El hombre mayor se puso de pie rascando su cabello molesto no quería permitir la reunión de su hijo con aquel joven en su interior la culpa lo carcomía por hacer sufrir a una buena mujer como lo era su actual esposa, la madre de HimChan.
—No debes involucrarte en las decisiones de nuestro hijo. —Hablo decidida Zoe enfrentando a su ex esposo. —Nosotros cometimos muchos errores así que no tenemos derecho de juzgar las decisiones de Up.
—Gracias mamá. —Contesto emocionado el menor caminando hacia la puerta. —Llego al aeropuerto.
La mujer se despidió dándole un beso a su hijo en la frente deseándole suerte no conocía al famoso HimChan pero era consiente que era una persona importante para el menor, lo sabía al notar como hablaba de él, la forma que sus ojos se opacaban al no tenerlo a su lado, no podía detenerlo, no podía juzgar su relación cuando ella misma nunca pudo arreglar sus issues con su ex esposo por el cual aún tenía sentimientos encontrados, aún sonreía como una tonta cuando lo escuchaba cantar, no era una buena maestra para las cuestiones de amor, miro de reojo a Gi quien contesto con un suspiro, continuaban siendo un par de idiotas que no conocían su corazón. JongUp salió del hotel encontrándose con el auto de su hyung se arregló la ropa rápidamente para después subir.
—¿A qué hora sale tu vuelo? —Cuestiono el mayor arrancando el vehículo la no haber respuesta se giró hacia su compañero. —¿Qué sucede?
—Te quiero HimChan. —Contesto automáticamente para después besarlo sin previo aviso. —No quiero cenar quiero aprovechar el tiempo que nos queda, vuélveme hacer el amor.
Una mueca de nostalgia se dibujó en el rostro del rubio quien contesto el beso tiernamente, era momento de decir adiós, tampoco quería gastar el momento en una insulsa cena anhelaba volverse hundir en la piel morena de su amante, escucharlo gemir bajo su cuerpo, morderlo, marcar cada centímetro de su cuerpo, llegaron al departamento de Bang notando que estaba semi vacío solo un sofá con una sábana y velas a su alrededor adornaba el lugar.
—¿Ya lo tenías planeado? Pervertido. —Hablo el menor colgándose del cuello de su pareja, mordiendo su labio inferior. —Me encantas.
—Espera, antes quiero que nuestra situación quede en claro. —Le detuvo el mayor tomándolo por las manos. —No quiero estar en este momento contigo, no viajare a Los Ángeles me iré a Francia.
La respiración de Up se detuvo sus manos temblaron por tal afirmación ¿Viajaría para estar con Jae? ¿Intentaría una relación con él? Las dudas lo atacaron, el temor se apodero de su interior, la desconfianza apareció devorando sus esperanzas, recordaba la última conversación, tontamente pensó que su situación se arreglaría ¿Fue una mentira? HimChan lo observo detalladamente, estaba harto de que pensara que aún amaba a Jae, sabía que esa fue la principal razón por la cual no le dijo sobre YongGuk y Zelo, demostró con creces que lo amaba, que cambio por él, que no tenía miedo a entregar su corazón, era momento que Up confiara en él, en sus palabras, que no mal interpretara sus acciones, que hiciera las preguntas correctas para recibir las respuestas indicadas.
—¿Por qué no quieres estar conmigo? —Pregunto acercándose a sus labios fusionando sus alientos. — ¿Qué buscas en Francia? ¿Cuándo podremos estar juntos? Sé que me amas.
—Por fin dices lo que quiero escuchar, me siento culpable por la situación de mi madre no puedo irme contigo y abandonarla, me parte el corazón verla sufrir odio a tu padre por el daño que le está causando. —Contesto dándole pequeños besos, abrazándolo por la cintura. —Ella quiere ir a Paris para tomar un curso de arte, yo entrare a una Universidad como intercambio también busco que mi amistad con Jae vuelva a ser como antes, te amo pero debo aceptar que tenemos algo de culpa en todo el caos creado entre nuestros padres.
Jong se colgó a su cuello afirmando ante su última frase, era verdad, en la relación destruida la única afectada fue la señora Kim, ella cargo con las dudas de su padre, comprendía lo que su pareja buscaba hacer, confiaba que Him ya no tenía afecciones sentimentales por YoungJae, solo eran los mejores amigos que deseaban crecer juntos como siempre lo hicieron pero no había obtenido respuesta de su última pregunta.
—No puedo darte una fecha donde asegure nuestro reencuentro solo te pido tener fe y confianza en el hechizo que pusiste sobre mí, nunca he amado a alguien como lo hago contigo. —Dijo levantando a su pareja para llevarla hacia el sofá. —Dejemos que nuestros caminos se vuelvan a encontrar como lo hicieron la primera vez.
