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Coffe Shop por ritsuka10

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Zelo golpeaba impacientemente el borde de la mesa de madera, giraba su rostro en busca de su amigo cuando lo vio a lo lejos lo saludo invitándolo a sentarse a su lado, sus miradas se cruzaron, tomo aire para preguntar la duda que habitaba en su mente, aquella que no lo dejaba estar tranquilo.


—Hablemos de frente ¿Por qué me contaste sobre tu hermano? —Cuestiono de golpe el pelirrosa. —Dime la verdad.


—La vez que fuimos a festejar la victoria de la competencia vi como tu novio sacaba un frasco y se tomaba dos pastillas de golpe, no sé si este enfermo pero se veía muy ansioso, muy nervioso. —Contesto bajando la mirada. —No soy nadie para juzgarlo, no conozco así que no podía llegarte con el chisme de golpe.


El joven de piel blanca sintió como un aire frio se colaba por su espalda, metió la mano para sacar el frasco poniéndolo sobre la mesa, no entendía en que le podían ayudar esos fármacos a su amante, se encontraba perdido, deseaba ser de utilidad pero no sabía qué hacer ni como comenzar.


—¿Este es el frasco que viste? —Una vez más preguntaba el pelirrosa recibiendo una afirmación por el pelinegro. —Lo encontré en su baño, no sé para que sirvan, ¿Cómo pueden dañarlo?¿Para qué son?


—Podemos ir con mi tío, él es médico, puedo inventarle que es para una tarea. —Contesto animado el joven, deseaba ayudar a su amigo. —Pero antes de ir debes decirme la verdad ¿Quién es él? Debes confiar en mí para ayudarte.


El más alto giro su rostro para no ver los ojos de su compañero sabía que tarde o temprano debía decirle quien era su amante así que mientras caminaban hacia el consultorio del tío del pelinegro le conto la verdad.


DaeHyun esperaba en una banca a su amante cuando su celular comenzó a sonar checo el número de origen tenía una lada de Busan chasqueo la lengua molesto pero sabía que debía detener a Minzy.


—Por fin contestas, yo que quería hacer una buena obra de caridad al decirte que encontré la cartera de tu amigo YoungJae Lee. —Hablo mordazmente una voz femenina. —O quieres que vaya al colegio a entregársela personalmente, ¿Cuál es tu respuesta?


—Nos vemos en mi departamento en 15 minutos. —Contesto apresuradamente el castaño tomando su mochila. —No te acerques a él.


Minzy sonrío al ver como su prometido tomaba un taxi caminó hacia la entrada del colegio para esperar al pelinegro solo unos minutos bastaron para verlo salir con cara de preocupado se desplazó para quedar frente a él, YoungJae al notar que una extraña interfería en su camino levanto el rostro.


—Hola ¿Eres Jae? —Cuestiono con una sonrisa la peliazul lo que el joven asintió. —Dae me comentó que tenía algunos pendientes pero que lo esperamos en la cafetería que está en esta calle, Hola soy Minzy.


—Mucho gusto en conocerte. —Contesto nervioso Jae pero al ver que la joven lo tomaba del brazo la recordó, era la chica de la foto. —¿Eres prima de Dae? Lo siento no te había reconocido.


El pelinegro camino emocionado con la joven aún tenía la duda sobre las peticiones de la Universidad pero después platicaría con su pareja ahora debía quedar bien con su familia, cuando llegaron al lugar se fueron al lugar más apartado cada uno pidió un frappé tratando de borrar ese aire de tensión que se comenzaba acumular a su alrededor. 


—Eres muy guapo, tus rasgos son finos, tu piel es suave, tus labios se ven tentadores. —Hablo la joven acariciando ese sonrojado rostro. —Ahora entiendo porque se ha fijado en ti.


—Gracias por los halagos pero creo que DaeHyun es más guapo tiene una gran personalidad. —Replicaba el pelinegro bajando la cabeza nervioso. —¿Has venido a visitar a tus familiares?


Minzy quito su mano para dejar de acariciar esa mejilla, era muy lindo ese chico, tuvo un rastro de remordimiento pero ella no tenía la culpa, solo diría la verdad, en un futuro ese joven le agradecería de quitarle ese monstruo de encima, tomo un sorbo a su bebida, cerró los ojos decidida a continuar con su plan.


