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Obseción por Riolu

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Notas del capitulo:

Nyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaan muchos creian que el anterior era el final pero nop, este es el finalfinalfinal nyan, por un momento pense en dejarlo asi pero una noche esta idea vino, se quedo y no quiso salir, mi gato interno decia, hazlo, hazlo, hazlo, hazlo,hazlo, y bueno aqui me tiene nyan nyan nyan, les agradesco en verdad mucho que me hayan apoyado con sus comentarios, me tuvieran paciencia y siguieran mi fic, espero les guste, eso si este cap esta desde el punto de vista de Iris, espero les guste nyan

Cuando el telón baja indica que la obra termina, ¿pero eso es bueno?, ¿en realidad se disfruta cuando llega el final de algo?, en algunos casos sí, porque se asume que lo continuo será algo sin importancia, algo clásico como un cuento de hadas en que "ah claro, tendrán un hijo y se casaran y felices para siempre", no es así, no porque un supuesto final llega es un final feliz o uno triste permanentemente, una persona debe intentar analizar lo ocurrido en la historia, interpretar las cualidades de cada uno, entonces puede volar la imaginación e imaginar que ocurrirá. Una de las cosas más difíciles en una obra podría ser un espectador, admiramos lo ocurrido, aprobamos y rechazamos algunas cosas, nos reímos, lloramos, aplaudimos, pero se nos priva de lo que más podría desear uno.


No podemos intervenir.


Entendí eso cuando llego el final de la historia de mi querido primo Sora y de su amado Roxas, no pude hacer nada, solo veía como una estúpida todo el caos, como una debilucha que no se atrevía por el miedo a detener a su primo aun cuando sabía que este había perdido la razón, recuerdo esos días de lágrimas, como odiaba cada uno de esos recuerdos hasta que llego el funeral, verlos descender hasta unas tumbas y luego ser sepultados, habían muerto juntos, pero no pudieron estarlo en la tumba, la poca humanidad que pudimos recuperar de sus padres fue únicamente para mal, las familias hicieron una disputa, aun cuando les explique cuanto se amaban, aun cuando les dije que los habían llevado a eso no se retractaron, se odiaron culpándose unos a los otros, diciendo que uno fue la mala influencia del otro, las únicas malas influencias fueron ellos y la actitud que siguen presentando, fueron enterrados en dos sitios diferentes, y nuevamente no pude hacer nada, solo rezaba porque sus almas se encontraran en algún momento, le suplicaba a Dios o a quien fuera el encargado de sus almas que les dejara reunirse, como ellos lo deseaban, como ellos habían decidido estar.


Solo tomo una semana desde ese momento en que atraparan a mi abuelo, estaba escondido en una comuna cercana a Vanitas, apenas lo apresaron encontraron papeles de tratos negros que iban a estar al nombre de mi primo, si hubiera conseguido la firma hubiera recuperado todo pero fallo a causa de tiempo, mi abuela dijo que antes de que se lo llevaran él se apuñalo el pecho diciendo que jamás lo tendrían, aquel anciano soberbio prefirió quitarse la vida antes que ser atrapado, no podía esperar otro final para el pero eso no me importo mucho, comencé a investigar a Riku, si mi primo decía la verdad entonces el desgraciado tendría alguna prueba, y yo me aseguraría de que sufriera su castigo, me tomo un tiempo pero finalmente pude acorralarlo con ayuda de Xion, se encontraba oculto en la ciudad de traversa town, por muy cruel que llegué a sonar me gusto ver su expresión de temor al verme, como intento escapar de mi siendo inútil al estar en un callejón sin salida, había fingido ser mi amigo, me había mentido para arruinar la vida de una de las personas que más he querido, romperte los dientes fue poco si lo pienso bien pero no dejaría que se escapara de lo que hizo, llegamos a su hogar con la policía, en su computadora pude encontrar unas grabaciones, unas eran de la habitación de Sora, también habían unas notas sobre como planeaba un secuestro contra Roxas, e incluso un video de como violo a mi primo, lo peor fue que no solo fue a él, habían otras más, chicos, chicas, era un predador sexual con años de experiencia, lo arrestaron por acoso y violación, nunca más quise ni supe de él. Mi familia al saber todo ello eliminaron el nombre de Sora de los registros familiares, sus padres me colocaron en su lugar creyendo que se ahorrarían la vergüenza por sus actos o lo que le hicieron, la única avergonzada era yo por cargar con su apellido, supe que los padres de Roxas hicieron lo mismo declarando a Ventus su único heredero, uno pensaría que es horrible, así fue, me daba vergüenza cuando me mencionaban al momento de tratar cosas de negocios, gente que no aprende la lección ni a costa de la vida de sus hijos, despreciable lo sé, lo único grandioso ocurrió cuando pasaron dos años.

