Ya a unos pasos de estos escucho cómo estos le dedicaban un maullado tierno desconcertándolo, luego rio por la loca idea que paso por su mente (esta era que estos parecían entenderlo como una persona cuando habla con otra) y se retiro a dormir definitivamente.
Al día siguiente se levanto alertado por un maullido cercano. Ni pudo despertarse bien ya que intento ponerse de pie girando sobre su eje. Aplastando algo peludo y suave, reacciono rápido a un pujido para oír luego un bufido ante el intento de anfiscia que casi le aplicaba. Poso su atención mejor al explorador que vagaba por su cama.
g-no puede ser vez...-Decía viendo al pobre animal que luego maulló más tranquilo, para volver a maullar esta vez con miedo de caer ya que lo levantaba de la cola-.
Era el mismo que ayer se había subió en su cama. Salió con él en mano no colgando esta vez y aprovecho que aun era temprano, prosiguió a darle un baño ya que estaba bastante sucio y apestaba a basura. Así ensuciaría todo. El baño era una regla que se aplicaría primero, en el baño tomo una toalla. lo metió al agua pero esta estaba fría así que recibió una mui clara objeción. Desesperado intento huir de ella y con ello rasguño al pelirrojo, este parecía muy dócil a sus manos pero al parecer al agua no. mas lo obligo pese a los maullidos agudos de auxilio. no estaba acostumbrado a dar cuidados a un ser vivo que no fuera el mismo por lo que no fue eficaz, después de terminar lo medio seco y lo bajo al suelo, pero parecía que no quería soltarse. Temblaba de frio después de todo, se quedó a sus pies, parecía extraño que un animal se quedara ahí a su lado pese a lo pasado, todos los animales le gruñían. Intentaban morderlo o huir, pero este no. entonces era cierto que los animales olvidan rápido.
Prosiguió con el siguiente, se dio la impresión de saber dónde podía dé estar, y así fue. Nuevamente su cesto de ropa se movía y bailaba, se oía un leve ronroneo y rasguños que no le gustaron nada. el Neko café estaba allí como la noche anterior, dando vueltas en la ropa muí divertido asiéndose una cuevita por donde salía y al verlo lanzaba zarpazos para no ser capturado esta vez. Dilatando sus pupilas a depredador era una vista extrañamente tierna que conmovería a cualquiera pero en el no causo ese efecto. Suspiro y lo saco a la fuerza y lo llevo al baño, recibiendo barios rasguños. Era todavía más escandaloso que el otro. lo tomo por sorpresa, en cuanto toco el agua salto sobre él y le araño la cara no solo las manos. Tal vez era el agua fría, así que si no quería más rasguños tenía que entibiarla un poco, pero aun así el seguía maullando igual o peor, le aplico algo de jabón en el cuerpo. Esto pareció relajarlo y se dejo bañar, al enjuagarlo fue la misma historia, mas rasguños y maullidos desesperados. Al estar ya limpio y seco pudo percatarse del hermoso color de su pelaje, que no era café grisáceo y gris, sino café muy claro y blanco. Este tampoco quiso soltarse quedándose junto al otro que aun temblaba.
La lastima le llego y antes de proseguir con el siguiente los metió al cesto y les puso un par de camisas viejas para que se calentaran, no tardo en ver que se metían debajo de estas temblando y ronroneando en afán de gracias. Busco al tercero y último, si los otros estaban donde los vio la noche anterior entonces era más que obvio que este estaría también en ese lugar. Algo que no pasó por su mente era que estos adorables nekos estaban monopolizando su territorio en su departamento. el azabeche estaba bajo su cama, había agarrado de nueva cuenta ese abanico, parecía gustarle bastante, recordando que era de las pertenencias de su hermana y que había olvidado en su última visita. lo saco retirándole el abanico que por lo visto no quería soltar y lo llevo al baño. Podía jurar que veía protesta al gesto pero luego se burló de sí mismo. Lo baño un poco más fácilmente que al anterior, el agua ya no estaba fría pero este aun insistía en escaparse. Era dócil respecto a los rasguños y gritos. Después de que acabara, ya seco lo junto con los otros dos que parecían esperar a su hermano, ya que se asomaron y se pusieron a jugar con él. Este solo maullaba muy poco como si le diera lo mismo.
