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Nuevos problemas por Darkneko

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Notas del capitulo: Nao y Ran se encuentran en peligro siendo buscados por las personas a las que mas aprecían, llegaron a tiempo para... lean y lo sabrán ^u^'

     - Ran… - murmuro uno de los tres que seguían buscando a Sunao. 

     - ¿Ran…? – pregunto otro sin entender. 

     - Esta en peligro… tengo que ayudarlo… - respondió con la voz más profunda, haciendo entender al par que lo acompañaba que su personalidad alternativa había tomado el control. 

     - Oe… ¿qué paso con Ran…? ¿Sabes donde se encuentra? – pregunto desconcertado y algo molesto el que faltaba. 

     - Esto es lo que menos importa en este momento… si sientes donde esta llévanos enseguida, puede que Nao-kun este en un serio peligro… - respondió Matsuri calmando a los dos presentes en el acto. 

     - Yoru… él solo pide tu ayuda… creo que nunca forme parte de su vida… pero eso no me importa… solo quiero verlo feliz… me entiendes… si algo le pasa yo… - mencionaba Ai mientras de sus ojos verdes amenazaban por salir lágrimas amargas. 

     Se dio cuenta en ese mismo momento en que escucho la voz de Ran pidiendo ayuda en la distancia que él solo fue un compañero de cuarto más para Nao y Ran, en el fondo su corazón siempre le pertenecía al que tenía a su lado y todo solo por haber pasado la infancia juntos, maldijo por lo bajo el no haber conocido a Nao antes, el no ser el dueño de sus sueños y al que le pide ayuda y protección cuando se siente mal o solo. 

     Más no se daría por vencido, por mínima que fuera su oportunidad intentaría ganar el corazón de aquella persona que con solo una sonrisa hacia que cayera en un mundo perfecto, donde solo existían ellos dos, pero siempre resultaba ser un sueño, uno doloroso. 

     - ¿Se puede saber quien eres tu? – pregunto Yoru al no entender por qué el sujeto que tenía enfrente conocía a Ran. 

     - No hay tiempo para explicaciones, debemos darnos prisa… por como se escuchaba… esta en serios problemas… - contesto mientras comenzó a correr donde su corazón le dictaba que se encontraba el pelirosado.

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     Uno de los sujetos sostenía con firmeza el mentón de Nao, lo colocó en una posición bastante incomoda y por menos dolorosa, su cuello se arqueaba peligrosamente hacia atrás y gracias al grito de ayuda que pidió, el tipo vio la oportunidad perfecta para introducir su hombría en la dulce boca del pelirosado, quien contrajo su boca y garganta intentando en vano dos cosas, uno: sacar al intruso de su boca y dos: no vomitar por el asco que sentía al tener el miembro de alguien que no fuera Yoru dentro, le desagradaba de sobremanera. 

     Comenzó a retorcerse, moviendo bruscamente todo el cuerpo que los amarres le permitían, intentó sin éxito quitar a los intrusos que le dañaban, sin embargo solo logro excitar de manera excepcional a los sujetos que con más fuerza y lujuria cometían el acto. 

     El joven que se encontraba entra las piernas de Nao las separó de golpe las rodillas del pelirosado dejando ver su cadera a su antojo que sin miramientos, conducido únicamente por la lujuria y el deseo, introdujo sin compasión su palpitante erección en la estrecha entrada del ojirosado sacando con el acto un grito que fue ahogado por las embestidas en su boca, mientras que el restante se divertía mordiendo y lamiendo todo a su paso dándose placer a si mismo, sabía que pronto llegaría su turno para poder sentir aquel cuerpo aprisionándolo. 

     “No va a venir… no va a venir… lo sabía… aún me odia por estar sucio… Yoru… no fue mi intención… yo nunca quise… y aun así… me odias… por lo que soy… por lo que fui… solo… quiero pedirte perdón…” 

     “¿Por qué? ¿Por qué... somos nosotros los que pagamos…? yo no le he hecho nada a estos tipos… y aun así… ellos… ellos… es por eso que Hashiba no me quiere… solo soy un amigo al que tiene que proteger por inútil… esto duele tanto… ¿Por qué?...” 

     De los ojos rojizos que cambiaban en ocasiones a los rosados mientras las lágrimas no cesaban de caer, haciendo que el paño que los cubría quedará totalmente mojado, mientras su cuerpo se estremecía por las embestidas, las mordidas que recibía. 

