Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Obseción por Riolu

[Reviews - 105]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

NYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAN DISCULPEEEEEEEEEN, estupido internet que no me lo venian a arreglar y que luego tuve que cambiar a otra compañia, realmente horrible todo un mes sin internet, en fin, aqui la gente da opinion, el siguiente cap puede ser de Vanitas y Ventus o pondria un epilogo, pero igual me quede triste con este cap, espero que les guste y gracias por apoyarme todo este tiempo, nyan nyan nyan desde el punto de vista de Sora, los personajes no me pertenece, sino a Square enix nyan 

Dicen que la vida te pone desafíos para poder ponerte a prueba, si los consigues pasar significa que has madurado, que puedes seguir viviendo y conseguir la recompensa llamada felicidad, pero entonces surgen algunos obstáculos que te frenan, te muestran que hay cosas que no se pueden solucionar y entonces uno supuestamente debe pasar de ellos, los momentos tensos son parte de eso, me gustaría que alguien imaginara un momento tenso, el mayor que haya pasado en su vida, me pregunto si sería mayor que el que estaba viviendo ahora, primero se muestra un video en el cual Roxas y yo hacíamos el amor, toda la atención y miradas hostiles de la gente se dirigieron hacia ambos, tras ello mi abuelo Xehanort dice que nos despedirán a ambos, y eso solo quiere decir una cosa, que nos mataran como unos animales de corral que ya no sirven, nosotros asustados retrocedíamos y entonces me preguntaba dónde estaban mis padres, aquellas personas que supuestamente lo eran y que ahora me miraban del mismo modo que ellos no podían ser, ¿dónde fue que mis padres murieron?, esas personas iguales a ellos no podían serlo, ya no veía esa mirada cálida en mi madre, esa sonrisa de mi padre que decía que todo estará bien, solo veía a dos buitres más en aquel nido empresarial, unos que solo deseaban dinero y una buena imagen nada más, hubiera querido llorar, quería gritar pero eso no ocurrió, porque justo entonces ocurrió lo más dramático,  mi prima apuntaba con una pistola a la cabeza de mi abuelo y se veía demasiado calmada.


-Bien bien bien, parece que ya has jugado mucho pequeña bruja, ahora deja de molestar, entrega ese juguete y hare de cuenta que nada paso-propuso Xehanort tan tranquilo como si fuera un simple juego, como si su vida no peligrara, extendió su mano hacia ella, dio un paso y fue un error, ella sonrió y apunto a la pierna de Riku, pude ver una clara rabia en esos ojos verdes y entonces un disparo ocurrió, soltando un grito el albino cayó al piso, se agarraba la pierna adolorido maldiciéndola a cada instante a medida que una alarmante cantidad de sangre salía de la herida, todo mundo parecía perder la voz al notar que eran balas de verdad, tome la mano de Roxas, este me la apretó indicando que estaba igual de asustado.


-Querido abuelo, lamento decirte que esto no es un juego, es una rebelión-le respondió Iris volviendo a hacer sonar el gatillo y por primera vez vi a mi abuelo con una expresión de total enfado-dicen que el castigo nos llega a todos en algún momento, este es el tuyo-le amenazo comenzando a avanzar hacia él, mi abuelo formo una sonrisa e hizo un silbido, seis hombres de negro salieron tras la cortina apuntándole a mi prima, me preocupe por ella, solo les dio un vistazo a cada uno y sus armas cayeron al suelo, ahora el asustado era mi abuelo.


-¿Q-que hacen idiotas?, yo soy su jefe, ¡yo soy su líder!-gritaba con rabia y miedo, todos los que estábamos ahí debíamos estar igual de confundidos, más bien impactados de que pudiera demostrar algo de terror.

 

- ¿Qué ocurre?-

-¿No se supone que son sus guardias?-

-Debe ser esa bruja, debe estar haciendo magia o algo, es un monstruo-

 

Esos eran mayormente los murmullos que se podían oír, ahora parecen mostrar alguna emoción, seguían esas palabras y me comenzaban a irritar por estar hablando mal de ella hasta que una risa cruel rompió todo el ruido, lentamente hacia el escenario subía mi abuela, un suspiro de alivio soltó mi abuelo al creer que tendría un apoyo, esa se desvaneció cuando ella termino colocándose del lado de Iris.


