Capítulo 4: ¿Jugamos?....
-¿Trajo… lo que le pedí?....-murmura el adolecente sentándose del otro lado del escritorio, el psicólogo bufó un poco y cruzo sus piernas, sin decir palabra alguna le extiende una foto al chico. Este la toma y la miro atentamente con una ceja alzada- se… parece a usted…-dice mirando la foto fijamente- … es preciosa….
-Gracias, atemu-kun…- el analista le sonríe gratamente mientras baja su vista acomodando algunos papeles sobre su escritorio- ella es mi pequeña princesa…
-¿Dónde la deja cuando se va a trabajar?...-el chico coloca la foto sobre el escritorio.
-Con una niñera, es de fiar. Fue mi amiga más cercana de la universidad…-le contesta sonriendo, sin abrir sus ojos.
-…-El chico guardo silencio, lleva su mano en a su bolcillo y saca de ella una bajara de cartas en su caja- Yugi-san, ¿usted sabe jugar a las cartas?...
-¿Eh?...-abre sus ojos y mira al chico algo sorprendido- pues… solo he jugado en la universidad, hace años que no juego atemu-kun…-le explica mirando curioso el mazo de cartas que poseía el chico en sus manos, mirando atentamente como el chico las barajeaba en un movimiento casi maestro de manos.
-Interesante…-susurra- ¿le apetece jugar conmigo un rato?... –le sonríe de lado, mirándolo justo a los ojos- hagámoslo un poco más entretenido, si yo gano una partida puedo preguntarle lo que sea, hasta la pregunta más íntima y usted debe de responder con total sinceridad. Lo mismo si usted gana una partida, puede preguntar lo que quiera… y yo responderé con toda sinceridad…. ¿acepta yugi-san?....
-acepto, atemu-kun…- le sonríe con un toque divertido- ¿Quién reparte?
-Yo, confíe en mí, no hare trampa…-le dice en tono divertido- juguemos algo sencillo, la mano más alta gana, comienza el juego-sonríe suavemente y le da cinco cartas al analista, luego él toma cinco cartas. Pone el mazo a un lado de la mesa y mira sus cartas- ¿sabe, yugi-san?, en mi escuela me llaman de cierta forma…
-¿En serio?...-susurra mirando sus cartas igualmente- ¿de que forma te llaman, atemu-kun?
-“Yami” –murmura suavemente mientras acomoda un poco sus cartas- significa oscuridad en japonés o eso escuche...
-Interesante apodo atemu-kun…-susurra y pone sus cartas sobra la mesa- veintidós….
-Oh, parece que perdi…-muestra sus cartas- dieciséis. Bueno; trato es trato puede preguntarme lo que sea yo responderé…
-Está bien atemu-kun…-murmura- ¿Cómo fue para ti, perder a tu padre de niño?...
-Le seré honesto, no va oír la típica historia trágica… -susurra aquel adolecente, cerrando los ojos- cuando mi padre se fue tenía menos de 8 años creo, no estoy seguro. Llore se lo admito, pero mi madre dijo que un hombre no llora y que ahora yo sería el hombre de la casa. Mi madre es una mujer enferma, no tiene trabajo fijo debido a lo frágil de su estado salud por lo cual a veces me toca trabajar para traer algo a la casa. En fin, ¿Dónde iba?, así… me afecto, lo supere y aquí estoy, su abandono no me hizo débil.
-No piensos que seas débil atemu-kun, pero he decir, Siendo franco, que el abandono si te dejo algunas repercusiones, como por ejemplo esa actitud reacia que tienes todo el tiempo. Puede ser un síntoma de una desequilibro emocional…-le explica detalladamente el analista, notó como el chico se le quedo mirando como si no tuviese la menor idea de lo que el analista le decía, río un poco y mira al chico a los ojos- mejor sigamos jugando atemu-kun….
-Está bien, pero deje el lenguaje científico o necesitare un traductor…-murmura el chico, barajeando un poco más sus cartas, vuelve a repartir dando el mismo número de cartas que antes. El adolecente toma sus cartas y las mira fijamente- tengo una buena mano, yugi-san…
-¿Lo crees?, entonces muestra tus cartas…-le sonríe al chico con un toque de malicia en sus palabras- ¿sabes, atemu-kun?, yo era muy bueno en los juegos de pequeño. Solían llamarme “El rey de los juegos”
-Que sobrenombre tan ególatra a decir verdad…-lo mira sonriendo- y aquí están mis cartas…-muestra sus cartas-veintiuno, yugi-san….
-Oh admito mi derrota, atemu-kun…-pone sus cartas sobra la mesa- dieciocho, bien pregunta lo que quieras, atemu-kun…
-Además de su esposa, ¿ha llegado a tener otra pareja?...-lo mira a los ojos.