     Podía sentir como su entrada era bañada por algo caliente “Estoy sangrando…”  pensó, pero que más daba, poco a poco el dolor se intensifico, sintiendo como el movimiento en sus caderas aumentaba de tonó volviéndose uno brutal, demasiado para el pelirosado, hacía mucho tiempo que no lo tomaban por la fuerza y eso era algo que no quería recordar, más porque en esta ocasión no solo era un científico quien lo manoseaba y poseía sino se trataban de tres de sus compañeros, él los conocía, platicaban en ocasiones, antes de que Sunao se fuera a la biblioteca a buscar una solución a su problema y al de su amigo, aunque en realidad se trataba del mismo dilema. 

     Los gemidos llenaron el lugar, aquellos hombres no tenían contemplaciones con el cuerpo que tenían a su merced, los movimientos se volvían cada vez más frenéticos sintiendo como poco a poco las fuerzas del pelirosado se iban desvaneciendo, esta completamente cansado, exhausto de luchar contra sus captores, pero sobre todo, había perdido todas las esperanzas de ser rescatado, sabía que Yoru y Sora no sabían lo que había sufrido en el laboratorio, pero podían percibirlo en sus movimientos y actitudes al caminar o cuando se encontraban en la intimidad, siendo el caso de Ran. 

     Tenía miedo, miedo de que nadie hubiese ido en su busca, sabía que no pasaría desapercibida por mucho tiempo su ausencia, a pesar de siempre llegar tarde al dormitorio, Sora le esperaba semidormido, el toque de queda ya había pasado, así que Matsuri debería estar enterado de que no estaba y Hiroshi siempre le llamaba al móvil para desearle buenas noches y pedirle una oportunidad, aunque siempre recibía un “aun no he pensado en algo como eso”  de su parte, lo más seguro es que estén preocupados, ¿o no?, todas estas cosas acosaban la mente del aterrado Nao. 

     - Oie… Mina… ya es mi turno… yo también quiero estar en él… - decía el que hasta el momento se había divertido mordiendo los pezones de Nao. 

     - Solo… espera… un… poco… más… ya casi… - mencionó entrecortadamente aquel que manipulaba la boca del pelirosado. 

     Ran en ese momento pudo sentir que hasta su garganta llegaba el miembro del que le sostenía la barbilla, podía sentir los espasmos pre-orgásmicos en miembro que le desgarraba las cuerdas bocales impidiendo que gritara, las embestidas en su boca aumentaron de ritmo, haciendo que el pelirosado cerrara fuertemente sus ojos al sentir mas profundo aquel trozo de carne palpitante, mientras que el hombre gritaba con placer, profundizando más, acto seguido se vino en la garganta del pelirosado, que intentó escupir aquella sustancia viscosa que le llenaba la boca, debido al profundo contacto que hizo, le llego directo a la traquea obligándolo a tragarse aquello con asco. 

     Acto seguido Mike que lamía con frenesí el abdomen de Sunao, cambió posiciones con Mina. Nuevamente Ran tuvo ocupada la boca, le faltaba el aire, esa posición le impedía respirar con normalidad. 

     - Hikari… pareces lleno de energía… - mencionó Mina al ver a su compañero embistiendo aun a Nao por el trasero. 

     - Siempre… he… deseado… que… su cuerpo… me pertenezca… por eso… lo… marcare… como propio… - contestó mientras las embestidas se volvían más frenéticas haciendo con esto que el trasero de Nao sangrara por el trato tan rudo que se le daba. 

     - Sou ka… - farfulló Mina mientras se acomodaba las ropas. 

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     - Tengo un mal presentimiento… Yoru... ¿puedes sentirlo? – pregunto Ai al detenerse cerca de un edificio abandonado. 

     - ¿Te refieras a la presencia de Ran? ¿O al hecho de que se encuentra asustado y llorando? – respondió de manera un tanto tajante Yoru, ese sujeto le caía un poco mal y no sabía la razón pero sabía que era referente a su koibito. 

     - Ambas… pero además… no esta solo… debemos darnos prisa… - insistió Ai mientras corría dentro de la estructura hasta adentrarse en ella por completo, desapareciendo por segundos de la vista de Yoru y Matsuri que lo seguían intentando alcanzarle el paso. 

