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Cuando Sam baja al infierno por Rushia

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Notas del capitulo:

Entraron en una habitación individual, un chico conectado a monitores tenía los ojos cerrados como si durmiera plácidamente.

Sam era un cobarde, el más cobarde dentro de los cobardes. Apretó los puños hasta que sus uñas se clavaron en su piel. Estaba temblando, se moría de miedo, allí, de pie frente al callejón, mientras observaba a sus amigos tomar sus armas.

James no se movía, permanecía en un estado de tranquilidad aparente, sin quitarle los ojos de encima a Mike. Sam entendió esa maniobra desesperada, pero sabía que no aminoraría la paliza que iban a propinarle.

- Bien, esto es por acusarnos, para que no se te olvide que a los lengua floja Dios los castiga.

James se enrolló en el piso, sus piernas estaban atadas, al igual que sus manos. Dios… Allí no había ningún Dios, sólo la prepotencia de un idiota que se aprovechaba de su fuerza. Alzó la vista un instante, percibió que algo dentro de Sam se estaba agitando, sus puños sangraban… Volvió a esconder la cabeza entre sus piernas, era impotente, Zack y Sam, simples marionetas del maestro del juego.

Zack tomó el bate de mala gana, tenía la intuición de que se estaban pasando de la raya, pero cuando lo sostuvo entre las manos se percató de que quería usarlo, de que quería darle con el al maricón.

Se acercó y lo golpeó en las piernas, James se movió, como accionado por un resorte. Empezó a reír y siguió golpeándolo, era la primera vez que reaccionaba, la primera vez que se movía para evitar los golpes, pero no tenía escapatoria, a Mike se le había ocurrido amarrarlo, y aquel simple detalle hizo la diferencia.

- Parece que Zack lo disfruta – Mike sostuvo su bate con cariño, estaba sumamente entretenido, se estaba vengando de Sam por traicionarle, y de James por acusarlo -, pero tú te ves muy mal Sam – caminó hacia él y de un tirón lo metió dentro del callejón - ¿Qué crees que hacía allí afuera? ¿Esperabas a que te vieran?

- Nno – bajó la mirada y se apeó a la pared, no soportaba la escena de Zack golpeando a James, la forma en que el otro intentaba escaparse de los golpes era sumamente desconsoladora.

- Ahora – Mike apartó a Zack -, mira maricón asqueroso – se agachó y del pelo lo levantó, James estaba sangrando, tenía la boca manchada y la ropa sumamente sucia -, supongo que sabes que esto es tu culpa, primero por ser un degenerado, y segundo por jugar con nosotros – le sacó la mordaza, el moreno lo miró desafiante, por un instante percibió el escalofrío que esa mirada provocaba - ¿Vas a decirme algo?

- Púdrete – gruñó -, cerdo asqueroso, ni siquiera eres capaz de pelear como hombre.

- Tú – volvió a amordazarlo y lo soltó, sintió cierto placer cuando su rostro se estrelló contra el suelo inmundo – no eres un hombre, así que eso es algo que no debes pedir.

James masticó la frustración, sus manos estaban muy bien amarradas, aquellos dos gorilas iban a matarlo, tenían bates, y nadie iba a defenderlo. Cerró los ojos, Alfonso se moriría de hambre encerrado en su apartamento…

Sam estaba helado, observó a Mike y fue entonces cuando despertó. Fue tan brutal el golpe que le dio en las costillas que se escuchó como sonaban al quebrarse. James gritó, escuchó su alarido y sus temblorosas piernas comenzaron a moverse.

Zack se había asustado, el crujido, el grito. Se apartó al fondo del callejón, pálido como un fantasma, temblaba… Mike iba a matarlo, y ellos iban a ser los cómplices. La detención no era nada comparada a los años en prisión que iban a pasar los 3 por asesinato.

- Oooye Mmike – la voz le temblaba -, no vayas tan… Lejos.

Mike estaba encolerizado, giró la mano y golpeó a Zack al escucharlo, no deseaba ser interrumpido por nadie, aquello era el éxtasis, el nirvana, devolver el favor de la oveja descarriada, corregir los errores… Quería matarlo.

Sam se acercó corriendo a Zack y lo afirmó por los hombros, estaba llorando, no soportaba escuchar los gritos de James, si lo mataba no sería capaz de soportarlo.

- Hay que detenerlo – le susurró -, yo sacaré a James, tú…

James dejó de gritar, se había desmayado, Mike iba a golpearlo de nuevo, pero Sam en un acto reflejo se lanzó para proteger el cuerpo moribundo. El bate golpeó su espalda, sus costillas no resistieron, pero se armó de valor para alzarlo en brazos, tenían que huir.

