Capítulo 3
Hinata abrió los ojos sorprendida ante las palabras del rubio. Suspiró y negó.
—No entiendo, ¿es una broma? Porque la verdad no tengo tiempo…
—Hinata Hyuga, no tengo tiempo para bromear. —Naruto sonrió y se sentó frente al escritorio—. Sé que es difícil de creer-ttebayo, pero te necesito en mi equipo. Mira esto. —Naruto abrió la carpeta que Shikamaru había preparado y se la entregó a la peliazul, ella, aun con desconfianza en sus ojos claros, la tomó y comenzó a revisarla. Abrió los ojos con sorpresa al ver que se trataba de vida completa incluidas imágenes, datos, referencias…
—¿Qué es esto?
—Sé que es extraño, pero tienes una fuerza impresionante, tus habilidades de defensa, disparo y visión nos ayudarían mucho. Eres inteligente, sincera… —Hinata se sonrojó.
—No tienes que mentir tanto para…
—¡No es mentira-ttebayo! Yo no miento… a mis amigos –dijo riendo nervioso—. Pero hablo en serio cuando digo que te necesito. Soy na especie de agente secreto, espía o como quieras llamarlo, tengo un equipo de dos personas más, y un perro, Kiba y Akamaru me matarían si no nombre al perro, pero necesito de alguien más y tú eres ese alguien. —Hinata guardó silencio por un largo momento.
—Así que esto… todo esto que me dices… ¿por qué debería creerte?
—No deberías-ttebayo —susurró Naruto haciendo pucheros ante la sorpresa de Hinata—. Yo no lo creería, pero es cierto. Ahí, en esa carpeta, están todas las pruebas.
—Okey… ¿Qué pasará si no acepto?
—Pues no recordarás esta conversación. —Hinata lo miró incrédula.
—¿Viste “Hombres de Negro”, esa película de extraterrestres y todo eso?
—Claro, pero si me dices que hay extraterrestres…
—Claro que no, no seas loca —comentó Naruto divertido—. Pero ¿recuerdas que ellos tenían un dispositivo que borraba la memoria? —Hinata asintió curiosa—. Bueno, nosotros no tenemos eso, pero tenemos una inyección, y esta inyección te hará olvidar todo.
—¿Qué pasará si acepto?
—Morirás… —Hinata abrió los ojos con temor—. Digo, morirás para el mundo, pero seguirás viva. Simplemente dejarás de existir… Y sé que no te importaría alejarte de toda la mierda con la que vives, así que piénsalo, te doy… —Naruto miró el reloj—, te doy diez minutos, esperaré fuera… —El rubio estaba dispuesto a alejar la oficina cuando una mano en su brazo lo detuvo.
—No te vayas —susurró la ojiblanco. Naruto sonrió comprensivo y acarició su mejilla.
—Ya lo decidiste, ¿verdad-ttebayo? —Ella asintió.
—Como bien dijiste, estoy cansada de todo esto. Puede confiar en ti, ¿verdad?
—Más que nada, te protegeré con mi vida, a ti y a los chicos de mi equipo.
—Entonces no tengo nada que hacer aquí. —Naruto asintió y encendió su bluetooth nuevamente—. Shikamaru, hazlo…
—Hecho, jefe.
—¿Qué hará?
—Te matará, Hinata-chan, pero no te preocupes, será un simple accidente…
—¿Todos creerán que estoy muerta?
—Absolutamente todos… Vamos. —Ambos salieron del Dojo, nadie prestó atención a ninguno, algunos niños saludaban a Hinata con la mano y le sonreían. Cuando salieron del recinto, subieron a la camioneta, donde Shikamaru y Kiba sonreían. No dijeron nada hasta que estuvieron lo suficientemente lejos.
—¿Ya? —preguntó la peliazul algo sorprendida. Naruto sonrió divertido.
