Para preparar un café perfecto primero necesitamos el café...
Abrió sus ojos de forma lenta intentando ubicarse, removió las cobijas de su cuerpo y le levanto de la cama, caminando a paso lento hacia la puerta, la cual abrió con lentitud, para salir al pasillo, donde comenzaron a llegar a sus oídos las voces del resto de los chicos… pero llegaban de forma como lejana… algo difuminadas, camino a paso lento hasta llegar a la cocina, donde los chicos comenzaban a degustar el desayuno que Wookie había preparado, el simplemente siguió caminando en su estado zombie hasta llegar a la cafetera, enseguida de esta estaba su tasa tamaño gigante, regalo de los chicos, la lleno de ese delicioso liquido capaz de revivirlo y convertirlo en el hyung de siempre, dando un largo sorbo, llenando sus papilas con el delicioso sabor a café recién hecho, despertándolo poco a poco.
-¿aun eres zombie?-pregunto KyuHyun a su lado, mirándolo directo a los ojos.
-muy gracioso, dongsaeng malcriado-le dijo aun un poco adormilado, claro hasta que sintió los labios de Kyu chocar contra los suyos, acción que causo que abriera los mismos, permitiéndole a la curiosa lengua del menor explorar su boca a su antojo, para después separarse y lamer sus propios labios.
-nada mejor que un poco de café por la mañana- dijo sonriente antes de sonreír y salir de la cocina, donde todos habían presenciado aquella escena, miraban impactados como KyuHyun salía como si nada de la cocina, y como JongWoon se quedaba paralizado.
Luego un poco de azúcar....
Abrió el refrigerador del departamento sacando una caja de fresas, sonrió contento, sacando las fresas de la caja, colocándolas en un colador, para lavarlas, con cuidado y dedicación, para después cortarles la raíz para colocarlas de forma delicada y ordenada en un plato, dejando un espacio en el medio, sonrió ante lo bien que se veía su postre, y saco de una de las puertas de la alacena una caja con azúcar, y vertió una gran cantidad justo en el espacio que había dejado vacío en el plato, cuando estuvo conforme con la cantidad de azúcar, guardo la caja en su lugar.
Miro nuevamente su creación y pasó su lengua sobre sus labios humedeciéndolos, al tiempo que lamia una de sus dedos, para tomar un poco de azúcar y lamerla de su dedo, el dulce sabor lleno por completo su boca.
Y de pronto sintió como alguien lo tomaba del brazo girándolo al tiempo que estampaba sus cálidos labios sobre los suyos, fundiéndolos en un beso hambriento que le hizo jadear, dejando que la legua ajena entrara en su cavidad chocando con la suya, jugando un poco antes de que aquel tempestivo beso fuera roto.
-deliciosamente dulce- dijo JongWoon mirándolo sonriente, antes de pasar su lengua sobre sus labios, antes de darse media vuelta y salir de la cocina, dejando detrás a un sorprendido KyuHyun que toco sus labios no creyendo que el mayor también le robaría un beso.
Y por ultimo un poco de leche...
Eran cerca de media noche y no podía conciliar el sueño, así que salió de su cama y fue a la cocina en busca de un vaso de leche, cuando llego se sorprendió de encontrarse con KyuHyun recargado en la barra con un vaso de leche en las manos, sus miradas se encontraron y sin poder evitarlo sus mejillas se sonrojaron, terminando desviando la mirada.
Un silencio algo incomodo se coló entre ellos, siendo JongWoon quien lo rompió carraspeando un poco, llamando la atención del menor.
-Yo… ¿Por qué me besaste en la mañana?-pregunto sin mirarlo realmente, sintiendo su cara arder.
-¿Por qué me besaste tú en la tarde?-pregunto Kyu, dejando el vaso de lado, cruzándose de brazos.
JongWoon lo volteo a ver frunciendo un poco el ceño, para terminar suspirando, mientras comenzaba a jugar de forma nerviosa con sus manos.
-m-me… me gustas- dijo en un susurro, mientras pensaba que tanto tardarían el resto de los chicos en notar que huyo del país.
El silencio volvió a reinar dentro de la cocina, JongWoon mantenía la mira en el suelo sin mirar al menor, hasta que sintió un par de manos agarrar su rostro mirando de frente al maknae que le sonreía abiertamente, notando que sobre sus labios quedaba un poco de leche y sin pensarlo realmente paso su lengua sobre el bigote de leche de Kyu borrándolo.
-y con eso tenemos el café perfecto- murmuro Kyu, desconcertando al mayor, que no tuvo tiempo de pensarlo ya que los labios del menor rápidamente se apoderaron de los suyos, comenzando un beso hambriento.
Mezcle todos los ingredientes y tendrá el café perfecto