     Cuando al fin se encontraron en el edificio era ya de noche, la hora en que todos los estudiantes deberían estar en su habitación había pasado desde hace tiempo, no sabían exactamente cuando, pero a juzgar por el sonido del reloj, cerca de tres horas, ya eran las 2:00 de la madrugada, por suerte al día siguiente estarían libres, ya que se acercaba la semana cultural y era una semana donde todos los maestros esperaban a que os alumnos terminaran los preparativos para los días que seguirían. Se escuchaban risas y sollozos ahogados, también el sonido inconfundible que hace una mesa o una silla al ser movida sin cuidado de su lugar, era un sonido continuo que alarmo a los tres en un instante, corrieron hasta mas no poder, la tarea no era nada sencilla, el edificio tenía varias puertas y cada una estaba cerrada o atracada con varios muebles, el plan de Matsuri de emboscarlos silenciosamente, se hecho a bajo ante este descubrimiento. 

     Hiroshi pudo distinguir entre todos los ruidos del lugar, el sitio donde aquellas risas eran más fuertes, rápido y sin pensarlo demasiado se dirigió allí bajo la atenta mirada de Matsuri y Sora quienes lo seguían, esperando que encontrarlo a salvo, pero la realidad fue demasiado cruda. 

     Cuando por fin entraron en el cuarto correcto la escena les produjo escalofríos a los presentes, en unas mesas se encontraba el pequeño cuerpo marcado de Nao, seguía atado y vendado de los ojos, apenas y se podía notar la respiración que era la prueba de que seguía con vida, los hombres hacía un momento habían salido de aquella habitación. 

     Lo único que alcanzaron a escuchar de aquellos hombres fueron las risas y los pasos alejándose del lugar. Hiroshi y Sora corrieron en dirección a las voces que lentamente desaparecían, Matsuri sin embargo permaneció cerca de Nao desatando sus muñecas y tobillos de aquellos amarres, las lágrimas amenazaban por salir cuando notó todas las marcas que le habían hecho en el cuerpo, tenía moretes, chupetes, marcas de puños, rasguños, de todo. 

     Su cuerpo estaba demasiado cansado para moverse y se encontraba inconciente, el dolor de ser penetrado sin compasión y brusquedad animal habían acrecentado el dolor de sus recuerdos, además de que la sangre que salía de todas las heridas comenzaba a marearlo, perdiendo poco a poco la conciencia mientras seguía siendo ultrajado por aquellos sujetos a los cuales no conocía bien. 

      Matsuri tomo el pañuelo que siempre cargaba en la chaqueta del instituto y comenzó a limpiar los rastros de semen que cubrían el frágil cuerpo de Sunao, limpiando al mismo tiempo las heridas sangrantes, le despojó de los vendajes que hasta el momento cubrían sus ojos.  Estos se encontraba cerrados con  una mueca de dolor y los labios entreabiertos, una pequeña lagrima escurrió por sus ojos mientras recorría el paso al fin libre de venda por la mejilla hasta llegar a las mangas de la chaqueta de Matsuri. 

      Se sacó la prenda pues no encontraba la ropa del pelirosado por ningún lado y eso le preocupaba, la tomó con delicadeza para colocarla sobre el cuerpo desnudo de su amigo y lo arazo con fuerza, intentando en vano curar las heridas a través del calor de ese abrazo, pero solo recibió un sonido que mostraba tristeza de los labios del pelirrosa. 

     Al sentir los calidos brazos de alguien que quería protegerlo, Sunao se aferro a él intentando en vano llamar a lo mas preciado en su vida, de su boca al intentar pronunciar el nombre solo salio un susurro seguido después de un poco de sangre mezclado con la sustancia blanca que no había sido consumida gracias a su inconciencia. 

      Matsuri no sabía que hacer, el ver a su amigo en esas condiciones, con sangre saliendo de su trasero y de su boca, le daba un horrible sentimiento en su corazón, más que nada quería ver a Nao sonreír y saber que era feliz después de mucho sufrir, y cuando por fin estaba consiguiendo recuperar aquella sonrisa que recordaba de niño, pasa esto. 

      Sentía una cólera incontrolable, sabía lo que tenía que hacer, lo primero era llamar a Nanami-sensei para poder internar a Nao-kun al hospital por las heridas que tenía y en segundo encontrar a los desgraciados causantes de esto y hacerles pagar por la osadía de meterse con la persona que significaba todo para él. 

