El pelirosado con tanto ajetreo se aventuro a abrir los ojos y…
Al notar que sus manos se encontraban entrelazadas en la cintura desnuda de una persona, levantó la mirada temiendo lo peor, frente a él como una de tantas veces se encontraba Hashiba, con una sonrisa un tanto torcida, sudando un poco y mirándolo con nerviosismo.
- Ohayo Fujimori ^//^¡ - pronunció al verlo despierto, lo que hizo que se tensará en ese momento el pequeño.
Notó que una brisa se colaba por las sabanas, lo que produjo que agachará la vista, su sorpresa y su vergüenza eran grandes, se encontraba al igual que Sora desnudo en la misma cama, rápidamente tomó las sabanas para cubrir su desnudez y después darle con el puño directo en la cara al pobre del peliazul, quien salió despedido por los aires, desnudo cayendo cara al suelo.
- Ba… ba… baka Hashiba... – se escucho un pequeño murmuro entrecortado un tanto forzado y lleno de enojo por parte del ojirosado.
- Ohayo Nao-kun… ^u^ al parecer ya puedes hablar un poco… me alegro.. – decía Matsuri levantando la mano y tomando una nueva foto, esa sin duda iría a su colección personal.
- Ma… Matsuri-chan… ù_ú – se veía molesto, se levantó de la cama tomando, tomó algunas cosas y se marchó decidido al cuarto de baño, pero fue detenido a los pocos pasos por otra persona en el cuarto.
- Nao-chan… ¿qué te hizo el desgraciado de Sora? ú.ù ven a partir de ahora dormirás en mi habitación *¬* - mientras se acercaba peligrosamente el desnudo pelirosado, poniéndolo sumamente nervioso por la cercanía.
Sora acababa de despertar del pequeño golpe proporcionado de Nao y alcanzó a escuchar esto último, y a decir verdad, no le agrado nadita.
- De ninguna manera, aunque Yoru intervenga en esto estoy seguro que estará mejor que contigo y Ai… ò_ó – grito Sora apartando a Nao bruscamente de los brazos de Hiroshi, haciendo que casi se le caiga la sabana con la que se cubría.
- Eh… Sora… creo que te tomaría en serio si te taparas un poco n_o’ – indago el rubio al ver la tremenda escasez de ropa del peliazul.
Sora en ese momento soltó a Nao para tapar su desnudez, avergonzado hasta más no poder, a grandes zancadas llegó a donde se encontraba su pijama y a velocidad vertiginosa comenzó a vestirse, solo con el pantalón de ésta, acto seguido su eterna disputa con el pelinegro continúo con varios insultos entre pervertido y mañoso, al igual que aprovechado y morboso entre otros tantos.
Nao por su parte se alejaba de ellos puesto que habían comenzado a lanzarse puñetazos a diestra y siniestra, amenazando con que alguno de ellos llegará a lastimarlo, al retroceder en el camino para evitar los golpes, chocó con el rubio, lo miró por unos instantes, pidiendo ayuda para detener la batalla, pero este coloco una mano en su hombro y balanceo la cabeza en modo reprobatorio, signo de que solo ellos pueden detenerse cuando lo crean conveniente.
Con delicadeza, cambio su semblante y dirigió el rostro del pelirrosa hacia si, tomando con sumo cuidado el rostro del pequeño, tratando de tranquilizarlo, con sus pulgares, rozo las tersas mejillas de ojirosado haciendo que se sonrojara por el acto, acercó sus rostros lentamente, disminuyendo con parcimonia la distancia que los separaba, juntando sus labios a la mejilla del menor cerca de la comisura de los labios, separándose segundos después.
Hiroshi, ladeo la cabeza y Sora le siguió observando como el rubio con una caricia casi paternal tranquilizaba al pequeño, cuando dejaron de pelear, el mayor ya se había separado del pelirrosa, que en ningún momento objeto ante el acto.
- Me alegra que te encuentres a salvo Nao-kun ^-^ - mencionó cuando se incorporó de aquel gesto.