No tomo más importancia y se dirigió a la ducha más un maullido agudo lo izo voltear por un momento. Los nekos café y negro mordían al azabache, parecían jugar así sin más se retiro a tomar su baño, Salió en cosa de minutos, se vistió, desayuno algo y Salió sin contratiempos. era casi la ora que debía estar allí, el tiempo se le había ido rápido y jamás le había pasado.
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Una vez vieron partir al pelirrojo soltaron al azabache y lo miraron con reproche. Este solo movió el rostro hacía otra dirección y les dio la espalda. Se separaron y volviendo a su lugar favorito del departamento. el ultimo en moverse fue el azabache que buscaba el abanico que le avían quitado, este estaba encima de una mesa, tubo que escalar usando sus garras, con su peso jalo poco a poco el mantel tirando algunas cosas que estaban en su orilla y entre ellas su objetivo. Contento podría decirse, se fue con su abanico en el asico a jugar. Con respecto al café que parresia cruza de zorro, veía con desilusión el cesto de la ropa vacío. Se metió en él y intento jugar pero no era lo mismo. Luego su pancita gruño y busco algo que pudiera comer, asechando y huyendo de cada esquina por diversión. Con respecto al negro estaba trepando al igual que su hermano pero en la colcha de la cama tratando subir. Una vez arriba en peso rodar en ella, estaba muy a gusto hasta que vio a su hermano café explorar fuera de su cesto de ropa.
Maulló para llamar la atención de este. Dejo de afilar sus uñitas en la cómoda y bajo de inmediato mientras su otro hermano pasaba de lado con ese abanico que su amo le había quitado y que parecía jamás iba a soltar pese a lo que le ordenaran. Se maullaron y siguieron su paso, a unos pasos se encontraban en la cocina. Era un apartamento pequeño, solo 2 cuartos y el baño y lo demás era uno mismo. Todo estaba junto. El Neko café diviso algo encima de una repisa sobre la mesa que sospecho comestible, treparon como pudieron y después de tanto intentar. Ya arriba tiraron la caja a base de pequeños zarpazos. Eran galletas, se habían vaciado a raíz de la caída. Trataron de comerlas pero no les supieron bien. No estaban malas sino secas para sus bocas, el azabache miro un vaso con líquido y lo tumbo cayendo este sobre las garretas, era algo de leche. Comieron la leche e incluso algo de las galletas húmedas, después tomaron una siesta sobre la mesa ya que no podían bajar.
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Un rato regreso a casa con fastidio, había ido en balde al dichoso trabajo. Llegando allá le dijeron qué hoy era su día de descanso, le frustro el hecho de no habérselo recordado antes. Había hecho el ridículo, desde cuando se le había olvidado algo así, que distraído” le dijeron. Suspiro pensando en que no volvería a pasar. De camino se acordó de comprar algo de comida para él y los nekos. No notando que se estaba poniendo considerado hacía ellos. No los miro en su cartón y no se le hizo extraño. Movió una inexistente ceja en señal de frustración al ver la escena. el mantel jalado y las cosas tiradas en el suelo, conteniendo algo de coraje recogió, luego prosiguió a guardar los víveres viendo el otro pequeño desastre. Sus galletas de reserva para esa tarde estaban arruinadas. Puso cara sádica sobre los pequeños que dormían, con intensión de sacarlos de su casa, se había arrepentido ya de traerlos consigo. Estuvo por hacerlo pero entonces despertaron y maullaron enérgicos acercándose lo que podían sobre la mesa, luego pensó en que no les había dado de comer desde la noche y considero darles una segunda oportunidad.
Estos estarán soltándole algún hechizo de ternura?