-Ya te lo dijo, es una rebelión querido, y acabas de perder-le dijo mientras los guardias le hacían una reverencia para recuperar sus armas, se colocaron a la espalda de ambas indicando de qué lado estaban y la rabia de mi abuelo parecía ir en aumento.


-¿Qué crees que haces?, ¡yo empecé todo esto!, ¡yo soy quien les ha permitido tener la buena vida que tienen!-gritaba ya completamente alterado mientras metía la mano en su gabardina ahora asustado-¡ladrona!, ¡esa arma es mía!-gruño apuntando a mi prima y ella asintió sin ningún tipo de vergüenza, tirarle la gabardina en la cara antes fue mala idea definitivamente.


-Exacto abuelo, tu empezaste la organización, tu convertiste algo honesto y con esfuerzo en un caos, mira en lo que se han convertido estas personas, con suerte tienen humanidad, y lo que tiene de humanidad es un asco-gruño ella enfadada dando un disparo que termino rozando el brazo de mi abuelo pero solo dejando una herida poco profunda-ahora nosotras la terminaremos, estas acabado, mira a tu alrededor, los que son tus socios ahora no hacen nada para ayudarte, y eso es porque saben que perdiste-le señalo y era verdad, ninguno de aquellos mafiosos se había molestado en siquiera dejar de comer, menos en prestar alguna ayuda y no había que ser un genio para saber que portaban armas.

 

 

-¿Acabado?-cuestiono comenzando a alterarse y retrocedía un paso-todo esto es mío, todo el dinero está a mi nombre, las empresas de todos ellos, ¡puedo dejarlos en la ruina con solo una orden!-grito haciendo que se resonara la voz en todo aquel lugar por el silencio, ahora me daba lastima, se le veía como una anciano débil pero pareciera que todos aceptaban ello, incluso algunos parecían querer subirse al escenario, idea que fue retirada cuando los guardias apuntaron con sus armas, observe a mi abuela tomar su bolso y sacar unos papeles que le arrojo en cara.

 

 

-Ya no tienes nada, ya has firmado que Vanitas será el heredero de tu empresa principal, tus acciones han caído y las mías son las que mandan-iba narrando mi abuela y ninguno parecía querer perderse detalle de lo que pasaba-ahora yo estoy al mando querido, y honestamente no creo que necesite de tus servicios-declaro con un tono tan frio que llego a dar escalofríos, las personas no son lo que parecen, la persona amorosa que creía conocer era ahora una mujer más fría que el hielo-llévenselo-les ordeno y los hombres comenzaron a acercarse, ahora me agarre del brazo de mi rubio ocasionando que mis padres me vieran mal pero no importaba, quizás me había salvado, quizás aun podíamos estar juntos ahora que mi abuelo no estaría al mando, eso creí hasta que él se rio y comenzó a dar unos pequeños aplausos, a pesar de estar amenazado con un arma camino como si nada para tomar una copa de champagne que estaba en la mesa de discurso.


-Bien jugado, muy bien jugado-repetía y todos nosotros creíamos que ya había perdido la razón-dime pequeña bruja, ¿fue nuestra querida pareja de homosexuales quienes te obligaron a hacer esto?-cuestiono y entonces las miradas volvieron a nosotros siendo una tortura.

 

 

-Honestamente si, planeábamos hacer esto en privado pero que te digo, no puedo dejar que amenaces a mi primo-afirmo ella bajando su arma y entonces nos dio a ambos una pequeña sonrisa, al menos ella está de mi lado, como siempre.

 

 

-Qué tontería-susurro atrayendo nuevamente la atención-arriesgar la vida por un rubio que agredió con un cuchillo al joven Riku-las miradas fueron contra Roxas y no quería que ese anciano siguiera hablando-arriesgarla por tu inútil primo que asesino a su novia para poder tenerlo, ¿cómo se llamaba esa niña?....ahh si, Naminé-continuo hablando y ahora maldecía no tener yo un arma para destrozarle el cerebro de un disparo, mi mano comenzó a temblar, voltee mi mirada hacia la de mi rubio y este me observaba fijamente, no quería que ahora lo hiciera, prefería mas las miradas aterradas de los presentes antes de ver su mirada de decepción que aún no llegaba, estaba por decir algo pero el sonido de una bala nos llamó la atención, Iris había disparado y le había reventado la copa a mi abuelo.