- A… Arigato Matsuri-chan… ^//^… - respondió el gesto en un susurro por la falta de voz que aun le aquejaba.
- Muy bien… creo que antes de comenzar con las labores de Gakuen Nandemoya… habrá que ir a las duchas… ¿ne? ^-* - mencionó al ver una pequeña mancha pegajosa en la cama, la que señaló al decir la frase y mirar a los habitantes del cuarto, quienes no tuvieron de otra mas que tomar sus cosas y dirigirse a limpiar aquella sustancia blanquecina producto de una noche de amor, que ellos no presenciaron y sin embargo, que tomaron parte como los protagonistas.
Antes de salir, Nao pensó en ponerse los pantalones del pijama al igual que Sora, pero la mirada escrutadora, lujuriosa y pervertida de Hiroshi le estaba incomodando mucho, Matsuri, le dijo que podía cambiarse en su cuarto y así lo hizo, estaba muy avergonzado por lo que sucedió, si bien nunca podía controlar las acciones de Ran, intentaba que este no saliera a flote porque siempre hacía lo mismo, seducía de alguna manera a Hashiba para sacar a Yoru, el problema es que Sora no podía ver nada a través de los ojos del ojidispar pero él si veía y sentía las cosas que sus alter egos hacían, cosa que se hacía todavía más vergonzosa.
Después de una ducha refrescante y relajante, aunque un poco incomoda, los cuatro salieron de nueva cuenta, regresando al cuarto del rubio para la asignación de los trabajos en la semana de vacaciones que tenían presentes, si bien la mayoría de los alumnos regresaban a sus casas, había prospectos especiales que se quedaban en el instituto por diversas razones, en el caso de Sora, porque sus tutores eran profesores del instituto, bueno Shinichiro, Nanami era docente en el departamento de enfermería por lo que se tenían que quedar, hasta fin de año cuando todos tenían las vacaciones largas y el instituto era cerrado para las reparaciones y nuevas instalaciones que se llevarían a cabo, listas para estrenarse empezando el año.
Matsuri por su parte tenía la elección de regresar unos días a su casa con sus padres, pero esa idea la descartaba enseguida por ser hijo único, sus amigos se quedaban en el instituto por esa razón el también lo hacía, prefería divertirse todos los días haciendo enojar a sus amigos con sus ideas o con algún trabajo que estar aburrido en su casa tratando de pasar el tiempo ameno con sus padres, que ni caso le hacían en ocasiones.
Hiroshi, desde meses atrás había dicho a su tutor que quería estudiar el tiempo necesario para tener notas extraordinarias y ganarse el viaje todo pagado que le darían por su gran esfuerzo alrededor del mundo con otro acompañante, acompañante que decidió seria el pelirosado de sus sueños, cuando descubrió que se encontraba ahí, fue una gran coincidencia que le hizo el favor de decidirse que hacer, en las vacaciones tomaría clases particulares con los tutores de las materias para obtener la calificación perfecta, y de esta manera, terminando los estudios, dirigirse junto con el ojirosado a través del mundo, quizás y solo quizás Nao estaría para siempre con él.
Mientras tanto por su parte Nao, al siempre haber estado en el laboratorio de Aizawa y después de que este descubriera la ubicación de su más grande experimento, puso marcha de todos los contactos que tenía disponibles para hacer que Nao quedará en el mismo instituto y el mismo horario de clases que Hashiba, lo más importante, tenían que quedar en la misma habitación para poder llevar a cabo su plan, lo que no tenía previsto fue que perdiera la memoria o peor aun que Nao llegase a enamorarse mas de lo que ya estaba por Sora, después de que Aizawa los dejase en paz, estuvo a cargo de la familia Honjo, quien le otorgo encantada el apoyo para sus estudios, además de que el trabajo con el Gakuen Nandemoya le daba ayuda económica para los materiales de la escuela, cierto era que no tenía hogar al que regresar y mucho menos una familia que le esperara, pero desde que Matsuri se había hecho cargo de él como de sus gastos, las largas vacaciones en las que nadie podía estar en el instituto se las pasaba con la familia Honjo o en la casa de Nanami, por cortesía de este, después de que se entero de las relaciones que tenía con Hashiba, eran algo así como hermanos, aunque esa idea le gustaba, quería ser un poco más.
