Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Amando de Nuevo por Serenamoon

[Reviews - 242]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

No se asusten y busquen el calendario, es lunes, no jueves pero por motivo de un viajecito tengo que publicar todo hoy, no se acostumbren es solo por hoy ok?

Espero que les guste, un avance en nuestra querida y esperada pareja donde conocemos un poco mas de cada uno.

Un Gaara un poco estructurado y un Naruto por demas impaciente... me late a que nos vamos a divertir con estos dos de ahora en adelante.

¿PAREJA?

Kankuro me llevo a casa, pero primero compramos algo para comer, ya que ninguno había cenado nada. Él se quedo conmigo, de verdad me agradaba, a pesar de que era un poco irresponsable, según Gaara. Aunque para Gaara todos éramos irresponsables así que no contaba mucho.

- Hace mucho que no veía sonreír a Gaara – me dijo mientras comíamos el postre frente a la TV – le has cambiado la vida.

- ¿Yo? – no podía creerlos, el asintió.

- Hace unos meses, un día llego a casa contándonos que había conocido al hermano de Deidara – eso no me parecía la gran cosa – él no hablaba con nosotros Naruto, mas de lo necesario, jamás nos había contado nada – ahí si estaba sorprendido – antes si hablábamos pero desde que su anterior novio lo dejo que se encerró en si mismo y se alejó de todos, tu lo sacaste de su oscuridad.

- No sabía que su ex novio lo había dejado – confesé - ¿Por qué alguien dejaría a Gaara? – Kankuro sonrió por mi pregunta y yo me sonroje notando que me había confesado ante mi ¿cuñado? No lo tenía claro aun.

- Pensé que lo sabias – negué – el ex de Gaara era tu cuñado según tengo entendido – analice sus palabras. Si el ex era mi cuñado, eso significaba que era hermano de Sasuke. Dudaba que Itachi se metiera con otro varón, por lo menos uno tan masculino como Gaara. Eso dejaba a Sai como único candidato y entonces mi mente se ilumino. El ex novio de Sai, el que había dejado para comprometerse con Ino se llamaba Gaara. Yo nunca lo había conocido, solo escuche que lo nombraban, por eso no los relacione.

- Sai – afirme pero igual el asintió – no me había dado cuenta, que pequeño es el mundo – era una enorme casualidad que de todos los lugares yo haya terminado en la misma ciudad del ex novio de mi ex cuñado. Si que era extraño.

- Mi hermanito sufrió mucho por eso – suspiro – pero supongo que le corresponde a el contártelo – asentí, aunque me moría de curiosidad por saber mas. Principalmente porque Sai y yo éramos muy diferentes, no solo físicamente. Éramos prácticamente opuestos y me extrañaba que Gaara se fijara en dos personas tan distintas.

- ¿Crees? – una idea paso por mi mente pero opte por mejor callar, pensando que quizás Kankuro se ofendería si pensaba eso de su hermano menor.

- ¿Si él te usa para olvidarlo o para molestarlo? – pero no sirvió de nada no decirlo, él lo adivino. Asentí tímidamente, totalmente avergonzado – comprendo tus dudas, pero si conoces a mi hermano sabrás que él es incapaz de jugar con alguien – lo mire a los ojos y asentí, sintiéndome estúpido por haber dudado. Gaara era noble, el nunca haría algo así.

- Lo se, lamento haberlo pensado – el me acaricio el cabello.

- No te disculpes, es normal – me dijo – pero ¿puedo preguntarte algo? – Asentí - ¿Qué sientes por el? Porqué no quiero que lo lastimen de nuevo – me lo dijo serio, yo suspire y cerré los ojos ¿que sentía por Gaara? Eran tantas cosas que no sabia como explicarlo.

- Son muchas cosas – respondí aun con los ojos cerrados – la primera vez que lo vi pensé que era el hombre mas guapo que había conocido – y era verdad, a pesar que Sasuke estaba cerca de ser perfecto físicamente, Gaara tenia no sé que cosa que lo hacia una maravilla para los ojos – cuando me hablo la primera vez me pareció un egocéntrico mal educado, pero luego me di cuenta de que era amable, pero solo con quien se lo merece – suspire – a su lado me siento seguro, tranquilo, libre de ser yo mismo sin temor a reproches o reclamos – lo mire y él sonreía – además es tan inteligente y bueno.