 

 

-¿De dónde sacaste esa mentira?-gruño enfadada por ello, señalo con su mirada a los guardias que lo habían traicionado y estos se quedaron quietos comenzar a buscar a su alrededor, desvié la mirada entre ellos y ahí note que ni Riku ni Xemnas estaban cerca-¿era un espía?, me las pagara-rugió apuntando a la frente de él y mi abuela le desvió la mano haciendo que fallara al disparar.

 

 

-Lo necesitamos vivo aun-le reprendió mi abuela aunque se veía que ella también estaba molesta.

 

 

-Vaya, que ruda, realmente debí tenerte más en consideración, debí enseñarte más cosas, pero bueno nunca es tarde-se reía mientras los guardias ya estaban frente a el-aquí está tu primera lección, ningún plan resulta si en algún punto alguien improvisa, una enseñanza para futuro-les dijo antes de sacar de su manga lo que parecía un control y presionaba un botón, sonó el ruido de cortocircuito en todas las luces, todo se quedó a oscuras, la luz de la luna entraba por las ventanas iluminando a algunas personas, entre ellas a mí, se escucharon disparos y los gritos de la gente, después de ello los pasos apresurados en la oscuridad intentando escapar de aquel lugar, aun así podía sentir que mi rubio no me despegaba la mirada de encima, ¿por qué?, ¿por qué tenía que hablar ese desgraciado?, apreté su mano con fuerza, quería abrazarme a él, quería escapar de aquí, huir de todo este caos y los gritos, pero al mismo tiempo me daba miedo confrontarlo con la verdad, más cuando estaba en esta situación, donde solo tenía un mal presentimiento.


-¡Roxas!-grite asustado cuando una mano me jalo por la espalda obligándome a soltarlo, sentí un filo cerca de mi cuello, una respiración y entonces supe que debía guardar silencio.


-Camina lentamente hacia afuera-la áspera voz de Xehanort era inconfundible, tragando con fuerza me abstuve de hablar, me deje guiar con un miedo que deseaba vomitar, el fresco aire del exterior fue una tortura, más por como ahora si podía verlo de reojo, me empujo un poco y ambos entramos en aquel laberinto hecho de arbustos, ¿para qué diablos los construyen?, ahora es el sitio perfecto para que me maten en silencio.


-"No si lo matas primero"-no, ahora no por favor, necesito mantenerme cuerdo-"aun tienes los dardos, solo tienes una oportunidad"-me recordó y por primera vez agradecía tener esa voz en mi cabeza, lentamente dirigí mi mano hacia mi manga, estaba por rozarlo hasta que me empujo tirándome al suelo, me voltee a tiempo para ver cómo me apuntaba a mi cuello, de cerca se ve más atemorizante.



-Realmente una lástima que la velada termine así, debo admitir que por ese modo de matar tenías potencial, pero terminaste siendo una decepción pequeño Sora-me decía mientras el frio metal pasaba por mi cuello aun si herirme, tan confiado se veía a pesar de que le habían ganado en todo, yo no le dejaría ganar en esto.



-Perdiste-le dije en cara ocasionando que me observara fijamente-no te queda nada, todos te van a buscar, y cuando te encuentren, te mataran, ¿qué se siente que tu esposa te traicione por la espalda?-le pregunte ocultando mi miedo y funcionaba pues su mano comenzaba a temblar-que la mujer que te acompaño te apuñalara, o mejor dicho, te apuñalará en cuanto te vea, para ella no eras nada, nada más que un obstáculo que ya quito-me comencé a reír y entonces el alzo su brazo pero fui más rápido y le di una patada, mientras el retrocedía me pude levantar y tomar distancia sacando el dardo bajo mi manga.


-¿Qué se siente perder?.....lo sabrás cuando veas a tus padres-me respondió y un escalofrió recorrió mi cuerpo-te va a dejar pequeño, te alejaran de tu noviecito-susurraba mientras guardaba la navaja y ahora me sonreía-por esa mirada que te dieron no dudo que lo hagan, te enviarán lejos, muy lejos, además de ello eres un asesino mi pequeño nieto, no eres tan diferente a mí-se reía levemente tomando distancia-te investigaran, te denunciaran, te encerraran al igual que me quieren encerrar a mí, tiempo después  él te olvidara-se burlaba ahora con fuerza y no pude resistirme más a arrojar el dardo fallando inútilmente.

