Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Obseción por Riolu

[Reviews - 105]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

NYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAN-aterriza de su gato volador-AMIGOOOOOOOS lo se lo se, Riolu te tardaste en aparecer pero con saber de las matriculas y el dinero y los acosos de ciertas personas en la universidad-tiembla-pero no importa, el neko ahora esta bien, gracias a L.O. por cubrirme (te adoro nyan), y a ustedes por tenerme paciencia, pensar que en esta fecha iba a publicar el ultimo cap pero la gente pide epilogo, eso hare nyan, ahora les doy el especial que les debia de Vanitas y Ventus. Esto esta desde el punto de vista de Ventus, los personajes de kingdom hearts pertenecen a sus creadores, esto fue escrito sin fines de lucro, solo para hacer maullar a la gente nyan 



Muchas veces en una relación se llega a otro nivel, besos, caricias, comparten sus secretos haciendo un voto de confianza, muchos dicen que cuando haces el amor es el nivel más alto, pero ninguno es más alto que el hecho de vivir juntos, pues es una promesa entre la pareja y como esta le declara al mundo que uno no puede estar sin el otro, que están dispuestos a estar como si solo tuvieran una vida juntos, algo romántico que desde hace mucho tiempo había deseado que se hiciera realidad y finalmente ocurrió, claro, tuve que pasar varias etapas y momentos difíciles, pero es la recompensa la que te hace mirar hacia el pasado y reírte únicamente de tu actitud en ese instante, como me alegra que esa época terminara. Cuando uno vive con alguien que ama es una nueva aventura, es algo que te pone a prueba, en ese tiempo se determina si su relación es lo suficientemente estable para soportar tal cambio, si realmente amas a alguien y viven juntos es el mismo paraíso, ves su expresión al despertar, puedes saludarlo de la manera que siempre has deseado, uno prepara el desayuno e incluso lo comparten, de hecho comparten todo, un mismo techo, un lugar especial para ambos, una responsabilidad mutua, en las noches duermen juntos, te sientes feliz de estar en sus brazos, los besos de buenas noches y en algunos casos terminar haciendo el amor, pero lo mejor era saber que cuando abriera mis ojos el seguiría estando ahí, a mi lado y en ningún otro, todo eso y más me imaginaba que sería la vida con mi amado Vanitas.....maldita sea, maldita sea pues no fue así, no lo es y a cada segundo mi frustración crece cada vez más.


-Buenos días amor-le salude viendo triste como nuevamente no estaba en la cama conmigo, sino que estaba arreglando su uniforme para las clases.


-Ah, buenos días Ven-me saludo apenas volteando a verme y terminaba de acomodar su corbata.


-Te ves muy bien....demasiado de hecho-susurre levantándome de la cama y lo abrazaba por la espalda reposando mi mentón en su cuello-oye Van, ¿no quieres ponerte travieso conmigo?-le propuse pícaramente mientras metía mis manos en su camisa intentado desabotonarla, cosa que me fue imposible cuando sujeto mis manos con las suyas.


-Si llego tarde el profesor me mata-me negó dándome una pequeña sonrisa, si claro, eso ya me ha dicho tres veces y siempre me deja con las ganas, tomo su mochila, el único beso que recibo al inicio del día es el de despedida en mi frente-duerme un poco más, tus clases son en 3 horas, te veré en la noche-se despidió antes de irse y dejarme con un completo sentimiento de abandono, me tire en la cama, hundí mi rostro en su almohada inhalando su fragancia y un suave sollozo salió de mis labios, ¿aún me estaba castigando por lo que hice el primer día?.


Flashback.

Su abuelo le consiguió su propio apartamento, yo tenía la opción de irme a uno que estaba en el instituto pero para mí fortuna el suyo tenia espacio suficiente para ambos, solo necesitábamos una cama de todos modos, pasamos unas horas arreglando el lugar y yo estaba en todo momento aferrado a su cuello dando unos pequeños saltos de emoción, era mi nueva vida, estaba con él, con mi amado azabache y siempre lo íbamos a estar, nuestra primera cita en otro país fue perfecta, fuimos a una cafetería y me compro cuantos dulces quise, mis artículos para la escuela, incluso me compro algunos peluches de reemplazo pues no pude traer los que me había regalado, lo mejor era que él nunca se preocupaba por mantener oculta nuestra relación, realmente se siente bien expresarse libremente, mostrándole al mundo que nos vemos felices a pesar de que ambos somos hombres, si la gente lo viera así no habrían tantos prejuicios en el mundo, pero no todo era miel sobre hojuelas, para empezar el clima ahí era más frio de lo que esperaba, técnicamente si me separaba de su brazo corría el riesgo de morir congelado, jamás entenderé como él lograba mantenerse tan normal y no mostrar debilidad, quizás eso era lo que me enamoraba más a cada minuto, lo último que realizamos en nuestra cita es uno de mis mayores tesoros, entramos en una cámara de fotografías, una sonriendo normal, otra estirándole la mejilla al otro, la tercera fue inflado las mejillas como si estuviéramos molestos y la cuarta fue dándonos un tierno beso, cuatro fotografías que atesoró al igual que todas las memorias que vivo junto a él, vivir con la persona que amas es hermoso sin duda. Al menos eso pensé en ese instante, teníamos que ver el tema de los estudios y tras haber almorzado llegamos al instituto donde estudiaríamos, como siempre los nuevos son los que más atención atraen, y los que menos disimulan, no tuve queja conque me miraran, tuve quejas conque mirarán a mi novio.


-Disculpa, ¿dónde está la oficina principal?-le pregunto a un grupo de chicas que andaban paseando por aquel lugar, me aferre más fuerte a él, veía enfadado que tenían un sonrojo y se reían levemente, maldita sea en toda la expresión de la palabra.



-Esta por ahí, si quieres podemos acompañarte a ti y a tu.....¿primo?-cuestiono una de ellas esperanzada de que eso fuera la verdad, okey es oficial, todas las chicas del planeta parecen querer quitarme a mi novio, mala suerte por ellas, mala suerte por mí, tener una nueva escuela se suponía que no tendría que estar al pendiente de que alguien más atrajera la atención de mi Vanitas...okey sé que eso es mentira, en todas las escuelas puede pasar, pero yo me imaginaba algo más romántico, uno en que el anunciaba que era mi pareja públicamente, que esas víboras dejaban en paz nuestra relación, almorzábamos juntos, estudiábamos, lo que más ansiaba era llegar al apartamento y estrenarlo a plenitud cuando llegara la noche en que necesitaría una silla de ruedas al salir por las veces en que me haría suyo-Ehh ¿tu primo está bien?-cuestiono una de las chicas y eso me regreso a la tierra, me toque la nariz y note que estaba con unas leves gotas de sangre, también tenía sangre acumulada en cierta parte de mi cuerpo que agradecía no se notara en mi pantalón.


