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A través de tus ojos... por Darkneko

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Notas del capitulo:

antes que nada, lamento la demora u_u me entretuve en unos fic's nuevos u_u gomen... en este episodio hay apariciones especiales de dos personajes, Himiko y Hyde (el cantante de L'arc en ciel ^u^) por petición, no tengo derecho sobre el, así que utilice solo su nombre y refetencias... no tiene la edad que tiene el verdadero porque es demasiado grande para la muchacha... ok, solo es una aclaración... espero les guste ^u^...

Fullmetal alchemist no me pertenece, los derechos estar reservados para Hiromu Arakawa-sensei a quien meresco todo mi respeto ^u^...

     Edward llegaba a su casa con una gran sonrisa dibujada en el rostro y una mirada de cansancio digna de admiración, sus pasos eran cansados y de vez en cuando se escuchaba un bostezo, el arrastre de sus pasos y sobre todo uno que otro oportuno suspiro. 

     - ¿Parece que te las has pasado muy bien? Edward… - se escuchaba desde la sala la voz inconfundible de Ayelén quien parecía molesta porque el rubio no se digno a avisar que saldría después del trabajo. 

     - ¿Eh?... Ah… Ayelén… gomen, es que me estaba divirtiendo y se me fue la hora… oyasumi nasai… - y con pasos cansados se dirigió hasta su cuarto, siendo vigilado de cerca por Ayelén quien estaba muy contenta en el fondo, pues lo que sentía momentos antes era una total preocupación por su amigo. 

     - ¿Y se puede saber con quien estuviste?... – pregunto siguiéndole hasta la habitación del rubio, donde se quedo en el marco de la puerta recargada, esperando la respuesta de su amigo y compañero de vivienda. 

     - ¿Recuerdas que te conté sobre la sesión de fotografías que arruiné?... – pregunto con los ojos cerrados, pero al no escuchar respuesta los abrió, para descubrir a una Ayelén con los ojos cerrados asintiendo insistente con la cabeza en forma de afirmación y una gran sonrisa en los labios, sonrió un poco por ello. 

     - Pues no me lo vas a creer… el nombre de Roy Mustang ¿te suena?... – pregunto saliendo se su ensoñación, para dibujar una sonrisa, cómplice, burlona y me atrevería decir malvada en su rostro. 

     - ¿Si te refieres al soltero más codiciado de todo Japón, que digo Japón de todo el mundo, crear de las mejores fotografías que existen, nominado tres veces como el hombre más sexy del planeta y que además es soltero?… si… ¿que hay con él?... – comentaba emocionada a más no poder por el solo hecho de escuchar ese nombre, pero al segundo de describirlo, se dio cuenta de que no entendía que rayos debía hacer, y se puso en una pose sería en menos de un segundo. 

     - Si ese mismo, pues salí de paseo con él… ^u^… - comentó de lo mas alegre sacándose la chaqueta que llevaba para el frío después del trabajo. 

     - Cuéntame, ¿a dónde fueron?... ¿qué hicieron?... ¿se te declaro?... ¿te dio tu primer beso?... dime, dime… no te quedes callado… -  Ayelén estaba feliz, desde hacía ya mucho tiempo sabía que su amigo sentía atracción por los hombres, y lo aceptaba como era, aceptaba y apoyaba, dispuesta a ayudar en todo lo que pudiera con tal de ver a su amigo feliz. 

     - Ayelén… te cuento mañana, tengo día libre y me gustaría dormir hasta tarde, ¿vale?... – sus ojos se cerraban por inercia, su cuerpo se inclinaba peligrosamente de un lado a otro haciendo un esfuerzo sobre humano para estar de pie charlando con su amiga, que lo veía de lo más divertida. 

     Hasta que sucedió lo inevitable, los ojos de Edward se cerraron por completo, su cuerpo no aguanto su peso y como si de un tronco se tratase fue a dar directamente al suelo en un gran estruendo, Ayelén corrió preocupada por su amigo, al verificar que se encontraba durmiendo de lo más lindo, soltó una pequeña risa, no por el hecho de que se cayera sino por lo curioso de que no se despertara por el impacto al caer. 

     Lo levanto con cuidado del suelo, si bien el rubio no era pesado, tampoco era fácil de cargar y mucho menos dormido pero con un gran esfuerzo lo tendió en la cama que se encontraba a 5 pasos de donde cayo agotado el ojidorado, le dejó vestido, acomodo unos cabellos que jugaban traviesos en el rostro de Edward, le dio un ligero beso en la frente y arropó con cariño. 