Finalmente mi primo, o ahora hermano Vanitas, regreso del extranjero, solo sería por un corto tiempo debido a que mi abuela había reinstaurado las juntas empresariales, al llegar al lugar no había rastro de mafiosos, por primera vez pareciera que la avaricia en las personas bajaba, o al menos en gran parte. En esta ocasión ocurría un evento importante, es donde los jefes empresariales le cederían a sus primogénitos unos cargos en la empresa de cada uno, solo por esa ocasión ambas familias se juntaron, gracias a que era una mujer pude seguir como una estudiante normal siempre en compañía de mi fiel compañera Xion a la cual había invitado, todo empezaba aburrido, la cena, charla, charla, negocios, finalmente llegó el momento en que ellos dos debían dar un discurso, juraría que casi me muero de la risa cuando Ventus les confeso a sus padres que nunca tuvo planeado unir las compañías por medio de un acuerdo como les había dicho, sino más bien casándose con Vanitas, me reí bastante cuando a ambas madres casi les dio un infarto, como ambos padres estaban por gritarles o algo pero ya estaban condenados, eran los únicos en la lista, no les quedaba de otra y lanzándoles un odio profundo a sus hijos tuvieron que acceder. Solo esa fue una victoria, la primera buena noticia que había tenido en dos años, solo esperaba que ellos estuvieran bien, cosa que paso, se esforzaron, se superaron, se apoyaban uno en el otro y así pudieron formar una empresa propia y liberarse de las presiones familiares, Ventus había podido superar su obsesión para demostrar que en verdad era amor lo que sentía, si tan solamente Sora lo hubiera hecho también, seguramente estaría aquí para reírse a mi lado.


Finalmente me gradúe y ocurrió una enorme ceremonia, no por ello, sino porque ambos tortolitos en verdad se casaron, claro que hubo un gran problema cuando encontré a Ventus planeando comprar un vestido blanco, tras unas riñas y explicarle claramente que debía usar traje el decidió nombrarme su madrina, también menciono que el vestido no era para la boda a lo que me quede más confundida que nunca, sin embargo el momento en que estuve cerca del altar no podía estar más feliz para observar todo, el solo verlos a ambos sonriéndose uno al otro, colocarse los anillos y por último el beso me hizo cuestionarme si esta era la otra ruta, Ven no había dejado de ser posesivo pero ahora era más aceptable, no llegaba a ningún extremo más que jalar de la oreja a Van cuando hablaba demasiado con alguien, quizás así podían haber terminado Sora y Roxas, ¿quién sabe?.


Tras ello llego el duro momento en que sabía me iba a despedir de mi mejor amiga pero no fue así, ambas fuimos aceptadas en la misma universidad, mientras ella se convertía en psicóloga yo decidí estudiar para convertirme en maestra, ¿por qué en maestra?, porque ellos son los que te forman, cuando eres menor y no sabes del mundo ellos te enseñan si no cuentas con tus padres, con algunos puedes tener un lazo, una relación en que podrás pedirle consejo, yo quería encontrar aquello y educar a una nueva generación, por ello decidí estudiarlo, aunque haya pasado el tiempo seguía teniendo mi instinto para que me advirtiera, pero desde hace un tiempo me había abandonado y eso no me importo mucho, me sentía liberada de otro peso de algún modo. Finalmente pasaron los años, me gradúe y me titule, Xion hizo lo mismo y se fue a otro país aunque nunca perdimos el contacto, ella fue uno de los muchos pilares que tuve a lo largo y jamás la olvidaría, decidí descansar un tiempo, tome un viaje al extranjero para poder visitar a Vanitas y este me recibió en el aeropuerto con una sonrisa, en todo el camino a su hogar no dejaba de decirme que me tenía una sorpresa dejándome inquieta.


