Capitulo 1:
El horror de estar cumpliendo el mandamiento de su padre no le era grato. Más bien desagradable al tanto ser estúpido.
Él no era el tipo de persona que se podía controlar ante una necesidad. Si quería algo lo tenía y ya. Aunque su rebeldía estaba más que representada a sus cortos veintidós años, comprendía la fé de estar perdiéndose en una abismo.
Su padre, antemano, tuvo una mujer antes que su madre. Una amante. Por la cual, su delirio produjo un hijo enfermizo, él mismo muchacho que despreciaba Chanyeol y se odiaba a si mismo por no poder mirarle la cara a su padre.
El muchacho tenía asma, y una cantidad enorme de enfermedades cansadoras. Chanyeol sentía pena por el, y algún recelo equilibrado que lo obligaba a sacudir la cabeza de no pensar tanto es eso.
Ahora debía cuidarlo. Solo por este día.
No obstante se había echado hacia atrás en el momento que su padre le dio la indicación, no jugaría con él como un niño pequeño, ni menos lo trataría como un hermano. Un desconocido era lejano a lo que pretendía tratarlo.
Baekhyun, el pequeño enfermizo era tolerante, raramente aparecía en los pasillos forcejeando con los amigos de Chanyeol peleando por la devuelta de sus cuadernos.
Y lo maldecía por gastarle una tarde en que podría jugar con una chiquilla.
Pero tratos son tratos, a cambio recibiría una buena pega.
Camino hasta la cuarta avenida, un tanto desesperado por el calor que vagaba cálidamente en esa zona. Miro hacia arriba para observar el hermoso ventanal del departamento colapsado de poseer tanta luz.
Pisando el umbral, contemplo, desde ese entonces. Su padre le había dado lo mejor a Baekhyun dejándolo a él recorrer horizontes desconocidos. Cabreada, puso su primer pie al fondo y la brisa roso su cabello tapándole los ojos. Con la manga saco el cabello con rabia, ese no era un buen día en su calendario.
Pero tampoco lo era para Baekhyun.
Chanyeol miro las gigantescas escaleras, el piso quedaba al final del edificio. Con una esplendida vista a todo Seúl, y él comiendo en la calle pescado caliente.
Simplemente sentía celos solo no quería admitirlo.
Opto por los elevadores, lo cual le produjo una satisfacción voraz al ver entrar tantas mujeres con faldas de tubos. Su miraba de desviaba sin disimulo, sonriendo, paro en el piso 22.
Dejo de caminar al frente de la puerta, donde provenía en botón para decir quién eres.
Solo es esta tarde, Chanyeol. Luego todo pasara desapercibido y tendrás mucho dinero para salir a tomar con los amigos. No olvides… es un enfermo, esta acostado en una cama. Tu solo mira televisión y come papas fritas.
Apretó el botón, inhalando fuerte.
—¿Diga? —Una vocecita aguda, delatando su resfriado, dejo de apretar el botón y volvió a apretarlo instantemente.
—Baekhyun. Soy Chanyeol — pudo percibir el sonido ruidoso del colgador, la puerta se abrió. Obteniendo por segundos una mejora de olores perfumados de flores silvestres. Estaba a gusto, paso sin pedir permiso.
El departamento estaba más que limpio, los ventanales lucían un brillo por lo mucho que estaban trapeados, el nudo en la garganta que aclaro chillo. Baekhyun lo miro, él tenía en sus manos una taza de chocolate caliente, un poleron enorme, sus mangas eran tan largas que le cubrían gran parte de las manos, estaba pálido y los labios de un toque rosado suave. Delicado.
Chanyeol imagino al chico como una amapola. Pura, fina y sonriente, feliz.
El joven dejo l taza en la mesa de vidrio y, con la mirada examino rápidamente la compostura y a duendo que llevaba Chanyeol.
Solo vestía una camiseta azul, un abrigo flojo de lino blanco. Era cómodo. Pantalones gastados al igual que las zapatillas.
—¿Te ha enviado papa a cuidarme? —pregunto Baekhyun inocentemente.
Miro el plato que yacía, echando humo en la mesa, algas marinas.
¿Algas marinas?
—Por una buena garantía, claro —no podía permitirse despegarle la vista. —¿Es un día especial hoy que comes algas marinas?
Baekhyun se estremeció y toda sonrisa desapareció.
—Hoy fue el día en que mama dejo la casa, mudándose a Estados Unidos.
Sintio pena por el pequeño, lo invadían las ganas de protegerlo.
—Lo siento mucho.
En verdad no lo hacía.
Este te será divertido, Baekhyun es una perfecta carnada para no aburrirte todo este rato. Míralo. Su apariencia no declara que solo le quedan unos meses de vida, pero no. Su vida es larga. Chanyeol concéntrate en conseguir dinero y dar de comer a tu madre.
Se dijo a sí mismo, elaboraba un plan en su mente rápidamente.
Baekhyun sirvió un poco de chocolate nuevamente, corrió hacia el lavadero y voto la poca sopa de algas, concluyendo en si, oscurecer el mal recuerdo.
Le sonrió a Chanyeol, estirándose declaro dado por hecho que estaba agotado.
—¿Hay aquí papas fritas? —pregunto directamente Chanyeol, se aguanto las ganas de echar un vistazo al refrigerador.
El muchacho sonrió.
Pobre, a pasado por tanto dolor que sonríe para esconder sus penas debajo de la piel.
—No, habitualmente no compramos golosinas. —negó rotundamente, asintiendo—Podemos ir a comprar, ya es fin de mes y necesito algunos vegetales.
Declaro sin estar del todo seguro, un poco mas y se rendiría por la ternura que Baekhyun provocaba.
Chanyeol sintió el pesar de sus palabras, no llevaba ningún peso encima.
—No tengo dinero—avergonzado, hecho a reir nervioso.
—¡Ah! No te preocupes, mama dice que gaste en comida, lo mucho que trabaja ella.
—¿Tu madre no te había dejado? —Chanyeol dijo.
—Pues lo hizo, literalmente, se fue de negocios a Estados Unidos y nunca volvió, todo este tiempo he vivido de la niñera. Ella solo se preocupa de lo financiero.
Deberías agradecer que no tienes que preocuparte tú de eso.
‘’Amapola’’ Es un buen apodo para el nuevo amigo enfermizo, baekhyun. Y pensar que toda mi vida estuve engañándome solo por juzgar a las personas por los errores de los adultos. Baekhyun es bueno. Lo protegeré.