     En eso Hiroshi y Sora regresaron agitados y con la respiración entrecortada al cuarto para ver como Matsuri con cariño maternal intentaba en vano acallar el pequeño sollozo que permanecía en la boca del inconciente Nao, al ver que se encontraba acompañado miro a sus compañeros. 

     - ¿Los encontraron? – decía con un tono que denotaba enojo pero a la vez autocontrol. 

     - No… - respondieron al unísono el pelinegro y el peliazul. 

      - Esos malditos escaparon… pero ya me las pagaran… esto no se quedara así, por mi dulce Nao los haré pagar mil veces más… - mencionó con los puños apretados y alzándolos al aire Hiroshi que desde que converso con Yoru había regresado a su estado normal. 

     - Lo mismo digo… les daré una paliza que no olvidarán… desgraciados… - respondió con el tono de voz igual que Hiroshi. 

     - ¿Cómo se encuentra? – pregunto Sora mirando el pañuelo de Matsuri lleno de sangre. 

     - Esta dormido… pero ha perdido mucha sangre… debemos llevarlo con Nanami-sensei – respondió lo mas calmado que podía Matsuri. 

     Sin pensarlo dos veces Sora tomó su móvil y marco a Nanami quien contesto después de unos cuantos tonos en los cuales Sora estaba empezando a perder la poca paciencia que tenía. 

      - ¿Hai? – respondió la voz de Nanami por el auricular del teléfono. 

     - Nanami-chan… necesitamos ayuda rápido… - contesto Sora sin siquiera saludar. 

     - ¿Qué pasa Hashiba-kun...? no entiendo nada… explícate… - reclamo la voz a Sora. 

     - Fujimori… Fujimori necesita ayuda rápido… - contesto alterado Sora. 

     - ¿Fujimori-kun? ¿Qué ocurrió? ¿Dónde están? – pregunto Nanami alterada por la voz de Sora, no estaba entendiendo nada, pero ya habría tiempo para hacer las preguntas correspondientes. 

     - No hay tiempo para explicar Nanami-chan… necesitamos llevarlo al hospital… nos encontramos en el antiguo edificio de artes y ciencias… - mencionó Sora mientras todos comenzaba a marcharse del lugar.  Sora guiando al grupo, Matsuri con Nao en los brazos, seguidos de Hiroshi que no paraba de culparse por no haber estado con él ese día. 

     - Vamos para allá, espérenos… - murmuro Nanami antes de colgar. 

     Cuando por fin salieron del edificio se encontraron con la grata sorpresa de ver a Soushi esperando junto con Nanami muy preocupados parados a las afueras de su carro. 

     - Dense prisa… Nao-kun puede estar en peligro… - renegó Soushi pues los chicos al verle se quedaron esperando explicaciones. 

     Sin ninguna alternativa se fueron directo al hospital, por alguna razón nadie a excepción de Matsuri quería sostener a Nao, y eso le agradaba al rubio quien dejando de lado sus sentimientos solo quería salvar a esa persona. 

     Ya en el hospital, Nao fue internado en emergencias, la perdida de sangre había sido considerable y su trasero estaba un poco maltrecho, así que les quedaba una gran recuperación por delante. 

     - ¿Qué fue lo que paso? – pregunto Nanami cuando todos estaban en la sala de espera. 

     - Nao-kun fue maltratado de muchas maneras Nanami-sensei… creo que no llegamos a tiempo para impedir nada… si tan sólo yo… - lágrimas de dolor escurrían por las mejillas de Matsuri quien intentaba mantenerse calmado, sin excito. 

     - ¿Saben quienes fueron los culpables? – esta vez la pregunta salio de los labios de un serio Soushi. 

     - No… cuando llegamos ellos se estaban yendo, los perseguimos pero fue inútil… - respondió con la voz sombría Hiroshi. 

     - Solo nos queda esperar a que Nao despierte y sepa quienes fueran aquellos… se hace tarde… deben descansar… - mencionó serio Shinichiro quien se encontraba recargado en la pared con los brazos cruzados y con un pie sostenido en la pared. 

     - No… no pienso moverme de aquí hasta que Fujimori despierte… - contesto sin más Sora con mucha tristeza en su voz y mostrando el rastro de ese sentimiento que le carcomía el alma, la culpa. 

