Sabía que la llegada de esa persona solo traería problemas, pero ¿de que tipo?, esa era la gran pregunta. Solo atinó a levantarse de donde se encontraba sentado leyendo y retrocedió lentamente al ver que el individuo se acercaba con una sonrisa retorcida en el rostro y unos ojos que expresaban una combinación de rencor, ira y algo que no supo describir, sabía que estaba mal, tenía un mal presentimiento.
- Sashiburi… Hagane no chibi… - saludo con una mano levantada y una mirada demasiado pesada para el gusto de Ed, mientras se acercaba a paso lento, disfrutando la cara de terror que de Ed emanaba al acercársele.
- ¡Aléjate…¡ no te me acerques más o si no… yo… - grito cerrando los ojos, sintió como una presencia fría demasiado cerca suyo, abrió los ojos de repente, encontrándose con un rostro que lo miraba con maldad disimulando interés.
- ¿O si no, tú qué?... – pregunto altanero el visitante indeseado.
Ed en la desesperación que tenía de tener a ese individuo tan cerca de él junto sus manos para hacer alquimia, el sujeto que se encontraba cerca de Ed entendió su reacción y antes de que pudiera hacer algo los sujeto con fuerza por las muñecas.
Chasqueó con la lengua mientras movía en forma desaprobatoria la conducta de Ed, quien solo pudo abrir grandes los ojos.
- Esa no es la manera de tratar a un viejo amigo, Hagane no chibi… - y sin más se acercó, hasta dejar casi nula la distancia que separaba sus rostros.
Ed podía sentir el aliento gélido de la criatura que se encontraba sujetando con fuerza sus manos, evitando que éste se defendiera con alquimia, como pudo intento moverse para liberarse del agarre, pero todo era inútil, entre más se movía, esa persona indeseable se acercaba más, impidiendo casi cualquier movimiento del menor.
No soportó más, al verse limitado de todo movimiento y viendo la cercanía enfermiza del sujeto, unas lágrimas de impotencia amenazaban con salir de sus orbes doradas, a como pudo, se armó de valor para afilar la mirada y preguntar, tratando lo menos posible de que la voz se le rompiera en el intentó.
- ¿Qué es lo que quieres…? Envy – desvió la mirada al sentir muy peligrosa la proximidad de los labios del homúnculo a los suyos.
- Lo que por derecho me pertenece, enano… - murmuro al oído del alquimista quien se tenso por aquellas palabras, no pudiendo evitar temblar un poco del miedo que le producía, esto no paso desapercibido para Envy quien simplemente se relamió los labios con gusto.
Sin dejar que el pequeño alquimista se moviera se dirigió a su cuello, lamiéndolo con lujuria, el chico se retorcía del asco, tratando en vano de liberarse del agarre de ese homúnculo.
Envy sujeto la barbilla del pequeño y comenzó a acercar sus labios a los del rubio, Ed solo cerró los ojos con fuerza mientras sus labios se juntaban y sentía como de sus orbes doradas caían silenciosas lagrimas, llenas de dolor, asco, desesperación e impotencia al no poder soltarse de ese fuerte amarre.
- Por favor… no… ya no… - murmuraba Ed mientras se perdía en los recuerdos que pensaba ya no existían en su mente.
___________________ Flash back ________________
En el laboratorio no. 5 Envy trababa de “convencer” a Ed a crear la piedra filosofal, pero como éste se resistía, Envy comenzó a golpearlo hasta que hizo que el pequeño alquimista gritará de dolor al sentir como sus labios se partían con el fuerte toque de la mano de Envy.
Ed no imaginaba que los gritos de dolor despertaban en Envy algo desconocido para él, Envy golpeo nuevamente el rostro de Ed, pero esta vez con más fuerza, haciendo que este cayera de bruces al suelo.
