Recuerdo haber leído este capítulo en el momento en que fue publicado, en ese entonces 4 años en el futuro sonaban como una eternidad. Y mírame aquí ahora, 5 años después, releyendo esta maravillosa historia. 

Sé que este comentario no tendrá respuesta, como tantos otros. Es un sentimiento extraño, como escribir una carta al viento, o a una persona que ya no está más. Pero aún así, quiero hacerlo. Darte las gracias porque, sin saberlo, tus historias me acompañaron durante mi adolescencia, en una época que fue oscura y muy aterradora para mí, en el proceso de aceptarme a mí mismo como un chico homosexual.

Me identifiqué con algunos personajes, reí y lloré por ellos, amé a unos y detesté a otros. Me sumergí por completo en el mundo que construiste desde tu primera novela, y no puedo hacer más que agradecerte por ello, con el corazón en la mano.

No sé qué sea de ti, pero deseo que estés bien, que estés rodeada de amor y SALUD, que en estos momentos la vida nos recordó que es lo más importante. 

Yo seguiré volviendo de tanto en tanto con la esperanza de volver a leerte. ¡Un besote para tí, Yaonita!