     Comenzó a recordar que la mañana que había desaparecido Nao, el y el pelirosado habían tenido una discusión, todo gracias a su admirador no tan secreto Hiroshi, en más de una ocasión los había encontrado demasiado juntos para su gusto, pero no dejo que el pelirrosa se excusará simplemente lo insulto de una y mil maneras, haciendo con esto que Nao se enfureciera y decidiera pasar el día solo, para calmarse y meditar. 

     - Todo es mi culpa… si yo no… - decía con el rostro entre las manos llorando en silencio en una de los bancos del hospital, Nanami, Shinichiro y Soushi ya habían partido a sus respectivos trabajos diciendo que volverían en la tarde para seguir al pendiente del ojirosado. 

      - Es culpa de todos… por no estar cuando nos necesitaba… - fue la respuesta de su compañero que sin querer escucho su lamento. 

     - Solo es cuestión de esperar… espero que se encuentre bien… después de esto… vamos a tomar cartas en el asunto… - decía muy serio Matsuri en la misma posición de sus compañeros. 

     Pasaron unos minutos bastante estresantes para el trío que no pensaba moverse de ese lugar hasta poder ver al pelirrosa, habían pasado la noche en vela y aun no comían nada desde la comida del día anterior. 

     Ya pasaban de las 6 de la tarde cuando Nanami junto con Shinichiro regresaban a acompañar a los amigos de Nao. 

     - ¿Hay noticias de Fujimori-kun? – pregunto apenas divisando a los tres compañeros, todos negaron con la cabeza. 

     - Bien, vamos a comer, con un enfermo es mas que suficiente… no quiero que ustedes tres terminen en el hospital solo por no querer despegarse de aquí… - dijo cortante Shinichiro quien se veía bastante relajado ocultando la preocupación que sentía por Nao y por los jóvenes frente de él que no tenían intensiones de hacer nada. 

     Lo siguieron en silencio hasta el comedor del hospital donde solo pidieron un poco de café y unas cuantas galletas integrales para tener fuerzas cuando se despertara de su letargo Nao.

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Cuando regresaron momentos después de comer, el doctor que atendía a Nao les dio la cara. - ¿Los tutores del menor? – pregunto limpiándose las manos con una toalla. - Somos nosotros… ¿qué sucede…? Se encuentra bien… - pregunto  muy nervioso por la respuesta Nanami. - Descuide se encuentra estable, en unos momentos más pueden ir a verlo, por el momento esta descansando… - tranquilizó el doctor a los presentes. - Hai… arigato doctor… - agradeció Nanami mientras algunas lágrimas intentaban escapar se sus orbes azules. - Hiroshi-kun… Sora… creo que debemos ir a bañarnos… dudo mucho que quieran que Nao-kun nos vea en estas fachas… se reiría de nosotros… - dijo Matsuri intentando sonreír sinceramente más no podía. - Tienes razón Matsuri… vamos a bañarnos para estar presentables y que no nos corra por desaseados… - termino Sora con una leve sonrisa y la mirada de tristeza. - Vamos… les dejamos un momento el cuidado de Nao… Nanami-sensei, Minato-sensei… - musito Hiroshi mientras los tres partían en dirección a los dormitorios para ducharse y regresar al lado de Nao. Los tres tenían la misma ilusión, que al llegar el pelirrosa les dedicará una sonrisa, haciendo que todo lo que paso se volviera en el olvido. Mientras en el hospital estaba dándoles los reportes del problema de Nao a sus tutores. - … Es por eso que si hubiesen demorado en encontrarlo… en estos momentos ya habría sido demasiado tarde… por suerte lo trajeron a tiempo… - finalizo el doctor con una sonrisa de alivio en su rostro. - Hai… mmm… ¿hay que tener cuidados especiales o habrá algún efecto secundario por lo ocurrido?... – pregunto Minato serio. - En realidad no… esto solo se confirmará con el tiempo... puede que por un tiempo le tema a ciertas circunstancias o acciones de las personas… solo necesitara un poco de tiempo y mucha ayuda de los seres que le aprecian… bueno con su permiso… me retiro… - dio media vuelta y desapareció por el pasillo. - Me pregunto como es que supieron que se encontraba en ese lugar… no es muy común que alguien se encuentre en esos lugares… - murmuraba Nanami preocupada. - Puede que sea el gran amor que sienten por él, el que los impulso hasta ese lugar… debemos agradecer eso… todos se estiman mucho y pueden salir adelante gracias a eso… - finalizó Shinichiro abrazando a Nanami.

 

Notas finales:

terminado... disculpen las molestias.... ^u^


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