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Por una promesa por Darkneko

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Notas del capitulo:

Este capitulo contiene incest... aunque no sea asi... pero parece... luego entenderan ^u^... para no molestar a las personas que les molesten este tipo de escenas pondre esta señal XxX indicando que comenzó la escena donde aparece el incest aparentemente... de igual forma cuando termine la escena la seña XxXxX la colocaré nuevamente para dar a entender que la parte del incest termino, por su atencion gracias...

 Ed no recuerda nada de lo ocurrido, solo sabe que le llevaron al hospital, grande es su sorpresa cuando encuentra una visita inesperada, que se vuelve desagradable, cuando por fin todo termina, piensa que si quizás todo lo que vivio momentos antes era solo un sueño o una pesadilla... disfruten del capitulo...

     Habían pasado tres días desde que Ed pudo respirar por sus propios medios, haciendo que la propuesta del doctor se esfumara como el humo de un cigarrillo en el aire, todos los signos se encontraban estables, lo que daba la seguridad de que pronto despertaría de su letargo y eso era algo que todos esperaban con ansías, en especial el menor de los Elric, que por quedarse a cuidar a su hermano se vio en la necesitad de regalar a E-chan, aun con dolor en su corazón, necesitaba estar cerca de su hermano y E-chan no podía quedarse en el hospital con él. 

     - ¿Alguna novedad?... – preguntaba sin ganas Roy, estaba cansado, pero estaba decido a no irse del hospital si no era con Edward para llevarlo de regreso a central a cuidarlo. 

     - Ninguna, sigue igual, solo que a veces se levanta para gritar y después se vuele a acostar… no me gusta verlo así… - decía al mientras cambiaba la compresa de la frente de Ed. 

     - Descuida… ya verás como el chibi se levanta pronto… - respondió burlonamente Roy tratando de levantar el animo, como respuesta obtuvo un leve bufido por parte del dormido rubio. 

     - Vio… reaccionó… nii-san… estas muy chiquito… - siguió Al para hacer reaccionar a su hermano quien ante el comentario frunció el ceño. 

     - Hagane pareces una pulga… - rió Roy y ante esto un cansado Ed abrió pesadamente los ojos mientras levantaba el brazo, cosa que nadie se espero y mucho menos Roy que se encontraba cerca de la cama junto con Al, Ed con su mano metálica estaba pellizcando con todas las fuerzas que podía la pierna de Roy. 

     - ¡¡¡¡Kyaaa!!!! – grito Roy al sentir la opresión en su pierna. 

     - ¿A quien le dices pulga?… velita mal encendida… - refunfuño el rubio mientras intentaba sentarse. 

     - Nii-san… - Al no cabía de la felicidad, su hermano por fin había despertado, no dudo dos veces y lo abrazo procurando no lastimarlo. 

     - Al… itta… - murmuro el rubio a su hermano que de inmediato lo soltó de su abrazo.

     - Gomen nii-san… ¿te sientes bien?... – pregunto Al. 

     - Pues la verdad… yo… - no alcanzó a terminar la frase cuando un sonido muy característico inundo la habitación, el pequeño se sintió avergonzado por la reacción de su estomago y solo pudo reír nervioso, mientras sus acompañantes no pudieron guardar las risas que comenzaron a salir sin que pudiesen evitarlo. 

     - No se rían… tengo hambre… ¬///¬ - mencionó avergonzado el ojidorado. 

     - Hai, hai… enseguida te traemos algo de comer, dormilón… - finalizó burlonamente Roy mientras salía de la habitación junto con Roy. 

    Cuando lo dejaron solo estuvo pensando en lo que había pasado, no recordaba nada, solo sabía que no podía moverse con facilidad y que le dolía mucho el cuerpo, pero no sabía nada más. 

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     Afuera del hospital una sombra miraba fijamente a la ventana donde se podía apreciar la figura de cierto rubio de cabello trenzado, sentado en la cama mirando hacía la ventana en un punto fijo y sin mirar nada, tratando de recordar algo, o eso fue lo que percibió él mientras dibujaba una sonrisa lujuriosa y llena de rencor. 

     - Aún no he terminado contigo canijo de acero… - murmuro al viento. 

     - Solo esperare a que no se encuentren a tu lado… y eras lo que es bueno… - decía mientras en la habitación se observaba como dos personas entraban a la habitación para acompañarlo ambos con una bandeja de comida en las manos. 

     Sonrió para sus adentros cuando aquella placentera sensación volvió y una idea surco su mente, pensando como lo haría esta vez y sin más desapareció entre los edificios. 