—Prometo pelear por mis sueños, prometo crecer como ser humano, como artista. —Dijo con lágrimas rodando por sus mejillas. —Mi hechizo no tiene fecha de caducidad, siempre me amaras solo a mí.
Ambos sonrieron, la época de estar juntos había llegado a su fin, cada uno obtenía lo que buscaba con tanta ansia, encontraron el amor con el que soñaron, su historia tenía capítulos manchados con lágrimas pero solo iban a la mitad ese no era su final, les quedaban muchas páginas que escribir, tantas anécdotas por contar, el rubio coloco al menor sobre el sofá, le quito el suéter que llevaba, desabotono uno a uno su camisa, despacio la piel fue quedando a la vista, la beso, la mordió, desabrocho su cinturón, le bajo los pantalones junto con la ropa interior dejándolo desnudo a su merced, delineo su marcado abdomen, beso su cadera hasta llegar a su intimidad, la tomo en sus manos masajeándola, con la punta de la lengua la humedeció, los gemidos escapaban de la boca del menor quien se aferró a la cubierta del sillón, la rasguño.
—Extrañare tener tu boca entre mis muslos. —Gimió el menor levantando sus caderas, cerrando sus ojos. —Por favor mantén contacto conmigo.
El rubio no pudo contestar debido a que su garganta llego un líquido blanco se puso de pie relamiendo sus labios, se quitó la ropa despacio para que su pareja disfrutara el espectáculo, su blanca piel como mármol fue iluminada por la luz de las velas, se acarició lento, sus manos recorrieron su abdomen, su pecho, su entrepierna para despertarla más de lo que ya estaba, camino hacia saco de su chamarra una pequeña botellita la cual llevo hacia su pareja para donde vacío su contenido, humedeciéndolo lo preparo para ingresar a él.
—Aunque no estemos juntos físicamente todas las mañanas prometo pensar en ti, antes dormir besare una de tus fotos. —Hablo seductoramente el rubio adentrándose a los muslos de su amante, beso sus labio. —Este no es un adiós es un hasta luego.
Sus labios e hundieron en un demandante beso sus cuerpos se volvían a complementar, volviéndose uno como siempre lo fue, aunque era momento de despedirse no significaba un adiós, no era el fin, es solo el inicio de un nuevo ciclo, de un repentino giro del destino que los volvería a reunir en el futuro.
La pareja descendió del vehículo sus manos estaban entrelazadas caminaron rápidamente hacia una de las salas de espera donde vieron a dos personas paradas con un par de maletas en sus manos, se colocaron frente a frente, sus ojos se fundieron en una sola mirada, en un mismo pensamiento.
—No quiero dejarte ir, no puedo. —Dijo con voz cortada el mayor besándolo. —Sé que es lo mejor pero te amo tanto.
JongUp dibujo una enorme sonrisa en su rostro, se colgó al cuello del rubio acurrucándose en su pecho absorbiendo esa elegante fragancia que rodeaba a su pareja, las lágrimas hicieron acto de presencia escapándose por sus mejillas se hundió más en ese sentimiento, era momento de irse, tiempo de un nuevo camino, noto como un objeto era puesto en sus manos abrió los ojos descubriendo aquel objeto amarillo que al apretar hizo “cuac”, fue entonces que el dolor se desbordo en su interior.
—Cuídalo por mí. —Hablo entre sollozos tomando la barbilla del menor. —No me olvides.
—Nunca hyung, no llores solo es un tiempo. —Dijo tratándolo de consolar se quitó el collar de madera que siempre llevaba. —Es de la suerte, te cuidara por mí.
HimChan se agacho para que el Up le pusiera el accesorio observo el reloj, era el momento, lo beso por última vez, delineo su rostro, su cuerpo no podía soltarlo fue entonces que el menor se separó caminando hacia atrás alejándose poco a poco guardando el pato de hule en su ropa, las lágrimas escapaban de sus rasgados ojos pero continuaba sonriendo, como siempre, estaba feliz, levanto su mano para hacer una señal, los señores Moon recibieron a su hijo para abrazarlo, reconfortándolo, dijeron adiós con un ademan y caminaron a la puerta donde debían tomar su vuelo, el rubio se quedó parado en esa estancia repleta de gente sus pies se movieron hasta que perdió de vista a su amante, de pronto unos brazos lo sujetaron por la espalda se giró para ver a su hermana.
—El vuelo saldrá en un par de minutos. —Dijo escondiendo su rostro. —Vamos con mamá.
—¿Iras con nosotros? —Cuestiono sorprendido recibiendo un si como respuesta. —Anda es tarde.