-Iris-me recibió Ventus con una sonrisa cuando llegamos a la casa y yo confusa veía un bulto envuelto en una manta en sus brazos-conoce a tu sobrinita, su nombre es Irina-me presento a la pequeña bebé que estaba en sus brazos, tras un desmayo y una aspirina al despertar me explicaron que habían decido adoptar a una pequeña y formar una familia, no era eso lo que me alteraba, sino lo mucho que nos parecíamos excepto que ella tenía unos leves mechones rubios.


-Ventus insistió en el nombre, además recuerda que hace unos años me pidió tener una hija que fuera como tú-me recordaba mi primo y yo estaba al borde de un colapso por lo extraño que era para mí, la pequeña criatura comenzó a llorar y el rubio la calmaba apegándola a él, en ese momento pensé que no sería tan malo siendo que él era tan afectuoso como una madre, cuando extendí mi mano y esta me tomo un dedo supe enseguida a que jóvenes quería educar, fue por ello que al regresar tome un trabajo en un parvulario, quería primero trabajar con niños pequeños, sin embargo la vida me tenía más sorpresas....una muy grande de hecho. Dos nombres muy peculiares.



Roxas y Sora.



Apenas había leído ello no pude dormir con calma hasta que finalmente comenzaran las clases, observaba a algunos niños sin querer alejarse de sus padres, los calmaba mostrándoles una amable sonrisa y solo con algunos funcionaba, aun así no podía dejar de mirar hacia la puerta hasta que ambos entraron casi al mismo tiempo, un castaño de 4 años de edad, cabellos alborotados, un rostro inocente y unos ojos azules, el otro era rubio, cabellos inclinados hacia un lado con los mismos ojos azules pero su rostro se veía algo serio a pesar de su edad, eran una vivas copias de ellos dos cuando tenían esa edad.


-Señorita, ¿por qué llora?-me pregunto uno de los padre y yo tuve que tocar mis mejillas comprobándolo, inconscientemente había comenzado a llorar, les dije que era por la emoción del día y que el llanto se me contagiaba por los niños y estos parecieron comprender, apenas me retire pude sollozar en silencio, sabía que no valía la pena pues era imposible que fueran ellos, pero aun así tenía esperanzas, una leve esperanza de que mis oraciones hubieran funcionado, una vez me calme tuve que ir a calmar al pequeño Sora que se aferraba literalmente con dientes y garras a sus padres, esto sería entretenido, lo sabía sin necesidad de mis poderes.



A lo largo del año pasaron cosas que no comprendía, para empezar Roxas era algo independiente para su edad pero era un bravucón que incluso los de años mayores evitaban, Sora era un llorón pero que le agradaba a las personas y este les habría su corazón dándoles su ayuda si podía, de algún modo se parecían a Vanitas y a Ventus solo que a la inversa, no me podría imaginar a esos dos en ese papel, no puedo, lo peor era que eran tantas las quejas que todos querían al rubio lejos, aunque al que más molestaba era al castaño pero este nunca me decía nada, fue cuando comenzaron una discusión en plena clase que me canse de observarlos y decidí actuar, para empezar jalándolos de las orejas para que salieran del salón y pudiéramos hablar.


-Aff a ver, ¿por qué siempre pelean?-les cuestione a ambos quienes comenzaron a hablar al mismo tiempo antes de comenzar a gritarse sin darme oportunidad de entenderlos-okey basta, Roxas habla tu primero-le pedí y este le saco la lengua a Sora como burla.


-Porque es un debilucho, siempre está temblando cuando se trata de jugar rudo o cuando los mayores se acercan-me explico mientras el castaño inflaba las mejillas molestas y me jalaba la manga pidiendo atención.


