Hace una semana, mi madre me dijo que tendría que salir del país por casi un mes, Tendría que viajar a Italia y luego ir a un crucero. Es que trabajar en el medio turístico es igual a casi no permanecer en casa. No me quejo, me agrada que a mi madre le vaya bien en el trabajo y disfrute lo que hace, pero a veces, solo a veces, me gustaría que estuviera más tiempo conmigo.
Como sería un mes, ella no permitiría que me quedara solo en casa ya que podría hacer desastres como la última vez. Pero que va, luego de ese castigo no quedé con ganas de volver a hacer nada malo cuando estuviera solo, pero ella no me cree. Por eso, luego de llamar a los pocos familiares que viven aquí y que ellos se negaran a tenerme en su casa sacando tontas excusas no quedó más remedio que llamar a un primo paterno, que no pudo negarse a las súplicas de mi madre.
Y aquí estoy. Viviendo en un gran apartamento lleno de lujos y en uno de los sectores más exclusivos de la ciudad con un primo con el que casi no tengo contacto -por no decir nulo- pues la familia de mi padre y yo no nos llevamos muy bien. Ayer en la mañana mi madre me trajo antes de viajar, y la verdad se lo agradecí mucho, pues yo no sabría que decirle a mi primo cuando abriera la puerta.
Cuando llegué me sentí como una cucaracha. Ellos bien vestidos, tomando café con mucha elegancia, hablando sofisticadamente y yo… yo no les llegaba ni a los talones, a diferencia de ellos yo era lo más gamín del planeta. Hablaron y rieron durante un rato, lo más falso que he visto en mi vida. Y es que se les notaba la incomodidad en la mirada y en los gestos.
Cuando mi madre se despidió de mí, me susurró y rogó que me portara muy bien, que no la hiciera quedar mal con mi primo o de lo contrario, yo se las pagaría. También me dijo que me amaba y que pronto volvería. Si, muy pronto. Como no.
Una vez solos, la incomodidad fue peor. Él me examinaba con su mirada muy lentamente, como analizándome o buscando algo. Luego suspiró y se fue a lo que pensé sería su cuarto. ¿Qué rayos había pasado? Este tipo es muy extraño.
Hyukjae era el primo menor de mi Padre, por eso cuando yo era más joven, él iba a mi casa a jugar conmigo y mi padre, ya que él era como su segundo papá. Nosotros nos llevábamos muy bien, éramos casi como hermanos, hasta que la mamá de Hyukjae se lo llevó a vivir a Estados Unidos cuando él tenía 11 años. Fue ahí cuando perdimos el contacto, o no del todo, él hablaba de vez en cuando con mi padre, pero no conmigo. Mi madre también se llevaba bien con Hyukjae, sería el único, pues la familia de mi padre no quería mucho a mi madre por su trabajo.
Mis padres se conocieron cuando mi madre hacía las prácticas de su carrera, y mi familia paterna decía que así como les había pasado ella podría dejar a mi padre por otro que conociera. Aunque esa no era la única razón, todos creían que esa relación era basada en el interés, pues mi padre era de dinero y la única forma de amarrarlo a ella era con un hijo.
Mi padre murió hace 5 años, y en su funeral fue que volví a ver a Hyukjae. Yo tenía 12 años y de una lo reconocí, yo estaba muy emocionado aunque lo que quedaba del que yo conocía era un poco de su apariencia pues él no era el mismo, había cambiado completamente y mi madre también lo notó cuando fue a saludarla… porque a mí ni me volteó a mirar.
Luego de eso fueron pocas las veces que nos encontramos, como cuando fuimos a la lectura del testamento de mi padre, ella no quería que la familia de él siguiera pensando mal de ella, por eso aún no ha reclamado lo que él nos dejó. Allí Hyukjae tampoco me devolvió el saludo.
Y así fue que perdimos el contacto y no nos habíamos vuelto a ver hasta ayer. He de admitir que está más guapo que nunca, pues su cabello un poco largo le sienta muy bien.
Después de que se fuera a su cuarto, tardó unos minutos y luego salió del apartamento con la chaqueta en un brazo y las llaves en la otra sin decirme nada. Yo no tuve más opción que quedarme sentado en el cómodo sofá a esperarlo.
“No debe tardar” me decía cada rato luego de ver que llevaba todo el día por fuera. Yo me estaba volviendo loco sin nada que hacer y del hambre. De haber estado en otro lugar ya hubiera hecho algo para comer o habría buscado por toda la casa algo con que entretenerme, pero allí no me atrevía, no en el apartamento de Hyukjae.
Como a las 9pm saqué de mi maleta mi almohada y mi cobija, y me acosté en el sofá. Como la idea era incomodar a mi primo lo menos posible mi madre hasta me dio dinero para comprar comida por si acaso y llevé todo lo que podría necesitar. Como a las 11 me desperté por el dolor de estomago, el no comer nada durante todo el día ya me estaba matando. Mire toda la casa y no vi ninguna luz ni escuche ningún ruido “No ha llegado aún” me volví a acostar e intenté dormir y no pude, el dolor no me dejaba.
Después de estar dos horas en la misma posición sentí que abrían la puerta y luego la cerraban. Me senté al escucharlo caminar y vi que prendió la luz de la cocina. Se preparó un café, sacó unas galletas y fue a su cuarto, al momento volvió por su chaqueta y apagó la luz para volver a su cuarto. ¿Y yo qué? Yo también quería algo para comer y el muy idiota me ignoró. Resignado me volví a acostar en el sofá y traté de dormir “al menos el sofá es cómodo”.
Y así fue que pasé mi primer día en aquel lujoso lugar. Ahora es muy temprano y no pude dormir más porque mi estomago no me deja. Doblé la cobija y junto con la almohada las guardé en mi bolso. Me acerqué a la gran ventana que hay en la sala y me puse a mirar la hermosa vista. No muy lejos del apartamento de Hyukjae había un río y se notaba que era un lindo lugar. Mi casa quedaba lejos de allí donde estaba, es más, nunca había estado cerca de ese sector por lo tanto no conocía nada de lo que alcanzaba a ver por esa ventana.
- Me gustaría vivir por aquí - dije mientras veía embobado el paisaje.
- Ha, ni cuando te jubiles podrás hacerlo - pegué un brinco al escucharlo hablar ya que no lo sentí cuando salió y me lastimé la frente con el ventanal.
Me volteé rápidamente sobándome la parte lastimada y lo vi parado no muy lejos de mí. Se notaba que estaba recién bañado, pues su cabello aún estaba húmedo. Llevaba un traje más casual que el de ayer y la camisa no estaba completamente abotonada.
- Ho-hola Hyukjae - saludé un poco nervioso, pues era la primera vez que me dirigía la palabra en muchos años.
Como siempre él sólo me ignoró y fue a la cocina. Yo lo observaba desde la ventana en silencio, lo vi preparan café, sacar pan, mantequilla o por lo menos algo muy parecido y luego se sentó en el comedor a desayunar. Instintivamente me llevé la mano al estomago, y es que en más de 24 horas que llevaba en ese lugar mi primo sólo me había dado café y sólo porque mi madre también estaba.
- Hyukjae… yo... – tenía pena de lo que iba a decirle, pero ya me sentía mareado del hambre. Él hizo un pequeño sonido seguro para que yo continuara hablando – yo… no quiero molestarte, pero… ¿Podrías prestarme la ducha? Quiero bañarme.
Sé que soy un idiota, pero no me atreví a decirle que quería algo de comer.