—Hina, te presento a Shikamaru, experto en informática, armas, puntería, artes marciales y… y muchas cosas. Es muy perezoso, pero te ayudará si es necesario. Este es Kiba y su perro, Akamaru. Expertos en rastreos, investigaciones, y bueno, causar la muerte de alguien. —Kiba le guiñó un ojo a Hinata y Shikamaru solo hizo un gesto con el rostro, mientras Akamaru ladraba dándole la bienvenida.
—Mujer, acabas de ser asesinada frente al dojo, un delincuente te disparó justo en el pecho. Vas a desangrarte camino al hospital donde morirás. Fácil, rápido y sin huellas, espero que no esperaras algo demasiado heroico. —Hinata lo miró un minuto, esperando que dijera que era broma en cualquier momento.
—No es broma, Hinata Hyuga, acabas de morir, quizás lo veamos en las noticias, después de todo perteneces a una familia de renombre –comentó Shikamaru mientras tecleaba en su ordenador.
—Te acostumbrarás en poco tiempo —dijo Kiba que seguía conduciendo tranquilamente. Hinata asintió y se aclaró la garganta antes de mirar al rubio.
—¿Me explicarán por qué estoy aquí?
—Por supuesto, pero primero iremos a mi departamento, allí vivirás mientras encontramos algo para ti.
—Está bien.
—No te preocupes, Hinata, de verdad estará todo bien. —Naruto le sonrió, y Hinata sintió que con esas simples palabras, podía entregar su vida por la de Naruto Uzumaki.
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—Temari, Shino y Neji, los necesito aquí en 30 minutos —dijo Sasuke a su audífono mientras dejaba caer su chaqueta en el sofá y se sentaba frente a su portátil. Comenzó a teclear los nombres del equipo de Uzumaki, y como imaginó no existía absolutamente nada de ellos, lo que hablaba bien de su poder de espionaje en red.
Escuchó la puerta de la sala abrirse y luego la televisión encenderse. Miró al recién llegado y se sorprendió de ver a Neji con los ojos congelados en la televisión.
—¿Qué pasa? —Neji solo le hizo un gesto para que mirara. El azabache observó y leyó el titular—. “Hinata Hyuga asesinada frente al dojo familiar” ¿Tú prima? —Neji solo asintió—. ¡Demonios!
—Lo extraño es que, según mis contactos, el cuerpo no fue visto ni si quiera por mis tíos… Todo se ha manejado de forma muy extraña.
—¿Crees que esto es mentira?
—No, porque hay testigos, pero creo que algo pasa alrededor de…
—¡Hey, chicos! ¿Empezaron sin nosotros?—preguntó una rubia de dos coletas que se dejaba caer en el sofá, seguida de un chico alto, que usaba lentes oscuros y una capucha que cubría la mayoría de su cabeza.
—No. —Neji apagó la televisión, Sasuke comprendió que no quería que sus compañeros supieran sobre esto.
—Bien, esta es la situación. Tenemos una misión y nos unieron con otro equipo que pertenece a la agencia este.
—¿Iruka-sensei?
—Sí, Kakashi habló con Neji así que supongo que entienden que trabajaremos con personas…
—¿Impredecibles? —preguntó Temari suspirando—. Ustedes los hombres se complican tanto. Deberíamos hacer esto los cuatro, como siempre, y no se armaría un lío.
—Bueno, eso no lo entendió Kakashi, así que no hay mucho que discutir. La reunión sería hoy, pero la cambiaron para mañana. Quiero que comiencen a investigarlos, hablen con sus contactos, estos son los nombres de los tres. Uno de ellos tiene un perro. Vean qué hacen, para qué sirven, sus puntos débiles… Ya saben.
—Ahora, ¿por qué querrías hacer eso? —preguntó Temari de forma sarcástica. Tanto Neji como Shino solo asintieron y salieron del apartamento—. No entiendo cómo me he mantenido tanto tiempo entre ustedes, hombres de pocas palabras. —La rubia rodó los ojos y se puso de pie—. Nos vemos mañana, jefe querido.