-A mí no me agrada porque siempre me molesta, además se queja de mi pero al menos yo si tengo amigos y no soy un solitario como el-le contrataco sacándole la lengua y tuve que poner un brazo entre ellos para evitar que se pusieran a pelear nuevamente, aunque no dejaban de recordarme a mi primo y a su esposo a esa edad, no exactamente pero en un punto se iban a apegar, eso lo podía apostar.


-Son igualitos-les dije haciendo que inclinaran sus cabezas confundidos, sabía que no eran los mismos pero de un modo me hacía sentir así-Roxas en verdad eres muy solitario, pero es cierto que Sora es algo llorón-afirme yo mientras ambos parecía abrir la boca para quejarse pero yo tome sus manos para juntarlas entre si-por eso ahora estarán en las actividades juntos, cada uno se enseñará al otro y si veo que hacen trampa o mienten, no habrá postre para ninguno en lo que resta del curso-sentencie y ambos comenzaron a hacer un berrinche por mi decisión pero no me dejaría convencer, los obligue a regresar a clases sentándolos en una mesa apartada, el rubio aparto de un empujón al que estaba ahí y este comenzó a llorar recibiendo disculpas por parte de Sora, fui a calmarlo escuchando la discusión de esos dos pensando que sería divertido seguir el procedimiento de esto, aunque eso no evito que Roxas escribiera 100 veces "no debo empujar a mis compañeros".


El paso del tiempo fue rápido, su progreso paso de discusiones a pequeñas riñas, después de eso apenas se dirigían la palabra y después comenzaban a hablarse normalmente, finalmente llego un punto en que ambos reían juntos y considere que era suficiente, apenas termino la jornada les dije que no era necesario hacer más los trabajos ellos juntos y pensaba en que compañeros asignarles.


-No quiero-negó Sora tomando la mano de Roxas-es mi mejor amigo, no quiero separarme-me dijo mientras sus ojos amenazaban con llorar, por un momento pensé que esto sería difícil y temía que se hubiera apegado tanto.


-Sora me agrada mucho-escuche decir al pequeño rubio y voltee a verlo-¿podemos seguir trabajando juntos?-me pedía y su mirada también lucía a punto de llorar, solté un suspiro y les acaricie los cabellos permitiéndolo, nunca es bueno separar a los amigos y algo me decía que pronto confirmaría mi teoría, esto ocurrió cuando concluyo su enseñanza, nos preparábamos para la graduación aunque muchos pequeños me abrazaban a mi llorando, nunca es fácil cuando una maestra que adoras y siempre fue buena contigo se tiene que ir supongo, lo más raro era que no encontraba a ninguno de mis dos alumnos favoritos, comencé a buscar más a fondo y los encontré en un rincón apartado abrazándose uno al otro.


-Niños, la graduación va a comenzar-les dije pero ellos no se movían en ningún momento-¿qué ocurre?-les pregunte acercándome a ellos algo curiosa.


-No quiero, no quiero separarme de Roxas maestra-me respondió Sora entre lloriqueos mientras apretaba más a su amigo, baje un poco la mirada y toque al rubio pero este me aparto la mano.


-Es su culpa-me acuso con un dedo-si no hubiera hecho que nos agradáramos no estaríamos así, ¡no tendría que sufrir porque Sora se irá de mi lado y estaré solo!-me gritaba sin poder dejar de llorar mientras lo abrazaba más fuerte, una sonrisa se formó en mis labios y con mi pañuelo les sequé las lágrimas.


-¿Tú quieres a Roxas?-le pregunte al castaño y este gimoteando me asintió-¿tú quieres a Sora?-le pregunte esta vez al rubio quien me afirmo tomando su mano-entonces no es un adiós, son amigos, los mejores según me dijeron una vez, así que se volverán a ver-les calmaba aunque ellos me seguían viendo desconfiados por mis palabras, metí la mano en mi bolsillo y saque dos pequeños llaveros, cada uno tenía la mitad de una estrella aunque con unas pequeñas hojas en las puntas-este será nuestro secreto, les daré estos llaveros de papou, mientras los tengan con ustedes en algún momento de sus vidas volverán a encontrarse, se los prometo-les asegure extendiéndoles los llaveros los cuales ellos tomaron con una sonrisa, se dieron un abrazo y por ultimo me dieron uno a mi diciendo que me extrañarían, los cargue hasta la graduación en que íbamos atrasados para que comenzara.




