New imitation black(nueva imitación negra)
Prólogo: "príncipe", "caballeros" y vampiro.
Piko caminaba por los pasillos de aquel imponente pasillo, el tacón de sus botas resonaba a la distancia y el vieto movía suavemente su vestido negro. Al doblar en una esquina diviso a lo lejos a uno de sus caballeros, el sonido del tacón al chocar contra la losa blanca con negro se hizo más rápido y más fuerte dando a entender que el pequeño había empezado a correr a toda velocidad hacia su hermoso caballero de cabellos rosas, el caballero al escuchar el sonido se dio vuelta y vio a su bellos príncipe correr hacia el, para cuando se dieron cuenta ambos estaban el suelo abrazados de la forma más cariñosa posible, Yuma amaba a su príncipe de todas las forma posibles que ahí y por haber.
Piko sonreía y se recostó en el pecho de su caballero le reconfortaba bastante el sonido de su pecho al subir y bajar por cada respiración dada, Yuma paso su enguatada mano por los cabellos blancos del otro y sonrió, era un niño, su niño, un bello niño al que servía y protegería contra todo menos contra el otro. Yuma frunció un poco el entrecejo al recordar que ese niño no era sólo suyo si no también de el, el otro caballero de castaña cabellera, Piko sitio como la respiración de su caballero cambiaba por el enojo y levanto la cabeza para verlo, Yuma al sentir la mirada de cachorro, según el ratón, de su amado se calmó y lo tomo del mentón para besarlo, Piko cerro los ojos para disfrutar más del suave tacto de los labios de su caballero que de repente le mordió el labio inferior e hizo que un leve quejido salió de sus labios cosa que Yuma aprovecho para adentrar su lengua en la cavidad del albino y empezar a recorrerla lentamente, Piko tomo del cuello a su caballero para profundizar aquel beso lleno de pasión mientras el pelirosa lo tomaba de las caderas con la misma intención que el albino. Ambas lenguas se enredaban y sacaban pequeños jadeos del menor que a pesar de tantos besos de la misma pasión no podía dejar de sentir una corriente eléctrica recorriendo todo su ser, la falta de aire se hizo presente y ambos se separaron dejando un hilo de saliva que los unía, Yuma vio con deseo a su pequeño y frágil príncipe, Piko comprendió esa mirada a la perfección y sonrió de manera seductora a su caballero y lo volvió a besar con la misma intensidad o más que antes.
Entre las sombras el caballero castaño observa la escena de los amantes entregados el uno al otro, estaba furioso, aunque sabía que no tenía derecho a estarlo, el albino había dejado en claro que los amaba a los dos pase lo que pase y nunca cambiaría eso pero Kiyoteru sabía que Yuma siempre conseguía que el príncipe se le entregará por completo sin temor alguno, el caballero castaño se dio la vuelta y comenzó a caminar para no ver la escena. Por su parte Yuma había sentido la mirada de su adversario y sonrió con triunfo pronto haría que Kiyoteru ya no fuera nada para su amado príncipe, Yuma se separó y alejó para pararse dejando a Piko desconcertado e hincado en el suelo con ganas de más, Yuma jalo de un brazo, con cuidado de no lastimarlos, a Piko para que se acercara a el y en un movimiento rápido lo cargo como princesa y comenzó a caminar rumbo a una habitación vacía, a poco metro encontró una y con cuidado la abrió para encontrar una ancha cama con dosel azul oscuro y colcha rojo carmín adornada con un par de pétalos tirados por todas partes sin orden alguno, en el suelo en medio de la habitación se encontraba una alfombra gris con detalles cafés, un candelabro de cristal y un par de mesas de noches a cada lado de la cama, un armario negro de roble y una puerta que deba al baño, en una de las mesas de noche había una vela blanca y encima de las mesitas había dos grandes ventas con cortinas negras. Yuma camino y acostó a Piko en la cama, regreso y hecho el seguro para luego correr las cortinas dejando todo en una oscuridad casi absoluta, regreso a la cama y se coló sobre Piko, el albino miro a su caballero con lujuria y lo beso de una manera apasionada, Yuma intento dejar que Piko se sintiera el dominante y sonrió llevando su mano al cierre del vestido.
