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A través de tus ojos... por Darkneko

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Notas del capitulo:

Bien, bien se que me tarde añales... demo... tenía que entregar el capitulo 3 a revisión... (el de por un deseo) necesitaba que luna me dijera que cosas ponerle y que cosas quitarle... y esta actualizacion venía despues... sin embargo... no encontre a luna a tiempo por esa razón... aqui les va el final de esta historia... espero les guste...

Full metal alchemist no me pertenece es propiedad de Hiromu Arakawa a quien respeto y admiro...

     - Roy… - le llamó el menor con voz baja mientras se armaba de valor para ser sincero con el moreno, para decirle que estaría con él todo el tiempo, que lo amaba y que no le importaba nada, solo quería estar a su lado. 

     - Me confunde… permiso… - comenzó a marcharse dejando al rubio con el corazón en la mano, se marchaba, le dejaba de nueva cuenta y él, él no se movía de su lugar. 

     Su cerebro le gritaba que hiciera algo para impedir que se marchara, pero su cuerpo no respondía a sus peticiones, demasiado sorprendido por aquellas palabras o por el hecho de verle en tales condiciones, no dejaban que sus manos tomaran esa gabardina que llevaba puesta o que sus piernas se acercaran a él para impedirle el paso. 

     - Onegai… no otra vez… - susurro derrotado el pequeño mientras observaba al amor de su vida alejarse. 

     - ¿Disculpe?... – interrogo el hombre sujetando la correa del can, viró unos segundos su rostro más al no recibir contestación volvió sobre sus pies y comenzó a caminar nuevamente. 

     En ese momento y como si las fuerzas del destino por fin  le escucharan sus pies tomaron marcha para llegar a donde el moreno, corrió hasta alcanzarle, le detuvo cuando se aferro a su cintura por su espalda. 

      - Me podría soltar… no le conozco… - comentó Roy con su voz fría logrando que lágrimas dolorosas escaparan por esas orbes doradas, “¿no me conoces?”…  se preguntó mentalmente el rubio, tenia que ser una broma, muy cruel cabía destacar. 

     - No me digas eso me lastimas… onegai… no te marches de nuevo… - rogó enjugando las lagrimas en la tela que cubría la espalda del pelinegro que solo se dejó hacer. 

      - ¿Otra vez?... – pregunto tratando de recordar porque aquella voz tan parecida, tan suave y dulce al oído le dolía al pasar por su canal auditivo, hasta que recordó. 

     - Edward… - murmuro sin voltearse, logrando que el menor alzara la cabeza de la espalda del moreno, giro para encargarlo abrazándole por la cintura. 

      - Roy… otra vez no… por favor… no me dejes solo… - continuo mientras le lloraba, le dolía el hecho de saber que el hombre que más amaba le apartara de su lado. 

      - Edward… no… no quiero que me veas en estas condiciones… - le murmuro. 

     - Tonto… el simple hecho de despertar cada día a tu lado me es suficiente… ¿acaso no comprendes eso?... – pregunto sonriendo con amargura, sabía que no le podía ver, tomo la mano libre del moreno y la guió hasta chocar con su mejilla, donde se mojo con las lágrimas de dolor que de sus ojos emanaba. 

     - Perdón te he hecho llorar otra vez… - se disculpó el moreno. - Te equivocas… estás lágrimas son de felicidad… - comentó meneando de forma negativa ante el pensamiento nada alegre del mayor. 

     - Te quiero Roy… quiero despertar cada día a tu lado, verde despertar y saber que esto no es un sueño, saber que siempre estarás para mi... saber… que la decisión que tome fue la acertada y pensar… que lo que tuvimos no fue solo un momento… - abrió su corazón esperando con esto ablandar la coraza que había colocado Roy desde hace tiempo. 

