Ed caminaba empapado bajo la lluvia, no le importaba el dolor que sentía en su espalda, trasero, en el brazo o la pierna a causa del clima, que hacía que sus partes mecánicas se enfriaran de sobremanera causando gran dolor, solo tenía una sola cosa en la mente, el devolver el cuerpo a su hermano menor, estaba planeando todo, tenía que ser perfecto, no se admitiría un error.
Lo primero era encontrar el trozo de piedra roja que se trajo de aquella criatura, lo siguiente era formar el círculo alquímico, activarlo, hablar con aquella figura extraña que siempre espera en la puerta, y entregarle algo a cambio, si seguía con vida, para salvar a su hermano, le entregaría lo que desea ese fastidioso homúnculo, todo era perfecto, claro estaba que no se entregaría a Envy, sino que lo engañaría para poder intercambiarlo por su pierna y brazo, de esa manera su hermano tendría su promesa completa, nada podía salir mal.
Con lo que Ed no contaba, era que el homúnculo con el que hizo el trato tenía la mala costumbre de no solo ser impaciente, sino también de cambiar de parecer muy rápido, por lo tanto, no tenía idea de lo que sucedería, por lo pronto solo deseaba llegar a casa con su hermano y darse una ducha, nuevamente, para desaparecer el desagradable olor que Envy le había dejado encima. Al llegar, fue recibido por un preocupado Al, que al ver el estado en el que llegaba su hermano, mojado, con los ojos rojos, quizás por una irritación o por estar llorando, con las ropas manchadas de algo que parecía ser sangre, al ver como caminaba, notó que cojeaba un poco al moverse, calló porque sabía de antemano que su le preguntaba a su hermano, este solo negaría y pondría una excusa tonta, lo raro es que se notaba demasiado feliz, por lo cual se aventuro a alzar la voz después de darle la bienvenida a casa.
- Nii-san… ¿Por qué estás tan feliz?... ¿sucedió algo bueno?... – pregunto desconcertado al ver como se dirigía a la maleta y comenzaba a desperdigar por toda la habitación su contenido.
- Nanimo… es solo que… bueno… ya lo descubrirás mañana… vamos a dormir… necesitamos energías para mañana…. ^-^ - su hermano se quedo intrigado por lo dicho, aun así no insistió más, se quedo sentado como siempre lo hacía cerca de la cama de su hermano, intentando “dormir”.
A la mañana siguiente Ed tenía una sonrisa de oreja a oreja, se encontraba muy contento por que ese día sería el que tanto había esperado, por fin podría tener a Al completo de vuelta, no solo su alma, podría tocarlo y abrazarlo como tantas veces lo había deseado, reconfortarlo en los mementos difíciles y sobre todo, hacerle saber que se encuentra vivo.
Había previsto que Roy no lo dejaría hacer la transmutación nuevamente por temor a perderlo, por lo cual había llamado a su oficina pidiendo días libres porque tenía adolorido el trasero, claro esta que esto lo dijo solo en el oído del pelinegro, quien suponía que había sido él el que lo lastimo, sin estar conciente de que Envy tenía la culpa de ello.
Envy por su parte, estaba demasiado intranquilo, conocía al enano y sabía que podía cambiar de idea y hacer alguna estupidez por lo que, espero hasta encontrarlo solo, en el preciso momento en que lo vio sin compañía en la cabina telefónica, espero a que terminara la conversación que por oído supo que hablaba con la milicia, y no era nada bueno que lo escucharán o de lo contrario comenzarían con el ataque para ayudar al pequeño. Cuando notó que este terminaba de hablar, se aproximo lo más que pudo y lo acorralo.
- Mas te vale que no intentes nada, chibi, o tu hermano pagará las consecuencias… - reía con prepotencia ente la mirada intensa de Envy, apretó con fuerza los puños y bajo la mirada escondiéndola en el flequillo.
- Lo se… y descuida, soy un hombre de palabra, solo déjame terminar lo que comencé… solo eso… - contesto lo más firme que pudo.
- Eso espero… - y con esto salió de nuevo a ocultarse, vigilando al pequeño por si las dudas.