—Te han mentido yo no soy prima de JR ni de Dae, soy su prometida. —Soltó de golpe la chica aferrándose a su vaso. —En un futuro me convertiré en la esposa de DaeHyun Jung. 


YoungJae dejó de sonreír cuando escucho esas palabras juntas su mundo se detuvo en un solo instante, su alrededor perdió el sonido, el aire que pasaba por su pecho se volvió más pesado, más difícil de procesar, era una mentira, debía serlo, Dae no le ocultaría algo tan importante levanto la mirada para fusionarse  con la de la joven.


—Mientes, debe ser un engaño tuyo. —Hablo seguro de sí mismo poniendo un gesto de molestia. —No deberías inventar estúpidas historias, mi Dae no me ha dicho que este comprometido y confió en él.


—Eres un niño tonto, en verdad te has creído sus cuentos, sabes no eres el primero en estar en su cama y claramente no serás el ultimo por favor él ha tenido de amantes lo que tú y yo juntos jamás tendremos. —Grito molesta la peliazul. —Quieres pruebas, mira.


La chica le paso una serie de recortes de diarios locales de Busan así como una invitación para una fiesta de compromiso que se había celebrado hace un año, el joven leyó con calma cada uno de esos artículos mientras su vista se volvía vidriosa, era verdad lo que esa chica decía, los estrujo con fuerza, despedazándolos, tenía que haber una explicación, Dae no le mentiría, él era una buena persona, tenía sus secretos como todos los seres humanos.


—Puede ser un compromiso arreglado eso es muy común en las familias ricas. —Volvió a replicar armado de valor. —Tal vez este huyendo de ti, por eso está en Seúl. 


—¿En verdad lo amas? Me duele darme cuenta que eres un buen chico pero tienes que darte cuenta que DaeHyun es una bestia que destruye todo lo que toca, no tiene sentimientos, ni corazón. —Grito la joven levantándose de la mesa. —Te usará, jugará contigo hasta que se aburra después solo buscará a alguien más, es un manipulador, un experto en el engaño.


El pelinegro también se levantó de su lugar no dejaría que esa extraña pisoteara la reputación de su amante, él creía en sus palabras, esos labios pegados a los suyos, estaba seguro de su amor, de su entrega, debía ser un malentendido que aclararía  con la manzana de la discordia comenzó andar hacia la salida pero una mano lo detuvo.


—Conocí a DaeHyun hace unos años, me enamore de él y sé que también lo hizo de mí, me lo juro muchas noches que pasamos juntos abrazados, me repetía una y otra vez que era su primer amor, que conmigo a su lado era capaz de vencer cualquier barrera, mi error fue nunca haberle dicho que yo sabía que nuestras familias nos comprometerían. — Comento la joven con lágrimas rodando por sus mejillas. —Cuando se enteró enfureció, me acuso de haberlo usado, de que mis besos eran falsos, que mi amor no era real, me dijo que me odiaba, que me detestaba pero no me abandono sino que lentamente me fue despreciando frente a los demás, me citaba en algún lugar y cuando llegaba estaba con otra persona, hundió mi dignidad por el lodo cuando me quise alejar él llego a mí para tomarme por la fuerza.


La peliazul se dejó caer en la silla llorando a mares, los sollozos resonaban por el lugar algunos curiosos volteaban a ver para después continuar con sus pláticas, YoungJae se quedó quieto en el mismo lugar tratando de acoplar ese rompecabezas.


—Si tanto lo odias porque sigues con la idea de casarse. —Hablo fríamente el pelinegro conteniendo su llanto, negándose a creer. —Si alguien me obligara a estar con él, lo odiaría, le tendría pavor, miedo, terror, ¿sabes? creo que le hiciste creer que abuso de ti, para que tuviera remordimientos para todos lo vieran como el villano.


—Estas tan ciego, tan imbécil, tan idiotizado. —Se levantó ofendida la joven para abofetear al chico quien solo miraba el piso. —DaeHyun no ama a nadie, es incapaz de tener sentimientos, solo es un maldito animal en celo que se acuesta con el o la primera que ve, te cambiara por otro u otra, te romperá en mil pedazos.