     - Aun que no pueda ver tu rostro sonreírme, ver tus ojos brillantes y tus mejillas sonrojadas… ¿sabes acaso como duele eso?... – pregunto el moreno cambiando su mano de posición, antes sosteniendo su mejilla, ahora, acariciando sus cabellos con dulzura. 

     - No más de lo que duele el pensar que todo lo que pasamos fue un sueño… el pensar que por mi culpa… decidiste separarnos… el pensar que ya no me amabas y después… el saber lo que hiciste por regresarme la vista… te amo… y siempre te amare… no importa si no ves, si estas manco, mudo, sordo… yo siempre te amare… así que por favor no digas esas cosas que me lastiman… ¿quieres?... – el mayor sonrió ante tal confesión. 

     - ¿Me amarás aunque tengas que hacerte cargo de un viejo senil y ciego?... – pregunto un poco dolido por sus propias palabras. 

     - Incluso así… te amaría más… - concluyó el pequeño mientras tomaba el rostro del mayor y pedía en silencio que agachara su rostro, cosa que el contrario entendió y al tenerlo a una altura considerable, tiernamente le beso, frente, ojos, mejillas, nariz y finalmente fundió sus labios en los contrarios. 

     - Regresemos a casa… - propuso con una sonrisa siendo respondida del mismo modo por el mayor, entrelazaron sus dedos y comenzaron a caminar rumbo a la casa del mayor. 

    El teléfono sonó, era Alphonse quien le tenía las malas noticias de no haber encontrado a Roy, para sorpresa de todos el rubio les respondía con esa calida sonrisa que a todos encantaba que se dirigían a la casa, donde tendrían una platica con el moreno por abandonarle de tal forma, el castaño colgó y volvió a marcar para avisar a los demás del estado del moreno. 

     Llegaron a la casa donde todos reunidos esperaban a los faltantes, las miradas de incredulidad por ver de regreso al moreno no se hicieron esperar, todos curiosos de saber que había pasado. 

     - Ya llegamos… - anuncio el rubio mientras tomaba del brazo al moreno y lo introducía a la morada siendo un guiado por el canino que les seguía sin siquiera hacer ruido. 

    - Bien… - comento el mayor de los presentes, Hyde, carraspeando un poco la garganta para hacerse notar cuando todos se encontraban con sus tazas de café sentados en la sala de espera. 

     - Nos vas a decir porque tomaste esa decisión sin siquiera consultarnos o avisarnos lo que planeabas… - termino la oración con una mirada seria y al desaprobatoria por las lastimeras acciones del peligro que suspiro cansado, no pensó que tendría que contar como tomo aquella dolorosa decisión. 

     - Creo que les tuve muy preocupados… - comento con una sonrisa vergonzosa en su rostro a lo que todos respondieron con un “no te imaginas cuanto”. 

    - Se… que sonará estúpido y también se… que sonara egoísta… pero la razón por la que lo hice fue… porque te amo Edward… no… no quería que me vieras en este estado… pero también ansiaba que estuvieras bien… por mi culpa… tus ojos… tus ojos se apagaron… esta… era lo único que podía hacer por mis descuidaos… - mencionaba mientras tomaba las manos de Edward y movía su rostro en dirección a este, el cual se apoyo en su hombro para que continuará el relato y así lo hizo comenzando a recordar el día del accidente y lo que sucedió después. 

___________________ Flash Back ________________________ 

     - Solo déme dos días más por favor… - pidió el moreno al doctor cuando supo que no había donantes hasta después de cierto tiempo. 

     - Y por favor… - añadió girando cuando ya se marchaba. 

     - No comenté a nadie quien ha sido el donador… - pronuncio esperando que el hombre de pelo negro con destellos verdes le diera una respuesta afirmativa. 

     - ¿Tan importante es para ti?... – pregunto con una sonrisa. 

     - No se imagina cuanto… - fue su respuesta y entonces partió directo a su casa mientras que en la sala de espera se quedaban Ayelén y Alphonse con los niños con los que llegaron. 