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En el cuartel general, Roy se encontraba muy inquieto, las palabras del pequeño no le convencían, sabía que había extremadamente cuidadoso la noche pasada, por lo cual el trasero del pequeño no debería de dolerle.
- No puede ser… de nuevo ese monstruo… - gruño bajito por el pensamiento que se le vino a la cabeza en ese momento, el homúnculo había regresado, pero eso era lo de menos, porque su pequeño lo estaba encubriendo además, porque no se presentaba personalmente a pedir sus días libres como había hecho en ocasiones anteriores.
Con todos estos pensamientos en mente, se dirigió a las puertas de su oficina, busco con la mirada a Hawkeyes y la encontró junto con Havoc, moviendo unos papeles que necesitarían su firma para ser confirmados y entregados a sus respectivos lugares.
- Voy a salir un momento… pongan todo lo que necesite mi atención en mi oficina, cuando llegue me pondré a firmarlos… - y sin más salio del cuartel bajo la mirada atenta e incrédula de Riza y Jean que se miraron entre sí y después de entregar los papeles a Fury y a Breda lo siguieron con sigilo, por si se metía en un lío.
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Ed había alquilado un taller desocupado un tanto alejado de la ciudad para poder hacer uso de la alquimia sin causar el temor de los habitantes por las luces o el sonido producido en la alquimia humana.
Tarareaba una canción mientras que con un tiza blanca, un complicado círculo de transmutación era construido, todo estaba listo, Al se acercaba sin saber que estaba pasando, su hermano mayor se comportaba extraño, tenía una sonrisa muy grande en su rostro y no dejaba de hablar en susurros, repasando en voz baja para que nada se le olvidara.
- Ya esta… es perfecto… ^-^ - decía con las manos en la cintura mirando su trabajo finalizado con gran orgullo.
Miro a su hermano menor y le regalo una enorme sonrisa, por fin podría ver a su hermano de nuevo, metió su mano en la bolsa del pantalón y saco un objeto que dejo a la mitad del círculo de transmutación, volvió a observar a la gran armadura, le dirigió otra gran sonrisa llena de felicidad, se acercó a él y le tomo de la mano, la armadura sin decir nada, seguía perplejo guiado por la mano de su hermano hasta el centro junto a la piedrecilla que momentos antes había colocado su hermano.
- Al… quédate aquí… ¿vale?... no te vayas a salir… hasta que todo termine… - termino de decirlo al separar su mano de la de su hermano y encaminarse a la circunferencia del dibujo en el suelo.
Al no entendía, y hasta ese momento su aturdimiento se disminuyo y cayó en la cuenta de lo que ocurría, incrédulo miró a su hermano mayor buscando una respuesta, pero solo tuvo una gran sonrisa, que le tranquilizará para lo que venía, confiaba en su hermano, pero tenía miedo de perderlo, sabían que la piedra filosofal aun no la habían encontrado, entonces, por qué se arriesgaba a perder la vida por su cuerpo.
- Descuida Al… no pasará nada… tu solo confía en tu hermano mayor… - contestó Ed antes de que el menor siquiera abriera la boca, claro figurativamente.
- Demo… nii-san, no tenemos la piedra… y ¿el pago?... – dudo en preguntar eso, pero confiaba en su hermano.
- No te preocupes, para eso es la piedra que tienes al lado ^-^… así que solo déjame hacer las cosas, vale… todo estará bien… - razonó Ed intentando con esto calmar a su pequeño hermano, cosa que logro con facilidad, ya que Al soltó un suspiro de alivio ante la confesión de sus palabras.
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Roy había preguntado por varios lugares, no encontraba a Ed por ningún lado y algo en su corazón comenzaba a hacerle presión, estaba seguro que se había metido nuevamente en problemas, tenía miedo de perderlo, no había sentido tanto miedo como la vez que Envy había llevado a Ed hasta el hospital y casi lo pierde.
Encontró a una anciana que decía haber visto a un pequeño niño rubio, vestido de negro con una capa roja con un extraño símbolo en la espalda, parecía una cruz con una serpiente enredada a ella, iba acompañado a una gran armadura parlante con sentimientos extremadamente dulces, le indico al militar la dirección por la cual se esfumó el pequeño hacía mas del medio día.