Intentó levantarse sin mucho éxito, Envy piso a Ed por la espalda e hizo que este cayera nuevamente al suelo con brutalidad, sentía como sus sentidos se iban perdiendo de poco a poco. Antes de caer inconciente puedo ver el rostro de Envy quien lo volteo boca arriba con fuerza y comenzó a arrancarle la ropa con brutalidad, sus ojos mostraban una necesidad absurda de al, agachó su cabeza hasta tener la boca cerca del oído de Ed para susurrarle.
- Ahora comienza mi diversión… espero que grites de dolor aun inconciente… jajajajaja… - y sin más cayó inconciente.
Cuando por fin despertó, estaba en el hospital con varias costillas rotas, pero nada grave.
Sobre saltó pensando que Envy seguía cerca de ahí, pero estaba sólo. No paso mucho tiempo hasta que se dio cuenta que estaba en la camilla de un hospital, recordó lo que había pasado antes de caer inconciente, se preguntaba que le habría ocurrido.
Unos pasos los sacaron de sus cavilaciones. Roy entró con el rubio, su mirada fría tenia un despojo de preocupación y coraje restringido.
- ¿Te encuentras bien Hagane no?... – la mirada de Roy estremeció al chico, si bien Roy nunca le había dedicado una tierna mirada, esa mirada era demasiado pesada e incomodaba sobremanera a Ed.
- Hai… ¿Por qué estoy en el hospital Taisa?… - preguntaba bajando la mirada, sabía que lo que había hecho estaba mal, el laboratorio no.5 estaba clausurado y no pudo conseguir el permiso para ir a investigar, aún así entró, sin saber las consecuencias de sus actos.
- Al nos aviso que habías ido sin autorización al laboratorio no.5, llegamos a tiempo para salvarte la vida… un tipo extraño de cabello largo negro con destellos que parecen verdes te tenía a su merced, por suerte no te paso nada malo… creo que llegamos cuando apenas te quedaste inconciente… o eso esperamos… - la mirada de Roy mostraba frustración, rabia por lo que había sucedido, apretó con fuerza los puños.
________________________Fin del Flash back_________________
“Desde ese entonces, la mirada del Taisa hacía mí cambio, aunque la verdad no me importa, pero fue cuando comencé a ser hostigado por el Taisa… ahora nadie me salvará” Pensaba Ed mientras que las lagrimas rodaban de sus ojos, cerrados para no ver a su agresor, Envy sin embargo, lamía las lagrimas del pequeño.
Envy se detuvo un momento para observar a su presa, se arrepintió de ello cuando una chispa le rozó las mejillas, quemando parte de sus cabellos verdes para terminar haciendo una mancha negra en la pared, cerca de la cara del niño.
- ¡Apártate del chico! – la voz resonó por toda la biblioteca.
Envy se apartó de Ed y miró con detenimiento su cabello quemado, lo arranco, tirándolo al piso con odio, solo unos 3 segundos después el cabello que había arrojado al suelo, volvía a crecer como si nada hubiera pasado.
- ¿Tú quién te crees para interrumpir nuestro encuentro? – preguntaba Envy con las manos en la cintura y un tonó de enojo que no se disimulaba tras su sonrisa burlona.
- El responsable de este niño y su mayor en la milicia, el Coronel Roy Mustang, mejor conocido como el Alquimista de la Flama, repugnante criatura… no lo repetiré de nuevo… ¡Aléjate del niño, ahora! – soltó Roy con la cara llena de odio al volver a ver a ese homúnculo cerca del niño, quien se encontraba ahora en el suelo, abrazándose a si mismo para sentirse protegido.
Ed tenía frente a sí, en el mismo cuarto a las dos personas que más lo habían hecho sufrir en el mundo, no tenía ni idea de lo que podía pasar, solo quería escapar, pero sabía que si lo hacía, cualquiera de los dos presentes lo detendrían para lastimarlo.