     - Está bien… me cuentas mañana, yo tampoco trabajo… así puedes contarme todo con lujo de detalle, descansa, Ed-chan… oyasumi nasai - susurro cerrando la puerta detrás de ella. 

     - Parece  que ha sido un gran día para el pequeño, ¿no es así Shiroineko-chan?... – pregunto después de un suspiro mientras se dirigía a su habitación, el gatito se encontraba en el gran ventanal, mirando del otro lado, como esperando algo o alguien. 

     Se quedo unos minutos en silencio, esperando ver que era lo que con tanta concentración esperaba, no paso mucho tiempo cuando otro gatito con una marca invertida tanto en color como en dirección en el ojo izquierdo apareciera, se juntaron ambos en el vidrio intentando en vano tocarse, maullando con tristeza por no poderse tocar. 

     Cuando dio un paso, el minino de color negro que se encontraba en el balcón la descubrió, poniéndose en posición de ataque, erizando los pelos del lomo y siseando con el hocico,  en un gesto de enojo tratando que el intruso retrocediera, a cambio de eso Ayelén se aventuró otro paso, pero al hacerlo, el gato negro con la mancha blanca, saltó alejándose del balcón perdiéndose en la oscuridad de la noche. 

     - ¿Conoces a ese gato?... – pregunto al gatito blanco a sus pies, al parecer el otro minino tenía aproximadamente la misma edad que su pequeño y por lo melancólico que se encontraba al ver que el otro se marchó, dedujo que se querían mucho. 

     - Vamos a dormir… espero que regrese tu amigo… la próxima vez, dejaré el ventanal abierto… ¿me perdonas?... – mencionó agachándose lo suficiente para poder acariciar con mimo la cabecita blanca del felino con la marca negra, recibió como respuesta un ronroneo de aceptación. 

      En el departamento de cierto pelinegro famoso, no se encontraban tan cansados como Ed, estaban revisando las fotografías, decidiendo cual de ellas era la mejor, al ir pasando las fotografías, encontró una muy especial el pequeño Alphonse. 

      - Mira… ¿Qué vas a hacer con ella?... – pregunto tendiendo la fotografía que tomaron a Ed por descuido, Roy la tomó y la observó varios minutos, en silencio, perdido en sus pensamientos hasta que la voz de su ayudante le despertó. 

     - Roy… - murmuro, el pelinegro se sobresalto un momento, ante la abruta interrupción de sus pensamientos y sonrío por lo que acababa de describir. 

     - ¿Qué pasa?... ¿Qué es tan gracioso?... – pregunto sin comprender Alphonse. 

     - Me dirás loco, pero descubrí algo esta noche… - diciendo esto volvió su mirada a la fotografía del rostro de Ed. 

     Simplemente perfecto, esos ojos dorados, el cabello rubio siendo abrazado por la puesta del sol, la inocencia que reflejaba en su mirada, por más chicas que hubiese visto, o que hubiese salido, esta era la primera vez que tenía tantas ganas de tenerlo cerca, quería sentir de nuevo aquella pequeñas manos rodearle la cintura con temor a la velocidad que sentía en la motocicleta, sentir el calor que emanaba su cuerpo ante ese contacto, escuchar su voz, pronunciando su nombre con aquella ingenuidad digna de admirarse, se preguntaba como era posible que una criatura de tremenda belleza pudiera existir sin ser modelo, sin lucirse en grandes autos, gastando tanto dinero por verse bien, Edward el reflejo perfecto de la belleza al natural. 

     - ¿Qué?... – pregunto interesado mientras en su regazo llegaba una linda gatita medio deprimida buscando donde sentirse bien. 

     - Creo que me he enamorado… - suspiro, llevándose una mano a los ojos para taparlos con ellos mientras que después de unos segundos de silencio comenzar reír por lo estúpido que sonada eso. 

     Como era posible que en menos de una semana y solo por verlo en dos ocasiones te enamores de alguien, pues bien por absurdo que esto parezca fue lo que sucedió, la primera vez que lo vio pensó que era la criatura mas hermosa de la tierra y pensó que no lo volvería a ver, pero el destino fue piadoso de él y le dio la oportunidad no solo de verlo nuevamente, sino de salir en plan de cita para conocerlo mejor y descubrir que su mundo sin él no es más que basura que se compra con dinero. 

     - Me alegro por usted Roy-sama… no lo pierda… - dijo con una sonrisa de resignación, sabía de quien hablaba, y sospechaba que aquella persona correspondía esos sentimientos, él se quedaba en segundo plano haciendo sus sentimientos a un lado, era feliz sabiendo que aquella persona a la que su corazón pertenecía era feliz, simplemente con eso se conformaba. 