YoungJae tomaba su mejilla herida para detener esa mano que atacaba con darle otra cachetada obligo sentar a la joven en la silla, la tomo por la barbilla para verla a los ojos, la mitad de esa historia era verdad, la otra era una vil mentira ¿pero cuál era la falsa? O mejor dicho ¿Cuál deseaba el joven que fuera mentira? No podía desconfiar de la persona que había elegido para amar, no debía dudar de él.


—Creo que inventaste que abuso de ti, tal vez él estaba tan ebrio que no se dio cuenta lo que sucedió al otro día le hiciste creer que te había lastimado porque buscabas que te pidiera perdón, que rogara, que se humillara por ti. —Comentaba mirándola a los ojos. —Él hizo lo contrario huyo de ti, de su padre, de todo, vino a esta ciudad en busca de un nuevo inicio uno donde pudiera limpiar sus culpas, sus pecados.


—Tienes razón, eres la persona perfecta para él. —Comento la peliazul acariciando esa mejilla que ahora estaba húmeda de lágrimas. —Demasiado perfecto mientras que él está roto, incompleto, demasiado manchado para alguien tan puro como tú, no te merece Jae y sé que no tardaras en darte cuenta.


El pelinegro soltó el agarre para salir corriendo de ese lugar, le faltaba el aire para respirar corrió, corrió hasta perderse en la inmensidad de esas calles, el cansancio detuvo su andar por lo que decidió esconderse en un callejón donde se recargo en la pared lentamente se fue resbalando hasta quedar en el piso, las lágrimas salieron con mayor intensidad, le dolía, algo en su pecho ardía, esas llamas le quemaban, le consumían con tal rabia que el dolor era inaguantable, tenía miedo de preguntar, de escuchar la respuesta, de saber la verdad, de conocer la mentira, amaba a DaeHyun tanto que no podía concebir la vida sin él, grito una y otra vez su nombre, quería verlo, tocarlo, besarlo que le dijera con esa bella voz que todo fue un mal sueño.


JunHong  se sentaba en ese enorme sofá en la sala del departamento de su pareja, miraba incrédulo ese frasco, aún no podía creer lo que el doctor le había dicho ¿Bang se había vuelto adicto a los calmantes? ¿Tanto era su dolor? Sus ojos se empañaron por las dudas, por los miedos, subió las piernas para abrazarse a ellas, no sabía cómo actuar, Suga le comentó lo complicado que era hacerle ver a un adicto su problema, lo peligrosos que llegaban a ser, se abrazó así mismo con más fuerza ¿Tenía la suficiente fuerza para soportar esa carga? ¿Su amor podría ayudar a la persona que amaba? muchas preguntas, inciertas respuestas, cerró los ojos pensando la manera de enfrentar al mayor o de huir para dejarlo a su suerte, el ruido de una puerta abriéndose lo saco de sus pensamientos pero no se movió, se quedó quieto.


—Perdóname, perdóname. —Una voz profunda repetía continuamente, Bang se acercó a ese delgado cuerpo para abrazarlo, beso su cabello. —Lo siento mucho cariño, no debí gritarte de esa manera, sé que no tenías la culpa, por favor perdóname.


Zelo podía sentir esos brazos aferrarse a él, esos labios esparciendo delicados besos por todas partes, era cálido, olía maravillosamente bien, ahí estaba su respuesta, su deber era estar a su lado, ayudarlo a vencer sus fantasmas, a combatir sus monstruos, levanto su mirada para encontrarse con esas orbes cafés que mostraban arrepentimiento, miedo, culpa, tomo ese delegado rostro para besar esos labios, dulcemente, cálidamente, era una guerra, sabía que podría salir lastimado pero la pelearía por el bien de ambos.


—Siempre te perdonare porque te amo, eres la persona que hace brillar mi día. —Hablo pegado a esos labios. —Por favor confía en mí, no me escondas tus temores, soy fuerte amor no me romperé.


—Gracias mi pequeño niño. —Contesto el mayor acariciando esa mejilla. —Pero no entiendo tus palabras.


YongGuk abrió los ojos como plato al ver que su pareja le mostraba un frasco de calmantes vacío, se removió nervioso así que se levantó de golpe para despeinar su cabello con brusquedad, trago en seco ya que su pareja seguía en la misma posición sin decir palabra alguna solo continuaba agitando ese objeto.