     Entró a su casa botando todo con furia por su culpa estaba Edward en el hospital, por su culpa la persona que más quería no volvería a verle, pudiera que se deprimiera y quizás de la tristeza moriría, él no tenía problemas bastante dinero tenía con el trabajo que hizo en el pasado, en su mente una posibilidad de felicidad pero al juntarla con Edward solo se volvían lágrimas y llantos por parte del pequeño, maldiciones por no ser cuidadoso y posiblemente despecho por haber hecho algo tan egoísta, solo una solución, desaparecer de su vista y de la de todos aquellos con los que convivió, se llevaría lo básico y lejos comenzaría una nueva vida desde cero, sería difícil pero con tal de no ser el centro del llanto de su pequeño lo haría una y mil veces si es que era necesario. 

     Pasó la tarde mirando aquellas viejas películas de antaño que si bien hace tiempo no veía no quería olvidar, escuchó la música en el radio y en algunos compactos que tenía guardados, comenzó a hacer sus maletas terminada la tarde, fue en ese momento en el que Alphonse llegaba a casa. 

      - ¿Y esas maletas?... – preguntó el castaño. 

     - Me voy… - respondió simplemente mientras tomaba su gabardina y tomaba las maletas que antes había dejado en el suelo, comenzó a marcharse. 

     - Ha estado preguntando por ti en sueños… - susurro el menor, logrando que el moreno apretara puños y dientes con furia “Edward ya es suficiente… no lo hagas mas doloroso…” pensó para si y sin responder se marchó cerrando la puerta y caminando de nueva cuenta al hospital. 

      Dejó sus cosas y pidió que se las guardara hasta después de la operación cuando un amigo suyo vendría a llevárselo a un lugar que le relajaba y despejaba la mente, aquel amigo que Alphonse no conocía siempre le salvaba en las ocasiones más difíciles y esta vez sería de gran ayuda. 

      - Aquí se las guardo… no tenga pendiente… - le aseguro el doctor de ojos violetas con una sonrisa calida mientras entraba a su oficina y las guardaba bajo el escritorio para que nadie las tocase. 

     - ¿Puedo verlo?... – pregunto con algo de miedo por la respuesta de aquel joven. 

    - Claro… en este momento se encuentra durmiendo y no han llegado sus familiares… - explico caminando rumbo a la habitación del pequeño, abrió la puerta para que ingresará. 

     - Gracias… - susurro acercándose a la cama, allí estaba en sus ojos postrada una venda que impedía deducir el estado en que se veían, su boca entreabierta por el cual un pequeño tubo salía, las máquinas conectadas regulando sus signos vitales sonaban constantes, no pudo reprimir una lágrima traicionera, todo era por su culpa, acarició su mejilla y besó su frente mientras aun dormía, mejor que pensará que no le quería, de esa manera pronto lo olvidaría. 

     Partió del hospital y aseguro que al día siguiente volvería tenía algo más de que despedirse antes de ser llevado al mundo de tinieblas donde sucumbía el pequeño en esos momentos. 

     Llegó a la pista, corrió varias vueltas en esa moto, recordando cada uno de aquellos gloriosos momentos que vivió sobre ese vehículo, recordó la cita que tuvo en la pista con Edward y de nueva cuenta las lágrimas acudieron a sus ojos sin ser llamadas, disminuyó la velocidad, entregó las llaves al encargado y pidió. 

     - Búscale un buen conductor… ya sabes que es muy quisquillosa… - y de este modo, con una sonrisa en los labios partió. 

    Llamó a su viejo amigo, que siempre con ese ánimo le ayudaba en cada uno de sus problemas y en esta ocasión sería el más grande de todos. 

     - Maes… - llamó cuando la bocina fue levantada. 

     - Aquí Maes… ¿Roy?... cuanto tiempo… - el tono de voz que empleaba era sumamente alegre, no imaginaba lo que estaba a punto de pedirle. 

