El día más frío de todo el invierno... Era ya vísperas de año nuevo, y todo mundo andaba festejando a lo grande el gran día en que el año acabara.
Año 2007, el joven Kisa Shouta caminaba arduamente en la avenida principal de Marukawa Shoten; ya había estado trabajando en el "departamento de las doncellas", pensándolo bien, llevaba 2 años después de que acabó de estudiar, sí, él tenía 24 años... Pero ahora era día libre: estaba dando un paseo vespertino por todo su recorrido rutinario (el cual no disfrutaba por la misma cosa del sueño y las apuradas de los primeros años).
Todo estaba bien al su alrededor hasta que... De reojo, ve pasar a su lado a un chico exageradamente brillante: cabellos castaños como la dulce miel, ojos como el robles más finalmente tallado, un cuerpo delicadamente proporcionado como para un chico de 15 años aproximadamente... ¿Qué más descripciones positivas le puede hacer Shota a ese ser tan maquiavélicamente divinidad hecha chico?
—"en verdad es hermoso... Jugara que veo brillo en su cara..." —el joven peli azul estaba parado observando con dificultad al joven castaño por las ojeras que cargaba de hacía dos semanas—. "no es que sea un acosador... Pero creo que semen olvidó algo..." —prosiguió entonces a ir de cerca donde caminaba.
Todo el camino se dedicaba a ver el cielo azul, claro como cualquier día tranquilo en Tokio, a pesar de que en este tiempo ha estado haciendo frío -siendo este no una excepción- con las frecuentes nevadas que ha estado afectando su salud, llegando incluso a resfriarse, ¡pero se estaba desviando el tema! El tema era seguir (acostar) a ese joven, el cual ya estaba doblado la gran manzana cuando despertó de sus recuerdos... Corrió a alcanzarlo y fue donde entro a una serie de departamentos de distinción y clase; cuando estaba a punto de tomar la escalera, el portero lo dejó diciéndole: — ¿usted es reciente de aquí?
—n-no... —paro en seco con un increíble sorpresa que hacia latir su corazón del nerviosismo.
— ¿viene a visitar a alguien?
—Tampoco...
—entonces no puede entrar.
Se decepcionó bastante el que no pudiera ver más de cerca al pequeño, aunque más se arrepintió al darse cuenta de que es lo que estaba haciendo—. "¿Por qué mierda lo estaba persiguiendo?" —Estaba sonado y hasta se estaba golpeando la cabeza para recobrar cordura— "debo de acostar chicos... Esto está pasando como anteriores veces" —tomo su cabeza y miro al cielo de nuevo— "sólo porque en sus ojos pude ver un cielo diferente..." —cerró sus ojos y se fue de inmediato de allí; luego de algunos minutos un chico castaño se fijó de reojo en donde caminaba el peli azul, curioseando al ver la figura de su mayor.
'sólo con ver su hermosa semblanza, la perspectiva ajena cambiaría drásticamente'
ya habían pasado ya más de una semana cuando Kisa estaba levantándose pesadamente de su cama, acaba sus ojos llenos de lagañas mientras se detenida de las dulces sábanas que lo querían presionar más tiempo—. Ya es hora de que te vayas... —dijo frío.
A su lado había otro hombre que estaba en los brazos cálidos de Morfeo antes de que lo moviera—. ¿Qué tienes que ir a la escuela? —dijo con cierto cinismo en su tono.
—algo así... O sólo quiero que te vayas, que ya es de día —volvió a contestarse groseramente.
—de acuerdo Shota... Sólo que sí quieres otro trabajito... —estaba atrás del editor mientras susurraba con cierto tono asquerosamente pervertido- puedes llamarme cuanto quieras...
—ya largate, ¿quieres?
El hombre sonríe y comienza a vestirse y luego se va.
—vaya... Sí supiera que soy mayor que el... —decía con sarcasmo.