- ¿Según tu mi hermanito es perfecto? – Pregunto divertido – se te olvido decir que es autoritario, tiene un humor de perros, celoso, obsesivo con el orden y el trabajo.

- Es sincero, organizado, justo, leal – seguí yo.

- Antipático, enojón, inexpresivo – continúo.

- Tiene los ojos mas bonitos del mundo – Kankuro sonrió ampliamente y con la cabeza me hizo señas de que me girara. Casi me infarto al ver a Gaara en la entrada de la sala sonriéndome. Me puse más rojo que su cabello.

- Nos vemos cuñadito – me guiño un ojo para luego besarme la cabeza y marcharse. Me quede mirando el piso, escuche como Gaara se sentaba junto a mí. Me moría de la vergüenza él había escuchado todo.

- Pienso que tus ojos son los más bonitos del mundo – susurro a mi oído y lo mire totalmente sonrojado, el sonrió sinceramente.

- ¿Cuánto escuchaste? – pregunte por lo bajo.

- Bastante – respondió sin dejar de sonreír y me acaricio el rostro - ¿puedes mirarme?

- Me da mucha pena Gaara – confesé – escuchaste todo lo que dije de ti.

- Supongo que tienes que escuchar lo que pienso de ti para que estemos a mano – se acomodó abrazándome por los hombros, acercándome a el de modo que mi cabeza descansaba en su fuerte pecho – eres la criatura mas hermosa que he visto en mi vida – comenzó – cuando llegaste ese día a mi oficina no podía creer que fueras real, me parecías una visión. Me puse sumamente nervioso y por eso fui tosco al hablarte. Cuando supe de tu embarazo me di cuenta que además de hermoso eras valiente y un alma pura y supe en ese momento que te quería a mi lado, para cuidarte y hacerte feliz. Jamás pensé que me corresponderías, por eso me conformaba con ser tu amigo, pero cuando comenzaste a esquivarme y a mostrarte celoso la esperanza comenzó a crecer en mí. No tenia pensado hacer nada, para darte tu tiempo, pero esta noche cuando vi lo que provocas en los otros, supe que yo no era el único que veía lo maravilloso que eres, y me dio pánico de pensar que alguien podía robarte de mi lado – suspiro – sé que suena egoísta, pero te quiero conmigo solo conmigo – nos miramos - ¿te gustaría intentarlo? Yo sé que soy mayor y que acabas de salir de una mala relación pero – lo interrumpí con un beso en los labios - ¿eso es un si? – asentí sonriendo y volvió a besarme. Un carraspeo nos hizo separarnos. Ambos miramos a la entrada. Dei, Sasori, Nagato y Pain estaban allí mirándonos con diferentes expresiones.

- Tortolitos es hora de que Naru descanse – hablo mi hermano sonriendo – mañana tienes clases además estuviste de aquí para allá todo el día.

- Solo un rato mas – pedí, pero el negó con la cabeza.

- Vas a verlo mañana ve a la cama – Gaara se puso de pie y me ayudo a hacer lo mismo.

- Ve a dormir, mañana te veo – me beso dulcemente los labios y se encamino a la salida – descansa – me guiño un ojo, saludo a los demás con la mano y se fue.

- ¡Oh por Kami! – Exclamo Dei – tienes que contarme todo, todo – me tomo del brazo y mas que emocionado me encaminó hacia la cocina, seguido de los demás. Sirvió chocolate caliente y se sentó frente a mí. Los demás nos imitaron y me miraban expectantes.

- Tengo que ir a dormir – quise huir.

- Aun no – Nagato se sentó junto a mi – habla, queremos detalles, todos – suspire y les conté todo lo que había pasado desde mi salida del hotel hasta que nos vieron besándonos. Luego de eso por fin me pude ir a la cama y me dormí con una sonrisa en el rostro. Hacia tanto tiempo que no me sentía tan bien, que ya lo había olvidado. A la mañana siguiente me levante con las energías renovadas. Pensaba que jamás volvería a sentir la emoción de querer que llegue el momento indicado del día para poder ver a alguien. O las mariposas en el estomago cuando esa persona esta cerca, o por llegar. Las ganas de besarlo, que me abrace. Todas esas cosas que había sentido cuando mi relación con Sasuke había comenzado y que el mismo se encargo de destruir con sus mentiras y engaños.

- ¿Y vas a contarnos porque no dejas de sonreír? – Me pregunto Hanabi en el almuerzo ese día, yo me sonroje, no me había percatado de ello – ¿será que tu jefe tiene algo que ver? – no podía creer lo transparente que era para mis amigos y mis seres queridos.