Mike gritó, y los persiguió, pero Zack, asustado de terminar en prisión le arrebató el bate y se lanzó contra él. Ambos rodaron por el piso, Mike lo comenzó a golpear en el rostro.

*

Cuando despertó vio a su madre mirándolo, lucía muy demacrada, como si llevara horas llorando, pero se acercó a abrazarlo y sintió como se tranquilizaba.

Entre sus brazos intentó pensar en dónde estaba, recordó vagamente como cargó a James hasta que ya no pudo más… James.

Se apartó de su madre e intentó levantarse, el dolor en su espalda fue insoportable, pero permaneció de pie, jadeando, quería ir a verlo, no sabía en dónde podía estar, pero necesitaba verlo, necesitaba saber si seguía con vida.

- Hijo – su madre lo sujetó -, hijo ¿Qué pasa?

- Ja..mes ¿Dónde… - necesitaba saberlo, si él estaba muerto…

- Está descansando – Sam la miró como si no la entendiera -, lo salvaste, Mike casi lo mata, pero él ahora está descansando – en su tono de voz podían leerse algunas gotas de orgullo.

- ¿Esta…

- El doctor me dijo que no recibió golpes en la cabeza, pero muchos de sus huesos están triturados, tú igual debes descansar…

“El doctor le dijo” se soltó de su madre y comenzó a caminar apoyándose en la pared “debe estar en este hospital entonces” cerró los ojos y al volver a abrirlos concentró sus fuerzas para hacer caso omiso de su dolor.

- ¿Tanto quieres ir a verlo? – su madre lo afirmó, pero cuando él asintió ella lo liberó y sacó la silla de ruedas de un rincón – Yo te llevaré – le indicó que se sentara.

Sam se movió con torpeza y suspiró, su madre tenía apenas el doble de su edad, había sido madre adolescente, y era muy permisiva y muy volátil. Él se las había tenido que ver por su propia cuenta desde pequeño, sin contar que su padre era un abusador… De la misma clase que él había sido…

Entraron en una habitación individual, un chico conectado a monitores tenía los ojos cerrados como si durmiera plácidamente.

Se acercó girando las ruedas de la silla y lo miró con amargura, se sentía culpable, sabía que estaba vivo por los pelos. Apoyó su cabeza en el colchó y aspiró el incómodo olor a desinfectante, James permaneció en silencio, sin percatarse en absoluto de las personas que lo miraban.

- Hijo – su madre se acercó - ¿Por qué permitiste que esto pasara?

- Porque… - estaba apretando las sábanas con mucha fuerza, como si necesitara sostenerse para decir aquellas palabras – Tenía miedo…

- ¿De qué? – ella soltó suavemente sus manos y las afirmó con ternura – Él es un muchacho, igual que tú, con miedos y sueños ¿Por qué alguien tan empático como tú haría esto…

*

- Perra.

El hombre le arrojó un florero a la mujer que se escondía tras la puerta. El golpe falló por poco, impactando en su espalda, él quería volarle la cabeza.

Sam salió de su cuarto, era un niño de 8 años. Corrió lo más rápido que pudo y se aferró a las piernas de su padre, haciendo que se cayera estrepitosamente.

- ¡¡¡Mamá!!! – chilló - ¡¡Llama a la policía!!

La mujer se levantó a penas y corrió al teléfono, mientras su pequeño hijo se debatía con todas sus fuerzas para que el borracho de su padre no fuese detrás suyo y la matara.

*

Se sintió peor, ese recuerdo le supo de lo más amargo. Sonrió de medio lado y fue suficiente para que su madre lo besara en la frente y se apartara.

- Iré a la cafetería – dijo ella y salió del cuarto

Se había prometido nunca ser como su padre… La sangre tira ¿No? Miró nuevamente a James y suspiró, era definitivamente el más cobarde de todos…

- Te hice todo este daño, porque desde el primer momento en que te vi pensé que eras arrebatadoramente atractivo – susurró.

James se removió un poco, como si el dolor hiciera mella en su descanso. Él palideció, por un instante creyó que lo había escuchado… Volvió a acercarse, sus bellas facciones estaban coloreadas de morado y varios raspones las distorsionaban.

Se quedó allí, tan sólo mirándolo, viendo el ir y venir de las enfermeras durante toda la tarde, hasta que una de ellas lo regresó a su cuarto, allí recordó con amargura que todo aquello era su culpa.

Al frente suyo había dejado la comida, no tenía hambre, pero se sabía impotente… Comprendía perfectamente que no habría tenido manera de enfrentarse a Mike. Devoró el contenido de los platos y volvió a subirse a la silla, regresó al cuarto.