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     - Nii-san mira te hemos traído varias cosas… no sabía de que tendrías hambres después de que despertarás… ^w^ - le mostró la comida a Ed quien no esperó demasiado para devorarla.

     - No comas tan rápido… te puedes… - reclamaba roy pero no pudo terminar ya que sucedió lo que tenía que suceder, Ed se estaba atragantando por glotón. 

    - Te lo advertí Hagane… ñ_n – reprendió el comportamiento de su subordinado. 

     - No me regañe temía mucha hambre… ^u^ estoy delicioso, arigato Al… - refunfuño cuando termino de comer y el color le regreso a la cara. 

     - Nii-san el que ha comprado la comida no he sido yo, sino el coronel, a él es a quien debes agradecer… yo no tenía dinero… y pues… - decía un tanto apenado Al por ser agradecido de algo que el no había hecho. 

   - Arigato Taisa no baka… ^u^* - respondió Ed dirigiéndose a Roy. 

    - Mas respeto Hagane… veo que te encuentras mejor… ¿me puedes explicar que te hicieron para dejarte en el hospital? – pregunto alzando una ceja esperando pacientemente la respuesta, Ed estaba un poco confundido con la pregunta, se podía ver en sus ojos. 

    - ¿lo que me paso?... ¿Qué paso?... no lo recuerdo… - murmuraba Ed mientras bajaba la mirada y colocaba sus dedos índice y pulgar en la barbilla tratando de recordar, pero nada. 

    - Nii-san ¿no recuerdas? – pregunto angustiado Al. 

    - Recordar… ¿Qué debería recordar Al? – pregunto alzando un poco la mirada topándose con la cara de la armadura. 

     Roy miro a Al que se encontraba sin alguna explicación coherente para lo sucedido, acaso había sido tan traumatizante como para hacerlo olvidar lo ocurrido, aun tenían suerte de que el ojidorado los recordara y por eso estaban muy agradecidos, les destruiría el corazón si eso llegará a suceder. 

     - Hagane… mírame a los ojos y dime que es lo último que recuerdas… no quiero mentiras por eso te pido que me lo digas mirándome a los ojos… entendido… - mencionó Roy mientras tomaba la barbilla de Ed y hacía que le mirara directo a los ojos. 

     - Yo… solo recuerdo que iba a la biblioteca… si a la biblioteca a buscar un… libro… acerca de la piedra… y entonces… entonces… desperté aquí… es todo lo que recuerdo… - mencionó Ed esperando que es esa respuesta ayudara a que Roy suavizará el gesto. 

     Roy miró incrédulo al pequeño alquimista, de verdad no recordaba nada o solo estaba protegiendo a su agresor. 

     Al pensar en esta posibilidad la sangre de Roy comenzaba a hervir no era posible que un pequeño tan inocente estuviera envuelto en algo tan peligroso que le obligaría a fingir, pero un momento, el pequeño siempre ha sido muy malo para las mentiras, entonces sus palabras son cierta, no recuerda el accidente. 

     Roy intentaba pensar como aquel que había encontrado hacía bastante tiempo tocando a su niño, había sido tan perspicaz como para encontrarlo en esa ciudad, no sabia como, no sabía por qué, no sabía cuando, pero sabía que el homúnculo estaba tras todo esto.  Pensando en esto, se disculpo un momento y salió para hacer una importante llamada. 

     En la recepción Roy con teléfono en mano esperaba a que alguien en el cuartel le conteste el teléfono, la voz femenina se hizo presente del lado contrario de la línea. 

     - ¿Diga? – fue a contestación al levantar la bocina. 

     - Riza…- Decía el pelinegro 

    - Señor… se le necesita urgentemente en central, han sucedido varias catástrofes cerca del cuartel y el gran Fhürer esta preocupado, nos ha pedido ir a buscarlo para que regrese lo antes posible… - respondió la teniente sin dejarle hablar al moreno. 

     - Aun no puedo ir… ¿es necesaria mi presencia? – pregunto desganado Roy. 

     - Así es, señor, Fhürer quiere que sea usted el que comande las fuerzas de ataque… - contestó Riza. 

     - Esta bien, pero antes de partir… dale la orden al equipo de Falman para que investiguen lo que sucedió en esta ciudad, Hagane ha pasado tres días en el hospital inconciente… esto es algo que no podemos permitir y menos en el grupo de la milicia… - sentenció Roy serio. 

