lastimaste.


—No le hice nada, solo le hice ver que soy la persona que le conviene. —Me respondió soltándose del agarre. —No te preocupes ahora no podrá estar ni con Guk, ¿Estas contento? Tú también querías eso ¿No?


Me separe confundido, era mentira, las lágrimas salieron de mi pecho, estaba en lo correcto yo tampoco quería que Guk saliera con Jae, que se enamoraran, deseaba que continuarán como tontos sin darse cuenta de su amor, no hasta que yo conquistara a Jae, no podía reclamarle a Nam cuando lo mismo maquilaba planes para separar a la pareja, tenía muchas dudas, me preocupaba.


—¿A dónde diablos vas? —Lo sujete del brazo, deteniendo su andar. —Me vas a contar lo que le hiciste, ahora.


—Lo siento tengo que hacer un encargo a mi padre, debo ir a la casa que está a las fueras por unos papeles. —Me espeto furioso. —Ya después hablaremos.


Lo vi salir del Club, saque mi celular para marcarle a la única persona que podría sacarle la verdad, la única con el derecho de reclamarle, de castigarlo.


—¡Hola Guk! No sé qué paso pero temo que Nam le hizo algo a Jae, el pequeño me hablo mientras lloraba no entendí ninguna palabra fui a buscarlo pero esta dormido. —Hablaba desesperadamente, escuche como el interlocutor enfurecía. —Se fue a la casa de tus padres a las afueras de la ciudad.


No recibí una contestación ya que me colgaron, de cierta manera quería que el menor de los Bang se vengara por Jae, regrese a casa traté de contratarme con alguien pero no contestaban, me fui a dormir con la duda hasta que mi celular sonó, era el padre de los gemelos me comunicaba que habían tenido un accidente, llegue como pude al Hospital, ahí a la mitad del pasillo se encontraba Jae tratando de consolar a Guk quien no paraba de llorar, de gritar por su hermano, un puñal se clavó en mi pecho, me recargue en la pared del otro extremo dejándome caer en el piso, las lágrimas corrían por mis mejillas, era mi culpa, yo provoque ese daño, ese dolor, comencé a gritar a lado de mis amigos.


Fin POV


JongUp hizo más fuerte el abrazo, solo sentía como su pecho se humedecía, su pareja no dejaba de temblar, era la primera vez que lo sentía tan débil, trato de consolarlo, no estaba muy seguro de cómo hacerlo, así que beso sus mejillas, sus parpados, repitiéndole una y otra vez que lo amaba, que ahí estaba a su lado, que él lo cuidaría, el pasado era un verbo del ayer, de lo que ya sucedió, mantuvieron abrazados el tiempo necesario para que el rubio se calmara. Bang usaba una camiseta de futbol americano roja con letras amarillas, un short negro corto, su típica gorra con los lentes negros que le daban un aire de misterio, su pareja usaba una camisa blanca con cuello V, short corto, ambos caminaban tomados de la mano por muelle observaban maravillados los negocios, se detuvieron varias veces en aquellos que vendían accesorios, el pelirrojo le gustaba todo así que el mayor solo sacaba la tarjeta, no le importaba nada más que ver feliz a su pareja, adoraba los pucheros que hacía para convencerlo, los pequeños besos que recibía en su sus labios como recompensa, estaba aferrado a su cintura caminando a su espalda, en momentos le hacía cosquillas como venganza cuando volteaba a ver a algún chico o chica guapa.


—¿Celoso? —Cuestionaba pegado a sus labios, su frentes se unían, sus respiraciones se entremezclaban. —Te puedo jurar que tú eres el más guapo, mira unas patinetas.


El pelirrojo se zafo del agarre para correr a un negocio, miraba fascinado como decoraban las patinetas con el diseño que quisiera el cliente, Bang metió las manos en sus bolsillos miro despreocupado unas vitrinas es cuando su atención fue captada por un par de anillos, una sonrisa se dibujó en sus labios. La pareja continuo caminando por la orilla del mar, sus pies llenos de arena, sus manos entrelazadas, comieron en un restaurant muy exótico, no paraban de reír ante las ocurrencias del más joven, ya que no conocía ni la mitad de los platillos así que se burlaba de ellos para que al final el mayor le explicará en esos momentos Zelo lo miraba maravillado, era tan sabio, tan inteligente, que cada rasgo en él lo enamoraba. La tarde los alcanzo así que se dirigieron a un muelle la gente era casi nula, el Sol comenzaba a esconderse en el horizonte, llegaron hasta el final miraron a la lejanía, sus frentes se unieron compartiendo un cálido beso, para ambos el mejor día de su vida. YongGuk saco una cajita de su short, la abrió dejando ver un par de anillos eran color negro con una línea color plata, una inscripción por fuera que decía “You are my only love”, los ojos del más joven se pusieron vidriosos al ver como uno se deslizaba por su dedo anular, el mayor tomo su palma colocándole el otro anillo, Zelo lo tomo para después ponerle el anillo, sus miradas se cruzaron, sus labios se unieron.