-Debe ser el cambio de clima-les calmo mi azabache mientras se colocaba frente a mí para comenzar a limpiarme, me sonroje un poco por la escena que deberíamos estar dándoles pero por otra no dejaba de sentir que mis ojos brillaban de felicidad, es hermoso ser atendido por tu pareja-listo, ¿nos vamos?-les cuestiono y ellas dándonos una mirada mala solamente apuntaron hacia un lugar y nos dieron la espalda.


-Zorras-gruñí a lo bajo por entender cuál era su problema, claro siempre hay gente poco tolerante pero no esperaba encontrarlas tan rápido, seguimos por el camino que nos habían señalado, mantenía apretada su mano a mí y el soltaba una leve risa de vez en cuando.



-Solo tengo ojos para ti, deja de preocuparte-me pidió antes de darme un pequeño beso que solo me dejo deseando más, ¿cómo no amar a mi Vanitas?, eso es imposible. Finalmente llegamos a la oficina, un simple papeleo y nos entregaron nuestros horarios, ese fue el segundo punto malo del día, solo tendríamos una clase juntos, el resto era en una sección o en horario distinto a pesar de que tuviéramos clases similares, no falto el momento en que le suplicaba poder acomodarme al suyo de algún modo pero únicamente me rechazaron una y otra vez diciendo que ya no había cupo, incluso cuando hice la expresión de cachorro siguieron ignorándome, saber que no funcionaba con todos fue algo traumático pero tuve que sobreponerme.


-Entonces en álgebra será el único momento que estemos juntos-susurre cabizbajo mientras recorríamos el lugar, bastante grande a mi parecer, peor cuando en un momento estábamos entre una multitud, como podíamos intentábamos avanzar y sin darme cuenta ya nos habíamos separados, lo intentaba encontrar con la mirada, buscar algún mechón azabache pero entre la variedad de personas que también lo tenían de ese color era simplemente imposible, me moví hasta lograr salir de esa multitud y buscaba desesperado con la vista, me di por vencido e intente prestar  atención al director del instituto que dictaba las instrucciones por medio de un megáfono, 20 minutos y las reglas eran iguales que en cualquier escuela, solo que aquí si cometes un crimen contra otro te demandan y te expulsan, medida ruda pero provoca obediencia, no sé si muy justificado pero lamentablemente así aprende la gente.


-¡Ventus!-escuche mi nombre de aquella voz que tanto me agradaba, la multitud ya se estaba dispersando y podía ver a mi amado, corrí hacia el cómo desesperado hasta que note como estaba hablando con otras personas, no era ello lo que me inquietaba, era que él se riera junto a esas personas nuevas lo que me molestaba, nadie más que yo lograba sacarle una sonrisa y una risa, era ello lo que en un inicio me hacía sentir especial para él, y ahora vienen como si nada unos para quitarme aquella ilusión, no era justo, pero no podía hacer mucho más que respirar y acercarme a ellos-él es de quien les hablaba-me presento mientras yo le sonreía forzosamente a esas 3 personas, dos chicos y una chica, lo se puedo exagerar pero si la gente se pusiera en mi lugar comprendería. Las presentaciones, no me interesaron muchos sus nombres, solo deseaba que se fueran pues notaba en sus miradas que solo les interesaba Vanitas, le llamaban la atención pues aun cuando me aleje en busca de alguna atención este no pareció notarme, se quedaba hablando aun cuando yo no estaba a su lado, desvié la mirada frustrado, sabía que esto pasaría apenas el llegara a este lugar, me convencí a mí mismo de que no pasaría pero ahora ocurre, mordí mi uña en busca de alguna solución que no vi hasta que acabe partiéndola, el anunciador había dejado las cajas y entre ellas estaba el megáfono, sin siquiera pensarlo corrí hacia él y lo tome en mis manos.



-¡Oigan todos!-grite con fuerza y la gran mayoría volteo a verme-ese es mi novio así que manténganse alejado de él, es mío, salió del mercado, no tiene devolución, ¡me pertenece!-les gritaba enfadado sobre todo a esos tres que habían captado su atención, un silencio incomodo pero note a mi azabache al fin notándome, solo que ahora se veía molesto y enseguida me comencé a reír nervioso, decide apagar el megáfono  y bajar en silencio hasta su lado, no me dirigió palabra y comenzó a alejarse de mí, ahí supe que había metido la pata, pero igual que un perro fiel lo seguí por todo el campus-Van-llame su nombre sin recibir respuesta alguna, baje la mirada por ello, no sé cuántas vueltas dábamos por aquel lugar, mi vista no pasaba de las pisadas o de sus manos, deseaba extender la mía y tomarla pero sabía que solo tendría un rechazo, y eso era lo que me hacía sentir peor, cuando pareció haber conocido todo ese lugar regresamos a casa en un silencio infernal para mí, apenas cerré la puerta pude tomar algo de valor-....¿no estas molesto verdad?-pregunte tímidamente mientras él se sentaba en el sofá, me coloque frente a él pidiendo su atención y logre que elevara la mirada hacia la mía-solo quería dejar las cosas en claro-me reí nervioso por como esa mirada arrojaba rabia y deseo de sangre por cada parte de su cuerpo, no me quedo otra más que poner una cara de cachorro, la más tierna que pudiera para aplacar esa rabia.


-No estoy molesto-suspiro dándome finalmente un respiro-pero de aquí hasta que yo decida el sexo está prohibido-anuncio antes de levantarse y darme la espalda para ir a su habitación, enseguida sentí que el mundo se me caía encima, no sexo significaba que no me tocaría, que no me tocara significaba que no sentiría su amor recorriéndome por completo hasta desmayarme de placer, yo sin recibir amor resultaba en que pierdo la cabeza completamente.


-¿Nada de nada?-cuestione viéndolo suplicante de que fuera una broma y este me afirmo-¿ni siquiera una tocadita?, ¿algo en la ducha?, ¿unas cosquillitas en la cama?-le proponía comenzando a desesperarme y este me negaba con toda calma mientras comenzaba a revisar sus libros de clase-no puedes negármelo, eres el seme, yo soy el une, yo puedo negártelo pero no tu a mí, yo a ti sí, no tu a mí, no es justo-gimoteaba tirándome al piso de espaldas colocándome en posición de hacer un berrinche esperando que eso funcionara.