- Muy bien, muy bien… los trabajos que tienen el día de hoy son varios… - se apresuró a decir cuando entraron a su habitación, mientras tomaba rápidamente todos los papelillos donde se encontraban las peticiones de sus compañeros.
- ¿Tienen?... – pregunto sin entender a quien se dirigía la pregunta Hiroshi.
- Si, tienen, a partir de hoy eres miembro honorario del grandioso equipo de trabajo Gakuen Nandemoya, omedetô gozaimasu… ^u^… - pronunció feliz mientras alzaba un brazo en puño al aire con una gran sonrisa por tener a alguien mas a quien molestar.
- Pero en ningún momento he decidido unirme a ustedes, además… no quiero trabajar al lado del pervertido de Sora ù_ú… - bufó molesto al pelinegro.
Matsuri lo separó un poco de sus compañeros y con un semblante serio se agacho para evitar que su conversación fuese escuchada por los demás en la habitación, ya que lo que diría a continuación era algo que simplemente Hiroshi no podía rechazar, esbozo una sonrisa cómplice, tomando a Hiroshi por el cuello para que le siguiera en aquella posición un tanto incomoda.
- Si estas en este trabajo puedes pasar más tiempo con Nao-kun, puede que si te conoce un poco más se le quitan los nervios de Ai, esta puede se tu oportunidad ^-* - mencionó con suma precaución a no ser escuchado mientras le guiñaba el ojo, el ojidorado no tardo ni cinco segundos cuando ya se encontraba al lado de Nao, estrechando su mano con gran esmero.
- Nao-chan, estoy muy feliz de ser tu compañero de trabajo, cualquier cosa que necesites puedes pedírmela sabes que no te negare nada ^-^ - el ojirosado estaba por demás desconcertado y con un deje de miedo en su rostro.
- Teme… Matsuri… que le dijiste a ese fenómeno para que cambiara de opinión… - gritaba Hashiba mientras intentaba arrancar literalmente a Nao del agarre de Hiroshi.
- Mina… shigotowo suru… bien… comencemos… - freno de lleno la palea de los rivales empedernidos de una buena vez, ya se estaba cansando de su actitud tan infantil y por la expresión de Nao al ser halado de un lado a otro por sus brazos, él también estaba cansado de esa ridícula pelea.
- Primero comenzaremos con los trabajos individuales, ya saben como son estas cosas… el departamento de arte pidió que le lleváramos las esculturas para obra de teatro que se lleva a cabo una semana antes de entrar nuevamente a clases, es decir dentro de la siguiente semana, y necesitan las cosas para el ensayo ^-^ mmm… Sora, Hiroshi-kun… pueden ayudarme con eso… aquí tienen el pedido… - le extiendo al peliazul un papelillo con la dirección a la cual tienen que dirigirse y las cosas que tienen que llevar, al igual que el nombre del que les pide el trabajo.
- Nao-kun… Minato-sensei te tiene un encargo especial, dice que ocupas ir al departamento de matemáticas para que te de los detalles, que querrá… mmm… bueno ve con cuidado, recuerda que aun no te has recuperado del todo… ^-^ - le entrego el papelillo en las manos, el pelirosado estaba un tanto confundido, Matsuri siempre le dejaba a Sora las misiones difíciles, se encontrara enfermo o no, Sora siempre hacía lo mas difícil y no entendía porque, pero daba gracias por eso.
- Apresúrense, que todavía queda mucho trabajo por hacer y los pequeños no se encuentran en el instituto ya que les dieron un viaje a las montañas, un campamento o algo así, así que mejor dense prisa… - diciendo esto retrocedió algunos pasos para recostarse en su cama, sacar el resto de las peticiones del día y hacer varias cuentas del dinero que sacara esa semana en su inseparable calculadora.
