-N.. No.. po.. por fa.. favor, ya... n.. no- Mencionaba con dolor y lágrimas deslizandose por sus mejillas, cierto rubio, mientras era "castigado".

-¡CÁLLATE!- le dio una cachetada aquel hombre que le causaba tanto dolor desde pequeño -¡ESTO TE PASA POR ANDAR DE PUTA COMO UNA CUALQUIERA CON AQUEL IDIOTA!-

-Suel... sueltame por fa... favor, no pue... puedo más, due... duele- aquel pobre muchacho ya no hayaba consuelo en su dolor, su vida era un infierno.

-¡TE DIJE QUE TE CALLARAS!- con la ebilla un cinturón lo golpeo en la espalda incontables veces, hasta que el pobre chico dio un último grito de dolor y se desplomó, no soportando más ese tormento -¿Nathaniel?-

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-Lo siento mi amor, lo lamento, no estuve cuando me necesitaste, no te creí, llo siento tanto, amor- decía cierto chico pelirrojo con lágrimas deslizandose por sus mejillas en abundancia -... por favor no me dejes, mi rubia...-

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-Entonces ¿me dice que puedo volver?- 

-Si puedes muchacho, pero notarás que nada es igual, debes ser inteligente en todo-

-¿Podré estar con él?- preguntó con brillo en sus ojos.

-No lo sé, él es feliz, será tu lucha y responsabilidad hacerlo-

-Ya veo-

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-No te necesito, creo que estaba mejor sin ti-

-Po... por favor, n... no me di... digas eso-

-Mejor desaparece de mi vida-

-Pero...-

-¡LARGATE! ¡NO VENGAS A DESTRUIR LA ÚNICA FELICIDAD QUE HE TENIDO EN TODA MI VIDA-

-Si así lo quieres, bien, lo siento por todo Castiel...-

-¡QUE TE LARGES, IMBÉCIL!-

-...- salió corriendo.