     - Hace mucho… - le respondió su amigo siempre era así, no importaba la situación el siempre se mostraba alegre y eso era algo que agradecía eternamente y más en esos momentos, después de lo que haría necesitaría de urgencia un poco de alegría en su vida. 

     - Necesito un favor… - concluyó cambiando el tono de voz por uno más serio, la persona del otro lado permaneció en silencio para escucharle con atención, aquel tono solo lo había utilizado una vez, el día en que su madre murió y le pidió que le llevará hasta donde sería el entierro. 

     - ¿Qué pasa?... – le alentó después de unos momentos en los que el moreno permaneció callado. 

     - Necesito quedarme en tu casa por tiempo indefinido… - concluyó, pasando saliva pudiera ser posible que ahora que se encontraba casado eso fuera imposible. 

     - Pero claro hombre… pero ¿Por qué tan repentinamente?... ¿Qué paso?... – pregunto el de ojos claros por el teléfono, si le iba a ser un favor, necesitaba la información completa. 

     - Es una larga historia… - comentó con una sonrisa nerviosa intentando no tener que explicar la situación. 

     - Y yo soy una persona que tiene mucho tiempo… cuenta… - más no funcionó, sus piro cansado y comenzó a contarle las cosas, también pidió que no avisará a Alphonse, ya que lo que menos quería a partir de ese momento es que el pequeño supiera donde se encontraba. 

    - Entiendo… no hay problema Gracia es una de tus admiradoras… - comentó a su amigo aceptando el hecho de que ahora vivirían en el mismo techo. 

     - Gracias… pasa por mi al hospital central mañana por la tarde… la operación se hará por la mañana… el doctor me aseguró que no será necesario que me quede mucho tiempo interno… le avise de la situación… ofreció su ayuda… pero necesito ir regularmente a revisión hasta que sane… - esperaba que le comprendiera y le tendiera la mano. 

     - Esta bien… iré… que problemas te pasan… eres cosa seria… - bromeo y colgaron al mismo tiempo, eran amigos desde la infancia y seguían siéndolo aun después de tantos años, eso agradecía eternamente el moreno. 

      Llegó al hospital por la noche, el doctor, le había dicho que tardarían varias horas la cirugía ya que era sumamente delicado tratar con ese tipo de órganos, cuando llegó, le cambiaron de ropa y le hicieron algunos estudios asegurándose de que se encontraba en estado para soportar las horas de arduo trabajo. 

     La cirugía se llevo a cabo esa misma noche, ambas camillas en una un rubio dormido por los sedantes aplicados para calmarle el dolor y en la otra un moreno un tanto asustado pero atentó a lo que ocurría. 

     - Descuida… todo estará muy bien… - aseguro el doctor tomando una aguja y una enfermera le puso una mascarilla de oxigeno para ayudarle a respirar, todo lo que paso en la cirugía después de esas palabras no lo recordaba puesto que le habían un tranquilizante y un somnífero para evitar problemas psicológicos post-operatorios. 

     - Bien… esto es lo que tiene que tomar cada ocho horas para evitar que le duela el cuerpo, el hecho de haber donado las corneas y las suturas que tiene deben de darle picazón o irritación, así que tengan cuidado… estaré esperándoles en la mañana para ver como evoluciona… por favor sea cuidadoso… - comentó Envy a Maes cuando fue a recogerlo a la mañana siguiente cuando nadie llegaba aun a visitar al rubio por cuestiones meramente de trabajo. 

     - Gracias… mañana temprano vengo… - le aseguro con una sonrisa Maes al doctor tomando la silla de ruedas en la que se encontraba postrado Roy aun bajo los efectos de los analgésicos para evitarle dolor o alguna infección. 

      “Espero que nunca te des cuenta de lo que paso… y quiero que sepas que a pesar de que estemos separados… ahora somos uno… no estoy invidente… porque veré a través de ti… siempre estaremos juntos… Edward… solo comprende… que lo que paso hoy… lo hice por amor…”  aquellas palabras le resonaban en la mente al pelinegro, palabras que se aseguro cuando se encontraba en casa de Maes siendo presa de las excesivas atenciones de Gracia a su persona. 