-Ah es cierto-dijo haciendo que mis ojos brillaran al pensar que había ganado-hoy te toca hacer la cena, yo hare el desayuno-me indico tomando su mochila y se iba a nuestra habitación.


-.........¡¡¡BUAAAAAAAA!!!-chille con fuerza comenzando a hacer una pataleta nada acorde a mi edad pero era el único método de poder intentar llamar la atención, lo único que conseguí ese día fue una garganta irritada por gritar y una incómoda sensación de estar acostado entre sus brazos sin que ellos tocarán mi piel, ese día no dormí.

Fin flashback.



Sé que lo que hice fue algo extremo y vergonzoso, me puse como un desesperado celoso y desconfiado, peor aún era que nadie parecía querer hablarnos, al menos en nuestra anterior escuela la gente platicaba un poco antes de que la alejara de Van, pero ahora ni siquiera eso pareciera que fuera a pasar, ningún peso de sueño se acercó a mí, me levante para hacer la rutina normal de cada mañana, vestirme, ver la televisión aburrido, desayunar, lavarme, y como desde que llegue aquí observe mi barra de mensajes para terminar molesto de que mi hermano no respondiera, sé que fue repentino el abandono que le hice pero era por fuerza mayor, además de seguro así se quedaría con Sora y eso es hacerle un favor, ósea que en resumen hice algo bueno por él y ni las gracias me envía, sonó el maldito despertador, lo apague y sin pensar en nada mas tome mi mochila para irme.


Miradas, disimuladas y mal disimuladas de personas hacia mí, desde el escándalo que hice es casi rutina, al menos son bastante maduros como para no hacer bromas, a cambio me tratan con indiferencia pues cada vez que me siento en clases hay un espacio de un asiento alrededor de mí, como si estuviera enfermo con algo peligroso y no quisieran contagiarse, al menos me podía concentrar en las clases, o al menos hasta que me aburría y comenzaba a hacer unos tontos dibujos como una colegiala enamorada, un corazón con nuestros nombres, un pequeño poema, microscópicos dibujos de nosotros juntos en un hogar com un bulto entre las manos, es algo tonto lo se, quizas muchos protestarian por esta idea, pero he decidido que sin importar que, deseo formar una familia junto a Vanitas, vivir juntos en compañia de una pequeña o un niño, aun no lo he decidido pero es una de mis metas en la vida, si tan solo pudiera hacerlo realidad,  seguramente sería la persona mas feliz del mundo. El mejor momento ocurre cuando declaran esta clase terminada, es cuando no puedo evitar sonreír, es ahora cuando puedo estar junto a él, ignoro la clase y lo distraigo pero bueno, es el único momento que estoy horas en su compañía que no fuera nuestro hogar




….Pero claro, algo siempre me arruina




Encontré a Vanitas enseguida, nos juntábamos siempre junto a la fuente que estaba en una de las esquinas del campus, solo que esta vez no estaba solo o leyendo, se encontraba junto a una chica que enseguida quise asesinar, el motivo es muy obvio, estaban demasiado cerca, se sonreían uno al otro y lo peor es que ella era linda, cabello rojo y largo, una piel con un leve tono tostado y unos ojos de un color rojo que parecieran hipnotizar a cualquiera.


-Ejem-hice sonar mi garganta apenas llegue frente a ellos, ambos posaron su mirada sobre mí para finalmente darme algo de atención, antes de que Vanitas dijera algo le robe un pequeño beso ignorando que alguien más pudiera vernos, apenas me separe me aferre al brazo de mi azabache-es mío-bufe mirándola de mala manera para dejarle en claro que éramos nosotros.


-Jajajajaja tranquilo amiguito, ya lo dejaste claro ese día-se reía ella y las ansias de golpearla iban siendo más grandes-enserio, solo quería hacer algún amigo, soy nueva y pues.....bueno, si soy mucha molestia me iré-dijo ella apenada mientras tomaba su mochila, la mejor noticia que escuchaba e intentaba reprimir mi sonrisa.


-No eres molestia-le calmo Vanitas rompiéndome la alegría de golpe-además nos toca álgebra en el mismo salón, vamos juntos-le propuso desvaneciéndome el momento de alegría que se suponía ahora tendría, al momento de sentarnos lo hicimos de modo que el quedara entre nosotros, así comenzó la clase, mi mano se escabulló para tomar la suya, me observo de reojo antes de soltar una leve carcajada y correspondió mi apretón, mientras el maestro explicaba cómo resolver aquellos ejercicios solamente mi azabache parecía prestar atención, por mi parte no dejaba de vigilar a aquella pelirroja que se había sentado a su lado, la veía escribiendo unas cosas que no tenía sentido estando en matemáticas, volteo la mirada descubriéndome pero solo me dio una sonrisa antes de continuar,  me confundí por ello pero fue un alivio el momento en que un chico apareció para sentarse a su lado, se concentró más en él y pude apoyarme en mi pareja como había deseado, al menos los últimos momentos que duro la clase.


-Bueno, nos veremos en el apartamento-se despidió mi amado dándome un leve beso apenas salimos del salón, estaba por proponerle acompañarlo pero las palabras se quedaron en mi garganta al ver que aquella pelirroja acompañada de ese chico le llamaban la atención, un sentimiento de tristeza me abarcaba al ver como se iban juntos los tres, mordí mi labio de frustración al saber que no podía hacer nada y decidí irme al apartamento, apenas llegue suspire pues sabía que eran tres largas horas en solitario, me tire en el sofá, sin nadie a mi lado era un infierno aquel incomodo silencio, pero en algo debía distraerme y como si fuera una ama de casa llegue a limpiar todo el lugar, era eso o estudiar y con el ánimo que andaba no me serviría de nada. Suspire de cansancio al acabar pero al menos así había pasado gran parte de mi espera, me mire al espejo y una pequeña risa se escapó de mis labios, solo me faltaba el traje de sirvienta y encajaría lo que se reflejaba, y quien sabe, quizás vestido así Vanitas me acorrale en alguna pared para complacerme hasta el punto de romper la pared, claro que no tengo ni idea de donde llegar a conseguir uno por lo que descarte la idea…por ahora.





-“Ódialos"-escuche un susurro débil llamando mi atención-"tienes derecho a odiarlos, merecen tu odio y tu desprecio por intentar alejar lo que te pertenece, ódialos, ódialos a todos"-agite mi cabeza intentando alejar aquellos pensamientos que comenzaban a afectarme, en verdad deseaba hacerlo, pero sabía que nada bueno saldría de aquello, todo esto era culpa de Vanitas por dejarse, ¿no se supone que yo deba ser su mundo?, aquella incógnita y pensamientos permanecieron en mí, únicamente se desvanecieron al momento de escuchar la puerta abrirse.