—¿Dónde lo encontraste? —Hablo desesperado tomando el recipiente vacío. —Solo son calmantes para mi dolor de cabeza.


—Los calmantes benzodiacepinas son utilizadas en casos de ansiedad pueden también producir adicción y síndrome de abstinencia. —Hablo mecánicamente el pelirrosa levantándose de su sillón. —Un médico me lo explico, con el nombre de calmantes se hace referencia a una serie de sustancias que producen un efecto depresor, como los somníferos, los tranquilizantes, relajantes musculares, sustancias anestésicas, etc. ¿Por qué los tomas tú? ¿Por qué tienes tantos?


JunHong dio dos pasos hacia su amante quien retrocedió la misma cantidad hacia atrás sus miradas se fusionaron el menor estaba seguro de su andar mientras que el mayor temblaba, odiaba sentirse de esa manera, frágil, débil, era como una presa acorralada por su cazador, uno que no vacilaba.


—No debes meterte en mi vida, es mía así que lárgate de mi casa, nadie te da el derecho de andar viendo mis cosa. —Gritaba el pelinegro evitando esa mirada. —Déjame solo no eres nadie para decirme que hacer con mi vida.


—Si lo soy, soy la persona que más te ama en este mundo, soy la persona a la que amas. —Le grito el perlirrosa tomando el rostro de su amante. —Tengo todo el derecho de decidir qué vas hacer con mi vida, porque tú eres eso para mí, mi vida.


YongGuk sintió como sus piernas se doblegaban ante la presencia de ese ser, tuvo miedo de enfrentarlo, bajo la mirada, se avergonzaba de lo que era, en lo que se había convertido, no tenía fuerza para continuar pero no quería que ese chico cargara con él, era muy pequeño, muy joven, le dio un manotazo a esa blanca mano lo tomo por los hombros para sacarlo de su casa, lo lanzó en el pasillo junto con todas sus cosas.


—No puedes dejarme afuera de tus problemas tengo el derecho de cuidar de ti. —Grito el joven de piel blanca golpeando la puerta. —Ábreme YongGuk sé que me necesitas, sé que soy la persona que quieres a tu lado.


—No, no puedo arrastrarte a este infierno. Se ha visto que existe una asociación entre el uso de benzodiacepinas y los síntomas depresivos y, en algunos casos, las ideas de suicidio. Las dosis más altas de benzodiacepinas están asociadas a un mayor riesgo de depresión, que desaparece al reducir la dosis o dejar de tomarlas. Con el uso de estos fármacos se produce también una especie de anestesia emocional. Este es un efecto que a menudo buscan los drogadictos que, progresivamente, se van volviendo cada vez más incapaces de tolerar los estresores de la vida diaria y sus propias emociones, recurriendo a las benzodiacepinas para aliviar esta situación.—Hablaba ahora el pelinegro automáticamente. —Yo también he hablado con médicos, he leído artículos, libros, sé lo que tengo, sé cómo debo combatirlo pero quiero hacerlo solo.


Zelo continuaba golpeando la puerta, sus lágrimas rodaban por sus mejillas, no quería entender el significado de esa última palabra, “solo”, para librar esa pelea se necesitaba de un compañero, de un aliado que le diera fortaleza, fuerza, continuo golpeando en vano, lo conocía perfectamente, sabía que no cambiaría de opinión, en un solo minuto su vida había dado un giro de 360 grados, se dejó caer en el piso aún con poca fuerza tocaba esa madera mientras del otro lado un pelinegro pegaba su cabeza ya sentado en el piso, tapaba su boca para que no se escucharan sus sollozos, era la primera vez que sentía dolor que sabía que no era físico, las lágrimas rodaban por su pálido rostro, era mentira, lo necesitaba, no podía seguir solo.


—Por favor vete, deja que yo limpie mi sucia alma. —Una quebrada voz hablaba. —Por favor regresa cuando sea digno de verte a la cara, cuando vuelva a ser puro para estar a tu lado.


—Yo te necesito, yo quiero estar contigo. —Hablo entre sollozos el pelirrojo pegándose más a esa puerta. —Por favor dame una oportunidad.