El homúnculo con fastidio por la situación y temiendo que vinieran más estorbos a pelear contra él, levanto a Ed por un brazo mientras que con el otro levantaba el rostro al pequeño.
Roy miró esto con rabia, no le gustaba la idea de que su pequeño cuerpo estuviera en manos de alguien más que no fuesen las suyas, posicionó los dedos para chasquearlos, pero fue detenido por el chasqueo de la lengua de Envy.
- Si lo haces… puedes herirlo, ¿eso es lo que quieres?... – decía esto mientras acercaba su rostro hasta quedar unido al del rubio, quien con la mirada perdida en los recuerdos no respondía a hacer nada, estaba en shock.
Al sentir el roce de la mejilla de Envy sobre la suya, Ed entrecerró el ojo que daba contra la cara del homúnculo, no le agradaba esa sensación, pero su cuerpo no le respondía cuando su cerebro le pedía que se defendiera, estaba paralizado por el miedo que le tenía. Roy desistió de chasquear los dedos, pero no por eso quito su posición de ataque.
Envy mientras tanto miraba a Roy con cara de satisfacción, volteó a ver a Ed quien seguía con la cabeza gacha, pegada aun a su mejilla.
Volteo ligeramente la cara de Ed para poder verle de frente, Roy estaba encolerizado por el acto, no quería hacerle daño a Ed, era uno de los mejores subordinados que ha tenido la milicia, pensaba. Envy ladeo un poco la cara de Ed que miraba hacia Envy y a la vez no veía nada, planto un tierno beso en su mejilla, lo que a Ed le hizo cerrar los ojos para después abrirlos muy grandes al sentir que Envy se acercaba a su oído para decir con seguridad en su voz.
- Pronto vendré por lo que me pertenece… él no siempre estará para protegerte… - y sin más soltó al chico que se quedo petrificado mientras escalofríos recorrían su cuerpo, se abrazo con fuerza a si mismo, comenzando a llorar de desesperación.
“ ¿Hasta cuando?... ¿Hasta cuando podré dormir en paz?...” pensaba mientras las lagrimas rodaban por sus mejillas, siendo observado por Roy, quien en el momento en que desvió la mirada de Envy cuando éste soltó al niño, había perdido la oportunidad de acabar con él, tenía que estar seguro de que el niño se encontraba ileso, cuando lo confirmó, sin preguntarle nada, se fue del lugar, dejando a Ed sólo, desahogándose entre lagrimas silenciosas.
Sus lagrimas pararon al recordar a Al, quería que Al estuviera de nueva cuenta con él, con su cuerpo real, así que se incorporó, con toda la determinación y fuerza que pudo al tener el recuerdo de su hermano y la necesidad de ese cuerpo pequeño y calido, de esa sonrisa, dejo escapar una pequeña sonrisa y de sus labios un susurro que nadie escucho en la soledad de la biblioteca.
-… muy pronto Al… falta poco… - y sin más recogió los papeles para después regresar a casa y descansar un poco en compañía de su hermano y su nuevo acompañante E-chan.
Ed había decidido guardar el secreto la visita de Envy y su pequeño enfrentamiento con Roy, tenía que reconocer que Roy había sido amable al ayudarlo cuando nadie más lo hizo.
Cuando se lo quiso agradecer, fue rumbo a su oficina y la teniente Hawkeyes lo detuvo, le hizo saber que el Coronel se había regresado a su casa después de regresar de la biblioteca cuando fue a buscarle, le mencionó que se encontraba muy molesto. Le mencionó también que había ido en su búsqueda porque al parecer iban a tomarle las medidas para hacerle su traje especialmente a su medida, no quería dejar mal a la milicia con un soldado al que le quedará grande el uniforme, no frente al Fhürer.
Sin más Riza tomó una cinta métrica y tomó las medidas del chico, que después de eso, se despidió y se volvió a su casa para comer y descansar un rato con su hermano menor Alphonse, la única persona que hacía que su mundo no se viniera abajo y cayera en una depresión.
