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A través de tus ojos... por Darkneko

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Notas del capitulo: perdón por la tardanza... ahora si que me tarde... pero no fue mi culpa.... bueno si lo fue... pero es quye me quede leyendo y no terminaba de escribir por seguir leyendo T-T gomen... pero bueno aqui esta el capitulo nuevo, espero les guste...

Ed va a la cita de Roy, que le tiene planeado? y porque ese gato se parece tanto al suyo y tan contrario a la vez? una cena de disculpas para un invitado felino, una luz cegadora y dos pequeños desconocidos muy parecidos, que paso?...
disfruten el capitulo ^u^...
     Edward ya estaba listo para ir al departamento de Roy, vestía simple, como solo él podía, no era que no quisiera verse mejor, de hecho se había llevado sus mejores ropas, pero se le hacían menos a comparación de las ropas que siempre llevaba Roy, era de suponerse, con un sueldo de camarero no se puede hacer mucho para comprar ropa, ¿verdad?

     Llevaba puestos unos pantalones de vestir de color negro, con unos tenis negros con detalles blancos y rojos, ya que los zapatos los usaba para el trabajo además de que no le agradaba mucho el hecho de tener que llevárselos, los tenis los sentía más cómodos, una camisa blanca de cuello alto que sobresalía un poco de la gabardina gris tanto del cuello de esta como de las mangas, su cabello recogido en una coleta alta, dejando ver sus cabellos rubios como una bella cascada.

     Estaba nervioso, Roy no le dio muchos detalles de lo que harían o a donde irían, los consejos de Ayelén no hicieron más que hacerle pensar en cosas que no eran muy sanas, por lo que llevaba un hermoso sonrojo adornando sus mejillas.

     Llegó al departamento y fue atendido por el asistente de Roy, quien le aseguro con una sonrisa que no les importunaba y que por el momento Roy se encontraba en una sesión para un sacar a la venta un nuevo modelo de motocicletas, claro que podía ver la sesión si le apetecía, por lo que Edward agradeció en grande que fuesen tan amables con él, pasaron y permanecieron en silencio para no molestar la concentración de Roy.
 
     Sus ojos negros en total concentración le daban a su rostro un aire de misterio y elegancia, las poses que optaba para tomar el mejor ángulo hacían que a través de los pantalón le destacara el bien formado trasero, haciendo sonrojar de sobremanera a Edward, quien tuvo que desviar la mirada hacía lo que fotografiaba con tanta dedicación.

     Al frente se encontraba una lona de color naranja cubriendo parte del techo, la pared del fondo y gran parte del piso de esa habitación, entre el piso una base giratoria parecía ser una muy resistente que ya que al final una gran motocicleta, al parecer pesada pero muy hermosa se paseaba, dando vueltas de un color plateado, contrastando espléndidamente con el fondo de color naranja.

     Roy cambiaba de pose de vez en cuando, haciendo que el soporte girara de buscando el ángulo donde la motocicleta se luciera en grande mostrando todo lo bueno y nuevo que proporcionaba, de tal modo que fuera casi inevitable comprar una, sonrío para sí al ver como sacaba por tercera vez el rollo, era imposible que de todas las fotografías que saco solo sirva una o dos.

      Después de unos momentos se dio cuenta de que tenía una persona más en el estudio, al girarse y mirarlo no pudo evitar una sonrisa, allí se encontraba el joven que le robó el corazón, sin saber porque corrió a su encuentro y le estrujo contra su pecho, por un momento pensó que no vendría y allí estaba entre sus brazos, pidiendo un poquito de aire para respirar, le besó la frente realmente se sentía muy feliz y la razón no la entendía muy bien, pero así era.

     - Perdona… no me fije que ya habías llegado, me hubieras dicho… - comentaba el azabache, tomando por los hombros al joven mostrando una gran sonrisa al saber que llegó a su lado, no venia vestido extravagante para lucirse o algo así y eso le hacía todavía más hermoso a sus ojos.

     - Gomen… demo… no quería molestarte, te veías muy concentrado… - comentó Edward después de que se separaron.

     Le miró por unos momentos, sus mejillas sonrojadas, su cabello rubio, brillante y sedoso recogido en una linda coleta alta, esos ojos hipnotizantes, esos labios pidiendo ser besados, esa piel blanca tersa, suave, sus ropas sencillas le hacían ver simplemente hermoso, no como a esas modelos llenas de maquillajes, belleza natural, la mejor de todas por ser tan pura además de la inocencia que emanaba el joven, simplemente glorioso.