10 años desde entonces, no he vuelto a verlos, lo último que supe fue que Sora entro en una escuela de Twilight City y Roxas se fue a una ciudad lejana explicándome porque lloraba tanto cuando fue el último día de clases, extrañaba a los pequeños y seguía dudosa si acaso separarlos definitivamente era el plan original, aun así seguí mi vida, conocí a un agradable hombre llamado Zack con quien me case, tenemos a una pequeña de 5 años a la que llame Aerith, salió bastante similar a mí pero tenía el ánimo y espíritu de mi esposo, en todo ese tiempo me aburrí de solo ser maestra de parvulario y me convertí en una de secundaria, más por instinto que obligación, me decía que debía hacerlo para tener algo divertido que ver y lo obedecí, iba a ser mi primer día pero había decidió pasar por cierto lugar antes que nada.


-Vani, Ven, vine de visitas-anuncie abriendo la puerta de su nueva casa, habían decidido volver a Twilight City para expandir su empresa pero estaba segura que era más para regresar al lugar donde se conocieron, en cuanto entre tuve que volver cerrarla para evitar que un vaso me llegara en la cara, abrí lentamente para ver la casa patas arriba y unos gritos venir del piso de arriba.


-¡Irina deja en paz a tu hermano!, ¡Cloud baja eso ahora!-escuchaba los gritos de Ventus y decidí asomarme por la habitación de dónde venían, era un caos peor que la sala, ambos pequeños estaban arrojándose sus juguetes uno al otro y su padre inútilmente estaba en el medio tratando de detenerlos.


-¡Tía Iris!-gritaron estos al verme y dejaron su pelea para ir a abrazarme, sentía la mirada de eterna gratitud de Ventus en mí y este también me abrazo terminando todos en el suelo, mientras comenzábamos a limpiar ambos pequeños me platicaban de cómo les iba a cada uno, me sentí como la niñera pues el rubio estaba en el sofá casi quedándose dormido y me daba algo de lastima, aunque debió haberse imaginado que cuando decidió adoptar a otro pequeño y ambos comenzaran a crecer estaría en problemas, tras todo ordenado recordé mi asunto y tuve que despedirme.


-Los veré otro día, Irina, Cloud, no sean malos con su papi Ven ¿de acuerdo?, si lo hacen les traeré un regalo la próxima vez-me despedí mientras ellos dos ya habían comenzado a jalar de los brazos a su padre pidiéndole que jugara con ellos a cosas diferentes.


-¡Vanitas sálvame!-gimoteo llamando a su esposo en busca de ayuda, solo me pude reír antes de irme a el instituto donde me tocaría trabajar, apenas la ceremonia de bienvenida concluyo cada uno fue a sus respectivos salones, llegue al grupo asignado y una agradable sorpresa apareció, Sora y Roxas volvían a ser mis estudiantes, apenas mencione a todos los de la lista vi en sus rostros la sorpresa, mientras cada uno se presentaba ellos que estaban algo alejados no dejaban de verse uno al otro, comencé a escribir cosas en la pizarra para ver si recordaban lo básico y conforme la clase fue avanzando me llego una bola de papel en la cabeza, voltee la mirada y fue el rubio quien no intentaba ocultar que fue el quien la había arrojado por lo que le ordene salir del salón, unos minutos y el castaño me pidió salir al baño y yo le di permiso, claro que ellos creen que soy tonta pero esto no me lo perdería, apenas salió asigne unos trabajos y anuncie que iría a buscar unos papeles, seguí disimuladamente a Sora y finalmente ambos se encontraron en mitad de pasillo.


-Sabía que eras tú-susurro Roxas sacando de su bolsillo el llavero que le había dado en su graduación, Sora hizo lo mismo y ambos se quedaron en silencio unos minutos pero no dejaban de verse.


-Te extrañe-le dijo Sora intentando no soltar unas lágrimas cosa que le fue imposible, se acercó y lo abrazo siendo correspondido por el otro, supuse que aquí sobraba yo, me regrese a mi salón para seguir con mis trabajos, no fue sorpresa que ninguno regresara en ningún momento a clases, a veces las cosas llevan su tiempo y sobre todo un reencuentro, creía que era la excusa perfecta para faltar a una clase.



