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Obseción por Riolu

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Notas del capitulo:

NYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAN disculpen la demora, la U, problemas personales y honestamente no he estado muy inspirado, quizas me dejaron algunos lectores porque me demoro mucho, pero aun asi yo dele que voy a continuar el fic nyan, este cap esta desde el punto de vista de Sora, saludos nyan

Conforme ha pasado el tiempo he estado aprendiendo nuevas cosas, me he dado cuenta de que quizás he ido por un mal camino, enamorarme de alguien de mi propio sexo no me he arrepentido, pero llegando a matar para estar con él, drogarlo, querer quitarme la vida quizás si me he arrepentido, pero todo ello termino con que finalmente estaba a mi lado, ahí fue cuando me cuestione si el fin justificaba los medios. Más adelante vi la extraña relación de mi hermano con Ventus, en como el rubio se apegaba igual o más que yo, incluso cuando no eran pareja siempre a su lado, con eso aprendí que todos buscamos algo que nos haga sentir vivos, que nos conecte a la realidad, que nos dé un significado o un motivo por el cual estamos aquí, mi significado es poder darle felicidad a la persona que amo pues este me ha dado una inmensa al corresponderme, conforme iba inhalando su aroma cada vez que compartimos cama en nuestros actos de amor o de lujuria no dejaba de pensar que debo aprovechar cada momento, quiero ser alguien adulto, quiero tener una profesión, un futuro, una familia pero en todo quiero que sea el quien este a mi lado para siempre, ¿soy cursi?, ¿soy un soñador?, para nada, porque para alcanzar la felicidad uno debe esforzarse mucho, debe afrontar los obstáculos y con ello demostrar que se ganó el premio mayor, siempre habrá un obstáculo que nos haga más daño que ningún otro, nos querrá dejar enterrados para que no avancemos y se reirá de nosotros, para mí no más, pues pienso eliminar mi siguiente obstáculo.


-Vaya vaya, pero si es mi anónimo comprador-se reía aquel hombre frente a mi mientras yo me mantenía en las sombras del callejón con mi rostro oculto bajo una máscara-traje lo que me pediste, pero ten cuidado con la cantidad y en donde lo inyectas, al menor error fallarás en lo que planeas-me advertía como si supiera mis intenciones extendiéndome una bolsa de papel bastante pequeña, la tome en mi mano analizando su contenido y todo estaba en su lugar, este extendió la suya pidiendo su paga la cual di.


-¿Cuánto tiempo duraría Xemnas?-le pregunte haciendo una fuerza en mi garganta para cambiar mi tono de voz y él no me dejaba ir hasta terminar de contar.


-Dependerá de en qué lugar sea aplicado, debes saber cómo usarlo pequeño, recomiendo un lugar cerrado y lejos de contacto médico-se rio dándose la vuelta para alejarse mientras yo me apoyaba contra una pared viendo hacia el cielo, me había prometido a mí mismo que no volvería a recurrir a este desgraciado, al maldito que contacte por internet para que me diera las drogas que use con Roxas y nunca supe que fue de ellas, supongo que mi amado las tiro por el inodoro o las rompió, solo espero que no hayan caído en malas manos, lo preocupante es que tenga que recurrir nuevamente a algún fármaco y que este maldito llegue a descubrirme, al menos creo que no sabe mi identidad y ello me da ventaja, intente ahogar un bostezo para comenzar a caminar de regreso a mi casa, despertarme un sábado a las 6 de la mañana fue difícil, más aun al salirme a escondías, va contra mi naturaleza pero con un motivo cualquiera lo puede hacer.


Llegue a casa, nadie estaba despierto para mi suerte, me quite las zapatillas y me fui de puntillas a mi habitación que para mí alivio estaba exactamente igual que anoche, con un Roxas dormilón en mi cama abrazándose a una almohada que use para escaparme, la mire molesto de que tuviera el afecto que me pertenece pero primero lo primero, moví la tabla, veía que todos mis secretos seguían en su lugar y deposite con sumo cuidado la bolsa, acto seguido me desnude para colocarme mi pijama y conseguí meterme en sus brazos sin tantos problemas, acurrucándome como si fuera un infante en busca de afecto depositaba unos leves besos en su pecho cubierto por la tela, resistirme a que me tomara en este tiempo fue difícil, bueno solo han sido 2 días pero es que.....¿cómo decirlo suavemente?, el sexo con la persona que amas es una de las mejores cosas de la vida, pero cuando un evento se acerca necesitas poder sentarte sin aguantar un dolor, más cuando debes mantener apariencias, no importa, lo único que quiero ahora es dormir con mi amado.


-Te amo-susurre con cariño cerrando mis ojos y esperaba que el sueño me dominara, sabía que sería un día largo.

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-Sora-escuche entrecortado haciéndome reaccionar levemente-Soraaaa, vamos mi Julieta despierta-escuchaba una suave voz en mi oído que reconocí pero por ello me daban menos deseos de abrir los ojos, sentí unas manos bajar a mis costillas y comenzar a hacerme cosquillas, me comencé a retorcer pues se había colocado sobre mí para que no escapara y entonces no pude evitar reírme con fuerza.


-Roxas, jajajaja ¡Roxaaaas!, ¡ya desperté!, ¡ya desperté Romeo!-chillaba sin poder evitar soltar lágrimas de la risa y este se detenía permitiéndome respirar, poco a poco intentaba normalizarme siendo nuevamente alterado esta vez por sus labios, sus finos y cálidos labios que me encantaban a cada instante y no negué mi afecto hacia él, por mi podríamos estar así por horas y serían unas excelentes.


-Sora-escuche a mi prima llamar a la puerta-a desayunar, date prisa y toma un baño, Xion vendrá para que discutamos como le haremos en la noche-me aviso mientras escuchaba sus pasos retirarse, con toda la mala gana del mundo me separe de él notando que también estaba frustrado por el momento roto, sentí una lamida en mi mejilla de su parte y le regale una sonrisa antes de escaparme al baño, di el agua fría, me mire en el espejo y estaba más despeinado de lo normal, con solo ver mis ojeras se notaba que necesitaba dormir algo mas pero se veía imposible ahora, soltando un bostezo al menos esperaba que me despertara algo en la ducha, el agua fría siempre funciona, al menos hasta que comienza a calentarse, en ese instante podrias dormirte incluso parado.