- ¿Are? O_o ¿tu no vas a tomar algunos encargos?... – pregunto un tanto desconfiado o extrañado al ver que no se asigno ninguna “misión” y sobre todo, que estaba descansando mientras veía la cantidad exuberante de papelillos con pedidos de diversas personas.
- Demo… yo soy el manager del equipo, mi misión se hace todos los días… tengo que supervisarlos… te seré franco, no es nada fácil, más cuando Sora siempre hace que nuestros clientes tengan un mal rato, demo aun así, gracias al estupendo trabajo de Nao-kun salimos a flote ^-^ - espeto con una gran sonrisa, volviendo un segundo para mirarlo y después para seguir haciendo sus actividades anteriores.
- Déjalo Hiroshi… Matsuri nunca ha hecho un trabajo… siempre nos deja a nosotros hacerlo todo, mientras que él recibe el dinero… -_-¡ - coloco una mano en el hombro del pelinegro intentando frenar la desesperación que éste sentía en esos momentos.
- Será mejor que nos vayamos… de lo contrario tendremos más trabajo… - suspiro Nao resignado.
- Así se habla Nao-kun… andando, andando entre mas tarden más tarde saldrán de trabajar y tendrán menos tiempo para dormir… mañana también tenemos trabajo que hacer… así que manos al trabajo ^u^… - saco a los tres de su habitación y regreso a hacer sus cuentas.
- Matsuri-chan siempre es así… - cerró los ojos con pesadez y dirigió sus pasos al departamento de matemáticas, donde seguramente Minato-sensei estaría esperándolo impaciente, para qué, solo el sensei lo sabía.
Cuando el pelirrosa se vio fuera del alcance visual de ambos aun parados fuera del cuarto del rubio, suspiraron en resignación por el trabajo y por estar lejos del ojirosado toda la tarde, Hiroshi fue el primero en recuperarse, al recordar el semblante de Nao al dirigirse a donde su encargo.
- No parece muy complacido de ver a Minato-sensei… ¿qué sucedió? Nao-chan no es de las personas que se comportan así con los demás… - murmuró más para sí que para el peliazul que le acompañaba, aún así este escucho.
- Se siente aún culpable por lo que sucedió… - fue la respuesta un tanto sería y con deje de tristeza del ojiazul al rememorar lo sucedido antes del rescate de Nao en el laboratorio de Aizawa.
- ¿Lo que sucedió?... O.o – repitió pues no estaba enterado de ese asunto, a pesar de que el ataque fue efectuado por un alumno, nunca salió a la luz, los directivos a petición de Nanami y Ayano decidieron dejarlo como un asalto, por si algún alumno llegaba a preguntar por la ausencia del profesor, lo cual como era de esperarse, no ocurrió.
- Ah, es cierto… no sabías eso… que te parece si te pongo al tanto mientras vamos a hacer el estúpido trabajo del estúpido de Matsuri… - rezongó poniéndose en marcha por el encargo.
Comenzaron a caminar rumbo a la sala donde el equipo de teatro se encontraba, cargando varías casos ambos disfrutando hasta donde cabe de la compañía del otro, hablando de un tema y otro, aunque casualmente y por pura coincidencia, el único tema que tenían en común era Nao, así que la mayoría del tiempo charlaban de las convivencias y el humor del pelirrosa y las cosas que esperaban de él y su relación con el aludido no presente, claro que nadie era sincero, bueno por lo menos Sora, que insistía que era solo su amigo casi su hermano excepto por la intervención de Yoru y Ran, mientras que Hiroshi no temía admitir que quería vivir junto con el pelirrosa por a eternidad, juro que se ganaría su corazón, aunque este ya tuviera dueño, esto no agrado mucho a oidos del peliazul que estuvo a punto de retractar sus palabras.
Y como un recuerdo fugaz, el rostro deprimido de Nao al dirigirse a su encargo apareció en su mente, añadiendo las palabras que hacia media hora Sora le había dedicado.
- Sora… sobre lo que mencionaste… ¿a que suceso te refieres?... – Sora oculto su rostro como respuesta, segundos después le levanto de nueva cuenta, solo que esta vez observaba el cielo que se encontraba en el camino de la habitación donde las cosas se encontraban guardadas y el edificio de artes, donde el grupo de teatro esperaba su encargo.