     - Bien, enseguida mando al grupo de investigaciones al lugar, llegarán a más tardar mañana por la tarde para comenzar con los estudios correspondientes… - Riza hacía el saludo marcial aunque el pelinegro no podía verle, pero era una costumbre saludar ante la orden de un Coronel. 

     - Está bien… Quiero el reporte de la investigación en cuando tengan algo y si encuentran al culpable tráiganlo a mi presencia que yo personalmente me encargare de su castigo… - Roy estaba bastante molestó por lo ocurrido a hagane.  

     Si bien lo que ellos habían pasado ya estaba en el pasado para el rubio, él por su parte aun recordaba aquel acto que tanta culpa le traía a la cabeza, a pesar de hacer esas cosas contra su voluntad, no discutía e intentaba por todos los medios hacerlo sentir complacido con todo, y sobre todo, mostrarle que no podía odiarlo, simplemente porque no estaba en su naturaleza. 

     - Me encargaré señor… ¿Cuándo regresa al cuartel?... – preguntó Riza para tener todo preparado a su llegada. 

     - Parto esta misma noche… - contesto Roy y después colgó. 

     Entró nuevamente a la habitación donde Ed al parecer se había quedado dormido y Al leía un libro de alquimia. 

     - Han surgido unos problemas y tengo que regresar esta misma noche a central… avísame si sucede algo… - mencionó el pelinegro a Al. 

     - Hai, tenga cuidado Coronel… arigato, honto ni arigato… - murmuro haciendo varias reverencias a modo de despedida. 

     Minutos después de que Roy partiera a la central de trenes, llegó el médico, pidiendo que se marchará para que el enfermo pudiera recuperar energías, además de que ya no eran horas de visitas, a regañadientes Al tuvo que hacer caso y regresar a la posada que era pagada por Roy desde que el pequeño estaba en el hospital. 

     Pasaron los minutos cuando Ed despertó, se encontraba desorientado no sabía lo que había ocurrido o porque se encontraba ahí, ya se sentía mejor, pero no lo dejaban regresar a su casa, de lo que estaba seguro era de una cosa “Winly me va a matar… el automail esta dañado… y ni siquiera se como sucedió”  miraba con sentimiento de incredulidad que de nueva cuenta el automail tenía problemas así como su vida cuando vea a la rubia.

XxXxXxXxXxXxXxXxXxX

     - Nii-san, regrese… - se escuchó la puerta abrirse lentamente. 

     Ed miró hacía la puerta para encontrarse con la sorpresa de ver la sonriente cara de Al mirándolo, ahí, frente a sus ojos se encontraba Al, con su cuerpo original, esos ojos que tanto recordaba, ese cabellos, la misma sonrisa, era él de eso no había duda. 

     - Nii-san… - repitió la persona frente a Ed. 

     -¿Al?… - el rubio no cabía de su asombro, miraba una y otra vez el rostro de su hermano intentando en vano que si fuera una ilusión se esfumará de un momento a otro, pero eso no ocurrió, sus ojos se humedecieron de la emoción y comenzó a llorar en silencio frente al asombro de su hermano. 

     - Gomen Al… es solo… que me impresione mucho… - decía Ed mientras bajaba la cabeza para ocultar sus lágrimas, pasando su mano humana para limpiarlas. 

     El rubio no notó la cara de hastío que le dirigía Al mientras este lloraba de felicidad.  Sin pensarlo dos veces se acerco a su hermano mayor sin que este lo notara y subiéndose a la cama abrazo cariñosamente 

     - Nii-san… ¿soy cálido?… - pregunto Al con inocencia en su voz. 

     - Hai… - fue la respuesta de su hermano quien acallo por un momento sus sollozos de felicidad. 

     Al poso su rostro frente a la del rubio quien tenía la parte superior de la ropa del hospital un poco abierta por el calor, mirándolo a los ojos con una sonrisa enorme, se separó un poco de Ed tomando su mano y colocándola sobre su pecho. 

     - Nii-san… ¿puedes sentir los latidos de mi corazón? – pregunto mientras cerraba los ojos y sonría tiernamente. 

     - Hai… - fue la contestación que obtuvo el menor de los Elric quien separó el agarre y poso una mano sobre el pecho de Ed desabrochando la camisa y posándola nuevamente en la parte donde se encuentra el corazón. 

     - Yo también puedo sentir el palpitar de tu corazón… - diciendo esto empujo levemente a Ed quien por estar tanto tiempo dormido y en cama no tenía fuerzas para evitar caer en la cama con el pecho totalmente descubierto. 

