Ambos jóvenes se fundieron en una mirada, sin conocerse, sin saber su nombre se atrevían a realizar una locura, el corazón del más joven no paraba de latir constantemente sentía que se quedaba sin aire, estaba desarmado frente a ese extraño que parecía arrebatarle el aliento, comenzaron a caminar pero una voz detuvo sus movimientos.
—Totomato. ¿Dónde estás? —Hablaba una pelinegra haciendo acto de presencia, miró sorprendida a la pareja. —Tengo horas buscándote.
—Lo siento mamá. —Hablaba en voz baja el peliazul tratando de esconder su rostro sonrojado. —Estaba caminando por el jardín y me perdí.
Bang tuvo que contenerse para no soltar una carcajada, el rostro sonrojado del pequeño le dio demasiada ternura, hasta sus orejas estaban coloradas, era solo un dulce niño, tenía la piel blanca regalo de su madre, observo como el extraño soltó su mano para acercarse a su progenitora, suspiro con pesadez ahora no se podría ir porque estaba tentado a conocer más de ese chico, una nueva voz los interrumpió parecía que eran solicitados en la pista de baile.
—Lo siento pero tenemos que ir, es momento de que Hong-chan haga la presentación. —Hablaba apresuradamente la mujer jalando a su hijo.
Zelo no pudo ni despedirse debido a que fue arrastrado al interior de la casa, Bang miro en la dirección donde la pareja había desaparecido después bajo la mirada para darse cuenta que el joven había olvidado su celular, lo tomo entre sus manos y una pícara sonrisa apareció en su rostro. Un peliazul estaba siendo presentado a muchas personas extrañas, sus manos se movían nerviosamente, sonreía de manera distraída, se sentía tan fuera de lugar, tan incómodo, deseaba por lo menos tener un amigo a lado para poder sobrepasar esa situación, siempre les temió a los medios de comunicación su madre trataba de mantenerlo al margen para que pudiera crecer como un niño normal, un mesero se acercó al joven para entregarle un celular, el chico le agradeció lo guardo en su pantalón, nuevamente fue arrastrado a un grupo de extraños, muchos fotógrafos trataban de obtener sus mejores poses, se sentía como una animal raro siendo expuesto en un circo, su celular vibro, lo abrió para encontrarse con un mensaje nuevo, “Sonríe pequeño robot todo saldrá bien, tu líder te cuidará. Pdta: No son malas personas tu nuevo padre y hermano.” Cuando miro el remitente se dio cuenta que decía “From: Shishimato”, levanto la mirada para encontrar a la persona que ahora le sacaba una sonrisa de los labios, lo encontró en un rincón, vio como ese chico le hacia la señal de la paz con su dedo, el peliazul movió sus labios “¿Shishimato?”, el castaño bajo la mirada y comenzó a escribir en su celular un mensaje que después de unos segundos llegaba al celular del joven “Mi mamá también es fanática de los Matokis, así me decía cuando era pequeño. Es un secreto. ”, Zelo levantó la mirada, enseño su dedo menique haciendo una promesa en el aire, ambos sonrieron, aún en un mar de gente se reconocerían porque ambos parecían tener una conexión especial.
YoungJae caminaba del brazo de HimChan ambos hacían el papel de anfitriones de una manera magistral, tenían muchas cosas en común, un gusto exquisito por la ropa, adoraban recibir halagos por ser los mejores, elegantes, educados, distinguidos, eras dos gotas de agua, por eso el mayor se sentía frustrado si eran dos almas gemelas porque el rubio no se fijó en él, ¿Por qué eligió a Bang? Ellos eran tan diferentes, dos extremos aún no lograba entender porque estaban tan unidos, aunque le doliera admitirlo sabía que se amaban, sus pensamientos fueron interrumpidos por el padre del más joven.
—YJ, es momento de hacer la presentación oficial. —Comentaba un sonriente padre. —HimChannie siempre luces perfecto espero un día te animes para ser la cara oficial de alguna de mis líneas de ropa.
—Papá deja de acosar a mi amigo, él es demasiado especial para entrar a ese mundo tan perverso. —Defendía el rubio soltándose del mencionado para llevarse a su padre. —Nos vemos Channie.