- Pues -  comencé sintiéndome muy apenado, es decir se supondría que alguien en mi estado solo debería pensar en sus hijos y no en hombres. Eso me hacia sentir culpable y avergonzado de mi mismo – algo paso con el.

- ¿Qué? – preguntaron todos, incluida Hinata que nunca decía mucho, pero se la notaba curiosa.

- Nos besamos – confesé y ellos lanzaron un suspiro colectivo – y me dijo que quiere estar conmigo, pero no estoy seguro.

- ¿Dudas de lo que sientes por el? – pregunto Kiba.

- Eso no, es solo que no se si es correcto – me miraron serios – es decir, yo estoy embarazado, y soy menor de edad, creo que él se merece otra cosa.

- Ay Naruto – exclamo Ten-Ten abrazándome por los hombros - ¿Qué otra cosa puede merecer? Si contigo se saco la grande – me sonroje por ello – no pienses así, tú no tienes nada malo y el que estés embarazado no te excluye de poder enamorarte y tener una pareja ¿entiendes?

- A lo mejor debería esperar a que los niños caminen por lo menos – todos me miraban desaprobatoriamente – mi hermano espero dos años, y yo no llevo ni uno, pienso.

- No pienses – me corto Neji – ya te dije que no es lo tuyo – fruncí el seño y el sonrió – en serio rubio, no le des vuelta al asunto. Lo quieres, te quiere. No tiene nada de malo que estén juntos. Tu no le debes nada a nadie y el tampoco, no tienen que pensar en terceros, solo en ustedes y en los niños – quise hablar – y créeme que si el esta contigo es porque esta dispuesto a hacerse cargo de ellos, por mas que no lleven su sangre ya ha asumido y aceptado que si te quiere a ti debe aceptar el paquete completo y por lo que veo esta mas que de acuerdo en ello – suspire – no intentes discutir conmigo, no tienes manera de ganarme.

- Eres tan insoportable – le dije aunque sabia que tenia razón en todo lo que dijo.

- Pero igual me quieres – dijo tranquilo y yo asentí, el idiota era un buen amigo después de todo – así que deja de atormentarte y atormentarnos y dedícate a ser feliz, ya es hora.

- Gracias chicos – dije con lágrimas en los ojos – por aguantarme, escucharme y aconsejarme para que no haga estupideces – ellos me abrazaron diciéndome que siempre estarían conmigo para lo que sea. Las clases pasaron tranquila y cuanto más se acercaba la hora de la salida mas emocionado me sentía, porque faltaba menos para verlo. A la salida Neji me llevo a la empresa, lo hacia todos los días, porque le quedaba de pasada y porque según el en mi estado no debería caminar tanto. Hinata y Hanabi también venían con nosotros, puesto que vivían en la misma casa, mansión en realidad. Nerviosamente atravesé la entrada, saludando a todos mis compañeros que me sonreían como si supieran algo. Subí las escaleras sintiendo que mi pulso se aceleraba a cada paso. Antes de ingresar a la oficina suspire profundo y golpee la puerta un par de veces.

- Adelante – escuche su voz y abrí lentamente. Me sonrió ampliamente al verme y se paro acercarse a mi y abrazarme – buenas tardes – me dijo al oído suavemente – estaba esperándote.

- Buenas tardes a ti también – dije entrecortadamente, estaba tan nervioso, no sabia que hacer. El sonrió y se alejó.

- Tenemos que revisar unos papeles y quiero que me ayudes a redactar unas notas – asentí confundido ¿eso era todo? Se acomodó en su silla – además llamaron unos clientes, debemos preparar unas presentaciones ¿recuerdas tus ideas para el nuevo producto? – Asentí – vamos a hacerlo, con eso seguro logramos los contratos – suspire – toma asiento – me indico la silla frente a su escritorio. A paso lento le hice caso, sintiéndome algo decepcionado por su reacción ¿acaso todo había sido una broma? - ¿estas bien? – pregunto serio.

- Si, tranquilo ¿Qué tenemos que revisar? – le sonreí y me paso una carpeta para comenzar a trabajar. Puse toda mi atención en el trabajo para no pensar en la frialdad de Gaara, la noche anterior había sido tan diferente. Suspire cerrando los ojos, estaba cansado y no iba a negarlo también triste, me había hecho tantas ilusiones.