 

 

-¡Cállate!, ¡tú no sabes nada!, ¡no tienen pruebas!..... ¡No me pueden separar de él!-le gritaba preparándome para sacar el dardo que me quedaba y él se veía tan tranquilo que solo deseaba matarlo a golpes.

 

 

-Imagínalo nada más, encontrara a alguien más y tú no serás nada más que un mal recuerdo para el-continuaba hablando y apreté mis puños-veo a alguien a su lado, es una hermosa mujer, ¿qué tiene en los brazos?, ahh sí, es algo que tú no puedes darle, un hijo, un heredero, un legado, ni tampoco puedes darle una familia-continuo  resistiéndome a tirarme sobre él, me dio la espalda, comenzaba a alejarse y sabía que debía detenerlo pero no me podía mover-después de todo, el único que perdió aquí fuiste tú, pues yo aún no estoy acabado, aun no, todavía tengo cartas para vengarme de ellos, y cuando menos lo esperes Sora-movió su cabeza para que viera esos crueles ojos ámbar brillar entre la noche-lo matare frente a tus ojos-concluyo con una cruel amenaza antes de irse por los pasillos del laberinto dejándome solo.


-No..... ¡tú perdiste!, ¡tú perdiste!, ¡Roxas jamás me dejara!, ¡nunca!-le gritaba desesperado intentando convencerme a mí mismo de que era verdad, no podían separarme de él, no podían.....no lo harían ¿o sí?, me quede de rodillas y comencé a respirar profundo, intentaba calmarme, no fue posible cuando escuche unos pasos acercándose.

 

 

-¡Sora!, ¡Sora ven aquí en este instante!-los gritos de mis padres y sonaban con rabia en cada letra, me levante, comencé a correr al sentido contrario de los gritos, corría lo más rápido que mis piernas me daban, derecha, izquierda, derecha, izquierda, las paredes del laberinto eran una tortura, la única luz que poseía era la luna, ¿Dónde hay un héroe cuando se necesita?, ¿Dónde una salida cuando deseo escapar?, solo muros y muros de hierba hasta que me detuve agotado, las voces de ellos ya no estaban, tampoco encontré a Xehanort, no encuentro a nadie y eso es bueno, me relaje por un instante, tuve un respiro por un momento y ahora hay que hacer lo más difícil, salir de este lugar. A cada paso me mantenía alerta, tenía el dardo en mi manga aun, pero lamentablemente solo uno además de las pastillas, no creo que pueda hacer que alguien se las trague… ¿Qué podría ser peor?

 

 

-¡Detente!, ¡Roxas dije que te detengas!-escuche unos gritos poniéndome alerta y maldije hacer esa tonta pregunta, comencé a correr en dirección a los gritos, llegue a una esquina, me apegue a la pared de hierba y escuche unos forcejeos, me asome lentamente y enseguida el corazón se me pudo haber detenido, había encontrado la salida, pero encontré algo peor, a Roxas y sus padres en ella, ninguno de ellos dejaba de retenerlo por los brazos.

 

 

-¡No!, ¡Sora está aquí!, ¡estoy seguro!, ¡voy a encontrarlo!-les gritaba cada vez más desesperado, algo que junto a su molesta mirada por el hecho de que lo retuvieran le daba un aspecto para asustarse, el verdadero miedo ocurrió cuando su padre lo soltó únicamente para darle un puñetazo dejándolo en el piso con el labio roto.

 

 

-Ya basta, simplemente basta-gruño viéndolo con desagrado al igual que su madre, se inclinó, lo agarro de los cabellos para que lo obligara a verlo-esto es solo un capricho de un adolescente tonto, y ya nos cansamos de esto, ¡mira lo que te hizo ese fenómeno!, ¡arriesgas todo tu futuro y nuestro nombre por un asesino!-le gritaba en cara dándole otro golpe y lo volvía a jalar para que lo viera a sus ojos, la rabia me dominaba, estaba por salir pero solo me mostraría como un asesino frente a mi amado, la ira me iba a obligar a golpear o incluso clavar el veneno contra el más cercano, eso nunca ayudaría, pero no permitiría que lo siguieran golpeado, yo merecería que lo hicieran pero mi amado no, el no merece ser golpeado por su padre solo por amarme…está sufriendo por amarme-nos iremos de esta ciudad, te meteré en un instituto tan privado que parecerá una cárcel, lo hago por ti hijo, ¡lo hago por ti Roxas!-grito enfadado, ¿para su bien?, como puede decir eso cuando está maltratando a su hijo, levanto su mano para dar otro golpe, cerré los ojos por no atreverme a ver más, sonó el sonido de un golpe y un grito de dolor pero que no parecía venir de mi amado, abrí lentamente los ojos para ver a su padre alejado de él cubriendo su rostro con sus manos..