 


-Bienvenido-bufe molesto en cuanto lo vi entrar, escuchaba sus pisadas pero no deseaba darle la cara por lo cual seguí cocinando, al menos hasta que sentí sus manos rodeando mi cadera.



-Ya llegue-me sonrió abrazándome con cuidado pero aun así no le dirigía la mirada, permanecía en mi aquel sentimiento de ira hasta que una rosa se ubicó frente a mí-¿Te he dicho que eres adorable estando celoso?-me pregunto suavemente en mi oído bastando para que un escalofrió recorriera mi columna-cálmate, no tienes motivos para estarlo, con solo tenerte a ti estoy feliz-me calmaba descansando su mentón en mi hombro, una sonrisa se formó en mi rostro mientras tomaba la rosa, quizás algo cliché pero bueno, si funciona no se deja, seguía cocinando con su compañía, aunque hubiera un silencio no era algo incómodo, pues no teníamos necesidad de decir cómo nos sentíamos, eso ocurre cuando pasas tiempo con la persona que has amado, llegan a conocer sus corazones como ninguna  otra persona podría llegar a hacerlo, un estado en que parecieras saber cómo se siente.



-¿Sigo castigado?-pregunte esperanzado de tener algo de acción finalmente, con aquellas palabras y ahora un gesto es más motivo para desearlo.



-¿Después de todas las miradas asesinas hacia Sasha?, creo que sabes la respuesta-me dijo apartándose lo suficiente de mi para ya no darme una tentación, como si eso llegara a funcionar, pero bueno, ya es viernes y aún tengo el fin de semana para tentarlo, es decir, ¿cómo no voy a lograrlo en 2 días?.




*****************************************************************




¿Cómo diablos no pude lograrlo?, le di varias señales, situaciones, insinuaciones, Dios mío hasta cuando nos bañamos juntos el permanecía más controlado que nunca, lo peor fue que en cada ocasión lograba voltearlo contra mí, sus manos masajeando mi pecho, luego mis caderas con la excusa de que me estaba limpiando, cuando mordió mi cuello hasta hacerme gemir fue el límite, estaba mental y físicamente listo para que me hiciera suyo, todo mi cuerpo me ardía y entonces su respuesta fue dar el agua fría, me tuve que masturbar en todo ese momento por culpa de él, y otros momentos más en esos días, que yo me pasee en ropa interior por el departamento no le afecta, pero cuando él lo hace yo debo satisfacerme para no enloquecer, peor que ello, completamente solo pues aunque lo hiciera frente a él parecía prestarle más atención a un libro o a la televisión.....¿acaso?....¿deje de ser sexy para el?, ¿ya ni logro hacer que se excité o desee tenerme?, con todos aquellos pensamientos me quede en cama desde que regrese de clases, daba unas patadas al colchón, una pataleta intentando convencerme de lo contrario pero ello no parecía funcionar, me volteaba a ver al espejo y me encontraba tantos defectos que terminaba tapándolo con una sábana para no deprimirme más, ¿dominarlo?, la última vez que lo intente termine atándolo de pies y manos con una cinta, no lo volvería a repetir, me perdono aquella vez pero sabía que no habría otra, ni muerto arriesgaría la mejor cosa de mi vida por los deseos sexuales......Ahh pero si el no fuera tan sexy sería más fácil.



-Si sigues así no creo que la cama dure mucho-escuche su voz mientras su mano acariciaba mi espalda, detuve mi pataleta en el acto, romper la cama es lo que deseo, pero que sea por hacer el amor, ¡¿tengo que gritárselo en cara?!-no tengo antojo de que cocines hoy, ¿vamos a un restaurant?-me propuso extendiendo su mano, la observe unos momentos antes de aceptarla, una cita afuera también era una grata distracción.



-Gracias-susurre quitándome la almohada de encima para observarlo de un modo cariñoso-¿pero que tanto durara este castigo?, he sido niño bueno-le dije aferrándome a él frotando mi mejilla en conjunto a la suya, como un gato pidiendo atención de su amo y este acariciaba mis cabellos como una respuesta.



-Tranquilo, no te morirás por unos días sin hacerlo-si fuera así ya estaría muerto, pareció adivinarlo por mi expresión y tomo mi mano colocándola en su mejilla, cuando me observa de ese modo tan confiado no puedo evitar hacer lo mismo, mi cuerpo tendrá que aguantar supongo. La cita salió bastante bien, comida, unas palabras cariñosas de vez en cuando que le pedía incansablemente, pero el modo tan fácil que accedía era lo que me preocupaba, parecía intentar mantener ocupada su mente a cada instante, y ello no me relajaba, de algún modo sentía que me ocultaba algo y el temor me recorrió, sin embargo cada vez que probaba sus labios algo me decía que no era de nuestra relación, y por más que hiciera memoria no recordaba que este lunes ocurriera algo especial, con duda persistente regresamos a casa, incluso bajo el agua caliente no podía recordar nada. Sal del baño secándome mis cabellos frustrado por estar rompiéndome la cabeza por querer recordar, apenas llegaba a colocarme mi pijama pude notar como no dejaba de ver por la ventana preocupado.



-¿Qué ocurre?-pregunte captando su atención.



-Ahora mismo está ocurriendo esa reunión-me dijo y aquellas palabras bastaron para que el miedo en mi creciera más que antes, se me había olvidado por completo, él y yo solíamos soportar aquel lugar que cada vez era peor y más oscuro cada año, ahora que no estábamos significaba que mi hermano y Sora-No te preocupes, de seguro se esconderán en algún lugar y se pondrán melosos, la que más tendrá trabajo será Iris encubriéndolos-se reía el con la intensión de quitarme la preocupación a mí, suspire agradecido por ello y bese sus labios en un intento para calmarme.


-Sí, lo más seguro es que se escaparon para darle problemas a ella-afirme con una sonrisa que basto para convencerlo, se alejó de mí y entro al baño, escuche el sonido del agua e intérprete que estaría bañándose, respire profundo y observe inquieto por la ventana la oscura noche, recordaba aquel lugar que a los 10 años tuve la desgracia de conocer, a aquella edad conocí una parte del mundo que jamás desee conocer, buitres, codiciosos, estafadores y traficantes, orgullosos de serlo, ese lugar en que éramos los adornos de nuestros padres, éramos el blanco de aquellos accionistas que no importara a qué lugar fueras uno trataba de llamar tu atención, lo peor sin duda era acercarte a los baños, pues ahí se escuchaban ruidos fuertes y obscenos que solo podían significar una cosa que a tal edad agradecía no conocer, si no hubiera sido porque Vanitas era mi compañía y consuelo en aquellos sucios eventos quien sabe que hubiera ocurrido conmigo, de algo estaba completamente seguro, nada de lo que ocurriera en aquel lugar sería bueno.