Kisa miro por la ventana de su departamento el sol matutino que salía, le dolía un poco la cabeza al mirar directo al astro rey en el amanecer, pero se quedó viendo como reaccionaba la ciudad ante los rayos que la iluminan—. Como su mirada... Radiante, detallan y sobre todo, molestamente brillante —seguía en su trance mientras seguía viendo con detenimiento su panorama—. "Tal vez de nuevo me está afectando mucho el trabajo... Apenas me acorde que pedí los días porque había tenido mucha fiebre..." —tocó su frente pero al sentir su temperatura normal decidió salir otra vez—. "Tal vez me lo encuentre de nuevo...".
Caminaba como cualquier persona por las grandes manzanas de Tokio mientras se perdía en el cielo tan despejado y vaya la redundancia, caluroso. Se topó de nuevo con la serie de departamentos anterior visitada y dio un vistazo—. "no está el portero... —abrió la puerta y subió a las escaleras poco a poco—. "Como se supone que encontrare a ese chico... Enserio soy un acosador de niños..." —dio con 3 pisos en lo que platicaba con sigo mismo, vio una puerta enfrente suyo; eran los departamentos más grandes de por aquí, entonces vio por el rabillo del ojo a ese chico: camino lentamente hasta tomarse casi enfrente de él, sólo detenido por la reja que los separaba. El castaño volteó y vio como el mayor estaba allí, recargado de acerca de metal con una sonrisa—. ¿Quién... Eres? —volteó confundido.
—tranquilo, yo no vine a hacer nada... —Shota taba admirando tal belleza: es chico era demasiado radiante, por algún momento la sonrisa le gano sólo al verle—. En verdad que tienes lindos ojos, y eres muy lindo.
—Gracias... —se sonrojo levemente mientras también lo veía con detenimiento—. T-también eres lindo... —contesto abiertamente.
— ¿cuál es tú nombre? —pregunto Kisa.
—Kou... Yukina Kou —respondió el joven de cabellos castaños.
—lindo nombre... El mío es Shota Kisa, mucho gusto... —
se quedaron hablando un poco, Shota había descubierta su nombre, y hasta le dijo que, efectivamente sí tenía 15 años, aunque había una gran diferencia de 9 años en ellos... Sonreír, reían y nos que otras cosas más...
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— ¿Kisa-san?
—mmm...
—Kisa-san, ya te tienes que levantar... —movía con cariño el cuerpo de su pareja que no quería levantarse.
— ¿Yuki... Yukina...? —rasco sus ojos al ver aquel rostro mayor que sonreia.
—Lo siento por levantarte, pero no dejabas de decir mi nombre y pensé que te pasaba algo —aún decía Inocente como siempre mientras Kisa aún estaba perdido en la realidad de su sueño.
—vaya, que he soñado algo descabellado... —se acaba la cabeza todo confundido.
—nee… Kisa-san, en verdad me había preocupado...
—no te preocupes, sólo fue... Un sueño estaño, pero lindo... —miro detenidamente a Kou y vio esos rasgos: en verdad no sabía sí en verdad ese era el Yukina de 15, pero sí no lo era, vaya que estaba tan obsesionada por él, porque allí estaba su 'el' de 21 años—. ¿Por qué eres tremendamente guapo? —pregunto sonrojado Shota.
—porque... —también contestaba Kou con algo de pena y un sonrojo leve—. Bueno, en verdad no lo sé... —se acercó al menor de altura y lo acorrolo en sus brazos— pero sé que sin ser así, no pudiera estar al lado de Shota-san...
El peli azul se sonrojo totalmente y el guapo del castaño aprovechó para besarlo en la boca— te amo... —le dijo en un tono muy bajo.
—idiota... -se acercó a la oreja del menor y le susurro algo.
— ¡¿que?!
—No te lo diré de nuevo... -ignoro la mirada de Yuki y se fue a donde la ventana.
— ¡Kisa-san! —El Shota sonrojo y lo miro desde donde estaba de nuevo, ahora con una mirada tranquila y serena—. Te amo Yukina Kou...
“Aquella serenidad fue símbolo de ver al que amas queriéndose como sí no hubiese ayer... Guardar estos sentimientos en lo más profundo de mi mente... Sobre todo, en mi corazón...”