Zelo lograba escuchar como su pareja lloraba del otro lado deseaba abrazarlo, besarlo, decirle que todo estaría bien, que aún podían estar juntos para esa batalla pero escucho como se levantaba, caminaba hacia su habitación cerrándola de un portazo, ahí estaba su respuesta, el mayor no tenía el valor de mirarlo a la cara, tenía miedo, el chico de piel blanca dibujo una sonrisa en sus labios.


—No creas que me daré por vencido. —Le hablo a esa fría madera, acariciándola. —No te dejaré ir.


El pelirrosa se puso de pie para salir de ese lugar, necesitaba planear una estrategia para recuperar a la persona que amaba, no lo dejaría ir tan fácilmente, estaban destinados a estar juntos, lo ayudaría a enfrentarse a sus fantasmas, a sus monstruos.


El Sr. Moon miraba el celular que estaba delante suyo sabía que era de HimChan así que discretamente coloco una chaqueta encima del aparato para después lentamente llevar la chaqueta a su cuarto donde de un rápido movimiento le quito la pila pero tuvo que dejarlo debido a que su esposa lo llamaba.


—Cariño ¿no has visto el móvil de HimChan? —Cuestionaba la mujer con una sonrisa que se esfumo al ver la negativa de su pareja. —Lo siento baby pero no está acá arriba, tal vez lo olvidaste en casa de tus amigos.


—Bueno voy a ir a ver a Zico para preguntarles a ellos. —Contesto una varonil voz. —Regreso en la tarde.


La mujer salió de la habitación para dirigirse a la cocina ya que estaba preparando la cena, Ailee había salido con unos amigos, JongUp y Kwon salieron a dar una vuelta por el parque, el hombre se dirigió a la puerta para cerrarla con llave debido a que no quería que lo interrumpieran, llego al aparato para ponerle la pila al darse cuenta que tenía contraseña probo con diferentes palabras pero no surtía efecto lanzo el móvil en la cama acostándose a un lado giro su rostro para ver una foto de él con su hijo encima del buro fue entonces que algo en su cabeza dio clic, introdujo la fecha de nacimiento de su retoño y automáticamente se abrió la configuración, trato de leer los mensajes pero también pedían un nip de identificación, se desesperó así que decidió irse al álbum de fotografías el cual no estaba bloqueado, las fue pasando perezosamente ya que al inicio solo eran selcas del rubio cuando se disponía a dejar de hurgar encontró varias fotos de su hijo sentado en una banca en el colegio, ensayando en un estudio, tomando un café, jugando con una paloma, el corazón del adulto se detuvo cuando vio una donde el rubio besaba la mejilla de un peliazul mientras trataba de sacarse una foto, la siguiente mostraba dos manos entrelazadas, un peliazul durmiendo en el hombro de una persona, a JongUp desnudo de la parte superior recostado en un sillón, un chico sentado sobre una mesa con solo un bóxer mientras hacia una señal de paz, HimChan sin camisa usando solo unos pantalones mientras tomaba una taza de café, el Sr. Moon casi se desmaya al darse cuenta que el fondo de la foto era su propia cocina, pero las ultimas fotos acabaron con su paciencia, un rubio y un peliazul se besaba, un peliazul estaba recostado en una cama solo con una sábana cubriendo sus partes nobles mientras dormía, el hombre se puso de pie, estaba furioso, molesto, como se atrevía ese mujeriego de su hijastro meterse con su pequeño, era menor de edad, solo era un niño, eran hermanos, se dirigió a su computadora para imprimir esas imágenes, deseaba escuchar respuestas a su interminables dudas.


YoungJae caminaba por las calles cuando llego a un edificio conocido ingreso para dirigirse con el portero, uso sus encantos para sacar cierta información.


—Lo siento pero el joven Dae salió hace unos 10 minutos. —Contestaba el agradable hombre. —Pero si quieres puedo abrirte el departamento, sé que eres su amigo así estarás más cómodo esperándolo.