-Soraaa-escuche un susurro en mi oído y su cuerpo se apegaba al mío haciendo que tuviera más calor que antes por nuestras pieles desnudas-olvidaste cerrar la puerta-se rio y entonces sentí los labios de mi amado en mi nuca provocándome un escalofrió.


-No recuerdo.....haberte invitado-gimoteaba intentando fingir enojo pero ello era imposible, menos cuando solté un gemido por una suave mordida que le dio a mi cuello, comencé a alterarme, más por como había comenzando a tocar mi entrepierna, cada vez más ardiente, más calor y eso no era producto del agua, ambos nos encontrábamos liberando nuestros deseos gimiendo el nombre del otro, me estaba por negar, tenía que detenerlo hasta que sentí su erección rozando mi entrada, temblé por completo, el solo deseo de estar unido a él me dominaba más que el sentido común-"tienes que poder sentarte, tienes que poder sentarte, tienes que......que......"-pensaba frustrado mientras sus dedos comenzaban a retorcer suavemente mis pezones y ambos ya estábamos endurecidos en un punto tal que era imposible regresar-Roxas-llame su nombre en un gemido volteándome para vernos uno al otro-tómame-le suplique alzando mis brazos y él se sonrojaba, estaba seguro de que estaba haciendo una expresión de total deseo pero no podía reprimirme más, tomo mi cadera, me alzo estampándome contra la pared y mis piernas se aferraron a su cadera.


-Gime mi nombre-susurro en mi oído y así lo hice, en un sonoro gemido de placer y dolor comenzaba a entrar en mí, mis uñas se clavaban en él, no estaba dilatado y por ello me dolía pero el saber que era mi amado podía relajarme-Mi amor-dijo cuando finalmente entro completamente y yo me retorcía ante aquellas dos simples palabras, como si fueran un afrodisiaco olvidaba el dolor, me aferraba a el desesperado y el besando mis mejillas comenzaba a moverse, el ruido de nuestras pieles chocando era opacados por el agua, aun así nuestros gemidos de placer eran más fuertes, más necesarios y más excitantes para ambos.


-Roxas....Roxas...-gemía intentando no cerrar mis ojos, no cuando tengo una hermosa imagen frente a mí, sonriéndome sonrojado, un brillo de deseo en sus ojos, el agua cayendo por su pecho y sus cabellos húmedos, todo eso era mío, todo eso es mío y así será-Ahhh-gemí con fuerza cuando golpeo un punto sensible, se detuvo por completo, lo mire frustrado por ello y terminamos en el piso, alzo mis piernas, las coloco sobre sus hombros viéndome con una sonrisa burlona mientras parecía esperar algo-No pares....Romeo, mi Roxas te necesito-le suplicaba con unas leves lagrimas asomándose por mis ojos, desperté a la bestia que se controlaba, se abalanzo a morder mi cuello y sus dientes se encajaron al tiempo que arremetía mi cuerpo nuevamente, ahora realmente grite de placer, lo aferraba a mí, no permitía que se alejara mientras a cada embestida seguía creyendo que me mataría pues me llevaba y me regresaba del cielo, nuestras lenguas jugaron, palabras de amor y lujuria en nuestros oídos, su mano comenzó a masturbarme y con ello me hacía retorcer más fuerte, deseaba que esto continuará siempre, que este placer me invadiera una y otra vez pero ambos íbamos al límite, las marcas en nuestros cuerpos eran las pruebas, las mordidas a mi cuello y pecho, mis arañazos a sus hombros y espalda, como íbamos humedeciéndonos hasta el punto que no podían más nuestros cuerpos, tras un grito en que nos llamamos el uno al otro ambos terminamos más ensuciados de lo que habíamos entrado, respirando agitado no dejaba que se escapara ni él lo permitía conmigo, sentía esa calidez dominarme nuevamente, algo que desde hacía mucho no pasaba y que extrañaba.


-Se nos acabaron los condones, tranquilo, no pasara nada-me calmaba besando uno de mis ojos obligándome a cerrarlo, que ambos estuviéramos limpios era una ventaja-aunque honestamente extrañaba esa expresión, ya sabes, cuando termino en ti-me señalo acariciando mi mejilla, solo de éxtasis podría ser pues no creo poder hacer otra, lentamente salió de mi para que pudiéramos abrazarnos complacidos, no faltaba decir que ahora si necesitábamos un baño de verdad, más bien él me estaba bañando pues yo estaba quejándome de mi pobre y adolorido trasero, pero a pesar de todo sentirse amado es hermoso, y que él y yo podamos hacer estas cosas lo es aún más.


-Pedir que dejen de fornicar por un día es imposible ¿verdad?-nos cuestionó Iris visiblemente molesta una vez que ambos bajamos ya vestidos, tuve que desviar la mirada por la vergüenza, ¿por qué diablos grito tanto?, okey eso no ayuda, es más culpa de mi amado eso, Roxas se acercó a ella y enseguida pensé que se pondrían a pelear.


-Lo comprenderás cuando te enamores, es más por el deseo de estar unido con el otro-le respondió con toda calma dándole unas leves palmadas en su cabeza, no habría que imaginar la expresión que tuvimos ambos por esa actitud, casi se nos cae la mandíbula hasta el suelo pero estaba más aliviado que nunca por como ella asentía levemente, creo que su aire hostil descendió un 80%, es decir, estaban desayunando muy normal, algo malo había pasado, algo me decía que no la veía de la misma manera y recordé lo que ocurrió hace un dos, aquella mirada de rabia, tristeza, como se aferró a mí en ese instante y dijo que había sido una broma, soy tonto pero no tanto, algo me decía que Roxas sabía lo que había hecho, Iris tenía que ver en algo y un sentimiento de traición llego a mi pecho, esta desvió su mirada hacia mí y se vio confundida, quizás estoy exagerando, quizás solo me estoy volviendo paranoico y eso tiene motivos, con Riku amenazando y con ese evento no puedo culparme de estar tenso.