     - Bien vamos a descansar… - dijo con voz cansada, tomando a la gatita en brazos quien meneaba la cola en un ritmo que denotaba mucha angustia y con pasos lentos se dirigió a su habitación, Roy le imitó y durmieron, cada uno soñando con esa persona amada. 

 

     A la mañana siguiente, no espero Ayelén ni un momento y a la hora que el rubio salió de su habitación rumbo al baño, comenzaron las preguntas. 

     - Edward Elric… - le dijo en tono amenazante fuera del baño. 

     - Buenos días Ayelén-dono… - se escucho una voz dentro de la pequeña habitación de aseo persona muy adormilada aun, casi in entendible para muchas personas, pero para alguien que tiene tantos años conociendo al ojidorado fue fácil descifrar sus palabras. 

     - Ahora no te vas a escapar, y me vas a contar de una vez por todas porque rayos estabas tan feliz ayer en la noche cuando llegaste… y no te dejaré en paz… hasta descubrir toda la verdad… - esto último lo dijo con una voz de ultratumba. 

     - Esta bien, esta bien… te contare todo… con una condición… - argumento abriendo la puerta del baño y saliendo con la cara lavada y dispuesto a tomar un rico desayuno ya preparado por su amiga Ayelén. 

     - ¿Nani?... – pregunto muy contenta, pensando que le pediría algo de comer muy caro o cualquier cosa que estuviera fuera de sus posibilidades y por momento se asusto de no conocer lo sucedido en su cita. 

     - No vuelvas a hablar con ese tono… me da miedo… - dijo con una sonrisa de lado, haciendo que su amiga casi se golpeara por lo ridículo de la petición, pero acepto. 

     - Ven te lo cuento mientras desayunamos… - se encamino hacia la cocina, desayunaron pan queques con mermelada de distintos sabores y cajeta, con un vaso de naranja para acompañarlos, ambos detestaban la leche, ni para que darse mal sabores de boca, al gatito como recompensa por lo de la noche pasada, le dio una comida especial, no la comida de gato que solía comer, una verdadera comida. 

     - Cuando estábamos en el trabajo, Beam notó que un chico muy bien parecido estaba esperando ser atendido… pero éste no quiso que ella lo atendiera y me llamo a mi, estaba hecha un mar de lagrimas porque le gustaba… - de esta forma comenzaba su relato, continuo con que desayuno con el, a pesar de él ya haber desayunado y después de que acabaran le pregunto a que hora salía, a la hora de la salida lo encontró y se encaminaron al lugar favorito del mayor. 

___________________ Flash back _____________________ 

     Después de que el turno termino, Ed estaba con una sonrisa de oreja a oreja ya que el encuentro con el fotógrafo le había gustado, más por el hecho de que él se acordará de su persona, pero se encontraba un poco triste pues ya pasaban 15 minutos de su hora de salida y no llegaba. 

     - Perdón por el retraso, pero me entretuve con el trabajo… - dijo una voz detrás de él, esto hizo que una alegría inmensa se apoderará del pequeño. 

     -  Bien nos vamos… - ante esto le ofreció su mano para tomarla y partir, ese día probablemente llegaría tarde, pero pasaría un gran momento por lo que valdría la pena el regaño de Ayelén. 

     Después de unos minutos caminando abordaron un taxi, se sentía un poco incomodo por ir a un ligar que no conocía con una persona que solo había leído en las revistas, comenzó a sentir pánico, pues el taxi marchaba a zonas que el nunca había visto. 

     - ¿A… a donde vamos?... – pregunto con miedo en su voz. 

     - Vamos a un sitio en el que me siento cómodo… espera y verás… - estas palabras del moreno en lugar de tranquilizar al pequeño le hicieron hiperventilar, la palabra cómodo podía ser interpretada por varias maneras, pero en el tono en el que lo pronunció Roy le hizo temer. 

      - Descuida… solo iremos a pasear en motocicleta, a él le relaja y se siente libre al sentir el aire en el rostro… - tranquilizo Al a Ed quien estaba mirando a todos lados buscando algo que le indicará a donde iban o donde se encontraba. 

     - Arigato… - le mostró la sonrisa más hermosa que el ojimiel haya visto en su vida, llena de sinceridad y de una frescura que no puedo otra cosa que sonrojarse un poco lo bueno fue que nadie lo notó. 