 

 

-¿¡Por mi bien?!-chillo mi rubio incorporándose, vi que en sus manos habían unas gotas de sangre, debió haberle roto la nariz de un puñetazo-es por tu bien, por tu maldito bien, ¡ahora me escuchan los dos!-les dijo desafiando a ambos con la mirada-amo a Sora, lo amo, lo amo porque él es la única persona que me hace feliz, y si a ustedes no les parece váyanse al diablo,-gruño esquivando una bofetada de su madre, se dio media vuelta y escapo de ellos, se alejaba y yo no necesite ver más,  me deje caer al piso agarrando mi pecho, intentando que mi corazón no saliera de este.

 

 

-Perdimos un hijo-declaro su madre firmemente y ambos se alejaron del lugar, me incorpore, no me preocupe de que alguien fuera a verme, simplemente me alejaba de aquel lugar, con esfuerzo pude pasar sobre las rejas, seguí caminando en la noche y unas luces en la carretera llamaron mi atención, alce mi brazo, para mi fortuna era un taxi y agradecía haber traído algo de dinero, solo me subí y le dije una dirección al azar, ni siquiera supe que dije, solo me veía alejarme de ese lugar sin dejar de preguntarme esto, ¿cómo?, ¿cómo puede arriesgarse por un tonto como yo?, ya salió todo a la luz, era igual que todos en ese lugar, alguien que asesinaba por lo que desea, alguien a quien no le importa quien sufría con tal de que tuviera a su lado lo que anhelaba, soy alguien que le mintió a la persona que amaba, ¿y aun así el abandona a su familia por mí?

 

 

-Oye chico, deberías contestar porque ya van dos veces-me llamo la atención el taxista, lo mire confundido y entonces regrese a la realidad, mi celular estaba sonando, lo revise y se me cayó de las manos, era una llamada entrante de Roxas, lo recogí y con el corazón latiéndome a mil por hora lo puse en mi oído para atender, deseo oírlo, quiero oír su voz para que de algún modo sienta su compañía, y al mismo tiempo temo por ella.

 

 

-¿Sora?, ¿Sora estas bien?....Sora responde por favor-me pedía desesperado, la voz no me salía, me di una leve bofetada para recuperar la compostura, solo un pequeño “si” pudo salir de mis labios, pero al menos fue suficiente para que soltara un suspiro-quiero hablar contigo, quiero verte, ¿podría ser ahora?-me pidió con un tono tan serio que me temía lo peor, cortar la llamada era lo más tentador-quiero verte, quiero tenerte en mis brazos, solo así podre calmarme, sabiendo que lo más valioso de mi vida está junto a mí-solo esas palabras me detuvieron, sentía arder mi rostro, aun con todas las cosas ocurridas en esta noche puede decir esas palabras como si nada, como si simplemente nos estuviéramos llamando por celular como novios, vi por la ventana, le hice una señal y el taxi se detuvo, pague, me baje y entonces me senté en una de las bancas del parque que solíamos frecuentar, estaba en silencio por la noche, nadie estaba cerca y solo escuchaba su respiración-no te quedes callado por favor, te necesito, te necesito más que nunca Sora-susurraba y yo alce la mirada al cielo intentando no soltar lagrimas pero ya estaba perdiendo.

 

 

-En nuestro lugar, estoy esperándote aquí-dije únicamente antes de cortar la llamada, volvió a sonar la música con la que lo tenía asignado, caminando con ella llegue hasta nuestro lugar oculto entre la maleza, me quede cerca del árbol y apenas la música termino mis sollozos se escucharon, solo tendría una oportunidad para abandonarlo, para ver que sea feliz y nada más, mi cerebro y poca razón me dice que es lo mejor, pero aún estaba mi corazón diciéndome que no lo suelte, que me aferre a él con fuerza, que lo lleve conmigo a cada paso, pero…¿a dónde lo llevaría?, ya no hay lugar para nosotros-Roxas-susurre su nombre en cuanto la luz de la luna ilumino su silueta, su rostro mostraba seriedad antes de suavizarse al poder verme, iluminado de este modo solo me dan deseos de besarlo, pero sabía que no lo merecía.