     Lo tomo con cuidado de las manos y le llevó a otra parte del estudio, donde en lugar de un gran fondo naranja se veía uno en tonalidades verde oscuro, sobresaliendo la figura del menor entre ellos, aquellos colores tan parecidos y a la vez tan diferentes daban a imaginar que se tratase del cielo antes de una lluvia ligera, ideal para pasear por las húmedas calles cobijados bajo la sombrilla.

     - No te muevas… - le ordeno, más que su tono no era imperativo, simplemente una sugerencia o una simple petición.

     Edward no era una persona a la cual el ego se le suba fácilmente, en realidad era sumamente tímido, jugando con sus manos haciendo ademanes del nerviosismo que le atacó al ver al mayor separarse de él y tomar de entre las manos de su asistente una cámara fotográfica y enfocarle directo a su persona, sonrió con gran nerviosismo pensando que tal vez bromeaba, hasta que escuchó el click seguido del flash anunciando una fotografía finamente tomada, enrojeció un poco más y se encogió de hombros en un gesto totalmente encantador para el moreno.

     - Perfecto… - murmuro el mayor separándose un poco de lente, sonriendo satisfactoriamente al ver el rostro del joven por la pantalla de la cámara.

     - ¿Qué es perfecto?.... – pregunto con timidez tratando de llegar a donde el moreno se encontraba pero este le detuvo.

      - No te muevas… - eso fue una orden, pero el tono de su voz era muy suave, cuando estas palabras fueron asimiladas por el menor, sus músculos se tensaron quedando estático en su lugar.

     - Etto… Roy… ¿Qué haces?... – pregunto el menor quien no sabia donde meter la cabeza de la vergüenza que le daba sentirse tan observado.

     - Tomando fotografías… muy buenas por cierto… - comento moviéndose de un lado a otro tomando fotografías a cada movimiento o gesto del menor.

     - ¿Pero porque a mi?.... – pregunto aun mas avergonzado, no le gustaba para nada estar bajo la mira de la lente.

     - Porque estas van para mi colección personal… - concluyo el mayor, colocando una mano en la barbilla, en tono de concentración, quería captar la mayor belleza de la persona que tenía enfrente, esta mirada inquisidora ponía muy nervioso, mas de lo que ya estaba al pobre rubio, que no sabía donde ocultarse.

     - ¿Tu colección personal?... – pregunto curioso, pero fue ignorado por el mayor, que solo pensaba como hacerle ver lo mas lindo posible, si ya era lo suficientemente hermoso tal y como era, esa sería una dura tarea.

     - Si… siempre que ve algo que le agrade mucho, le hace una sesión fotográfica que nunca sale a la venta, simplemente las guarda en un archivero o las coloca para tener inspiración para su siguiente trabajo… - explico un poco desganado por la afición de su jefe el ojimiel.

     - Ahh… - su tono de voz se volvió triste, el simple hecho de pensar que él no era el primero en tener una sesión que no sería publicada le dolió, se sentía como un número más en la mira de Roy.

     - Aunque… - interrumpió sus pensamientos el joven ayudante, mientras una fotografía era tomada de nueva cuenta al momento en que se encontraba cabizbajo, al momento de escuchar nuevamente las palabras del ojimiel, el rubio elevo la mirada, teniendo por sorpresa nuevamente el flash en el rostro que le encegueció unos instantes.

     - Tu eres la primera persona que va a estar en su colección privada… al parecer te has tomado un lugar especial en su mente… - mencionó mirando a Roy, con una gran sonrisa por la fotografía que capturo la hermosa sonrisa al escuchar la noticia de que era la primera persona.

     Sus ojos brillaron, un sonrojo leve adorno sus mejillas, sus labios se veían tan apetecibles, tan suaves, esa piel pedía ser tocada y probada, pero aun era muy temprano, necesita el momento adecuado para decirle a Edward que era lo que sentía por él, no podría contenerse mucho tiempo y eso lo sabía.

     Se acercó al pequeño, tocando suavemente su rostro, una sonrisa tímida junto a un sonrojo un poco mas intenso al anterior por verse siendo tocado con tanta delicadeza por el mayor, su mano recorrió con lentitud su rostro, contorneándolo con suavidad, sonriendo por las expresiones que le regalaba, la cámara posaba en su mano libre, esperando el momento para ser usada.

     Aparto unos flequillos que intentaban ocultar su rostro, abriendo la boca un poco tratando de comprender como era posible tener a semejante ser entre sus manos, “un ángel” fue lo único que atravesó por su mente.

     - Siéntate en el piso un momento… - murmuro el mayor, cuando el rubio se quedo en el suelo, le puso en la posición que quería, se aparto un momento y con in click y el flash esa maravillosa pose fue guardada para el futuro.