Apenas salió de la ducha decidimos estudiar unos momentos, aunque sabíamos que era únicamente para distraernos la idea de aquella reunión abarcaba mi mente, incluso en el momento en que nos fuimos a acostar trataba de despejar la mente para recordar las cosas que había estudiado para el día de mañana, una lucha en vano, decidí contar ovejas y con ello cansarme para dormir junto a mi amado pero ello no funcionaba, el sentimiento de que algo malo ocurría no dejaba mi cuerpo, pensaba en la cantidad de mensajes que había enviado a mi hermano y que él no había respondido, incluso enviamos una carta escrita a mano esperando así una respuesta que nunca llego. La noche parecía apoyar mis sentimientos, las nubes se amontonaban en el negro cielo, por más que me apegara a la espalda de mi amado no podía quedarme calmado, no sabía que pero algo me decía que estaba ocurriendo algo malo, sentía una opresión en el pecho, contaba ovejas una y otra vez y otra vez, sin embargo unas imágenes no se alejaban de mi mente, veía a mi gemelo en compañía de Sora, observaba a aquel grupo de personas sedientas de poder y dinero rodeándolos, como si los estuvieran acosando, después de ello se acercaban, se acercaban más riéndose y entonces un estruendo me hizo abrir los ojos de golpe para soltar lágrimas.


-¿Aun estas despierto?-mi amado me pregunto y en un débil susurro afirme, se dio la vuelta para verme de frente y con sus labios limpiaba el rastro de mis lágrimas en un intento de consolarme-que comenzara una tormenta no es el motivo para que lloraras ¿verdad lindo?-susurro con una pequeña sonrisa burlona.



-Tengo un mal presentimiento, sé que dijiste que estarían bien pero.....tengo miedo-confesé sin poder dejar de repasar aquellas imágenes en mi mente, de algún modo lo había sentido real y era lo más preocupante-no hemos recibido una noticia de ellos, siquiera un correo o algo-susurraba mientras me apegaba a su pecho dejando que sus brazos rodearán mi cuerpo para protegerme.


-Se tienen uno al otro, estarán bien, tu y yo siempre lo estábamos ¿recuerdas?-decía con voz somnolienta y me acurrucaba más en sus brazos sonrojándome por ello, la primera vez que fui estaba al borde de un llanto que debía reprimir, intentaba esquivar a todos pero siempre terminaba acorralado, aquellos ojos que vigilaban tu cuerpo nunca era algo bueno, esos inicios fueron difíciles hasta que de casualidad lo encontré a él, apenas nos encontramos él tomaba mi mano, escapábamos de todos para ir a alguna habitación, ahí entre la oscuridad solía llorar como un infante siendo consolado por él, me quedaba escuchando su voz diciéndome que me calmara, conversábamos para conocernos mejor, fue en uno de esos momentos que el prometió que siempre me protegería, y hasta estos días ha mantenido su promesa, saber que el estará junto a mí siempre es lo que me permite seguir adelante cada vez más,  el solo sentir su calor ya es una inspiración.


Pero creo que él no lo siente igual que yo.


*******************************************************************

 



Una de las peores noches de mi vida, por más que ambos intentamos dormir solo fueron a lo máximo unas 3 horas, el clima pareciera estar en contra de todo el mundo por la estridente lluvia que caía en el exterior, verla por la ventana en solitario es simplemente deprimente, pero todo mundo tiene obligaciones, tenía una prueba y poco era lo que había estudiado, sumándolo a la falta de sueño uno esta simplemente en un pésimo estado, malhumor, desinterés, y en mi caso, con una constante voz en tu cabeza que únicamente deseaba destrozar tus esperanzas, estar loco es una pesadilla constante al estar solo, aunque intentes estudiar te hace meterte ideas en la cabeza que ni siquiera sabes de donde las formulas, excepto yo, no dejaba de pensar en lo bien que se ha adaptado Vanitas a este lugar, llegando a ser incluso más sociable que nunca, uno se alegraría por ello, pero aquello solo me demostraba que no era necesario venir aquí.

 

 

-''Eso te hace su juguete''-se rio de mi aquella voz-''Eres su entretención tras las clases, aunque no creo que dures mucho más, solo le haces más difícil todo, siempre has sido la roca que lo ancla a um solo lugar''-el hecho de que sonara el timbre al menos me dio un alivio, observé mis uñas preocupado por como las había recortado con mis uñas, intenté calmarme y cerré mi cuaderno para ir a atender.

 

 

-Hola-aquella chica llamada Sasha me saludaba con una sonrisa que deseaba  romperle en este instante-disculpa que venga ahora pero Vanitas me pidió unos apuntes, ¿se los podrias pasar?-me pidió extendiéndome un cuaderno que tuve que aceptar, que no dejaba esa sonrisa ya comenzaba a inquietarme-oye mañana íbamos a ir a jugar Rowling, quieren ir los dos la pasaremos vi…-no alcanzo a seguir cuando le cerré la puerta en la cara molesto-okey entiendo, bueno, si cambian de opinión me llaman-fueron las últimas palabras que pude escuchar y era una señal de que se había ido, me tire en el sofá y me quede revisando aquel cuaderno, no había mucho que decir, apuntes, materias, unos dibujos esparcidos y no quise prestar más atención, lo tire en un cojín y termino en el suelo al rebotar, se abrió en la última página y ahí sentí que podría matarla si la tuviera frente mío.

 

S&V

 


De quien más podría ser aquella letra sino mi novio, apreté los puños enfadado y seguí viendo el resto, palabras, dedicaciones a ellos y la frase que más me hizo enfadar fue la que decía ''el conocer tu corazón mejor que otros a pesar del tiempo, es solo lo que me hace amarte cada vez más'', ello no podía ser, ¿quién más que yo podría conocerlo mejor?, soy yo quien ha estado en todo momento junto a él, quien ha visto su vida desde pequeño, ahora una desgraciada viene y cree poder hacerlo mejor que yo, no lo perdonare, esto no lo perdonare.

 


-¿Ventus?-cuestiono Vanitas al llegar a casa y parecía sorprendido de verme ahí-no entiendo, tenías una prueba a esta hora ¿no?-continuó acercándose a mí y yo le desvié la mirada molesto-¿estás bien?-se sentó a mi lado, tomo mi mano con la suya y la otra agarro mi mentón, me obligo a mirarlo y entonces temblé de rabia levantándome enseguida.