- Sabes que Aizawa siempre utilizaba experimentos raros en niños… a Fujimori aun no se muy bien en que lo utilizaba, nunca quiso decirme, temiendo mi reacción o algo parecido… a mi por otra parte me utilizó para algo llamado manipulación individual, es algo así como meterte muchas cosas que te dan miedo para poder dominar tu estado inconciente al sentir nuevamente el miedo, no estoy muy seguro de cómo se usa o como se hace, pero Fujimori tenía un papel crucial en todo esto… - hizo una pequeña pausa mientras suspiraba, recordando el daño que hizo.
- Me utilizo para causarle un gran daño a Minato, pero yo no pude hacerlo, en cambio el se sacrifico, el objetivo era que mediante la manipulación individual atacara a Minato para que Nanami regresara donde Aizawa, pero no le salio como quería, cuando regresamos, Fujimori, se sentía muy mal por haberle hecho daño, ya que cuando eso paso y Minato se recupero, lo ha tratado un poco mal… y se siente triste y culpable por ello… aunque solo seguía las ordenes de Aizawa… - termino la platica al llegar al edificio correspondiente y dejar las cosas.
- Sou ka… - murmuro Hiroshi, regresando al lado de Hashiba donde Matsuri para su nuevo trabajo.
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Mientras tanto en la habitación de Matsuri, este observaba con dedicación una de las peticiones, en realidad eran varios papelillos con diferentes anunciados, pero todos con la misma petición, era bastante raro que pidieran eso, si la vez pasada no lograron nada, que esperaban que este año lo conseguirían, eso era imposible, pero si la entrada o la participación se cobraba, bien valía la pena, tratar de hacerlo de nuevo.
- Mmm… la pregunta mas importante ahora es… ¿Qué es lo que se pondrán esta vez?... – estaba intentando pensar en el vestuario adecuado para sus tres estrellas principales, y su gran mina de oro a partir de este momento.
- Bueno tengo tiempo de sobra para pensar en los disfraces… mmm… cuando llegue Nao-kun tendrá que alimentar a la serpiente del profesor de biología… creo que será mejor mandar a Hiroshi con el encargo de su perro, es demasiado grande y un poco peligroso, pero creo que el sabrá llevarse bien con ese quisquilloso perro… y Sora… ah si, en la piscina techada hay una enorme gotera tienen que repararla cuanto antes… ^-^ muy bien solo tengo que esperar a que regresen.
De esta manera y con un libro en las manos titulado “Como ganar un millón de yens en menos de tres días” se encontraba acostado en su cama leyendo hasta que el sueño lo venció por momentos, en los que pudo dormir un poco.
Ese sueño era extraño, pero le dio una idea para el nuevo evento que e aproximaba, solo era cuestión de mandar a hacer los trajes, ordenar todo y poner al corriente del siguiente trabajo a sus compañeros.
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En la oficina de Minato, éste se encontraba sumamente serio, mirando con unos ojos retadores y un deje de un sentimiento que Nao no comprendió, sentado detrás de su escritorio, una de sus piernas se encontraba cruzada sobre la otra, sus manos entrelazados sobre su pecho, aquel porte altivo que siempre lo acompañaba, paso una de sus manos, quitando aquella posición que varios minutos duró, para separarse de sus anteojos y mirar nuevamente al chico que tenía frente a él, sin verlo, con la cabeza gacha aún de pie mientras esperaba las instrucciones de su trabajo, trabajo que no existía, solo era una forma para poder hablar con aquel chico a quien tanto tiempo dejaron de lado.
- Nao… ¿te encuentras mejor?... – pregunto con el porte más serio y frío que encontró, en respuesta el muchacho que permanecía de pie asintió con la cabeza sin levantar la mirada, aun no tenía el valor de mirarlo a los ojos después de lo que hizo.