     - Shoto matte… Al… ¿qué haces?... – preguntaba Ed mientras observaba como su hermano menor se colocaba encima de él comenzaba a lamer con frenesí los pezones de su hermano. 

     Ante la pregunta incomoda y sin lógica por parte del rubio, la figura dominante mordió con rabia el pezón que estaba degustando, sacando un fuerte grito de dolor, que por alguna extraña razón, nadie del personal medico escuchó. 

     -Detente… - el rubio al sentir la sentir la mordida y por inercia únicamente golpeo la cara de su agresor, quien se despegó unos momentos para sobarse la zona afectada por el impacto. 

     Los ojos de su hermano menor cambiaron, esa expresión nunca había formado parte del tierno de Al, nunca lo fue, esto hizo que el ojidorado sintiera miedo, cuando observó como con gran fuerza Al tomaba la mano metálica, que por cierto le dolía por los daños que tenía, tomando con la mano libre su espalda para acercar sus rostros. 

     - Es que ya no somos amigos, nii-san… si te resistes puedo romper esto ahora… y me lastimarías si no me dejarás… ¿quieres lastimarme?... - mencionó Al en un tono que denotaba su enfado pero la calma a la vez, Ed abrió los ojos con el terror inundándolo, en esas condiciones no podía hacer mucho. 

    “Como lo suponía… en esta forma es mas fácil dominarlo”  pensaba el peli-castaño.  

     De un solo tirón y con gran fuerza tomó la cinturilla de los pantalones del hospital junto con su ropa interior y la arranco del cuerpo del rubio dejándolo completamente desnudo sobre la camilla del hospital, acto seguido comenzó a presionar su mano sobre el miembro placido de Ed hasta hacerlo reaccionar, comenzó a masturbarlo fuertemente, sacando gritos de dolor y suplica del ojidorado. 

     - Detente… Al… para…  espera… - suplicaba Ed sin ninguna reacción en su hermano para detenerse, quien solo se acercó a su hermano para susurrarle. 

     - Estira las piernas nii-san… - al decir esto comenzó a masajear fuertemente el miembro de Ed, sacando de sus labios el tan añorado sonido de un gemido, lo que hizo que el menor presentará una sonrisa de satisfacción en su rostro y un leve sonrojo por la escena. 

     - Déjame escuchar tu llanto…- menciono al momento de besarlo tiernamente. 

     - Ah… deten… detente… - gemía Ed mientras sentía que ya no podría contenerse más. 

     - Nii-san… - la voz de al sonaba tranquila como siempre la recordaba. 

     Lágrimas silenciosas recorrían las mejillas de Ed quien no entendía como era posible que su hermano lo estuviera tratando de esa manera tan conocida para él, en cierta forma le agradaba la idea de que Al recuperara su cuerpo, pero nunca se imagino esto de su pequeño hermano, él no es así, se repetía una y otra vez mentalmente. 

     Todo pensamiento quedo atrás al sentir un intruso en su entrada sin lubricar que se movía haciendo círculos en su interior, lastimándolo. 

     - Al… por favor… detente… - suplicaba Ed mientras intentaba pensar como escapar de ese lugar. 

     - Al… déjame… déjame ir… - las lágrimas no cesaban su recorrido por sus mejillas, al parecer a las gotas saladas les encantaba estar en sus mejillas, Al mientras tanto lamía las clavículas de Ed pasando de vez en cuando por sus pezones para deslizarse nuevamente por su cuello y de regreso. 

     Como el masaje a su miembro no terminaba, no pudo contenerse más y se vino en la mano de Al y en su propio vientre con un profundo y sonoro gemido, haciendo con esto que Al sacará su dedo de la entrada de su hermano y lamiera el líquido blanquecino que se encontraba en su mano. Ed aprovechó que su hermano estaba entretenido para tratar de escapar, no sabía porque pero tenía miedo, miedo a ser lastimado nuevamente, a gatas trato de deslizarse fuera de la cama pero su intento de escape fue frustrado por Al quien le tomó por el tobillo jalándolo hacía sí. 

    - Las cosas apenas comienzan… - fueron las palabras de Al mientras colocaba sus manos en la bragueta del pantalón y dejaba expuesto su sexo completamente erecto. 

     - Aquí vamos… - y sin previó aviso penetro a Ed de una sola vez, haciendo con esto que Ed gritara por el dolor de la intromisión. 

     - Nooo… duele… ah… - gritaba Ed para que Al lo soltará, pero solo ocasionaba que las embestidas por su hermano aumentaran y levantará su cuerpo para hacer las penetradas mas dolorosas para el rubio y más placenteras para el castaño. 