-Pues, no he tenido otra pareja atemu-kun…-murmura suavemente- digamos qué para mi es difícil buscar alguien más, ya que… soy homosexual… -lo mira sonriendo tranquilamente.
-¿Homosexual?, pero usted tiene una hija, además estuvo casado…-murmura el adolecente mirando extrañado al psicólogo.
-La orientación sexual y el amor; son dos cosas totalmente diferentes…-el analista sonríe un poco acomodándose los lentes- cuando conocí a mi difunta esposa, no tenía claro mi orientación sexual. Cuando ella murió descubrí que solo sentía deseos hacia ella, y que mi cuerpo solo sentía deseo sexual hacia los hombres…
-Es confuso…-murmura el chico mirándolo, alzando una ceja- yo soy heterosexual y de eso estoy muy seguro…
-¿Ah sí, has tenido novias atemu-kun?...-le pregunta soltando una pequeña risa.
-Sí y por sí se lo pregunta: no soy virgen…-el adolecente sonríe un petulante y con aire prepotente.
-Oh, ya me lo suponía atemu-kun… -el psicólogo suelta una pequeña risa- ¿ahora puedo repartir yo?...
-Adelante…-le entrega el mazo de cartas al psicólogo sonriendo de lado suavemente. El analista toma las cartas y en silencio comienza a barajarlas, en un movimiento rápido de manos- sabe cómo barajarlas, eso es bueno…
-Te dije que tengo algo de experiencia, atemu-kun…-le sonríe y reparte las cartas, el mismo número que antes. Toma sus cartas y las observa atentamente- ¿Sabes, atemu-kun?, ninguno de mis pacientes me ha pedido jugar cartas antes… solo tú…
-Oh me alegro escuchar eso…-susurra el adolecente riendo un poco- no quiero ser igual a sus otros pacientes, yugi-san.
-Pues atemu-kun, ya lo has logrado…-muestra sus cartas sobre la mesa- diesiocho…
-Veintiuno…-murmura le chico mostrando sus cartas- bien yugi-san, me toca otra vez…-sonríe con un toque malicioso- ahora que me ha dicho que le gustan los hombres, dígame yugi-san, ¿le parezco un hombre atractivo?....
-¿Eh?...-en las mejillas del analista se pintan de un pequeño color carmín-¿atemu-kun que cosas dices?, no puedo responder esa pregunta estaría fuera de lugar…
-Vamos, el trato fue responder con total sinceridad….-sonríe de lado- entre usted y yo, nadie va a enterarse…
-Bueno…-murmura sonrojado- si… me pareces un joven muy atractivo atemu-kun…-susurra sonrojado.
-¿Dominante o pasivo?- le pregunta divertido.
-¡¡Atemu-kun!!-le dice totalmente apenado.
-Perdone, perdone…-le dice entre risas- era de broma, ya sé que de sobra que soy dominante…-suelta una animada risa.
-Atemu-kun…-murmura bajo, sonrojado mirando un poco divertido al adolecente- si supieras que tienes cara de pasivo, atemu-kun…
-¿¿En serio??...-dice un poco asustado el chico- ¡¡debo cambiar eso!!
-Jajajaja- el analista da una buena risa mirando al adolecente.
-¡¡que malo es yugi-san, engañándome de esa manera!!-le dice entre risas el chico, mirando al psicólogo.
Así paso la tarde, riendo de vez en cuando mientras seguía jugando ese juego de cartas. El psicólogo internamente se sentía aliviado al ver un poco más suelto al joven. Poco a poco se ganaba la confianza de aquel obstinado chico, era casi para él un logro personal, cada paciente que había pasado por su consultorio tenía algo especial. Algo distinto a los demás y el chico que tenía en frente ahora no era la excepción. Miro el reloj y suspiro, las horas habían pasado muy rápidamente.
-Atemu-kun ya se acabó el tiempo…-le dice el analista mientras le entrega el mazo de cartas- ¿nos vemos mañana?...
-Sabe que sí, estoy atrapado con usted…-dice el adolecente sonriendo un poco, se levanta suavemente de la silla- Nos vemos, yugi-san…-le da la espalda y va hacia la puerta, antes de salir se voltea y mira al analista- Yugi-san…
-¿Pasa algo, atemu-kun?...-lo mira sonriendo suavemente.
-Por favor…-le susurra- mañana no me llameme “atemu-kun”, solo llame Yami…-lo mira a los ojos- por favor…
-…-El analista se queda en silencio un momento un poco sorprendido, luego sonríe un poco y asiente- está bien…
Nos vemos mañana, Yami….