Capítulo 12: En el abismo.
-¡¿¿Dónde estabas??!-grita su madre mirándolo con su ceño fruncido- ¡¡Estuve preocupada por ti toda la noche!
-“Si claro, muy preocupada… teniendo sexo a lo salvaje con el vecino, maldita puta…”-piensa el adolecente mirando a su madre- Estaba con un amigo…
-Si estabas con un amigo, ¿Por qué no contestabas el teléfono?...-le pregunta mirándolo con mucha rabia e ira contenida.
-No me da la maldita gana de contestarte, es todo…-ni bien había terminado la frase, cuando su madre le propina una fuerte bofetada en la cara.
-¡¡No tienes derecho a hablarme así!!- le grita su madre- ¡¡Te he dado todo, no tienes derecho!!
-….-Y como si algo se hubiese quebrado en su mente, el muchacho simplemente… Exploto- ¡¡¡Maldita puta, tu no tienes derecho ni a tocarme!!- el muchacho se abalanza sobre ella y toma de las muñecas apretándolas- ¿¿¡¡¡Crees que yo no sé lo que haces!!!??, ¡¡¡No soy estúpido, eres una Puta barata, sé que te acuestas con cualquiera que te de dinero yo te he visto, yo te he escuchado!!!
-¿Pe-Pero que dices…?-dice la mujer atrapada y viéndose descubierta-¡E-Eso no es cierto!
-¡¡¡Deja De Mentir Puta Barata!!!-Le grita totalmente encolerizado de ira- ¡¡¡El vendedor, el vecino, el cartero, el conserje del edificio de a lado entre otros, ellos te han pagado para que te revuelques con ellos!!!
-¡¡Lo hice para pagar tu educación!!-le grita la mujer asustada ante la ira de su propio hijo.
-¡¡Mentira, mentira!!-el chico la agita con severidad mirándola con odio-¡¡Hace meses que no pagas mi colegiatura, si no me hubiesen expulsado por agresión lo hubiesen hecho por falta de dinero!!...-aprieta las muñecas de su madre hasta lastimarla- ¡¡No eres más que una….Puta egoísta!!- agarra el colla de oro que tenía su madre en su cuello- ¿Cuánto te costó esto?, ¿mil, dos mil, tres mil….cuatro mil dólares puta?...-le dice con veneno en cada palabra, toma el collar y se lo arranca rompiéndolo para luego tirarlo por allí- Soy lo que soy por tu culpa…-murmura con dientes cerrados- ¡¡Es tu culpa que yo sea así!!- alza su puño y sin dudarlo propina un golpe en su mejilla, seguido de otro y de otro, hasta romper los labios de su madre y causarle varios hematomas alrededor de su rostro.
-¡Detente!-gritaba la mujer-¡Te lo suplico detente…Asahila!!
-….-Él muchacho se detiene de golpe, pero aún agarrando con fuerza a su madre- ¿Cómo…me has llamado…?-murmura el adolecente casi en Shock, un recuerdo fugaz pasa ante él.
….
Él era un niño, de unos 4 años. Estaba oculto en el closet de la habitación de sus padres, mirando a través de una rendija, veía a su padre tomar con fuerza los hombros de su madre mientras le propinaba una paliza sin medida, entre insultos que él aún no entendía y palabras de súplica que a gritos soltaba su madre, el niño solo observaba con una que otra lágrima caer de su rostro.
-¡¡Para Asahila, Para por favor!!-resonaba la voz de su madre cada vez más lejos de él, esa voz de llanto ahogado y de dolor, que lentamente se iba perdiendo en un recuerdo cada vez más alejado.
……
-…..-El muchacho aprieta sus dientes, lentamente suelta a su madre la cual cae de rodillas al suelo. Sin mediar palabra el chico se da la vuelta y se va a la puerta, saliendo de allí sin decir nada, sin despedirse…
Sin mirar atrás.
….
-¿Por qué Yami-chan Se fue?...-murmura la pequeña mana sentada en la mesa de comedor de su casa- Quería que se quedara un poco más…
-Yo también Princesita, pero tenía que irse a su casa…-le dice su padre acariciándole un poco los cabellos mirándola con cariño, le entrega una taza pequeña llena de Chocolate caliente- él tiene su familia, y debe de estar con ella..
