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Faraway... por himeko-san

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Notas del capitulo:

HOLA DE NUEVO!!

Perdonen tanto tiempo sin actuliza mi teclaod como saben esta roto y apenas me solucionan el problema. disuclpen tanto tiempo de espera...

Las aprecio mucho mis lectoras y prometo actulizar mas seguido ahora que tengo mi teclado! se les quiere muchisimo!

espero les gusta el cap uwu 

Capítulo 15: ¿Qué darías por mí?

Era de mañana en la casa del prestigiado psicólogo y el adolecente se preparaba el café matutino. La casa cobro vida lentamente cuando el psicoanalista se despertó junto con su pequeña. La risa de la pequeña y los comentarios amorosos. El beso de cada mañana de parte de su querido psicólogo. El abrazo de la niña que le traía esa cálida sensación en su pecho. Nada más podía pedir y por primera vez en mucho tiempo, desde que era un inocente niño de cinco años estaba…

Feliz…

-Ja…-Ríe para sí jamás pensó que alguna vez usaría esa palabra. Feliz, se sentía inmensamente feliz de estar ahí con lo que el ahora consideraba desde el fondo de su corazón su familia prestada. Lo que siempre deseo alguna vez lo tenía a su disposición, lo tenía tan cerca. Pero el temor estaba floreciendo en sí mismo, tenía el temor de que todo lo que tenía ahora como la arena se le escapara entre los espacios vacíos de sus dedos perdiéndose en la distancia para jamás volver- No quiero eso…-susurra para sí.

-Yami…-escucha su nombre y voltea. Ahí estaba su psicoanalista tomándolo por la espalda besándolo de manera corta y acurrucándolo contra suyo. Sabía que su amante le diría la difícil despedida de cada mañana- Tengo que ir al trabajo…-le dice acaricia su mejilla- ¿seguro no quieres que me quede…? – y la pregunta obligada de cada mañana.

-No, tienes que ir a tu trabajo Yugi…- lo mira y acaricia sus labios pasando sus finos dedos por sus labios suavemente, mirándolo con un amor impreso en sus ojos carmín- yo estaré aquí para cuando vuelvas, lo prometo Yugi…-le promete como siempre, cada mañana era la misma amorosa rutina sin final. Un día normal para esa relación prohibida.

-No sé papi…-dice la pequeña Mana viendo a su padre y al que ahora consideraba su “hermano”- Hoy quiero quedarme en casa con Yamichan, no quieor ir a la escuela hoy…

-Peor que dices pequeña, hoy es tu primer dia de clases en el preescolar y no quiero que faltas en tu primer dia de clase, “Yamichan” estará aquí cuando los dos volvamos a casa…-el padre amorosamente se acerca a su pequeña y la toma en brazos. La carga  y mira con una mirada dulce y suave a su amante de pasiones prohibidas y besos robados- Volveremos a las 2, ambos… estaremos ansiosos de verte Yami.

-Y yo los esperare con ansias…-se les acerca a ambos. Planta un beso en su psicoanalista y acaricia la cabeza de la niña- Ahora váyanse o llegaran tarde los dos.

-Está bien, está bien…-Se digna a irse el psicólogo no sin antes plantar un último beso en los labios ajenos de su amante prohibido y más joven. Cuando la puerta se cierra el joven adolecente quedo completamente en solitario en esa casa de paredes de cemento. Suspiro en una combinación de tristeza y nostalgia.

-Ni 5 minutos han pasado y ya los extraño tanto…-se dice a si mismo sonriendo vencido ante la costumbre del calor ajeno y de las voces cálidas llenas de cariño. Pero el joven no pudo poner su taza de café en la mesa de la cocina por que el fuerte sonido de la puerta al ser golpeada lo detiene en seco- ¿m, Se le olvido algo?...-dejo la taza de café a un lado y se acercó a la puerta. Cuando giro el picaporte no se encontró al frente a su pareja. Se encontró de frente a dos hombres vestidos de negro que lo tomaron a la fuerza y lo durmieron colocándole algo en la boca y en la nariz.