     Llegaron a una pista de carreras donde podía verse a toda clase de gente andando en diferentes tipo de motocicleta, el ruido era ensordecedor, y la gente le daba un poco de miedo por lo que se aferraba al abrigo de Roy cual niño pequeño, lo que hizo que al mayor de creciera la sonrisa ante el gesto tan inocente que veía. 

     - Ven, mi motocicleta ya esta esperándonos… - le guió donde alquilaban equipos de protección, les dieron a los tres y seguidos las llaves de los vehículos. 

     - ¿Sabes como se manejarla?… - pregunto el moreno al ver la cara de miedo y confusión del rubio. 

     - Etto… yo… no… - bajo la mirada derrotado, con un sonrojo evidente por la vergüenza mientras que el otro reía por lo divertido que se veía y por lo hermoso que el sonrojo le hacía ver. 

     - Descuida, ven ponte esto…  vendrás conmigo, ¿esta bien?... solo sujétate fuerte porque vamos a hacer una competencia, el que pierda paga la cena… - decía montándose a la motocicleta al igual que Alphonse acto seguido le indico con la mirada que le siguiera y pusiera el equipo de protección. 

     Alphonse al terminarse de poner las cosas, metió la llave y espero a que Roy y Ed estuvieran listos, con un asentimiento de cabeza se dieron cuenta que estaban listos para comenzar, se dirigieron hacia la línea de partida pero una voz les hizo parar. 

     - Alphonse-kun… - gritaron a lo lejos, se voltearon a ver quien interrumpía el comienzo de la carrera y pudieron notar a una pareja compartiendo vehículo. 

     - Hola Himiko-san… - saludo Al con una evidente sonrisa en los labios, señal de que a la pareja les conocía. 

     - Hisashiburi… - decía la chica cuando estuvieron cerca. 

     Himiko era un poco mayor que Al tanto de edad como de estatura por lo que se notaba, parecía de unos 20, 21 años cuando mucho, su pelo era rojo, le llegaba hasta los hombros, sus ojos eran de un tono azulado, su piel era tersa y blanca o así parecía por los destellos del sol a esas horas, junto a ella se encontraba un hombre un poquito mayor que ella 23, 24 años le calculo el rubio, al mirarlo de cerca se dio cuenta de que una de las celebridades más grandes de la música Japonesa, Hyde Tarakai el vocalista de L’arc en ciel, no podía creer que estaba conviviendo con algunas de las celebridades más grandes de todo Japón, el famoso fotógrafo al se encontraba abrazando en esos momentos por la cintura y a uno de sus cantantes favoritos, bajo la cara apenado, se sentía tan poca cosa al ser solo un camarero en un restaurante, Alphonse notó esto y se apresuró a presentarlos para bajar el tenso ambiente que se había formado. 

     - Oh, gomen… que falta de educación… ella es Himiko Tarakai, una amiga desde hace mucho tiempo… - mencionó mostrando a la mujer quien con una sonrisa amplia asentía mientras estiraba la mano a mono de saludo. 

     - Mucho gusto… - le dijo con una gran sonrisa. 

     - El gusto es mío… - respondió nervioso Ed al estrechar la mano, por el nombre de la muchacha supuso que estaban casados y el anillo en el dedo anular de ambos lo confirmó. 

     - El es el vocalista del grupo L’arc en ciel, Hyde Tarakai… esposo de mi amiga Himiko… - del mismo modo el cantante le estrecho la mano al rubio que se sonrojo a mas no poder. 

     - Ellos… - continuó Al, pero ahora a la inversa, presentando a sus compañeros. 

     - Son Roy Mustang el famoso fotógrafo de Japón… y este pequeñín es una personita importante, su nombre es Edward… - mencionó callando al darse cuenta de que no conocía su apellido. 

     - Edward Elric… - terminó por presentar el mismo, sonrieron ampliamente por varios segundos. 

     - Bien… entonces esta decidido… ¿quieren participar?... el que pierda paga la cena… - ofreció Roy a la pareja que asintió.   

     Se colocaron en la línea de partida, uno de los trabajadores llegó al puesto y ondeo la bandera en señal de partida, de una manera espectacular, Roy fue el primero en salir, dejando a Ed demasiado asustado por la velocidad vertiginosa que estaban tomando, se aferro fuertemente a la espalda del mayor, intentando en vano que le miedo desapareciera, pero no fue así. 

     - Abre los ojos o te asustarás más… - pidió Roy y Ed obedeció, sus palabras le calmaban y su agarre afirmaba la seguridad que ese hombre le brindaba. 