- Ya es hora de ir a casa – su voz me saco de mis pensamientos. Acomode las cosas que había ocupado y me puse de pie.

- Nos vemos mañana – dije con los ánimos por el suelo y me dirigí a la entrada. El me imito.

- Yo también voy de salida, ya termine por hoy – asentí y salimos juntos, en un silencio, bastante incomodo, por lo menos para mi.

- Que descanses – le dije en la vereda, decidido a marcharme. De repente se me había antojado helado de chocolate, con chispas y salsa de chocolate.

- Tu casa es para el otro lado – me hizo notar.

- Voy por un helado – le respondí serio, porque tenia ganas de decirle que no era su jodido problema. El sonrió y se acercó a mí.

- Vamos por tu helado entonces – me tomo de la mano y pretendió seguir caminando pero yo no me moví y de un brusco movimiento me solté. ¿Qué le pasaba? Me miro sorprendido - ¿Pasa algo?

- No lo se, dímelo tu – respondí bastante molesto, para bipolares ya tenia suficiente conmigo mismo.

- No comprendo – eso si que era el colmo.

- Déjalo Gaara, no necesito que me acompañes a tomar un helado – y quise marcharme pero el me sujeto de la mano, y se quedo mirándome fijo, haciéndome sentir cada instante mas nervioso – no me mires así.

- ¿Son las hormonas o es por algo que hice? – pregunto sin apartar un instante sus ojos de mi. Bufe.

- Posiblemente las dos cosas – respondí derrotado, ¿Cómo podría ocultarle algo si me miraba así?

- ¿Qué hice? – pregunto.

- Adentro no me dijiste nada y aquí me tomas de la mano, no te comprendo ¿Qué somos? ¿A que juegas?

- Naruto yo no juego a nada – dijo y me estrecho en sus brazos – según entendí anoche somos pareja, novios, enamorados, como mas te guste – sonreí contra su pecho – y si no te di un trato especial dentro es porque sigo siendo tu jefe, en el trabajo soy tu jefe, no podemos vivir nuestra relación ahí dentro – suspire, Gaara era a veces demasiado estructurado - ¿comprendes?

- Pensé que te habías arrepentido – dije en un susurro y el apretó mas su abrazo y me beso la coronilla.

- Nunca lo haría, pero tienes que entender que nuestra vida personal queda separada de la profesional ¿si? – Asentí – que no te coma a besos en la oficina no significa que no quiera hacerlo, simplemente que no corresponde.

- Comprendo – dije, aunque pensaba que un beso para saludarme no hubiera sido malo, pero él era así y no iba a cambiarlo.

- Vamos por tu helado entonces no quiero tener niños con manchas de chocolate en el rostro – mi corazón se estremeció ante ese comentario, que me dejaba saber que el veía a los niños como suyos. Lo tome de la mano y caminamos a mi heladería favorita, solo a dos cuadras de la oficina. No podía dejar de sonreír mientras comía mi postre. Y él me sonreía también, era tan perfecto que me daba miedo. Pero decidí hacerle caso a Neji y dejar de pensar tanto - ¿de verdad pensaste que te me había arrepentido? – pregunto en un momento, yo solo eleve los hombros y el sonrió negando con la cabeza.

- Eres muy impredecible Gaara – dije – además que nunca se lo que piensas o sientes, no eres muy expresivo ¿sabes?

- Lo se – confeso con un suspiro – al contrario tuyo que eres un libro abierto – hice un puchero por su comentario, yo intentaba ser menos expresivo pero no me salía – no es algo malo, así siempre puedo saber lo que sientes o piensas.

- Podrías preguntarme también.

- Eres un poco testarudo Naruto, no siempre estas dispuesto a decir las cosas – suspire, tenia razón en ello, casi siempre prefería guardarme todo hasta que explotaba. Aunque con el embarazo eso había cambiado, estaba menos tolerante podría decirse.

- Gaara – le llame - ¿no te molesta que este embarazado de otro hombre? – pregunte sin mirarlo, sentí que tomaba mis manos en las suyas y mire sus ojos, sus hermosos ojos verdes.

- La verdad es que me encanta que estés embarazado – no comprendí – no pienses mal, no soy un pervertido ni nada raro – hizo silencio unos segundos y luego siguió – pero desde hace tiempo que sueño con formar una familia y tu vas a dármela.

- ¿O sea que solo estas conmigo por los bebes? – eso me hizo sentir mal.