Ya a los dos meses ellos lograron reconocerme y honestamente me sentí algo ofendida cuando ellos me dijeron que había envejecido, aunque me sirvió para poder castigarlos con un informe del por qué es producido el envejecimiento y ellos decidieron no volver a molestarme con ello, a lo largo del año escolar comenzaron a surgir rumores sobre ellos dos, de que eran pareja y habían unos comentarios nada agradables, sobre todo cuando uno decía que alguien mayor estaba detrás del rubio, esto se confirmó en cuanto me encontré a ambos en un callejón tras terminada la jornada, Roxas parecía intentar proteger a Sora pero ambos estaban siendo acosados por un grupo de adolescentes liderados por un pelirrojo que me parecía puercoespín por su cabello, estos al notar mi presencia me decían que me fuera y otros decían que se iban a divertir conmigo creyendo que era una mujer indefensa, se acercaron a mí y pues....digamos que nadie debe molestar a una maestra después de horas de clase, menos si ella es más fuerte que 5 jóvenes que se creen superiores. Los rumores de ese accidente acallaron a los otros, y tuve varias peticiones por dar lecciones de defensa personal a las cuales el principal que me lo pedía era el rubio, siempre que le preguntaba él se sonrojaba y decía que era algo sin importancia, podría engañar a muchos con eso pero siempre que me preguntaba miraba de reojo al castaño que siempre lo acompañaba, era muy obvio que quería protegerlo.



Una tarde en que terminado el trabajo decidía darme una recompensa con un helado encontré a Roxas, solo que este no sabía que lo observaba pues estaba muy concentrado espiando a Sora que estaba en compañía de una chica, se le veía molesto y entonces toque su hombro a lo cual el grito de miedo, por reflejo le coloque la mano en la boca antes de arrastrarlo a una tienda cercana pues el castaño había volteado en dirección del grito, afortunadamente no se acercó y entonces lo solté, este me lanzo una mirada de enfado pero yo puse una picara a la cual él se sonrojo bajándola, le indique con la mano un café y ambos nos sentamos a hablar, más bien yo comía un helado y el no dejaba de mezclar una taza de té sin valor para hablar, fue cuando suspire pensando que no serviría de nada que el despego los labios.


-Estoy enamorado de Sora-me confeso rompiendo esos minutos de cruel silencio, supongo que esperaba alguna reacción de mi parte pero estaba bastante calmada-no me diga que soy muy obvio-gimoteo apenado y yo afirme a ello, este se cubrió su rostro y note como temblaba-me molesta mucho, me molesta que este con otra y no conmigo, me duele....solo quiero que me vea a mí y a nadie más-me decía apartando su molesta mirada hacia el último lugar donde los había visto, sonreí un poco pensando que en esta vida le tocaría saber lo que paso Sora en la anterior, solo reí un poco antes de acariciar sus cabellos.


-Dile cómo te sientes-le recomendé y este parecía querer negarme pero coloque un dedo en sus labios-no tienes nada que perder, ¿recuerdas lo feliz que estuvo al verte?-le cuestione y este se sonrojo levemente antes de asentir-¿tú crees que el que estaba llorando de felicidad al verte te echaría de lado?-le pregunte esta vez y el elevo la mirada negándome con una sonrisa-¿o quieres que otra lo tenga?-me burle haciendo que el bajara la cabeza antes de negarme con fuerza, dio un grito decidido antes de taparse la boca por como las demás personas nos miraban curiosas, un lugar al que no podre regresar definitivamente.

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El día indicado llego cuando los castigue a ambos por estar hablando durante un examen, además de reprobarlos claro, apenas termino escuche a través de la puerta como el rubio invitaba al otro a ir un rato al parque, la curiosidad de ese momento me gano y nuevamente tuve que hacer de espía, apenas habían llegado ambos al parque yo ya estaba de intrusa escondida en la maleza....okey sé que es raro que una maestra haga esto pero yo tengo mis motivos ¿no creen?.