—Nos vemos, Temari —dijo Sasuke sonriendo de medio lado.
****
—Entonces, ¿aún no se sabe nada?
—No, mañana nos reuniremos con el equipo de Sasuke-baka para conocerlos y hacer las presentaciones, luego tenemos una reunión con Kakashi e Iruka y nos dirán todo lo que involucra esta horrible misión. —Naruto suspiró de forma dramática.
—¿Horrible? —preguntó Hinata a lo que Kiba asintió.
—Si necesitan unir a dos equipos de élite de las agencias este y sur, es porque realmente es algo grave, así que no esperes que tu iniciación sea fácil.
—Oh… Sí, creo que entiendo.
—Bien chicos, pueden irse a descansar, nos vemos mañana media hora antes para llegar juntos. Shikamaru, ¿puedes llamar a…?
—Ya está hecho, jefe. Ese hombre llegará en cualquier momento. —Naruto sonrió y despidió a sus amigos con la mano. Hinata observó a los chicos y el perro salir antes de mirar al rubio.
—¿Qué hombre?
—El hombre que se encargará de darte un par de lecciones, Hina-chan, además trae el armamento que necesitarás y tu ropa.
—¿Ropa?
—Sí, ropa para infiltración y esas cosas, irás acostumbrándote con el tiempo.
—Vaya… son muchas cosas, ¿estás seguro que fue correcto que me uniera? Yo no quiero ser una carga.
—No lo serás, Hinata. —El rubio sonrió con sinceridad—. Vas a ser de gran ayuda. Ahora ve a darte una ducha, tu cuarto es aquel, al lado del baño, puedes decorarlo como quieras, de todas maneras te conseguiremos un departamento lo antes posible. Te llamaré cuando él llegue.
—Está bien, gracias Naruto-kun.
Hinata entró al cuarto que se le indicó y se sorprendió de lo acogedor que era. Se sentó en la cama y suspiró, aun no podía creer que se hubiera metido en toda esa locura.
Soy una espía, pensó.
Se recostó y pensaba en su nueva vida cuando poco a poco se fue quedando dormida.
****
Naruto abrió su refrigerador y sacó la caja de leche, verificó que no estuviera demasiado pasada de su fecha y luego la agrego a su ramen. Todo el mundo le decía que moriría por un problema digestivo a causa de esa mezcla, pero llevaba toda su vida haciéndolo y aun no moría, así que continuaría haciéndolo.
Se sentó frente a la TV a comer, esperando tener al menos un par de minutos de tranquilidad, pero todo se fue al carajo cuando alguien abrió la puerta de entrada de su departamento.
—¡Viejo pervertido! ¿No pudiste demorarte dos minutos más? Acabo de sentarme a comer —dijo haciendo pucheros.
—Lo siento, chico, pero quiero ver que tan guapa es tu nueva chica.
—Oh no, no lo harás —dijo mientras dejaba el envase de ramen a medio comer sobre la mesita de noche—. La vas a espantar antes de tiempo...
—No exageres, soy un tipo muy guapo…
—Pero muy viejo para ella… La iré a buscar… —Caminó hasta el cuarto de su nueva compañera y tocó suavemente la puerta—. Hina-chan, el hombre del que te hablé ya está acá. —Pasaron unos segundos y Hinata no le contestó, Naruto abrió suavemente la puerta y la encontró durmiendo. Hizo una mueca, no quería despertarla, pero tenía que hacerlo, lamentablemente no tendría tiempo para otro encuentro con Jiraiya—. Hina-chan, despierta —susurró sacudiéndola. La peliazul dio un ligero salto cuando despertó.
—¿Uh? Oh, lo siento, Naruto, supongo que estaba cansada.
—Es comprensible —Él le sonrió—. Ven, quiero que lo conozcas, y por favor, no corras cuando empiece a acosarte, realmente no es tan malo.