Lentamente la consciencia se le fue escapando y todo su ambiente se pone borroso. Sus piernas dejan de funcionar y su cuerpo cae en brazos de uno de esos hombros que sin dudar lo arrastran fueran de allí. Mientras aun despierto pero no por mucho veía con ojos entrecerrados de manera completamente borrosa. Se aleja lentamente de la casa que consideraba ahora un hogar.

“Yu...gi…”

 

El psicoanalista estaba atendiendo a uno de sus tantos pacientes. Pero su sesión se vio completamente interrumpida cuando su secretario entra de golpe en su oficina completamente angustiado. El psicoanalista se levanta de golpe viendo a su secretario con una ceja alzada debido a la inesperada intromisión del mismo.

-¿Joey que sucede?-le pregunta sin rodeos viéndolo con el ceño fruncido obviamente molesto por haber frustrado su cita.

-Yugi-san…-se le acerca y va hacia su oído le susurra en voz baja el motivo de la intromisión y el psicólogo al terminar de escucharlo abre bien sus ojos, rápidamente se disculpa con su paciente y pospone la cita para otro día. Poco después sale disparado de su centro de trabajo y sin perder tiempo se monta en su automóvil para regresar a su hogar.

 

La cabeza le dolía como mil demonios, sentía todo borroso y le daba vueltas. Estaba terriblemente mareado. Intento moverse, pero cuando quiso mover sus muñecas o tobillos y se siente apresado. Un miedo comienza a apresarlo, sacude su cabeza espabilándose mirando su alrededor. Era un lugar muy oscuro, no veía más allá de su nariz pero lo que en verdad lo aterro fue ver sus muñecas y tobillos esos grilletes que lo ataban a las paredes y en el suelo.

-¿Q-Que…? – murmura mirando a los lados tratando de liberarse, comienza a removerse salvajemente completamente desesperado- ¡¿Dónde estoy?! –grita desesperado- ¡¡Sáquenme de aquí maldita sea!!

-No te esfuerces…-escucha una voz provenir de la misma oscuridad- No podrás salir de aquí, eres mío ahora…

Cuando el psicoanalista llega a su hogar ve algunos oficiales alrededor de su casa llamados por sus vecinos. Había una gran conmoción  y no le permitían pasar a su propio hogar, había una sola cosa en su mente: Yami. No lo veía por ningún lado y su corazón comenzaba a oprimirse, fue mucho peor al  ver como uno de los policías se le acercaba con una nota en sus manos.

-¡Oiga!-corre hacia el oficial bastante angustiado- que…¡¿¿Qué demonios está pasando, porque están en mi casa??!

-Señor cálmese…-le dice en tono suave el oficial tratando de calmarlo- Lamentablemente creemos que en su casa, hubo un secuestro…-le entrega la nota- dejaron esto para usted…

“Si deseas volverlo a ver…

Haz publicó su relación y trae a la calle 89 100.000 mil $”

 

-¡¿Quién eres?!-le grita con voz desesperada el chico removiéndose lastimando sus tobillos y muñecas por sus grilletes- ¿¿Por qué me tienes aquí??

-Por qué eres el pago de una vieja deuda…-dice aquella voz, el chico cuando se acostumbra la oscuridad que lo rodea sus ojos bordean los barrotes de la celda donde estaba y borden también la figura que se acercaba lentamente abriendo la celda- y voy a cobrarla con creces.

-Que… ¿¡Que…vas a hacer!?-alza la voz con desespero notando como ese hombre de se le acerca hasta poder verlo completamente, aquel hombre le coloca una pedazo de cinta en la boca tapándola- ¡¡Hmm!!..

-Ahora se un buen niño…-aquel hombre comienza acariciar uno de los muslos del chico de manera lasciva y comienza lamer de manera lasciva su cuello. El chico se removía y removía tratando de quitárselo de encima. Pero no podía hacerlo… el chico cerro con fuerza sus ojos temblando intensamente, dos largas lágrimas caen de sus mejillas atravesándolas y llegando al suelo. Lloraba con intensidad pero eran mudos por la cinta que cubría su boca.

 

Yugi…

Yugi…

¡¡YUGI!!

 

Notas finales:

MUUUUUUCHAS GRACIAS POR LEER!!

las quiero uwu <3 

byebye o3o 

pd; mañana ave de oro esperen la actualizacion uwu

nos vemos!


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