-Sora-escuche que me llamaban regresándome a la realidad, me senté junto a él algo adolorido, beso mi mejilla pidiendo disculpas pero yo se lo regrese calmándolo, comenzó a darme de comer como si fuera un infante y gustoso lo recibió hasta que tocaron a la puerta, mi prima sonriendo fue a atender dándome un leve tiempo a solas que Roxas aprovecho, lamentablemente un leve beso pero lleno de amor así que lo aproveche, regreso únicamente con unas cartas y se veía decepcionada.


-Oh miren, una carta de Vani-anuncio ella y al instante nos concentramos en ella-dice que está bien, las clases son aburridas, oh parece que encontraron un buen departamento para vivir juntos-iba relatando y me imaginaba esa escena comenzando a morirme de celos, parecían una pareja de casados, solo le faltaban los anillos-y el primer día que fueron al instituto Ventus grito con un megáfono que él era su novio y que nadie se le acercara-concluyo ella y al instante nos comenzamos a reír, que peor modo de empezar realmente, que delaten tus preferencias sexuales frente a todos, conociendo a mi hermano estaría furioso, conociendo a Ven ahora mismo le estaría suplicando que no se enfadara haciendo expresiones tiernas, definitivamente son el uno para el otro, totalmente opuestos.


-Me pregunto cuando nos iremos tu y yo a vivir solitos-me susurro Roxas en mi oído bastando para ponerme nervioso, también bastando para que le llegara la caja de cereal en la cara de parte de mi prima, mientras ambos discutían ese tema comencé a revisar el resto de las cartas, lo raro fue una que era para Iris, sin embargo estaba sellada con el símbolo de una rosa negra, estaba por abrirla hasta que ella me la arrebato de las manos.


-¿De quién es?-pregunte de curioso pero no pude verla más, la escondió en su pecho y honestamente no soy tan suicida como para revisar ahí, pero lo que de verdad me intrigaba era la expresión seria que tenía, apenas pudimos terminar de comer sonó nuevamente el timbre, nuevamente ella fue a abrir y esta vez sí fue su amiga Xion quien llego, nos saludó tímidamente con la mano a la distancia, de algún modo ella me recuerda a Naminé y las ganas de tirarle algo en la cara siempre eran grandes, luego recordaba que era la única amiga de mi prima y que ella no era una amenaza para mi relación, solo así me podía mantener normal....bueno, "normal" entre comillas.


-Muy bien esta es la primera vez que ambos irán así que tenemos que planear bien para que nadie se entere de lo de ustedes-menciono mi prima y a la fuerza tuvimos que asentir, honestamente no creo que haga mucho chiste en nuestras familias que sepan que sus hijos son homosexuales, aunque quizás Vanitas y Ven eran algo obvios, pero definitivamente no haría chiste que sepan que sus dos hijos lo son, es decir, ¿se pueden tener hijos en ese tipo de relación?, que yo sepa no, aunque conociendo a Ventus y su perseverancia algún día llegara a casa con un niño diciéndole que mi hermano es su papa, aff espero que estén bien.


-Entonces eso es lo que haremos, aunque espero poder aguantar-accedió Roxas tomado mi mano con una sonrisa.


-Esperen, ¿qué haremos?-cuestione confundido y todos me vieron molestos por haberme distraído-perdón-gimotee haciendo una expresión de cachorro herido, estuve así unos segundos y todos dieron un suspiro dando a entender que lo repetirían, saber parecer adorable y apenado tiene sus ventajas realmente.


-Ellos quedaron en que se juntaran las familias en la entrada del lugar, cada uno ira con quien, tú con Xion y yo con Roxas, es el único modo en que nos permitan ir por nuestra cuenta-me fue explicando mi prima y tendría sentido pues nunca había visto a la chica que acompañaba a Vanitas-en resumen será esto, se presentan, fingen escuchar pero no dan respuesta, nuestro abuelo hace sus anuncios y nos devolvemos a casa, sus padres volverán a irse en sus viajes a la mañana siguiente así que solo tendrás que soportar el día y la noche sin Roxas-me explico lo más resumido que pudo, no parecía mal plan, tendría que actuar entre las molestias y el discurso, así es, Riku es hijo de un empresario así que lo más probable es que si lo llegue a encontrar, matare dos pájaros de un tiro.


-Los pasan a recoger a las 8, aún tenemos mucho tiempo, en fin será mejor que vaya a casa, no hará mucho chiste que se enteren que me estoy quedando aquí-suspiro mi amado levantándose y besaba mi frente, enseguida comencé a tener pensamientos terribles a cada paso que daba, no podía permitirlo.


-¡Voy contigo!-grite con fuerza asustando a más de uno en ese momento-es decir, no te veré hasta la noche, debes dejarme al menos caminar contigo-proteste como si fuera un infante inflando mis mejillas, parpadeó un par de veces y tomo mis mejillas acariciándolas bastando para sonrojarme por cómo me miraban ellas dos.


-Entonces vamos ya, creo que tengo otros planes ahora-me indico frotando su nariz con la mía y ya para ese entonces debía parecer un tomate, solo pude ver un flash y lo tome de su mano para escapar de la vista de ellas, claro puedo permanecer calmado estando a solas pero que me vean otros ahí ya da pena, más cuando ahora debían estar chismoseando sobre lo que vamos a hacer.....¿qué vamos a hacer?.


-¿Que vamos a hacer?-le cuestione deteniéndome de golpe y el chocaba con mi espalda debido a estarlo jalando todo el tiempo, se quedó viéndome un momento y entonces comenzó a reírse ocasionando que le inflará las mejillas ofendido, mordiéndome una esta vez le toco guiarme, apretaba su mano con la mía y el me correspondía sin importarle que estaba la gente a nuestro alrededor, es cuando estás tan seguro con tu pareja que no pareciera importarte pues son extraños, no te afectan en mucho, ojala fuera así con nuestras familias, que solo se alegrarán cuando se enteraran que somos parejas, que nos dieran su apoyo y ánimo para que sigamos juntos, un pequeño sueño que la realidad siempre rompe, es triste la verdad.