Hinata no pudo más que sonreír ante las palabras del rubio. Lo siguió y en la sala se encontró con un hombre fornido, con una larga cabellera blanca, y aunque no representara muchos años, su rostro expresaba experiencia y mostraba que se podía confiar en él en una guerra—. Hinata, te presento al viejo pervertido, digo, Jiraiya —comentó sonriendo—. Viejo, esta es Hinata, nuestra nueva compañera de equipo.
—Mucho gusto, señor…
—Oh, nada de formalidades chica. Mmm… realmente eres guapa —comentó mirando los pechos de la peliazul—. ¿No te gustaría ir a dar una vuelta conmigo?
—Viejo, solo has tu trabajo, Hina-chan, no le hagas caso.
—Es-está bien, Naruto… —respondió Hinata avergonzada.
—Bien, bien, pongámonos serios. —Jiraiya tomó un bolso que había dejado en el suelo y desparramó su contenido sobre el sofá—. Estas son armas, me dijeron que eras buena sobre todo en la espada y en combate cuerpo a cuerpo, así que traje todo esto. Para que elijas. También traje tres trajes completos de infiltración y batalla, ropa que me pidió Naruto, zapatos y un par de botas. Me enviaron tus medidas, si no te quedara bien solo avísame para hacer el cambio
—Bien… —Hinata fue cautelosa al abrir uno de los trajes, se sorprendió que, al menos al verlo, fueran de sus medidas. Miró las armas en el sofá y tomó un par de wakizashi (espadas cortas japonesas similares a las katanas), dos navajas, un rifle de largo alcance y una pistola MK23 de calibre .45. Naruto sonrió y Jiraiya asentía satisfechor13;. Creo que eso sería todo.
—Muy bien, preciosa, eres bonita y peligrosa, me gusta. Cuida de Naruto, suele ser impulsivo. ¿Está bien?
—Lo haré —dijo Hinata sonriendo, Naruto solo bufó.
—Entonces, ahora falta… —Del mismo bolso de antes, sacó un pequeño maletín y lo abrió en la mesa—. Aquí están tus identificaciones para entrar a la base, te aconsejo que nunca los andes trayendo, aprende el código con el que estás registrada. Dos celulares, no es posible que sean rastreados, el azul es con el que te comunicaras con tu equipo, el blanco es el que utilizaras en caso de que tengas que dar tu número como coartada en alguna misión. Tienes identificaciones para misiones, varios pasaportes, los micrófonos y audífonos, estos los configurará Shikamaru, se los pasas a él… Y creo que eso sería todo, el resto te lo dirá Naruto. Fue un placer.
—Gracias, Jiraiya.
El hombre asintió. Le guiño un ojo a Naruto y salió del departamento dejándolos nuevamente solos.
—Ya puedes ir a descansar, Hinata, mañana la reunión es a las once de la mañana, iremos saliendo como a las diez, así que pon tu despertador a la hora que creas correspondiente.
—Bien… Buenas noches, Naruto.
—Buenas noches.
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Naruto, Shikamaru, Kiba y Hinata entraron al restaurante media hora antes. Tomaron asientos uno al lado del otro.
—Hinata, ¿te quedó alguna duda sobre lo que implica esta misión? —preguntó Shikamaru mientras revisaba algunas cosas en su i-pad.
—No, tengo todo claro.
—Si tienes alguna pregunta, hazla —dijo Kiba mirando alrededor con disimulo—. Jefe, ¿conoces a alguno de ese grupo?
—Si… algo así —dijo haciendo una mueca—. A un maldito idiota engreído.
—Oh, tienes a un nuevo amigo y no nos dijiste.
—Jamás sería amigo de un imbécil engreído como él —dijo haciendo pucheros.
—¿Quién es un imbécil engreído del que no quieres ser amigo? —preguntó una voz tras ellos. Naruto suspiró, se puso de pie y se volteó, encontrándose cara a cara con Sasuke.
—¿De quién crees tú-ttebayo?