El pelinegro agradeció con una forzada sonrisa por tan bello gesto, deseaba ser honesto pero en su pecho la duda crecía incesantemente, entro a la habitación de su amante, fue recorriéndola lentamente, identificando cada una de los objetos que se encontraban en ese lugar muchos de los accesorios eran de él, pasaba tanto tiempo con el castaño que casi se podía decir que vivían juntos, busco en ese cajón donde la última vez vio aquella foto de la joven, la saco, la admiro para después despedazarla en pequeños pedazos, no le crearía a una extraña, no podría en duda la palabra de la persona que amaba, se recostó en la cama poco a poco el sueño se fue apoderando de sus parpados hasta quedarse dormido aferrado a esas colchas, con la idea que solo era una pesadilla.


Ren caminaba por el pasillo molesto cuando llego a una puerta espero que su pareja abriera, JR estaba nervioso el rubio no paraba de preguntarle sobre aquella apuesta que escucho la mañana de la primera vez que estuvieron juntos, aquella que implicaba al mejor amigo del menor.


—Quiero la verdad JR, ¿Quién es el chico de la apuesta?  —El rubio se le puso en frente a su pareja, tenía tantas dudas. —¿Era Jae? ¿El chico de la apuesta era Jae? Maldita sea contéstame, quiero la verdad.


—No, no era Jae. —Contesto inmediatamente el pelinegro tomando por los hombros al rubio. —No, era otro chico, no tiene caso ahora hablar del pasado.


La pareja se miraba a los ojos, Ren sabía que mentía lo conocía, acaricio su rostro, beso sus labios, sabían a culpa, mentía, sus actos le gritaban esa palabra, lo abrazo, tenía que saber la verdad su mejor amigo estaba arriesgando todo su pasado, su corazón por esa nueva persona, merecía alguien que lo amara como él amaba, nunca lo había visto como ahora se miraba, Jae sonriendo honestamente, hablando de su amor por DaeHyun, creando castillos, fantasías.


—Quiero la verdad, mi corazón dice que mientes. —Hablo pegado a su oído, se separó para gritar. —Terminamos, no quiero estar con una persona que no dice la verdad que no es honesto, necesito saber sobre esa apuesta.


—Sí, lo admito. —Contesto gritando el mayor, no quería perder a Ren, lo amaba, le explicaría que apostaron pero que su primo se había enamorado de Jae. —DaeHyun y yo apostamos que él se lograba llevar a la cama  YoungJae, que podía corromperlo a tal grado de engañar a YongGuk pero debes entender…


—Mientes. —Un nuevo grito interrumpía al pelinegro, la pareja se giró para ver como Jae salía de una de las habitaciones. —¿Verdad DaeHyun que miente?


YoungJae miraba fijamente al castaño quien también entraba en ese momento al departamento, los dos se miraron, el corazón de DaeHyun se detuvo cuando escucho esas palabras, deseaba gritar para detenerlas pero su amante lo había escuchado todo, un nudo se formó en su garganta al ver como las lágrimas salían de los ojos de la persona que amaba, camino hacia él pero el menor lo evito caminando por el otro lado.


—Te lo puedo explicar, por favor déjame explicarte. —Hablo temeroso el castaño. —Es un malentendido.


—No lo es DaeHyun escuche como tú y el asqueroso de tu primo hablaban de una apuesta y de cómo te llevarías a alguien a la cama. —Le enfrento dolido el rubio, —Ten el suficiente valor para aceptar tus errores.


El mayor enfureció por la intromisión del rubio así que lo tomo por los hombros para lanzarlo lejos pero el chico tenía fuerza así que regreso a ponerse en medio de la pareja, Ren no dejaría que siguiera engañando a su amigo, ya era suficiente de tantas mentiras, Dae agarro molesto al intermediario para agarrarlo por el cuello y pegarlo en la pared.


—Tú no te metas en lo que nadie te ha llamado. —Escupió con ira el mayor. —Es mentira lo que dijiste ¿Verdad JR? Dile que es mentira lo que dijiste.


—No, es verdad. —Contesto el mencionado tomando su primo por el cuello para que dejara de presionar a su pareja. —Un amor que crece a base de una mentira no puede tener un buen final, debes hablar con la verdad, basta de mentiras, basta de juegos.