“Tal vez soy un inútil” se acercó a James que seguía durmiendo -, pero esta es mi oportunidad de hacer las cosas bien.

Con temor tomó una de sus pesadas manos, estaba fría, pero una corriente eléctrica le recorrió todo el cuerpo, era la primera vez que lo tocaba y aquello había sido como una tremenda explosión en sus sentidos.

James lentamente abrió los ojos y con terror miró a la persona que estaba a su lado, los monitores marcaron la repentina taquicardia, pero de tuvo su ataque cuando vio que Sam no era capaz de levantar la mirada… Como si…

Estaba profundamente dormido… Supuso que se encontraban en el hospital, la luz entraba con sutileza a la pieza, marcando el comienzo del nuevo día… Sam vestía de la misma forma de él, estaba en una silla de ruedas, se había quedado profundamente dormido sosteniendo una de sus manos.

El sonido estridente de la máquina lo despertó, se miraron fijamente a los ojos y fue cuando se percató de la ridiculez que estaba haciendo. Soltó su mano y retrocedió, incómodo, esa mirada era simplemente demasiado como para sostenerla por mucho rato.

- ¿Qué significa esto? – James intentó incorporarse, pero se quedó a medio camino, estaba demasiado adolorido - ¿Por qué estamos aquí? ¿Por qué estás aquí?

- Yo…- bajó la cabeza, se había prometido empezar correctamente – Te salvé cuando te desmayaste, me puse delante de Mike y recibí el golpe… Arranqué contigo en brazos y… Luego despertamos aquí…

James se quedó pasmado ¿Eso era cierto? Sonrió, lo había subestimado. Levantó su brazo izquierdo, el derecho le dolía a rabiar, y se rascó la cabeza, estaba confundido.

- ¿Por qué estás aquí? – reiteró la única pregunta que no había sido respondida del todo.

- Porque estoy tan herido como tú – sabía a donde iba dirigida esa pregunta, pero la evadió lo mejor que pudo.

- No, tú sabes a lo que me refiero – lo buscó con la mirada, pero le fue imposible hacer contacto - ¿Por qué estás en mi habitación y te dormiste agarrando mi mano?

- Porque… - escondió aún más la cara ¿Qué iba a decirle? Estoy profundamente loco por ti no era algo muy viable – Estaba preocupado…

- ¿En serio? – arqueó la ceja – Eres un mono sin sentimientos ¿Por qué…

- No me digas así – se afirmó de la cama, se sentía al borde de un abismo, con el corazón chillando y su estómago estrangulado -, yo nunca quise que te hicieran daño…

James iba a realizar otro movimiento sarcástico, pero sostuvo las palabras con atención, antes de ser atacado, Sam lucía realmente mal… Como si lo hubiesen torturado… Se mordió los labios ¿Qué diablos significaba aquello? ¿Por qué estaba en su cuarto?

- Vete – habló con claridad -, te odio a ti y a tus amigos, déjame solo, vete – estaba confundido, le dolía todo el cuerpo y ahora más encima su cabeza se estaba convirtiendo en una vorágine de pensamientos y recuerdos… Recordó el dibujo de Sam que había hecho… Esperaba que nadie lo hubiera visto, porque al parecer el paradero de sus cosas era desconocido.

- No te molestaré – susurró avergonzado -, no notarás que estoy aquí, pero déjame quedarme… No sabes cuánto deseé que no te pasara nada, y no alcanzarías a comprender el alivio que siento… - había hablado de más, quiso en ese momento que James no lo hubiera escuchado.

- Sólo si me dices porqué – gruñó, algo fastidiado.

Sam sólo le sonrió, mirándolo fijamente a los ojos, nuevamente su sentido de la paciencia habló más fuerte que sus ansias y terminó asintiendo, sintió en el fondo de su pecho que esos ojos azules, de los que se había quedado prendido, escondían un mar que le concernía por completo.

- Vale, dímelo cuando quieras – suspiró.

- Gracias – desvió la mirada, extrañado y confundido, el misterioso James había bajado la guardia… Se preguntó si él mismo sería capaz de hacerlo.

 

Notas finales:

Sam es uno de esos personajes que en serio me dan ganas de zamarrear, pero si lo hago se les acabará la trama, porque dejará de ser tan humano como me gusta que sea.

Parece que les sorprendió bastante que James tuviera esa clase de carácter, jajajaja, nada es lo que parece, queridos lectores, nosostros mismos somos personas incluso más profundas de lo que creemos, y me fascina dejarles eso plasmado :)

Esperaré nuevamente sus comentarios y sus visitas, este capítulo es rápido así que pronto actualizaré, muchos saludos <3


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