     - Ahora mueve tu mano… si… déjala allí… relájate… - Roy se encontraba arrodillado, a tres metros del menor, moviéndose para captar el mejor ángulo, era difícil, ya que, todos los ángulos eran perfectos.

     Pasaron varias horas, en las que el rollo tuvo que ser cambiado varias veces, por alguna razón cada gesto, cada movimiento tenía que ser captado y guardado como un momento precioso para el mayor, al pasar de las horas Ed se desenvolvía un poco, la cámara le pareció menos terrible que cuando comenzó, así que se puso a jugar, posando de diferentes maneras, una foto en especial era bastante sencilla, Edward se encontraba de lado, parando los labios, como si quisiera besar algo, con los ojos cerrados y una luz agradable rodeándolo.

     En otra de las fotografías trajeron un gran peluche de un perro, lo tomó entre sus manos y ladeo un poco la cabeza, alzando al perro para chocar con su mejilla, se encontraba nuevamente sentado en el suelo, con las piernas abiertas rodeando el peluche, una pose bastante infantil, pero arranco un sonrojo por parte del pelinegro y el ojimiel, era de admitir que Edward tenía una belleza demasiado perfecta para pedir algo más, cualquier movimiento o posición simplemente le hacían mas hermoso que antes, eso era algo incomprensible.

     Mientras en el departamento del rubio, Ayelén cocinaba para el pequeño invitado que tendría su mascota, si esa noche el pequeño neko negro no llegaba se sentiría culpable toda la vida, lo menos que quería era ver a alguien querido como ese pequeño neko con el compartía casa triste por su causa, así que esa misma tarde cuando Edward se marchó a su cita, puso manos a la obra, marchó rumbo al mercado para comprar salmón para sus invitados de cuatro patas.

    - Espero que tu amigo venga esta noche Shiroineko-chan, me siento mal por haber arruinado su conversación la vez pasada, solo quería abrir la ventana, no pensé que se enojaría y regresaría por donde vino, gomene… - mencionaba al gatito entre sus piernas que meneaba la cola animado por el olor a la carne cocinada con tanto ahínco.

     - Descuida… esta vez… dejare la ventana abierta para que pueda entrar y coman juntos… te parece bien… - decía sonriente al pensar que su mascota al igual que su amigo tendrían una linda velada.

     - Yo quiero salir con alguien que me quiera también… - murmuró un poco desanimada, si bien había muchas cosas que le hacían feliz solo le faltaba algo para tener una vida plena y esa era tener una persona especial para compartir algunos momentos agradables.
 
     Habían pasado varías horas, tanto en la sesión de fotografías como preparando la cena para los mininos, Ayelén les dejo la ventana abierta para que pudieran estar juntos unos momentos, al perecer por la vez pasada que los observó estaban realmente tristes de no poder tocarse el uno al otro.

     En el departamento de Roy, la sesión había finalizado y ahora se relajaban en la sala tomando café con algunos panecillos que habían ido a comprar, fue en ese momento en el que Edward fijo su vista en algo que se le hizo familiar, en concreto algo que se encontraba en las manos del ojimiel, ronroneando felizmente mientras dormía un poco, sabía que cuando se encontraban en casa debía esperar a cierta hora a que Alphonse le dejara salir a buscar su otra mitad.

    - ¿Tienes un gato?... – se reprendió mentalmente por la pregunta tan tonta pero ese animal se le hacía muy parecido a, no, no puede ser es un color diferente, debe ser solamente una coincidencia.

     - Si... se llama Kuroineko-chan… es una gatita muy linda, tenía un hermano pero no lo encuentra… - esto último lo dijo en un susurro inaudible, nadie debería saber que era lo que realmente representaban esos animalitos.

     - En mi casa también hay uno… se llama Shiroineko-chan… nombre regalo de mi compañera de casa… - decía Ed un tanto sonrojado por lo evidente del nombre.

     En ese momento la gatita se levanto olfateando el aire, salto de las manos de su dueño y se dirigió al invitado, olfateando sus ropas y después sus manos, por último su rostro, lamiéndolo en la mejilla y regresando a brazos de Al, maullando como pidiendo algo, el ojimiel, comprendió a que se debía, se disculpo y se llevó a la gatita a la entrada.

     Cuando llegó, el apartó y la posó dulcemente en el suelo, la neko se sentó meneando la cola con tranquilidad mientras observaba al mayor, quien se agacho un poco para acariciarle el pelo.

     - Luego me dices que fue eso y como van las cosas, ¿entendido?... – el minino ronroneo como respuesta para después lamer la mano que le acariciaba, dando la respuesta de que se harían las cosas como él quería, pero debía esperar unos momentos a que la luna estuviera llena nuevamente.