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Al entrar a departamento que habían rentado por el momento, Al estaba esperando a Ed mientras jugaba con E-chan, cuando escucho que la puerta se abrió, tomo en brazos a E-chan y con gran entusiasmo recibió a su hermano mayor.
- Nii-san ya llegaste… ¿eh? ¿Te encuentras bien?... ¿tienes hambre?... te prepare tako yaki y una sopa ramen ^w^… E-chan ya comió así que no te molestara… - mencionaba Al mientras su hermano se descalzaba para entrar, al ver que Al estaba muy entusiasmado no pudo evitar sonreír con felicidad.
Si de algo estaba seguro es que no importaba cuanto sufriera, si su hermano menor sonreía todos los recuerdos dolorosos que tenía se esfumaban, era realmente feliz con su pequeño hermano y ahora también con E-chan.
- Hai… ¿ah?, ¿no te aburriste mientras me esperabas?... en vamos a la cocina tengo hambre… - decía con el rostro sonriente mientras se sobaba la barriga que comenzaba a hacer ruidos por el hambre, Al solo pudo sonreír complacido de que su hermano se sintiera mejor que otros días.
- Deja te sirvo Nii-san… mmm… a decir verdad no estaba aburrido… estuve la tarde jugando con E-chan… mira le enseñe a hacer un truco ^w^… - decía Al mientras le acercaba a Ed dos platos. Uno con los tako yakis y uno hondo con bastante ramen.
Al después de servir a su hermano, tomó con cuidado a E-chan y lo colocó cerca de la mesa, en el suelo, donde Ed pudiera ver el truco que le enseño.
- Se que te va a gustar… vamos E-chan… ^w^… - decía Al cuando en gato estaba en el suelo.
Ed comenzó por el ramen, tomo los palillos y metió a su boca una gran cantidad y sin despegar la vista de su hermano y del gato, siguió comiendo en silencio.
Al le lanzó al gato una bolita de estambre, no muy grande, el gato al verla erizo un poco la cola, para después abalanzarse sobre el estambre, hasta que quedo parado en cuatro patas sobre la bolita, haciendo equilibrio para no caer, Ed estaba sorprendido de la habilidad del gatito al mantenerse en equilibrio en algo tan inestable como esa bolita de estambre.
- Aquí viene la mejor parte Nii-san… vamos E-chan… arriba… ^w^ - decía Al mientras alzaba la mano para que el gatito pudiera verlo.
Lentamente comenzó a menear la cola como preparándose mentalmente para después levantarse en sus patas traseras y dar un salto sobre la mano de Al sin tocarla para volver a pararse en cuatro patas sobre la bolita dando un salto hacia atrás, para después caer aburrido, bajarse de la bolita y comenzar a morderla. Ed no cabía en su asombró, estaba claro que E-chan al igual que él querían ver sonreír a su hermano menor.
- Wow Al me dejaste impresionado… O.o – decía con los poco fideos que le quedaban en la boca, cuando E-chan comenzó a realizar su truco Ed se quedo pasmado y abrió la boca dejando escapar algunos fideos que cayeron de nueva cuenta en el plato y algunos no tan afortunados murieron en la mesa de la cocina.
- No sabía que los gatos pudieran ser entrenados… O.o- murmuro en tonó audible para Al.
- Me costó un poco… me hizo rogarle y después de un momento comenzó a hacerlo solo… al parecer es su modo de agradecerme que lo cuide ^w^ - Al estaba orgulloso, por primera vez en su vida, había impresionado a su hermano.
- Mmm… Esto tienen que verlo los demás Al… se lo comentaré al Baka no Taisa para ver si puede llamar a su pandilla de inútiles, para que miren a E-chan hacer su truco, ¿te parece?... seguro que todos se asombrarán ^u^ ya lo verás… - decía Ed orgulloso de su hermano menor, mientras que miraba con disimulo a Al quien no cabía de alegría en su interior y comenzó a bailar gustoso con E-chan entre los brazos.