- ¿Sabes quién lo hizo? O el ¿por qué?... – pregunto de nueva cuenta, un movimiento desaprobatorio con la cabeza, un ligero temblor en sus manos sujetadas por delante y la mirada mas abajo si es que se podía le daban a entender al mayor que el pequeño frente suya recordó aquel accidente, accidente que lo dejo mudo varios días.
- Al parecer aún no recuperas tu voz, creo es comprensible… le diré a Nanami que venga a revisarte… - ante esta aclaración el ojirosado levanto la mirada sorprendido por la respuesta del mayor.
- No es necesario… me encuentro mucho mejor… por favor no se preocupe por mi… no lo valgo… - su tono de voz era tan bajo y salía con tanto esfuerzo, el maestro sintió un vuelco en su estomago y dentro de su pecho, aquel pequeño siempre sufrió mas que los demás.
Por Nanami Shinichiro conocía parte de la historia de Nao, supo que mientras a Sora le infundían miedo, con amenazas nunca fue golpeado, mientras que a Nao, era cruelmente tratado, con inyecciones de sustancias desconocidas para después comenzarlo a torturar para ver si aquellos fármacos surtían efecto, marcando no solo su frágil cuerpo, sino su mente.
Y ahí estaba, frente a él, tratando de olvidar lo ocurrido, cuando logró que su sonrisa no saliera fingida, llegan seres irracionales a borrarla de nuevo, se sentía inútil en estos momentos, ese niño ocupa protección, protección que le fue negada por un simple tropiezo, separándolo de la única persona que lo hacía aguantar esos tratos.
- Nao… me preocupas… no digas que no lo haga, porque no puedo evitarlo… Nanami y yo quisimos ir por ti, pero desde el escape con Sora, no nos pudimos acercar, la seguridad se incremento y estábamos… preocupados de que algo malo pudiera pasarte… pensamos que tal vez tu ya… - las palabras se agolpaban en su garganta, y las lagrimas de impotencia amenazaban por salir de sus ojos haciendo verse débil.
- Eso ya es pasado, no tiene porque sentirse así, me encuentro perfectamente ^-^ - Nao esbozo una pequeña sonrisa, sincera, pero aun con el dolor presente, tranquilizando al mayor.
Shinichiro al ver al ojirosado con aquella sonrisa, tratando de calmarlo, le hizo perder la compostura, se levanto y sin previo aviso tomo al pequeño entre sus brazos, aprisionándolo en un fuerte abrazo, intentando transmitirle que siempre estuvieron preocupados por el, y que ahora que lo tenían cerca, harían lo posible para que nadie le arrebatara la felicidad que tanto le costo recuperar. Nao simplemente se dejó hacer, sabía que el que necesitaba más apoyo para superar las cosas pasadas era el mismo hombre que lo abrazaba cual padre abraza a su hijo, correspondió el gesto, sintiéndose perdonado por incidente ocasionado meses atrás.
- Minato-sensei… cual era ese encargo tan importante por el cual me mando a llamar… - comento separándose del agarre del mayor sin dejar de tener contacto sus cuerpos.
- Ya lo has hecho… - respondió con una sonrisa y una lagrima solitaria rondando por su mejilla.
- ¿Qué?... – pregunta inocente, al ver aquella lagrima, con el dorso de su mano la limpio y volvieron a fundirse en un tierno abrazo, apoyándose el uno al otro en ese momento.
- Me has perdonado… - lo dijo en un susurro pero el pelirrosa alcanzo a escucharlo perfectamente, abrazo con más fuerza al mayor intentando por todos los medios no llorar.
- Arigato, Minato-sensei, arigato onii-chan… - susurro enterrando su rostro en aquella parte donde el cuello y el hombro se unen.
Terminado el momento, ambos se recompusieron un poco y tomaron sus actitudes habituales, un maestro estricto y un alumno callado, sonrieron para ambos y se despidieron.
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De regreso a la habitación de Matsuri todos habían terminado su encargo anterior y sin más, el rubio tomo los demás encargos que ya había clasificado y partieron nuevamente a sus tareas.
- Este será un largo día… - un murmuro casi un susurro en tres rostros diferentes pero a la misma voz.