Estaba demasiado feliz de este momento, mi plan había funcionado casi a la perfección y nadie lo había logrado evitar, solamente falle en el hecho de que era Ven el que lo consolaba y no yo, cuando lo intente animar el me rechazaba y eso me dio la horrible idea de que sabia que había sido yo el asesino, sin embargo conforme los días pasaron esa idea se descarto aunque el se enfermo por una depresión y yo decidí faltar a las escuela para cuidarlo, cuando llegue a su casa y me conto sobre Naminé y como lo había usado por una apuesta me sentí bien por haberla matado, lo único que me dio fue asco que ella se hubiera interesado en mi y me desquite contra una pared, en cuanto me calme fui a prepararle una sopa a Roxas hasta que recordé mi plan, saque de mi bolso una droga que me fue difícil conseguir sin que supieran mi identidad, me preocupaba el hecho de no saber cuanto usar y conseguí un antídoto que puse en uno de sus postres favoritos, un helado de sal marina.
Cuando todo sucedió como lo había esperado deje que mi cuerpo hablara por mi, lo estaba acosando y me estaba aprovechando de su debilidad pero estaba demasiado feliz, besar sus labios era un sabor que yo deseaba desde hace tiempo me hizo soltar lagrimas de felicidad pues era todo lo que había pedido pero ahora quería mas, mis nervios me jugaban en contra a cada momento pero logre quitar su pijama, sin contar el hecho de que ver el tamaño de su miembro me asusto al ser mas grande de lo que me imaginaba y eso me hizo apenarme hasta las orejas, logre cumplir el capricho que mis hormonas me demandaban.
Así fue como llegue a esta situación en la que estoy sobre el mientras disfruto el sabor de su esencia en mi boca, me podrán decir acosador, violador o como quieran pero a esto le digo que estoy enamorado, estoy obsesivamente enamorado del rubio que ahora intenta recuperar su aliento, ver sus cabellos rubios pegados a su frente por el sudor, ese sonrojo en sus mejillas que siempre me han gustado y por ultimo como sus ojos temblaban por el esfuerzo reciente, me hacían tener unas ideas que deseaba realizar con el ahora y que mi rostro enrojeciera con fuerza y me llegara a marear.
-¡Sora tu nariz, te esta sangrando la nariz!-me grito preocupado y me toque para confirmar que era cierto y ahora supe la causa de mis mareos, el se levanto a pesar de su desnudes y debilidad para sacar un pañuelo, regreso junto a mi y me comenzó a limpiar la sangre y restos de su semen de mi rostro mientras yo trataba de calmarme…teniendo a Roxas desnudo frente a mi no iba a ayudar así que me tuve que levantar a taparme las narices con confort.
Cuando me di la vuelta lo vi a el vestido con los pantalones mientras marcaba un numero con su celular, eso me espanto de inmediato y me lance sobre el para quitárselo, el debió verlo venir y como reflejo me soltó un puñetazo en el rostro dejándome en el piso adolorido, se levanto de la cama y se encerró en el baño pero por ultimo me lanzo una mirada de repulsión que yo no podría aguantar viniendo de el.
Escuche como hablaba con alguien que no sabia identificarlo y eso me asustaba demasiado, cuando escuche que termino de hablar como un desesperado corrí hacia la puerta intentando abrirla pero tenia el cerrojo puesto, comencé a golpearla como un total demente diciendo amenazas que sabia que no podría cumplir contra el, llegue a un punto en que me arrodille ante la puerta llorando, mas bien suplicándole que me abriera, deseaba tanto no haber cedido a mis deseos y haberlo seguido amando en secreto pero eso era una mentira pues un gran peso en mi conciencia se había quitado con esa confesión.
Solo alce la vista cuando escuche el cerrojo abrirse y lo vi a el mirándome con algo de lastima, ahora me sentí mas patético que nunca pero no deje de llorar desesperado incapaz de esperar esa mirada de repulsión nuevamente viniendo de el, no me detuve hasta que sentí como me cargaba en sus brazos agarrándome por sorpresa, me llevo hasta la cama y me acostó dándome su pañuelo el cual ahora estaba limpio para poder calmarme, el se sentó a mi lado esperando hasta que cuando logre que mis lagrimas no volvieran a salir el alzo su mano y creí que me daría otro golpe, cerré los ojos listo para el impacto pero solo fueron sus dedos acariciándome la mejilla donde el puñetazo que me había dando, ese tacto tan cálido y agradable que tanto deseaba por el cual me acurruque en ella hasta que el se separo.