Pero bueno uno no puede deprimirse tanto por ello, la vida es dura y tiene momentos horribles pero hay que saber vivir con ellos, nada mejor para animarse que unos helados, un tiempo a solas en nuestro lugar especial, como acariciaba mis cabellos mientras me acomodaba en su hombro, nuestras respiraciones relajadas, un escape a la realidad, un mundo donde solo estábamos nosotros dos bajo aquel árbol que dejaba pasar la luz entre sus hojas, si pudiera ver la escena que formamos se quedaría en mis memorias, aunque siempre uno disfruta más estando en la escena.


-¿Te casarías conmigo?-escuche salir de sus labios y abrí los ojos de golpe creyendo haber escuchado mal pero ese sonrojo y como su mano temblaba parecía decir que era enserio-me gustaría mucho vivir mi vida contigo siempre a mi lado, sé que esa apresurado o tonto pero bueno-suspiro tomando mi mano-cuando conoces a la persona correcta solo eso deseas-se reía nervioso, si él estaba así, ¿cómo cree que yo estoy yo?, sudando como un cerdo probablemente, a punto de tener un infarto o con el rostro tan rojo que podría tener una hemorragia nasal, volteo a mirarme, apego su mejilla a la mía y comenzó a reírse más relajado-tomare esa expresión un si-me dijo como si fuera evidente la respuesta, así lo es, que se puede hacer más que aceptar cuando estas perdidamente enamorado de alguien?, solo asentir, abrazarlo y besarse disfrutando el momento que se hace más dulce con una simple propuesta.


-“Es por eso y más que Riku debe desaparecer”-esa voz me recordó y una sonrisa era mi afirmación a esa idea, ahora no podía tener dudas, no cuando un futuro con esa propuesta me esperaba, sonó su celular, vimos que iban a ser las 5 y el suspirando se levantó ofreciéndome su mano, la acepte y ambos fuimos hasta su casa, me despidió con una expresión de total pereza, seguramente tendría mucho que limpiar y honestamente me habría quedado a ayudarle si no fuera porque tengo que prepararme yo también, apenas se cerró la puerta fui corriendo lo más apresurado a mi casa, no podía confiarme en ningún momento que estaba solo en las calles, a cada callejón que pasaba no dejaba de imaginar que ese desgraciado saldría, me acosaría y en mi situación actual lo máximo que podría hacer seria golpearlo pero no creo que venga sin algún chantaje o algo similar, sabe que soy peligroso.


-Ya llegue-anuncie apenas entre en mi casa respirando más normal, todo estaba en silencio, se veía muy ordenado y limpio, mejor que otros días-Iris, si estas molesta porque no te ayude a limpiar perdóname, prometo hacerlo todo yo otro día…. ¿Iris?-cuestione preocupado por ese silencio tan de cementerio, comencé a subir la escaleras, toque a la puerta de su habitación y no recibí respuesta así que decidí entrar, estaba en su cama sentada mirando por la ventana, llevaba unos audífonos y en su regazo estaba aquella carta que no me dejo leer, me acerque un poco, parecía mirar el atardecer y estaba por tocar su hombro hasta que por algún motivo no me atreví por lo que se reflejaba en sus ojos.


Odio


Una mirada hostil, una que parecía desprender malas intenciones e instintivamente retrocedí un paso, ella volteo su mirada hacia mí, un escalofrió me recorrió por completo, al dar un paso hacia atrás me tropecé con su zapato y termine sentado en el piso, el dolor fue opacado por el miedo y cubrí mi cabeza con los brazos temeroso de un golpe.


-Sora te he dicho que toques la puerta, ¿por qué te cubres?-me cuestiono y alce mi mirada hacia ella, se quitó los audífonos, sus ojos volvían a ser los expresivos de siempre y confundido me comencé a reír un poco, ella inclino su rostro confundida y me levante rascándome la nuca apenado-aún falta limpiar tu cuarto y el que ocupa Roxas, te toca encargarte y también de los baños-me señalo volviendo a colocarse los audífonos y me sacaba la lengua como burla, infle las mejillas por odiar esa idea pero agradecía que no hubiera entrado en la mía, la deje sola, mientras ordenaba todo me preguntaba que era esa mirada que nunca había presenciado, supongo que no la conozco tan bien como yo creo, o al menos no esa expresión.


Las 7 de la tarde, cansado pero todo estaba limpio, al menos las cosas que me toco, fui hacia mi habitación, un corto baño pero suficiente para relajarme y entonces vi el smoking que debía usar, algo elegante para mi gusto pero era un evento demasiado formal, enseguida me lo probé, me quedaba bastante bien aunque apenas estuviera colocándome la camisa, vi que en las mangas me quedaría espacio y entonces supe que mi idea funcionaria, me dirigí a la tabla, saque con cuidado el pequeño paquete, lo coloque con cuidado en mi escritorio y entonces comencé a sacar mis utensilios.


Veneno.


Algo cliché pero no podía mancharme con sangre, dos motivos, llamaría la atención y porque en caso de envenamiento la culpa caería sobre el que preparo la comida, lo siento por el pero si alguien tiene la culpa es Riku, claro que no podía solo depender de ello, veía unos pequeñas jeringas, más bien dardos pues algo me decía que apenas se clavaran nada podría impedir que el veneno entrara, y eso me ahorraba trabajo, seguí un pequeño instructivo que estaba en la bolsa, solo podría llevar dos así que los cargue lo más que pude, les coloque una tapa plástica en las agujas y tome un poco de cinta adhesiva, coloque cada uno bajo mis mangas, las asegure con la cinta pero de un modo que me fuera simple sacarlas, mientras tuvieran la tapa estaría bien, me termine de vestir, no se notaban y eso me aliviaba, lo último eran unas pastillas de cianuro, las coloque en el bolsillo dentro de mi chaqueta, ahora si me sentía listo, me voltee un poco al espejo y mi expresión lo decía todo, soy un psicópata, un lunático pero todo por amor, y cuando alguien llegue a amenazarlo no dudare en destruirlo, no me importa quien sea, no importa cuantos, mientras Roxas no lo sepa sé que estaré bien, el fin justifica los medios.