Los dos fueron alcanzar a su madre quien los recibió con los brazos abiertos, la familia Kim era pequeña tal vez faltaba una figura paterna pero eran felices se tenían a ellos para cuidarse, la señora tomo en sus manos el rostro lloroso de su hijo, beso su frente, limpio sus lágrimas, con una sonrisa le decía que todo iba a estar bien, que el destino era jugador empedernido siempre lanzando al azar la suerte de las personas pero también era un sabio que conocía que cada ciclo tenía un fin, cada etapa un propósito.
—Jae me dijo que hay muchas tiendas de ropa exclusiva. —Hablo cortando la tensión. —Si se portan bien mis dos chicas favoritas prometo comprarles algo.
—Soy tu madre así que me debes comprar algo. —Contesto con un puchero la señora. —¿Daniel Craig es francés?
—No mamá es británico. —Hablo Ailee sonriendo. —Pero escuche que estaba grabando una película en Paris.
El rubio levanto la ceja con un gesto de sorpresa, su pecho se inundó de paz en ese momento, lo importante era su familia tenía toda una vida por delante, camino en medio de sus chicas mientras las escuchaba hablar de galanes de moda, haciendo planes de todos los sitios que visitarían.
Club Warrior
La música estaba en su máximo esplendor una guerra de bandas de rock se celebraba en el escenario principal, la gente no dejaba de apoyar a su favorito todos disfrutaban del show, un pelirrosa no paraba de saltar, de brincar con sus compañeros, brindaron por el éxito obtenido por el evento.
—Eres muy bueno armando este tipo de festivales. —Dijo con una enorme sonrisa Hoon abrazando a su pareja por la espalda. —Por favor no le digas a YongGuk que te dimos alcohol.
—No te preocupes además no tome mucho. —Contesto el joven dirigiéndose a la pista de baile con Kiseop y Kevin. —Tienen que esperar a que cante AM es buenísima.
Saltaron fascinados por la notas musicales, JunHong había decidido convertir ese club en el mejor adoraba pasar las tarde con Guk planeando eventos que mostraran los distintos géneros musicales que había, pop, jazz, rock, rap, etc dejarían ver que ese sitio era un lugar donde cualquier artista podría expresarse por medio de la música, de pronto unos brazos lo rodearon por la espalda giro su rostro topándose con un joven que llevaba una gorra negra y una enorme sonrisa que dejaba ver sus encías.
—Eres un genio, tienes madera de empresario con alma de artista. —Alabo dulcemente dándole un beso en la nuca. —Eres el mejor.
Bang brinco a lado de su compañero de andanzas, adoraba estar a su lado, cada gesto lo enamoraban más, la primera vez que lo vio supo que tenían un lazo especial el cual confirmo cuando DaeHyun le conto la verdad, se arrepentía de haber sido cobarde, de no haberle dado su lugar cuando se lo merecía, todas las noches intento recordar pero le fue imposible esas memorias fueron borradas de su mente presentía que no las recuperaría jamás, disfruto la fiesta con sus amigos de U Kiss, conoció a BTS haciendo gran amistad con Rap Monster, el momento de la premiación dejo que Zelo entregara el trofeo, el éxito del evento fue gracias a su enorme dedicación, poco a poco el lugar se fue vaciando al final se quedó abrazado al menor en la barra donde se despidió de los últimos.
—Anda te llevo a casa. —Comento el pelinegro al oído del pelirrosa quien ya estaba algo mareado. —Mataré a Hoon cuando lo vea.
—No tuvo la culpa yo fui quien le rogo que me diera de su cerveza. —Contesto sonriendo el menor colgándose del cuello de su compañero. —No quiero dormir esta noche solo, vamos a tu oficina.
EL mayor no tuvo tiempo de contestar ya que unos labios sobre los suyos detuvieron que sus palabras salieran correspondió con la misma intensidad, tenían una extraña “relación” de ese hecho era consiente pero aún no podían decir que eran una pareja ya que nunca se le confeso, finalizo el beso para arrastrarlo a la habitación, al llegar tomo asiento en su silla detrás del escritorio mientras que Zelo se acomodó sobre la mesa.
—Por más que intento no puedo recordar lo que hubo entre nosotros solo sé que me atraes, que me complementas, que solo me basta escuchar tu sonrisa para poder levantarme. —Dijo el mayor acercándose a la mesa mientras Zelo colocaba una pierna en cada extremo de la silla. —¿Tu y yo hemos tenidos relaciones?
—Sí cuando me acompañaste a un torneo de skate. —Contesto el pelirrosa jalando del cuello de la camisa al mayor. —Muchas noches dormimos juntos, he olvidado el número de veces que me hiciste el amor.