-Pero…-murmura y mira a su papa con ojos tristes- Yami-chan no es feliz con su familia, ¿verdad?...
-Mana…-baja un poco su mirada y suelta un pequeño suspiro- No, pero aun así es su familia…
-Papi, he pensado en algo…-la pequeña toma entre sus dos pequeñas manos una mano de su papá- Verás a nosotros Nos falta mamá, así que nuestra familia tiene como un “espacio libre”, así que… ¿Por qué no le damos ese espacio libre a Yami-chan?- el padre observa incrédulo a su hijita- ¡Podemos ser una familia nosotros tres!
-Mana…-totalmente enternecido toma a su pequeña y la abraza con fuerza, acurrucándola en su pecho- Eres una niña totalmente maravillosa, en verdad que si….
-No digas eso Papi…-murmura la pequeña acurrucadita en su padre- solo quiero que Yami-chan tenga una familia cálida, además…-mira a su padre con inocencia- Yo quiero mucho, mucho a Yami-chan, ¿Tú también lo quieres no Papi?...
-Yo…-un cálido sonroje aparece en sus mejillas- Si, yo quiero mucho, mucho a Yami…
-¿Ves?, si nosotros amamos a Yami-chan, ¿eso no es suficiente para hacer una familia con él?...-dice la pequeña abrazando el pecho de su padre.
-Hija…-murmura sonrojado fuertemente y muy apenado- Creo tienes razón Mana…
-Entonces…-mira a su Padre emocionada- ¿Vamos a ser una familia con Yami-chan?...
-Lo discutiré con él…-le sonríe muy cariñosamente a su hija.
-¡Wiii!-abraza fuertemente a su padre- ¡Yami-chan será parte de nuestra familia!
……
Aquel chico estaba sentado en el columpio de un parque muy alejado de su casa, estaba sumergido en sus pensamientos, de vez en vez derramaba una que otra lágrima. En una de sus manos portaba una botella de cerveza a la mitad, no pensaba en nada, no sentía nada, no sabía ni siquiera que hacer. Tenía el impulso de llamar a su psicólogo, pero no tenía el valor, sabía bien que rompería a llorar ni bien hubiese comenzado hablar. Solo estaba allí, meciéndose en aquel columpio mientras esperaba que el atardecer llegara.
De un momento a otro su teléfono comienza a sonar. El muchacho suspira un poco, toma su celular y lo descuelga sin fijarse en el número.
-Hola…
-¿Yami?...-De inmediato reconoce la voz de su psicólogo.
-Yugi…-murmura sorprendido- hola, ¿algo paso?, me sorprende que me llame…
-Jeje, Sí…Yami, quería platicarte de algo que me dijo mi hijita y me hizo pensar- el analista hace una pequeña pausa- Ella me menciono, que quería que te quedaras un poco más de tiempo en nuestra casa así que…me preguntaba….
¿Te quieres quedar en mi casa a pasar la semana?...
-….-Él chico se queda en silencio, algunas lágrimas comenzaron a resbalarse por sus mejillas, aunque el psicólogo no lo sabía aquellas palabras era lo que más necesitaba el joven, una sensación cálida comenzó a apoderarse de él.
-¿Yami, estas ahí?...
-Sí…-murmura el chico tratando de controlar su voz- Claro que puedo quedarme, no es problema… es más, voy a su casa ahora mismo…
-¡Que bien!, bueno Mana y yo te esperaremos aquí…oh, espera ella quiere hablar contigo…-se oye como el analista le pasa el teléfono a su hijita- ¡Yami-chan!, gracias por aceptar quedarte. ¡Papi te prepara un rico pastel de bienvenida!-Se oye al fondo de la llamada “¿Eh un pastel?”-¡Te esperamos aquí, te queremos Yami-chan!- la pequeña tranca el celular.
-….-Él chico sonreía muy tiernamente, derramando una que otra lágrima. Cierra su celular y se lo lleva al pecho. Una simple llamada, unas simples palabras que no tienen un gran trasfondo, pero que igualmente…
Me salvaron…