—Te quiero JunHong, nunca lo olvides lo que has despertado en mi pecho nadie antes lo había hecho, tengo tantos secretos escondidos que temo que salgan a la luz porque tal vez me desprecies. —Le habló pegado a sus labios, sus ojos estaban cerrados. —Soy un cobarde que tiene demasiados fantasmas, temo lastimarte, temo que veas que no valgo la pena.


—Déjame ayudarte. —Contesto colgándose de su cuello, lo beso con pasión introdujo su lengua para disfrutarlo. —Soy fuerte, si hace falta peleare por los dos, cuéntame tus secretos para poder cargar con ellos.


Bang se aferró más a ese cuerpo, abrió los ojos para encontrarse con esa mirada, pura, limpia, llena de inocencia, de bondad, delineo con la punta de su dedo su contorno, no era justo que tanta belleza estuviera acumulada en una sola persona, esa piel blanca brillaba con los rayos del Sol, esa sonrisa traía paz, lo acomodo de tal manera que Zelo termino sentado en el barandal, Bang lo abrazaba por la cintura, recargo su cabeza en ese blanco pecho, el menor acariciaba su cabello.


POV Narración Bang Yong Guk


No supe en que momento me enamore de YoungJae, solo sé que desde niños no podía apartar mi vista de él, cada gesto, cada acción era bellas para mí, conforme crecimos mi cariño fue más notorio, discutir con Nam era lo más común, no lo decíamos con palabras pero ambos lo sabíamos, peleábamos por la misma persona, por nuestro primer amor, sería un tonto al decir que no me di cuenta que HimChan también era mi rival en menor grado pero mi enemigo, decidí mantenerme en pausa, no dar el paso por ellos, comportarme como el cobarde que soy, me prometí a mí mismo que no intentaría nada, no hasta que el más pequeño de grupo decidiera por él mismo, sin presiones. Cada día era más notorio su interés de Nam hacia Jae, trataba de mil maneras detener mis celos pero cuando mis manos rozaban sin querer con las del pequeño mi corazón no dejaba de latir, me fundía en sus ojos, sabía que era correspondido, pero temía por mi hermano por mi mejor amigo, no soportaría su odio, siempre he sido un cobarde.


—Me gusta Jae. —Me soltó un día de repente HimChan. —Sé que también te gusta así que hagamos un trato, conquistémoslo, cada quien por su lado.


—Quien pierde respetara la relación del ganador y seguiremos siendo amigos. —Extendí mi mano a lo que HimChan asintió y me dio un fuerte apretón de manos. —Sabes que eres como mi hermano así que esto será un juego limpio.


Suena tonto decir que me sentí más tranquilo con esa apuesta porque sabía que al final si ganaba no perdería la amistad de mi amigo, lo único que me agobiaba era mi hermano mayor, su comportamiento fue radicas del día a la noche, Jae huía de él, me armaba bronca por todo, yo no me dejaba aunque fuera el consentido lo enfrentaba, me frustraba tener esas discusiones, la última que tuve fue despues que HimChan me llamará para informarme que mi hermano le había hecho algo a Jae, que no paraba de llorar, temí lo peor, los celos, la furia se unieron para transformarme en una bestia, tome mi motocicleta para ir a enfrentarlo. Cuando llegue lo mire saliendo de esa casa, lo agarre por el cuello pegándolo a la pared.


—Aléjate de YoungJae, él es mío, si me enterado que lo has herido te juro que te mato. —Le grite cegado por la rabia. —Nam, tenme mucho miedo.


—Él no puede estar contigo porque me pertenece. —Me grito furioso, nuestras miradas eran similares, dos gotas de agua. —¿Ya hablaste con él?


Esa pregunta y el tono me perturbaron, conocía a mi otra mitad sabía que tenía un as bajo la manga, no me intimide, levante la mirada, lo desafié, si me enfrentaba a mi padre porque temerle a él.


—Claro, me ha dicho todo. —Mentí descaradamente pero me creyó, su rostro fue un conjunto de signos de interrogación. —Le he dicho que lo amo, él me ama así que comenzaremos una relación.


—Es mentira, es mentira. —Grito desesperado, sabía que la única manera de sacarle la verdad era presionándolo. —Voy a demostrarte que mientes.


