Ya en su cuarto nuevamente, Ed no dejaba de observar su reloj de plata, la prueba de que era un Alquimista Nacional, un perro de los militares, con privilegios y deberes que cumplir, debía seguir ordenes como perro fiel a su "amo", que en estos momentos llevaba el nombre de Roy Mustang, una persona que a Ed le desagradaba sobremanera, no porque es el hombre más codiciado por las chicas en Central y por ser Coronel puede tratar a las personas como le plazca.
Al observar su reloj le recordó el día en que se unió a la milicia para ser un alquimista nacional, haciendo un trato con Roy para poder investigar por su cuenta sobre la piedra Filosofal, siempre y cuando reportará sus avances.
Recordó también el por qué había entrado a la milicia, aquel incidente en el que él fue el culpable de todo, de obligar a su hermano menor a ayudarle a pesar de que éste se había negado a hacerlo varías veces, pero que al final ayudo gustoso pero preocupado a su hermano mayor, la transmutación humana fallida, la perdida del cuerpo de Al, y el hecho de que ahora el alma de Alphonse se encontrará atrapada en esa armadura vacía, eran simplemente su culpa.
La promesa que hizo a Al seguía fresca en su mente y eso le mantenía con vida y le daba ánimos para seguir adelante, por mas dura que fuera la prueba, estaba seguro de que la sobrepasaría sin mayores complicaciones.
Decidido se levantó de la cama en la que estaba sentado pensando con detenimiento sobre lo que haría a continuación, de seguro Roy pediría una recompensación por la falta de respeto sufrida por Al hacia unas cuantas horas, miro con detenimiento el reloj que descansaba en la cómoda junto a la cama, eran ya las 4:30pm y tardaría en llegar a la casa de Roy, porque la verdad no quería llegar, sabía que era lo que le aguardaba y le desagradaba mucho esa idea. Pero al observar a su hermano menor, en ese cuerpo, sintió de nuevo el dolor que de seguro su hermanito sufría en silencio, no podía comer, tocar, dormir o llorar, eso le dolía demasiado al rubio, sabía que había sido su culpa, sin más en la cabeza que determinación se acomodo sus ropas y se encamino a la puerta.
- Nii-san ¿a dónde vas? - preguntaba al con algo de preocupación en su voz
- Descuida no tardare, solo iré a investigar, quiero terminar lo antes posible, extraño ver tu rostro Al, quiero verte sonreír pronto... - sin más partió dejando a un Al muy preocupado, no quería ni pensar en lo que le pasaría a su hermano de ahora en adelante, pero confiaba en él.
Así que permaneció en silencio esperando a su hermano hasta que este llegare nuevamente ya muy entrada la noche.
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Roy miraba con detenimiento su cuello, mirando las marcas de color moradas con un toque de amarillo-verdoso que el joven Elric le había ocasionado, "¿cómo puedo cobrarme esto? de seguro querrá recompensarme al pensar que le haré algo a su hermano menor, no desaprovecharé..." decía para sí mismo. Miró con detenimiento el reloj 4:57pm "falta poco para que llegue, estoy seguro de que no parará hasta conseguir toda la información, por lo menos lo pasaré bien por un largo tiempo..." reía para sus adentros, pero sus pensamientos fueron interrumpidos por el timbre de la puerta.
Al asomarse por la ventana pudo distinguir la figura del rubio, esto le daba algo de alegría, saber que tenía a su merced nuevamente a ese chico, con ese cuerpo que a pesar de ser pequeño de estatura no dejaba de llamar la atención, su cabello dorado como el y esa carita de ángel eran el complemento perfecto "desde éste ángulo parece una niña..."
- Hagane no pasa, la puerta no tiene seguro... - Lo que había esperado todo la tarde por fin se cumpliría, le había dicho a Hawkeye que tomaría el resto del día libre porque no se sentía muy bien por lo sucedido en la mañana con el más joven de los Elric, pidio que no le mandarán a llamar ya que estaría descansando, así que no había nada que se interpusiera en su camino para poseer de nueva cuenta ese cuerpo.
Ed entró en silencio, desabotonó el broche que le quedaba al cuello de su chaqueta negra, su abrigo rojo lo llevaba en las manos, desde que llegó a la puerta se había despojado de él ya que el calor era insoportable con sus automails.
- Taisa, vengo por la información que tiene en su poder... - lo dijo sin rodeos, no sabía que Al había lastimado al Taisa, pensó que había llego a tiempo para detenerlo.