YoungJae le hico un tierno giño, el pelinegro se quedó parado en medio del gran salón con la mente navegando por las nubes, su corazón no dejaba de latir, sencillamente cada uno de sus gestos lo enamoraban más, esa sonrisa, esos ojos, cada pequeño detalle en ese ser divino aumentaba las mariposas que habitaban en su interior.
—Si que estas jodido hyung. —Comentaba con una inocente sonrisa un pelirrojo colocándose a lado del perdido pelinegro. —Estar enamorado del novio de tu mejor amigo significa estar realmente jodido.
—¡Jovencito¡ Tendré que lavarte la boca con agua y jabón. —Gritaba entre sorprendido y asustado, ese chico realmente era raro. —Son cosas de mayores así que no debes meterte hasta que hayas madurado.
JongUp volteo los ojos ¿Madurar? Era verdad que su nuevo hermano tenía más años pero honestamente él era más maduro que ese pelinegro, solo bastaba con verlo actuar, era un tan infantil, solo faltaba que aún se bañara con un patito de hule, entrecerró sus ojos.
—Tengo 17 años así que te puedo asegurar que soy lo suficiente maduro para entender que te mueres por ese rubio. —Le enfrentaba con un puchero en el rostro. —Y que ese chico es novio de tu mejor amigo por lo que entendí por las conversaciones que tenían tus amigos.
—¿Maduro? Por favor, vi tu ropa interior y tiene figuritas de pokemons. —Le contestaba señalándolo con un dedo. —No deberías escuchar conversaciones ajenas.
Los dos hermanos se miraron a la cara, parecía que de sus ojos salían rayos laser tratándose de asesinar, sus mejillas estaban sonrojadas, el mayor no podía creer que fuera superado por ese extraño, un chico que no dejaba de sonreír, que parecía vivir en la luna, mientras el menor solo disfrutaba de molestar a su nuevo hermano, eso se supone lo que hacen los hermanos menores ¿No? Lejos del pleito familiar otros dos nuevos hermanos se miraban a los ojos, un nudo se formó en sus gargantas, un incómodo momento.
—YoungJae, él es Zelo y será tu nuevo hermano menor. —Comentaba con una sonrisa el hombre de castaños cabello. —Espero se lleven bien.
—Mucho gusto Zelo. —Saludaba elegantemente el rubio, no estaba contento de compartir a su padre pero tampoco se comportaría como un niño malcriado. —Bienvenido a la familia.
El joven se sintió aliviado por esa última frase así que se animó abrazar a su hermano mayor quien lo recibió sorprendido, ambos estaban temerosos de compartir a sus respectivos padres, HongKi se sintió emocionado así que jalo a su esposa para compartir un abrazo familiar, los reporteros no pararon de fotografiar tan bella escena, todos miraban enternecidos. Bang tenía metidas las manos en los bolsillos, estaba contento que su novio tuviera un hermano a quien cuidar, sabía que existía un mar de diferencia entre ese rubio y él, pero lo quería, en verdad lo amaba, a su lado se sentía en paz, tan tranquilo, era hermoso, su sonrisa, sus ojos, todo era sencillamente bello, saco su celular para tomar una foto de los nuevos hermanos ambos formaron un corazón el publico soltó una risa por tan tierna escena, el castaño bajo la mirada para ver la imagen, ahí estaba su novio y su nuevo amigo, su pasado haciendo contraste con su futuro, una persona que conocía desde hace años y un extraño que había sacudido su mundo, “Me agrada mi nuevo cuñado” sonrió para sus adentros, esos dos seres despertaban sentimientos encontrados uno podría ser el amor de su vida y el otro su mejor amigo, creía estar seguro quien era quien pero el destino es tan caprichoso que tal vez le jugaría una treta muy sucia.
Los nuevos hermanos se miraban a la cara después de hacer esa escena tan cursi, de formar un corazón con sus brazos, más allá de sus temores deseaban también formar parte de una familia completa, voltearon a ver a sus respectivos progenitores, sus bocas quedaron boquiabiertas al ver que compartían un dulce beso, sus manos estaban entrelazadas.
—Nunca había visto tan feliz a mi madre. —Soltó de repente el más alto. —Gracias por compartir a tu padre.
—Lo mismo digo. —Contesto el rubio. —Somos una familia hermanito.