    Miró atrás, los seguía Al, con una amplía sonrisa en su rostro, las gafas cubrían sus ojos, por lo cual no pudo distinguir su mirada, esas gafas les protegían no solo del sol sino del golpe del aire contra sus ojos, para evitar accidentes y atrás del compañero de casa de Roy venían la pareja, sin importarles si ganaban o perdían simplemente disfrutando del juego. 

     El primero en llegar a la meta fue Roy, seguido de Alphonse y después la pareja que aun con esa enorme sonrisa estuvo dispuesta a pagar la cena. 

     Edward se sentía muy feliz, por primera vez en mucho tiempo no paraba de sonreír, ese sentimiento de plenitud le carcomía las entrañas y no permitía que los recuerdos del pasado, regresaran, que más le daba que sus padres lo corrieran de casa por ser homosexual, tenía una amiga que le apoyaba y cuidaba, y en estos momentos a la persona a la que más quería compartiendo un momento inolvidable con personas muy simpáticas, además de importantes. 

     Antes de marcharse al restaurante a cenar, Roy se acercó al rubio y le susurro algo imperceptible a los otros en el oído, este acto fue solo visto por Alphonse pero no le tomó mayor importancia, lo bueno era que ellos eran felices. 

     Cenaron algo ligero a petición de la pareja, la cena transcurrió con risas, chistes, comentarios alegres, convivencias pasadas, una platica amena, hasta que la pareja observó el reloj, pidió disculpas y partieron rumbo a casa, añadiendo que luego de los ensayos del grupo volverían a competir contra los tres, un rubio, un moreno y un ojimiel, a lo cual aceptaron, se quedaron un poco más platicando y conociéndose mejor, hasta que el cansancio de apodero de ellos y decidieron regresar a sus casas, por lo menos esa noche la pasaría de maravillas soñando con el hombre al cual se aferro por miedo a caerse de la motocicleta. 

__________________ Fin de Flash back ___________________ 

     - Ahh… no puedo creer que conocieras en persona a Hyde…  que envidia me das Ed-chan…  - decía un poco deprimida y a la vez contenta la pelirrosa. 

     - Pensé que las personas famosas eran odiosas, pero ya veo que no es así… - mencionó Ed con una creciente sonrisa en los labios. 

     - Ahora estoy un tanto nervioso… - decía con un sonrojo notorio en las mejillas. 

     - ¿Nervioso?... – pregunto sin entender el comentario la pelirrosada. 

     - Si es que me pidió que fuera a su casa… me dejo esta nota en el abrigo… - menciono el rubio mostrando un papel con una dirección y una hora. 

     - Y ¿para que querrá verte?... – pregunto curiosa pero su amigo negó con la cabeza. 

     - No lo se… pero no puedo evitar estar nervioso… - respondía escondiendo un poco su mirada por el flequillo. 

     - A la mejor se te declara… Ed-chan pillín… - comentó haciendo que el rostro de Ed se tornará más rojo si es que se podía. 

     - No digas eso… probablemente me quiera cobrar la sesión que arruiné… - murmuro dejando su sonrojo de lado para tener una aura deprimida. 

     - Yo lo dudo… pero bueno… cuando vuelvan a salir con Himiko y Hyde, llévame no seas egoísta, yo también quiero conocer gente famosa… - inquirió con una sonrisa la ojiverde. 

     - Claro… solo primero déjame pedirle permiso a Roy… bien será mejor que me de un baño antes de salir… - tomo su ropa y se dirigió al baño con prisa para arreglarse, quería estar presentable. 

     Lamentablemente el llamarle “Roy” a una persona famosa, hizo que la sonrisa de Ayelén se tornará un tanto maliciosa y le siguió hasta el baño para molestarle. 

     - ¿Cuándo te casas?… le llamas te Roy… no Roy-sama… pero que descuidado Ed… todo mundo se enterara… - reía frente a la puerta, donde se escucho un golpe seguido por un grito. 

     - Yameru sore… así me pidió que le dijera… - estaba tan rojo como su cara le permitía, si definitivamente las cosas mejoraban mucho.

Notas finales:

que les parecio?... por cierto para quien se lo pregunte Yameru sore es algo asi como deja eso... o para eso... es una forma para decir que no te agradan esos comentarios ^u^... bueno la es la forma de Ed para decir que no le gusta escuchar algo que le da vergüenza ^u^... nos vemos el proximo capitulo... matta ne...

por cierto, lamento no haber dado descripción de las motos y etc... pero no soy muy buena para eso, me gustasn las motos, pero no me se marcas ni modelos T-T gomen...


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