-"Exactamente"-escuche esa voz en mi cabeza y sonriendo como de costumbre termine de arreglarme, me veía realmente bien, ensaye una expresión fría o imponente pero no soy nada comparado a Vanitas, tan solo espero que nadie me venga a molestar, un último vistazo y acomode en cada una de mis mangas uno de los dardos envenenados, mientras tuvieran la aguja cubierta no tendría peligro, el plan era fácil, encontrarlo, le ofrecía un trago envenenado y frente a todos se moría agonizando, si el idiota lo rechaza y me obligara a seguirlo para violarme a sangre fría le clavó el dardo y me deshago de él, al menos espero poder hacer algo mejor que eso, escuche unos golpes en la puerta de mi habitación, escondí el resto de las cosas donde siempre, respire profundo y le abrí la puerta a mi prima, llevaba un vestido a tirantes rosa con encajes blancos, la zona de los hombros estaba cubierta por unos trozos de tela impidiendo ver su cicatriz, se hizo una trenza y parecía algo maquillada, la verdad se veía muy bien, si no fuera por esa expresión que no me daba un buen presentimiento.


-Sora, no sé qué trames pero no hagas nada malo-me pidió mirándome de un modo serio, maldita sea su habilidad, esconderle un secreto es imposible-nadie sabe lo que ocurrió con Naminé, nadie tiene pruebas para culparte, te escapaste de eso pero para la próxima yo-no alcance a dejarla terminar pues mi mano tapó la su boca.


-¿Me delatarás?, ¿me entregarás?-le preguntaba sonando cada vez más molesto, se veía en sus ojos que no le gustaba nada mi actitud y una sonrisa burlona se formó en mí, avance hacia ella y alce su mentón para que me viera fijo-pequeña prima, deberías cuidar más tus palabras, realmente no quiero hacerte daño, pero si tengo que hacerlo para seguir con Roxas no dudes en que lo hare-le amenaza dispuesto a todo y ella abría sus ojos asustada, agarro mi brazo con sus manos y se separó tomado distancia.


-¡¿Es por ese idiota que te arriesgas tanto?!-cuestiono molesta y comenzó a torcerme la muñeca con fuerza-mírate, estás loco Sora y sabes que no puedes seguir así, necesitas ayuda, debes alejarte de el-me pedía aplicando ahora menos fuerza la cual aproveche para empujarla con mi brazo lejos de mí.


-Quizás si estoy loco, o quizás todos se meten en mi camino, lo amo, al fin lo tengo y no creas que lo dejare ir-le dije en cara dando un paso y ella retrocedió uno, me sentí mas imponente, no importa que tan fuerte te hagas físicamente, si no tienes una voluntad firme de nada te servirá, ella es la prueba de ello-esta noche se muere tu querido amigo Riku, ah espera, no es tu amigo ni nada, solo te usaba para intentar violarme y adivina que, lo logro-confesé con rabia y ella se veía asustada, se tapó los oídos y comenzó a mover su cabeza intentando negarse ello pero agarre sus manos separándolas-tu único amigo te uso, no es de extrañar, después de todo nadie querría a una bruja como amiga-le dije con toda crueldad en su rostro, caí de rodillas al piso, me agarraba el estómago donde me había llegado un golpe y no podía creer la fuerza que tenía, me agarro del cuello con su mano, me lo apretaba con demasiada fuerza y nuevamente vi aquella mirada en sus ojos.


-Escúchame muy bien idiota, hoy tengo asuntos, he esperado mucho tiempo por esto y nada ni nadie me lo va a arruinar ¿entendiste?-gruñía ella y sentía que el aire me estaba faltando, no entendía de que estaba hablando pero debía defenderme, mi mano se dirigió a mi manga, iba a sacar uno de los dardos hasta que ella me soltó dejándome en el suelo, tosía fuerte, tuve un escalofrió y su mirada era la causa.


-¿Quién eres?, no pareces tu misma-gimoteaba sin comprender nada y ella me levanto del brazo dándome una fría sonrisa-e-está bien, solo mantenlo lejos de mí-le pedí sabiendo que no podría ganar, todo el valor se me fue del cuerpo, comencé a entender porque la llamaban bruja pero aun así debo admitir que me pase de la raya.


-Has cambiado-susurro llamando mi atención y veía su triste expresión-y para mal, porque yo ya no te reconozco-concluyo bajando su mirada y me daba la espalda para irse a su habitación, me quede en el piso un poco más, pareciera que ella fuera bipolar o algo así, pero más que nada maldecía a cada momento mis palabras, ¿realmente he cambiado tanto?, las personas siempre cambiamos, es normal ¿o no?...ya no importa, no tengo tiempo para lidiar con ello pues sonó el timbre de la casa, baje a la sala, ella se terminaba de arreglar ante el espejo y abrió la puerta, tuve que permanecer firme y controlarme, mis padres entraron a casa, me acerque a ellos y les bese la mejilla a cada uno, si, solo eso pues desde que trabajaban con mi abuelo Xehanort no me parecían mas mis padres, eran más fríos, eran más desatentos hasta el punto que llamarlos padres parecía un título nada más, dos personas que debo respetar pero sin mucho sentimiento de apego hacia ellos.


-La casa luce bastante bien, parece que ambos han madurado bastante-murmuraba mi madre observando la sala de pies a cabeza, mi padre nos observaba a ambos por como íbamos vestidos, comenzó a arreglarme la corbata que estaba un poco torcida y sus palabras me molestaban, decía que era alguien grande y aun no sabía amarrar una corbata, mi madre comenzó a deshacerle el cabello a Iris para hacerle exactamente el mismo peinado, criticando su figura y de que de algún modo no parecía haber crecido mucho, ambos debíamos soportar esas críticas cada visita, al menos últimamente, por favor que la noche pase rápida, solo eso pido.