     - Ahh… duele Al… nooo… coronel… - grave error por parte de Ed, buscaba ayuda y eso no fue muy agradable al oído del menor. 

     - ¿Coronel?... – pregunto acomodando su rostro a la altura de su hermano que le estaba dando la espalda, mientras que éste le seguía embistiendo con fuerza. 

     - ¿Así que la primera persona que te penetro fue el Coronel?... si quieres puedo cambiarme por el Coronel Roy Mustang… ¿eso te agradaría más?... ¿Cuántas veces lo has hecho con ese bastardo?... siempre has preferido al coronel… pero esta vez no podrá salvarte… de nuevo… - pronunció calmadamente, mientras los movimientos de sus caderas se paraban poco a poco. 

     - ¿De nuevo?… ¿Cómo sabes que…? ¿Quién eres?... – preguntaba Ed con la voz rota por el dolor y el miedo, mientras miraba a sus espaldas a su hermano. 

     - ¿Quieres que me muestre…? Puedo tener varias figuras… aunque podemos decir… que soy la persona mas cercana a dios… - decía la figura que era observada con atención por Ed, pudo ver como la figura de su hermano cambiaba para transformarse en él mismo. 

     El otro Ed tenía una mirada y una sonrisa que causo un gran estremecimiento en el menor. 

XxXxXxXxXxXxXxXxXxXxXxXxXxXx 

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     A la mañana siguiente Al regresaba a cuidar a su hermano con algunas cosas en las manos, comidas, libros y algunos juegos para pasar el rato, cuando entró observó a varias personas del hospital lastimadas seriamente, o simplemente inconcientes por algún golpe fuerte, estas personas recodaba eran las encargadas de cuidar a su hermano mientras él o Roy no estaban con él. 

     Tenía un mal presentimiento, corrió al cuarto de su hermano y lo encontró dando la espalda a la cama, sentado y desnudo, eso lo alarmó, las sábanas presentaban manchas blancas por todas partes y su ropa estaba esparcida por todo el lugar, mientras la mirada de su hermano se encontraba nuevamente perdida. 

     - ¡¡¡NII-SAN!!!... – corrió Al para ver si su hermano no se encontraba lastimado. 

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     Mientras tanto fuera del hospital cierta figura de largos cabellos con destellos verdes se encontraba de nueva cuenta viendo como el hermano pequeño ayudaba a su hermano que no reaccionaba. 

      - Me he divertido mucho esta noche... aun no se porque no te lastime… creo que… 

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     - Nii-san ¿te encuentras bien? – decía preocupado Al observando que su hermano no lo escuchaba o no quería escucharlo. 

     Ed cuando sintió que alguien lo tocaba instintivamente evito el contacto gritando lo más alto que pudo. 

     - ¡¡No me toques!!... – al observar que se trataba de la armadura que contenía el alma de su hermano su semblante entristeció y bajo sus facciones, relajándose un poco. 

     - Al… gomen… es solo que me sorprendiste… “él no es así… nunca ha sido así… no era él… solo fue un mal sueño… si… solo eso… un mal sueno…” – intentaba calmar a Al y a él mismo. 

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      - Creo que no he sido el único… que ha hecho esto… aunque al parecer… ya lo he roto por completo… - decía Envy con algo de tristeza en su voz al ver al rubio con la mirada un tanto perdida.

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     - Nii-san… voy a cambiar las sábanas y lavar estas, no tardo… - decía Al con las sábanas manchadas en las manos mientras que Ed ya cambiado se sentaba frente a la ventana con la mirada perdida tratando de saber que fue lo que paso. 

     - Nii-san… ¿Qué fue lo que paso? – pregunto antes de salir, captando la atención de su hermano mayor. 

     - Nada Al… solo… solo fue un mal sueño… es todo… ^-^ - sonrió de la manera mas falsa que pudo, no quería que Al sufriera al saber lo que había pasado. 

     - Está bien nii-san… descansa… - decía Al mientras salía del cuarto hacia el cuarto de lavado del hospital 

     - Solo un mal sueño… - murmuro mirando al cielo que se encontraba increíblemente azul y hermoso ese día.

     En su cabeza aun podía escuchar a Al llamándole y eso le traía los recuerdos de aquel que fuese un sueño que en un isntante se convirtió en pesadilla.

Notas finales: que les pareció, eso no se lo esperaban o quizas si... muchas gracias por leer... ^u^

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