-…Lamento el puñetazo, pero te lo merecías por drogarme y estar abusando de mi-me recrimino con una mirada enfadada, baje la mirada avergonzado por ello pero sabia que me lo merecía, tenia la tentación de escapar pero estaba seguro de que el me perseguiría pues el siempre pedía explicaciones para todo.
-¿A quien llamaste?-pregunte asustado por la respuesta, imaginaba que había llamado a un policía, a mi hermano y a mi prima o puede que a cualquier persona para que fueran a detenerme, me imagine siendo juzgado por el uso de drogas y que descubrían mi crimen pasado, que me enviaran a la cárcel y miles de hombres comenzaran a abusar de mi cuerpo o mandarme a un manicomio para tratar mi supuesta locura, cualquiera de esas opciones me aterraban y los temblores se apoderaron de mi.
-A Ven, le pedí que se fuera a algún lugar con Vanitas para que estuviéramos solos-me respondió llegando a sorprenderme, sentí mi corazón latir a nueva cuenta, técnicamente me estaba dando una señal de que no quería alejarse de mi o que no iba a tomar acciones legales, me acerque un poco a el pero me empujo algo molesto lo cual yo comprendí que aun estaba enfadado.
-Si quieres golpearme por lo que hice puedes hacerlo, si quieres demandarme hazlo también…pero…no me abandones-gimotee mientras mi voz se comenzaba a romper al decir lo ultimo, lo mire para buscar una respuesta pero el simplemente no me miraba, a pesar del peligro me acerque nuevamente y el se dio cuenta, agarro mi brazo y me jalo hacia el en un abrazo posesivo, me sentí feliz y confuso por ello.
-No puedo enfadarme contigo…lo intento desde lo mas profundo de mi corazón, el poder odiarte pero…simplemente no puedo, tampoco quiero que pienses que te abandonare…así que por favor no llores o me harás llorar a mi también-me suplico apretándome con fuerza, vi que sus ojos se humedecían de igual manera que los míos y yo le di una tímida sonrisa la cual logro tranquilizarlo, estaba demasiado cómodo entre sus brazos que sin darme cuenta casi me había quedado dormido, deseaba eso pero ahora no puedo echarme atrás.
-Perdóname por lo que hice, pero…yo…en verdad te amo-me declare de manera firme y espere una expresión de sorpresa pero no había ni asomo de alguna, me miro por unos segundo y simplemente me beso con suavidad, no saber que hacer en ese momento fue mi dilema aunque pude saborear sus dulces labios nuevamente, era un sabor completamente diferente y esta vez era debido a que el me correspondía, cuando nos separamos en sus ojos vi desilusión y confusión lo cual me preocupo.
-Lo lamento…pero no se que responder, últimamente me sentí atraído por ti pero…aun no creo estar listo para amar nuevamente…después de lo que Naminé y ahora tu me hicieron…ya no se si podemos ser siquiera amigos-me susurro intentando aminorar el daño aunque eso igual me destruyo, vi en sus ojos algo de impotencia y culpa pero eso debería cargarlo yo, solamente yo debería sufrir ahora y no el, me abrase a el colocando mis piernas al lado de las suyas y comencé a acariciar sus cabellos, tenia que ser fuerte pero el me tomo nuevamente el rostro y vi que estaba en duda de sus acciones.
-Me enamore de ti desde que teníamos 12, siempre me protegías y me cuidabas…y ahora que me tocaba a mi cuidarte te hice esto…puedes odiarme si quieres pero no me separare de ti, ¡no quiero vivir si no es junto a ti!-grite como un verdadero desesperado, todo mi orgullo debió irse con ello pues Roxas me veía con lastima, que me viera como quisiera no me importaba nada solamente que el estuviera conmigo, me comenzó a acariciar el cabello y en un momento beso mis mejillas pero esta vez yo me aparte, si seguía a su lado me haría demasiado daño y no podría seguir consiente de mis actos.
