2 AÑOS DESPUES…
Mucho tiempo había pasado desde aquel incidente con Morinaga, el se esforzaba bastante por no ceder ante tal impacto que le había causado en su vida, algo para que eso no le tomase la importancia que el creía que debería, pero… eso era imposible… tuvo mucho problemas con su vida diaria como el trabajar, salir, divertirse… en cambio se la pasaba mucho tiempo en su cuarto, encerrado y con las luces apagadas; también no comía mucho; tuvo que suspender su trabajo a causa de la depresión tan grande que sufría, hasta tuvo que cortarse el cabello por tal impacto, dejándoselo un poco antes de los hombros… casi un año y medio fueron suficientes para que “saliera adelante” aunque aun el dolor seguía en su corazón
“Te necesito, te necesito
Incluso si un año pasa, si diez años pasan, soy el mismo
Soy una persona que no te olvidaría
Ni siquiera por un solo día
Es necesario que seas tú, tú eres mi amor
No puedo seguir sin ti, te necesito”
El cantaba una canción que apenas había escuchado y le había gustado mucho, aun así, cantarla era un gran dolor para él, ya que le recordaba aquella boba sonrisa que su Morinaga siempre le dedicaba solo su sempai.
—oni-chan… otra vez estas deprimido… —la pequeña hermana del profesor ya era toda una adolecente ahora, pero le dolía ver a su hermano fumando, recargado en el barandal del balcón, con una mirada nostálgica—.
—No, solo estoy algo pensativo… —volvió a mirar a la niña y sonrió, después volvió la mirada a la ciudad… esa mista ciudad que hace dos años estaba completamente llena de lluvia—. ¿se pudiera haber mojado ese día?
—vaya, que es difícil tratar contigo cuando se trata de ti… —la menor se acerco y se puso al lado de este mirando—. tengo muchas cosas que contarte… ya es el día para que tengas que saber la verdad… —hablo primero la chica para acabar con el silencio sepulcral—.
— ¿de qué hablas…? —se pregunto al mirarla—.
Ella simplemente suspiro y lo miro directo, le plasmo un beso en la mejilla de este y le miro dulcemente, como cuando tenía menos edad— es hora de que te hable de la verdad de Morinaga…
— ¡¿de qué hablas?! —Contesto este—.
—no todo fue como crees nii-chan, todo lo que creíste haber pasado con el no era verdad, si no lo que una mente nublada por los celos puso haber pensado —la joven le respondió a su hermano sabiamente con palabras que estrujaron aun mas su corazón—.
—pero… ¿cómo?
De nuevo vuelve a suspirar y lo mira— yo hace poco hable con el, antes de que nos pudiéramos ver. Lo salude y el me respondió, preguntándome de tu salud, lo cual le explique todo lo que te ha pasado…
******FLASHBACK******
—Ya veo a que paro esto… —el de los pelos azulados suspiro y miro a la pequeña—. Todo porque no me quería escuchar... Por última vez… —este puso su cabeza cabizbaja que oculta sus ojos llorosos por el flequillo de su cabello—.
—Morinaga… yo, se que aquí hay gato encerrado, ¿Cuál es tu versión de la historia? Yo solo se la de mi hermano, ahora me da bastante curiosidad cual es la tuya.
— ¿la… mía? —respondió
—si fueras tan amable.
—está bien… —se rasco los ojos para que estos no delataran su tristeza y sonrió— eso, solo fue un mordisco que una semana pasado me dio sempai mientras lo hacíamos
—¡¡¡ ¿Qué?!!! —Grito sutilmente la pequeña—.
—De hecho... esa es la mera verdad de todo este rollo… —reía mientras hablaba y se notaba su sarcasmo rascando su cabeza—.
—no puede ser que oni… no… que fuera tan… —poco es decir que estaba tan Shokeada al saber que el error en un principio fue del mayor con esos celos tan fuertes que poseía—.
—esa es la verdad… yo lo amo aun… pero, muchas veces trate de comunicarme con el, pero su teléfono lo había cambiado, cambio las llaves del departamento, inclusive toque la puerta del mismo sin esperar respuesta a cambio. Estuve mucho tiempo solo en mi propio abismo, hasta que… bueno, tenía que sentar cabeza algún día.
-espera, esto significa solo una cosa…
—sí, que…
******FIN DEL FLASHBACK******
— ¡¿SE VA A CASAR?! —Se sorprendió tanto que hasta brinco y casi se ahogaba con la colilla del cigarro—.
—Bueno, también es tu culpa por no escucharlo ni una sola vez… —saco algo de su bolsillo el cual le entrego este con una hermosa presentación—.
“¡El día de hoy celebramos una gran festividad!
El día en que nuestras familias se unirán en una conexión en la cual dos personas que se aman dirán sus votos el uno al otro.
La señorita Etsuko Ichiro y el señor Morinaga Tetsugiro unirán sus vidas en el compromiso eterno.
Los esperamos el 2 de enero de **** en la dirección de…”
— ¡¿oye, espera, que no hoy es 2 de enero?!
—Exactamente, la boda es hoy —la pequeña respondió como si nada mientras esperaba cómo reaccionaba este antes eso—.
