Naruto es un niño con la habilidad de ver fantasmas, la gente a su alrededor no lo entiende y piensa que esta loco, pero un día se encuentra con un hada con la cual ara un trato que le cambiara la vida.

Sasuke es un demonio que ha estado encerrado durante mucho tiempo, a causa de sus crímenes, cuando un pequeño niño rubio entre a su morada, todo cambiara le dará la libertad que el ansia o lo condenara por la eternidad.

El ducado Setsuna ha caído a manos del hijo del duque Taisho, toda la familia es asesinada exceptuando al menor de ellos. Inuyasha logró salvarse de milagro pero desde ese día dejó de lado su sangre noble para convertirse en un esclavo de guerra. A partir de ese día su vida dio un cambio radical y un romance que nunca se esperó empieza a nacer.

SesshInu Fanfic.

Los personajes no me pertenecen, créditos a su autor.

-Tienes que estar bromeando-exclamó.

-Por favor hermano, no hay nadie más que pueda cuidarlo-

 -Oye, no hablen de mi como si fuera un perro-ttebayo- Entre los dos hombres, había un adolecente. Piel morena, pelo rubio y ojos azules.

-Por favor Sasuke-rogó.

-Está bien-dio un gran suspiro

FINAL CORREGIDO 

-oye Gaara...- Llamo el doncel con un suave sonrojo mientras abrazaba a un pensativo peli rojo por la espalda.

- ¿qué pasa cariño? - cuestiono con una suave sonrisa viéndole de reojo para acariciar sus cabellos rubios alborotados que parecían los de un niño.

-en que ya no es seguro vivir aquí...- musito mientras devolvía su mirada perdida en la ventana -no hay trabajo, comida y las enfermedades llegan como si las invitaras- comento suspirando mientras volvía a acostarse a su lado para abrazarlo.

-partiré mañana a las 6 am-

-Entonces, ¿Dónde quedo yo? -

-por favor, piensa en mí..., mi sueño siempre ha sido salir de aquí-

-Gaara no vuelvas- dijo secamente mientras el llanto fluía libremente.

Después de 3 años de convivencia, la relación del yakuza Asami Ryuichi y el fotógrafo Takaba Akihito, por fin está rondando en un ambiente de paz. Trabajando cada uno por su lado, y encontrándose para cenar y dormir, no hay otra cosa de qué preocuparse... O eso creían hasta que una noche fogosa, olvidan un pequeño, pequeñísimo detalle. Que les traerá como consecuencia, una presencia de más.