Lo empuje lejos de mi y corrí hacia la salida, comencé a correr lejos de su casa creyendo que podría escapar de todos mis problemas pero no era así, el daño estaba hecho y si el se enteraba de la otra verdad lo perdería todo, no sabia por donde escapar pues las lagrimas nublaban mi vista hasta que me di cuenta que estaba en un parque, me senté en una de las bancas y deje que mis lagrimas salieran junto a mis penas, mire lentamente el parque y unas leves memorias me recorrieron…
Flashback
Ocurrió en invierno cuando tenia 11 años, me había escapado de casa pues Vanitas me había regañado con brusquedad por derramar la pasta de dientes encima de el, se lo merecía pues me estaba molestando diciendo que era demasiado dependiente de Roxas y en eso podía tener razón pero yo lo moleste con que el tenia a Ventus pegado como si fuera su sombra, al final no soporte sus criticas y decidí venir a este parque solo que empezó la lluvia y me estaba mojando, deseaba que alguien vinieran a buscarme pues tenia mucho frio pero resulto que una sombrilla se coloco encima mío calmándome, cuando alce la vista era no eran mis padres sino Roxas quien me veía preocupado. Me llevo a su casa esa noche y cuando le conté lo que me había dicho mi hermano el simplemente me dijo que no me preocupara por nada.
-No me importaría que dependieras de mi pues yo nunca te alejare de mi-me aseguro mientras me daba una sonrisa gentil a la cual yo solté unas lagrimas por sentirme una carga para el, se acerco a mi, comenzó a besarme las lagrimas y yo me calme en poco tiempo por ello, lo vi algo extrañado por lo que hizo pero el estaba sonrojado y dijo que así lo calmaba su madre y pareció funcionar igual conmigo, me propuso que pasara la tarde junto a el pues Ven estaba en mi casa jugando con mi hermano a lo cual acepte.
Nos quedamos jugando videojuegos en los cuales yo perdía y me molestaba bastante, después nos dimos un baño caliente juntos solo que yo me sentía algo avergonzado de que alguien mas me viera desnudo pero se me paso al rato, casi dejamos el baño inundado de espuma y su madre nos regaño mientras la ayudábamos a limpiar, por ultimo nos comimos una deliciosa cena que ella nos hizo y finalmente fuimos a dormir, Ven llamo pidiendo permiso de quedarse a dormir en mi casa y su madre acepto, tímidamente pregunte si también me podía quedar pues no deseaba ver aun a mi hermano por lo cual me dieron su habitación para dormir.
Lo único que estropeo ese momento fue que una horrible tormenta comenzaba y los relámpagos caían con fuerza por lo cual yo temblaba asustado en la cama hasta que uno cayo con un ruido atroz y yo chille asustado, realmente odiaba estar solo en estos momentos pues mi hermano siempre venia a acompañarme sabiendo de mis miedos, harto de esta situación me levante de la cama abrí la puerta de la habitación para ir con Roxas pero mi sorpresa fue grande en cuanto lo encontré a el en medio del pasillo, nos vimos unos momentos y finalmente nos reímos antes de dirigirnos a su habitación, nos acostamos en la misma cama y nos abrazamos para darnos calor, la compañía del otro nos ayudo a dormir y ningún relámpago me asusto mas.
A la mañana siguiente nos despertamos con un saludo, nos lavamos y bajamos a desayunar pero su madre me veía de un modo demasiado frio, no se parecía a la de ayer y cuando yo me fui escuche como llamo a Roxas para que tuvieran una seria conversación, algo malo me decía que pasaría pero desde aquel día yo me volví mas unido a el y el comenzó a ver mal a otras personas.
Fin flashback
Tras recordar eso todo me tuvo sentido, su madre debió regañarlo y explicarle algunas cosas sobre los homosexuales y que son una supuesta amenaza para la sociedad, me siento estúpido ya que me di cuenta que fui yo el que ocasiono su supuesta homofobia, había hecho sufrir a Ven sin desearlo y entonces me reí de mi estupidez, me levante y comencé a caminar sin rumbo hasta que llegue a un puente cerca de un rio, al observar mi reflejo vi que estaba realmente destrozado, mis ojos parecían apagados lo cual era por no tener alguna esperanza junto a el, realmente soy un debilucho y un cobarde.