- Está bien, ya sabes el precio... sólo que esta vez... no será en el sillón... ven sube... vamos a mi habitación... allí hay mas lugar para jugar... - decía con una sonrisa en los labios, mientras pensaba en lo que le haría al joven cuando lo tuviera en su poder, sin mencionar palabra Ed lo siguió, no sabía que el Taisa fuese de esa manera, ahora comenzaba a detestarlo más que antes.
Al entrar al cuarto Roy con violenta rapidez despojo al rubio de sus ropas y las dejó caer estrepitosamente al suelo, Ed sólo cerró los ojos al saber su suerte, su cuerpo temblaba de miedo, no le gustaba que le tratara de esa manera tan enfermiza.
Roy observó unos instantes el cuerpo desnudo de Ed y al ver que temblaba se relamió los labios y comenzó a lamer el cuello, así como los lóbulos de Ed, haciendo que éste se retorciera del asco que sentía en ese momento, sin embargo, eso a él no le importo, lo tomó por la cintura y lo acostó con algo de brusquedad a la cama mirando hacia el techo.
Rápidamente se desnudo para estar ala par con el muchacho y no tener que quitarse después la ropa él, así ahorraría tiempo. Separó lentamente las piernas de Ed para posicionarlo, el joven alquimista alzó la mirada justo en el momento en el que Roy jugaba con el miembro de Ed en su boca, esto más que causarle placer a Ed le causaba dolor, con sus manos trataba de acallar sus gritos de dolor mezclados con gemidos por las reacciones de su cuerpo ante aquellos tratos, no tardó mucho en venirse en la boca de Roy.
Ed se sentía muy apenado por ello, pero no alcanzó a disculparse cuando vio que Roy subía rápidamente hasta la altura de su boca para darle un beso, la fuerza que puso en éste contacto labio a labios, hizo que Ed abriera un poco la boca, Roy aprovecho esto para introducir el líquido aún caliente que Ed había dejado en su boca, lo introdujo en la boca del joven y con una voz fuerte le ordenó que lo tragara, el alquimista de acero no tuvo más opción que obedecerlo.
Roy besaba con lujuria el cuello y los hombros de Ed quien solo se limitaba a cerrar los ojos esperando que esto terminara de una buena vez. Roy aprovechaba mientras lo besaba para pasar al rubio sobre si y que éste lo abrazará con sus piernas la cintura, quería sentir aquella agradable sensación estando en aquella posición que seguramente le causaría algo de dolor al joven pero que a Roy no le importaba en lo más mínimo.
Sin preparar la entrada del chico comenzó a frotar su virilidad por la entrada de Ed, esa sensación le desagradaba de sobremanera pero no tenía más remedio que seguir hasta que aquello acabará, que deseo con todo su corazón que fuese rápido.
El rubio arqueo un poco la espalda por la presión que Roy hacía en contra de sus caderas haciendo que el rubio bajara con cuidado para posicionarlo adecuadamente, cuando lo encontró en su lugar, de un fuerte jalón y sin previo aviso lo penetro, haciendo que Ed gritara de dolor, pero se reservó, sabía que si emitía algún sonido podría hacer que Roy se excitara más de lo que se encontraba y le haría algo peor.
A Roy le encantaba esa sensación, la entrada pequeña del joven proporcionaba un gran placer al alquimista de la flama, se canso de estar sentado teniendo que mover a Ed, se estaba cansando, si bien el chico no pesaba, cargaba con dos miembros de metal que sumaban un peso considerable al cuerpo del pequeño, tomó a Ed por los brazos y con brusquedad y sin dejar de penetrarlo lo recostó boca a bajo, mientras se movía con ritmo hacia adelante y hacia atrás, gimiendo de placer, mientras que Ed mordía con fuerza las sábanas de la cama blanca de Roy.
El coronel notó ese intento de acallar los gritos y gemidos emitidos por Ed viendo también como las lágrimas salían sin hacer ruido de esas orbes doradas, con unas embestidas mas al chico termino, vaciando su esencia en la pequeña entrada de Ed. Habiendo terminado le ordeno al rubio darse una ducha y cambiarse.
- No te daré la información, si la quieres ven a las 11pm... - decía Roy mientras el rubio se duchaba, al escuchar esas palabras se exalto sobremanera el pequeño, ¿lo lastimó tanto para nada?