Así estuvieron aproximadamente 20 minutos, hablamos sobre mis calificaciones, sobre comportamiento, ellos presumían los lugares que habían visitado, los contratos, al menos nos hubieran entregado un recuerdo o algo similar, mas pareciera que hablan de lo felices que eran estando solos, no sirve preocuparse de eso supongo, no tendría libertad si estuvieran aquí siempre, sonó una alarma, ambos se levantaron y apagaron todas las luces para que saliéramos de casa, nos subimos a un automóvil y aun durante el viaje ambos nos veíamos tensos, sentía que por los espejos retrovisores no dejaban de vigilarnos y no era agradable, aproximadamente 30 minutos creo de un cruel y tenso silencio hasta que llegamos, una enorme mansión, poseía unos patios bastante amplios y enormes que honestamente parecía imponer que era bastante costoso ese lugar, atravesamos la enorme reja, estacionamos entre los múltiples y lujosos autos que habían por todo lugar, apenas sentí el aire de la noche me sentí peor, el lugar era aterradoramente agradable, estatuas, estanques, mucha vegetación, incluso había lo que parecía ser un laberinto enorme hecho de arbustos, aun asi con todos eso la gente adinerada parecía pasar por alto todo, las luces se veían por las ventanas, música clásica, no pude evitar pensar que sería como un baile o algo así, estábamos por entrar hasta que mis padres nos tocaron el hombro a ambos.


-Recuerden bien, la imagen lo es todo, una mala imagen significa una mala familia, una mala familia significa una mala empresa, y cuando hay una mala empresa saben lo que significa-nos recordó con un tono amenazante que solo me daba mala espina, se lo mucho que significa pero para que lo digan así pareciera como si estuvieran asustados, ambos afirmamos y entramos finalmente, un enorme salón, mesas enormes y largas con comida y tragos, un escenario con diversas pantallas, seguramente para el discurso que daría mi abuelo al final, lo incomodo era que habían demasiadas personas para mi gusto, seria difícil encontrar a alguien si te pierdes, lo peor era que se podía ver como estaban vacíos, en sus rostros veías falsas sonrisas, demasiado obvias, las personas más jóvenes estaban rodeadas por mayores que solo en sus ojos se veía la codicia y en algunos la lujuria, por eso supe que jamás me gustaría esto, es un nido de buitres avaricioso y despiadados.


-Ah, Xion-escuche a mi prima y entonces voltee mi rostro para ver a Roxas en compañía de sus padres y ella, disimuladamente me guiño un ojo y yo le sonreí a mi rubio, tal y como acordaron Xion se colocó a mi lado y Iris al lado de él, los padres del contrario se analizaban uno al otro, como si intentaran mostrar un defecto o algo en que presumir, al parecer no pudieron y ello me aliviaba, pensé que estaría más tranquilo pero no fue así, cada grupo se fue por lados opuestos, y al mío le toco el peor, en el lado opuesto del enorme salón podías ver a la gente más siniestra, representantes de mafia que llegaba a controlar mi abuelo, y para mi mala suerte fue a quienes primero tuvimos que saludar.


-No parecen la gran cosa-

-Solo son unos chiquillos-

-Pero son parientes del jefe, trátalos con respeto-

-Rebajarme a este nivel, que humillación-

-El mundo lo mueve el dinero, deja tu orgullo, créeme que lo vale-


Eran mayoritariamente los comentarios que escuchábamos de las personas a mi espalda, que mis padres hablen tan normal con ellos, o más aun, que nadie parezca extrañado de que aquí haya mafiosos realmente es perturbador, te hace cuestionar tu familia pero si lo dices en alto terminas muerto, aguantando y fingiendo escuchar sus pláticas finalmente mis padres se concentraron solamente en ellos para dejarme escapar, di la vuelta para escapar casi chocando con un hombre pero el shock me hizo quedar viéndolo fijo.


-¿Ocurre algo?-cuestiono Xemnas observándome confuso, exacto, el mismo maldito al que le compre el cianuro ahora también estaba en la fiesta-¿nos hemos visto antes?-me cuestiono y enseguida le negué extendiendo mi mano hacia el como un saludo-quizás te conozco por Riku, en fin-suspiro antes de alejarse mientras yo me quede en mi lugar asegurándome de que se fuera, creo que será divertido, matare a Riku con el mismo veneno que él me vendió, claro que lo primero es lo primero, encontrarlo y el resto debo hacerlo sencillo, claro que no me esperaba que Xion me estuviera siguiendo, esperaba que apenas entráramos ya la hubiera perdido de vista, aunque para esa expresión tan seria me daba mala espina, ¿me estaba vigilando?.


-“No tenemos tiempo, ella caerá primero”-escuche la voz y estaba por darle la razón, no tengo tiempo para lidiar con entrometidas pero ella avanzo más rápido con una sonrisa, vi más al frente y ahí ubique a mi prima hablando con la única persona que aun parecía conservar su humanidad, mi abuela, hablando animadamente con mi ella y ambas se reían, me hizo una señal de que me acercara y no me quedo de otra.


-Me alegra verte Sora, espero que hayas seguido siendo niño bueno-me dijo pellizcando mi mejilla con un leve tono coqueto haciéndome sonrojar, como pude afirme pero sirvió para relajarme, al menos mi abuela no era tan codiciosa como todos parecían y ello me aliviaba.


-Sí, realmente es un gusto verlo-escuche la voz de Xehanort haciendo que me volteara, venía con una copa de vino en la mano, la mecía levemente y esa mirada hacia a muchos apartarse de su camino-espero disfrutes la fiesta, hazme un favor y deja esto en mi respaldo pequeña-le indico a Iris tirándole prácticamente en cara su gabardina, mi abuela se la quitó y se la entregó en las manos, aun no entiendo como alguien tan dulce como ella puede amar a mi abuelo, es decir, ahora mismo está tratando a toda la gente cercana como si fueran sus esclavos y ellos le lamen las botas como tal, todo por su favor y aceptación, patético. Al menos es la distracción necesaria para retirarme, si ella estaba aquí entonces mi amado estaría cerca y no me equivoque, mi ángel de cabellos rubios estaba en una de las mesas comiendo tranquilamente, o al menos intentándolo pues dos hombres intentaban hablarle desesperadamente siendo ignorados, me acerque a él, me sonrió y me ofreció algo de comer cosa que acepte, viendo que ambos los ignorábamos decidieron irse y muchos nos daban la espalda.