 


-"Te equivocas, están juntos, están juntos, has ganado, ganaste Sora, ¡ganamos!"-gritaba esa voz pero no, ninguno había ganado, hemos perdido completamente y eso lo sabía mejor que nadie. 


-Qué alivio, estas bien-suspiro mientras daba un paso hacia mí pero no me moví ni el tampoco-tenía miedo, cuando gritaste mi nombre temía no volver a verte, pensaba desesperado que no vería tus sonrisas o tus hermosos ojos…me alegro mucho de que estés bien-una parte de mi tembló, sentía que el tema que deseaba que nunca tocara se acercaba-Sora…quiero que sepas que no importa lo que hayas hecho, te sigo amando-me dijo con un tono tan calmado que me llegaba a asustar-lo sé todo Sora, lo de Naminé, lo sabía antes de todo esto-decía mientras yo suplicaba en mi mente que no hablara más-y aun a pesar de todo, yo te perdono, porque nunca podre odiar a quien amo con todo mi ser-declaro sonriéndome como siempre y extendía su mano hacia mí.


-Estás loco-susurre mientras apretaba mis puños molesto-soy un asesino, soy un psicópata, soy de lo peor ¡¿y aun así me dices que me perdonas?!-le grite desesperándome cada vez más por como su sonrisa no se desvanecía, avanzo hacia mí y yo retrocedí, no lo merecía, no merecía esta clase de persona a mi lado, movía mi cabeza de un lado a otro suplicando que esta tonta ilusión desapareciera hasta que sentí el calor de su mano en mi mejilla.


-Eres mi Sora-me dijo captando mi atención-eres mío así que yo decidiré si perdonarte o no, y lo hago-me decía mientras yo comenzaba a llorar de la rabia que sentía por cada palabra, no lo merecía, que no siga diciendo esas palabras que me destrozan el corazón cada vez más-vámonos juntos, escapemos de todo esto Sora, podremos salir adelante te lo prometo, solo....confía en mí, por favor-me pedía y ambos nos quedamos mirando fijo, extendió sus brazos hacia mi pidiéndome que fuera con él, que lo abrazara, que aún quedaba una salida de esta locura, que si huíamos podríamos dejar esto atrás, estar juntos como quería pero no serviría, Xehanort nos buscara, nos encontrara y entonces nos asesinara, ya estoy manchado y todos lo vieron, nuestros familias nos han rechazado, no puedo tener más mi apellido, no puedo volver a ver a alguien a la cara.....y no puedo permitir que alguien más me arrebate a Roxas. Mi decisión fue tomada, me arroje a sus brazos, el me apretó con fuerza diciéndome que todo saldría bien y así seria, mi mano rodeo su cuello, se metió en mi manga donde quedaba el ultimo dardo y lo enterré en su cuello sintiendo como se sobresaltó, me separo un poco de él y yo lo miraba arrepentido de lo que estaba haciendo.


-Ya no hay vuelta atrás para mi Roxas, te amo, te amo tanto que simplemente no puedo dejar que abandones mi lado….te amo-le dije con voz cansada pues la tristeza que me recorría era demasiada, note como el empezaba a ponerse pálido comprobándome que el veneno que había usado estaba teniendo efecto, ambos caímos de rodillas y él se tiró al piso respirando agitado, lo veía con lágrimas cayendo por mis mejillas pues esta era la peor vista que hubiera podido tener en mi vida, el tomo mi mano y me jalo hacia su cuerpo con las fuerzas que le quedaban, alzo mi rostro obligándome a mirarlo y vi mucha tristeza y arrepentimiento


-Todo fue mi culpa...te hice tanto daño...te hice pasar por cosas malas...todo esto fue por mí...pero solo deseo que...me perdones y que no importa nada, siempre te amare mi querido Sora-me dijo con un tono de voz muy débil y las lágrimas caían por sus mejillas, reaccione por eso acariciando sus mejillas con cuidado mientras la culpa me devoraba por lo que había hecho, comencé a llorar su nombre mientras parecía finalmente recuperar mi cordura notando que había cometido mi peor error, pensaba en llamar, gritar, hacer de todo incluso si con ello me atrapaban, ahora quería salvarlo pero era tarde...era tarde para ambos, le había inyectado un veneno bastante poderoso y ahora selle nuestro destino, sus ojos se estaban cerrando pero extendió sus labios indicándome su último deseo y lo cumplí, lo bese con todo el amor que podía sentir, usaba todas mis fuerzas para que él se fuera en paz y finalmente sus labios dejaron de moverse, sus ojos estaban cerrados y no respiraba más.