No dudo ni un segundo y de inmediato del complejo de apartamento del cual vivía y corrió con todas sus ganas hasta donde era el susodicho santuario donde harían la boda que obviamente evitaría a toda costa.
…
—y si alguien, está en desacuerdo de realizarse esta boda, que hable ahora, o calle para…
—¡¡¡MORINAGA MALDITO!!! —en la puerta principal de este, estaba el tan jadeante maestro de la universidad que estaba mirándolo con una cara de asesino en seria.
— ¡waaa! Sempai…
Se acerco caminando con una seguridad total y solo la mirada fija en esa persona de los ojos como el zafiro—. eres un maldito… ¡separarme de ti! … ¡¿por una simple mordida que yo te hice?! —Lo sujeto del mismo cuello de la camisa y, sorprendentemente lo beso, cosa que este no evito corresponder—.
Todo el mundo quedo atónito al ver esto. La joven del vestido de novia jalo al hombre rubio de su prometido y se acerco peligrosamente con furia—. ¡escucha bien! ¡¡No detendrás mi boda por tus estúpidos errores!! —sujeto a Morinaga por el brazo llevándoselo con ella—.
—espera, yo lo conocí antes que tu, ¡¡zorra!! —Souchi también sujetaba a este con fuerza del brazo que le sobraba e hicieron jalón con su cuerpo—.
— ¡esperen! —el peliazul se separo y los miro detenidamente a los dos.
—Tetsuhiro, ¡tu dijiste que a pesar de este hombre te ibas a casar conmigo! —grito a este con su mirada enojada
—lo sé, pero…
—Morinaga… ¿es enserio lo que hiciste? —Pregunto el sempai mas calmado—.
—si, Souchi… —lo miro y se acerco a él, tomándolo de las manos y besando estas como un caballero—. Yo trate de que entendieras las cosas, pero nunca me escuchaste como debería… yo se que tu viene aquí porque quieres que este contigo… pero, yo hice una promesa a ella… yo nunca rompo mis promesas… —lo miro triste y se separo y tomo de la mano a esta—. Al único al que amo eres tu, pero… lo nuestro murió hace ya dos años atrás… ahora estoy con Etsuko… —volteo su cara y vio la cara de satisfacción de esta y fueron de nuevo al altar—.
—No, espera… —tomo su mano y lo jalo para que lo mirara—. se que… todo fue mi culpa… —su cara estaba completamente sonrojada pero siempre mantenía su mirada firme hacia Morinaga—. Yo comprendí… demasiado tarde… que como tu, yo también… —suspiro y bajando su cabeza con total vergüenza— te… te amo… —
Los ojos azules brotaron incesantes lágrimas al escuchar la declaración de este. Quería zafarse del agarre de la chica, pero este le apretó más la mano, pero se soltó y abrazo a este protectoramente mientras lloraba con Souchi.
—yo igual te amo… Souichi Tatsumi…
— ¡Tetsuhiro! —el joven volteo y vio a la mujer pelirroja con su labio mordiéndolo casi sacando sangre y sus ojos llorosos—. ¡¡¡TU TE TIENES QUE CASAR CONMIGO SALMENTE!!! —Le reclamo salvajemente a este—.
—Etsuko, yo… —este fue con ella y de nuevo tomo su brazo, pero una vez más, el de los lentes le tomo la mano y lo miro dulcemente—. Esta vez… no podemos reiniciar todo… ¿desde el principio…?
Este no sabía qué hacer… solo tomaba a los dos algo fuerte pero sus brazos temblaban por el nerviosismo de no saber qué hacer en este momento.
MUCHOS AÑOS DESPUES EN EL FUTURO.
De nuevo era un día demasiado lluvioso para la ciudad. Era un cementerio, a la mitad de un entierro, mucha gente estaba de negro, entre ellos dos entes, eran irreconocibles por su increíble tristeza que se les podía notar en esos ojos llenos de lágrimas sin fin.
Fueron horas en que estuvo la gente aglomerada, hasta que poco a poco, las mismas dos personas quedaron frente a frente a la lapida del difunto.
—Siempre serás la culpa de todas mis desgracias… —hablo una pelirroja con un gran sombrero negro y un vestido negro—.
—y tu de las mías… y esta vez te pasaste… —hablo un señor ya mayor con una gabardina negra—.
—jodete… —la señora ya mayor dejo un gran ramo de flores entre de mucho y se fue—. Ahora, discúlpate con el… —
Esta se retiro y dejo a un rubio con el cabello hasta la cintura y una sonrisa no tan notable pero presente—. De entre todos los estados del clima, elegiste morir en los días lluviosos… como esa vez, ¿no? —enfrente de la lapida, deposito una rosa blanca y este soltó una última lagrima— muchas gracias por existir… Morinaga… te amare por siempre, como la primera vez… —
Se retiro lentamente y salió del lugar. Luego de esto, paro de llover y una gota cayó sobre aquella rosa blanca; encima del cementerio, salió un gran arcoíris y el sol ilumino el pasto fresco.
—te has puesto alegre… bueno, después de todo, siempre irradiabas alegría a todas partes… —comento mirando al cielo—. Te extrañare, maldito…
“sempai… siempre te amare…”