-“Vamos sabes que lo necesitas, si mueres tal vez renazcas como algo que el en verdad ame, eso solucionara todo”-resonaba esa voz en mi cabeza y yo me comencé a reír como psicópata, me acerque lentamente al barandal mirando hacia la profundidad del rio, me prepare para saltar y acabar con todo, escapar de mis problemas sintiendo la voz animarme a cada momento hasta que una mano tomo la mía y esa voz se alejo.
-Sora ¿Realmente es la única salida?-escuche una voz y la reconocí de inmediato, me voltee lentamente y era mi prima quien me veía con una gran tristeza y respiraba muy agitada, lo mas seguro es que me había ido a buscar a casa de Roxas y debió verme huir, baje del barandal y me quede mirándola sin saber que responder por lo que ella apretó mi mano con fuerza y comenzó a llevarme, me deje guiar y caminamos juntos hasta nuestro hogar, aunque no habláramos directamente algo me decía que ella estaba al tanto de todo lo ocurrido.
-¿Cómo lo supiste?-pregunte queriendo salir de esa duda en cuanto nos encontramos frente a la casa, ella me miro con algo de duda y me mostro la cicatriz de su hombro la cual estaba seguro de que ahora parecía mas horrible de lo que recordaba, me talle los ojos y esa imagen no desapareció y nunca lo haría, una marca como si fuera un animal peligroso, una cruel apuñalada por abuso escolar hacia un alma inocente.
-Ya he recorrido ese sendero de desesperación Sora, créeme el final no es nada bueno si no haz intentado hacer hasta lo ultimo por lo que deseas-me respondió dándome una linda sonrisa, esa sonrisa de un alma inocente que te hacia sentir un desgraciado en comparación, simplemente necesitaba desahogarme y lo haría ahora sin importarme nada mas.
Entre en mi habitación y deje que la desesperación me dominara, aunque esa odiosa rubia no estuviera mas en este mundo seguía en su memoria, no me amaba aunque estuviera a su lado, no me amaba aunque hubiéramos tenido bastantes momentos personales, ni siquiera quería tomarme como algo material o como un amigo, no me aguante mas y me encerré en el baño con cerrojo y todo, me acosté en la ducha mientras mis lagrimas caían por mis mejillas, estaba destrozado en todos los sentidos y comencé a chillar sin importarme que alguien me escuchara, tenia que sacar todo esto de mi mente pero nada me servía, comencé a arrojar cosas por todos lados, voltee los muebles y las cosas para desquitar la rabia, paso un tiempo y en mi desesperación decidí buscar un modo de calmarme, busque en mis bolsillo y encontré la misma navaja con la que mate a Naminé y entonces supe lo que debía hacer.
Puse mi brazo y me hice un corte, me asegure de no hacerlo tan profundo pues debería ocultarlo bien de los demás, la sangre comenzó a salir y yo la veía caer por mi brazo, nuevamente el alivio me llego y comencé a olvidarme de todo, reaccione a tiempo y me levante para curarme mientras me veía en el espejo mis ojos muy rojos, me di lastima de mi mismo y salí del baño encontrándome en mi cama a alguien…mi prima.
Iris me vio con sus ojos verdes y solo eso le basto para deprimirse, se me acerco lentamente y yo simplemente me quede estático sin saber que hacer, cuando ella estuvo frente a mi me rodeo con sus brazos y me hizo apoyar mi cabeza en su hombro, siempre sabia como calmarme y ahora necesitaba eso con desesperación, nuevamente comencé a llorar y ella me guio hasta mi cama, ahí hizo que apoyara mi cabeza en su regazo y yo seguí descargando mi tristeza mientras ella me acariciaba los cabellos, golpeaba con rabia mi cama y parecía todo un niño malcriado pero eso no me importaba, solo ella me estaba mirando y era ella la que siempre supo la verdad, siempre supo toda la verdad…incluso del crimen que cometí hace unos días…seguía queriéndome y viéndome como su familia.