- Demo… primero dormiré un poco, estoy cansado… levántame cuando sean las 4:30pm, después veré al Taisa para comentarle el truco de E-chan, ¿ne?^_^ - mencionó haciendo que Al detuviera su baile con E-chan para escuchar con cuidado a su hermano y asentir con una leve inclinación.
- Hai, Nii-san, te despierto en 2 horas ^w^, vamos E-chan hay que practicar, todos se sorprenderán más si les mostramos mas de un truco – y dejo a Ed entrar a la habitación y dormir un poco, mientras se marchaba en dirección opuesta, dirigiéndose a la sala e intentando en vano enseñarle un nuevo truco a E-chan, que solo quería al igual que su hermano dormir un poco.
- No pensé que el nombre afectará tanto el comportamiento a un animal… eres tan tragón y dormilón como Ed ¬ ¬¡, y yo que te puse ese nombre para recordar a mi hermano cuando esta en el cuartel… - mencionó Alphonse al viento ya que ni su hermano y mucho menos E-chan lo escucharon por estar dormidos.
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Después de dos horas… Al fue por petición de su hermano mayor a despertarlo, aunque sabía que no le gustaba en absoluto que lo despertará, pero sabía que era importante.
Dejo fuera del cuarto a E-chan por miedo a lo que pudiera ocurrir. Al entrar se encontró a Ed todavía dormido con una cara de ángel, no se había desvestido porque le daba flojera volverse a cambiar ya que lo despertarán, Al quedo fascinado con la expresión del rostro de su hermano, estaba dormido tranquilo, con una cara de paz que solo él podía emanar, sus manos se acurrucaban cerca de su rostro simulando una almohada extra, sus cabellos esparcidos por la almohada daban la impresión de ser una pintura de algún atardecer o de alguna cascada rubia, tan brillante como el Sol, se acercó con cuidado y tomando el hombre de su hermano mayor comenzó a moverlo con cuidado, tratando de no perturbarlo demasiado.
- Nii-san ya es hora, despierta… Nii-san… vamos despierta… - decía quedito Al como no queriendo despertar a su hermano, pero cumplió su palabra, Ed abrió lentamente los ojos, después se talló los ojos con pereza.
- ¿Eh? ¿Ya? ¿Tan pronto?... uhm… que se le va a hacer… tenía ganas de dormir un poco más pero creo que lo haré cuando llegue a casa más al rato… - decía mientras se terminaba de despertar y se dirigía al baño para lavarse la cara y trenzar de nueva cuenta su cabello.
Mientras se dirigía a la puerta, se acercó a su hermano y con cariño le froto la mano en el casco de la armadura, sacando de éste una pequeña pero sonora risa de felicidad.
- No tardaré Al… ja na… - y sin más salió del departamento, dejando a su hermano con E-chan.
Mientras caminaba en dirección a casa de Mustang sonreía de felicidad al ver a Al tan feliz, era la primera vez desde que tenía ese cuerpo que realmente se sentía feliz, al parecer, a Al se le había olvidado por completo que era una armadura, de verdad E-chan era lo que le faltaba a Al para olvidarse de su doloroso pasado.
Razón en parte, de la desgracia de Ed, pero eso a él era lo último que le importaba, sobre todas las cosas estaba primero Al.
Se lo prometió a su madre antes de morir, se prometió a si mismo no lastimarlo nunca y protegerlo incondicionalmente y le prometió a Al recuperar su cuerpo. No pararía, hasta cumplir todas sus promesas.
Con ese pensamiento en mente quedo esperando en el pórtico del Coronel, esperando que éste le abriera la puerta, de esa forma estaría un paso más cerca de cumplir una de sus promesas. “Muy pronto Al… muy pronto”.