     Paso el tiempo y un can lazarillo le fue entregado cortesía indudable de Maes que estaba cansado de verle sentado en la puerta de la casa o en la cama de su cuarto, quería que despejará su mente y por tanto se le ocurrió llevarle a la pista para que pudiera recordar viejos tiempos y vivir la emoción de las motos a través de sus oídos, recordando como lo hacía él mismo tiempo atrás. 

      Después de varias semanas de atención medica, de Gracia y una recuperación saludable, se había acostumbrado al mundo de las personas especiales y ahora todo parecía completo, sin embargo, aquella necesidad de ver y sentir a su pequeño no se desvaneció. 

     Un día cuando pensó que realmente su pequeño se había olvidado, en aquella pista de carreras la angelical voz del rubio le llegó de lleno en los oídos, más el mismo se había dicho que ese momento jamás llegaría y se negó, pero la otra persona no desistió y finalmente se abrazaron. 

___________________ Fin de Flash Back __________________ 

     - Entiendo…  - comentó el castaño observando como se regalaban un abrazo que tanto tiempo espero a ser dado. 

     - Pero ahora estas aquí y el pasado no importa… - le aseguró el pequeño con una sonrisa. 

     - Me enamore de Roy… no del fotógrafo… de tu personalidad… no de tu dinero… de ti Roy… no de lo que representas para los demás… - finalmente y a la vista de los presentes besó sus labios en un suave roce. 

    - Espero que ahora te aprecies un poco más… - le habló el moreno mientras le revolvía las hebras doradas en un abrazo a su cabeza, recordando cada una de las veces que el pequeño se menospreciaba por las palabras que un día le dijo su padre antes de correrle de la casa al descubrir la sexualidad de su hijo. 

      - Cada vez que te veas al espejo… podrás ver como yo te veo… y porque no puedo dejar de hacerlo… -  besó su frente con cariño, sonrió divertido el rubio terminado su frase. 

     - Si… porque ahora me veo… a través de tus ojos… - comentó logrando una risa general por los presentes. 

      Las cosas del pasado nadie las podrá olvidar porque son parte importante de nuestro presente y nuestro futuro, pero lo importante no es ver las cosas pasadas, sino el camino que viene por delante. 

     - Ha se me olvidaba… conseguí el último tomó en el que publicaste las fotografías… - comento alegre Hyde llevando sus manos a sus espaldas para poder sacar su sorpresa a los presentes. 

     La extendió diciendo un “Taran…” cantado y los presentes se quedaron unos minutos en silencio. 

     - Pero si es… - murmuro sorprendido el rubio cambiando la mirada de la revista al moreno. 

     - ¿Apenas te diste cuenta?... no he podido sacarme de la cabeza esa vez… te veías hermoso… ahora todos pueden ver lo hermoso que eres… - comentó feliz el moreno mientras volvía a unir sus labios con los de Edward. 

     En la revista se veía publicada aquella fotografía tomada por accidente, aquella que pensó olvidada, la que nadie sabría de su existencia, su rostro observaba incrédulo la cámara, intentando asimilar que había ocurrido, sus ojos brillantes, su cabello reposando a un costado y sus labios levemente abiertos era lo que se apreciaba en aquella fotografía en la revista con el titulo “no siempre lo más hermoso se encuentra cubierto de maquillaje”.

Notas finales:

que les parecio?... espero que les haya gustado y perdón por actualizar tan tarde... cuidense mucho y nos vemos cuando otro fic comience en esta categoria... muchas gracias a los que me siguieron capitulo y capitulo y sobre todo gracias aespeciales a quienes se molestaron en dejarme un comentario... muchisimas gracias... hasta luego  ^u^...


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