La fiesta continuo con gran emoción todos parecían disfrutar de ese lugar, JongUp se acercó a Zelo para saludarlo y pasaron varios minutos conversando, poco a poco los invitados fueron desapareciendo quedando solo unos cuantos. Niel habia tomado por error ponche con algo de whisky así que término desmayado por lo que CAP se ofreció a llevarlo a casa, Zico también se comportó caballerosamente con Ren y lo acompaño a su hogar. HimChan y Bang estaban sentados en la terraza el segundo odiaba esas fiestas así que se pasó todo el tiempo deambulando por el jardín desde ahí observo a su querido novio disfrutar de su noche, presentando a su nuevo hermano con todo el mundo, estaba feliz de verlo contento.
—Pensé que te irías al concurso sin importar nada. —Comento de forma casual recargándose en el barandal. —¿Qué te hizo cambiar de opinión?
—Aunque lo dudes amo a YoungJae. —Contestaba tomando un sorbo a su copa. —Era una noche importante para él así que aunque no me guste debo estar a su lado, para apoyarlo.
HimChan miro el cielo, una punzada apareció en su pecho, odiaba ese sentimiento, no podía dejar de ser el mejor amigo de Bang pero tampoco podía dejar de sentir ese amor por YoungJae, se aferró del barandal con fuerza anhelaba tanto no tener corazón ya que solo le traía dolor y sufrimiento.
—¿Entonces por qué lo sigues engañando? —Hablo amargamente. —¿Por qué no le puedes ser fiel?
—Es tonto que me lo preguntes, tú me conoces más que nadie, sé que me odias, que me aborreces. —Se puso frente a él. — No sabes cuánto me arrepiento de que nos hayamos enamorado de la misma persona pero lo necesito, lo quiero.
Siempre fueron los mejores amigos, compartieron tanto dolor juntos, momentos maravillosos en su infancia, apoyándose mutuamente hasta que el destino les hizo la peor jugarreta, dos seres que eran casi como hermanos fueron quebrantados por amar a la misma persona.
—Jugamos limpio, ambos decidimos conquistarlo y quien perdiera respetaría la relación del ganador. —Le contesto enfrentándolo. —Hasta ahora me he mantenido al margen porque no quiero ser el causante de romper el corazón de la persona que amo, pero si te equivocas y lo pierdes estaré ahí para curar sus heridas y quedármelo.
—Lo sé. He cometido muchos errores y temo que al final él termine en tus brazos porque eres mejor que yo. —Contesto melancólicamente ofreciendo su mano. —Pero el día que él me deje por ti no me opondré.
HimChan tomo la mano de su mejor amigo, eran rivales, eran amigos, siempre hablando de frente, sin trucos sucios, sin engaños ni mentiras.
—Hyung tengo sueño, nuestros padres se fueron hace rato y nos dejaron abandonados. —Aparecía un adormilado pelirrojo. —Ya me despedí de mi amigo ¿Podemos irnos?
Ambos hombres miraron al extraño, una risa apareció en sus rostros, el más joven fue presentado formalmente, para Bang fue increíble la manera que esos dos conversaban, se veían realmente extraños, el chico parecía sacar de sus casillas a su mejor amigo con cada comentario que salía fuera de contexto.
—Me tengo que ir o tendré que cargar al raro. —Comentaba con una tímida sonrisa. —Cuidate y pórtate bien.
—Está bien Omma-Chan, llévate a tu pollito a dormir. —Contestaba el mayor tratando de mantener una carcajada ya que su amigo llevaba jalando de manera tierna al pelirrojo. —JongUp fue un placer conocerte.
El mencionado se despidió con su típica sonrisa mientras jalaba el saco de su hermano mayor quien iba furioso por el comentario. Zelo subió a su habitación estaba cansado de esa agitada noche, lamentaba no haberse despedido de su nuevo amigo, miro la pantalla de su celular mientras se recostaba en su enorme cama, mordió sus labios con angustia, deseaba mandar otro mensaje pero no estaba muy seguro, se levantó para ponerse la pijama y lavarse la cara, despejaría sus dudas un momento. Bang y YoungJae estaban en el jardín, el mayor estaba sentado recargándose en la base de un árbol mientras tenía entre sus brazos a un rubio, besaba su cuello con dulzura.
—Creo que no es mal sujeto mi nuevo hermano. —Decía entre sonrisas el menor. —Es muy bello, me agrada mucho.