Roy sin pensarlo dos veces, se dirigió al lugar, con el corazón y el alma en un hilo, podría ser que su pequeño niño al igual que su hermano estaban en peligro, eso no se lo perdonaría, nunca, corrió seguido por una Riza preocupada por el comportamiento de su amigo y un Havoc que mantenía el cigarrillo en la boca aun sin encenderlo.
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Envy por su parte, espiaba al rubio, intentando ver que había de falló en el plan, hasta que sus acciones fueron paradas al activarse el círculo de transmutación.
- Descuida… el pago seré yo… - murmuro Ed lo suficiente alto para que el homúnculo lleno de ira por ser tomado por tonto se acercó a hacerle frente.
Roy apenas llegaba al lugar cuando vio la luz alquímica hacer su aparición, Al se encontraba en medio del círculo activado por su hermano mayor, que era atacado y llevado al interior del círculo por un homúnculo que gritaba cosas sin comprensión para el militar.
- Me estabas tomando el pelo, ahora lo tomare por mi cuenta… - grito mientras tomaba el cuello del pequeño y en un segundo todos desaparecieron frente a un Roy que no entendía nada.
_____________________dentro de la puerta_______________
- Sabía que regresarías, todos siempre lo hacen… - decía sonriente la criatura con el brazo y la pierna de Ed.
- Nii-san que es todo esto… - preguntaba desconcertado el pobre de Al con la piedra que su hermano le había puesto al lado, en la mano, mirando hacía todos lados tratando de reconocer el lugar donde se encontraba, sin resultado alguno.
- He venido a hacer un trato contigo… Shinjitsu no mon… regrésame el cuerpo de Al… a cambio puedes tomar cualquier cosa que se haya venido con nosotros a este lado.
- Mmm… es un trato interesante… - inquirió el personaje que se erguía con una gran sonrisa de triunfo en su boca.
- Solo… - interrumpió el rubio mirando desafiante al ser que poseía parte de su cuerpo.
- No quiero que tomes nada de mi hermano, a excepción de la pequeña piedra que lleva en la mano… de ahí en más, si quieres tomar mi cuerpo completo, adelante, no me importa… - concluyó el mayor de los hermanos.
- Nii-san… no… si voy a tener mi cuerpo a cambio del tuyo, no quiero nada… nii-san… - el mayor solo negó con la cabeza haciendo que el pequeño Elric solo se encogiera un poco por la determinación de su hermano y mirara incrédulo la piedra que portaba en la mano.
- Mmm… un cuerpo incompleto no me interesa… aunque podemos hacer esto… tomaré lo que se me plazca… todo lo necesario para formar el cuerpo de tu hermano… ¿te parece?... – pregunto sabiendo la respuesta.
- De acuerdo… - finalizó el rubio.
- Demo nii-san… - la voz triste de Al se hizo presente.
- Descuida Al… todo saldrá bien… - dibujo en su rostro una sonrisa.
- Enano… - la voz de Envy sonaba molesta, unas manos le impedían llegar a su objetivo, despedazar al pequeño.
La voz en la puerta comenzó con su recolecta para formar el cuerpo de Al, se acercó hacía los presentes la pequeña figura de Al, no había crecido mucho, pero se veía saludable, un poco cansado quizás, pero estaba bien, al ver a la armadura, las lagrimas comenzaron a salir de sus ojos color miel y una sonrisa se dibujo en su rostro.
- Para el cuerpo, tomare este que no contiene rastro de vida y que aun así, se mueve… - y los brazos negros que se encontraban inmovilizando a Envy lo arrastraron hasa adentrarlo en la puerta y cerrarlo.
- Para hilar el alma de esta armadura al cuerpo me llevo la piedra… - y tomo la pequeña piedra incorporándola a su cuerpo.
- El cuerpo esta listo, el alma estará libre, ya que no hay forma de que un alma pueda ser introducida en el cuerpo y aunque se lograra por medio del sello que utilizaste con la armadura, no podría ducharse o disfrutar de la lluvia… eso es lo que quieres… - se cruzó de brazos con una gran sonrisa, Ed se acercó a su hermano le dio un abrazo.