Detecte sus intenciones así que corrí hacia mi motocicleta él me gano quitando las llaves y lanzándolas lejos de mí, me gire furioso le di un golpe en el abdomen para sacarle las llaves de auto, él me alcanzo subiéndose al asiento del copiloto, sin ponerse el cinturón de seguridad, discutimos, yo estaba nervioso no era muy bueno manejando apenas logre sacar la cartilla después de cinco intentos, él no dejaba de gritarme, comenzó a oscurecer las vueltas eran más cerradas.


—Me acosté con YoungJae. —Me grito distrayéndome del camino gire mi rostro para mirarlo furioso. —Ahora él me pertenece.


No soportaba la rabia deseaba golpearlo, matarlo, estaba seguro que el pequeño no lo había permitido, que lo obligo, que lo lastimo, cuando regrese la mirada al camino unas luces me cegaron gire el volante golpeando con el muro de contención, patinamos, no estoy seguro que paso, solo cerré los ojos, el auto giro una vez, dos veces, tres, hasta que se detuvo, un objeto se encajó en mi abdomen, cuando volví en sí, estaba de cabeza miré a mi lado y Nam había desaparecido, me quite el cinturón, cayendo al piso, me arrastre como pude, mi pierna dolía, la oscuridad había inundado el sitio.


—Nam, Nam,  ¿Dónde estás? —Grite desesperado, golpeaban el piso, una y otra vez, me sentía tan inútil. —Por favor alguien ayúdenme.


Mis ojos se enfocaron en un cuerpo a la mitad de la carretera, como pude llegue a él, ahí estaba mi otra mitad, en medio de un charco de sangre, lo guarde en mis brazos, tratando de detener ese flujo rojizo, era imposible, grite por su perdón, las lágrimas recorrieron mi rostro hasta llegar al suyo, palabras salieron de su boca, me conto una historia que no recuerdo o tal vez no quiero recordar,  murió en mis brazos, no sé en qué momento él se fue, no lo puedo recordar, es como una imagen borrosa que no tiene pies un cabezas, solo es un conjunto de fragmentos esparcidos que no deseo unir, cerré mis ojos de un momento a otro estaba en una ambulancia, los médicos me revisaban, hablaban, preguntaban, yo no salía de mi mundo, uno donde me encerré, uno del que no sé su ya he salido, estuve sentado en ese pasillo, gritando por su nombre, observe como mis padres llegaban, lloraban, gritaban el nombre de su hijo predilecto, de su orgullo, fue entonces que lo vi llegar, me desgarre por dentro, solo sentir su brazos rodeándome me calmaron pero era diferente el sentimiento, era como si ya no, nos uniera un amor puro sino la culpa, el remordimiento, minutos después llego HimChan observe como lloraba, como se golpeaba, culpándose, ¿Quién fue el asesino de YongNam? ¿YoungJae? por volvernos locos por su personalidad, ¿HimChan? por haberme enviado a seguir a Nam, ¿Yo? por no manejar con precaución, ¿Nam? Por no llevar puesto el cinturón de seguridad,  ¿Mi padre?  Por haber enviado a Nam por los papeles, ¿el conductor del camión? por quedarse dormido, ¿Quién? Todos aportamos con una trocito, todos fuimos los asesinos, el destino se encapricho con todos, fue por esa razón que asumí la culpa, dejé que mi padre me culpará para que no sufriera, nunca dije la causa de mi pelea a YoungJae para que no cargara con ese peso, no volví a mencionar a Nam para que HimChan no recordara quien me mando a seguirlo, deje de hablar de él, no me justifique, solo cargue con los señalamientos, por esa razón sujete la mano de Jae porque decidí cargar con la última voluntad de mi hermano mayor, mi amor por él murió en el momento que la vida se escapó por los ojos de Nam.


FIN POV Bang YongGuk


Zelo no dejaba de llorar, no dejaba de temblar, sus sollozos resonaba junto a las olas del mar, abrazaba con más fuerza a pelinegro quien levanto la vista, su rostro estaba limpio hace mucho tiempo las lágrimas desaparecieron de sus ojos, acaricio ese blanco rostro húmedo, beso sus labios, ahí estaba la persona que amaba llorando por él, un poco de su peso lo había pasado a esos frágiles hombros, se sentía culpable pero él se lo había pedido, solo cumplía con sus caprichos, lo tomo por la barbilla, se unieron en un desesperado beso, sus lenguas se encontraron.     

Notas finales:

Gracias por los reviews!! Les gusto ?? Aviso que el viernes pasado actualice OOS espero lo hayan leido xD Por favor no me maten :( aún falta parte de este fin de semana de escape, así que no se preocupen, si se dieron cuenta aún falta la parte en la que Nam y Guk hablaron eso será más adelante, prox cap seguimos con las escenas romanticas pero también el inicio de las desgracias :D Por favor sigan amando a BAP :D diganme que les parecio por favor !!


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