-¿De qué querías hablarme?-le pregunto Sora al parecer curioso y algo nervioso de que estuvieran a solas y que este hubiera tomado su mano.


-Yo.....tu....-comenzaba a tartamudear y ello me destrozaba la paciencia-pues.....aff, cuando te volví a ver fue el día más feliz de mi vida, pensé mucho en ti a medida que crecía, cuando nos vimos pensé, esa anciana nos dijo la verdad-se comenzó a reír sacando su llavero y yo solo quería ir a golpearlo-pero la verdad es que ahora quiero que este sea un día mucho más especial, Sora tu....me gustas mucho-le confeso y hubiera deseado tener una cámara para poder fotografiar la expresión de asombro y el sonrojo en el castaño-¿me darías la oportunidad de ser tu pareja?-le pidió arrodillándose frente a él y entonces comencé a temblar por la tensión y el silencio.


-Qué alivio-susurro como respuesta extrañándonos a ambos al parecer-comenzaba a pensar que era el único tonto que se sentía así-se reía frotando sus ojos que tenían unas leves lagrimas mientras se arrodillaba junto a él y lo abrazaba-te tardabas mucho mi amado Roxas-le dijo tan bajo que no estaba segura si eso dijo, ambos se rieron antes de que el rubio tomara su rostro y lo besara suavemente, se estaban correspondiendo y yo sabía que solo hasta este punto podría ayudarlos, reemprendí el camino a mi hogar y me enfoque en mi vida, aunque eso no quería decir que no dejaba de cuidar de ellos sin que lo supieran.

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-Guau, ¿en verdad hiciste todo eso?, cualquiera te vería como una profesora yaoista que solo los quería acosar-se burló mi amiga Xion la cual me había invitado a un café después de años sin vernos.


-Qué mala, yo contándote una anécdota y tu riéndote-gimotee haciendo expresión de ofendida y ella se reía de mí.


-Es una linda historia, ¿pero dónde está la prueba de que eso paso?-me cuestiono como si estuviera desafiándome, termine mi taza de café y le indique con un dedo que me siguiera, ella pago y la guíe hasta una pequeña plaza, mi instinto nunca me fallo ni lo hizo ahora cuando los encontré a ambos en aquel lugar.


-Roxas no tan rápido, apenas estoy aprendiendo-escuchábamos unos quejidos y a lo lejos se veía a Sora intentando aprender a patinar.


-Vamos no es tan difícil, no seas llorón-le desafiaba el rubio el cual iba algo más adelantado recibiendo una mirada molesta de este, sonrió un poco y se regresó para robarle un beso en los labios al castaño-¿te ayudo de más de cerca?-le propuso recargando sus labios demasiado cerca de su cuello.


-N-no, c-creo que ya entendí-tartamudeaba nervioso y yo solo me reía de su expresión al igual que la de mi amiga que se restregaba los ojos sin poder creerlo-kyaaa no en público-le suplicaba por cómo le había hecho un pequeño chupón y el otro se escapaba de sus golpes.


-Explica eso por favor-me pidió ella al parecer sin comprender nada.


-¿Que te puedo decir?, al parecer la vida da segundas oportunidades-le sonreí mientras veía a la pareja alejarse.


Solo fue cuando revise esta historia en retrospectiva que entendí que a veces la vida te da una segunda oportunidad, también que a veces las cosas regresan a ti pero no del modo en que uno esperaría, es por ello que la vida es tan hermosa y me encanta vivirla, incluso si era para ser una espectadora en una historia de amor adolecente o como una simple extra, de un modo u otro se disfruta la obra y esos finales en que uno es libre de imaginar lo ocurrido, solo deseando lo mejor para los protagonistas y que estos deseos les ayuden a vivir bien, que las lecciones aprendidas por ellos tú las asimiles y sigas más fuerte, por eso me propongo a disfrutar la vida cada vez más intentando no tener lamentos, ya que no es como termina el camino sino como se recorre lo que cuenta, ¿no lo creen así?.



Fin. Muchas gracias por leer y apoyarme mis queridos lectores, nyan para ustedes.
Notas finales:

muchas gracias por seguir mi fic


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