- Al… ahora solo queda que seas feliz… hazlo por mi… y no intentes hacer lo que yo he hecho, porque no me lo perdonaría… ve con Winly… de seguro ella querrá tenerte a su lado, al igual que tu a ella… - una cristalina lagrima rodó por la mejilla de ambos, Ed miro desafiante a la personificación física de la puerta, se limpio el camino de la lagrima y con ojos que denotaban una gran determinación.
- Sabes… si unes el alma a un cuerpo que no la a tenido por varios años, está solo se escaparía, en otras palabras, sería un desperdició… moriría su cuerpo físico por una unión de alma a un cuerpo que no posee vida… - concluyó la figura entre risas de gozo por aquel sufrimiento ajeno.
- Toma mi alma, mi aliento, mi cuerpo de pecador, mi corazón, pero has que Al, este con vida y que viva por mucho tiempo, no quiero terminar así, sin cumplir mi promesa… por favor… - pidió sin poder contener otra lagrima revoltosa que salió de sus ojos.
- Esta bien… tomaré… esto… - termino de decir alzando la mano para tocar a Ed y fue cuando las luces de la transmutación pasaron.
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Roy esperaba con ansias que la luz alquímica cediera para poder ayudar a las personas dentro, sabía que era peligro interferir en las transmutaciones, por lo tanto solo podía esperar.
Las luces y el humo se estaban apaciguando, Riza y Jean llegaban cansados de tanto correr detrás del moreno, el humo se despejó, dejando ver a dos figuras en el centro del círculo.
Una de las figuras estaba sentada en el piso, con otra mas pequeña entre sus manos, la mayor se encontraba desnuda, su cabello alborotado, sus ojos con lagrimas y entre sus manos, la figura de su hermano, aparentemente muerto.
- ¿Qué sucedió aquí?... – pregunto alterado el moreno al ver a un joven que no conocía y a Ed entre sus brazos.
- Nii-san… mi nii-san… ¿Por qué?... abre los ojos… no seas dormilón… - decía derramando lágrimas, parecía ajeno a todo el mundo, ensimismado, moviendo un poco el cuerpo que llevaba en brazos, tratando inútilmente que despertará.
- ¿Alphonse Elric?... – pregunto dudoso, esa voz hizo que el menor fijara su vista en las personas que se encontraban con él, lentamente asintió con la cabeza.
- Alphonse-kun… - Riza se aparto de su chaqueta y le puso encima para cubrir su cuerpo desnudo.
- Mi nii-san Coronel… mi nii-san no despierta… - al parecer había olvidado parte de lo que había pasado momentos antes en la puerta.
El coronel centró su atención en el rubio que permanecía con los ojos cerrados, posó su mano en el cuello y corroboró que aun tenía pulso, acercó su rostro al del más pequeño y se percató de que también respiraba, suspiro aliviado y sonrió como un padre sonríe a su hijo.
- Solo esta desmayado… vamos al hospital a que les hagan un revisión… - contesto lo más calmado que podía, estaba nervioso, quería saber que había pasado, quería escuchar al pequeño decirle el porque había hecho aquello si sabía que era muy peligroso.
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Habían pasado algunos días, podían haber sido solo una semana pero al coronel se le hacía más de un año el que pasaron los pequeños en el hospital, el menor para constatar que se encontraba en perfectas condiciones por lo que supo que su pequeño había cumplido su promesa, el mayor de los hermanos Elric aun no despertaba, Roy y Al, pasaban cada momento que podían con él hablando, tratando de que abriera sus ojos, pero nada parecía funcionar hasta que un día que las esperanzas se perdían.
Al entraba en el cuarto, no perdía las esperanzas de que su perezoso hermano despertará, extrañaba los días en los que tenía que ir a cubrir el dorso desnudo de su hermano.
- Nii-san… por favor, abre los ojos… quiero verte una vez, más... no me recuerdas, soy yo… Al… tu hermano… por favor… - el ojimiel tomó con fuerza la mano de su hermano dormido boca arriba pacíficamente sobre la cama del hospital, sus lagrimas se hicieron presentes y una de estas cayó sobre la cara del mayor quien estrujo los ojos como acto reflejo, algo que no paso desapercibido por el menor presente que corriendo mando a llamar al coronel, seguramente estaría feliz de ver a su hermano despierto.