—Ahora son una familia preciosa. —Comentaba con sarcasmo el mayor. —Estoy contento de ver que estas más tranquilo veras que ese nuevo chico solo te traerá alegrías. Cambiando de tema estaré un par de semanas fuera, mi padre quiere que vaya a ver Japón a ver el debut de su nuevo grupo.
El mayor hundió su nariz en el cuello de su pareja para comenzar a besarlo, sus manos estaban entre lazadas, las caricias fueron subiendo de tono, el mayo fue dejando pequeñas marcas mientras el rubio gemía en silencio, su relación no estaba basada en el sexo aunque ambos lo llegaban a disfrutar había algo que los separaba, sus pieles no tenían esa química que les provocara la locura extrema.
—Estoy cansado. —Trataba de detener las caricias el más joven. —Es muy tarde.
—Lo sé. —Contesto dándole un beso en la frente. —Regresando espero me recompenses.
Sus labios se unieron nuevamente en un delicado beso, se quedaron abrazados un momento bajo la luz de la Luna, en esos instantes se sentían tranquilos, en paz, esa era la razón por la cual creían que debían estar juntos, sencillamente porque se complementaban, no había locura, ni excitación, solo lógica y costumbre. Se despidieron de manera dulce y cortes. HimChan llegaba a su casa miro a su copiloto para darse cuenta que estaba dormido, rodo los ojos con signos de frustración, salió del auto y entró a la casa dejaría que ese mocoso se congelara en el coche, abrió la puerta camino hacia las escaleras para llegar a su habitación, se asomó por la ventana de ahí se veía como su pequeño hermano se acurrucaba en el asiento, “Tendrá frio?” se cuestionó mentalmente, revolvió su cabello con molestia así que se dispuso a salir, llego frente al auto y abrió la puerta para después cargar al joven de piel canela quien al sentir el calor se abrazó más a su héroe. El pelinegro estaba furioso pero al sentir esos suaves brazos aferrarse a su cuello se calmó, no era tan pesado además de que sin querer sus manos tocaban su trasero, una pícara sonrisa apareció en sus labios, se dejó llevar por aquel dulce aroma que parecía rodear a ese extranjero, llegó hasta a su habitación acomodándolo suavemente en la cama, acomodo su rebelde cabello para observar ese lindo rostro, el lunar en su nariz era gracioso.
—No sabía que mi hyung era un acosador. —Hablo el más joven levantando una ceja sin abrir los ojos. —Ahora tendré que cuidarme.
—Tu pequeño!! —Grito sorprendido mientras se levantaba ofendido. —Me has hecho cargarte.
JongUp abrio los ojos de golpe mostrando su bella sonrisa después se lanzó hacia su hermano mayor para abrazarlo.
—Eres tan lindo. —Comentaba pegando su mejilla a la blanca del mayor. —Gracias.
—No creas que me en contentaras. —Se defendió con aires de grandeza. —Ya es tarde anda a dormir.
Ambos se quedaron abrazados, el joven de piel canela regreso a su cama con una enorme sonrisa dibujada en su rostro, el mayor se despidió, cerró la puerta donde se recargo, miro el techo algo tibio nacía en su pecho inundándolo de una felicidad nunca antes sentida, el joven que se quedaba en la habitación también tenía ese pequeño fuego recorriendo su cuerpo, “Que significa esto” sus mentes evocaron el mismo pensamiento con sus manos tocando su pecho. Zelo estaba tranquilamente recostado en su cama aún miraba su celular, deseaba dormir pero quería escuchar la voz de ese extraño, solo una vez más, sus parpados cada segundo eran más pesados pero la tonada de Frank Ocean comenzó a retumbar en la habitación, contesto la llamada.
—¿Dormido? —Una grave voz cuestionaba. —Lo siento tal vez si y yo te desperté.
—No, no te preocupes. —Se apresuró a responder, su pecho no dejaba de latir. —¿Llegaste con bien a casa?
El silencio inundo nuevamente la habitación ninguno de los dos sabia porque estaban haciendo eso pero lo necesitaban, como el aire que respiraban, era algo tan complicado para explicar que mejor no pensaban y se dejaban llevar.
—Sí, en un par de horas viajare a Japón, trataba de dormir pero tenía que saber cómo te la pasaste hoy ¿Te gusto tu nuevo hermano? —Comentaba el mayor mientras se recostaba en lado derecho de su cama. —Es una buena persona, no tengas miedo de él.
