POV Armin.
Se acerca a mi lentamente, estamos demasiado cerca, tanto que puedo escuchar su respiración, a diferencia con Kentin esto me gusta, hace que sienta un pequeño calor reconfortante.
- Armin…
- Lysa.. –
Su perfilada nariz roza con la mía, siento su aliento chocar en mis labios ya secos y ansiosos ¿Ansiosos de qué? Su mirada me atrapa y lo observo detenidamente, parece darse cuenta y aparta sus ojos de los míos ¿Por qué? Veo un rastro de vergüenza en sus ojos, intento acercarme cuando lo siento sostener firmemente mi mano.
- Estas sangrando – eleva mi miembro que efectivamente está teñido de carmín, lo veo estupefacto ¿En qué momento ha pasado esto? Caigo en cuenta, antes de que Kentin llegara mi frustración había mandado a mi puño contra el piso.
- Que mala pasada - intento esconder mi sangrante mano pero el me lo impide, toma la pequeña mochila que tengo a un lado y se la cuelga al hombro. Se levanta tan ágilmente como un gato, me tiende la mano que sujeto con mi mano sana y me levanta.
- Vayamos a la enfermería –
- La enfermera no debe estar – le contesto cuando me arrastra por los pasillo. No me contesta y continúa con lo suyo.
POV Kentin:
Aporreo mi casillero con furia ¿Qué me está pasando? La pregunta me ronda a 200 k/h en la cabeza, hace menos de veinte minutos estaba a punto de besar a Armin. El solo pensamiento me hace tensar el cuerpo ¡¿Cómo podría yo besar a un hombre?! La fugaz imagen de Alexy cruza mi mente “Enserio” Me rio con pesadez, visto desde afuera parecería que quiero tirarme a ambos hermanos. ¡Pero por supuesto que no lo quiero! Doy un paso hacia al frente y un ruido capta mi atención, el pequeño oso de felpa está bajo mis botas <<Te quiero>> El chillido del muñeco me ensordece. Lo tomo con cuidado para no hacerlo funcionar de nuevo. No me importa la mancha en la camisita que lleva y lo arrojo al casillero, para variar algo cae de este, me sorprendo al notar dos pequeños broches en las blancas baldosas. La ocasión en la que acompañe al delegado rubio y Sucrett por los trajes para la misión Debrah los compre. Eran los últimos en el bazar y llamaron mi atención inmediatamente, Alexy se había quejado toda la clase de física como su cabello se venia a su rostro y el no querer cortárselo. Lo compre sin pensar. Un fuerte dolor me hace dar cuenta que me he golpeado con la puerta del casillero al incorporarme.
- ¿Te encuentras bien? – Una dulce voz me atrae a la realidad. Un chico 10 centimetros mas bajo que yo me observa detenidamente con sus grandes ojos rojos expectantes. Su pequeño y delgado cuerpo esta cubierto en su totalidad por ropas blancas y pegadas.
- S-si g-gracias
- Wenka – Me extiende su pequeña mano enguantada y yo la estrecho. Solo entonces siento la fragilidad de su cuerpo.
- Kentin – el me sonríe.
- ¿Te encuentras bien Kentin? -
- Lo estoy
- No lo parecías – da un paso adelante y yo retrocedo.
- L-lo estoy
- ¡Mentiroso! No lo estas – Sus pequeño rostro choca con el mío y yo no se dónde meterme - ¿Qué te pasa? – Su cara esta tan cerca, sus largas pestañas se baten continuamente y me rosan las mejillas. Cierro instintivamente los ojos. Lo siento Alexy.
POV Castiel.
La hora de descanso término, me levanto y estiro sin cuidado, el aire rosa mi abdomen expuesto cuando me estiro ¿Cuándo ha entrado tanto frio? Ignoro el hecho y continúo moviendo mis miembros engarrotados. Con cuidado para que ningún cotilla se entere salgo del pasadizo. No quiero a nadie husmeando por el lugar.
Los pasillos están desierto y apenas se escucha un ruido. Los profesores se han puesto estrictos, a dos pasillos más esta mi casillero.
- ¿Qué haces aquí? – Giro para ver el rostro de Nathaniel extrañado ¿Es tan raro que yo me salte las clases? Sonrio de lado, se cuánto le molesta y lo confirmo cuando frunce mas sus delgadas cejas rubias.
- ¿Por qué no habría estar aquí?
- Porque la escuela ha terminado y siempre eres el primero en desaparecer – Me suelta y entra a su oficina, por reflejo lo sigo ¿Esta de coña no es asi?
- ¿Terminado?
- Estamos en el cuarto periodo
- Lo estuvimos cuando te marchaste, perdiste los próximos – suelta un largo suspiro mientras niega reprobatoriamente – He tenido un pésimo dia Castiel, Amber no me ha dejado en paz, la directora esta molesta …
- ¿Por qué me lo dices a mi rubiecita? – Lo veo tensarse y hacer amago de gritarme pero enseguida se recompone en su aspecto de niño perfecto.
- Firma aquí – me extiende una nota – Otra para la colección – Abre una carpeta de arillos con mi nombre grabado en la tapa.
- No
- ¡Por dios! Te has saltado tres clases ¡¿Podrías al menos tener decencia y aceptar tus estúpidas acciones?!
- ¡¿Quién me las hara reconocer?! ¡¿Tu rubiecita?!
- …-
- …-
- ¡Has lo que quieras! Ya no voy a pelear mas contigo – Cierra de golpe la carpeta y la acomoda junta a otras, toma todas sus cosas y me deja en el umbral de la puerta estupefacto. Este no es Nathaniel.