Roy no tardo en llegar, los ojos de Al estaban humedecidos, pero esta vez era diferente estaba sonriendo, con algo de tristeza pero sonriendo.
- ¿Qué sucede Alphonse?... – pregunto el mayor acercándose a la cama y posándose cerca del menor, tomando su hombro a manera de ofrecer su apoyo.
- Nii-san… nii-san esta despertando… por favor nii-san, aquí esta el coronel… nii-san… no seas mal educado… abre los ojos… - propuso el menor, pensando que con esto su hermano se animaría a abrir los ojos, pero solo consiguió que los ojos del menor se estrujarán otra vez.
- Hagane… acaso eres tan enano que hasta abrir tus ojos es un gran esfuerzo… - trato de molestar al pequeño y pareció funcionar, puesto que el rubio abrió pesadamente los ojos.
- Nii-san… - sonrió ampliamente Al mirando a su hermano que se sentaba en la cama, el estar todo el tiempo acostado le había costado, necesitaba estar sentado, Al se apresuró a aprisionar con sus manos la cintura de su hermano mayor, quien no hizo nada para corresponderle el gesto, cosa que no le pareció al menor.
- ¿Nii-san?... – pregunto desconcertado el pequeño, Al y el militar presentes cayeron en la cuenta de que algo no estaba bien con el pequeño.
- Hagane… ¿Qué sucede? Te comió la lengua el gato… - trato de molestarlo para que regresará a hacer el mismo, sin resultados, no hizo nada, siguió mirando a la nada como hizo desde que despertó.
Ambos abrieron grandes los ojos al darse cuenta de que el brillo de los ojos del pequeño había desaparecido por completo, parecía no reaccionar con nada, se movía de manera autómata, por reflejo únicamente.
Roy llamó al doctor para ver que podían hacer, después de unos estudios el doctor ya tenía los resultados, el cual fue muy devastador para ambos.
- El pequeño esta vivo, pero es un cascarón vació, es decir, esta vivo porque sus órganos están en perfecto estado y su cuerpo esta completamente sano, sin embargo, aquello que le hacía ser Edward Elric, alquimista nacional… ya no está… no se como explicarlo pero… - el doctor no sabía como continuar, estar hablando como profesional de algo que era tan abstracto era absurdo.
- No tiene alma… - terminó el menor con los ojos abiertos de par en par en un susurro que todos los presentes escucharon.
- Me temo que esa es la única explicación que tenemos… - concluyo el doctor, después de unos momentos en silencio, se despidió y trato de marcharse, pero fue detenido por el moreno quien le pregunto si había algo que hacer.
- No hay tratamiento para ello, esperar supongo, tratar de crear un alma humana va contra los principio de la alquimia y de las leyes humanas… así que propongo que el pequeño sea sacrificado, se que esto no le agrada, pero es eso o simplemente esperar a que su cuerpo se marchite… - y sin más se marchó de la sala dejando pasmado a Roy, le estaban pidiendo acabar con la vida de la persona que más quería.
- ¿Qué vamos a hacer coronel?... – preguntó con los ojos bañados en llanto el menor.
- El consejo del doctor… - susurro bajito el azabache.
- ¿Quiere acabar con él?... – preguntó con miedo Al, el mayor solo negó con la cabeza.
- Hay que tratar de que su mente regrese a su alma… hay que cuidarlo… después de todo, no importa como este… sigue siendo humano, sigue siendo Hagane… sigue siendo Edward…
- Mi nii-san no se rendirá, de eso estoy seguro… ¿verdad nii-san?… regresarás a mi lado, ¿ne?... – pregunto esperanzado aunque no recibió respuesta del mayor, solo fijo su mirada vacía hacia el ruido de las a vez fuera de la ventana.
“Será algo muy difícil… pero no me rendiré… siempre cuidaré de ti, como lo hiciste conmigo… lo prometo” y con estos pensamientos envolvió de nueva cuenta a su hermano en un abrazo lleno de esperanza, tal vez no le correspondiera de la misma forma, pero estaba con él.