-Te vez muy bien-susurro en mi oído y me sentí alagado, él se veía mejor, parecía un caballero, mi caballero en un smoking negro, las ganas de lanzarme a abrazarlo eran suprimidas por las pocas miradas de los presentes, no solo sobre mí, se notaba que planeaban abordarnos para alguna platica y yo solo buscaba el momento oportuno para escaparme con él, nunca llego, cada vez había más gente vigilándonos, quizás cuestionándose donde estaban nuestras acompañantes, más probable pensando en que la cercanía entre nosotros significaba algo en especial, mi rubio pareció pensar en lo mismo y se separó un poco de mi para mi molestia.


-Disculpe joven-le llamo la atención un mesero a Roxas-el joven de la esquina le envía este papel-nos anunció mientras entregaba un pequeño pedazo doblado y se retiraba, ambos volteamos la mirada a ver quién era y la sangre me llego a hervir de rabia, Riku muy tranquilo nos observaba desde lejos, bebía una copa de vino viéndonos con un claro deseo de hacer algo que solo yo puedo hacer con mi amado, las ganas de ir corriendo hacia el para matarlo eran enormes, mi amado abrió el papel, me puse a su lado para leer y un terror me invadió.


-“¿Disfrutas con el lindo Sora?, si quieres ver algo divertido sobre el ven solo a la tercera habitación a la derecha del primer pasillo, no te arrepentirás, porque si no vienes podría revelar cierta relación entre ustedes”


Un escalofrió recorrió toda mi espalda, alce mi mirada hacia la de él y este no me observo en ningún momento, se veía molesto, lejos de ello, se veía rabioso, respiro profundamente y me indico que no lo siguiera, lo veía alejándose, tenía miedo, estaba aterrado por lo que fuera a mostrarle el desgraciado, di un paso dispuesto a seguir y el alzo su mirada por su hombro, me quede estático, nuevamente esa fría mirada, esa mirada que parecía completamente diferente a la del rubio amoroso y cálido del que me enamore, una sonrisa siniestra y comenzó a alejarse, apenas se perdió de vista pude reaccionar, no importaba esa mirada, no importaba nada más que evitar a toda costa que fuera a hacerle algo malo a mi amado, gracias a la gente mientras avanzaba podía pasar desapercibido, mi corazón latía fuerte, un mal presentimiento abarcaba cada uno de mis pasos, llegue al primer pasillo, escuchaba algunas voces y otros sonidos nada agradables, tercera puerta a la derecha, escuchaba unas leves voces, abrí lentamente la puerta, los veía a ambos mirándose fijamente pero manteniendo distancia, la cerré y entre en la puerta siguiente, todas las habitaciones estaban conectadas por una puerta entre ellas por algún motivo, apenas entre en la cuarta habitación abrí levemente la puerta que conectaba a la tercera donde ellos estaban, ahora si podía pasar desapercibido y verlos, mejor aún, escucharlos.


-Calma rubiales, te aseguro que esto vale la pena-le aseguraba Riku con su sonrisa soberbia de siempre-te llame para mostrarte un video muy especial sobre tu noviecito Sora, estoy seguro que esto cambiara tu forma de verlo-le proponía sacando una cámara de su bolsillo, mi corazón se comprimió, comencé a sudar asustado, mi rubio le sonrió extendiendo su mano para recibirla, que no fuera eso, todo menos eso, que le muestre como me cortaba o incluso que mate a Naminé pero todo menos cuando me violo, la tuvo en sus manos, parecía observarla unos momentos y sabía que si lo veía ya no podría verlo a la cara, estaba por dar un paso e impedirlo hasta que le tiró la cámara en la cara tirándolo en el piso, me quede estático por ello y lo siguiente fue una patada al estómago de Riku.


-¿Planeas mostrarme algo para hacer que lo vea mal?, ¿o quizás un tonto video de nosotros?-le preguntaba colocando su pie en el abdomen de el para impedir que se levantará, un escalofrió de miedo me recorrió cuando Roxas sacó un cuchillo de su manga y le amenazo el cuello con este-escucharas lo que te voy a decir, te lo grabarás en la cabeza y nunca más volverás a acercarte a mi o a Sora-iba indicándole y el cuchillo descendía esta vez hacia el pecho del albino-si tu o alguien me intenta alejar de él, lo mato, no me importa quien sea, no importa lo que tenga que hacer, me quedare con mi amado Sora hoy, mañana y siempre, ¿entendiste?-le cuestiono separándose un poco, apenas lo suficiente para que asintiera, yo no podía respirar por algún motivo, la última bocado de aire salió de mis pulmones cuando vi cómo le apuñalaba la pierna, le cubrió la mano con su boca e iba encajando el cuchillo cada vez adentro, su pantalón ya se estaba tiñendo por la sangre, Riku parecía querer gritar de dolor hasta que soltó lágrimas, ahí no paro, seguía retorciendo el cuchillo como si quisiera agrandar más la herida y cuando creía que lo iba a matar fue cuando se separó de el-no lo olvides-dijo con un tono tan frio que yo solo quería escapar, escondió el cuchillo en su manga, camino hacia la cámara, la piso haciéndola pedazos y entonces se fue, veía a Riku mordiéndose los nudillos intentando aguantar el dolor y se arrastraba lentamente hacia donde estaban los restos de la cámara, yo no me podía mover, no tenía interés de ayudarlo, pero tampoco podía matarlo por ver esa escena, sentí unas manos en mi boca y algo me jalaba hacia atrás sacándome de aquel lugar.


-¡¿Sora que hiciste?!-me cuestiono mi prima viéndome enfadada, comencé a negar con mi cabeza y ella se quedó quieta unos instantes, balbuceando intentaba explicar, pero ni siquiera yo podía entenderme, su rostro ahora mostraba preocupación y me dio una bofetada lastimándome pero ayudándome a concentrarme-ahora sabes lo que se siente, sabes que se siente ver como alguien que amas está por asesinar, tú lo provocaste Sora, tu creaste al Roxas que ahora ves-me acusaba con su dedo y yo la empuje escapándome de su alcance, no, no podía ser verdad, mi Roxas jamás mataría a alguien, yo lo podía hacer, solo yo podía condenarme a un castigo horrible pero no el, Roxas no podía ser aquella persona que vi, con esa expresión de que disfrutaba ver como alguien sufre ante sus ojos.