-Tu querida Sasha vino a entregarte sus apuntes-mencione escupiendo con rabia cada palabra y le tire en cara el primer cuaderno que tome para que viera sus mensajes-parece que tienen una hermosa amistad-gruñía molesto porque volviera a ocurrir esto, que alguien este enamorada de él no lo permitiría, primero la mato antes de que se vuelva a acercar a mi Vanitas.


-Ventus, este es tu cuaderno-me señalo confundido, se lo arrebate de las manos y comprobé que en verdad era el mío, comencé a buscar el de ella encontrándolo y enseñándole esos molestos corazones con ambas iniciales encerradas en un corazón que ansiaba destrozar-ah eso, el nombre de su novio es Vencen, es el chico que se sentó junto a ella recuerdas-me explico con una calma tan grande que parecía estar diciendo la verdad y ahora me sentía mal por ello, me quedo viendo en espera de una respuesta y finalmente suspiro frotándose la sienes-Ventus, no entiendo que más necesito hacer para que confíes en mí y dejes los celos, nuestra relación es pública, vivimos juntos, ¿qué más te falta?, ¿el anillo y el certificado de matrimonio?.....no respondas-pidió como si supiera la respuesta y eso era muy probable, sabe que lo deseo, sabe cómo se me ilumina la mirada al pensar en esa posibilidad.


-Lo único que sé es que si llega a acercarse a ti le hace daño, ya debería saber que no debe acercarse a ti-dije con un tono amenazante y el me daba un suspiro como respuesta.

 

 

-¿Por qué siempre lo haces difícil?, ¿verme aquí encerrado y aislado de toda persona te hará feliz?-me preguntaba y únicamente podía guardar silenció-Porque si es así....lo haré-dijo tomándome por sorpresa y se sentó en el sofá-no hablare con nadie nunca más-fueron sus últimas palabras, ahora es dónde yo saltaría sobre el feliz, emocionado de ello y diciéndole que lo único que necesita es a mi.....pero no lo estoy, solo baje la mirada para darme media vuelta y salir de aquel hogar.



-"La culpa es de él"-ese simple pensamiento resonó en mi cabeza-"aún no sabe apreciarte, no sabe los sacrificios que llegarías a hacer por él, supongo es eres su adorno, al igual que tus padres, eres uno que no importa lo que haga siempre estará ahí como si nada, esperándolo como un perro fiel y despreciado"-se burlaba de mi cada vez con más fuerza, pero ya no importaba, no importaba nada pues me había dado cuenta de algo que nunca quise saber......él no es feliz conmigo.



Que la lluvia cayera sobre mí no era algo para detenerme, que cada gota mojara mis ropas no pareciera llegar a importar, que mis lágrimas fueran ocultadas por estas era algo que agradecer, no importa cuanto lo llegue a intentar, siempre tengo dudas de nuestra relación, de mí, de él, de nosotros....si es que debe seguir existiendo un nosotros, porque entre aquellos pasos que daba acompañado de mi subconsciente no dejaban de apuñalarme por la espalda unas palabras que en mi mente se quedaron.



"Solo eres un problema para el"



Y por más que quisiera sabía que no podría negarlo esta vez, soy un lunático, quizás siempre lo he sido, quizás si hubieran habido más personas que me ofrecieran su amor, o quizás si no hubiera dependido únicamente de un amor ahora sería feliz.....no, la verdad es que no lo es, si no estuviera ahora con Vanitas sé que no podría sonreír del mismo modo, porque el amor es algo hermoso y terrible a la vez, te muestra un mundo en que a cada movida que hagas tendrás un final distinto. Qué tontería, ¿que se supone que iba a hacer yo?, ¿ser la damisela del cuento de hadas?, escaparme con él y pedirle matrimonio así como si nada cuando apenas tenemos 16 años, peor que ello, le pedía que dejara la realidad y viviera en un mundo que solo nos viéramos uno al otro, ahora que me lo digo a mi mismo es una gran tontería, yo soy una gran tontería pues entre más repito ello más pareciera querer latir mi corazón, saltar de alegría y ello era lo que más me hacía llorar en este instante, ¿qué he hecho de bueno por el?, he sido un peso y obstáculo, ser una mera entretención quizás, pero toda entretención se debe acabar, lo sabía, debía dejarlo pues merecía más.


-Quizás así tú seas feliz-susurre viéndome en el reflejo de un charco a mis pies, me veía tan patético que no podía ni verme más-¿quién podría amar a alguien como yo?-cuestione al aire intentando reírme de mi mismo.



-Yo lo haría, y créeme que aún lo hago-.... ¿por qué?, no importara donde fuera el saber que me ha seguido es un alivio a mi alma-creo que tú tienes que decirme algo, no me importa esta lluvia o llegar a tener una pulmonía, lo quiero oír de una vez-me exigió permaneciendo firme tras de mí, sabía que hablaba en serio, que no planeaba irse y mi cuerpo no podría resistir mucho más aquí......que ocurra entonces.



-No te merezco-confesé encarándolo viendo su expresión de confusión-por más que hago algo tu siempre estas aquí, intente matarte una vez para que permanecieras a mi lado, y créeme que lo hare de nuevo-mi voz comenzaba a temblar cada vez más-aun así vuelves a mi lado, estoy obsesionado por ti y parecieras no comprender lo duro que es para mí que tú no hagas nada, cada vez que alguien se te acerca quiero golpearlo, quiero encerrarte y pasar mi vida así.....aunque sé que está mal, esa idea me hace feliz-gimoteaba con la voz rota por el llanto y esa mirada ámbar no me ayudaba-quiero que te vayas, que busques a otra persona para amar pues sé que es lo mejor para ti, quiero que seas feliz pues conmigo no lo serás y lo sé, soy un peligro y lo sé.....soy reemplazable y también lo es-dije como última palabra mientras él se cruzaba de brazos viéndome fijamente.




-Esta es la única respuesta que te puedo dar, te amo y confió en ti-dijo acercándose mientras yo retrocedía planeando escapar-no importa que pienses tú de mí, pero yo no puedo estar con otro más que tu-no sigas, pido que no sigas amando a un lunático como yo que solo te traerá dolor- porque eres a quien deseo proteger siempre-tomo mi mano suavemente y sabía que debía escapar, escapar antes de que sus palabras tocaran mi corazón.... pero sabía que era tarde-porque eres con quien deseo pasar mi vida, si dices que eres un peligro no me alejare, si dices estar loco te ayudaré, pero no me pidas alejarme de ti pues es imposible-decía tomando una leve distancia, la suficiente para que sintiera una mirada de aprecio, no la perdía de vista, pues me confirmaba que cada palabra era verdad-Te amo Ventus, nunca dudes de ello-me sonrió levemente mientras mis manos tomaban las suyas.