- No – respondió tranquilo – estoy contigo porque te quiero, no es cierto – negó – no te quiero, te amo – no me esperaba esa declaración – y el hecho de que estés embarazado solo hace que esto sea mejor aun, ¿entiendes?

- No mucho – dije sincero, el sonrió.

- Naruto eres la luz que ilumina mi vida – me sonroje por sus palabras – antes de que llegaras a mi oficina estaba hundiéndome en la depresión y la soledad, tu me sacaste de ahí y me hiciste sonreír y soñar de nuevo – suspiro – yo sé que esos niños no llevan mi sangre, pero si la tuya y ese es motivo mas que suficiente para mi para amarlos como si fueran mis hijos, porque son mis hijos ¿verdad? ¿Me aceptas como el padre de tus pequeños? – sentí mis ojos humedecerse, jamás me habían hablado tan bonito – amor no llores, no lo soporto – sonreí limpiando mis lagrimas.

- Lloro de felicidad Gaara, no te preocupes – el sonrió y se levanto para abrazarme fuerte – y claro que te acepto como padre estos niños, no podría pedir un mejor padre que tu para ellos, muchas gracias.

- Gracias a ti mi amor – se agacho para besarme – me has hecho el hombre mas feliz del mundo.

- Gaara – exclame besándolo de nuevo – tu a mi también me haces muy feliz – volvió a sentarse en su lugar, termine mi helado sin dejar de sonreír o mirarlo, me costaba creer que estuviera así con el.

- ¿Qué tal la escuela? – Pregunto serio, yo eleve mis hombros – si me entero que has reprobado alguna materia voy a despedirte – advirtió – recuerda las condiciones.

- No puedes despedir a tu novio – dije seguro, el sonrió de medio lado con arrogancia y yo fruncí el seño – eres un insensible – me queje – pero igual voy bien, no soy el mejor alumno, pero tampoco el peor – el asintió – no voy a reprobar nada.

- De todas maneras pienso que ya deberías salir de licencia – dijo – ya casi nacen los niños.

- Pero aun me siento bien – dije firme – voy a faltar cuando nazcan, todavía quedan dos semanas.

- Yo preferiría que descansaras – me acaricio el rostro - ¿Qué dice la doctora?

- Ella dice que si puedo siga con mi vida normal – el frunció el seño – es la verdad puedes llamarla si quieres, o le preguntas a Dei, él estuvo ahí la ultima consulta.

- Te creo – respondió - ¿Cuándo tienes la próxima consulta?

- El miércoles que viene – el asintió.

- ¿Podría ir contigo? – sonreí – la verdad es que he querido ir desde siempre, pero no me atrevía a pedírtelo.

- Claro que puedes ir dattebayo – exclame muy contento – después de todo es tu deber de padre ¿o no?

- Si es mi deber – dijo sonriente también - ¿y ya sabes que son? – negué.

- Quiero que sea sorpresa – el suspiro – por eso hemos comprado todas cosas blancas, amarillas y naranja, colores neutrales.

- ¿El naranja es un color neutral? – pregunto divertido.

- Claro que si, es el mejor color del mundo, tanto para niñas, varones y donceles – hable como en un comercial y Gaara no pudo reprimir una carcajada, su risa era tan hermosa que me enamoro más al escucharla.

- Si tú lo dices – se burlo aun riendo.

- Eres malo granadita – abrió los ojos al escucharme.

- ¿Granadita? – pregunto intrigado.

- Sip – respondí sin mirarlo – eres una granadita, jugosa, pero amarga – sonrió nuevamente por mi apodo.

- Jamás en mi vida me habían llamado esa manera – se calmo – me gusta – sonreí – pero solo puedes llamarme así en privado ¿si?

- Claro – asentí, eso era algo de nosotros dos – tu también puedes llamarme como gustes en privado – yo se lo decía en plan divertido, pero la mirada lujuriosa que me dedico Gaara me hizo saber que él estaba pensando algo no apto para menores.

- Claro amor, en privado voy a llamarte de muchas maneras – doble sentido, lo dijo en doble sentido y yo me puse rojo como un tomate, jamás había visto esa faceta de Gaara y debía reconocer que me gustaba mucho, mucho.

 

 

 

Notas finales:

Gaarita esta sacando su lado pervertido... jejejeje, queda que nos regalen un poco de lemon no mas y esperemos que Naru-chan deje las paranoias y las inseguridades :)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).