—Sí, además es muy bello. —Suspiraba acomodándose en el lado izquierdo de su cama. —Deberías tratar de dormir un momento el viaje será pesado ¿No tienes sueño?
Una vez más el silencio reinaba, solo sus respiraciones se colaban por la bocina, ambas estaban sincronizadas, tonto momento.
—Sufro de insomnio, comúnmente no puedo conciliar el sueño es como si mente estuviera atestada de ideas. —Lograba decir mirando hacia el lado izquierdo, cerró los ojos. —A veces desearía encontrar un interruptor para apagarla y poder descansar.
—Yo sufro de parálisis de sueño así que a veces mi mamá duerme a mi lado. —Comento inocentemente pero una risa sonrojo sus mejillas. —Dicen que la mejor manera es estar acompañado de alguien que sientas que te proteja o que desees proteger.
Bang poco a poco fue cayendo en un profundo sueño aún estaba consiente, la voz de ese joven taladraba su mente abrió sus ojos de golpe y por un solo segundo pudo verlo dormir a su lado, una torcida sonrisa apareció en su rostro, estiro su mano para tocar su blanca mejilla nuevamente enfoco su mirada ahí estaba también YoungJae sonriéndole.
—Podías continuar hablando. —Comentaba entre sueños. —Hasta que logre conciliar el sueño.
—Claro pero en cualquier momento me quedare dormido. —Contestaba el peliazul mientras cerraba sus ojos e imaginaba que a su lado estaba ese extraño mirándolo. —Lo bueno es que hablo aun cuando el sueño me ha invadido.
Ambos estaban invadidos por miles de emociones que encendían cada célula de su piel, un fuego los quemaba tan delicadamente que no sentían agonía sino todo lo contrario, era la primera vez que encontraban a alguien tan similar, dos gotas de agua que por azares del destino se conocían. Zelo cayó en un profundo sueño, Corea era un lugar maravilloso donde había encontrado un maestro, un sensei, su complemento. Bang también cayó en un profundo sueño por primera vez lograba descansar la imagen de su actual novio y de su nuevo amigo inundaba su mente, deseaba proteger a esas dos personas por que uno de ellos era su primer amor y la otra su complemento. YoungJae descansaba plácidamente hasta que el sonido de su celular interrumpía su bello sueño, al ver quien lo llamaba contesto molesto.
—Solo te di mi número por si tenías alguna duda con la tarea y honestamente no creo que a esta hora hagas tus deberes. —Hablaba somnoliento. —¿Qué quieres?
—Asómate por la ventana. —Contestaba un evidente borracho DaeHyun. —Está a punto de salir el Sol por el horizonte.
El rubio se removía entre sus cobijas tratando de reconciliar el sueño, solo escuchaba las exaltaciones de su nuevo compañero de clases por la bocina, no dejaba de gritar lo bello que iba ser ese amanecer, claramente estaba borracho, una sonrisa se formó en sus labios no tenía ni 24 horas de conocer a ese extraño y seguía sus órdenes, recorrió las cortinas, abrió la ventana camino por el balcón hasta recargarse en el barandal.
—Aún esta oscuro ¿Por qué me hablas ebrio? —Contesto débilmente. —Eres una mala influencia.
—Mi primo JR se perdió con una chica y deseaba compartir este paisaje con alguien especial así que pensé en ti. —Comentaba el joven desde el techo del edificio donde vivía. —Mi primer amigo.
YoungJae soltó una media sonrisa se quitó la colcha en el que estaba envuelto, extendió su mano mientras que con la otra sostenía el celular, simulaba volar, cerró los ojos sintiendo el tenue calor de los primeros rayos de Sol golpeando su piel sin saber que DaeHyun hacia el mismo movimiento.
—A veces desearía escapar de todo, ser un ave que vuele sin cadenas. —Suspiraba en silencio el castaño. —Quiero recorrer el mundo ¿Me acompañarías?
—No me conoces, no te conozco. —Argumentaba el inteligente rubio. —¿Por qué hacer una locura con un desconocido?
DaeHyun comenzó a tararear una canción automáticamente el rubio lo secundo, sus voces se complementaron en un instante. YoungJae nunca hacia esa clase de locuras, era un ser racional pero solo por un segundo quería perder la cabeza, sentirse vivo y la voz de ese extraño lo invitaba a transformarse, a evolucionar.