Después de unos minutos, casi una hora, las sábanas de la cama estaban todas revueltas y el albino cansado, gimiendo y completamente sudado, Yuma se encontraba en una situación similar pero le encantaba ver a su príncipe pidiendo por más a gritos, tenían suerte de ser sólo tres en el palacio, sintió su cuerpo caliente y beso a Piko con lujuria absoluta, el vaivén era cada vez más rápido y placentero para el príncipe hasta que llego el punto máximo del éxtasis y todo término con el semen de ambos regado en la cama y en el interior del albino que cerro los ojos con las mejillas sonrojadas junto a una sonrisa llena de placer y cansancio. Yuma acaricio una de las mejillas de su príncipe y paso su mano por los párpados de este, al regresar a su mejillas el príncipe tomo la mano de su caballero y la beso, sus brazos subieron al cuello del pelirosa y tomo sus labios en un leve beso lleno de amor que instantáneamente se terminó dejando caer su cuerpo contra la cama, Yuma se paró y comenzó a vestirse con un su traje fino color blanco con detalles en dorado con un cinturón donde guardaba su espada, Piko lo vio con cariño y se cubrió con la sábana, Yuma sonrió acercándose al albino empezando a revolverle los caballos, se inclinó beso su frente para susurrarle en el oído: "ahora vuelvo, voy por un nuevo vestido, el que traías ya esta sucio, no tardo", Piko asintió dando a atender que estaba bien. Yuma se alejó caminado hasta la puerta y salió.
Kiyoteru vio a su rival, Yuma devolvió la mirada pero con superioridad, el castaño saco una espada y la coloco en el cuello del otro, Yuma sonrió, "¿enserio crees que el te amara si me matas?, sólo te odiara, nos amaba a los dos pero ni tu ni yo queremos eso, sin embargo de esta forma el sabrá que fuiste tu"dijo burlón, "te quitare del camino y veré la forma de que el no me odie Yuma, no me subestimes", Yuma río, Kiyoteru bajo la espada y la guardo, eso lo harían luego, por el momento era mejor dejar su odio en el anonimato. Yuma camino hasta el dormitorio de Piko y comenzó a buscar un vestido que fuera hermoso pero ninguno le convencía, esta bien que con cualquiera se vería especialmente hermoso pero busca uno perfecto no uno bello, uno hermoso, siguió moviendo vestidos de aquí a allá sin éxito alguno, cerro el armario y salió del cuarto, recordaba que había un lugar donde guardo un hermoso vestido para su príncipe. Camino por los pasillos buscando hasta llegar a su cuarto, entro, se acercó a su armario y saco todos los trajes hasta que quedo vacío, en su pared se veía una ranura con una puerta, la abrió y de el saco un vestido guardado en una bolsa, salió del cuarto cerrando la puerta y corrió hasta donde había dejo a su príncipe.
Al llegar dejo caer el vestido con todo al suelo, desenfundo su espada y corrió hasta donde estaba el intruso, este se dio cuenta a tiempo y logro esquivar el ataque de Yuma, Kiyoteru, que siempre estaba cerca de su enemigo, escucho el golpe y entro corriendo al cuarto al ver la situación imito a Yuma y comenzó a atacar a al enemigo que en esta ocasión no era Yuma, ambos acorralaron a aquel intruso contra una pared cercana a la ventana izquierda y colocaron las espadas a cada lado, Kiyoteru movió un poco su espada y corto la larga capa que el intruso traía, la capa callo al suelo y se puedo apreciar el rostro del intruso, un hombre de veinte años con cabellos azul oscuro al igual que sus ojos, el intruso mostró sus colmillos de vampiro y se movió de una una manera velos y casi como sombra escapando de ambos caballeros, Kiyoteru miro a Yuma que estaba igual de sorprendido que el, ambos enemigos se vieron a los ojos y recordaron porque aún no mataban al otro, debían proteger a Piko ante todo y todos, uno sólo no podría. Kiyoteru salió del cuarto y Yuma tomo el vestido que por fortuna no le había pasado nada, lo recogió enseguida fue a donde su príncipe que se encontraba dormido y lo despertó con un beso en los labios, el albino abrió los ojos con una sonrisa en los labios sin la menor idea de lo que había pasado, Yuma saco el vestido de la bolsa, Piko de sentó y miro el vestido, nunca antes lo había visto pero si uno de sus caballeros se lo llevaba no había problema, se paró dejando se vestir por Yuma. El vestido era negro con rojo carmín bastante oscuro sin llegar a casi negro, con varios volados y pliegues, las mangas estaban a los lados extendidas y le llega hasta los talones, Yuma saco una cinta negra con pequeño sombrero igualmente negro con un par de plumas que abarcaba casi toda la diadema se la coloco a Piko y luego le puso unas calcetas carmín que le llegaban más arriba de las rodillas enseguida unas botas altas negras con plateado con tacón un tanto alto. Piko se paró y dio vueltas.
-¿Qué tal?-pregunto deteniéndose y sentándose de nueva cuenta.
-Perfecto mi hermoso príncipe-dijo besándolo y arrollando se, Piko sonrió parándose enseguida, Yuma lo imitó y ambos salieron de la habitación pero Yuma aún con la imagen de aquel hombre de cabello azul, ¿qué quería? y ¿por qué planeaba dañar a su príncipe?