Los dos primos se miraron a los ojos, el castaño le soltó un golpe al pelinegro provocando que cayera al piso levanto el rostro en busca de Jae pero ya no estaba en el departamento, corrió al pasillo, miro como el joven entraba al elevador. YoungJae estaba recargado en la esquina de ese aparato frotaba sus manos con desesperación, su vista estaba nublada de tanta dolor, de tanto arrepentimiento cuando las puertas estaban a punto de cerrar unas manos las detuvieron.


—Déjame explicarte, por favor no te vayas así. —Suplicaba un lloroso castaño. —Por favor Jae debes escucharme.


—JR no mentía, Minzy no mentía, yo no miento, te amo DaeHyun. —Hablo el pelinegro estirando sus manos para tomar el rostro de mayor. —Necesito estar solo, aceptar que tú eres el mentiroso, tú te acostaste conmigo por una apuesta, que estas comprometido, que te iras a EUA, que solo soy uno más en la lista.


YoungJae beso esos labios como si no hubiera un mañana se colgó de ese cuello aferrándose con rabia, con sus manos tomo las del mayor para bajarlas, beso su frente, sus mejillas, se separó del joven para regalarle una sonrisa.


—Te dije que aceptaba que me lastimaras y cumplo lo que prometo. —Decía con voz quebrada tratando de no llorar. —Aunque me dijeras mil veces que me amas no te creería, no confió en ti, siento que solo soy uno más de tus amantes, mientras que si yo te digo que te amo me crearas, yo hable todo este tiempo con la verdad, abrí mi corazón y no me arrepiento.


DaeHyun deseaba gritarle que lo amaba, pero no tenía caso, ese chico frente a él ya no creía en sus mentiras, sintió como esas manos lo empujaban tranquilamente fuera del elevador, lo último que vio fue una bella sonrisa que combinaba con unas lágrimas, cayó al piso mientras la puertas se cerraban corrió hacia las escaleras, con rapidez, le dolía, le lastimaba perder a la única persona que lo amaba por quien era, llego al lobby para ser informado que su amante había subido a un taxi, regreso a su departamento donde aún la pareja se miraba, Ren se levantó para darle una cachetada al recién llegado y una a su ex pareja.


—Los dos me dan asco, no quiero verte jamás en mi vida JR, apostar así a una persona solo me demuestra lo canalla que eres. —Le hablo a un dolido pelinegro se giró hacia el recién llegado. —Te desearía que murieras pero sé que Jae sufriría más, él enserio te ama, no tienes una maldita idea de lo que te ama, esta tan ciego por ti que es capaz de perdonarte pero sabes que no te lo mereces, ni en mil años estarás a su nivel, eres una asquerosa basura.


Ren salió del departamento. DaeHyun comenzó a lanzar al piso cualquier objeto que se encontraba a su alrededor, la ira lo consumía lentamente, no quería perderlo, no podía dejarlo ir porque lo amaba, era el oxígeno que necesitaba para respirar tomo del cuello a su primo para golpearlo, si no hubiera abierto la boca,  JR contesto el golpe, ambos primos desquitaban su frustración con los puños, ambos culpando al contrario de su dolor, de su pena.


—¿Por qué tuviste que fijarte en esa maldita muñeca? —Escupía el castaño dándole un golpe el abdomen al pelinegro. —Te hubieras mantenido callado, me hubieras seguido la corriente.


—Detén las mentiras, habla con la verdad, ya es suficiente. —JR le dio un golpe a su primo abriéndole el labio. —Los dos somos culpables, tarde o temprano todo sale a la luz, era cuestión de tiempo.


El pelinegro se dirigió a su habitación, estaba cansado de huir de su pasado, harto de cumplir con los caprichos de su familiar, era tiempo que DaeHyun entendiera que el pasado no se puede evadir, no existe una pócima mágica que lo desaparezca, que en determinado tiempo te alcanzara, te hace pagar tus deudas, que era mejor enfrentarlo, tomarlo de frente, se recargo en su puerta dejándose caer en el piso escucho como su primo lloraba, gritaba el nombre de la única persona que llego amar verdaderamente, lo comprendía, ambos sentían el mismo dolor pero lamentablemente el pelinegro sabía que se lo merecía y solo se culpaba a él.


 


HimChan sorprendía a  su amante cuando caminaba por una calle, lo tomo por la cintura para acercarlo a él y besarlo, el peliazul contestaba las muestras de cariño con entusiasmo.