     - Cuídate mucho, no se que haría si te pasara algo… - agregó abriendo la puerta por la que él minino salió corriendo a un lugar ya muy conocido.

     La velada siguió entre charlas clamadas, bocadillos, chistes y comentarios algo divertidos para dos y muy poco gratos para el último, Edward le contó su vida, de cómo conoció a Ayelén su compañera de cuarto, de cómo comenzó a trabajar, de cómo llego el neko a su casa, en fin le contó todo desde su infancia hasta el momento en el que irrumpió la sesión de Roy.

     Por su parte Roy le contó como fue que se metió al mundo de la fotografía, sus aficiones de niños y le mostró su álbum privado, en el cual se veían diferentes motocicletas, flores, gatos, parques, paisajes diversos y hermosos, todos con aquella forma tan singular, destilaban al ser que las tomo, en pocas palabras cada objeto en la fotografía, aunque no estuviera marcado con nada, gritaba Roy Mustang, simple y puro.
 
     A los pocos minutos de salir de la casa, llegó a donde el minino blanco le esperaba, si bien el pequeño neko de color nieve podía también ir a buscarle, no sabía donde se encontraba, por lo que decidió esperar a que el otro le encontrara, al llegar se sorprendió de notar que la venta que les impedía contacto físico había desaparecido, dando la entrada a la tibia casa, protegiéndolos del frío.

     Shiroineko-chan alentó a su compañera a adentrarse a la casa, ya adentro le mostró los platos de comida que les prepararon y con su lenguaje felino le indico que era una disculpa de la persona con la que se encontraba viviendo, no paso mucho tiempo para que los felinos devorasen la comida animadamente, meneando las colas de forma animada, sin perder el porte de elegancia que tanto les caracterizaba.

     Ayelén sonreía de ver dos cosas, la primera que el gato negro regreso a pesar de lo que ocurrió la vez pasada y la segunda que su mascota como la invitada se veían realmente felices, aunque notó algo curioso no se tocaban, no quería interrumpir tan lindo encuentro, por lo que espero en silencio observando desde el marco de su habitación que daba a la cocina y a la sala, donde se encontraban los mininos.

     Shiroineko-chan no pudo soportar la lejanía de su compañera y sin que esta lo predijera acercó su hocico al contrario en un lindo contacto donde sus narices rozaron, Ayelén se emocionó “pareciera que fuesen humanos” pensó, pero sus palabras se borraron cuando desde la nariz los felinos comenzaron a emanar una brillante luz, cerrando los ojos un momento por lo brillante que le lastimaba.

     Aquellos pequeños cuerpos comenzaron a crecer perdiendo todo rasgo felino, a excepción de sus orejas, su cola y la marca característica arriba de su ojo izquierdo.

     La pelirrosa no cabía de su impresión, donde segundos antes estaban su mascota y el amigo de ésta ahora había dos pequeños de no mas de 5 años tomados de las manos, desnudos y con sus frentes unidas, permanecieron unos segundos con los ojos cerrados hasta que una voz les sacó de sus pensamientos.

     - ¡¡¡¡Kyaaa!!!!... – grito la ojiverde llegando lo más rápido hacia la sala, tomando al pequeño niño de cabello blanco entre los brazos alzándolo y examinándolo, bajo la mirada confusa de ambos niños que no respondían ante nada por encontrarse en estado de shock.

     - ¿Shi… shiroineko-chan?... ¿eres tu?... – pregunto con miedo y confusión en su voz, fue en ese momento que el pequeño reaccionó y con la cabeza asintió.

     - ¿y… y… y… tu?... – pregunto mirando a la pequeña de cabello negro, que la miro con desconcierto en su rostro, intercambiando miradas con a su hermano entre los brazos de esa desconocida, buscando una respuesta.
Notas finales: bien que les parecio? que hara Ayelén ahora que descubrió un pequeño secreto sobre su mascota y lo mas importante solo se transforman con la luna llena, porque paso esta vez? Roy tiene planes para esas fotos, cuales serán? nos vemos en el siguiente capitulo, donde respondere a algunas de estas preguntas, gracias por leer...

oh por cierto... estaba pensando en traspasar una de mis historias de naruto (que por cierto esta genial, muy linda) con los personajes de Fullmetal alchemist, porque se que a muchas personas no les agrada naruto, pero esa historia vale la pena leerla, el problema es que ya hay una con un concepto parecido y no quiero que me digan plagiadora o copiona, ya que tiene tiempo la de naruto siendo escrita... u_u ustedes me dicen, quieren que la publique a ver como se ve? muchas gracias por su atención, hasta el proximo capitulo... matta ne... ^u^

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