-¿Incluso si soy un peligro para ti?-cuestione con mi voz rota por el llanto-¿incluso si intentara matarte nuevamente?-dije como mi último recurso.

 

-Estaré aquí para ayudarte, y no seré el único, porque conocemos a tres entrometidos que vendrían enseguida a este lugar para ayudar, no estamos solos, y yo nunca te abandonaré-me aseguro apegándome a su cuerpo, la voz no volvió mas, mi mente se aclaraba cada vez más y solo podía pensar en lo estúpido que había sido desde que llegamos a este lugar, aun con pareja uno mantiene a los amigos y a la familia de su lado, no volvería a dudar, y eso era algo que me prometía a mí mismo.

 


-S-solo....di esas dos palabras-le pedí sabiendo que había perdido la batalla completamente, nuevamente me mostraba obsesionado por él, sin embargo me tiene paciencia y me toma entre sus brazos para decirme cosas como estas, cosas que hacen mi corazón latir tan fuerte que podría salirse de mi pecho en cualquier instante.


-Te amo-suavemente en mi oído caen aquellas palabras que siempre deseo oír con cada parte de mi ser, toma mi mentón, lo eleva para besarme y correspondo intentando no llorar en ello, pocas personas son quienes pasan a nuestro lado, algunos nos ven feo y otras nos ignoran pero no me importa, me sigo aferrando a él hasta que el aire se acaba en nosotros obligándonos a separarnos, unas pequeñas risas entre nosotros mientras nuestras narices se frotan una con la otra, un estruendo en el cielo nos hace recordar la lluvia que cae sobre ambos, debíamos irnos antes de resfriarnos.


-Vamos-llamo mi atención y observe como estaba ofreciéndome su mano-vamos a casa-indico y esa oración me alegraba, nuestro hogar, el que compartíamos y no podía creer que yo había querido abandonarlo, aun bajo aquellas frías gotas de agua no sentía frio, me apegaba a él, caminábamos con una gran calma producto de una discusión que termino bien.

 

 

-¿Qué cosa en mi te hace tomar estos riesgos?-le pregunte una vez llegamos a nuestra habitación, solo una más, solo necesitaba aquella respuesta para poder cerrar este capítulo, tras quitarse la camisa volteo a verme y aquella vista de su torso desnudo no servía para mantenerme serio.

 

 

-Si lo pienso bien no podría responder con una palabra-me dijo ubicándose frente a mí-De pequeño tu optimismo, cuando creciste el cariño que me dabas y me hacia reír, después el amor en que me hacía sentir especial y finalmente este punto-enumeraba y entonces sentí sus manos en mi playera húmeda ayudándome a quitármela-lo que me hace tomar estos riesgos, es que nadie más podría hacerme sentir más amado y más feliz que tu-respondió finalmente y mi rostro ardía tanto que las gotas de agua se podrían evaporar, hay veces en que se pone sentimental......pero esto es demasiado para mi corazón.


-Vanitas-susurre en cuanto sentí sus brazos rodear mi cuerpo y el tacto de su manos ocasionaba que mi piel ardiera-¿ya no estoy castigado?-pregunte con un tono nada inocente dejando en claro mi intensión, sus labios sobre los míos fueron una rápida respuesta, solo a corresponderle antes de sentir como mi espalda chocara contra la cama, se ubicó entre mis piernas, mi respiración comenzaba a agitarse cada vez más, me aferraba a sus hombros mientras sus labios iban dejando las marcas que extrañaba sobre mi piel, sin embargo lo hacía de un modo lento como si estuviera tentándome a hacer algo, un débil gemido salió de mi cuando su rodilla rozo mi entrepierna, escuchaba como repetía mi nombre, mis mejillas se enrojecían por el tono sensual que acompañaban sus susurros, a pesar de la lluvia cayendo con fuerza podía escucharlo perfectamente, el frio del clima se había ido por el ardor en nuestra habitación que iba en aumento cada vez más, mi vista comenzaba a tornarse borrosa obligándome incluso a cerrarla por las caricias hacia mi intimidad, su mano la delineaba lentamente para terminar retirando mi pantalón, la única tela que me cubría era mi bóxer y su mano se encontraba masturbándome por encima de este a un ritmo que sabía era únicamente para desesperarme-mas......mas-suplicaba casi llegando a gritarlo como podía pues el correspondía a mis ruegos, mi lengua comenzó a jugar con los dedos de su mano, lo hacía para decirle que esto era más una tortura que un placer, lo deseaba a él, deseaba saborearlo y entonces aplique peso para quedar cambiar los papeles, me encontraba sobre él, sentado en sus piernas y sentía un bulto presionando contra mi trasero, una sonrisa gatuna adornó mi rostro, mis labios le devolvieron el afecto que me dio hace poco, llegaron a su cuello y entonces no pude evitar dar una mordida, una lo suficiente para no lastimarlo pero si para dejar una marca, me apegue a su pecho firme dejando un beso y dándole unos leves pellizcos a sus pezones con mis dientes, uno gruñido grave fue mi respuesta, lo comenzaba a disfrutar y baje hasta su abdomen, con algo de dificultad por los nervios del momento logre arrebatarle su pantalón, este que termino en algún lugar de la habitación al igual que su ropa interior, por lo duro que estaba podía ver que disfrutaba esto, mi respiración posaba sobre su entrepierna, mi lengua salió para recorrerla escuchando como su respiración se agitaba más, con las mejillas sonrojadas y agradeciendo que no viera mucho por la oscuridad comencé a chuparlo.



-Ahh-un gemido salió de ambos, después de ello una arcada me sacudió al no estar acostumbrado a ello pero no me detuve, intente respirar aun teniendo aquello en mi boca y seguí hasta que todo lo estuviera, podía oler sus hormonas, algunos de sus vellos hacían cosquillas en mi nariz y comencé a mover mi cabeza, mi lengua no captaba algún sabor desagradable por más que intentara, se deslizaba y presionaba su punta, una embestida me tomo por sorpresa, sus dedos se enredaron en mi cabello y me acercaba cada vez más, dirigía la velocidad de ello y mi garganta llegaba a lastimarse pero el morbo de hacerlo opacada aquello-ya.....casi-esas dos simples palabras me hicieron morderlo suavemente, no permitía que me alejara más y entonces en un gruñido se derramo en mi boca, un líquido amargo y salado llenando a mi garganta obligándome a separarme, un chorro llego a mi rostro mientras intentaba mantenerlo en mí, mientras el recuperaba su aliento yo tragaba lentamente saboreando el momento, relamí mis labios con gusto, como si no hubiera probado algo mejor en mucho tiempo, lo disfrutaba, aquella mirada de lujuria entre la oscuridad hacia mi llegando a poseer un efecto de afrodisiaco sobre mí, me tendí sobre la cama, me desprendí de la prenda que cubría mi entrepierna, separe mis piernas y mis manos se apoyaron en mis muslos para enseñarle mi entrada.