- Taisa eso no es justo quedamos en que... - el rubio ojidorado no pudo terminar su reclamo porque fue interrumpido por Roy.
- Esto lo tomaré como el principio de la compensación por la falta de tu hermano menor en la mañana... ¿acaso creíste que no me ibas a pagar esa falta de respeto hacia mi persona Hagane no? recuerda que Al no es un militar y que accediste a ser responsable de sus actos con tal de que te acompañase en las misiones. - dijo secamente Roy mientras veía al rubio con la mirada en el piso, no se podía saber si estaba llorando de impotencia, puesto que sus flequillos le taparon los ojos además de que aun se encontraba mojado por la ducha.
- Sou ka... - murmuro, para después continuar
- Entonces vendré mas tarde para poder llevarme esa información... y que quede claro que no meterás a Al en problemas por su falta, ¿ne? - dijo con los ojos llenos de determinación, no dejaría que nada malo le pasará a Al, lo estima demasiado como para causarle mas daño.
-Wakatta... - murmuro Roy mientras veía al joven cambiarse y hacer su trenza con rápidos movimientos.
Ed sin más salio de la casa de roy, tratando de buscar una excusa que lo librara de las preguntas que le haría su hermano por la salida que tendría que hacer más tarde, miro su reloj 6:15pm era suficiente para descansar un poco aquellas 4 horas antes de alistarse de nueva cuenta hacia su destino.
Mientras caminaba rumbo a la habitación que comparte con su adorado hermano, el cielo se comenzó a oscurecer de repente y lentamente las gotas de agua fría se hacían presentes era como si el cielo le pidiera que desahoraga su dolor, las cálidas lagrimas salían de sus orbes doradas mientras que la lluvia cubría todo rastro de ellas.
¿Cómo podía ver a la cara a su pequeño hermano? Sentía mucha vergüenza al saber que no podría explicarle nada a su hermano cuando éste le pregunte como consiguió la información o porque detestaba tanto al Coronel.
Mientras vacilaba entre sus pensamientos, un leve maullido lo despertó, mirando a esa pobre criatura en el frío, mojado y pidiendo ayuda no pudo evitar sonreír un poco y recordar a Al.
Plantó una sonrisa de felicidad en su rostro, tenía la idea para hacer un poco feliz a su hermano, sin más tomó al gato con cariño y se lo llevó hasta donde dormían por el momento, hasta terminar con "la misión" que supuestamente tenía con el Coronel, "Al estará muy feliz de tenerlo..." pensaba mientras apresuraba el paso para darle una sorpresa a su hermano.
Al abrir la puerta, Alphonse se quedo sin habla, su hermano estaba mojado además de tener en los brazos a uno de los animales que no eran de su agrado, Ed decía que esos animales solo olían a leche, un olor bastante desagradaba para el pequeño alquimista, no entendía como era posible que tomando tanta leche no crecieran.
- Nii-san... ¿qué paso?... estas todo mojado... y... ese gato... ¿qué le vas a hacer?... - decía el pequeño hermano al ver al gato en los brazos de su hermano y ambos mojados a mas no poder.
- Lo encontré bajo la lluvia y pensé que te gustaría tenerlo... no podemos ser tan crueles al dejarlo mojarse de esa manera, puede que muera, ¿no crees?... es para ti, tómalo como un regalo de cumpleaños atrasado, Al... ¿te gusta?... - decía Ed mientras le entregaba a su pequeño hermano el gato mojado con una gran sonrisa en los labios.
Sabía que aunque su hermano no podría esbozar una estaba muy contento por ese pequeño regalo de parte suya.
- Domo... domo arigato Nii-san... le llamare E-chan, ¿te gusta?... - decía mientras secaba con cariño al pequeño animal, que al sentirse protegido se durmió en los brazos de Al.
- No me preguntes Al, es tuyo, tu decides su nombre... ^u^... bien me voy a descansar, en un rato más tendré que seguir investigando... Al no quiero que salgas, puedes oxidarte con la lluvia, espérame aquí, ¿vale?... - mencionaba Ed con un semblante serio pero lleno de preocupación y alegría mezclada al verlo. Sin más se durmió, y después comería algo... la verdad no quería volver a ver a Roy ese día pero no tenía otra opción, trato de dormir un poco, sintiéndose feliz por la alegría que le dio a su hermano ese día, tendría que seguir adelante... Por Al, su hermano Alphonse que era lo único valioso en esta vida y no permitiría que sufriera nuevamente por su culpa.