—¿Dónde está tu amiguito? —Cuestiono celoso el rubio. —Pensé que estarían juntos.


—Se molestó conmigo cuando le pedí que se fuera. —Contesto el menor dándole pequeños besos al rubio. —Llévame a casa, papá me hablo diciendo que le urgía verme tiene un mensaje de mamá.


El rubio asintió alzando a su pareja, lo beso con delicadeza ambos caminaron hacia el auto del mayor para después dirigirse a casa, cuando llegaron observaron como el Sr. Moon estaba sentado en la sala, tenía su mejilla recargada en sus manos cuando los miro tomo la mano del menor para ponerlo detrás de él.


—¿Cariño que sucede? —Hablo preocupada la Sra. Kim al notar la manera que el mayor miraba a su hijo. —¿Por qué estás tan enojado?


—Quiero que el pedófilo de tu hijo se mantenga alejado del mío. —Grito molesto el mayor señalando al rubio. —Mantén tus manos lejos de mi pequeño, no quiero que lo lastimes.


La mujer se interpuso entre su esposo y su hijo, no entendía el significado de esas amenazas, sabía que su hijo era un conquistador empedernido pero no lo creía capaz de meterse con un niño aún sin comprender protegería a su HimChanie aún si tenía que enfrentarse a su nuevo marido, su hijo siempre era primero.


—No te permito que insultes o agredas a mi niño. —Contesto molesta la mujer colocándose enfrente de su hijo. —Explícate primero.


—Tu hijo se ha estado acostando con el mío. —Hablo el mayor extendiendo unas fotos. —Mira como acosa a mi hijo, las fotografías estaban en su celular.


HimChan palideció al ver las imágenes que su madre tomaba, ahí estaba JongUp semi desnudo recostado en un sillón, ellos dos besándose semi desnudos, el peliazul bañándose, levanto la mirada para chocar con la de su amante, quien solo temblaba de miedo, habían descubierto su secreto y no de la mejor manera.


YongGuk buscaba con molestia su celular el cual no paraba de sonar, la lluvia no dejaba de golpear sus ventanas con furia, miró el reloj de su buro dándose cuenta que era media noche, al abrir el aparato se dio cuenta que era su novio, se agarró la cabeza con cansancio así que se sentó en el borde de la cama para contestar.


—Hola cariño, lo siento me quede dormido. —Hablo con desgano, levanto la ceja al escuchar del otro lado unos sollozos. —¿Cariño? ¿Jae que tienes? Por favor contésteme.


—Lo siento, perdóname, perdóname. —Gritaba una persona del otro lado de auricular. —Todo este tiempo te he estado mintiendo, he estado con otra persona, Bang ven por mí, tengo miedo, por favor.


El pelinegro se levantó de golpe de la cama para ponerse una chaqueta así como unos zapatos del otro lado de la bocina solo se escuchaban llantos, palabras entre cortadas, balbuceos y una interminable tormenta de fondo, su corazón no paraba de latir al imaginar que algo malo le pasaba a su pequeño.


—Por favor dime donde estas, por favor. —Hablaba desesperado subiendo al elevador. —¿Dónde estás? No importa nada solo tú me interesas.


—Estoy con la única persona que no me puede hablar, con la única que puede escucharme sin juzgarme. —Dijo entre balbuceos. —Estoy con Nam.


La llamada se cortó, YoungJae solo se abrazó así mismo, su ropa estaba empapada, la oleadas de lluvia no paraban de caer, se recargo en esa lapida, sus lágrimas se revolvían con las gotas, cerró los ojos lentamente, estaba cansado de correr, de sufrir, de amar a la persona que la había lastimado como nadie.

Notas finales:

Gracias por sus reviews  (Vale, Jullie, AldanaKat , Melanie 2PMBlaq, Sus,  adpattyChoi MisakiElfka, Gukkie,  KpopBangLo, ViMato, BangLo:) y a todos que leen y no dejan comentarios hahah :D  Una disculpa por la tardanza, el papá de Moon no es tan malo ya lo veran, Por favor apoyen a BAP en los mtv http://kr.mtvema.com/vote?category=best-korea-act#cat=best-korea-act


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