Mi amado Roxas murió por mis manos.


Lo abrace intentando conservar en mí el poco calor que tenía su cuerpo, el dolor más grande lo llevaba mi corazón el cual poco a poco se iba deteniendo, ahora no había vuelta atrás, observe las píldoras de cianuro que saque de mi bolsillo, sin dudar nada me las trague, el único consuelo que me puede quedar ahora es que está a mi lado, estoy entre sus brazos tal y como siempre lo había deseado, me apegue más a su cuerpo mientras una última lagrima salía de mis ojos antes de cerrarlos y decir mis últimas palabras para esperar mi muerte en su compañía.


Ojala estemos juntos en la eternidad amado mío.


Iris pov


Estaba buscando a mi primo y a Roxas, los guardias y mi abuela a Xehanort, ya habían pasado varias horas y no sabía por donde más buscarlo, mi instinto me decía que algo malo estaba ocurrido con ellos, estaba ahora por el parque donde solía pasear con Sora y luego sentí un pinchazo en mi corazón, una lagrima resbalo por mi mejilla indicándome que efectivamente algo malo ocurrió y yo misma intentaba calmarme pues los nervios se me estaban destrozando por el miedo, apenas lo logre comencé a correr en una dirección, únicamente deje que mi instinto me guiara pues nunca me había fallado y me adentre en la maleza logrando encontrar un lugar bastante oculto por la vegetación, caí de rodillas por lo que encontré.

 


Sora y Roxas estaban abrazados, ambos inmóviles pero con los rastros de lágrimas en sus rostros pálidos, escuche pisadas, no me moleste en voltearme pues pude reconocer los gritos de sus madres resonando por todo el lugar, sus padres corrieron hacia ellos para tomarles el pulso comprobando mi temor, ambos estaban muertos, llamamos a una ambulancia y a la policía pero de nada serviría por lo cual solo llevaron los cuerpos hacia algún hogar, mientras íbamos en el auto escuchaba sus gritos de rabia y tristeza diciendo que fueron unos idiotas por hacer eso y a cada segundo me enfadaba más, primero los rechazaron, luego los buscaron, pensaban que los podrían “curar”, los únicos enfermos fueron ellos, pues habían sido ellos quienes quisieron separarlos, me comencé a preguntar cómo pudieron llegar a esto, ¿qué hubiera pasado si ellos eligieran otro camino?, ¿si Roxas lo hubiera aceptado al inicio no hubiéramos terminado así?, ¿Si Sora hubiera aceptado al inicio que debía intentar con otra persona no hubiera hecho esto?, mientras me preguntaba esto sus familias ahora habían comenzado a aceptar la realidad y ahora se culpaban pensando que se habían suicidado por negarse ellos a su relación, solté una pequeña risa y ellos me miraron curiosos.


-Solo en el final se aceptan a los hijos como son, sin embargo como es el final ya no hay tiempo para reparar errores-les dije mientras mis lágrimas se escapaban de mis ojos al igual que los llantos más fuertes de sus madres, sus esposos las abrazaban intentando no llorar como ellas, no deje de mirar por la ventana en ningún momento, nuestro golpe contra mi abuelo había funcionado, casi todos los grupos lo estaban buscando para cobrar una recompensa que pusimos a su cadáver, quizás es porque no es una amenaza que sus padres recuperaron algo de humanidad, al menos para poder llorar, sin embargo esto no fue una victoria, perdí lo que más me importaba, pero juro que ese anciano no se escapara de mí. Llegamos a casa, ellos sin decir nada fueron a la habitación que les correspondía, fui a la habitación de mi primo, quite la tabla y metí todas las cosas dentro de una bolsa para salir al patio, indiferente de que se me viera prendí fuego a todas esas cosas, observaba las llamas consumir todo iluminando mi rostro por el cual caían lágrimas, entonces recordé algo curioso, esto se parecía mucho a Romeo y Julieta con la cual ellos siempre bromeaban antes de ponerse afectuosos, pero más bien esta era otra realidad.


No fue amor por lo que murieron, una obsesión mato a su amado y luego lo mato a el

 

Notas finales:

el neko tendra reviews?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).