-Hazlo.....mi amor......lo necesito-gemía entrecortadamente al ser la excitación más grande que la misma vergüenza, cerré mis ojos en espera de una arremetida, apreté mis dientes sabiendo que me dolería por el tiempo que no lo hemos hecho-Ahh-un gemido más fuerte que la lluvia salió de mis labios, algo húmedo presionaba contra mí, abrí mis ojos para cerrarlos y volver a gemir, eran lamidas, podía sentir su lengua por aquella zona intentado entrar en mi-N...n...o-la palabra no salía por más que lo intentara, menos cuando lo logre y sentía su lengua explorando mi interior, su saliva inundando aquel lugar y mi erección palpitaba desesperada, no podía mover mis manos, no podía moverme en absoluto por la sensación que recorría cada nervio de mi columna.


-Estas muy cerrado-me dijo una vez se separó de mí, un alivio llego a mi cuerpo por un segundo antes de sentir como uno de sus dígitos entraba en mi-relájate, solo será un momento-susurraba en mi oído a medida que su otra mano me masturbaba suavemente, comencé a temblar, otro dedo se había unido al primero en su tarea de dilatarme, besaba a mi amado intentando acallar mis gemidos pues mi garganta no los podía soportar, uno escapo de mi cuando entro el tercero y todo mi cuerpo se apretaba, su mano ahora se movía frenética sobre mi miembro, mis uñas se enterraban en su brazo, se movía desde la punta a la base y entonces sentí una presión más fuerte, algo que hizo cada pelo en mi cuerpo ponerse de punta y entonces eyacule con fuerza, mis dientes mordían su labio casi partiéndoselo mientras todos mis músculos se tensaban, apresando sus dedos mientras mi abdomen era ensuciado por mi esencia-vaya, eso fue rápido-se burló mientras lamía su mano ensuciada por mi culpa frente a mí, no pude evitar hacerlo también, no me avergonzó lo que dijo, después de días de abstinencia me sorprendía no haberlo hecho cuando comenzó a tocarme.


-Hazlo-suplique sabiendo que no podría aguantarlo más sin él, cediendo a mis deseos sentí como sus dedos me abandonaba para ser reemplazados por su miembro, el solo tacto llegaba a hacerme arder, sujeto con fuerza mi cadera y entonces se introdujo en mí, placer, dolor, felicidad, desesperación, aquellas sensaciones me desbordaban a medida que él y yo íbamos uniéndonos más en esta demostración física de amor, un gemido de ambos retumbando en mis oídos fue la señal de que estaba completamente en mí, sin esperar nada moví mi cadera indicando que estaba bien, me trague aquellos pensamientos en cuanto salió para volver a arremeterme, cada vez más fuerte y rápido en que ya no podía sentir más mi garganta por los gritos de placer, sus gruñidos en mi oído mientras me aferraba a su espalda, impidiendo que se alejara más de mí, humedeciéndonos ambos por el sudor del cuerpo del otro, susurrando palabras de amor y de depravación a medida que se iba poniendo más candente, me levanto como si nada y un gemido de dolor salió cuando choque contra la pared, sin detenerse en algún momento aquellos golpes seguían constantemente, mis piernas se enredaban en su cadera para no caerme, mi miembro había despertado para balancearse junto a nosotros, no podría mas, que estuviera chorreando presemen era una señal de que no podría aguantar esto mucho más, mi interior no estaba de mejor modo, todos los puntos sensibles en mi zona chillaba al máximo por cómo se deslizaba cada vez más fácil, sus bocados de aire que iban siendo más frecuentes, su expresión de satisfacción que no podía dejar de admirar iban siendo la escena ideal, unas cuantas embestidas más, unos esfuerzos por llegar más profundo en mí y entonces el primero en explotar fui yo, diversos chorros aterrizando entre nosotros ensuciándonos y la tormenta se desato dentro de mi llenándome de un éxtasis que únicamente yo podía experimentar, la lluvia y los truenos eran los únicos sonidos, solo ellos y el de nuestros labios juntándose una y otra vez, me sentía pegajoso, complacido y más que nada, amado.



-Tendremos que decirle una excusa a tu maestro por no ir hoy-escuche sus palabras en mi oído mientras salía de mí, caí en sus brazos al no tener algo de fuerza ya en mi cuerpo, al aprisionarme contra su pecho escuchaba los latidos de su corazón acelerado, estaban iguales, podía sentir como nuestros corazones latían al compás y en armonía-también tendremos que comprar condones-menciono el dándome una indirecta de que esto se seguiría repitiendo una y otra vez.



-Seré niño bueno-la voz finalmente regreso a mí para decir aquello-porque seré niño malo cuando estemos aquí-le sonreía de un modo incitador de que esto sucediera siendo desafiado por su mirada en que decía aceptarlo-también te prometo que seremos felices, cuando todo lo superemos juntos-le asegure recibiendo una pequeña afirmación de su parte, la sábana cubrió nuestros cuerpos y el beso mis labios con una pasión que solo el podría demostrarme.



-Ya me haces feliz-únicas palabras que escuche para dejar que todo pasara y cerraba mis ojos. Vivir con mi amado Vanitas no es como lo esperaba, sin duda alguna es lo que mejor me ha pasado.



En la vida hay pocos momentos perfectos, muchas veces ocurre algo que te pone a prueba pero es bueno superarlos, porque después viene la recompensa, que Vanitas diga que me ama y que confía en mí siempre es un regalo, porque me hace feliz, me hace sonreír y le da un significado a mi existencia, vivir con él no es como lo esperaba, sin duda alguna es mejor.


Pero todo cuento tiene un lado triste.


Lo supe a la mañana siguiente en que no lo encontré a mi lado, me levante tras colocarme algo que cubriera mi desnudes, lo vi sentado en la mesa de la cocina, su mano cubría sus ojos y una carta estaba en su mano, vi claramente el rastro de lágrimas en sus mejillas, sabía que no debía pero tome el papel en mis manos y cuando termine de leer me apegue a él, comenzamos a llorar en silencio, desahogando la tristeza y con el único consuelo de que ambos estábamos juntos.


Mi hermano y Sora están muertos

Notas finales:

feliz año nuevo nyan


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).