Sus mejillas se sonrojaron ante la declaración desvió la mirada debido a la infinita vergüenza que lo embriagaba se relajó al sentir una manos abrazarlo por la cintura, era tiempo de decir la verdad, enfrentarse a su pasado, de encarar la consecuencia de sus actos, una persona no puede vivir de engaños.
—Tuve que estar perdidamente enamorado de ti, nunca tendría relaciones con alguien que no fuera importante. —Confeso apenado el pelinegro hundiéndose en el pecho del joven. —Aunque no recuerde sé que eras una persona especial.
—Hicimos muchas locuras, en el camino lastimamos a personas, nos herimos, lloraste, llore pero al final estamos aquí. —Hablo con voz cortado abrazando la cabeza de su pareja. —Juntos.
Bang cerró los ojos para escuchar el latir del corazón del menor, cuando murió Nam decidió tomar su lugar por esa razón comenzó una relación con YoungJae, dejo sus sueños para formar parte de la empresa de su padre, compuso canciones, dirigió debuts, produjo discos, pero era infeliz porque perdió su identidad, dejo de ser él, de seguro engaño a Jae, su debilidad lo volvió adicto al prozac, a los calmantes, a las pastillas para dormir, se sumergió en un espiral de decadencia, se fue volviendo loco, pedio el control de sus emociones, de seguro cuando conoció a Zelo ya estaba tan corrompido que se sintió culpable de estar tan sucio, tan manchado, mientras que el menor era un arcoíris lleno de juventud e inocencia, intento hacer bien las cosas, termino con Jae pero su dependencia a él no lo dejaba ser libre, fue su apoyo tanto tiempo y lo amo desde niño que era casi imposible deshacerse de tal necesidad, defraudo a HimChan, al final del camino se encontró con un tumor en la cabeza, una amistad rota, una relación quebradiza, esos eventos los dedujo después de leer los mensajes de su celular, las letras de su libreta de música, de descifrar el enredo que era su departamento con recetas, con agendas llenas de citas a médicos, no era difícil saber la verdad, abrió los ojos a causa de unos sollozos levanto la mirada topándose como Jun quien lloraba desconsoladamente.
—Lo sabes ¿verdad? —Dijo con voz entrecortada. —Alguien ya te dijo la verdad ¿Me odias?
—Nunca. —Hablo incorporándose tomando por la barbilla al menor. —No se puede aborrecer lo que tanto se ama.
Flash back
El joven movía desesperadamente sus rodillas, estaba nervioso así que continuamente acomodaba su camisa miro la puerta donde el las letras de “CEO Bang” estaban escritas de un momento a otro una mujer se le acerco.
—Puede pasar su padre ha terminado su junta. —Dijo amablemente.
Bang agradeció con una elegante reverencia para después caminar hacia la oficina donde toco y una voz le indico pasar, tomo asiento delante de su padre quien lo miraba dudoso, no lograba aceptar que estuvo a punto de perder a su hijo menor, le lastimo descubrir días después sobre la operación.
—¿Has leído la petición que te envié? —Cuestiono seriamente el mayor a lo que su padre asintió. —Nam fue quien murió en el accidente, yo soy Guk padre, yo no estoy listo para hacerme cargo de la empresa.
—Lo sé, cuando dejaste de hablar de las misiones humanitarias y de dedicaste a componer supe que algo malo pasaba contigo. —Se sinceró moviendo las manos nerviosamente. —Fui tan débil que no pudo ayudarte a levantarte deje que otras personas lo hicieran, me sumergí en mi dolor olvidando que tú también sufrías, que tú también eras mi hijo.
Sus ojos se opacaron, los padres no son Superman o la mujer maravilla, son humanos que también se equivocan, niños que siguen teniéndole miedo a la oscuridad, no existe un manual que indique como educar, cuidar a un hijo solo son personas que deben guiar y que solo a veces no están preparadas.
—Amo la música, componer y escribir es mi pasión. —Comento levantando la mirada para toparse con los ojos de su progenitor. — Pero…
—Pero no es tu deseo estar encerrado en un estudio desde que eras un niño preferiste ayudar a los demás. —Interrumpió el hombre. —Siempre hay amores más grandes que otros, es complicado priorizarlos porque a veces no puedes dejar alguno. Te entiendo.
Bang asintió con la cabeza su padre comprendía lo que sentía, el dilema que enfrentaba, observo como se puso de pie y caminaba hacia él después de tanto tiempo sentía sus brazos rodearlo como cuando era un niño, como cuando tenía miedo de enfrentarse al monstro del armario, recobro la confianza perdida.
—Prometo regresar padre. —Dijo tratando de contener las lágrimas. —Porque he descubierto algo más importante que mí deseo de ayudar a las personas.
Fin Flashback