"Erase una vez un príncipe llamado Nozomu que quería ser el más hermoso y perfecto del mundo. Para conseguir su sueño hizo un trato con la malvada bruja, Ana, que le dijo que ella cumpliria su deseo. Para romper el conjuro sobre el príncipe Nozomu tendría que permanecer encerrado en un castillo. Allí conoció a infinidad de gente también hechizada por Ana u otras brujas, entre ellos su mejor amigo era Nao que llevaba una horible maldición que hacía que virea y oyera cosas que los demás no podían."

Pero por desgracia esto no es un cuento, es la vida. Nozomu y Nao no son príncipes embrujados, son chicos normales y enfermos. Ana no es la malvada bruja, es la anorexia. La maldición de Nao no es un hechizo, es esquizofrénia. Y el castillo no era otra cosa que un hospital.

Sabiendo esto... ¿Crees que es posible desear la esperanza?

¿Crees en el destino?

Aki sí. Él cree que fue el devenir el que por el azar y el capricho quiso que aquella nevada noche conociese a Kunio.

El que le convirtió en la persona más importante en su simple y monotona vida.

Pero... ¿Y si el destino quiere volver a separle de Kunio?

Chiaki es joven, está casado, su marido es guapo y adinerado, para muchos su vida es un sueño... pero no todo es tan bonito como parece.

Satoshi está harto de soportar los desesperados gritos de su vecino y amor platónico... pero las cosas no son faciles cuando te enamoras de un muñeco roto.