-"Te equivocas, eso es bueno, eso significa que es nuestro"-decía la voz y yo caminaba apresurado tapando mis oídos-"es nuestro, su corazón, su mente, su felicidad ahora solo depende de nosotros, nunca nadie nos separara"-seguía hablando pero ahora era tarde para escucharla, mi prima estaba en lo cierto excepto por una cosa, yo soy la mala influencia, yo soy quien ha corrompido a mi dulce Roxas hasta este punto, solo yo.....yo soy el culpable, todo esto fue mi culpa, salí a uno de los balcones cercanos, me afirme al barandal viendo la noche y comencé a llorar, si no hubiera sido débil, si hubiera dicho mis sentimientos en un inicio y no los hubiera reservado, quizás hubiera tenido un rechazo, quizás me hubiera aceptado a lo largo, ahora mismo estaríamos besándonos en este lugar y nos sonreiríamos como dos buenas personas, dos personas sin ningún pecado ni ninguna culpa persiguiéndonos, todo fue mi culpa.....todo fue mi culpa.


-Sora-escuche un susurro y las puertas se cerraron, no pude voltear antes de que me jalarán y mis labios fueran apresados por los suyos, unos ojos azul profundo, su cabello rubio y entonces rodee su cuello con mis brazos, le correspondía, llorando le correspondía pues mi mirada se perdía en ese azul que parecía haber perdido brillo, igual que esa mirada con la que amenazaba a Riku-al fin estamos junt os, así nos quedaremos mi amor, siempre estaremos juntos-susurraba en mi oído abrazándome, un tono frio, un tono de que sonaba más como una amenaza hacia el mundo que no nos oía, se separó para que nos viéramos uno al otro y limpio mis lágrimas con sus dedos-te lo prometo, no importa lo que tenga que hacer, por eso no llores Sora, mi bello Sora-me pedía extendiendo sus manos hacia mí y un brillo psicótico adornaba esa mirada, ¿qué te he hecho Roxas?.


-Perdóname-gimotee haciendo que él me viera confundido-perdóname-repetí acercándome a el-perdóname por favor-le suplique abrazándolo y volvía a llorar, soy débil, soy tonto, soy un asesino y ahora he corrompido a la persona que más me importaba, ¿qué clase de persona soy?, ¿amor?, ¿es eso lo que me obligo a hacer eso?, no, solo es la enfermiza obsesión que siento por él, no sé qué hacer, solo puedo llorar como el debilucho que soy.....solo llorar.


-¿Me viste con Riku verdad?-me pregunto y lentamente asentí-no tengo nada que perdonarte, más bien tu perdóname a mí, ¿te di un gran susto?-me pregunto acariciando mis mejillas, me sonroje un poco, nuevamente esa cálida mirada preocupándose por mí-no sé qué quería mostrarme pero confió en ti, sé que tú nunca me traicionarías-ya lo hice Roxas, ya lo hice-tu nunca me dejaras de amar-continuo y eso es verdad, nunca podría dejar de amarte-y que siempre estarás junto a mí.....creo que metí la pata, no creo que tú quieras...-no pudo terminar pues mis labios apresaron los suyos, lo hacía con cariño, lo hacía para calmarnos a ambos, es ahora cuando la cordura vuelve, cuando disfruto de aquello sin ninguna preocupación más hacia mi ser, no quería pensar en nada mas pero debía hacerlo, solo que esta vez no es por él, es por mí, Iris tenia razón, necesito ayuda, necesito poder liberarme de lo que este destruyendo mi mente, por él, para poder seguir viendo esa mirada tan cálida en mi Roxas, esa mirada que me enamoró desde un principio, es por el que peleare contra esta locura.


-¿Te parece si nos quedamos aquí un poco más?-le propuse sin deseos de entrar, menos cuando estaba tan a gusto, el parecía sentir lo mismo, sin darme cuenta comenzamos a hablar relajadamente de lo horrible de este lugar, no un tema romántico que digamos pero honestamente es preferible, escuchamos gritos de rabia desde el interior, de curiosos nos asomamos, venían desde el escenario y conforme iba avanzando me sentía mal, un ambiente tenso, las miradas no se apartaban de nosotros dos, no estábamos tomados de la mano, manteníamos una distancia entre nosotros, pero pareciera que les diéramos asco, pasamos algo de gente y el color se me fue del rostro.


Un video.


Lo busque con la mirada, encontré a Riku en compañía de su padre y Xehanort viendo la grabación, alzo su mirada encontrándose con la mía y me enseño con sus dedos una tarjeta de memoria…no se rompió, todos veían ese video besándonos, riendo, diciéndonos palabras dulces hasta uno en que hacíamos el amor, los susurros se volvían más grandes, más bien ahora eran gritos de desaprobación pero eso no era lo que me asustaba, eso paso cuando mi abuelo volteo a mirarnos con una clara expresión de rabia, una tal que muchos tomaron distancia de nosotros y tuvimos que retroceder, mala idea, estábamos por terminar contra una de las paredes, las miradas nos acosaban a ambos, mi amado no estaba mejor, sus manos estaban temblando, estaba pálido pero todos solo nos miraban incapaces de hacer algo, más bien sin la aprobación de mi abuelo quien era más espeluznante con aquella sonrisa en su rostro.


-Creo que todos los presentes estarán a favor de despedir a nuestros jóvenes invitados-se reía mi abuelo y esa palabra solo significaba una cosa, tome la mano de Roxas, lo apreté junto a mí y eso causaba una mirada de odio y repulsión hacia nuestro ser, buscaba con la mirada el apoyo de mis padres, se supone que soy su hijo, ¿dónde están para protegerme?, ¿por qué no nos ayudan a irnos?, entre más se acercaban más retrocedíamos y la puerta era la única salida, con ellos viéndonos sería imposible, más bien seríamos atrapados enseguida....¿perdimos?.


-Oye anciano-escuchamos una voz desde el escenario logrando desviar la atención de nosotros levemente y entonces se escuchó el sonido de una pistola cargándose-¿y si mejor te despido a ti?-todos volteamos la mirada y más de uno mostro una expresión de terror.


Iris estaba amenazando a Xehanort con un arma.
Notas finales:

nyan nyan nyan nyaaaaaaaaaan, el neko merece reviews?

 


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